colaboración en comunidad de práctica para el desarrollo

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ISSN: 1133-8482 Nº 42 Enero 2013 - pp. 103-113 Píxel-Bit. Revista de Medios y Educación
COLABORACIÓN EN COMUNIDAD DE PRÁCTICA PARA EL
DESARROLLO PROFESIONAL DEL PROFESOR.
COLLABORATION IN COMMUNITY OF PRACTICE FOR THE
PROFESSOR'S PROFESSIONAL DEVELOPMENT.
Dra. Rosa María González-Isasi1
[email protected]
Francisca Aleida Castañeda-Quiroga1
[email protected]
Manuel Torres1
[email protected]
Rodrigo Banda-González2
[email protected]
Raquel C Vargas-Torres3
[email protected]
Francisco Ruiz-Rodríguez2
[email protected]
Universidad Pedagógica Nacional. Unidad UPN Victoria.Coord. de Posgrado. Felipe de
la Garza 1234 Nte. Frac. Las Palmas, C.P.87050 Ciudad Victoria, Tamaulipas (México).
(2)
Supervisión Escolar No. 90, Nivel Primarias de Educación Básica.
Camino del Pueblo No. 423 Col. Casas Blancas, Ciudad Victoria, Tamaulipas (México).
(3)
CENDI Nº 6 Elia Gutiérrez de Castillo Mireles. Calle General Luis Caballero SN,
Colonia Tamatán, CP 87060 Ciudad Victoria, Tamaulipas, (México).
(1)
Se presentan resultados de un estudio cualitativo con estudio de casos de tres comunidades de práctica,
de tres escuelas mexicanas de educación básica. Participaron, 50 profesores. Se buscó apoyar a los
profesores a realizar una reflexión crítica de su quehacer docente con TIC. Se pudo identificar que el
trabajo colaborativo tuvo buen impacto en las escuelas estudiadas, pero se requerirían acciones
prolongadas de ese tipo de participación, ya que es una actividad relacionado con la cultura escolar y
requiere considerable esfuerzo de los profesores, no solo en el manejo de las TIC, sino en su uso como
recurso didáctico.
Palabras clave. Comunidad de práctica, Colaboración de profesores, Usos de tecnología en la educación,
Enseñanza reflexiva.
The final results of a qualitative study are presented by means of a case study on practice communities,
which corresponds to three Mexican elementary schools. 50 teachers have participated in it. It is concluded
that collaborative work has good impact in the studied schools, but it requires a longer permanency of the
actions for that type of participation, because the activity is related to the school culture and requires a
considerable effort from teachers, not only in the use of ICT, but also in its application as a didactical
resource.
Key Words. Communities of practice, Teacher Collaboration, Technology Uses in Education, Reflective
Teaching.
©2013 Píxel-Bit.
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González, R. M. et al.
Píxel-Bit. Revista de Medios y Educación
1. Introducción.
A partir de la incorporación de las
Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC) a las aulas de las escuelas
primarias mexicanas, los profesores han
requerido buscar formas pertinentes de
desarrollar su tarea docente para propiciar los
aprendizajes de los alumnos. En esa tarea, se
han visto apoyados por las instancias
gubernamentales a través de cursos de
capacitación, que como señalaron Hargrave
y Hsu (2000) son las acciones más
frecuentemente utilizadas para el logro de
esos propósitos, aunque en esos procesos
de capacitación el aprendizaje se produce
desligado de la práctica en el contexto de
aplicación que es el aula (Gunter, 2001;
Hargrave & Hsu, 2000, Willis & Sujo de
Montes, 2002) y de los medios de que
disponen los profesores en las escuelas
(Cabero, 2002).
De allí que se llevara a cabo una estrategia
para el desarrollo profesional de los profesores
en el uso de TIC, que implicara no solo el uso
de TIC, sino y principalmente el trabajo
colaborativo entre pares (Hoban, 2002;
McCotter, 2001), donde construyeran
colaborativamente conocimientos y
habilidades en forma participativa (Leave &
Wenger, 2003). De tal forma que generaran
nuevas concepciones sobre la enseñanza y
el aprendizaje (Loughran, Mitchell & Mitchell,
2004), así como de desarrollo de su práctica
docente (Butler, Novak, Jarvis-Selinger &
Beckinham, 2004). Esa estrategia utilizada fue
la de Comunidades de Práctica (CoP), en la
cual los profesores compartieron su
conocimientos y experiencias en el uso de
TIC en forma participativa (Leave & Wenger,
2003). La estrategia de CoP se utilizó en un
proyecto de intervención en tres escuelas en
las que los participantes utilizaban los
recursos tecnológicos como recurso
didáctico para el logro de las metas
educativas (Wells & Claxton, 2002).
Se planteó como objetivo, apoyar a los
profesores en cada CoP a realizar una reflexión
crítica de su quehacer y reconstrucción del
conocimiento (Crockett, 2002) acerca de la
enseñanza y el aprendizaje con TIC, así como
identificar principios que sustentan las
mejores prácticas de trabajo colaborativo en
CoP cuando los profesores analizan su
docencia con TIC. Ello, con el fin de que
crearan significados relevantes en relación a
las formas de utilizar y diversificar el uso de
las TIC en busca de una práctica docente más
eficiente. Por otro lado, se consideró que el
acceso a oportunidades educativas con
grupos de iguales y las discusiones en el
ámbito laboral escolar, se constituyen en
elementos fundamentales para el desarrollo
del profesor como profesional de la
educación. En este proceso de trabajo grupal,
se requiere que el desarrollo organizativo de
la escuela contribuya a la revisión,
planificación, desarrollo y evaluación de los
cambios en las condiciones internas de la
escuela, vinculadas con el aprendizaje de los
alumnos (González-Isasi, 2010).
Así, se indagó sobre: ¿Cuáles son los
principios que sustentan las mejores prácticas
de trabajo colaborativo en CoP, para el
desarrollo profesional de los profesores en el
uso de TIC como recurso didáctico? Los
principios en este proyecto fueron
considerados como un recurso que orienta
las actividades pertinentes y eficaces de los
profesores en el análisis de su práctica
docente en la que utilizan las TIC como recurso
didáctico.
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Píxel-Bit. Revista de Medios y Educación
2. Metodología.
3. Resultados.
El método que se utilizó fue cualitativo con
estudio de casos. En este estudio se
examinaron las prácticas de trabajo
colaborativo de los profesores en el que
analizaron la práctica docente con uso de las
TIC como recurso didáctico. Así mismo, se
revisaron las transformaciones que realizaron
en ese uso, a partir de su participación
colaborativa en la CoP. Para propiciar ese
análisis se efectuó una intervención que
consistió en conformar tres comunidades de
práctica con la participación de 50 profesores
y 2 directores de tres escuelas de educación
básica localizadas en la ciudad capital de un
estado del norte de la República Mexicana;
dos escuelas primarias y una de preescolar
de un Centro de Desarrollo Infantil, cada una
de ellas constituyó un caso.
En cada uno de los casos, se participó en
seis sesiones de trabajo en las que los
investigadores fungieron como moderadores
y los participantes discutieron sobre los usos
que hacían de las TIC en su práctica docente,
así como sobre los cambios que realizaron en
el uso de las TIC a partir de su participación
en la CoP y las repercusiones que esos
cambios tuvieron en el desarrollo de su
práctica docente. En cada sesión se analizó
una clase videograbadas de los mismos
participantes cuando hacían uso de TIC como
recurso didáctico. Posterior a cada sesión se
realizó una entrevista semi-estructurada a los
participantes para conocer los aspectos del
uso de las TIC en el aula que tuvieron un
mayor impacto en el logro de los aprendizajes
de los estudiantes.
Trabajar colaborativamente no resulta
sencillo, sobre todo cuando lo que se analiza
es la propia práctica docente, ya que allí los
participantes se ven expuestos a los ojos de
sus compañeros y les cuesta mucho trabajo
aceptar las críticas que sobre sus actos se
expresan. Ello, aunado a la dificultad de los
sujetos de percibirse a sí mismos, ya que como
lo señaló González Isasi (2010) esa percepción
«está determinada, en gran medida, por la
propia visión que los sujetos tengan de sus
necesidades y, así mismo, que el auto análisis
que el sujeto haga, está en función de su
propia condición de desarrollo» (p. 201).
Como lo afirmaron Elbousty y Bratt (2010),
los profesores cuando participan en una
comunidad, inicialmente sienten muchos
temores que pueden llevarlos a inhibirse por
algún período de tiempo (Guha, 2000), pero
logran superarlo con un esfuerzo de trabajo
colaborativo, el cual McLaughlin y Talbert
(2001) plantearon como esencial para la
innovación educativa que propicie el éxito
de los estudiantes en la escuela, y que implica
un cambio en la forma de desarrollar el trabajo
escolar; cambiar de una perspectiva
conservadora e individualista a una
colaborativa y grupal.
Cuando los participantes en una CoP pasan
la primera etapa de nerviosismo y actitud de
defensa, asumen actitudes de apertura y
aceptación de las observaciones de sus
compañeros (González-Isasi, 2008). De allí que
pueda comprenderse que el trabajo
colaborativo que se desarrolló en las CoP
fuese uno de los aspectos reconocidos por
los participantes. Así, se encontró que sobre
la colaboración, los participantes
identificaron que les:
a) Permite aprender de los demás.
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b) Posibilita apoyarse mutuamente para
trabajar con TIC
c) Ayuda a autoevaluarse y d) permite
mejorar la práctica docente.
3.1. La colaboración permite aprender de
los demás.
Aprender de los demás fue un efecto que
la participación en la CoP tuvo en los
participantes, ya que les posibilitó apoyarse
en aquellos compañeros que más experiencia
y conocimientos tenían. Esa ayuda mutua,
les permitió sentir mayor seguridad al
aprender a utilizar las TIC, a incrementar su
uso y a mejorar su práctica docente al
utilizarlas y no solo cuando tuvieron una
práctica directa con las TIC, como lo
señalaron Wozney, Venkatesh y Abrami
(2006), sino también cuando pudieron ver y
analizar a través de la clase video-grabada,
los usos que sus compañeros hacían de ellas.
Así, al observar a sus compañeros a través
de una clase registrada en video, los
profesores identificaron las mejores prácticas
y los métodos más eficaces para desarrollar
la docencia (Elbousty & Bratt, 2010). Además,
los participantes se motivaron a aprender a
utilizar las TIC, y propusieron buscar los
espacios dentro de los tiempos laborales para
lograrlo. De esa forma, el conocimiento y la
experiencia de los compañeros fue valorada,
no solo por lo que compartieron en las
reuniones de discusión y análisis de la
práctica docente con TIC, sino por todo lo
que pudieron aprender en otros espacios que
ellos mismos se plantearon construir.
En ese sentido, se puede afirmar que los
profesores buscaron utilizar tiempo para
aprender de los demás. Sin embargo, se
requiere una mayor participación en espacios
de trabajo colaborativo, ya que la eficacia de
las actividades realizadas en esos espacios
construidos, estará dada por el uso adecuado
del tiempo, con el trabajo conjunto, y en la
medida que logren aprender a colaborar y
desarrollar un plan integral de trabajo
colaborativo entre colegas (González-Isasi,
2007). Se requiere además, que se planteen
metas concretas en plazos determinados para
que logren que ese aprendizaje que obtengan
de los demás, sea compartido.
3.2. La colaboración viabiliza el apoyo
mutuo para trabajar con TIC.
Un segundo efecto que la participación en
la CoP tuvo en los participantes fue el de
reconocer que esa participación los ayudó a
apoyarse mutuamente para utilizar las TIC en
la práctica docente. De acuerdo con
McLaughlin y Talbert (2006), la organización
de los profesores en grupo, facilita su
comunicación y les posibilita el dar y recibir
realimentación de su desempeño en los
diferentes espacios de su trabajo. Así mismo,
los integra para dar y recibir apoyo y
enriquecimiento mutuo. A ese respecto,
diversos estudios (DuFour, DuFour, Eaker &
Karhanek, 2004; McLaughlin & Talbert, 2001,
2006) identificaron que el construir metas
comunes en grupos para desarrollar la tarea
educativa de la escuela, es una acción que
posibilita la mejora escolar; en lo referente a
los tres casos estudiados, a trabajar en forma
más amplia y pertinente con las TIC.
Los profesores identificaron que el apoyo
de los compañeros puede posibilitarles la
mejora de su trabajo docente. También
reconocieron un avance en la condición de
apertura para escuchar las opiniones y
críticas de sus compañeros para trabajar con
TIC, en lo que tanto el conocimiento como el
poder se comparten igualmente y son
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distribuidos entre la CoP (Elbousty & Bratt,
2009).
Al trabajar colaborativamente los
profesores valoraron sus estrategias de
trabajo y las de los otros. Como se pudo ver,
asumieron una postura de apertura para
consultar enfoques y estrategias
pedagógicas (Hord, 2009) para usar las TIC.
Así, el uso de TIC como recurso didáctico,
planteada como tarea común en el proyecto
de intervención para el desarrollo de la CoP,
llevó a los profesores a identificar apoyos
que podrían proporcionarse mutuamente, lo
que les podría permitir el acceso a ideas y
sentimientos asociados con tomar riesgos
para aprender y enseñar en forma significativa
(Korthagen, Loughran & Russell, 2006).
En este sentido, el trabajo colaborativo
proporcionó oportunidades para explorar y
practicar algunas aplicaciones tecnológicas
en un ambiente de trabajo con compañeros,
lo cual se constituyó en soporte y acrecentó
el nivel de confort al usar la tecnología
(Dawson & Norris, 2000; Thompson,
Schmidt, & Davis, 2003). Como lo plantearon
los participantes, no solo les permitió
aprender de todos, sino que, al comprender
cómo usaron las TIC los demás, les permitió
visualizar que ellos también lo podrían hacer
y en consecuencia buscaron mejorar su uso.
También señalaron que tuvieron un avance
en la condición de apertura para escuchar las
opiniones y críticas de sus compañeros para
trabajar con TIC.
En las escuelas de estudio, los profesores
identificaron el apoyo los apoyos del director,
como un aspecto importante en el uso que
ellos hacían de las TIC. Ello les ayudó a
minimizar la incertidumbre y la inestabilidad
que puede producir la inserción de las TIC a
la escuela, y que puede provocar dificultad
en su utilización la cual «solamente puede
superarse con la adopción de medidas claras
para su incorporación, motivando a su
utilización, y con capacidad de liderazgo»
(Cabero, 2004, p. 9). En esas medidas, están
las que orientan la gestión de los recursos y
espacios, ya que permiten en las escuelas la
generación de una la dinámica para usar
recursos en forma compartida, disponer de
recursos que funcionen adecuadamente,
recibir apoyo y orientación para usar las TIC
en forma más eficiente, entre otras.
Fue claro que en la gestión de los recursos
tecnológicos, el papel del director fue muy
importante. Así, se produjeron diversos
cambios, que como señalaron González-Isasi
y Castañeda (2009), cuando los profesores
trabajaron colaborativamente. Esos cambios
no solo se realizaron en la práctica docente
de los individuos y del grupo, sino que
también los hubo en la gestión escolar,
propiciados por las demandas que los
profesores hicieron de más recursos
tecnológicos y mayor disponibilidad y
apoyos para usarlos. Así, aunque el director
no sea un líder en el uso de las TIC como
recurso didáctico, por no haber desarrollado
las competencias que para ello se requiere, si
impacta el hecho de que perciba la
importancia de que en la escuela se usen las
TIC, para que se constituya en un líder gestor
de ellas.
En ese sentido, la organización de los
recursos tecnológicos en las escuelas
estudiadas, fue un factor muy importante, ya
que una deficiencia en ella pudo haber
frustrado su utilización en el desarrollo
curricular. A ese respecto, Cabero (2001)
señaló que son diversos los motivos por los
que los profesores no utilizan las TIC, entre
ellos la falta de:
a) Un responsable de medios.
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b) Horarios flexibles para el acceso a esos
recursos.
c) Disponibilidad de recursos
especialmente para los profesores.
Sea cual fuere el proceso de integración de
las TIC a las escuelas, es innegable que
provoca cambios en la organización de las
mismas. Dentro de esos efectos está el de un
aumento entre las interrelaciones de los
diferentes miembros de la comunidad, lo que
constituye la oportunidad de una
comunicación más fluida entre sus diferentes
miembros (Cabero, 2004). Todo ello, se traduce
en una necesidad y al mismo tiempo
aceptación de los profesores de recibir apoyo
para estar en condiciones de utilizar las TIC.
3.3. La colaboración ayuda a mejorar la
práctica docente.
Un tercer efecto reconocido por los
participantes en la CoP, fue el aceptar que
interactuar en esos espacios les ayudó a
mejorar su práctica docente con las TIC.
Según Graham (2006) los profesores que
cooperan con los otros para la mejora de la
práctica docente, son profesores que
desarrollan prácticas docentes exitosas.
Además, en su participación con el grupo de
profesores, tienen una profunda comprensión
de su papel en el proceso y asumen la
responsabilidad de apoyar a los demás, con
expectativas claras para esa experiencia.
En este estudio, los compañeros
profesores ayudaron a problematizar sobre
la práctica docente a los otros. Las
discusiones entre iguales permitieron a los
participantes confrontar sus ideas con las de
los otros, forzándolos a defender sus
interpretaciones de la aplicación de las TIC
en el aula, para extender su pensar y ampliar
sus conocimientos sobre ello. Sus
interacciones los motivaron a explorar usos
de TIC en su práctica docente, así como a
identificar los beneficios de usar las TIC para
el logro de los aprendizajes, que aunque no
hay suficientes estudios que prueben esos
beneficios, como señaló Cabero (2004), sí
debe quedar claro que proporcionan a los
estudiantes mayor oportunidad de
interacción con los contenidos curriculares.
Por ello, de cuanto más materiales didácticos
dispongan los profesores, mayores
posibilidades de utilización tendrán. De allí
que, potenciar las comunidades de práctica
en las escuelas, puede ser de gran ayuda para
la producción e intercambio de recursos
didácticos tecnológicos, además de otros
apoyos como el intercambio de experiencias
y la construcción de visiones compartidas
de la práctica docente con TIC.
Fueron las necesidades de los participantes
por comprender los usos de las TIC en su
trabajo en el aula y sostener o modificar sus
ideas, lo que medió las interacciones y les
posibilitó que alcanzaran resultados que
consideraron valiosos. Sus interacciones
también los ayudaron a reconocer los
aspectos que requerían mayor atención en
su propio conocimiento y quehacer
profesional. De esta forma se evidenció que
el trabajo colaborativo colocó a los profesores
en situación de explicarse y hacer elecciones
sobre su práctica docente con TIC, buscando
una mejor comprensión de sus prácticas y de
las de los demás. También, el compromiso en
la planificación y el análisis cooperativos para
abordar el tema del uso de las TIC ayudó al
desarrollo de una comprensión más clara de
lo que esa tarea incluye.
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3.4. La colaboración
autoevaluación.
Píxel-Bit. Revista de Medios y Educación
apoya
la
encontrar formas de trabajar con actividades
de aprendizaje con las TIC.
Un cuarto efecto que se produjo fue el de
la autoevaluación de los profesores a quienes
se les video-grabó una clase. Ello les permitió
retroalimentar sus conocimientos y
habilidades en el uso de TIC, pues dio la
oportunidad de que sus compañeros les
expresaran sus puntos de vista, lo cual, como
quedó manifiesto en diversos estudios (Díaz
Barriga, Padilla & Morán, 2009; Díaz Barriga,
2010; Marín Díaz, V. & Romero López, 2007),
creó un ambiente en el que los participantes
construyeron visiones compartidas y
perspectivas sobre su trabajo. Así, la apertura
a ser observados al desarrollar una clase y
recibir opiniones y críticas de los compañeros
y «analizar sus puntos de vista y desafíos
que les representaba el uso de TIC, los
profesores desarrollaron una mayor
comprensión de las habilidades que poseían
y el potencial desarrollo de las mismas»
(González-Isasi, 2008, p. 105). Esto es, les
posibilitó hacer una autoevaluación en la que
se incluyeron las aportaciones de los
compañeros.
Se pudo identificar en todos los tres casos
estudiados que el trabajo colaborativo
desarrollado en las CoP, les permitió a los
profesores intercambiar experiencias, conocer
el punto de vista de los demás respecto a la
práctica docente con TIC, hacer propuestas
y realizar mejoras en su trabajo en el aula y en
la gestión escolar. Por todo ello, es fácil
comprender que los participantes en las CoP,
expresaran sus deseos de continuar
desarrollando actividades colaborativas. Así,
el deseo expresado de los profesores es
continuar participando para intercambiar
experiencias, aprender de los demás y
4. Discusión: principios de las mejores
prácticas de trabajo colaborativo para el uso
de TIC.
Hay un cuerpo creciente del conocimiento
acerca de la contribución de principios de
trabajo colaborativo para el diseño de
ambientes que propicien la profesionalización
de los profesores (Lieberman & Miller, 2001;
Montecinos, 2003; Zhao, Pugh, Sheldon &
Byers, 2002). Así, el presente estudio
constituye un paso más en el planteamiento
de pautas empíricas para el diseño y
desarrollo de CoP conformadas con el fin de
propiciar y mejorar el uso de las TIC como
recurso didáctico. El análisis hasta aquí
realizado de las características de los tres
casos de comunidades de práctica, nos ha
proporcionado varios hallazgos importantes
relacionados con resultados positivos del
enfoque de trabajo colaborativo, así como los
problemas y dilemas asociados con el crear y
sostener este tipo de proyectos. Aquí,
proporcionamos lo que consideramos
principios de las mejores prácticas de trabajo
colaborativo para el uso de TIC como recurso
didáctico. Cada principio se enuncia y se
describe brevemente.
1. Alentar la comunicación entre los
compañeros profesores. Consiste en crear
condiciones de tiempo, recursos y ejercicio
de liderazgo para que pueda desarrollarse en
forma eficiente una comunicación entre pares
que nutra y retroalimente el ejercicio de la
docencia con TIC.
2. Enfocar la atención a la disponibilidad
de las TIC, a su acceso y al apoyo para
usarlas. Crear las condiciones para que los
profesores tengan la facultad de dominio para
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valerse de las TIC y las utilicen con fines
educativos con responsabilidad y
compromiso.
3. Investigar, identificar y planear las
posibilidades de uso de TIC. Desarrollar en
forma sistemática acciones que permitan tener
en claro las necesidades que plantea el usar
las TIC y con esa información proceder en
forma pertinente a planear ese uso, con la
consideración de los diversos factores que
intervienen en él: existencia de equipo, apoyo
técnico y pedagógico, capacitación,
organización de espacios y tiempos,
disponibilidad y desarrollo de materiales
didácticos, entre otros.
4. Reflexionar colaborativamente sobre el
uso de las TIC para potenciar el desarrollo
profesional de los profesores. Comunicarse
en forma continua y pertinente, buscando una
mejor comprensión de sus prácticas y de las
de los demás, para que les ayude a explicarse
todos aquellos aspectos relacionados con el
uso de TIC como recurso didáctico y tomar
decisiones eficaces.
5. Tener apertura para hacer y recibir
comentarios y críticas del trabajo docente con
el uso de TIC. Propiciar que el intercambio de
experiencias entre profesores se desarrolle en
un ambiente de respeto, apertura, madurez
para recibir y hacer críticas constructivas.
6. Hacer énfasis en el trabajo con metas
compartidas entre los miembros de la escuela.
Propiciar que en la escuela se compartan los
mismos valores, similares concepciones de
la enseñanza. Así como expectativas y
propósitos comunes.
Aunque los resultados del estudio
proporcionan datos interesantes sobre el
impacto que el trabajo colaborativo tiene en
el incremento del uso de la tecnología y de
las mejoras que hacen los profesores en su
práctica docente con TIC, dejan también una
pregunta pendiente de responder. ¿Por qué
algunos profesores o escuelas se
comprometen para desarrollar su práctica
docente con TIC o incrementar ese uso,
mientras que otros no lo hacen o lo hacen en
menor medida?
El trabajo colaborativo que se buscó
propiciar en la CoP, para la mejora e
incremento del uso de TIC, por su naturaleza,
es un fenómeno que si bien tuvo impacto en
las escuelas estudiadas, su proceso es lento,
por lo que para que el impacto pueda ser
mayor se requeriría una mayor permanencia
de las acciones de ese tipo de participación.
El propósito de comprometerse en el trabajo
colaborativo en una actividad que requiere
considerable esfuerzo de los profesores, tanto
en el manejo de las TIC como en su uso como
recurso didáctico. Ese compromiso parece
aún variar por las condiciones personales de
los participantes. Sin embargo, también ese
trabajo colaborativo parece tener una relación
con la cultura escolar. En esa cultura escolar,
el ejercicio del liderazgo del director y de
quienes se han comprometido a utilizar las
TIC, es una condición importante para
potenciar su incorporación, así como para
ayudar a eliminar los miedos que los
profesores puedan tener.
Los seis principios presentados en este
reporte ilustran una manera de propiciar el
desarrollo del trabajo colaborativo en CoP
como apoyo a la profesionalización del
profesor para el uso de TIC, inicialmente para
comenzar a crear un lenguaje común en ese
campo. Estos principios sugieren pautas y
abren posibilidades para aquellos profesores
que están dispuestos a trabajar no solo en
forma conjunta con los demás profesores,
sino a comprometerse a abrirse a las críticas
y sugerencias de los demás sobre su propio
desempeño docente con TIC, esto es, a
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ISSN: 1133-8482
Píxel-Bit. Revista de Medios y Educación
aprender en forma colaborativa.
Consideramos que estos principios son
informativos y aplicables a diferentes
contextos y los sugerimos como apoyo para
desarrollar una estrategia de formación en
donde el grupo de profesores es el propio
referente y apoyo.
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Fecha de recepción:
Fecha de evaluación:
Fecha de aceptación:
Fecha de publicación:
2012-01-18
2012-02-12
2012-03-13
2013-01-01
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