El Mundo – El día de Baleares 17/03/2006 La editorial Moll publica dos epistolarios de Llorenç Villalonga y Maria Antònia Salvà '333 cartes' recoge la correspondencia mantenida por el autor de 'Bearn' con otros intelectuales PALMA.- La editorial palmesana Moll acaba de sacar a la luz dos nuevos epistolarios en su colección Els treballs i els dies. Se trata de 333 cartes, de Llorenç Villalonga, edición a cargo de Jaume Pomar, y de la correspondencia de la poeta Maria Antònia Salvà dirigida al también poeta Miquel Ferrà. La Conselleria de Cultura del Govern de les Illes Balears patrocina el libro de Villalonga y el Consell Insular de Mallorca el de Salvà. En 1998 se publicaron las cartas de Ferrà a Salvà, tal como las dejara en 1991 Miquel Gayà, que las transcribió pacientemente, las ordenó y anotó. 14 años después aparecen las de Salvà a Ferrà, pero a este conjunto se le han añadido 30 cartas nuevas, como explica en el prólogo Francesc Lladó, estudioso de Ferrà. Este prólogo precede al que debemos a Miquel Gayà, y nos sitúa ante las personalidades de Gayà, Ferrà y Salvà, miembros de l'Escola Mallorquina. Miquel Ferrà y Maria Antònia Salvà se conocieron en 1904 y las primeras cartas conservadas datan de esa fecha. Lladó, que vio en Miquel Ferrà a un poeta «totalmente diferente de los otros miembros de la Escola Mallorquina», habla del magnetismo de Ferrà, quien dirigió la Residencia de Estudiantes de Catalunya, y del embrujo que ejercía sobre Gayà y otros escritores como Joan Pons, Miquel Arbona, Miquel Dolç y Maria Antònia Salvà. Gayà, en su presentación de las cartas publicada ahora, ocho años después de su muerte, define a Maria Antònia Salvà como «una mujer sin biografía», pero reconoce que fue la poeta que vio difundirse más que nadie su gloria por toda Mallorca. Quince años mayor que Ferrà, Salvà cultivó una amistad con el joven poeta que no se extinguió nunca, como prueban las más de 390 cartas que recibió de él. A través de ésta correspondencia conocemos los detalles de El Mundo – El día de Baleares 17/03/2006 la vida cotidiana de la primera mitad del siglo XX, y todo en un estilo «de lo más comestible y entretenido», en palabras de Gayà. Salvà, huérfana de madre, hija de una abogado, estudió en La Pureza y vivió una vida sedentaria en la alquería de L'Allapassa de Llucmajor. Su obra poética caló profundamente en el alma del pueblo y se convirtió en consejera de los nuevos poetas como por ejemplo Llorenç Moyà, que recurrían a su magisterio en busca de orientación. Las 333 cartas de Villalonga nos muestran la íntima personalidad de un hombre que odiaba el teléfono y que no habría soportado la era de Internet. Durante los tres años que invirtió en la escritura de la biografía de Llorenç Villalonga, titulada La raó i el meu dret, Jaume Pomar pudo manejar parte de las cartas que ahora salen a la luz. Algunas de las personas que Pomar visitó en calidad de fuente oral para su libro, tenían cartas. Otros habían muerto, como Jaume Vidal Alcover, cuyo hermano le facilitó a Pomar unas cartas que constituyen el bloque más interesante de esta recopilación. Epistolario catalogado Por otra parte, en 1999 llegaron a la casa Museo Villalonga de Binissalem muchos documentos a través de José Zaforteza, heredero de Villalonga, que Pomar no había podido utilizar antes. Entre estos, aparecen algunas cartas dirigidas a Joaquim Verdaguer y algunos borradores. Queda pendiente una investigación en México, donde vivieron dos hermanos del escritor, Maria y Guillem, para avanzar en la catalogación del epistolario total de Villalonga, que superaría el millar de cartas. Pomar tiene noticias de una posible autobiografía de Guillem Villalonga, que podría ser fundamental para el conocimiento más perfecto del autor de Bearn. El epistolario de Villalonga y Baltasar Porcel, el bloque de Moles, el de Bernat Vidal i Thomàs, el de Damià Ferrà y las cartas de matrimonio Sales-Folch, aún inéditos, El Mundo – El día de Baleares 17/03/2006 completarían el material que Pomar ha ordenado, transcrito y editado de la mano de la editorial Moll.