C. Marlow /// La caída en dos obras de Christopher Marlowe INTRODUCCIÓN En este trabajo me propongo un estudio del tema de la caída en los textos Tamburlaine y Doctor Faustus de Christopher Marlowe. Comienzo con unas breves palabras acerca del tema en La Biblia, texto que da cuenta de este asunto casi inmediatamente después de la creación del mundo y cómo el mal comportamiento de los primeros humanos, Adán y Eva, tras desobedecer las palabras divinas rigen el actual estado de las cosas. Otra visión aparece en Estados Unidos mucho tiempo después. El texto del escritor norteamericano Mark Twain en su Diarios de Adán y Eva da un giro a la historia y la pareja reconoce haber encontrado el paraíso fuera del Edén. Nos movemos en un espacio dicotómico: el mayor placer puede provocar el mayor dolor. Un paso por la obra pictórica de tres artistas contemporáneos de Marlowe: Lucas Cranach, Hugo Van Der Goes y Jan Van Scorel dan una visión ilustrativa de la época -incluyo las obras de referencia al final del trabajo-. Un análisis del contexto histórico de la época isabelina que habla de la herencia del medioevo y el espacio renacentista como propicio para nuevas incursiones en el terreno de la investigación. Para después entrar de lleno en las dos obras del dramaturgo isabelino, la influencia que tiene entre sus contemporáneos y cómo su propia obra refleja la propia caída del autor: Tamburlaine, el apogeo y la gloria; Doctor Faustus, la caída, marcada también por la muerte del escritor poco tiempo después. Para cerrar una visión actual del tema recorriendo dos espacios abiertos en el siglo XX: el cine y la psicología. LA CAÍDA "He ahí el hombre que ha llegado a ser como uno de nosotros por el conocimiento del bien y del mal!"1 El Génesis nos cuenta paso a paso cómo Dios -un Dios trascendente y único- crea un mundo cuya existencia está fuera e independiente de él. Día a día, a lo largo de siete, dará forma a su producción. Primero el cielo y la tierra, después la luz para separar la tarde de la mañana, estableciendo de este modo un orden inicial que será rigurosamente continuado en las siguientes invenciones... Así, el primer hombre es puesto en el Jardín del Edén junto a su compañera, lugar donde sólo lo agradable tenía lugar. Pero ante la desobediencia de la pareja – han comido del árbol prohibido Dios los expulsará; lo que claramente implica la pérdida de la inmortalidad y de la felicidad del Paraíso. Pese a todas las complicaciones que le trae al ser humano la caída (expulsión del Paraíso, aluvión de castigos...) el hombre parece no escarmentar. Poner en juego la palabra divina y arriesgar su propia persona para poder conquistar ese lugar es propio de la condición humana. El escritor Mark Twain da, mucho más adelante, otra visión de los hechos: la caída como la puerta a la dicha. Al final de "Extractos del Diario de Adán" de mil ochocientos noventa y tres su narrador bendice el fruto que lo ha unido a Eva. Adán ve la expulsión del Edén como una gracia: la caída le permite conocer el amor, por eso al final del texto dice que el paraíso es aquel lugar donde ella estuviera. Eva coincide, cuando le toca hablar en "El Diario de Eva" -relato escrito doce años después de ponerle voz a Adán- ella sabe que ha perdido el Edén, pero a cambio ha conocido a Adán y reconoce que la relación que los une es verdadero amor y por eso es feliz. Pero esta es otra historia. La ambición desmedida -la indisciplina de la primera pareja que desea acceder a un espacio que desde un principio se les presentara como prohibido- es el primer acto que se narra en La Biblia luego de la creación y esto es significativo. Con visiones opuestas, la caída ha sido fuente de inspiración para los artistas. Tres pintores contemporáneos entre sí, Lucas Cranach, Hugo Van Der Goes y Jan Van Scorel, nos han dejado pinturas representativas del tema. El pintor alemán Cranach (a) que había intimado con Lutero y Melanchton desarrolla a través de sus grabados una gran actividad de propaganda a favor de la Reforma. Hace, en pintura, dos representaciones de Adán y Eva (una está en Munich y la otra -que incluyo en el apéndice de obras pictóricas- está en Uffizi). Esta última versión es de mil quinientos veintiocho se llama "Adán y Eva"y en su elegancia anticipa al manierismo. La segunda lámina es la de Van Der Goes (b) y su nombre es "La caída del hombre". Aquí el pintor flamenco, de acusada personalidad religiosa, nos muestra su visión a través de esta pintura que forma parte de un díptico. Aparece una serpiente muy inquietante -en parte lagarto y en parte humana- ,una Eva solamente cubierta por un lirio con un brazo extendido para alcanzar una segunda manzana, ya ha mordido un pedazo de la primera y parece dar una bienvenida al pecado sobre la tierra. Por otro lado, la pintura de Jan Van Scorel (c) lleva por título el mismo que la obra de Cranach: "Adán y Eva". En esta representación el artista holandés pinta una pareja robusta, en una audaz desnudez y con figuras sólidas acompañadas por un trazado del mismo estilo. Van Scorel había recibido influencia de Rafael, artista que conoce cuando vive en Roma. El arte mucho se ha ocupado de este tema... Otro Adán aparecerá que también cuestionará los límites divinos. En Alemania durante los primeros años del siglo XV la historia de un hombre que en el afán por alcanzar poderes supernaturales ha vendido su alma al diablo es conocida. Su nombre varía según las leyendas y así aparecen: Heinrich Faust, Johann Faustus o Georg Faust... Esta historia comienza a difundirse por el continente y por las tierras de Elizabeth I para llegar a oídos del dramaturgo Christopher Marlowe. CHRISTOPHER MARLOWE El escritor nace en Canterbury en mil quinientos sesenta y cuatro, pertenece a una familia incorporada al gremio de los trabajadores del cuero con un buen pasar económico y prestigio en la comunidad. La primera vez que ve a la reina Elizabeth, el escritor tiene sólo nueve años y no imagina que la servirá probablemente como espía en su juventud. Se forma en el King’s College y luego pasa al Corpus Christi College en la Universidad de Cambridge donde conoce a Greene y a Nashe, y junto con tres jóvenes de la Universidad de Oxford –Lyly, Peele y Lodge- forman los University Wits. Estos seis hombres profesionalizan el arte de escribir y producen trabajos que superan las anteriores morality plays. Gracias a la unión de estos dramaturgos se produce un cambio en la literatura inglesa donde por primera vez el centro y la fuente del movimiento literario se encuentra en las universidades. Además descubren por la figura de Séneca una fuerte atracción, especialmente por su lado irregular: las excursiones líricas de los coros, la frecuente introducción de fantasmas y agentes supernaturales, la ampulosidad, el lenguaje declamatorio y el gusto por la sangre. Por otra parte, dos de sus miembros –Peele y Lyly- junto con Marlowe exhiben gran habilidad en un nuevo vehículo: el verso blanco. Se disputan el favor del público, están atentos a los trabajos que producen sus colegas y son rápidos para seguir el camino de éxito abierto por alguno de ellos. Es significativo que Anthony Burgess haga que su Marlowe hable con Greene en su novela A Dead Man in Deptford donde el primero acusa al escritor de plagiar su obra ( ver Nota 15 ). Cuando abandona Cambridge, el dramaturgo se une a otro grupo llamado "The School of Night" que se reuniera para discutir temas como la política de Maquiavelo y astronomía entre otras cosas. A esta asociación concurría Walter Raleigh cuya figura era sumamente admirada por muchos (entre ellos, Marlowe), pero también envidiada por otros (al igual que Marlowe). Las reuniones se llevaban a cabo en Durham House, una casa de campo apoderada por la corona en los tiempos de Eduardo VI, luego abandonada por Mary y vuelta a tomar por la reina Elizabeth para sus favoritos. También paralelo a este grupo existía otro: Areopagus, liderado por Sir Philip Sidney. Ambas escuelas trabajaban en pos de investigaciones científicas, y pese a estar separadas en identidad poseían algunos miembros en común tal como Edmund Spenser, un amigo cercano a Raleigh. Además Sir Philip Sidney estaba aliado por matrimonio a los dos Walsingham, por su propio enlace con Frances (hija de Sir Francis Walsingham) y a Raleigh, a través del casamiento de su hermano menor Robert con la prima de Raleigh, Barbara Gamage. Aquellos que estuvieron en The School of Night y en Areopagus compartían un interés común: descubrir nuevos conocimientos. El Doctor Faustus hubiera sido un miembro ideal de cualquiera de los dos grupos. Raleigh ha dejado en su Treatise on the Soul un trabajo significativo, de una mente noble, profunda y religiosa testimonio de ese afán. Marlowe y Raleigh se admiraban mutuamente, el último reconoce el talento del primero, como lo muestra su "Reply" a los versos que el segundo escribiera a "The Passionate Shepherd to his Love" que hablan de un alto nivel de intimidad. La producción literaria de Marlowe al igual que su vida nos han llegado de forma fragmentaria. De sus trabajos nada ha sobrevivido en forma de manuscrito, a excepción de una hoja de The Massacre of Paris, Doctor Faustus, The Jew of Malta y The Massacre of Paris sólo tenemos copias mutiladas, acortadas enormemente o modificadas por otros. Tamburlaine y Edward II son las únicas obras que nos han llegado en su forma original. De su vida personal se sabe muy poco y los testimonios son confusos, que muere de forma instantánea luego de un golpe con una daga de manos de Ingram Frizer en su ojo derecho que desafortunadamente llegara a su cerebro, es un episodio poco claro. La situación de violencia habría surgido en la posada de Eleanor Bull en la ciudad de Deptford el día treinta de mayo de mil quinientos noventa y tres, cuando luego de haber cenado los cuatro amigos –Marlowe, Frizer, Nicholas Skeres y Robert Poley- el escritor se recuesta en una cama y los otros tres deciden jugar backgammon. En el momento de pagar la cuenta comienza una discusión, el dramaturgo se despierta y golpea a Frizer con una daga. Se desata una pelea entre ambos de donde resulta la muerte de Marlowe. Las autoridades decretan homicidio justificado y el homicida recibe el indulto real poco tiempo después... La muerte del dramaturgo isabelino ocurrida cuando recién empieza prácticamente su producción -solamente tenía veintinueve años- parece imperdonable. Nos preguntamos cuánto nos hemos perdido nosotros, lectores, si hubiéramos tenido a Marlowe por más tiempo. Porque – y coincidimos con Burgess - " There is nobody like Christopher Marlowe"2. CONTEXTO HISTÓRICO The Renaissance man must have courage and brains, haughtiness of heart and a reaching and imaginative mind.3 Durante el reinado de Elizabeth I, Inglaterra vive un tiempo de calma anhelado luego de la larga experiencia de la Guerra de las dos Rosas. Los ingleses ponen grandes expectativas en su soberana y no es casual que la jornada anterior a su ascenso se la llamara -casi como un augurio- Hope Wednesday. La hija de Henry VIII y Anne Boleyn se mantiene en el poder durante cuarenta y cinco años e instala una manera de vivir en un justo punto medio que se romperá tiempo antes de su muerte cuando aquellos que la habían ayudado se empiezan a alejar.... Así en mil quinientos noventa y ocho, el Secretario de Estado Lord Burghley muere luego de cuarenta años de servicio. La reina le debe mucho, no sólo su política económica sino su propia cabeza. El político junto con Sir Francis Walsingham descubren más de un complot para asesinarla. Anthony Burgess recupera en su Enderby’s Dark Lady los atentados que se conjuran en contra de la persona de Elizabeth I. Al comienzo de este relato, un grupo de hombres participa al personaje de Ben Jonson de una explosión que procará la muerte de la soberana: ‘The Queen,’ Ben said, ‘is of the true faith. Is it right she too should be blown up?’ ‘You are always ready to talk of her Godlessness,’ Catesby said. ‘Well, she will be punished. Alternatively, she will be a martyr. Destiny puts forth a choice.’4 Como un castigo o para pasar a ser una mártir, la reina no puede estar mucho tiempo sin que alguien no planee atentar contra su vida. El diálogo es ilustrativo del período. De Burghley, Elizabeth I rescata la figura de uno de sus favoritos, Robert Cecil, hijo del Secretario. Además, otro de sus favoritos, el Conde de Essex Robert Devereux, le trae un disgusto : luego de una triste participación en una revolución desatada en Irlanda y la seria acusación de conspiración contra su persona, ésta decide su ejecución, corría el año mil seiscientos uno. La rebelión irlandesa terminará el mismo día de la muerte de la reina, dos años después. Los grandes días habían pasado. Pero antes de lo narrado, la soberana establece en Inglaterra un período de serenidad al que sólo una posible guerra contra España puede llegar a alterar. Durante su reinado, vive entre el protestantismo y el catolicismo; entre una imagen de "reina virgen" y una vida disipada; entre la guerra y la paz; mantiene una economía controlada, muy austera en sus gastos no tiene responsabilidad financiera con sus corsarios ni en el mantenimiento de los actores que vienen al palacio a interpretar piezas; amiga de gente noble y de piratas como John Hawkins, Martin Frobisher y Francis Drake, este último ascendido a Sir –quizá en el afán de mantener una armonía- luego de haber concretado un viaje de circunnavegación, en la ciudad de Deptford. No olvidemos el nombre de esta ciudad que vio nacer a un nuevo Sir, Sir Francis Drake en mil quinientos ochenta pero que trece años más tarde verá el dramático fin del escritor que nos convoca, Christopher Marlowe. Los isabelinos heredan del medioevo una idea de caos y mutabilidad asociada al temor. Los ingleses aman a su reina porque ella sabe cómo protegerlos. Cualquier problema que alterase ese orden provoca en el pueblo pánico. No es casual que la parte del cristianismo que predominara en la Edad Media y el siglo XVI fuera el "esquema ortodoxo de la revuelta de los ángeles malos, la creación, la tentación y caída del hombre, la encarnación, la redención, la regeneración por medio de Cristo"5. Pues poner "en escena" los momentos de sublevación al orden era mantener viva la idea de peligro siempre vigente. La caída era la explicación de la corrupción del hombre y del universo. Dice Tillyard : Para nosotros, el caos no significa más que una confusión en gran escala; para un isabelino, significaba la anarquía cósmica anterior a la creación y la completa disolución que resultaría si se rebajaba la presión de la Providencia permitiendo que las leyes de la naturaleza dejaran de funcionar6. Inglaterra pasa un período de justa mesura y su reina lucha por mantenerla, porque una de las razones que hace que el período isabelino sea grandioso es su capacidad de apertura para dar espacio a lo nuevo sin violentar el antiguo orden. Los ingleses se hermanan en un mismo sentimiento anti-católico y anti-español. Los desbordes bélicos producidos durante la Guerra de las dos Rosas habían sido frenados con el ascenso a la corona de los Tudor –paradójicamente también a costa de sangre- e Inglaterra se encamina a ser una poderosa nación. Se trata de surgir con una identidad independiente del resto del continente europeo. No es fortuito que Elizabeth I se mostrara como la cara opuesta de su contemporánea, la reina Catalina de Médici, the Medici bitch7. Recordemos que por ese entonces, Francia es castigada por encarnizadas luchas entre católicos y protestantes o hugonotes durante más de treinta años –tiempo que también había durado la guerra entre las Casas de Lancaster y York-. La viuda del rey Enrique II –indiferente en materia religiosa- se mantiene neutral ante estas peleas para de esta manera seguir manejando el gobierno desde la regencia a la que había accedido cuando su hijo de sólo diez años, Carlos IX, hereda el trono. Pero las muertes no cesan y su peor testimonio es la noche de San Bartolomé del domingo veinticuatro de agosto de mil quinientos setenta y dos que da cuenta de una matanza general de hugonotes. Una de las piezas del joven Marlowe habla de este episodio, The Massacre of Paris. El escritor pudo haber escuchado parte del relato de la atroz carnicería de boca de Sir Francis Walsingham, uno de sus mecenas. El escritor Anthony Burgess en A Dead Man... , escrita cincuenta y tres años después de su primera tesis universitaria sobre Christopher Marlowe, intenta con muchísimo éxito dar testimonio de la vida del escritor isabelino. Las páginas iniciales del relato hablan del primer encuentro entre el dramaturgo y Walsingham, Marlowe le dice a Thomas Watson: I will tell you of Sir Francis, Frank as I call him. We met in Paris. I was seventeen, studying if it could be called that. He was England’s ambassador. He was kind without condescension. He corrected my Latin verses, listened to the songs I wrote. I was perhaps a relief for him in the midst of such troublesome business St. Bartholomew was preparing. You know surely of the massacre? The mob screaming for the blood of the Hughenots. Two thousand Hughenot corpses on the Paris streets.8 Este párrafo es altamente ilustrativo. La duda acerca de la actividad de Marlowe en París -si estudiaba o no- habla, tal vez, de un trabajo a las órdenes de Walsingham a favor de la reina como agente secreto y además da testimonio del momento histórico de Francia. Más adelante, el texto da cuenta de que su jefe es una de sus parejas –el relato deja en claro la homosexualidad de Marlowe- y además resalta la ingratitud de la reina hacia Walsingham que de su bolsillo "... he mantained fifty three sniffing agents between Calais and Constantinople..."9 Nuevos aires llegan a la isla durante el reinado de Elizabeth I. Vienen de Italia, especialmente de Roma y de Florencia. Es el Renacimiento. Un nuevo mundo se ha abierto con los recientes descubrimientos geográficos. Los proyectos ambiciosos forman parte de este período. El Renacimiento da lugar al espacio propicio para cortar con cualquier restricción y su mejor ejemplo es la soberana inglesa que construye una nación poderosa de su país. En literatura, es en la figura de Christopher Marlowe donde aparece plasmado con nitidez el deseo por acceder al terreno donde las apetencias se hacen posibles, a través de la creación de sus célebres personajes: Tamburlaine y Faustus. Atrapado por la idea de un hombre que todo lo puede, Marlowe por un lado escribe y por el otro, actuaría como agente secreto tal como lo muestra Burgess en los párrafos mencionados. Veremos cómo el camino personal que recorre el dramaturgo entre la escritura de su Tamburlaine ... y su Doctor Faustus se ve reflejado en sus obras. TAMBURLAINE En el año mil quinientos ochenta y siete, Marlowe no tiene más que veintitrés años. Llega a Londres de Cambridge y presenta su obra Tamburlaine. El éxito de la primera parte del drama es demoledor, lo que le trae prestigio al autor y a su actor principal, Edward Alleyn. El dramaturgo ingresa en el teatro como un triunfador, como el personaje de su obra, como el hombre renacentista que todo lo puede. Al mismo tiempo víctima de la envidia de sus coetáneos es tenazmente criticado por sus rivales contemporáneos como Nashe y Greene. La historia contada en Tamburlaine es la de Timur Lang, considerado el fundador del segundo imperio mongol que dominara a los persas, tártaros, sirios y turcos, y que no llegara a dominar a los chinos debido a su muerte ocurrida en mil cuatrocientos cinco. Para este drama, Marlowe se documenta del texto de Pedro Mexia Spanish Life of Timur publicado en Sevilla en mil quinientos cuarenta y tres y traducido luego al italiano, el francés y el inglés. La versión inglesa aparece en mil quinientos setenta y uno y se la conoce como Fortescue's Foreste. Marlowe agrega información también de Petrus Perondinus que también habla acerca de Tamburlaine. En la pieza de Marlowe, la gloria del héroe queda incólumne. Termina como empieza, en la cima. Suerte de signo negativo correrá, en cambio la otra producción del escritor: Doctor Faustus. El Tamburlaine corresponde a un período de gloria de su autor, nada puede cortar el ascenso del creador y su creación. Tamburlaine es el pastor escita que por sus hazañas ha llegado a ser un gran señor. Debido a una ambición infinita aterroriza al mundo con la única idea de medir los límites de su imperio de este a oeste por el curso del sol. Es desmesurado en su ambición y en sus afectos: quiere ser el dueño del mundo y ama apasionadamente a Zenocrate. Quizá siguiera aquellas palabras de Maquiavelo (cuyos escritos Marlowe conocía) "... existen dos formas de combatir: la una con las leyes, la otra con la fuerza. La primera es propia del hombre, la segunda de las bestias; pero como la primera muchas veces no basta, conviene recurrir a la segunda."10 Tamburlaine tiene la seguridad de poder manejar su suerte. Recordemos que Maquiavelo insistía en su obra El príncipe en que la fortuna es el fruto de la propia condición humana quien la construye manejando un desconocimiento del conjunto de la realidad y con la incapacidad de adaptar su manera de actuar a la realidad concreta. Dice Tamburlaine "I hold the Fates bound fast in iron chains,/And with my hand turn Fortune’s wheel about;/And sooner shall the sun fall from his sphere/Than Tamburlaine be slain or overcome"11. Zenocrate es la única voz crítica que Tamburlaine escucha, pero no puede ir contra sí mismo pues se lo ha jurado: no hay espacio para la piedad. Arremete contra todos y siempre triunfa "... porque un hombre que quiera hacer en todos los puntos profesión de bueno, labrará necesariamente su ruina entre tantos que no los son."12 El único momento de misericordia es con el padre de Zenocrate a quien luego de vencer le devuelve sus posesiones y lo deja ir. Ya en el final de la primera parte hemos asistido a matanzas y crueldades contra aquellos que se interponen en el camino de Tamburlaine. El héroe ha ampliado considerablemente sus conquistas y luego de casarse con su adorada Zenocrate, la corona. En la segunda parte (escrita por la buena acogida de la primera) tenemos toda Africa unida contra el héroe, pero uno por uno irán cayendo. Sus tres hijos (Calyphas, Amyras y Celebinus) deben seguir el camino trazado por él. Los dos últimos están decididos, en tanto que Calyphas muestra un perfil distinto que hace reaccionar violentamente a Tamburaline: Bastardly boy, sprung from some/ cowrd’s loins,/ And not the issue of great Tamburlaine!/Of all the provinces I have subdu’d/ Thou shalt not have a foot, unless thou bear/ A mind courageous and invincible./For he shall wear the crown of Persia/ Whose head hath deepest scars, whose breast most wounds...13 Su actitud lo llevará a la decisión de matarlo. La violencia y la sangre que preceden los triunfos de Tamburlaine se suceden. El único momento de turbación del héroe se produce cuando Zenocrate muere y ordena que no se la entierre mientras él viva. Además exige el incendio de la ciudad, condenándola por la defunción de su mujer.En el último acto, Tamburlaine fallece de muerte natural, lo que marca un triunfo pues no cae en manos enemigas. Su deceso es la última visión de su grandeza en acción que lo eleva a una nueva magnificencia de grandeza de su espíritu. La figura de Tamburlaine no deja de resplandecer, aún en la muerte. Con el fallecimiento de Calyphas se asegura que su propósito se extienda en la figura de sus otros dos hijos, Amyras y Celebinus. Fiel a su condición de tragedia isabelina, la obra termina con muchas muertes. Si bien la historia verdadera da cuenta de que sus hijos no pudieron mantener el imperio de su padre, en la obra no hay rastros al respecto, sólo el luto por la pérdida de este gran hombre. Tamburlaine encarna la doctrina expuesta por Maquiavelo que habla del lugar que hay en la tierra para las grandezas del hombre junto a las que Dios realizó: Además de todo eso se ven aquí hechos extraordinarios sin parangón realizados por Dios mismo: el mar se ha abierto, una nube os ha mostrado el camino, ha manado agua de la roca; ha llovido aquí maná: todo concurre a vuestra grandeza. El resto lo debéis hacer vos. Dios no quiere hacerlo todo para no arrebatarnos la libertad de la voluntad y la parte de gloria que nos corresponde en la empresa.14 Marlowe está en el apogeo. A ese éxito desean llegar algunos de sus compañeros de la universidad y copian del joven escritor el uso del verso blanco y el tema imperial. Así aparecen de Greene, su Alphonsus, King of Aragon; de Lodge, Wounds of Civil War y de Peele, Battle of Alcazar. La voz del Marlowe creado por Burgess en A Dead... se hace oír en un supuesto encuentro con Greene a raíz del texto que el último escribiera: Charity compel pity. Your Alphonsus was poor stuff, rejected by all except the company at Stoke Newington, where it was howled off. Jealousy makes for poor writing. There is a sob of self-pity on every page. Poor Greene that lacks the gift. You stole too much from my Tamburlaine, a foul fault. More of this and I will act.15 Al igual que Tamburlaine, Marlowe no conocía la derrota, pero lo que no sabía era que esta lo acechaba y que muy pronto aparecería. El testimonio que certifica esto es Doctor Faustus. Los problemas se suceden en la vida del joven escritor. Acusaciones de ateísmo caen sobre él. El escritor Kyd, con quien Marlowe había convivido, sufre graves problemas cuando se encuentran en sus poder papeles que según él pertenecían a su antiguo compañero y que hablaban a favor del arrianismo. En mil quinientos ochenta y ocho, Robert Greene atribuye el fracaso de una de sus obras al hecho que " I could not make my verses jet upon the stage in tragical buskins, every word filling the mouth like a fa-burden of Bow-bell, daring God out of heaven with that atheist Tamburlaine"16. Nashe escribe " Idiot art-masters that intrude themselves to our ears as the alcumists of eloquence, who (mounted on the stage of arrogance) think to outbrave better pens with the swelling bombast of a bragging blank verse"17. Burgess también rescata en su A Dead... los inconvenientes que tiene Marlowe cuando alguien en una cervecería lo llama ateo pues descreer de Dios implica en esa época el rechazo de la autoridad de la Santa Iglesia inglesa, es decir la reina. Marlowe ya tiene varios arrestos sumados, desde sospechoso de asesinato a mala conducta por ebriedad. El informante Richard Baines hace un relevamiento de la vida del autor y sugiere callar la boca de este por ser considerado altamente peligroso. En sus escuchas le habría oído decir al escritor: That the first beginning og Religioun was only to keep men in awe. That Christ was a bastard and his mother dishonest. That the woman of Samaria and her sister were whores and that Christ knew them dishonestly. That all they that love not Tobacco and boies were fooles.18 Además, su actividad como agente secreto le juega en contra. No sabemos bien la información que maneja, motivo que puede haberlo hecho peligroso. Dicen Ben Jonson y Fawkes en un diálogo en Enderby’s...: ‘Spy. I asked myself long who it was you put me in mind of,and he too was a poet and spy. He cried his sodomitical atheism to the streets, and none did him harm. I conclude he was under protection. His name was Kit Marlowe. That was a song of his you were singing but now. Spy’ ‘Marlowe,’ Ben said soberly. ‘He was all our fathers, though he was slain young. God help him. You flatter me more than you know. But I am no spy.’19 EVERYMAN El Renacimiento produce una vuelta a lo antiguo, pero con una mirada distinta. Tal como había ocurrido en la antigüedad, el drama surge dentro de un ambiente religioso. Las piezas pertenecen al ámbito de la iglesia y es por eso que son en latín, las actúan los mismos religiosos y son representadas dentro del templo. En la Edad Media, las miracle plays (especialmente dedicadas a las vidas de los santos) y las mysteries (reservadas a los eventos de corte bíblico) fueron las primeras representaciones dramáticas actuadas y se interpretaron desde el año mil trescientos setenta y cinco por alrededor de doscientos años. Las moral plays o moralities desarrollan la alegoría, los personajes ya no son bíblicos o legendarios sino "...almost wholly, abstractions, and which although still religious in intention, aim rather at ethical cultivation than the stablishing of faith"20. Las primeras moralities de las que tenemos noticias fueron escritas en el final del siglo XIV, bajo la influencia del Roman de la Rose y otros trabajos que se valen del recurso estilístico mencionado. Los temas principales de estas piezas son: la Danza de la Muerte, la reconciliación de las virtudes paradisíacas y el conflicto entre el vicio y la virtud. Las morality plays son una proclama dogmática del Adán de todos los hombres en donde se sostiene la tesis de que Dios habiendo reconocido la naturaleza humana ha construido un camino de salvación al que sólo se accede a través del arrepentimiento. No se trata de una guerra entre el mal y el bien sino un drama (con final didáctico) acerca del perdón de los pecados. En las morality plays, el núcleo central lo constituye el momento del arrepentimiento; pues dicho acto funciona como la puerta de acceso a un perdón divino. El personaje debe arrepentirse por él (para salvarse) y por el auditorio (para brindarle un alivio). La morality play que nos interesa para el presente trabajo es Everyman - probablemente escrita antes del final del siglo XV-, por su valor como antecedente de la pieza de Marlowe, Doctor Faustus. En la obra el personaje principal sufre una transformación en la secuencia central de las obra (v 463 – 654) que comienza cuando decide distanciarse de aquellos atributos externos de los que había dependido durante su vida en su camino a la muerte. La única solución posible radica en poner su vida y muerte con la de Jesucristo (ejemplo de salvación) y en desterrar cualquier solución que proviniera de relaciones externas –así quedan en el camino: Fellowship, Kindred, Cousin y Goods y los atributos internos, como Discretion, Strength, Beauty y Five Wits. Luego de arrepentirse y flagelarse el protagonista, el relato hace un giro. La salvación se hace posible pues Good Deeds puede acompañar a Everyman en su viaje, Knowledge lo provee con una prenda de penitente y el libro que da cuenta de su vida se vuelve claro para su lectura. El alma de Everyman se ha salvado. Veremos qué le pasa al Faustus de Marlowe. DOCTOR FAUSTUS: ACERCARSE AL DIABLO TRAE PROBLEMAS "Comes with the fall" dicen las palabras en el juego del scrabble formadas por Mia Farrow en la película "El bebé de Rosemary". La expresión que carece de sentido en un principio cobra significado poco tiempo después. La caída es un tema eterno. Nos seduce transpasar los límites aún sabiendo los riesgos que esto puede traer, o acaso Guy Woodhouse en la película de Polanski no sabía en la que se metía. Pero triunfar como actor en el caso del film, alcanzar el saber absoluto en el Faustus de Marlowe... puede mucho más. Doctor Faustus, la pieza del autor isabelino se estrena en mil quinientos noventa y dos, el mismo año en que John Dee, un famoso mago inglés, cae en desgracia. La influencia de Dee en la Inglaterra isabelina es amplísima, de él se ha dicho que es el Faustus de Marlowe, el Próspero de The Tempest , el Lear de King Lear y el Subtle de The Alchemist. La biblioteca de Dee contaba con la obra de Giorgi quien a través de su De Harmonia Mundi ilumina la época isabelina y la jacobina. Dee quien creía tener algún vínculo con la familia real y decía de sí mismo que tenía el don de invocar a los ángeles, pero que luego de una primera faceta en la que la reina lo "protege" cae en desgracia y la gente lo tilda de hechicero. Durante mil quinientos ochenta y tres, en una segunda etapa de su vida, Dee parte de Inglaterra a "misionar" junto con su ayudante Edward Kelly quien lo acompaña en experiencias alquímicas e invocación de ángeles por medio de la cábala. El emperador Maximiliano II escucha acerca de él y se muestra interesado en un primer momento por los experimentos llevados a cabo por él pero más tarde se niega a prestarle ayuda. Cuando seis años después vuelve a Inglaterra desde el continente es recibido con celeridad por la reina pero no logra recuperar la posición central que supiera conocer. La reina y sus consejeros, que en un primer momento lo aceptaban, no consiguen establecer si el paso de Dee por el continente había sido exitoso. Además su amigo el Conde de Leicester tras haber fracasado en su intento por extender el imperio isabelino en tierra firme cae en desgracia. Cuando Dee vuelve a Inglaterra no se recupera nunca más hasta su muerte en mil quinientos ochenta y ocho. El grupo que alguna vez avalara a Dee se disolvía y este era además perseguido por una verdadera caza de brujas que lo lleva a defenderse mediante una carta dirigida al Arzobispo de Canterbury. Dee además habría estado en contacto con la gente de The School of Night, grupo al que ya me referí . En este contexto histórico y con no pocos problemas con la justicia –acusaciones de ateísmo, homosexualidad, varios ingresos en prisión por causar disturbios-, Marlowe estrena Doctor Faustus. La historia de Faustus ya circula por el continente e Inglaterra, y logra seducir al dramaturgo por ser el emblema del pensamiento libre, el anticlericalismo y la figura opuesta al dogma de la iglesia. La figura de Faustus se labra en primera instancia como una parábola moral que sirve a los predicadores para advertir a los fieles acerca de los problemas que trae dejarse seducir por el diablo. Así, la historia del hombre que vende su alma al diablo parece haber aparecido en el siglo VI y llega a la Edad Media de muchas maneras. De esta manera a principios del siglo XVI se lo identifica con un Doctor Faustus que practica la necromancia y que era amigo de Paracelsus y Cornelio Agrippa. Tenemos diferentes versiones de mano de Trithemius que habla de un Fausto Junior, Melanchton que menciona a un Johannes Faustus... Pero, la primera versión literaria está en el Volkbuchen en mil quinientos ochenta y siete que después en Inglaterra aparecerá como The History of the Damnable Life and Deserved Death of Dr. John Faustus. La obra de Marlowe se abre con un coro que presenta a Fausto, nos habla de su infancia, su formación universitaria (al igual que Hamlet ha estudiado en la Universidad de Wittenberg, un espacio de polémica si pensamos que Lutero clavó en sus puertas, en mil quinientos diecisiete, las bases de la doctrina que luego propagara) y que debido a sus conocimientos -quizá tan altos como los del mismo Marlowe- ha desistido de la ciencia para probar con la magia. Faustus se nos aparece como un discípulo de Agripa que tras practicar la cábala invoca a las fuerzas infernales con quienes firma un pacto. Cuando Mephostophilis aparece, Faustus lo encuentra repugnante y le pide que regrese en forma de fraile franciscano. ¿Será Francesco Giorgi, el monje cabalista veneciano que actuara a favor de Enrique VIII en Roma para conseguirle el divorcio de su esposa? Testimonios de la época afirman que los espectadores habrían visto al mismo diablo en escena durante su representación, fuerzas infernales también se estaban acercando a la vida de Marlowe ya que muy pronto llegaría a su fin. No es fácil lidiar con el demonio; un ejemplo contemporáneo de lo que esto significa es, sin lugar a duda, la tragedia vivida por el director de "Rosemary's Baby" con el final de Sharon Tate, el nueve de agosto de mil novecientos sesenta y nueve en manos de una secta fanática de la película. Durante el estreno de la película -también en la Argentina- se dieron una serie de partos prematuros y espectadores asistidos por ambulancias en las puertas de los cines. Pero los isabelinos aman las escenas de brujerías, así que ver al mismo Mephostophilis en escena debe haber acrecentado aún más el gusto por la pieza. El mismo coro en la obra de Marlowe se encarga de calificar a Faustus como un verdadero Icaro. Recordemos que la mitología nos habla de un Icaro que intenta elevarse por los aires con las alas que su padre Dédalo le había fabricado en cera para huir juntos del laberinto, pero se acerca demasiado al sol, las alas se derriten y el joven se precipita al mar. Icaro ha quedado como ejemplo de la soberbia, metáfora clara del error de Faustus. Faustus llega al límite que le puede ofrecer la ciencia y reniega de sus estudios. Hay ecos aquí de El elogiode la locura de Erasmo, si recordamos a la mujer que se ríe de todas las ciencias y a Agripa que en su De vanitate scientiarium sostiene la vacuidad del conocimiento humano y enumera una cantidad de ciencias inútiles, pero con una salvedad la lista incluye las ciencias numéricas y las ciencias ocultas. El mensaje de Erasmo y el de Agripa es coincidente: la única seguridad la ofrece el Evangelio. No es el caso de Faustus quien defraudado y desilusionado cree encontrar en la magia un nuevo espacio. La experiencia de personajes que se han dedicado exhaustivamente al estudio y que lamentan haberlo hecho resonará siglos más tarde también en la novela de Mary Shelley, Frankenstein, cuando Victor, víctima de sus osadas experimentaciones, le aconseja a Robert Walton no seguir su camino : Learn from me, if not by my precepts, at least by my example, how dangerous is the acquirement of knowledge, and how much happier that man is who believes his native town to be the world, than he who aspires to become greater than his nature will allow.21 Un ángel bueno le recomienda a Faustus la lectura de las Escrituras, pero un ángel malo lo alienta a seguir con sus experimentaciones. Pero, la resolución de Faustus es un hecho. Philosophy is odious and obscure./Both law and physic are for petty wits./Divinity is basest of the three,/Unpleasant, harsh, contemptible and vile./‘Tis magic, magic that hath ravished me.22 Seguro en su postura, Faustus conjura al demonio... Necesita conseguir el conocimiento absoluto. Dee, que era seguidor de Agripa, habla de la teoría de los tres mundos: uno elemental o inferior, donde aparecen la ciencia y la tecnología; otro celestial donde tenemos la astrología y la alquimia y uno supracelestial donde se alcanza el poder secreto de conjurar. Es en este mundo donde Faustus se mueve. Entran Lucifer y cuatro diablos mientras se escuchan truenos. Recordemos que la creencia de la época habla de brujas y demonios particularmente activos durante los tiempos de tormenta, tal como aparece en la pieza de William Shakespeare, Macbeth. Uno de los títulos atribuidos a Satán era el de Príncipe del Aire, y como dejara señalado el rey Jacobo I en su escritos, los demonios y brujas podían desatar tormentas y tempestades en aquellos lugares donde Dios lo permitía. Mephostophilis en persona atiende el pedido de Faustus, pero no podrá servirle sin el consentimiento de su amo Lucifer un ángel bueno en principio pero convertido en jefe de los ángeles malos luego de traicionar a Cristo y precipitar su caída. Recordemos que el diablo y todos los demás demonios fueron creados buenos por naturaleza, pero se convirtieron en malos por ellos mismos y el hombre peca justamente por sugestión del diablo. Esta historia reforzada en la mención previa de la figura de Icaro son un adelanto del final de Faustus. Faustus entrega su alma a cambio de veinticuatro años de completa voluptuosidad. Los consejos de un ángel bueno en oposición a los del ángel malo nos ayudan a mantener constantemente presente la lucha por la que Faustus está pasando. El concepto de ángel no remite a su naturaleza, sino a su función: en hebreo, mal'ak y en griego angelos, significa "mensajero". Dice Faustus: Had I as many souls as there be stars,/I’d give them all for Mephostophilis./By him I’ll be great emperor of the world,/And make a bridge through the air/To pass the ocean. With a ban of men.23 Vacila por un momento, pero retoma su decisión. No hay arrepentimiento como en Everyman, la fortuna y el honor (prometidos por el ángel malo) lo seducen mucho más que la contrición, la oración y el arrepentimiento (ofrecidos por el ángel bueno). Asistimos entonces a un momento clave: la firma del pacto. Faustus emite las últimas palabras de Cristo en la cruz "Consummatum est". Se presentan dos malos augurios: la sangre de Faustus se congela y aparece en su brazo la inscripción "Homo fuge". Mephostophilis le acerca fuego y su sangre comienza a licuarse nuevamente. La ceremonia se completa cuando otros diablos traen atavíos para Faustus y bailan. Luego de firmar, Faustus le pregunta a Mephostophilis por el infierno al que el último define como simple ausencia de Dios. El corazón de Faustus se ha endurecido, ya no puede nombrar la salvación, la fe o el cielo. El protagonista es en esta escena tentado con otro pecado: el suicidio. Su primer pecado había sido rechazar a Cristo. Luego de contemplar los siete pecados capitales desfilando – con la única función de distraerlo de pensamientos celestes – recibe de Mephostophilis un libro que le permitirá tomar la forma que desee. Hace un viaje de ocho días recorriendo el cielo, la tierra y el infierno junto al sirviente de Lucifer y llega al Palacio del Papa. Deja el rol de espectador para ser actor: There did we view the kingdoms of the world,/And what might please mine eye, I there beheld./Then in this show let me an actor be,/That this proud Pope may Faustus’ cunning see.24 La corte pontificia se dispone a juzgar a Bruno, un personaje no identificado cuyo nombre sea quizás un homenaje a Giordano Bruno. Recordemos que las misiones de Bruno y Dee son simultáneas. Así mientras Dee está en el continente; Bruno visita Inglaterra. El paso por Praga de ambos signa el camino de forma negativa, pues desde esta ciudad Bruno parte a Roma para ser ajusticiado y Dee regresa a Inglaterra para terminar sus días en la más absoluta miseria. Mephostophilis hace invisible a Faustus y este se divierte con algunas diabluras hechas al Pontífice. Este último excomulga a Bruno y a su emperador. Bruno al igual que Faustus quedan fuera de la protección de la iglesia. Faustus y Mephostophilis aparecen como cardenales y el Papa les deja a Bruno a su cargo y además les entrega la triple corona para que la dejen en el tesoro de la iglesia. Vueltos a su estado normal, Faustus le pide a Mephostophilis hacerse invisible. Los verdaderos cardenales aparecen y el Papa cree ser víctima de una burla; ante la confusa situación ordena la ejecución de éstos. La escena toma un tinte cómico pues Faustus le arrebata la comida y el vino en primera instancia y luego abofetea al Papa. Cabe relacionar este episodio con el momento de escritura de la obra pues Inglaterra ya no reconocía la figura del Papa como cabeza de la Iglesia lo que justifica la diversión que encontrarían los isabelinos al ver esta escena. A continuación, los frailes exorcizan el lugar, pero Faustus y Mephostophilis los golpean, tiran fuegos artificiales y salen. De regreso, Faustus ha aumentado sus conocimientos y puede responder preguntas con culta maestría. Mientras en Alemania Robin, un mozo de cuadra, que ha robado algunos libros a Faustus intenta junto con Ralph conjurar los demonios. Estos hechos ocurridos en las escenas nueve y diez de la obra han sido consideradas por muchos críticos como insertadas por posteriores autores; pero también asumimos que este tipo de diversión causaría placer a la audiencia menos preparada. En la escena décima, Faustus no usa sus poderes como debiera... en la corte del emperador hace aparecer a Alejandro Magno, figura histórica que lograra conquistar el mundo entero y llevara a cabo tareas casi imposibles. Faustus, en cambio, deberá pagar por sus capacidades sobrehumanas y sólo podrá dominar el mundo desconocido. El final se acerca y uno de los indicadores es el insomnio de Faustus, quien no ha logrado conciliar el sueño durante ocho noches. Esto aparece también en el personaje de Lady Macbeth en la tragedia de Shakespeare, Macbeth, quien tampoco puede dormir pues su conciencia la atormenta. En la escena décimotercera, Faustus malgasta su tiempo en placeres físicos; y ante el pedido de un estudiante, invoca la imagen de Helena de Troya. La aparición del viejo vuelve a poner en escena el conflicto entre el bien y el mal expresado anteriormente por los ángeles. Pero aparece Mephostophilis, y Faustus se ofrece a firmar un segundo pacto para tener a Helena como amante. En la última escena el doctor está con sus amigos, pero él sabe que tendrá que enfrentar solo a la muerte. Cae en la cuenta de lo que ha hecho, pero no hace un esfuerzo para volver a Dios y a diferencia de Everyman no piensa en sus amigos para llevarlos con él . ¿Marlowe hubiera seguido hurgando los infernales caminos si la muerte no lo hubiera sorprendido tan joven? OTRAS RELACIONES Tal como anticipara en este trabajo resulta lamentable haber perdido un Marlowe tan joven a quien no le alcanzara el tiempo para escribir mucho más. Si lo prohibido es lo más deseado por el hombre, la lista de personajes que desafiarán la palabra de Dios se hace interminable. El tema de la caída nace casi con la creación del mundo y es al día de hoy que sigue dando tela para hablar. Sigmund Freud señala que en otras épocas se habló de demonología como recurso para cubrir alguna neurosis. Los demonios ocuparon el lugar de los malos deseos y de las represiones. Freud señala que mientras estos seres fueron proyectados hacia el exterior por la Edad Media, para él, estos pertenecen a la vida interior de las personas por lo que moran en las mismas. Así, estudia junto al Doctor Payer-Thurn una neurosis demoníaca del siglo XVIII. A través de la lectura del manuscrito "Trophaeum Mariano-Cellense" sabemos que el pintor bávaro Christoph Haizmann fue el cinco de setiembre de mil seiscientos setenta y siete a ver al párroco de la aldea de Pottenbrunn terriblemente acongojado. Su preocupación encuentra sentido en el hecho de haber cedido al Demonio que nueve veces lo habría tentado. Su plazo termina en días, profundamente arrepentido necesitaba de la gracia de la Madre de Dios - hay ecos de Gonzalo de Berceo, cuya virgen también intercede por el arrepentido Teófilo en De cómo Teófilo hizo carta con el diablo, -la virgen de Mariazell quien debería conseguir el pacto escrito con sangre. El pedido es escuchado pues él recibe el ocho de setiembre en la Santa Capilla el pacto de manos del propio Diablo que aparece con la forma de un dragón alado. La historia es contundente, a la voz del pintor se suma la de los sacerdotes que atestiguan lo dicho. Pero mucho mayor es nuestro asombro cuando nos enteramos que Haizmann ha firmado dos pactos, el relato pertenece a la firma del segundo pacto. Sospechamos junto con Freud que la víctima del relato pudo haber tenido el documento consigo y que al soltarse de los religiosos que lo sostenían, se precipitó luego al rincón de la capilla donde estaba la aparición para regresar con la cédula. El episodio que debió haber traído la calma y el sosiego al pintor no se dio; por el contrario, el once de octubre comenzaron nuevos ataques pero esta vez figuras sagradas lo visitan y lo atormentan tanto como las figuras demoníacas que habían aparecido anteriormente. Vuelve entonces a la capilla y a través de la plegaria recupera el otro pacto. El perfil de Haizmann responde al de un depresivo melancólico capaz de vender su alma al diablo para liberarse de la tristeza que le ha causado la muerte de su padre que lo inhibe en el trabajo y lo hace preocuparse por su futuro. El Diablo le restituye a su padre perdido. Lo que nos sorprende es cómo el Diablo puede ocupar el lugar de una persona amada. Sabemos que quien lleva el nombre de Padre (el Padre Nuestro lo confirma) es Dios. La dualidad aparece. El demonio es la contrapartida de Dios pero por su naturaleza también se le parece. El diablo de la Edad Media es un ángel de naturaleza divina; en la antigüedad la figura de Dios y el Diablo es una sola , la descomposición en dos fue posterior. Así en el siglo XVII pensar la figura del Diablo como copia de la del padre es posible. El número nueve viene a confirmar las fantasías neuróticas y los "nueve años" solo viene a confundir los "nueve meses" de gestación. Además las apariciones diabólicas vienen cargadas de una sexualidad: la primera vez bajo la figura de un notable ciudadano; la segunda desnudo y con pechos femeninos. Esta última característica se mantiene en las siguientes visiones, en una de ellas además el Diablo aparece con un gran pene rematado en serpiente. El Diablo no tiene nada de femenino, por un lado es la contracara del Señor, es el Señor del Infierno , tiene cuernos, cola y un gran pene: es el padre. Ante la dificultad del pintor de aceptar todo lo dicho, no es casual que vuelva a la figura de la madre a pedir ayuda. Solo la Santa Madre podría salvarlo. En nuestros días la película "Faust" de Jan Svankmajer da una versión moderna del tema fáustico donde un hombre recibe un mapa - de manos de hombres de apariencia normal pero que luego sabremos que son enviados del diablo- que lo conducirá a un recinto en donde cambiará sus ropas por las del personaje de Fausto. El hombre devenido en actor deberá representar este papel ante una audiencia; quiere escapar de ese papel, pero no puede. La pieza fáustica además se está llevando a cabo en otra sala de forma paralela pero con marionetas. Estas son claramente manipuladas por alguien, clara referencia a la manipulación a la que los humanos estamos expuestos también. Así, en algún momento él también se ve a sí mismo lleno de hilos. Incluso sobre el final del film las marionetas se han mezclado con los humanos en la calle. Una vez hecho el pacto de sangre, la voluptuosidad pedida por él es aparente. Fuerzas infernales vienen por él al final de la película, muere bajo las ruedas de un coche sin conductor y simbólicamente alguien se lleva su pierna. Estamos hechos de una dualidad, que también en algún momento - como ya vimos- se le atribuye a Dios. Dualidad que no nos deja mantenernos en el punto medio pues la tentación por alcanzar mayores logros nos seduce y la balanza se cae a un costado. Qué tiene el diablo para ofrecernos, se pregunta el Fausto de Goethe. Qué nos hace claudicar y aceptar nuestro aspecto negativo: el hecho que somos humanos. Nuestra humanidad es la que nos hace caer. No nos resignamos a nuestro carácter humano, intentamos aspirar a más. O acaso el personaje analizado por Freud lleno de represiones no estaba ocultando su parte más baja en un innegable deseo por poseer a su madre. El Faustus de Marlowe está condenado, el arrepentimiento no tiene lugar. Su completa responsabilidad sobre sus actos lo enaltece, por eso pide a sus discípulos que se retiren en el último momento. Pese a que a lo largo de la obra Faustus se plantea a menudo la posibilidad del arrepentimiento, continúa vinculado a Lucifer. El final corresponde a una caída infernal en donde el infierno es visto desde una visión doble: una visión medieval, con imágenes de castigo y tormento terrible; y el concepto expuesto por Mephostophilis que habla de un paraíso que solo lo constituye la presencia de Dios, en cambio el infierno es el lugar constituido por la ausencia de Dios. Dios no tiene lugar en el final de la pieza de Marlowe, Doctor Faustus decide esperar las fuerzas infernales solo. Lilian Huerin NOTAS 1-Génesis 3.9 Tentación, caída y protoevangelio En: La Santa Biblia Madrid, Ediciones Paulinas, 15ª edición, 1964, p.12. 2-Burgess, Anthony. English Literature. England, Longman Group, 1974, p. 72 3-Wilson, F. P. Marlowe and the Early Shakespeare. Oxford, Clarendon Press, 1953, p. 24. 4-Burgess, Anthony. “Enderby’s Dark Lady” en The Complete Enderby. Penguin Books, p.492 5-Tillyard, E. M. W. La cosmovisión isabelina. F.C.E, México. Traducción J. J. Utrilla. México, 1984, p.36 6-Ibídem (3) pp. 32-33 7-Burgess, Anthony. A Dead Man in Deptford. Great Britain, Vintage, 1994, p.12. 8-Ibídem (5) p.12 9-Ibídem (5) pp. 26-27 10-Maquiavelo. El príncipe. Buenos Aires, Alianza, 1992, p.90 11-Marlowe, Christopher. “Tamburlaine, part one” en The Complete Plays. Inglaterra, Penguin Classics, 1986, p.116 12-Ibídem (10) p. 83. 13-Marlowe, Christopher. “Tamburlaine, part two” en The Complete Plays. Inglaterra, Penguin Classics, 1986, p.113 14-Ibídem (10) p. 121 15-Ibídem (5) p.147 16-Ibídem (1) p. 40 17-Wraight, A. D. In Search of Christopher Marlowe. London, Mac Donald and Co. Ltd., 1965, p.185 18-Norman, Charles. The Muses’ Darling. The Life of Christopher Marlowe. England, Falcon Press, 1947, pp.196-7 19-Ibídem (2) p.439 20-Chambers, E. K. The Medieval Stage. Londres, Oxford University Press, 1954, p.151 21-Shelley, Mary. Frankenstein. Great Britain, Wordworth Editions Limited, 1993, p. 34. 22-Marlowe, Christopher. “Doctor Faustus” en The Complete Plays. Inglaterra, Penguin Classics, 1986, p. 269. 23-Ibídem (22) p. 276 24-Ibídem (22) p. 295 BIBLIOGRAFIA Anónimo. Everyman and Medieval Miracle Plays. Great Britain, Aldine Press-Letchworth – Herts para J. M. Dent & Sons Anónimo. La Santa Biblia. Madrid, Ediciones Paulinas, 15ª edición, 1964. Berti, Luciano. The Uffizi Italia, SCALA, 1979. Boas, Frederick S. Shakespeare and his Predecessors. London, Murray, 1940. Burgess, Anthony. A Dead Man in Deptford. Great Britain, Vintage, 1994 Burgess, Anthony. English Literature. England, Longman Group, 1974 Burgess, Anthony. The Complete Enderby. England, Penguin Books, Chambers, E. K. The Medieval Stage. London, Oxford University Press,1954. Dover Wilson, J. The Essential Shakespeare. U.S.A., Cambridge University Press, 1962. Erasmus, Desiderius. El elogio de la locura: (Encomium moriae)Traduc. De F. M. 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