La billetera perdida V «Ese dinero es de tu profesor y íctor era un buen mutienes que devolverlo», le decía la chacho, pero tenía una otra voz. gran dificultad: nunca podía estar limpio. UNA LUCHA INTERIOR Salía por la mañana, rumbo a la ¡Pobre Víctor! ¿Qué podía hacer? escuela, con camisa limpia, panÉl se había encontrado la billetera talones planchados, y zapatos y necesitaba el dinero. Pero era de lustrados. Volvía por la tarde con la su profesor y tendría que devolverropa manchada y arrugada, la cara lo. No podría comprar chocolates sucia, y los zapatos llenos de barro. y caramelos por el dinero, pues su profesor lo necesitaba para manSu pobre madre, desesperada, le tener a su familia. decía: Fue fuerte la lucha. Dos voces –Víctor, Víctor, por favor cuida tu batallaban en el corazón de Víctor. ropa. Me das tanto trabajo. Una voz le decía que se quedara –Sí, mamá –le prometía Víctor. con la billetera, y la otra voz insistía Pero nunca cumplía su promesa. en la honradez. –Bueno, hijito –le decía su Las palabras que su madre tanmadre, sin esperanzas de verlo tas veces le había repetido decidielimpio todo un día–, lo de la ropa y Una madre orgullosa de su hijo honrado ron el asunto: «No importa que la cara no es lo más importante. Un seas un muchacho sucio por fuera; pero quiero que seas corazón limpio vale mucho más. Trata de agradar a Dios en honrado. Sucio por fuera; pero limpio por dentro.» todo, para no manchar tu vida con el pecado. LA RECOMPENSA –Sí, mamá linda –le contestaba Víctor–. Trataré de ser honrado. Un poco sucio por fuera, pero limpio por dentro. Esa tarde el profesor llamó a la puerta de la casa de Víctor. Salió a abrir la madre del muchacho. Esas palabras alegraban el corazón de su madre. Desde que era pequeño le había enseñado a amar al Señor Jesús. –Señora, vengo a felicitarla por su hijo –dijo el profesor–. Creo que es el muchacho más honrado de la escuela. Me Días más tarde Víctor pudo demostrar su honradez. siento orgulloso de ser su profesor. VÍCTOR ES TENTADO Sorprendida, la madre de Víctor escuchó el relato acerca Cierta mañana, cuando Víctor caminaba rumbo a la esde la billetera perdida, y de que Víctor la había devuelto. cuela, tropezó con algo en la vereda. ¡Era un billetera! –Ese muchacho se merece un diploma –continuó el Rápidamente se agachó para recoger la billetera, mirando profesor–. No porque anda limpio y arreglado, pero sí por su hacia ambos lados para controlar si alguien lo miraba. honradez. La calle estaba casi vacía, así que estaba seguro de que LO QUE MÁS VALE nadie se había dado cuenta de lo que había encontrado. ¿Quién crees que recibió un fuerte abrazo de su madre Metió la billetera en su bolsillo y corrió hacia la escuela. Enaquella noche? Sí, Víctor, por supuesto. tró al baño para estar solo mientras revisaba su hallazgo. –Me siento orgullosa de ser tu madre –le dijo–. Seguiré Apenas abrió la billetera vio quién era el dueño. Llevaba lavando tu ropa sucia cada día; no importa. Y lo haré con grabado el nombre de su profesor y, muy a la vista, estaba gusto, pues eres un muchacho honrado. Sucio por fuera, la foto de la esposa del profesor. pero limpio por dentro. Dentro de la billetera había varios documentos del profeEl más feliz de todos era Víctor. ¡Jesús lo había ayudado sor y contenía también dinero en efectivo. a vencer la tentación! «Nadie te vio cuando recogiste la billetera», le susurró una voz al oído. «La billetera no es tuya –le habló otra voz–. Tienes que El rey se complace en las palabras devolverla.» de labios justos; ama a quienes hablan «Pero estaba botada y tú la encontraste –insistió la primecon la verdad. –Proverbios 16:13, NTV ra voz–. ¡Quédate con el dinero!» «La Perlita» con Tía Margarita — ­ 161 12/2012 http://misperlitas.wordpress.com. No para uso comercial.