Bruno Groening compara al ser humano con una batería. En la vida

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Resumen
Las enseñanzas de Bruno Groening parten de la influencia de energías espirituales en
el ser humano. La influencia de estas energías es más grande de lo que la mayoría de
los seres humanos cree.
Bruno Groening compara al ser humano con una batería. En la vida diaria todos
consumimos energía. Pero a menudo, ya no se toma nuevamente para sí la energía
vital necesaria. Así como una batería vacía ya no funciona, un cuerpo sin fuerzas ya no
puede cumplir con sus necesidades. Las consecuencias son fatiga, nerviosismo,
angustias de vida y por último enfermedad.
Bruno Groening puso en claro cómo cada uno puede retomar nuevas energías. Creer
en lo bueno asï como el deseo de curarse es la condición para ello. En todas partes, el
ser humano está rodeado de ondas curativas y él tiene solamente que captarlas.
Según Bruno Groening no existe ninguna enfermedad incurable, lo que está
confirmado por los Informes de Éxitos verificados por médicos. Aquí, las curaciones
ocurren colamente por vía espirtual y no están vinculadas a la presencia material, al
cuerpo de Bruno Groening.
Para adquirir esta corriente curativa, la persona en busca de ayuda se sienta con las
manos abiertas, los brazos y las piernas no se deben cruzar para no interrumpir el flujo
de la corriente curativa. Pensar en la enfermedad y preocuparse tienen un efecto
contraproducente, pues actúan como obstáculo. Por el contrario el pensar en algo
bueno y bonito ayuda mucho.
Cuando la energía curativa fluye a través del cuerpo, llega a los órganos que están
cargados con la enfermedad y empieza allí a obrar limpiándolos. Por eso, puede ser
que se sientan dolores, que son una señal de que el cuerpo se está limpiando. Según
su esencia, la enfermedad no está de acuerdo con la voluntad de Dios y será
aniquilada paulatinamente. En algunos casos puede ocurrir también espontáneamente.
Pare ésto es necesario que el ser humano ya no piense en la enfermedad sino que crea
que para Dios no existe no incurable.
Para seguir sanos, los amigos de Bruno Groening se sintonizan diariamente para recibir
la energía curativa. Un cuerpo sano es la base para una vida en armonía consigo
mismo, con sus prójimos y con la naturaleza.
La meta de las enseñanzas de Bruno Groening es hacer de un enfermo una persona
llena de alegria de vivir, libre de cargas corporales y psíquicas.
Profundización en las enseñanzas de Bruno Groening
"Éstas mis enseñanzas son verdaderas máximas de vida, según las cuales actúan
muchos de mis amigos y con éxito. Aceptando estas enseñanzas, se produjo en ellos
una completa transformación y que en muchos casos hasta condujo a éxitos en la
salud".
Bruno Groening no formuló nunca sus enseñanzas en forma escrita. No quería crear
ninguna nueva filosofía o ideología. Sus esfuerzos tuvieron solamente una meta:
ayudar a los necesitados. A ellos les dió unas enseñanzas que no se basan en
reflexiones intelectuales ni mucho menos científicas, sino en percibir, en experimentar
intuitivamente su legitimidad espiritual. Quien se acerca a estas enseñanzas
encontrará y reconocerá en ellas una complejidad inesperada que llega mucho más allá
del aspecto de la curación. El exortó a los seres humanos a que crean en lo Bueno y a
que lo hagan realidad. El mandamiento cristiano del amor al prójimo es el elemento
básico de sus enseñanzas.
El orígen de las enfermedades
Hoy en día muchas personas viven creyendo que la enfermedad es algo casual, que
aparece de repente y que ataca al hombre de la nada. Sin embargo, Bruno Groening
decía:
"Cuanto más se aleja el hombre de Dios, a sabiendas o sin saberlo, tanto menos vida
queda en su cuerpo, de manera que apenas le queda lo suficiente como para que los
órganos puedan seguir funcionando debidamente. Ya no puede vivir en la plenitud de
sus energías, pues se distanció de su fuente de energía. Al final perdió la conexión con
la Gran Fuente de Energía Divina. Ya no puede captar para sí la Energía de Dios. Y así,
él, su cuerpo, se queda hecho una ruina "
Bruno Bröning describió de la siguiente manera, cómo el hombre puede recuperar su
salud:
"Dios creó al ser humano hermoso, bueno y sano. Así es como Él quiere tenerlo.
Originariamente los seres humanos estaban totalmente unidos a Dios, allí solo existía
amor, armonía y salud, todo era UNO. Pero desde que el primer hombre escuchó la voz
del Mal, que le hablaba fuera de esta unidad, y la siguió, ahí se destruyó dicha
conexión y desde entonces Dios está aquí y el hombre allá. Entre Dios y los hombres
se formó un gran abismo. Allí no hay conexión. El hombre - al quedarse sólo - por más
creyente que sea y rece, en su camino por la vida será atacado por el Mal y arrastrado
a ese abismo. Usted, en su camino por la vida, llegó a ese lugar allí abajo. Usted está
sufriendo desgracias, dolores, males incurables. Yo le digo: ¡No siga bajando, hágame
caso y REGRESE! ¡Venga aquí arriba y yo le construiré un puente sobre el abismo!
¡Diríjase del camino de sufrimientos al camino Divino! Por éste no existe la desgracia,
ni los dolores, ni lo incurable - aquí todo está bien. Este camino lo guía de regreso a
Dios."
La gran conversión
Bruno Groening manifestaba siempre que los seres humanos deberían practicar la
"gran conversión" o el gran cambio. Él los exorta a creer en lo bueno y a ponerlo en
práctica y a abandonar las malas costumbres.
En primer lugar exortó a los seres humanos a no pensar en la enfermedad. Él siempre
subrayó que la enfermedad viene de lo malo y es lo malo. El ocuparse de ella significa
entregarse a lo malo. Ello impide el proceso de curación y hasta puede volverlo
imposible.
"Quien se ocupa sólo de la enfermedad, la retiene y le cierra el camino a la energía
divina"
El ser humano se tiene que desprender de la enfermedad, no retenerla como su
propiedad, sino verla como un infortunio.
"La enfermedad no pertenece al ser humano"
Bruno Groening les ofreció a los seres humanos quitarles las enfermedades:
"Déme sus enfermedes y sus penas! Ud. sólo no podrá con ellas. Yo las sobrellevo en
lugar de Ud. Pero démelas voluntariamente, pues yo no se las voy a robar"
"Es bueno que Ud se desprenda de la enfermedad, de modo que yo la pueda llevar;
pero si Ud. se aferra a ella, entonces no puedo hacer nada. El séptimo mandamiento lo
prohibe: ‘No robarás’. Si yo les quito la enfermedad a los seres humanos a la fuerza,
entonces pecaría. No puedo robar. ¡Quien quiere a su enfermedad la retiene! Al que la
olvida; a quien la suelta, no sólo con el pensamiento sino también con hechos a él se
la quito. ¡Ustedes deben poner atención a mis palabras! Yo no los quiero influenciar. Si
Ud suelta su enfermedad, entonces cargaré con. todos sus sufrimientos."
Cuan importante es para Bruno Groening la conversión interior de cada uno lo
demuestra el siguiente párrafo tomado del libro "La gran conversión" de Kurt
Trampler:
"También en conversaciones privadas, oía a menudo declarar enérgicamente a Bruno
Groening, de que él llevaba la responsabilidad ante Dios, de ejercer la "Curación a
través de la energía divina pura" sólo para los pacientes que por lo menos tengan la
buena voluntad de vivir de acuerdo con las leyes divinas, y de no curar a aquellos que
no están dispuestos a desprenderse de lo malo.
"Yo podría", dijo él, "realizar una curación en masa de tal manera que cuando digo:
¡Que todos los enfermos de una ciudad o de un país se sanen! Pero con ello ¿no se
perdería en lugar de ganar? ¿Estarían los malos enmedio de los enfermos dispuestos a
cambiar?. ¿No usarían la salud que recuperaron para lo malo? ¡No! El ser humano
tiene primero que efectuar un cambio en sí mismo, primero tiene que estar dispuesto a
arrancar lo diabólico de sí y a encontrar el camino hacia Dios. Recién entonces vale la
pena curarlo."
Las siguientes palabras de Bruno Groening aclaran esta expresión y explican el orígen
de las enfermedades:
"¿Cómo es que llegó a suceder que el ser humano se enferme? El ser humano primitivo
no se enfermaba. Los seres humanos se han vuelto malos, cada vez peores de
generación a generación, La maldad ha aumentado tanto, que pronto ya no va a ser
posible vivir. Hay disputas y peleas aún dentro de las familias, hay más guerra que paz
entre los pueblos. Las penurias trajeron el sufrimiento espiritual a los seres humanos,
y han llegado a desarrollar raíces tan profundas dentro de ellos, que por consiguiente
tienen que enfermarse. El unoapesadumbra espiritualmente al otro. Los seres
humanos se han deformado, se han alejado de lo natural, muchos han perdido la fe en
Dios. Pero el que se aleja del camino divino, también se desprende de su salud."
Si es que el ser humano desea recuperar su salud a través de Bruno Groening, tiene
que estar dispuesto a renunciar a las "maldades". Tienen que darle la espalda a la
maldad, a la enfermedad, desprenderse de ella, ya no pensar: "Mi asma, mi
reumatismo, etc". Ésto no siempre es fácil. Es necesario un cambio interno. El ser
humano tiene que cambiar fundamentalmente su modo de pensar. No tiene que creer como de costumbre - en la enfermedad, sino en la salud. Tiene que internalizar la fe
inquebrantable de que aún las llamadas enfermedades incurables se pueden curar
¿Qué es lo que espera Bruno Groening del que busca ayuda? ¿No está en contra de
toda lógica el tomar en serio este requerimiento? ¿Cómo van a volver a ponerse en
orden las articulaciones deformadas por el reumatismo? ¿Cómo van a moverse
nuevamente los miembros paralizados? ¿Cómo puede ser posible entregarle a Bruno
Groening sus enfermedades, sin que él haga ni el más mínimo tratamiento? ¿sin que ni
siquiera se le diga algo de la enfermedad? ¿No es ésto un insulto para toda persona
sensata?
En realidad es un gran cambio lo que Bruno Groening espera de los seres humanos
pero significa dejar de lado todo pensamiento científico orientado hacia el raciocinio y
acoger la fé en Algo Superior. Sus enseñanzas se basan en principios completamente
diferentes a lo que es hoy en día usual, o sea el pensamiento racional originado por el
espíritu materialista dominante de la época.
"De seguro que no me van a entender con el raciocinio"
La corriente curativa
Bruno Groening se denominaba a sí mismo como el intermediario de un poder
espiritual que viene directamente de Dios y tiene virtud curativa. A esta energía divina
la denominaba él "corriente curativa"
Para explicar el carácter de la corriente curativa, él hizo uso de una metáfora. El
comparó a Dios con una central eléctrica y al ser humano con una bombilla eléctrica.
Como la bombilla, que sólo puede cumplir su objetivo cuando le llega la corriente
eléctrica que viene de la central, así el ser humano puede vivir dentro del orden divino
sólo cuando el poder de Dios, la energía divina lo nutre. Para él mismo se dió la tarea
de un "transformador". El transforma las energías superiores infinitas de tal modo que
cada ser humano solamente reciba lo que realmente pueda aprovechar. Su capacidad
de recepción era ilimitada. Por ejemplo en el Traberhof de Rosenheim fue posible que
miles de personas sientan al mismo tiempo la corriente curativa y que se produzcan
grandes curaciones en masa.
Bruno Groening explicó, que en el estado original, existía una comunicación directa
entre la "central" Dios y el "receptor" humano. Los seres humanos vivían en la tierra
como hijos de Dios en suprema unidad con su Padre. Pero cuando se retiraron de Dios,
salieron del orden divino y les vinieron las necesidades y la pobreza. La comunicación
entre el hombre y Dios se deshizo. Con el tiempo se produjo un abismo cada vez más
hondo, el que los seres humanos solos ya no pudieron cruzar.
"Y porque el ser humano ya no pudo volver más al verdadero camino divino, porque el
puente que llevaba hasta él se rompió y el hombre apretujado como un montoncito de
barro vagaba de un sitio a otro, por eso he reconstruído el puente hacia este verdadero
camino divino, y lo he reconstruído para que Ud. lo use. Si Ud. va por él llega al
camino, al camino divino donde Ud mismo tiene la conexión con la obra de Dios
grande, única y divina, donde Ud. recibe la corriente vital verdadera, auténtica, justa y
divina para poder seguir viviendo bien su vida y sobre todo sana. "
"Y quien cruza por este puente y sigue por el camino divino verdadero, él tendrá una
facultad de sentir muy diferente, y se asombrará de todo lo que hay allí y que él no ha
podido reconocer aquí hasta ahora. Recién allí encontrará usted en realidad el enlace
con la gran obra divina. "
Quien sigue las enseñanzas de Bruno Groening y se abre a la energía divina, sentirá la
corriente curativa en su propio cuerpo. En él entrará una disposición de ánimo
totalmente nueva: los dolores, las penas y las necesidades desaparecerán, y la salud,
la armonía y la alegría tomarán su lugar. Ud. empezará a experimentar que Dios no
reina en su trono más allá de las galaxias como un juez inmisericorde, sino como un
Padre amoroso que está con Ud. y quiere ayudarle. El abismo ha desaparecido. El ser
humano experimenta nuevamente el estado original.
Sintonización
Pero ¿Cómo puede acoger el ser humano la corriente curativa? ¿Cómo se abre uno
para recibir la energía divina? Bruno Groening recomendó a los que buscan ayuda la
siguiente forma de sentarse. No cruzar ni los brazos ni las piernas y mantener las
palmas de las manos hacia arriba, abiertas y ponerlas sobre los muslos. Además de
esta apariencia externa es muy importante rechazar, cortar todos los pensamientos
perturbantes y concentrarse en lo que sucede en nuestro cuerpo. Un requisito
fundamental es tener un alma creyente. De este modo es posible que el ser humano se
abra para recibir la onda curativa divina. Bruno Groening dijo:
"Dios nos da todo lo bueno, solamente tenemos que acoger dentro de nosotros a todo
lo Suyo que Él nos envía. Pues entonces ¡Hágalo! "
El por qué es importante la postura corporal lo aclaró como sigue:
"Aquellos que tienen todavía un cuerpo que lo pueden poner libremente en
movimiento, sin dificultad, lo retuercen muy a menudo, Ésta es la fuerza de la
costumbre. P.e. cruzar las piernas. Claro, uno se puede repantigar en una silla, es
decir desperezarse, pero no cuando se desea recibir lo bueno, lo divino. Para ésto se
tiene que estar libre, uno debe ponerse de pie o sentarse con las manos abiertas, con
las manos vacías. "
Kurt Templer. escribe en su libro "La gran conversión":
Juntamente con la preparación interior, es importante observar una aparente
pequeñez, pero que es esencial. Uno debe sentarse cuidando de que la espalda esté
libre, (no reclinada) y no cruzar ni los brazos ni las piernas. Según Bruno Groening el
tocar o juntar los brazos /las manos produce el efecto de un corto circuito de la
energía vital en el torso y juntar o cruzar las piernas produce el mismo efecto dañino
en el cuerpo inferior. Quien tiene la costumbre de cometer este error a menudo, a
largo plazo puede acoger enfermedades realmente indeseables.La toma consciente de
energía la llamó Bruno Groening la "sintonización". El ser humano se sintoniza para
recibir la corriente curativa. No es importante ni cuando ni donde. Lo importante es
que tenga tranquilidad. que corte todos los persamientos perturbantes y que observe
exactamente lo que pasa en su cuerpo. Bruno Groening preguntaba a menudo a sus
oyentes. ¿Qué es lo que Ud siente? ¿Y ahora? ¿Y ahora?
"Ud. sólo tiene que sintonizarse para recibir, mejor dicho para adquirir este verdadero
regalo divino. ¿Cómo alcanza Ud. esa remesa? Ésto lo va a comprobar Ud. Pero debo
decirle una vez más que sólo la adquirirá si es que Ud le presta verdadera atención a
su cuerpo, y presta atención a lo que sucede en su propio cuerpo, no a él sino dentro
de él".
Toda persona puede sentir la corriente curativa en su propio cuerpo. El uno siente un
hormigueo, el otro una corriente fría o caliente. Un tercero tiene que mover los brazos
o las piermas, un cuarto tiene que sacudirse. Así es como la energía curativa ocasiona
las más diversas reacciones en los seres humanos.
Las regulaciones
Algunas personas experimentan dolores cuando reciben la corriente curativa. A este
fenómeno, Bruno Groening denominó lo denominaba "regulación". Es la señal de que el
cuerpo comienza a cambiar. Los dolores reguladores o regulaciones no se pueden
comparar con aquellos de la enfermedad. Son originados por la corriente curativa y
significan que se está efectuando una limpieza en los órganos enfermos. Kurt Templer
escribe acerca de las regulaciones: El dolor regulador inquieta muy a menudo al que
busca ayuda. Bruno Groening dice que las regulaciones tienen que suceder. Cuando
empiezan las manifestaciones reguladoras, se ve a menudo que muchas personas
tienen miedo de que sea una recaída. Tuvieron miedo y dijeron: Se ha puesto peor,
¡vamos al médico!
Groening dice:
"Por eso les digo que presten atención cuando se manifiestan los dolores reguladores,
tengan paciencia. No pasa nada malo, sólo es que la persona se está curando."
La forma de las regulaciones puede ser muy diferente. Los dolores pueden ser
parecidos a los de la enfermedad, quizás hasta más intensos. Pero también se pueden
manifestar de otro modo. Ésto es diferente de caso en caso, ya que cada cuerpo
humano reacciona de un modo diferente, individual, a la corriente curativa.
Los dolores reguladores son inevitables. Son parte de un proceso de limpieza en el que
la impureza de la enfermedad es alejada del cuerpo por vía espiritual.
Bruno Groening aclaró el fenómeno de las regulaciones dando el ejemplo de una
cantina de leche sucia. El preguntó que se debe hacer cuando se tiene que echar leche
fresca en la cantina que contiene leche agria y que apesta. La respuesta es evidente:
Se tiene que botar la leche agria, después se tiene que limpiar la cantina. De modo
muy similar, en sentido figurado, sucede con el ser humano. Si se supone que el
cuerpo es una cantina y la enfermedad la leche agria, se tiene que botar la leche agria,
después el cuerpo quedará libre de la "mugre" de la enfermedad y ésto es el fenómeno
de las regulaciones. Primero se tiene que limpiar el recipiente y recién después se
puede llenar con leche fresca. La salud entra en el cuerpo humano.
En otra metáfora, comparó al ser humano con un frutero:
"Tome Ud. un recipiente que esté lleno, sea con lo que sea, digamos con fruta que está
allí durante varios días y de la que nadie se ha ocupado, por eso nadie sabía que la
fruta se había malogrado. Ud. ya no puede comer esta fruta. Y cuando alguien viene y
quiere obsequiarle a Ud. fruta fresca, sería una gran estupidez si se pusiera la fruta
buena y fresca encima de la mala, pues esto significaría que la fruta buena se pondría
en el mismo estado en que ya está la fruta mala. Si Ud. quiere tener la fruta buena,
tiene que arrojar la mala, la que ya no se puede comer, la que está podrida. Pero no
solamente tiene que hacer ésto. Además tiene que limpiar el recipiente para poder
poner allí la fruta buena. Compare el recipiente con su cuerpo y la fruta mala con sus
órgamos enfermos. Lo bueno es lo que Ud. espera recibir, pero ésto no es posible si
Ud. no arroja antes lo malo, es decir si Ud. sólo se ocupa de su enfemedad."
La libre voluntad
Cuando aparecen los dolores, no siempre es fácil creer que sean regulaciones. Muchas
personas se ponen inseguras, ¿Son regulaciones o síntomas de la enfermedad?.
Empieza una lucha interna, una lucha contra la fe. Aquí se decide si es que la persona
adquiere la curación, así como cuanto va a durar el proceso de curación. Depende de
dónde están los pensamientos de esta persona, de qué es lo que ella cree, o en su
enfermedad o en su curación. Si es que sigue creyendo en su enfermedad, ésta
seguirá siendo parte de la persona. Pero si es que se decide a creer en la salud,
entonces se completará el proceso de curación. La persona misma es la que toma la
decisión.
Éste es un punto muy importante dentro de las enseñanzas de Bruno Groening. Él
siempre hizo hincapié en el hecho de que el ser humano tiene una voluntad inviolable
que es el regalo más grande que Dios le ha hecho a cualquier ser viviente. Él eleva al
hombre del nivel de un ser domesticado al nivel de un hijo libre, que sigue los
mandamientos de su Padre por libre voluntad y no porque alguien se lo obliga. Sin
embargo Él le ofrece a este hijo la posibilidad de elegir entre violar estas leyes divinas
o nó.
Bruno Groening respetaba la libre voluntad del hombre en sumo grado. Por eso puede
ayudar solamente a aquél que se deja ayudar, a quién está dispuesto a desligarse de
la enfermedad. Bruno le puede quitar a la persona solamente aquello que esta persona
se lo da a él ejerciendo el poder de su propia voluntad. Quien se ocupa sólo de su
enfermedad, quien está pensando todo el tiempo en ella y hablando de ella, esperará
en vano que la curación le llegue. Así, Bruno Groening decía:
"Puedo ayudar a una persona a encontrar el camino del bien, pero no puedo ni quitarle
la facultad de decisión ni obligarla a tomar este camino. Cada uno tiene que encontrar
su camino por si mismo."
El bien y el mal
Por la libre voluntad, el hombre tiene la posibilidad de tomar decisiones. He aquí la
interrogante.¿Cuáles son las alternativas entre las cuales él puede escoger? A ésto dice
Bruno Groening:
"Amigos no desconozcan ni olviden que el ser humano vive entre el bien y el mal. Allí
el bien, allá el mal, él vive enmedio de éstos y él es el que toma la decisión"
El ser humano tiene que elegir. El puede hacer el bien o el mal. Si es que alguno de
sus prójimos está en alguna necesidad, o puede ayudarlo o puede dejarlo de lado sin
ocuparse de él o puede hasta aprovecharse de las necesidades del otro para obtener
alguna ventaja para sí mismo. El ser humano puede hacer lo que él quiera.
A lo largo de su vida, el ser humano se encuentra siempre - consciente o
inconscientemente - frente a bifurcaciones en su camino, ante las cuales tiene que
decidirse por el camino bueno o por el malo. En la mayoría de los casos se trata de
situaciones diarias que determinan el curso del destino.
Por ejemplo, cuando uno se irrita por un cambio de palabras francas con un amigo, o
cuando uno deja un empleo porque se ha peleado con su jefe o cuando se rechaza una
oferta única a causa de su orgullo herido. Muy a menudo son decisiones espontáneas,
las que después ocasionan pena cuando son irrevocables y ya no se puede dar marcha
atrás. Un instante puede influir en el curso de toda una vida después, o para el bien o
para el mal.
Pero ¿Cómo es que se llegó hasta aquí? ¿No es la vida el producto de una casualidad
ciega, a la que el hombre está entregado y totalmente desamparado?
Lo bueno - aclaró Bruno Groening - proviene de Dios. Lo malo, de su contrahente, de
Satanás, pues éste realmente existe y tiene como meta destruir todo lo bueno, todo lo
divino.
Bruno Groening:
"¿Quién lo hace, quién no desperdicia ninguna oportunidad para destruir lo bueno, lo
divino? ¿De dónde vienen las enfermedades, que atacan a todo lo que vive en esta
tierra? Tome usted lo que sea, alguna fruta, o algún ser viviente, el que sea, el
demonio trata siempre de destruir todo. También ha tenido éxito en carcomer
destructivamente al ser humano".
"El Satanás que existe en esta tierra no ha desperdiciado ninguna oportunidad para
destruir lo bueno y lo divino"
"Dondequiera que esté Dios hay amor, donde está Satanás hay terror"
En lo espiritual, ambos polos se encuentran frente a frente: Dios como la vida misma y
Satanás como el que la quiere destruir. Al lado de ellos hay inmumerables seres
espirituales que los ayudan, y la lucha se lleva a cabo con toda violencia .
Ambas partes tienen a su disposición enormes energíasº. Su naturaleza la describió
Bruno Groening con palabras sencillas:
"La energía divina es constructiva y la mala, la satánica, es destructiva."
El ser humano puede tomar ambas dentro de sí y dejarlas que hagan efecto, tanto en
el cuerpo como en el alma. La una fortificante y constructiva. La otra debilitante y
destructiva. La positiva lleva en sí la salud, la negativa trae consigo la enfermedad.
Bruno Groening dijo que la enfermedad viene de lo malo y que no es ningún castigo de
Dios, como muchos afirman. Tales ideas las tildó de mentiras y las rechazó
decididamente. ¡Dios no castiga! Las enfermedades son las consecuencias de
pensamientos y hechos falsos. Cuando desaparezca la causa de ellos, entonces
desaparecerán también las consecuencias, y ésta es la voluntad de Dios.
"No es como la gente cree, que la enfermedad es un castigo de Dios. Se puede
comparar con la salida de un hijo de la casa de sus padres. Los padres ya no pueden
estar cerca de él, ya no pueden protegerlo. Así, como nosotros abandonamos a
nuestro Padre. Nosotros no podemos olvidar que somos hijos de Dios. Sólo Él puede
ayudarnos. Y Él nos ayudará cuando hayamos encontrado nuevamente el camino hacia
Él."
Los pensamientos son energías
Bruno Groening exortó a sus oyentes a examinar sus pensamientos y a sólo aceptar
los buenos. Dios y Satanás no solamente son fuentes de energía sino también de
pensamientos e ideas. Ellos envían pensamientos sin cesar, Dios los buenos y Satanás
los malos. El ser humano no puede producir pensamientos él sólo, sino que tiene
solamente la capacidad de recibirlos.
"Es muy importante la clase de pensamientos que el ser humano capta, pues los
pensamientos son energías. Si el hombre quiere lo bueno, lo ayuda Dios, si quiere lo
malo, lo ayuda Satanás."
El ser humano no está entregado del todo a la merced de sus pensamientos, sin tener
la capacidad de decidir. Él decide por sí mismo sobre los pensamientos que tolera y
sobre los que no. Él debe de elegir juiciosa y no superficialmente. Detrás de cada
pensamiento hay energía, uno positivo construye, uno negativo destruye; una noticia
buena da alas para mucho, una mala desalienta. Los pensamientos son energías
espirituales. Llevan una fuerza consigo de la cual el ser humano de hoy apenas se
apercibe. Un pensamiento que viene del amor puede hacer que un ser humano
entregue su vida por otro. Un pensamiento que viene del odio puede inducir a alguien
hasta a matar a otro.
"Cuídese de los malos pensamientos"!
"Ustedes tienen que saberlo porque lo han comprobado ya varias veces, que basta un
sólo pensamiento malo para que vengan después otros pensamientos malos y que se
digan palabras soeces e hirientes. Así, todo lo que Uds. aceptan dentro de sí mismos,
sale de Uds. después".
"Pero permítame decirle que si Ud. acepta solamente un mal pensamiento se convierte
en un servidor del mal, en realidad se convierte en un siervo de Satanás"
Pero, ¿Qué puede hacer el ser humano contra ideas depresivas, pensamientos de
duda, de miedo o contra ideas fijas, sugestivas y presionantes? Estas ideas aparecen
de la nada, atropellan a uno y quieren hacerse, apoderarse de nuestro carácter. ¿Qué
es lo que debe hacer uno?
El demonio quiere desorientar al ser humano con pensamientos negativos, cualquiera
que sea su matiz, quiere apartarlo del camino divino y también conseguir que el
hombre tenga miedo, que se enoje, que tenga dudas acerca de lo bueno y que atente
contra los mandamientos de Dios. Para lograr todo ésto le engaña que el hombre es
solamente un juguete de sus malos pensamientos y sentimientos y que está entregado
a ellos sin ninguna merced ni ayuda. Pero ésto es mentira y engaño.
Dios ha hecho al hombre de tal modo que él mismo puede decidir sobre sus
pensamientos, sus palabras y sus obras. Cuando un mal pensamiento pasa por su vista
espiritual, puede rechazarlo tranquila pero decididamente. Si es que se queda en esta
posición, el mal tiene que seguir otro camino y no puede apoderarse de su carácter. El
ser humano decide por su propia y libre voluntad acerca de su destino.
"El ser humano obra de acuerdo a su voluntad. Tal es su voluntad, tal su pensamiento.
La mente es la queimpulsa al hombre a obrar."
Con un ejemplo simple nos mostró Bruno Groening la importancia tan grande que
tienen los pensamientos. Cuando se construye una casa, lo primero que se tiene es el
deseo, la voluntad de construir una casa. Después esta idea se hace cada vez más
concreta hasta que se llega a hacer un plano más exacto. Hasta aquí, la construcción
existe solamente en la fantasía del futuro dueño. La verdadera edificación de la casa es
primeramente el último paso dado en un camino largo, al cual se ha llegado después
de haber hecho muchas reflexiones y preparativos.
Exactamente así sucede con la curación. Primero tiene que haber la voluntad de
sanarse, después se tiene uno que separar mentalmente por completo de la
enfermedad y tener fe en la curación. El último paso es cuando la curación empieza a
llevarse a cabo en el cuerpo. Naturalmente que ésta no es obra del hombre sino que es
un acto de la misericordia de Dios. El hombre no puede ganársela, pero sí adquirirla.
El ser humano es espíritu
Bruno Groening les explicó a sus oyentes la verdadera esencia del ser humano.
"¿Quién es Ud.?" preguntó. Ninguno de sus oyentes supo decir algo excepto su
nombre. Bruno Groening no dejó que ésto se quede así. "¿Es Ud. un cuerpo?" siguió
preguntando y ante esta pregunta nosotros, los amigos, tartamudeamos un sí, ya que
no supimos decir otra cosa. Como respuesta él nos contestó un no categórico y siguió
con sus preguntas. "¿Quién es Ud. realmente?" Como nosotros nos quedamos callados,
nos explicó que no somos un cuerpo sino que siempre hemos sido una mente, un
espíritu; que nuestro cuerpo lo hemos recibido - por medio del nacimiento - prestado
de Dios solamente para ésta nuestra vida en la tierra y que lo tenemos que devolver a
la tierra cuando muramos. Nuestra alma establece la conexión entre nuestro cuerpo y
nuestro espíritu y que se lleva a la eternidad las experiencias buenas y las malas. El
alma es la que lleva consigo el destello divino y en el momento en que se abre por
medio de la fe, establece la conexión con Dios. Pero cuando el alma se cierra y no
tiene fe, la conexión con Dios se queda cortada. "
Entonces el cuerpo no es lo más importante en el hombre, sino que es solamente la
funda terrenal para el cuerpo y para el espíritu. Así, con la muerte del cuerpo no se
acaba todo, como hoy en día cree mucha gente, sino que la vida sigue, no está sujeta
al cuerpo.
El ser humano es un espíritu, su cuerpo es un regalo, que Dios ha puesto a su
disposición para su vida terrenal. La finalidad verdadera del hombre es que utilice su
cuerpo para lo bueno y que con esta ayuda haga realidad las ideas buenas. Pero el
hombre también tiene la posibilidad - por su libre voluntad - de utilizar su cuerpo para
lo malo, para robar, para matar, para destruir. De los hechos de un hombre se puede
sacar a conclusión acerca de con quíén está en conexión y al servicio de quién está: al
de Dios o al del demonio. Ésto no quiere decir que el hombre sea bueno o malo sino
que:
"El ser humano es y permanece divino, no es nunca diabólico, no es nunca satánico, no
es nunca malo, sino solamente cuando abandona a Dios, cuando se abandona a sí
misno, solamente así puede ser alcanzado por el mal. No es el ser humano el que hace
el mal, sino es Satanás. De lo malo no podemos esperar nada bueno. Así como de Dios
nada malo".
"Cuando el hombre es débil cae en lo malo, él está caído y no puede seguir el camino
que va hacia arriba pues para ello le hace falta la fuerza. Cae y llega directamente a
los brazos de Satanás y se queda allí perdido por un buen tiempo a merced de él y
tendrá que ser servidor del mal si es que no llega una mano salvadora que lo saca y lo
ayuda a salir de allí."
La obligación de cada ser humano es la de mantener su cuerpo en orden. Todo
pensamiento negativo, toda mala palabra y toda acción mala hace daño al cuerpo, es
decir, cuando el espíritu no está en contacto con Dios y se da al poder negativo,
entonces puede ocasionar enfermedades en el cuerpo.
Pero cuando el espíritu se abre nuevamente para que la energía divina entre en él, la
consecuencia será la curación del cuerpo. Por este motivo, la posición, la ideología del
propio espíritu es tan decisiva. Pues siempre depende del individuo mismo, de cómo se
abre hacia lo Bueno y acepta en su corazón las enseñanzas de Bruno Groening. Un
tratamiento del cuerpo sólo puede combatir los resultados pero no puede curar las
causas. Ésto sólo puede hacerlo la persona misma dando los pasos hacia la "gran
conversión"
Dios es el médico más grande que hay
Curar realmente, sólo lo puede hacer Dios, ninguna persona. Dios es el médico más
grande. Para Él no hay nada que sea incurable, no hay nada imposible. Bruno Groening
decía siempre ésto:
"Confía y cree, la energía divina ayuda y cura"
Lo único que él espera del que busca ayuda es la disposición a tenerle confianza y a
creer en Dios, en captar Su energía curativa y en su propia curación. Si el ser humano
reúne estos requisitos, puede ayudar Bruno Groening. Aún cuando la fe de alguno sea
muy débil, Bruno ofrece ayuda:
"Si usted no puede creer ahora, entonces puedo hacerlo yo por Ud. hasta que usted
realmente crea. Y si hoy no puede Ud. rezar, no puede pedir todavía, lo haré yo por
usted también".
Asi por intermedio de Bruno Groening todos los seres humanos pueden llegar a
obtener la ayuda de Dios. A ninguno se le excluye. A todos se les proporcionará ayuda.
Que todos se enteren de la salvación. Que los hombres lleguen a experimentar que
Dios no es un juez que castiga, sino que es un Padre amoroso. Todos los seres
humanos son Sus hijos y Él es para ellos Su Amigo y Su Redentor.
A través de Bruno Groening, el hombre puede vivir nuevamente los milagros de Dios.
Los paralíticos caminan, los ciegos ven y los miserables tienen alegría de vivir. Dios es
el médico más grande y el que más ayuda presta. Para Él no hay nada imposible.
Bruno Groening decía:
"Hay mucho que no se puede explicar, pero no hay nada que no pueda suceder"
Máximas de Bruno Groening (Selección)
Confía y cree, la Energía Divina ayuda y cura.
Hay mucho que no se puede explicar, pero no hay nada que no pueda suceder.
Llegar a conocer la salvación, queridos amigos, ésta es la verdad.
El médico más grande de toda la humanidad es y seguirá siendo Dios Nuestro Señor!
El dinero es poder, pero la salud es poder divino.
Ser rico significa ser sano.
Si quieres vivir lo divino, tienes que esforzarte por conseguirlo.
La mente domina la materia.
Mi hacer y mi obrar sirven solamente para guiar a todos los hombres de esta tierra
nuevamente hacia el camino verdadero, al camino divino. Ésto es la gran conversión.
Un espíritu sano domina a su cuerpo.
El hombre actúa según su voluntad. Tal es su voluntad, tal su pensamiento. La mente
es la que impulsa al hombre a actuar.
La causa es igual al efecto!
Lo bueno se puede comprobar solamente con hechos. Deja que los hechos hablen.
¡Regresen a la naturaleza! ¡Regresen a Dios Nuestro Señor! ¡Vuelvan a creer en lo
bueno en el hombre!
Por favor, ¡no sea tan crédulo! Hoy digo como siempre: ”Ud. no necesita creeer lo que
yo digo.” Yo tampoco lo exijo. La obligación que Ud. tiene es convencerse por sí
mismo!
Ningún ser humano puede sanar. Siempre es sólo Uno: Dios!
El hombre noble piensa en el deber. El hombre vil piensa en la ganancia.
El ser humano es una criatura del amor. Lo que ha sido creado por el amor, solamente
puede vivir en el amor. Dios es amor.
Para Dios no hay nada imposible!
¡Abandonad el odio y la envidia, pues vosotros vivís como sois! El odio y la envidia
conducen a discordias y peleas.
¡Reflexione sobre cada palabra y cada oración que Ud. dice y sobre cada pesamiento
que Ud. acepta, si es que es digno de ser aceptado. Y reflexione muy bien sobre todo,
si es que Ud. ha obrado bien. Llámese diariamente al orden Ud. mismo, quiere decir a
Dios. ¡Amonéstese Ud. mismo!
Todo ser humano es el forjador de su suerte, pues lo que el hombre siembra,
cosechará.
La enfermedad no pertenece al hombre.
La bondad perdurable vence a la maldad.
El cuerpo, mis queridos amigos, es un regalo divino.
Para tomar un solo pensamiento, el hombre necesita fuerza, necesita energías, y por
ello tiene que preocuparse de adquirir nuevas energías.
¡Amad a Dios, a la vida! ¡Dios está en todas partes!
No quiero que ni uno solo que ya pertenece a mi Círculo de Amigos se encuentre entre
los crédulos. No debe ser crédulo. Tal como yo, tiene la obligación de conven- cerse
por sí mismo de todo.
Queridos amigos, ustedes no pueden servir a dos señores, por un lado servir al mal y
por el otro a Dios.
Estar conectado con Dios, ésto mis queridos amigos, es todo.
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