Propuesta de Reforma al Sistema de Créditos en Chile. El grueso de la literatura teórica y empírica sugiere que hay una estrecha relación entre el desarrollo financiero y el crecimiento económico. A grandes rasgos la evidencia sugiere que los países que cuentan con sistemas financieros y mercados de capitales desarrollados crecen más rápido que los que no los tienen; estos resultados no parecen ser consecuencia del sesgo de simultaneidad, es decir hay evidencia de causalidad de desarrollo financiero y crecimiento de un país. A nivel teórico hay factores claves mediante los cuales el sistema financiero juega un papel central para estimular el crecimiento. Por una parte los sistemas financieros movilizan y agrupan ahorro, por otro lado promueven una asignación eficiente del capital. Los intermediarios financieros también transforman, diversifican y manejan diversos riesgos, entre los cuales están el riesgo de liquidez, tasas y el riesgo crediticio. La existencia de los bancos se justifica por el rol que juegan en el proceso de asignación de recursos y más específicamente del capital en la economía. Un buen funcionamiento del sistema bancario facilita la estabilidad del consumo por parte de los hogares y una distribución eficiente del capital en los sectores productivos de la economía. En ese contexto, las funciones de un banco no sólo se restringen a intermediar recursos, ofrecer acceso al sistema de pagos, o el permanente monitoreo de los deudores, sino que también involucran procesos complejos como transformación de activos y especialmente la administración del riesgo. Si bien este último aspecto ha recibido históricamente la debida atención en nuestro país, se ha vuelto un tema ampliamente crítico en la actual crisis financiera internacional. Propuesta de Devolución de Intereses. Realizando un seguimiento a las denominadas “tasas de pizarra” permite formarnos una idea de las diferencias de tasas de interés entre las instituciones financieras, las cuales se presentan a continuación (al 1 de octubre de 2010): Tasas Mínimas y Máximas de Colocaciones informadas a SBIF. Podemos ver de los datos anteriormente presentados, que la tasa minima cobrada por un préstamo de 1.000.000 de pesos a 24 meses es de un 9.00% en el Banco Santander, siendo la máxima, un 49.77% en el Banco Nova (División de Consumo de BCI). Además podemos ver que la mayor apertura de tasas (diferencia entre la tasa máxima y minima cobrada) se presenta también en el Banco Santander, con una diferencia de 25.80% entre la minima y la máxima cobrada. Esto es de suma importancia, tomando en cuenta que generalmente la tasa máxima se cobra a clientes “más riesgosos” relacionados principalmente a personas con un salario más bajo y la minima a personas con un mayor poder adquisitivo. Sin embargo, si las instituciones bancarias cometen errores en las evaluaciones de riesgo de un cliente, clasificando a un individuo como de “alto riesgo” en lugar de “riesgo medio”; el cliente deberá pagar una prima por riesgo que no le corresponde, siendo la institución financiera juez y parte en la evaluación, es por esto que proponemos: 1. Si una persona ha sido clasificada en una categoría de riesgo equivocada, pagando una sobre prima por riesgo en su tasa de interés; y dicha persona paga su crédito completamente en tiempo y forma acordada, la institución que otorga el crédito hará una devolución de los intereses cobrados adicionalmente por el hecho de que se asuma un error en la clasificación de riesgo otorgada por la institución bancaria. 2. Que exista en el sistema de informaciones comerciales una modificación, donde se incluya cuando una persona ha pagado sus deudas en tiempo y forma y ha recibido la devolución de la sobre prima de riesgo que le ha sido cobrada, para que esta situación no se repita en el futuro y además se refleje y premie la responsabilidad de las personas. El modelo es similar al usado en algunos seguros automotrices en el mundo, donde (asumiendo un error en la clasificación de riesgo y dándole incentivos al cliente) la compañía devuelve parte de la prima cobrada en el seguro si el cliente no presenta siniestros en un periodo de tiempo definido. Adicionalmente proponemos, 1. Que las instituciones financieras que otorgan créditos, informen periódicamente a la SBIF las distintas categorías de riesgo en las cuales se clasifican a sus clientes, incluyendo la tasa minima y máxima cobrada en cada categoría. Además se deberá incluir que porcentaje de la cartera de clientes se ubica en cada categoría, separando por clientes personas y empresas. Esto como una forma de monitorear el nivel de riesgo que maneja cada banco y su nivel de tasas o primas por riesgo. 2. Que las instituciones financieras reporten periódicamente un informe de eficiencia operacional, que incluya indicadores de performance, como son: a. Plazo efectivo en cursar créditos comerciales b. Plazo efectivo en cursar créditos hipotecarios c. Plazo efectivo en cierre de productos (cuentas corrientes, tarjetas de créditos, etc.) 3. Que las tasas de interés pagadas y cobradas por las distintas instituciones financieras en Chile, estén en la misma base; esto es, sean todas informadas en base anual, eliminando de esta forma asimetrías en la información. Esta asimetría se da actualmente cuando se informa que se cobra un 4% mensual en las tarjetas de créditos (lo que se traduce en un 48% anual) y por otro lado se ofrecen créditos a una tasa de 5% anual, no mostrando que el costo anual de la tarjeta de credito es mayor.