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RÍO TAJO: UNA “CLOACA”.
Alejandro Cano ha señalado que por Toledo no pasa un río, sino "una cloaca" y que los
toledanos llevan aguantando "40 años de mentiras, desidias y traiciones" ya que no se
protege la mayor fuente de riqueza de la ciudad, aunque ha recordado que en los años 70 hubo
una gran movilización social con hasta cuatro manifestaciones multitudinarias y cientos de
actos de protesta por la contaminación y contra el trasvase Tajo-Segura.
"No ha cambiado nada, pero ahora el río está peor que nunca y la sociedad toledana tiene
que decir basta", ha agregado.
Se ha referido igualmente a los políticos "que quieren amortajar el río Tajo" y que siguen
prometiendo a los ciudadanos que podrán bañarse en él, como hizo recientemente el alcalde
de Toledo, Emiliano García-Page, que puso el año 2015 como fecha límite para que los
toledanos puedan volver a bañarse.
Por el contrario, Cano ha asegurado que no se va a cumplir ni la Directiva Marco del Agua
europea que obliga a mejorar las condiciones del agua del río antes de 2015, ni tampoco la
revisión del Plan Hidrológico de la cuenca del Tajo que debería aprobarse ese mismo año, que
lleva tres años de retraso y se encuentra "dormido".
TORREÓN DEL BAÑO DE LA CAVA.
La Cava, era el sobrenombre con el que conocían mozárabes y castellanos a Florinda, hija del
gobernador de Ceuta, el conde don Julián, que habitaba en Toledo invitada por el rey don
Rodrigo. Esta bella mujer se bañaba todos los días, al caer la tarde, cuando el calor del verano
toledano hace casi irrespirable el aire, en el al paraje que hoy se halla a los pies del Puente
San Martín, donde las aguas se remansan y las orillas se cubren de verdor.
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Desde su palacio-alcázar, junto a San Juan de los Reyes, don Rodrigo contemplaba a la joven,
mientras ardía de deseo por la bella muchacha. Tras varias tentativas, Florinda, accedió a los
deseos de don Rodrigo.
La felicidad embargaba a los enamorados, ajenos a las consecuencias y sufrimientos que Dios
les tenía reservado por su soberbia y lascivia. Alguien comunicó al conde don Julián la
deshonra de su hija a manos del monarca godo. El gobernador de Ceuta montó en cólera y
decidió vengarse ¿cómo? permitiendo la invasión musulmana de la península.
Don Rodrigo fue derrotado en Guadalete y su ejército destruido.
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La leyenda cuenta, que don Rodrigo murió haciendo penitencia y la Cava, volvió a Toledo loca
de dolor y vergüenza. Años más tarde, se corrió la voz por la ciudad que en el lugar se
aparecía una mujer enajenada. Un atardecer, la mujer subió al torreón y desde allí se precipitó
a las aguas oscuras y profundas. Desde entonces, cuando el sol desaparece por el horizonte,
aparece en el torreón una figura femenina que llena de melancolía vuelve su mirada al palacio
de don Rodrigo.
CRISTO DE LA VEGA.
La ermita del Cristo de la Vega fue reconstruida en 1816, después de la Guerra de la
Independencia, y reformada en 1846, época de la que data su estructura actual.
Sobre la antigua Basílica visigoda de Santa Leocadia de Toledo, se levanta hoy la Ermita del
Cristo de la Vega, de cuya fábrica primitiva se conserva un bello ábside mudéjar. Según la
tradición, en este lugar se enterró el cuerpo de la Santa en el siglo IV, y en ella se celebraron
los famosos Concilios de Toledo.
NOMBRE: Monumento al Corazón de Jesús (Cristo de la Vega).
BIOGRAFÍA: El cardenal Pedro Segura colocó la primera piedra en 1931. La obra fue dirigida
por Juan García Ramírez. Consta de tres cuerpos, en el segundo hay dieciséis medallones con
efigies de santos toledanos y escudos de las seis provincias de la diócesis
AUTOR: Tomás Jimena (escayola), Francisco Hernández (estatua).
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Basílica de Santa Leocadia, su origen se remonta a la época visigoda, celebrándose en su
día en su interior "los concilios". Situada en la antigua zona de cementerios de Toledo, en sus
inmediaciones estaban enterrados los restos de san Ildefonso, santa Leocadia y san Eugenio,
que posteriormente fueron trasladados. Fue reconstruida en 1816, después de la Guerra de la
Independencia, y reformada en 1846, época de la que data su estructura actual. Su
construcción tiene influencia mudéjar, dejándose ver la misma en la típica edificación de ladrillo
de era, planta de una sola nave y ábside. Situada cerca de la rivera del río Tajo en la zona
conocida como "Cristo de la Vega" por estar cerca de la vega del río.
FÁBRICA DE ARMAS DE TOLEDO.
La antigua Fábrica de armas de Toledo (España), ocupada en la actualidad por la Escuela de
Arquitectura del Campus de Toledo, se caracteriza por presentar uno de los conjuntos mejor
conservados y de mayor calidad de la arquitectura industrial realizada en España en los dos
últimos siglos.
Este complejo industrial que ha estado en funcionamiento durante más de doscientos años
tiene su origen en un único y gran edificio, ampliándose su número, a lo largo de su historia,
según van cambiando y creciendo las distintas necesidades industriales, dando como resultado
lo que se denominará «Ciudad Industrial». Se encuentra situada entre los barrios de Santa
Teresa, el poblado obrero y San Pedro el Verde, en la margen derecha del río Tajo, a unos dos
kilómetros del centro de la ciudad de Toledo.
La fábrica de armas tiene sus antecedentes en la fama y el prestigio que tuvo la fabricación de
armas en la ciudad de Toledo durante siglos, pero que en el siglo XVIII presentaba signos de
decadencia. Carlos III, al acceder al trono español, decide crear una fábrica de espadas en
Toledo similar a la de Torre Annunziata de Nápoles, construida unos años antes.
La fábrica comienza a funcionar en 1761 en la antigua Ceca de Toledo, en la actual calle
Núñez de Arce; al poco tiempo este espacio se queda pequeño y comienza a plantearse la idea
de trasladar la fábrica fuera de la ciudad, a la orilla del río Tajo, para poder utilizar su fuerza
hidráulica; para ello se cuenta con la participación del arquitecto Francesco Sabatini, que
diseña el nuevo edificio. Las obras van a concluir en su parte principal en 1780, comenzando a
funcionar poco después como fábrica de espadas.
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Durante los primeros años del siglo XIX la fábrica tiene varios momentos difíciles: es invadida
dos veces (1808 y 1823) por las tropas francesas y solo a partir de los años treinta de este
siglo empieza una lenta recuperación, produciendo espadas de una gran calidad.
En el último tercio del siglo XIX, la fábrica toledana debe adaptarse a las nuevas necesidades
de armamento, para ello crea varios talleres de fabricación de cartuchos fuera del edificio
Sabatini, comenzando un constante proceso de crecimiento, tanto de naves como de
producción.
El comienzo del siglo XX acentúa el proceso de transformación, destacando la realización de
sucesivas ampliaciones, los nuevos talleres y la diversificación de sus producciones. En 1910
cambia su nombre por el de «Fábrica Nacional de Toledo».
Siendo ministro de la Guerra José María Gil Robles, se potencia esta fábrica, incluyendo a 350
operarios para fabricar 800.000 cartuchos diarios. El crecimiento de la producción continúa
hasta que con la Guerra Civil, el recinto fabril toledano debe trasladar parte de su producción
a Palencia por motivos estratégicos.
Restablecida la situación tras el final de la guerra, debe destacarse durante los años 1940 la
figura del coronel director Más del Ribero, quien tiene una gran importancia en el desarrollo de
la fábrica toledana con proyectos como la realización de un poblado de viviendas para los
trabajadores.
A partir de los años 1960 la fábrica de armas empieza a quedar obsoleta, el número de
trabajadores se va reduciendo durante las siguientes décadas, hasta su definitivo cierre
en 1996.
En 1998 el Ministerio de Defensa vende al ayuntamiento de Toledo los terrenos y edificios de la
Fábrica de Armas. El Ayuntamiento cedió a su vez el terreno para su uso como Universidad de
Castilla La Mancha (campus de Toledo). En este Campus la Universidad establece de manera
progresiva distintos estudios de carácter técnico. Los estudios actualmente implantados en el
campus de la Fábrica de Armas son: Facultad de Ciencias del Medio Ambiente, Facultad de
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, E.U. de Magisterio, E.U. de Enfermería y
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Fisioterapia, E.U. de Ingeniería Técnica Industrial y Escuela de Arquitectura del Campus de
Toledo.
Este antiguo complejo industrial se distribuía en más de cincuenta edificaciones de distinto tipo
construidas en sus más de dos siglos de historia.
Al recinto de la fábrica de armas (parte de cuyo perímetro está rodeado por un muro con torres
de vigilancia y control en diversas zonas) se accede por dos puertas: la puerta de Carlos III,
frente al Palacio Sabatini, y la puerta de Obreros, las cuales están unidas por un paseo
principal que se desarrolla paralelo al río Tajo.
Exteriormente destaca su aspecto horizontal, y el aparejo rústico que aparece en las pilastras
laterales que va a enmarcar puertas y ventanas.
Unido al palacio Sabatini en su parte posterior aparece el Canal de Carlos III, obra de
ingeniería que era la base sobre la que se sustentaba el primitivo funcionamiento de la fábrica,
ya que el agua que discurría por este canal era utilizada para el movimiento de las máquinas
de la fábrica. Su longitud es de varios cientos de metros y discurre enterrado, paralelo al río
para aparecer en la parte trasera del palacio dividido en dos mitades longitudinales, con
cambios de nivel.
En cuanto al resto del conjunto de la antigua fábrica debe destacarse la presencia de
numerosas naves y talleres que se comienzan a construir casi un siglo después del palacio;
estas edificaciones se caracterizan por la utilización de materiales constructivos como el
ladrillo, que va a adscribir en gran parte la imagen de la fábrica al estilo neomudéjar, que se
corresponde con las corrientes historicistas que se producen a finales del siglo XIX y
comienzos del XX en la arquitectura española.
LA PASARELA COLGANTE DE POLVORINES.
Es una pasarela colgante sobre el río Tajo en la ciudad de Toledo(España).
Conecta la antigua Fábrica de Armas de Toledo, donde hoy se ubica la Universidad, con un
parque donde se ubicaban los polvorines al otro lado del río Tajo, en una zona de singular
belleza con unas magníficas vistas de la ciudad. En este lugar a comienzos del siglo XX existía
una pasarela también colgante con tablero en celosía, que destruida por una riada del Tajo. El
proyecto actual ha sido redactado por el estudio de arquitectura e ingeniería Estudio AIA.
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Se trata de un puente colgante con tablero en forma de artesa de acero y hormigón de
105 m de luz y 6 m de ancho, el tablero se suspende de cuatro pilonos metálicos de acero de
21,00 m de altura. El cable de suspensión es cerrado de 84 mm de diámetro. Las péndolas o
elementos de cuelgue son de cable cerrado de 16 mm. La retenida se realiza con tubo
estructural de 219.25 mm.
El puente, con una longitud de 105 metros de luz, ha sido proyectado por el estudio de
arquitectura toledano de Sánchez de León y constituye una espectacular estructura de tirantas
que sustentan la plataforma sobre el Tajo. De esta manera se recupera una estructura que ya
existía hace años.
El puente fue construido tendiendo el cable entre pilonos y sustentando el tablero en cinco
dovelas metálicas, posteriormente se hormigonó la losa superior del tablero.
Ayer se abrió al público la nueva pasarela que une el campus universitario de la Fábrica de
Armas con la zona conocida como Los Polvorines, en las inmediaciones de La Olivilla. Se trata
de una infraestructura que venía a completar el sistema de comunicaciones de la Vega Baja,
cuyo proyecto de urbanización, con 1.300 viviendas fue paralizado por el presidente
regional, José María Barreda.
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ERMITA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA.
Esta ermita se encuentra en las afueras de Toledo, en un monte del extremo meridional de las
colinas que rodean la ciudad de oriente a occidente. Ya en época visigoda se fundó aquí un
beaterio, que fue ocupado desde el siglo XII por canónigos regulares de la Orden de San
Norberto. En 1576 se construyó una nueva ermita que seguía erguida en 1721, encontrándose
en ruinas en los primeros años del siglo XIX. El cardenal Monescillo será el promotor de la
construcción de la nueva ermita en 1859, siguiendo los esquemas arquitectónicos historicistas.
Se trata de un edificio de una sola nave de forma rectangular, con una pequeña edificación
adosada en su lado derecho, edificación que sirve de vivienda a las personas que se ocupan
del cuidado del santuario.
LA PEÑA DEL REY MORO.
Dice la tradición toledana que en las noches de luna clara y luminosa, se vislumbra una sombra
flotando sobre ella y sus alrededores. Es el espíritu del príncipe Abul-Walid que sale de su
tumba para contemplar las siluetas de las viviendas, jardines miradores donde cada noche
paseaba con su amada reflejados en el resplandor lunar
Corría el año 1083 y reinaba en Toledo Yahia Alkadir, nieto de Al Mamun. Alfonso VI cercaba la
ciudad, arrasando las campiñas obligando a que el hambre hiciera rendirse a los musulmanes.
Yahia recurrió a la amistad que le unía a Alfonso con su abuelo Al-Mamun ofreciéndole tributos,
pero nada de ello hizo ablandar el corazón de Alfonso, que estaba ansioso por recuperar la
ciudad que tanto bienestar le había ofrecido.
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Yahia viendo que la ciudad en poco sería tomada y él no podría hacer nada, intentó que los
Taifas de Badajoz y Zaragoza le ayudaran pero estos esfuerzos no dieron frutos ya que el rey
de Zaragoza murió antes de llevar a cabo su proyecto de ayuda y el de Badajoz murió tras ser
derrotado por las tropas de Alfonso VI. Su única solución fue enviar mensajeros al otro lado del
estrecho, al norte de África. Los reyes africanos escucharon la petición y antes de mandar
ayuda decidieron enviar un mensajero para evaluar la situación y las necesidades reales, así
les sería más fácil a la hora de saber qué cantidad de ayuda mandar. La elección recayó sobre
el joven guerrero Abul-Walid. Cuando el joven príncipe llegó a Toledo, éste fue tratado como un
héroe, ya que realmente sería su única salvación. Es por ello que desde que Abul llegó no
pararon de rendirle en su honor fiestas, torneos y grandes alabanzas, pero lo que realmente
llamaba la atención del joven no eran las fiestas en su honor si no la joven y bella hermana de
Yahia que día tras día ambos iban fijando más minutos sus miradas en el otro. Así de esa
forma los dos jóvenes se fueron conociendo y poco a poco enamorando, todos los días salían
por la bella ciudad de Toledo recorriendo sus parajes, jardines, oliendo sus flores, la bella
Sobeyha le enseñaba cada rincón de Toledo a cuál más bello, y más bello aún lo hacía tener a
Sobeyha al lado.
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Los dos jóvenes se enamoraron y cada día que pasaban juntos
jamás lo olvidarían ninguno de los dos, Abul aunque enamorado no
había olvidado lo que le llevo allí, tendría que volver a África para
informar de lo que pasaba en Toledo y lo iba posponiendo hasta
que un día decidió que no podía posponerlo más
La última noche antes de su partida los dos jóvenes se juraron amor
eterno, ella le juró que le esperaría hasta que viniera y él le juró que
regresaría y esta vez sería para no marcharse más de su lado.
Mientras Abul se hallaba en África reclutando gente y preparando
todo lo necesario para volver a Toledo en ayuda de su amigo Yahia
y con él más íntimo deseo de volver a ver a su amada, Alfonso VI se
apoderó de la ciudad, que no pudo resistir por más tiempo, Yahia
tuvo que abandonar la ciudad pero no pudo llevarse a su hermana
que había enfermado y al ver la tardanza de su amado, murió de
pena. Pero antes de su muerte a un esclavo que desde pequeña le
había atendido le dejo un último legado, que le dijera que había
muerto pensando en él, pero que no intentara tomar la ciudad que
se olvidara de ella y regresara a África.
No había pasado mucho tiempo cuando apareció ante Toledo un
numeroso y espectacular ejercito Sarraceno, sin saber que la ciudad
se hallaba en manos de los Cristianos, era Abul-Walid que después
de resolver graves asuntos y de salir de una grave enfermedad se
había repuesto para volver a estar junto a su amada.
Al llegar junto a Toledo las malas noticias llegaron a él, la ciudad había sido tomada por los
cristianos, y la peor de las noticias en Esclavo de Sobeyha le trascribía las palabras que había
pronunciado su amada antes de morir, Abul se quedó muy triste y lejos de hacer caso a su
amada acampó en los alrededores de Toledo, con intención de recuperar aquella ciudad que
tantos buenos momentos le habían dado y que daba sepultura a su amada.
Los ejércitos de Abul ocuparon los alrededores de Toledo, al otro lado del río, junto a los ahora
llamados cigarrales y Academia de Infantería, y junto a sus generales empezó a estudiar las
posibles ofensivas, esto llevó varios días, por las noches en la peña más alta donde estaban
acampados los musulmanes dicen que noche tras noche se veía la figura de Abul, mirando
cada calle de Toledo por donde había paseado con su amada. Rápidamente los cristianos
empezaron a temer la entrada de Abul ya que los comentarios eran diarios entre los
ciudadanos, algunos decían que medía dos metros, otros que era más fuerte que un oso y día
tras día eran más los temerosos a los Árabes.
Por esto Ruiz Díaz de Vivar (El Cid) que se encontraba en Toledo ideó un plan, y así se llevó
a cabo. Una noche a favor de la oscuridad y sin que nadie lo esperase, se adelantó a las
intenciones enemigas y salió de las murallas de Toledo con un numeroso ejército, con mucho
sigilo atacó a los musulmanes sin que nadie lo esperara, las sombras fueron sus más firmes
aliadas pues los moros llegaron a pelearse entre sí.
A la mañana siguiente, los musulmanes se dieron cuenta de su desastre y lo peor es que
encontraron a su rey muerto, su cuerpo estaba cubierto de heridas y una flecha había
travesado su corazón. Los árabes se rindieron ante el Cid y éste los dejó volver a África, antes
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de irse a su rey lo enterraron en aquellas peñas, concediéndole el deseo de permanecer
eternamente en ese lugar para poder contemplar aunque fuera de lejos la ciudad que acogió a
su amada.
Pero la historia no acaba ahí, dicen los Toledanos que las noches de luna, al mirar a las
piedras desde Toledo se ve el cuerpo del rey moro subida en la peña observando las
calles y torreones de Toledo, por donde paseaba con su amada.
CERRO DEL BÚ.
Recuperación del Cerro del Bú apuesta por intervenir en el espacio en el que se conservan los
restos de los primeros asentamientos humanos de Toledo y que, como apuntó el gerente de
la entidad responsable de la actuación, actualmente «se encuentra muy deteriorado por el
efecto de las lluvias y por las prácticas deportivas como el motocross, además de la falta de
mantenimiento».
Por ello, y ‘retomando’ una tarea que ya en 2003 se planteó en torno a la protección de los
vestigios, la señalización de los elementos arqueológicos y el arreglo de los accesos, ahora sí
va a poder desarrollarse una actuación destinada a la protección, consolidación y limpieza de
las estructuras existentes «para frenar el deterioro continuo que han sufrido en las últimas
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décadas». Posteriormente se adecuará este importante parque arqueológico para su visita,
señalando los restos.
Hay que recordar que el Cerro del Bú fue excavado durante la década de los 80 bajo la
dirección de Enrique de Álvaro y Juan Pereira y que en el único trabajo publicado (1990) se
menciona la existencia de una ocupación continua durante la Edad del Bronce y una
ocupación temporal del Cerro en un momento avanzado de la dominación islámica. El
poblamiento de la Edad del Bronce se desarrolla sin solución de continuidad a lo largo del II
milenio antes de Cristo. Por el contrario, la ocupación islámica se desarrollaría en un corto
espacio de tiempo y se encuentra en relación con el asedio a la ciudad de Toledo por parte
de Abd al-Rahman III en el siglo X después de Cristo.
En este punto, se incide en que la puesta en valor del yacimiento debe tener como punto de
referencia «el final de la ocupación humana del cerro durante la Edad del Bronce y la
utilización, con fines militares, del mismo espacio 20 siglos después». Porque a todos los
efectos, el Cerro del Bú ha desempeñado la misma labor estratégica desde la Prehistoria
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Reciente hasta la alta Edad Media, al controlar tanto el vado del río a escasos metros del
puente de Alcántara como el peñón y las inmediaciones de la actual ciudad de Toledo. Este
dato es fundamental para comprender la evolución histórica de este asentamiento.
Firmado el trabajo por el arquitecto Joaquín A. López López, la intervención arqueológica tiene
como único objetivo la consolidación de las estructuras existentes y la recuperación y
puesta en valor del yacimiento.
Se realizará una senda itinerario con carteles explicativos para la mejor comprensión y
conocimiento del yacimiento.
Juan/i….to.
27012015
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