! ETAPA I – SOMOS INVITADOS A LA FIESTA RITOS INICIALES 1. ORACIÓN INICIAL Oración de los dos minutos. i. Siéntate cómodamente y cierra tus ojos. Escucha los ruidos de adentro y fuera del lugar donde te encuentras en este momento. Luego, siente tu respiración, siente la vida que hay en tu cuerpo. Dios es vida y sólo Él la da. Él te está dando vida ahora, en estos momentos, porque te quiere. Es más, Él disfruta estar contigo y darte vida a cada instante. No hay cosa que le guste más. Viene para ayudarte a crear este momento de tu vida junto con Él. ii. Ahora, platícale en silencio lo que más traes en tu corazón y en tu mente (un problema, una alegría, un miedo, una preocupación..., o una ilusión para el futuro). iii. Un poco de tiempo después, es momento de callar y escuchar a Dios. Dios normalmente no te hablará al oído, sino más bien te hará sentir algo en lo hondo de tu ser. Por lo tanto, quédate tranquilo y déjate tocar por Dios. Al principio tal vez no sentirás nada, pero poco a poco vas a empezar a sentir paz, fortaleza, alegría u otro sentimiento. iv. Una vez que has escuchado a Dios, comienza a darle gracias y despídete de Él. En muchas ocasiones y situaciones recibimos una gracia de Dios (esto es, un regalo gratis de su amor). Y esta gracia nos ayuda a vivir mejor cada día. 2. ACERCAMIENTO ANTROPOLÓGICO Estando todos en círculo se comienza el diálogo haciendo un recuento de la cantidad de personas que viven cerca de nuestra casa. No pensemos en las personas de toda la colonia o del edificio, sólo en aquellas que viven alrededor de nuestro hogar. Ahora, de todos ellos, ¿cuántos son católicos? Si no lo sabemos, hagamos un estimado. De esos católicos, ¿cuántos van a Misa los domingos? Quedémonos con ese estimado1. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 1 En este punto tenemos que evitar juicios respecto al estimado obtenido. Es decir, en este momento no nos interesa averiguar los por qué´s de ese resultado. ! 1 ! Continuemos la sesión preguntándonos ¿cuántos de nosotros hemos asistido a una fiesta? La mayoría responderá que todos. ¿Por qué asistimos a las fiestas? ¿Asistimos a todas las que nos invitan o rechazamos algunas invitaciones? ¿Cuál es criterio para decidir a qué fiesta asistir? Ahora, basados en las respuestas que hemos obtenido de estas últimas preguntas, reflexionemos sobre los motivos que tienen nuestros vecinos para dejar de asistir a la Celebración Eucarística dominical. Lejos de culparlos o dejar caer en sus hombros toda la responsabilidad, expongamos aquellos motivos que nos atañen como miembros activos del Cuerpo Místico de Cristo. 3. EXPERIENCIA CATEQUÉTICA • La participación en la Misa es escuela de vida cristiana y fuente inacabable de luz y de fuerza para vencer al mal con el bien. • La Misa, vista como una boda, significa las nuevas relaciones de Dios con su pueblo. • La Eucaristía no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles. • En la Celebración Eucarística somos convocados, domingo a domingo, como amigos y discípulos de Jesús a su banquete. • Así como en una fiesta, la acogida de bienvenida y recepción nos dan pistas de cómo estará la fiesta o inclusive nos dan motivos para permanecer o huir de ella, de ese mismo modo, la acogida que damos a los demás, en nuestras Celebraciones Eucarísticas, nos dan razones para permanecer con agrado. • María, un ejemplo a seguir: «acoge» la voluntad del Padre. Gracias a su acogida la humanidad es honrada, agraciada, agradecida y bienaventurada. 4. COMPROMISO DE VIDA Una vez terminada la exposición de la catequesis, es importante dejar un momento de reflexión respecto a lo estudiado y hacer, al menos, un compromiso personal. En esta etapa se sugieren los siguientes compromisos: ! 2 ! i. Mantener una actitud de verdadera acogida con todas las personas que las visiten en sus hogares o con las cuales convivan en su escuela, trabajo o en momentos de ocio.! ii. Tratar con respeto, cariño y amor a todas las personas, principalmente a aquellas que son rechazadas por la sociedad: vagabundos, borrachos, personas con mal olor, prostitutas, homosexuales, etc. 5. COMPROMISO COMUNITARIO Ahora, como comunidad, es importante poner en práctica lo que hemos aprendido de esta primera etapa de estudio rumbo al VI Congreso Eucarístico. Para ello es importante que analicemos la realidad en la que se enmarcan nuestras Celebraciones Eucarísticas2 y ver cómo podemos mejorar para que nuestros hermanos se sientan acogidos en la casa de Dios. Presentamos algunas ideas que nos pueden dar luz al respecto: i. Recibir a los fieles en las puertas del templo y entregar las hojitas dominicales.! ! ii. Colocar una canasta de intenciones en la puerta de nuestros templos y ofrecer la Misa por todas esas intenciones y/o prestar nuestra ayuda para que anoten sus intenciones. iii. Recibir y acompañar a los fieles a lugares destinados para ellos. iv. Colocar, en nuestras hojitas dominicales, actos penitenciales participativos, de tal manera que, las personas se sientan interpeladas por al amor de Dios. ! 6. ORACIÓN FINAL Decenario del amor i. Piensa en cinco que vivan cerca de tu casa y con las cuales tengas poco contacto (o pueden ser cinco personas que vivan cerca de tu casa y no asisten a Misa). !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 2 Es importante centrarnos sólo en los ritos iniciales y en la acogida que le damos a las personas que asisten a Misa. ! 3 ! ii. Pide a Dios por esas personas y, ofrece por ellas este momento de oración.! ! iii. Meditemos en el misterio del niño Jesús perdido y hallado en el Templo:! ! En medio de la oscuridad que hoy vivimos y en la que nos parece haber perdido el rumbo en nuestra Iglesia, creamos que la luz de Cristo sigue iluminando. Si regresamos a nuestros orígenes, de la misma forma que María regresó a Jerusalén, ahí encontraremos al Niño que hemos dejado de contemplar, ahí reencontraremos el gusto por la participación frecuente a la Eucaristía. ! iv. Se reza: 1 Padre nuestro, 10 Ave Marías, Gloria.! Se termina este momento con la Oración del VI Congreso Eucarístico Nacional.! Amado Jesús, Tú que has sido enviado por el Padre para buscar a los que están perdidos y viniste a nosotros haciendo el bien, curando y anunciando la Palabra de salvación y donándonos el Pan que dura para siempre. Sé nuestro compañero de camino mientras peregrinamos por la vida. Que tu Espíritu Santo encienda nuestros corazones, avive nuestra esperanza y abra nuestra mente, para que, junto a los hermanos y hermanas en la fe, podamos vivir este VI Congreso Eucarístico Nacional como fuente de gracias para nuestro pueblo. Inspira nuestras celebraciones, labores y compromisos, que nos vayan transformando en un solo cuerpo, y que nos guien para que caminemos humildemente, en justicia y en amor, siendo testigos de tu Resurrección. Que la presencia eficaz de Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive, nos sostenga y acompañe siempre. Amén. ! v. Luego, nos despedimos con el saludo de la paz.! ! 4