Oración - Conferencia de Religiosos de Colombia

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Conferencia de Religiosos de Colombia – CRC
SEMINARIO TALLER PARA SUPERIORES LOCALES
ORACIÓN
VIERNES 04 DE ABRIL DE 2014

Monición:
CANTO
 CASA DE FRATERNIDAD – (video)

PUNTOS PARA LA REFLEXIÓN
(Cf. ROZO RUBIANO, P. Carlos Julio. Revista VINCULUM, N° 235, Abril – Junio
2009, pags. 11 a 23)
1. Autoridad y testimonio: dimensión espiritual
Entendemos la espiritualidad como vivir en sintonía con el Espíritu de Jesús.
Espiritualidad no es, pues, conjunto de actos de piedad o devociones. Es dejarse permear,
saturar por el Espíritu de Jesús que nos transforma y nos renueva cada día. En ese sentido,
la oración ocupa un lugar fundamental, pues necesitamos estar permanentemente a la
escucha del Espíritu para no hacer nuestro capricho a la hora de ejercer la autoridad, sino
buscar en todo la voluntad de Dios que nos inspira.
Es el Espíritu Santo el testigo por excelencia, que nos cualifica para que hagamos de la
autoridad un verdadero testimonio del amor del Padre, para poder ser en nuestras
comunidades el rostro misericordioso de Dios… Los superiores y superioras deben ser
para los hermanos y hermanas a ellos confiados, el rostro misericordioso de Dios. Y esto no
es posible sin la intervención del Espíritu en el corazón de la persona. Que sea el Espíritu
de Dios el que habla por medio del humano o hermana que ejerce como superior o
superiora. La autoridad es discernimiento como también lo es la obediencia como respuesta
a la autoridad.
La Eucaristía celebrada diariamente en comunidad ayuda a alimentar nuestra
experiencia de autoridad como testimonio.
2. Autoridad y testimonio: comunión de vida
La autoridad debe estar en función de la edificación de la comunidad… El superior y la
superiora deben garantizar la experiencia de comunión entre los y las hermanas y
hermanos. Es decir, debe ser punto de encuentro, de fraternidad, de comunicación entre
todos los miembros. No hay cosa más complicada y contradictoria que un superior o una
superiora que sea foco de conflicto y división al interior de la comunidad.
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Esa es la misión primordial: garantizar la vida en comunión. Y como no somos
perfectos en el ejercicio de la autoridad muchas veces tendremos que reconocer delante de
la comunidad que nos hemos equivocado.
Parte fundamental de nuestro ministerio es ser generadores de espacios de encuentro,
celebración y reconciliación al interior de nuestras comunidades. Tenemos la tendencia a
dejarnos llevar por el activismo desbordante y asfixiante del ambiente vertiginoso que se
respira en nuestras ciudades. Encontramos muchas disculpas para no estar juntos. Pues nos
corresponde a nosotros estar vigilantes para que nos encontremos, celebremos,
intercambiemos, interactuemos, nos comuniquemos a profundidad.
3. Autoridad y testimonio: proyección apostólica
El testimonio de la autoridad evangélica tiene sus repercusiones apostólicas. Si somos
testigos del amor de Dios al interior de nuestras comunidades, indudablemente seremos
testigos del mismo amor hacia los demás.
Evangelizar es, ante todo, comunicar una experiencia. Evangelizar es contar lo que
hemos “visto y oído y nuestras manos han palpado acerca de Aquel que es la vida”. Por lo
tanto, la experiencia de una autoridad que es testimonio de amor, misericordia y perdón
debe ser fuente de evangelización. En nuestros grupos apostólicos se ejercen diversos
liderazgos. Si al interior de la comunidad hemos vivido la experiencia de la autoridad que
garantiza y sella la comunión, entonces podremos duplicar, salvadas las distancias y
proporciones, la experiencia vivida al interior de la comunidad.
SALMO
HAZNOS UNA COMUNIDAD ALEGRE
Señor, Jesús, ayúdanos a fortalecer nuestras comunidades
con el gozo de tu Espíritu Santo que genere en ellas fidelidad, alegría, relaciones fraternas como
fruto del diálogo, la reconciliación, el perdón.
Que tu presencia nos fortalezca para saber comprender,
y hacer de las diferencias una riqueza para la vida y la misión.
Que nuestra confianza en tu presencia
Se reavive en la oración personal y comunitaria.
Que podamos ser cada vez más un testimonio de vida
y servicio porque Tú nos inspiras y acompañas.
Que busquemos tu voluntad y sepamos fortalecer
el sentido de pertenencia y amor a nuestras Congregaciones.
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Señor, que no olvidemos el dolor de tantos hermanos y hermanas
víctimas de la injusticia, la violencia, la desigualdad
que vive nuestro mundo porque se ha olvidado de Ti
y se ha dejado llevar de la ambición, el egoísmo y la falta de amor.
Que no nos acobarden las tensiones ni nos ahoguen
los conflictos que puedan surgir en nuestra comunidades,
sino que seamos promotoras de paz y sepamos buscar
la búsqueda conjunta de soluciones que nos hagan crecer.
Regálanos, Señor, una gran dosis de buen humor
para que sepamos desdramatizar las situaciones difíciles
y sonreír abiertamente a la vida porque contamos con tu presencia
y la fuerza de tu Espíritu que nos sostiene.
Y concédenos ser líderes humildes, bondadosos, comprensivos,
personas de oración que transmitan confianza
y que promuevan la verdadera fraternidad.
Ilumínanos, Señor, y enséñanos a vivir y servir en tu Espíritu.
SALMO 84
 Antífona:
¡Qué delicia es tu morada, Señor!
¡Qué amable es tu morada, Señor del universo!
Languidece mi ser y anhela a gritos el atrio del Señor;
Mi corazón y mi carne
saltan de gozo por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa,
y la golondrina un nido dónde poner sus pichones,
junto a tus altares, Señor del universo,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que habitan en tu casa alabándote siempre.
Dichosos quienes tienen su refugio en ti,
aquellos cuyo corazón te alaba.
Cuando pasan por el Valle del Llanto,
lo transforman en manantial y la lluvia lo cubre de balsas.
Caminan de baluarte en baluarte
para ver al Dios de los dioses en Sión.
Señor Dios del universo, escucha mi súplica,
atiéndeme, Dios de Jacob.
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Oh Dios, escudo nuestro, mira,
fíjate en el rostro de tu Ungido.
Vale más un día en tu atrio
que mil en mi casa.
Prefiero el umbral de la casa de Dios
a morar en la tienda del malvado.
Porque el Señor es sol y es escudo,
Dios concede favor y gloria;
El Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
Señor del universo,
dichoso quien confía en Ti.
CANTO:
 NUESTRO ÚNICO CAMINO ES EL AMOR (video)
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en los cielos:
Que todos nos sintamos hermanos y hermanas,
Que sepamos santificar tu nombre con obras de caridad.
Que venga a nosotros tu reino de justicia, de amor y de paz.
Que aprendamos a hacer tu voluntad
y a amarnos en la tierra
como se aman nuestros hermanos y hermanas en el cielo.
Da a todos el pan de la fe, la esperanza y el amor.
Haz, Señor que olvidemos odios y rencores.
No nos dejes acostumbrar a nuestras divisiones.
Perdona las separaciones debidas a nuestro orgullo,
A nuestra incredulidad, a nuestra falta de comprensión.
No nos dejes caer en la tentación
De ser duros de corazón;
Líbranos de ignorar el dolor
de nuestros hermanos y hermanas.
Padre nuestro, que vivamos siempre como hijos e hijas tuyos
Que veamos a todos los cristianos unidos en una familia. Amén.
Oración Final
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