IV Curso de Cría, Mantenimiento y Patología de Animales Exóticos

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Curso de Cría, Mantenimiento y Patología de Animales Exóticos
Reptiles. Características generales, biología y diversidad de
especies.
Antonio S. Ortiz Cervantes y Rosa María Rubio Lozano
Introducción.
Los reptiles constituyen un grupo de éxito, con unas 7000 especies vivas
aproximadamente, y se trata de los primeros vertebrados auténticamente
terrestres. No son de ninguna manera más primitivos que las aves o los mamíferos
pues su comportamiento y fisiología tienen la misma complejidad y se adaptan a
los variados entornos en donde viven. De la docena de grupos de reptiles que han
evolucionado, cuatro de ellos persisten en la actualidad:
•
Quelonios
•
Lagartos y serpientes
•
Rincocéfalos
•
Cocodrilos
A diferencia de los anfibios, los reptiles están adaptados para vivir en
regiones áridas y en el mar. Su piel seca y escamosa, casi desprovista de
glándulas, resiste perfectamente la desecación. Las puestas de huevos las
realizan en tierra, ya que los huevos son fecundados internamente y la cáscara les
permite la independencia del medio.
Los reptiles evolucionaron de los anfibios laberintodontos durante el final del
Paleozoico sólo 50 m.a. después de que los primeros anfibios aparecieran.
Llegaron a ser los animales dominantes durante el periodo Triásico hace
aproximadamente 240 m.a; los primeros reptiles fueron los captorrinomorfos,
animales de pequeño tamaño, con aspecto de lagarto que se alimentaban de
pequeños insectos. Las proporciones del cráneo habían cambiado respecto de la
poderosa capacidad mordedora de los anfibios laberintodontos, presentando
estructuras trituradoras para el caparazón quitinoso de los insectos.
Al comienzo de la evolución de los reptiles el grupo de los captorrinomorfos
sufre rápidamente la divergencia en varias líneas especializadas, derivando en los
grupos actuales. Sus descendientes abarcan a los dinosaurios, reptiles marinos,
reptiles voladores y a los reptiles mamiferoides (terápsidos).
La radiación adaptativa de los reptiles estuvo especialmente marcada
durante el Triásico con la aparición de nuevos hábitats, provocada por los cambios
climáticos y geológicos que se estaban produciendo como: variaciones de clima
de zonas frías a templadas, formación de montañas, transformaciones del terreno,
diversificación de plantas y radiación adaptativa de los insectos.
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El Mesozoico fue la era de los grandes reptiles. Los dinosaurios dominaron la
Tierra durante 140 m.a. en los periodos Jurásico y Cretácico. A finales del periodo
Cretácico, hace 65 m.a., desaparecieron de repente junto con los demás grandes
reptiles, excepto los cocodrilos y las tortugas. Las causas de esta repentina
extinción masiva de un grupo de organismos, perfectamente adaptados hasta ese
momento, son variadas, aunque la hipótesis más aceptada y comprobada es la de
una catástrofe provocada por el impacto contra la superficie terrestre de una
meteorito de gran tamaño.
En aquella época sucedieron también otros cambios, frente a los que los
reptiles dominantes no estuvieron suficientemente preparados: cambios climáticos,
expansión de las plantas modernas y aparición de mamíferos inteligentes y
agresivos con los que competir. Sin embargo, sobrevivieron varios tipos de
reptiles: las tortugas tienen sus caparazones protectores, los lagartos y serpientes
evolucionaron en hábitats de bosques densos y de rocas, que les protegían, y los
cocodrilos, debido a sus características biológicas, tenían pocos competidores en
el medio acuático.
Los reptiles actuales son descendientes supervivientes desde el Mesozoico,
cuando, dentro del tronco de los reptiles, tuvo lugar una gran radiación evolutiva
que originó una fauna mundial de gran diversidad.
Características de los reptiles
Los reptiles son ectotérmicos, es decir, deben confiar en el ambiente exterior
para conseguir el calor. Son sensibles a la temperatura y, por esta razón, el
número de especies decrece hacia latitudes más altas y conforme incrementamos
la altitud. Así, los reptiles abundan en los trópicos y son representativos de la
fauna de los desiertos, aunque la excepción se da en otras latitudes y altitudes.
Las tortugas y cocodrilos son fundamentalmente acuáticos mientras que los
lagartos y las serpientes son principalmente terrestres y arbóreos. Sin embargo,
también existen excepciones como las tortugas alejadas del agua en ambientes
desérticos o las serpientes marinas del Indopacífico.
Los reptiles se caracterizan por presentan un cuerpo variable desde
compacto a alargado. El cuerpo está cubierto por una piel dura y seca que les
protege de la desecación y de los daños físicos. Consta de una fina epidermis, que
periódicamente, el animal muda, y una dermis más gruesa, bien desarrollada, y
provista de cromatóforos o células portadoras de pigmentos. A diferencia de las
escamas de los peces, que derivan de la dermis, aquéllas derivan
fundamentalmente de la epidermis en los reptiles y están constituidas por
queratina. Las escamas pueden permanecer toda la vida del animal y crecer
gradualmente, en el caso de los caimanes, o pueden ser reemplazadas en el
proceso de muda, como es el caso de las serpientes y los lagartos. Las tortugas
añaden nuevas capas de queratina bajo las viejas capas de escamas aplanadas
que poseen. El tegumento presenta pocas glándulas. En muchos reptiles se
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desarrollan pequeños huesecillos en la piel, por debajo de la superficie, que se
denominan huesos dermales u osteodermos, que ofrecen protección y resistencia
a la pérdida de agua.
Las extremidades son pares, con cinco dedos normalmente. Están adaptadas
para trepar, correr o nadar, y pueden faltar en serpientes y en algunos lagartos. El
esqueleto está bien osificado y las costillas unidas por un esternón formando una
caja torácica completa. El cráneo presenta un cóndilo occipital. Las mandíbulas se
diseñan eficazmente para aplicar una fuerza de trituración sobre sus presas. Los
músculos de la mandíbula de los reptiles son más anchos, largos y su disposición
es más ventajosa, desde el punto de vista mecánico, que los de peces y anfibios.
Los pulmones de los reptiles están mejor desarrollados que los de los
anfibios. A diferencia de los anfibios, en los reptiles el aire no entra forzado por los
músculos de la boca y es absorbido por una superficie respiratoria pulmonar
mayor; además, los reptiles no realizan la respiración cutánea (en algunas
tortugas acuáticas se da respiración mucoso-faríngea). En la mayoría de las
serpientes, el pulmón izquierdo ha desaparecido a lo largo de la evolución y en
muchas serpientes marinas, los pulmones se han adaptado al tamaño de la
tráquea y participan en la regulación de la flotabilidad.
El corazón es tripartito, excepto en los cocodrilos que es tetracameral. La
sangre oxigenada y la no oxigenada circulan prácticamente de forma separada por
la aurícula derecha y la izquierda, respectivamente, y por un ventrículo,
parcialmente dividido, donde el flujo está dispuesto para minimizar la mezcla de
sangres. En el caso de los cocodrilos encontramos dos ventrículos completamente
separados que evita la mezcla de sangre venosa y arterial.
Los reptiles que viven en ambientes húmedos o acuáticos producen urea
como producto de desecho nitrogenado, que excretan al exterior en forma de orina
líquida; aquellos que viven en ambientes áridos, deben de conservar la mayor
cantidad de agua, por lo que su hígado transforma los productos nitrogenados en
ácido úrico. Finalmente, éste es convertido en una pasta densa y húmeda al
absorberse en la cloaca la mayor parte del agua.
El soporte del cuerpo y las extremidades resultan más eficientes para el
desplazamiento en tierra, a excepción de las formas ápodas y acuáticas. El
sistema nervioso es más avanzado y el cerebro aumenta de tamaño con respecto
al resto del encéfalo. Los cocodrilos desarrollan la primera corteza cerebral. Las
conexiones del sistema nervioso central permiten comportamientos más
evolucionados que en los anfibios. La supervivencia de los reptiles depende de
tres sentidos: la vista, el oído y el olfato, que están directamente desarrollados con
del tipo de hábitat en el que viven.
El ojo de los reptiles, en líneas generales, es similar al de otros vertebrados
terrestres. El párpado inferior suele ser móvil y en parte escamoso. Sin embargo,
en muchos lagartos y en todas las serpientes el párpado superior y el inferior se
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