Señor... cada mañana me esperas y entiendes todo lo mío

Anuncio
Señor... cada mañana me esperas y entiendes todo lo mío,
necesito que despiertes las ganas de estar contigo:
que la fe me acerque a Ti, que el amor abra mis manos,
que el bien haga que mi vida, sea para todos regalo.
Afrontar nuevos caminos, es dar pasos junto a Ti,
viviendo con la ilusión de poder decirle “SÍ” al mundo
que le hago falta y necesita de mí... para que todo sea bello,
para que todo esté bien... y que nadie esté tan lejos
que no reciba de mí, un poquito de aire fresco...
para respirar el bien.
Señor, miro al mundo y no me gusta,
está muy deteriorado,
le faltan fuertes cimientos para poder ser humano.
Si pongo misericordia y lo pinto con mi entrega
mucha gente sentirá que la tristeza se aleja.
Si doy mensajes de paz y perdono al que me ofende
yo me llenaré de Ti y me sentiré muy fuerte.
Señor, como Madre Petra, quiero ser amor que sale,
al encuentro de quien busca gente buena que le salven.
Yo le ofreceré mi don,
y dibujaré contigo sentimientos de esperanza,
gritando al mundo con fuerza:
¡El amor todo lo sana!
Quiero, Señor, crear lazos, con el mundo que has creado.
Quiero, Señor, alabarte...
Quiero, Señor, crear lazos con los que tengo más cerca,
que no me suelte de nadie, que a nadie yo deje fuera.
Quiero, Señor, crear lazos cuando río y cuando juego,
cuando trabajo y me canso, siendo amigo y siendo bueno.
Quiero, Señor, crear lazos, porque la vida es más bella,
cuando creamos encuentros y rompemos las fronteras.
Yo sé que Tú me sostienes con fuertes lazos de amor,
quiero, Señor, crear lazos, contigo que eres mi Dios.
Todos los días, Señor, sin saberlo te esperamos,
porque tú llegas sin ruido... siempre estás a nuestro lado.
Te espero por la mañana, antes de que salga el sol.
Yo te esperaba en mis sueños... mientras me cuidabas ¡Tú!
Quiero preparar mi casa y acogerte con cariño,
quiero que cuando Tú llegues te reciba como amigo.
Convierte mi corazón, limpia mi vida del mal...
Yo quiero ser para Ti y mi vida cantará
la melodía más tierna que compone el corazón:
¡Dios Niño vino a nosotros... lo hizo solo por amor!
Es tiempo de construir... yo tengo el poder de hacerlo:
en mi mente tengo ideas, y en mi corazón anhelos.
Quiero construir mi vida, dando pasos con acierto,
quiero lograr con los otros, un mundo un poco más bueno.
Junto a Ti, quiero aprender, a edificar sobre roca,
donde no se cae la casa, ni los vientos la destrozan.
Ojalá que yo construya, mi vida, Señor en Ti,
y que solo lo que es bueno, yo lo quiera conseguir.
Junto a Ti, todo es posible... al mundo yo le hago falta,
Contigo yo puedo dar... un poquito de esperanza.
Señor, empiezo de nuevo si me he equivocado,
empiezo de nuevo si algo no he logrado,
Dentro de mi vida hay muchas batallas
y no sé por qué me cuesta ganarlas.
Lo malo que hago no lo quiero hacer,
el bien que rechazo, deseo ir tras él.
Siento que soy frágil, y puedo caerme.
Yo soy tu vasija, no quiero romperme.
La cruz y tu entrega es TU gran palabra:
por querernos tanto, vienes y nos salvas.
Contigo es posible volver a empezar...
nada está perdido... puedo comenzar.
¡Gracias, Señor, por la vida, que es nueva cuando amanece...
Tú sostienes mi existencia... ¡yo siento el aire en mi frente!
Yo percibo que mi vida es amor que va y que vuelve,
y que tiene un gran valor, cuando se da y no se pierde.
La PASCUA es el tiempo nuevo, de donde brota la VIDA,
la PASCUA es “el paso” grande, donde Dios nos resucita.
Hazme sentir hoy, Señor, lo mucho que me has amado.
Hazme mirar este mundo con ternura, sin juzgarlo.
Porque Tú, venciste el mal, y todo lo has hecho bueno.
Yo quiero con muchos otros, dibujar un mundo nuevo.
Donde se afronten caminos, donde se acoja la vida,
donde se creen nuevos lazos, y se generen sonrisas...
“Enséñame tus caminos, Señor, porque ellos son la verdad”.
Que yo rece esta oración y nunca me olvide de ella,
que si yo aprendo de Ti, siempre iré por sendas buenas.
Caminar y caminar... es mucho lo que me queda...
Tropezaré... estoy seguro, pero llegaré a la meta.
Siempre habrá dificultades en el camino hacia el bien,
pero si Tú me acompañas, nada tengo que temer.
Quiero ser un caminante y dejar huellas seguras,
que sirvan de indicadores, de lucecitas que alumbran...
La mochila que me cuelga lleva para regalar:
mucho peso de cariño que deseo repartir
aquellos que en el camino coincidimos al vivir.
Escucha... escucha... palabra que se repite...
¿pero quién escucha y cómo... aquello que Dios nos dice?
Siempre oigo muchas voces dentro de mi corazón,
tal vez no sé la respuesta y no doy contestación.
Porque no guardo silencio, yo no recibo el mensaje,
porque llevo muchos ruidos, confundo todo el lenguaje.
Solo hubo una Mujer, que dio la mejor respuesta...
al mensaje más sublime que Dios le llevó a su puerta.
María, mujer creyente, que se fió del Señor,
ella tuvo la respuesta que al mundo le dio la LUZ.
Escuchó siempre la vida, y escuchó con sencillez,
hasta que oyó la pregunta... que no pudo comprender.
Ella solo dijo SÍ... y descansó en el Señor,
le entregó su pensamiento y también su corazón.
Madre de Jesús y mía, ayúdame a responder.
Gracias por todo este tiempo... tan feliz y tan alegre,
tiempo de amistad y juegos, tiempo... que recordaremos siempre.
Gracias, porque hemos crecido y nos hemos hecho fuertes,
en la verdad y en el bien, en la fe para creerte.
Gracias por haber vivido, codo a codo, todos juntos,
aprendiendo y trabajando, conociendo a cada uno.
Gracias, porque he aprendido que al mundo le falto yo,
también para mí, vosotros, estáis en mi corazón.
Gracias, Señor, porque Tú, a todos nos haces falta,
que sintamos de verdad, ¡Que si Tú no estás...no hay nada!
Descargar