expira el Tratado de la Comunidad Europea del Carbón

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Bruselas, 19 de junio de 2002
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En relación con la expiración del Tratado, el Presidente de la Comisión Romano
Prodi afirmó: "La Comunidad Europea del Carbón y del Acero constituyó un avance
gigantesco e importantísimo para Europa. Fue el primer paso de Europa en la
cesión de una parte de la soberanía de cada país para beneficio de todos los que
respaldaron aquella iniciativa. Fue la CECA la primera en crear instituciones
comunes supranacionales para Europa, base de la UE tal y como hoy la
conocemos. lo que marca un hito en la historia política. Pasados cincuenta años,
Europa todavía está a la vanguardia mundial en el desarrollo de sus instituciones
democráticas compartidas. Se trata de un nuevo paso en la historia de la
gobernanza democrática que nos permite gestionar nuestros asuntos
transcendiendo las fronteras nacionales siempre que la escala de los problemas lo
exige. La Historia recogerá la fundación de la CECA como un momento decisivo en
el intento del hombre por gobernar sus asuntos de forma más eficaz, más justa y
democrática. A la hora de hacer frente al futuro de Europa y a los cambios
necesarios para garantizar el éxito de una Unión Europea cada vez mayor,
haríamos bien en inspirarnos en los logros de la generación de la posguerra
europea.
El reto a que se enfrentaba Europa occidental después de la segunda guerra
mundial fue la construcción de un marco que permitiera la reconstrucción económica
e industrial sin reavivar viejos conflictos y que en su lugar sirviera de base para una
paz duradera.
Jean Monnet, Robert Schuman (en ese momento ministro francés de asuntos
exteriores), Alcide de Gasperi y Konrad Adenauer (jefes de gobierno de Italia y
Alemania respectivamente) fueron los padres fundadores que sentaron las bases de
la CECA como organización internacional, antecesora de la Comunidad Europea
(Unión en la actualidad) que se fundaría en 1957. Sus instituciones fueron
precursoras de las actuales y en ella se forjaron muchos de los principios, ahora
familiares, de los métodos de trabajo de la UE.
Los sectores del carbón y del acero fueron los primeros en los que se ensayó la
"idea de Europa", precisamente por ser los sectores clave en el funcionamiento de
las maquinarias de guerra nacionales. La CECA favoreció la recuperación pacífica
de dichos sectores y permitió su adaptación a la evolución de las tecnologías, los
mercados y la sociedad europea a lo largo de los últimos 50 años.
La Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) ha desempeñado, por lo
tanto, un papel fundamental en la historia europea de posguerra. Fue la piedra
angular sobre la que se edificaría la Comunidad Europea primero (CE, Tratado de
Roma de 1957) y la Unión Europea (UE, Tratado de Maastricht de 1992) después.
La CECA fue instrumento al servicio del progreso social, la competitividad industrial
y la integración de Europa.
La estructura institucional de la CECA estaba formada por la Alta Autoridad, el
Consejo de Ministros, una Asamblea parlamentaria, el Tribunal de Justicia, el
Comité consultivo CECA y varios organismos consultivos. La misión de la Alta
Autoridad consistía en garantizar el logro de los objetivos establecidos en la
Comunidad Europea del Carbón y del Acero, basada en un mercado, unos objetivos
y unas instituciones comunes. La CECA eliminó todos los gravámenes aduaneros
sobre el carbón y el acero. Las instituciones de la CECA se fusionaron con las de la
Comunidad Europea y Euratom en 1967. Tras la expiración del Tratado CECA, el
ámbito de competencia del Comité Económico y Social se ampliará a los sectores
del carbón y del acero.
La industria europea del acero emplea hoy en día a 276.000 trabajadores de los
774.000 que empleaba hace treinta años. En 1953, la producción de acero bruto
ascendía a 39 millones de toneladas, mientras que hoy en día alcanza los 159
millones de toneladas. Durante los años 70 y 80, el sector atravesó una crisis aguda
y se vio sometido a una reestructuración radical, pero en la década de los 90 se
introdujeron nuevas tecnologías y medios modernos de producción, lo que permitió
de nuevo el despegue del sector. Las privatizaciones y fusiones transfronterizas
también contribuyeron a mejorar la competitividad. A partir de 1998, el mercado
europeo ha absorbido toda la producción de acero de la Unión y ha sido preciso
importar acero de terceros países.
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En 2001 se ralentizó de alguna manera esta tendencia ascendente, pero todo
parece apuntar a que la UE verá el inicio de una gradual recuperación a lo largo de
2002. La recuperación deberá acelerarse durante la segunda mitad del año, y
especialmente en 2003, momento en el que la demanda externa dejará sentirse
cada vez con más fuerza. Una serie de factores internos de la UE, como el acceso a
la financiación, la disminución de la presión fiscal, la necesidad de constituir nuevas
reservas y el control de la inflación, deberían favorecer una modesta recuperación a
lo largo de 2002, una vez se haya calmado la situación internacional. El acero
europeo es hoy en día de alta calidad, más barato y más limpio, y se investigan
nuevos productos y procesos de producción sostenibles.
El sector del carbón ha alcanzado cotas más altas por lo que se refiere al desarrollo
tecnológico, la seguridad y el rendimiento medioambiental en la extracción y
utilización del carbón. No obstante, las condiciones geológicas de la explotación del
carbón han ido empeorando, lo que provocó la reestructuración del sector, que pasó
de una producción de 485 millones de toneladas (de los actuales 15 Estados
miembros, UE 15) en 1953 a los 83 millones de hoy en día. En la UE de los 15 en
1953 trabajaban en el sector del carbón 1.860.000 personas y a finales de 2001 lo
hacían tan solo 87.000.
El Consejo de Ministros de Energía de 7 de junio de 2002 aprobó un Reglamento
del Consejo sobre las ayudas de Estado a la industria del carbón cuyo objetivo era
adaptar el sector a las necesidades energéticas y medioambientales del siglo XXI.
El impacto social de la reestructuración se ha visto amortiguado por el régimen de
ayudas a la reconversión, establecido de acuerdo con el artículo 56 del Tratado
CECA. Más de 1.700.000 trabajadores se han beneficiado de este régimen desde
1955, mediante ayudas a los ingresos dirigidas a los afectados por la
reestructuración. Se ha aliviado así la situación de muchos trabajadores y la ayuda
de la CECA ha contribuido a estabilizar la situación social en regiones frágiles.
El diálogo entre los interlocutores sociales ha facilitado la reestructuración de la
industria. En lo que constituye el ejemplo más antiguo de diálogo social europeo, los
interlocutores de ambos sectores se han reunido regularmente en el seno del
Comité Consultivo de la CECA y en los dos comités mixtos para la armonización de
las condiciones de trabajo. En estos dos últimos organismos, los interlocutores
sociales han colaborado en la anticipación y resolución de problemas y en la
búsqueda de las mejores prácticas para mejorar la competitividad y el empleo.
De cara a la expiración del Tratado CECA de julio de 2002, el Consejo Europeo de
Amsterdam (16 y 17 de junio de 1997) pidió a la Comisión que adoptara medidas
para que los activos y pasivos de la CECA (1600 millones de ¼ VH WUDQVILHUDQ DO
presupuesto general de la UE y que las reservas se asignen a la financiación de la
investigación de los sectores del acero y el carbón. La Comisión ha presentado al
Consejo tres comunicaciones que recogen las líneas directrices de esta
transferencia.
El fundamento jurídico de la transferencia figura en un protocolo relativo a las
consecuencias financieras de la expiración del Tratado CECA y a los Fondos de
investigación del carbón y del acero, elaborado por el Consejo de ministros y
adjunto en Anexo al nuevo Tratado adoptado por el Consejo Europeo de Niza el 7
de diciembre de 2000. El protocolo financiero fue aprobado en febrero de 2002 por
los Estados miembros de la UE mediante un acuerdo intergubernamental. El 72,8%
de los intereses anuales producidos por el activo neto de la CECA se asignará a la
investigación en el sector del acero, mientras que al carbón se dedicará un 26,2%.
La Comisión continuará orientando la política de la UE en el ámbito del carbón y del
acero, no solo por lo que se refiere a la investigación, sino también, de cara a la
ampliación, por lo que se refiere a la política industrial, energética y de comercio
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internacional. Los países candidatos han conservado importantes sectores hulleros
y siderúrgicos que aún no han sido completamente reestructurados y que deberán
integrarse totalmente en una economía europea más amplia. A este respecto, los
problemas de exceso de mano de obra deberán resolverse basándose a la vez en la
experiencia de la CECA y en la necesidad que estos países tienen de mejorar la
adaptabilidad y las cualificaciones de los trabajadores.
Para más información :
http://europa.eu.int/ceca
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