Los placeres capitales (fragmentos)

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La Colmena
Pliego de Poesía
A ntonio C ajero Vázquez
Los placeres capitales
(fragmentos )
Revista de la Universidad Autónoma del Estado de México
Número 78 abril-junio de 2013
Ilustración de portada: Músicos en fiesta patronal de San Gaspar (2011), Metepec.
Foto: Fernando Oscar Martín.
Para Vanessa
I
Desde un cristal empañado
por mi propio aliento, miro la escena
y lloro por la alegría y el dolor
de soñar despierto:
sale el niño hacia la era ajena,
con el puño lleno de un hambre tierna.
Adelante el capataz
y un ejército andrajoso,
mas feliz, corre detrás.
La verde milpa
de todos los colores los devora.
Alimentar, entre juegos,
el maizal que apenas muerde el aire matutino.
El rocío humedece todo todo todo.
Con los pies desnudos,
carcomidos por el lodo hace, el niño,
un surco a su medida.
Y no tiene fin entre la tierra recién abierta:
huele a flores silvestres mutiladas.
A media tarde,
lo veo mirarme:
ondea la mano terrosa
para decirme adiós,
mientras sueña con el plato de habas frías
y las tortillas tibias en casa del amo,
don Francisco Rivera, El Gallo.
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El retorno de Quetzalcóatl (2011), Toluca. Foto: Fernando Oscar Martín.
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II
La rueca gira en la espiral del tiempo.
Y el chac-chac-chac de los telares.
El tío Mago con su ritmo de
más vale tarde que nunca y
don Agustín lleva prisa:
ayer enterraron a su mujer.
Don Julián, no se sabe, trae
una cruda atravesada y
la hiel —supongo— en la garganta.
Con todo, las risas, el juego,
el placer de tejer el tiempo.
Que ha muerto Paulo VI, se rumora;
que ha sido envenenado el sucesor;
que ahora nombraron a un polaco,
ay, mientras el café se enfría.
La rueca lleva de una mano al niño,
en tanto el hilo no se reviente.
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III
En el amasijo, la masa rueda,
rueda de mano en mano.
El horno, mientras, espera
con las fauces abiertas.
Todo el pueblo huele a pan:
vainilla, canela y naranja.
Ahí va la mantequilla y
el huevo y la harina y
la levadura maga.
El niño se sueña panadero:
con su artesa y su banco
y sus manos de dios tierno.
¿Por qué no se cansa
ni de pintar cuernos
ni de espolvorear donas
ni de soñar despierto?
Ahí el churrero va con sus churros;
el repostero, cargado de pasteles
y el francesero, ah, el francesero,
harto de tanto insípido pan francés.
El niño sueña los días de Muertos
y teme la pesadilla de las roscas de Reyes,
los miles y miles de hojaldras y alamares.
“El pan”, gritas, “el pan y la leche”,
cuando el niño de ayer
se relame por los sabores
que le regalas cada noche.
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IV
Sueño que sueño que un toro escapa
y lo veo rondar una casa ajena y mía.
Fuerza la puerta y entra
y brama, lo escucho, brama.
El belfo sediento,
la cornamenta altiva:
ni el corral de piedra
ni el grito detienen su carrera.
Para qué la huida, me increpo,
aguardaré a que un amanecer se disuelva
y muera y resucite una noche y otra y otra,
hasta que un día extienda el cuello
y se desangre, soberbio,
con los estertores de rigor
ante el puñal asesino y salvador.
Ya libre de un sueño,
ya despierto una vez,
ya en la primera vigilia
abriré los ojos para vivir este sueño segundo
del que hasta donde sé nadie despierta.
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V
Afuera la muda tormenta de nieve.
Nada más irrumpe en la escena.
Disfruto este hallazgo de mi ignorancia:
lento lento lento desciende el cielo.
Y lo tomo con las yemas tibias.
¿Qué dios, qué magia alienta esta blanca hora del día?
Me veo asomado a la ventana,
a la fría madrugada expuesto:
niño con juguete nuevo.
Y resulta estúpido, lo sé.
En lugar de embobarme aquí, contra el alféizar,
debería salir a hollar el blanco laberinto
y, también, a emborracharme
de esta mañana en que nada se oye.
Mañana el asombro será costumbre
y, más tarde, no más que olvido.
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VI
Te veo y me pregunto quién sueña
ahora. Te oigo y tu voz suena
a una hora que sólo yo conozco.
Pasan los minutos y exijo el infinito;
pero el reloj no alcanza para todo.
Te siento cerca y no me tocas,
acaso el viento entre las ondas
de tu aliento que me pronuncia a solas.
Y la tarde de otros días, o del mismo
en que me repliego tras las sombras:
anochece y la luna arriesga un viso.
Ay, hasta cuándo vendrás a ciegas
y con el labio sediento a estas
tierras en que me dejaste herido.
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Semana Santa en San Gaspar (2012), Metepec. Foto: Fernando Oscar Martín.
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VII
Y si no hubiera dado el salto,
¿sería el mismo bullicio del corazón?
El durazno de tu piel, no sé,
o tu árido labio, tampoco sé,
apura una palabra, acaso botella al mar,
que no atino siquiera a balbucir.
Voces, guiños, ademanes
de un futuro roto en esta noche a solas:
así el caos abre sus aguas al paso
del negro cisne y feraz de mis jardines.
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VIII
Una vez más mi sangre se vuelve mar
en el cuenco de una mano oscura
y se desborda por el agua de mis venas.
La estiro y no hay más que el vacío
lleno de nada.
La nada llena hasta el hartazgo de tu ausencia
en cada esquina, en cada almohada de mis pesadillas.
Grito tu nombre y el silencio
devuelve el eco de una voz sin dueño,
el eco seco del puño contra el suelo,
y la oscura lágrima del duelo
y la rendija de tanto repetido cautiverio.
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IX
¿Desde qué pensativo rincón
contempla Sifú la película del mundo?
Acurrucado contra su pelo recién lamido,
ronronea para arrullarse a todas horas:
practica la música del primer gato.
En cada salto, el silencio se agazapa.
Ahí se supone que estaba, ahora ya no.
El zarpazo, entonces, desde las sombras.
En sus ojos, un abismo de coral.
Con la sabiduría de quien lo sabe todo,
a tientas, descubre el universo.
¿Qué contempla Sifú si no a un gato
que contempla la película del mundo?
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X
Que el polvo enceguece
al rebaño de ovejas;
que el agua inunda los campos
y abre innúmeros caños;
que el viento derriba
nubes, aves y ángeles;
que el fuego devora
el corazón más duro:
no lo crea el vulgo,
será Dios, acaso,
que juega a los dados.
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Antonio Cajero Vázquez. Doctor en Literatura Hispánica por El Colegio de México.
Es profesor e investigador en El Colegio de San Luis desde agosto de 2009.
Entre 2002 y 2004 fungió como teaching assistant en el Romance Languages
Department de la Universidad de Harvard. Ha publicado en revistas académicas
nacionales e internacionales (Nueva Revista de Filología Hispánica, La Nueva
Literatura Hispánica, Literatura Mexicana, Variaciones Borges, Revista de Literatura
Mexicana Contemporánea). Forma parte del Sistema Nacional de Investigadores.
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