9.- Lectio divina de la parabola del buen samaritano

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“LECTIO DIVINA DE LA PARABOLA DEL BUEN SAMARITANO”
Una pedagogía de la solidaridad
1)
lectura (lo que dice la Palabra en sí misma) = ¿Qué dice el texto?
« Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se
fueron dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De
igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó
junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole
sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al
posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva." ¿Quién de estos tres te parece que
fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores? » Él dijo: « El que practicó la misericordia con él. » Jesús le
dijo: « Vete y haz tú lo mismo. Lc. 10, 30-37
Releamos por partes (¿Qué dice el Texto Bíblico?):
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“Bajaba de Jerusalén”, tal vez venia del templo, era un creyente.
“salteadores” Muestra la existencia de personas que hacen un mal a la sociedad.
“medio muerto” aun esta con vida, pero corre peligro, no puede valerse por sí mismo.
“Bajaba” también venia bajando de Jerusalén, muy probable que del mismo templo de hacer algún sacrificio u
oraciones.
“Sacerdote” estrecha relación con Dios, da culto a Dios.
“Levita” conoce a Dios, conoce la ley dada por Dios, enseña a los demás sobre Dios.
“al verle” no pasó desapercibido, si lo vio.
“lo rodeo” lo ignoro, fue indiferente, tal vez pensó en la impureza que provocaría tocar la sangre del herido, el
retraso en sus planes, el peligro de ser asaltado también, etc.
“Samaritano” distinta creencia, un pagano.
“de camino” se encuentra en la misma situación en el que estaba el herido antes de ser atacado.
“junto a él” no lo rodeo, no se alejó.
“verle” lo vio.
“compasión” sintió, tuvo sensibilidad, sintió dolor por el herido. Involucró sentimientos.
“acercándose” desvió su camino hacia el herido.
“vendó heridas” toco la sangre que se considera impuro, se arriesgó a caer en una trampa y ser asaltado,
supero el miedo a la enfermedad o al asco de la herida.
“aceite” el aceite se esparce sobando y frotando con suavidad. Requiere un contacto más fuerte con el herido.
“vino” desinfecta la herida y es provoca ardor, dolor para el herido. Peligro para el samaritano por una
reacción violenta del herido (sin mala intención, sino movido por el dolor).
“montándole sobre su propia cabalgadura” el samaritano se fue caminando, se sacrificó y sufrió por ayudar al
herido que ocupaba aún más de la cabalgadura.
“le llevó a una posada y cuidó de él” no se conforma con vendar heridas, busca su recuperación segura. El
samaritano lo hizo solo, nadie lo vio o le ayudo. “cuidar” simboliza un compromiso y responsabilidad del
samaritano. Busco la posada adecuada para la necesidad del herido.
“al día siguiente” el samaritano cambio sus planes para ayudar.
“dos denarios” pago mucho dinero para asegurar recuperación.
“posadero” hay un tercero que ayuda y conoce el negocio de las posadas.
“cuida de él” encomienda la recuperación al que conoce sobre los requisitos de una buena posada (lugar de
descanso, reposo)
“si gastas algo más te lo pagaré” se compromete a seguir gastando por el herido que es un desconocido.
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2)
“cuando vuelva” seguirá al pendiente del herido.
Meditación (¿Qué me dice la Palabra?)
Meditemos por partes, son valores que “confrontan mi situación personal”. ¿Cómo los vivo? ¿Cómo los veo? ¿Cómo
me coloco ante ellos?:
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“Bajaba de Jerusalén”, me dice que todo hombre viene de Dios, en él está Dios.
“salteadores” me dice que nuestra sociedad crea necesitados u oprimidos, no todos los necesitados son
totalmente culpables de su situación. Y esos mismos salteadores eran gente buena (Dios nos hizo buenos a
todos) pero las circunstancias lo presionan a hacer el mal o solo aprendieron a hacer el mal. Son malos porque
la gente buena no hizo lo correcto y justo (Ej. Patrón que no paga justo)
“medio muerto” me dice que ya no viven plenamente, solo busca sobrevivir.
“Bajaba” me dice que yo o cualquiera puede ser esta persona que viene del templo.
“Sacerdote” me dice que es una persona como yo, que ama a Dios, que acaba de estar con Dios, y cumple el
primer mandamiento “amaras a Dios con todo tu corazón” pero se le ha olvidado la segunda parte “y a tu
prójimo como a ti mismo”.
“Levita” me dice que al igual que yo, conoce a Dios, enseña sobre Dios y se encuentra con él en el templo,
pero no es capaz de ver a Dios en su hermano necesitado
Me dice que yo puedo venir de estar con Dios pero no lo predico en el camino.
“al verle” me dice que solo podemos ver a Dios en el templo y no en nuestros hermanos, los vemos tirados en
la calle pero pasamos desapercibidos.
Me dice que ellos ven a los necesitados desde sus propios “lentes” del templo, ocupados en remediar posibles
necesidades religiosas, y al igual nosotros podemos estar igual, solo preocupados por la liturgia, o los retiros o
las playeras nuevas.
“lo rodeo” Me dice que los necesitados, los caídos a la orilla del camino, no he planeado ayudar, quedan fuera
de mi plan de trabajo grupal, de mi esquema religioso, son en realidad inexistentes para mí y para muchos.
También me da miedo el escandalo al acercarme a ellos, o el peligro de ser atacado o que se aprovechen de mí,
o al que dirán.
lo ignoro, fue indiferente, tal vez pensó en la impureza que provocaría tocar la sangre del herido, el retraso en
sus planes, el peligro de ser asaltado también, etc.
“Samaritano” me dice que es Un hombre cualquiera que no depende de una religión específica para ver y
ayudar.
“de camino” me dice que es alguien igual que yo y que todos, ya que todos vamos por esta vida caminando.
“junto a él” me dice que no hay que rodear el sufrimiento o la necesidad, me dice que tenemos que enfrentarlo.
“verle” me dice que no le fue indiferente, lo observo directamente, hizo conciencia de la presencia de un
hermano necesitado. Me invita a ver los corazones heridos.
“compasión” me dice que sienta, que me ponga en los zapatos de los necesitados, que sienta el dolor del
hermano, que lo sienta como propio.
Me dice que no me quede anclado en la pregunta acerca de las situaciones que lo llevaron a su condición de
necesidad.
Me dice que la solidaridad es una exigencia universal, más allá de las creencias y que por ello se convierte en
punto de encuentro con hermanos de otras confesiones.
“acercándose” me invita a reaccionar, a no quedarme en mis limites, mi zona de confort, me invita a salir de
mis planes y compromisos para ayudar cuando sea necesario.
“vendó heridas” me invita a no sentir asco ni miedo al atender al necesitado. Tampoco pena, me invita a salir
de mí mismo.
“aceite” me invita a tocar con suavidad, a tratar al necesitado como un ser humano, como mi hermano, con
mucha bondad y amor, poco a poco reconfortando su dolor.
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3)
“vino” me dice que a veces ayudar causara dolor, que debo cuidar no afectar su vida, de no dañarlo
emocionalmente, siempre tratarlo como un ser humano y no como un proyecto de caridad y al ayudarle
posiblemente sufrirá algunos cambios en su vida.
“montándole sobre su propia cabalgadura” me dice que tenemos que sacrificarnos por el necesitado incluso
disponer de nuestros bienes para ayudar (no solo tiempo, se necesitan manos, dinero, ropa, auto, etc.).
“le llevó” me invita a no contentarme con una ayuda eventual, pasajera y sin compromiso, nos invita a asumir
la rehabilitación de quienes, yacen en la orilla del camino y no pueden valerse por sí mismos.
“cuidó de él” me dice que he tocado un corazón y no puedo dejarlo, es un ser humano que se ha conectado a
mí y necesito ver por él. No solo abandonarlo en algún lugar.
“posada” me dice que sin conocerlo, ni saber quién era (solo que es un ser humano) debo dar la cara por él,
debo responsabilizarme por lo que hiciera o necesitara, no debo conformarme con vendar heridas, debo busca
su recuperación segura. El samaritano lo hizo solo, nadie lo vio o le ayudo. “cuidar” simboliza un compromiso
personal y responsabilidad personal antes que grupal o parroquial. Me dice que transforme el “debo” en
“quiero”.
“al día siguiente,” me dice que ayudar no es de un solo día, es un estilo de vida, es una forma de vivir.
“dos denarios” me dice que el ayudar es una inversión que será necesaria hasta asegurar que el necesitado ya
no sea un necesitado, me invita a ser eficaz al ayudar. Debo revertir que los saqueadores le hicieron, ellos le
quitaron dinero y yo le doy dinero.
“posadero” me dice que busque a gente experta en la atención a dicha necesidad para así poder ayudar al
necesitado.
“cuando vuelva” me invita a acompañar al necesitado en su proceso de recobrar su dignidad, al igual que
Cristo me acompaña a mí.
Oración (¿Qué quiero decirle a Dios?) = ¿Qué me hace decir el texto? = platicar con Dios.
Ayúdame Señor a vivir tu mandamiento, «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón..., y amarás a tu prójimo como a ti
mismo» (Lc 10), 27; cf Dt 6, 5; Lev 19, 18). Para no quedarme en la pura devoción y no pasar de largo ante el que sufre, el
cautivo, el oprimido y el marginado. Ayúdame a no solo reconocerte en los templos, dame unos ojos bien abiertos y un
corazón limpio, para descubrirte en las personas necesitadas a lo largo de mi camino. Ayúdame a ser como el samaritano,
que quizá no sabe mucho de Dios, no entiende las maneras y las formas de aplicar la primera parte de tu mandamiento. Pero
sabe del hombre y al limpiar el rostro de caído del camino está dejando que tú, mi Dios te manifiestes. De esa manera, la
acción del samaritano, de ayuda se ha vuelto religión, encuentro con el Dios que se revela en el rostro de los pobres (cf.
Santiago 1, 27)
Ayúdame a tener una verdadera fe, sólo en la acción surge y se expresa la verdadera fe, solo abriendo un espacio de
confianza y ayuda para los necesitados se prueba y expresa el valor de la propia fe. Ayúdame a cambiar mi pensamiento
cristiano, que nos saque del templo, para situarnos de nuevo ante los problemas concretos de la vida, pues el Reino de Dios
se expresa en el mismo caminar concreto por la vida; la verdadera fe en Dios se ratifica en la capacidad de encuentro con el
prójimo. Ayúdame a pasar por los caminos, bajar a los lugares de miseria y encarnarme entre los pobres más pobres de la
tierra. Ayúdame a amar a los necesitados como tú los amas. De esa forma, el amor nos abre por un lado a la novedad del
dolor, que rompe formas viejas y aparece en modos imprevistos de opresión, pobreza, angustia, de injusticia o también de
enfermedades. Pero, al mismo tiempo, nos abre a la novedad del servicio: al gesto creativo del amor que sabe responder de
una manera efectiva y afectiva, intensa, cercana, organizada.
Ayúdame a ser un buen samaritano que es un Jesús que va marchando libre y muy atento por la vida, fijándose en las
necesidades concretas de los hombres y mujeres. Ayúdame a descubrir tu Reino que está presente entre los pobres y
necesitados del camino. Ayúdame a no ser conformista, a no buscar un proyecto de caridad pasajero que solo tranquilice mi
conciencia, más bien quiero ayudar de verdad a los que sufren, tenemos que llegar hasta la causa real del sufrimiento: a las
raíces donde surge y se genera el hambre, a los secretos misteriosos donde brota y se alimenta la injusticia, el exilio y
cautiverio de la tierra. Ayúdame a ser como Jesús que ciertamente, Jesús ha recorrido su camino de servicio hasta el final: ha
subido a Jerusalén, ha planteado su demanda ante los jefes religiosos y sociales de su pueblo, ha mantenido su actitud y ha
muerto en defensa de los pobres. Sólo de esa forma, penetrando hasta la entraña de la muerte ha descendido a la matriz de
donde brotan los dolores y opresiones de la tierra, ofreciendo una ayuda concreta (comida, curación...), que se abre hacia una
esperanza de curación total (Reino, resurrección). Si yo hago lo mismo, sin ese gesto activo, sin esa libertad y esa denuncia,
no se puede hablar de caridad de Jesús sobre la tierra.
Jesús le dice al escriba “haz tú lo mismo”, y hoy me pides lo mismo a mí, que me haga prójimo del caído en el camino. Pero
¿cómo? Tendremos que empezar criticando al sacerdote o levita que llevamos dentro de nosotros, para liberarnos y marchar
por el camino como el buen samaritano. Sólo en esa aventura de amor que pone a juicio todas las viejas estructuras, a partir
del evangelio de Jesús, como miembros de una iglesia caminante, sabremos responder a la pregunta del rabino que encabeza
este trabajo, ¿quién es mi prójimo? Si no hacemos lo mismo que hizo el samaritano, toda nuestra Iglesia, nuestras creencias,
nuestras oraciones, nuestra doctrina, nuestra fe estará destruida, vacía y sin fundamento. No valdrá nada. Señor necesito ojos
nuevos para reconocerte, ya que has cogido la costumbre de viajar de incógnito y parecer siempre otro.
4)
Contemplación (Mirar con ojos de admiración, en el silencio, el misterio de Dios Padre, el de Jesús Amigo y el
del Espíritu Amor).
Escuchemos en silencio y meditemos las palabras de Dios que nos habla a través de su Iglesia.
En esta época, suele suceder que defendemos demasiado nuestros espacios de privacidad y disfrute, y nos dejamos contagiar
fácilmente por el consumismo individualista. Por eso, nuestra opción por los pobres corre el riesgo de quedarse en un plano
teórico o meramente emotivo, sin verdadera incidencia en nuestros comportamientos y en nuestras decisiones. Es necesaria
una actitud permanente que se manifieste en opciones y gestos concretos, y evite toda actitud paternalista. Se nos pide
dedicar tiempo a los pobres, prestarles una amable atención, escucharlos con interés, acompañarlos en los momentos más
difíciles, eligiéndolos para compartir horas, semanas o años de nuestra vida, y buscando, desde ellos, la transformación de su
situación. Aparecida 397
Sólo la cercanía que nos hace amigos nos permite apreciar profundamente los valores de los pobres de hoy, sus legítimos
anhelos y su modo propio de vivir la fe. La opción por los pobres debe conducirnos a la amistad con los pobres. Día a día, los
pobres se hacen sujetos de la evangelización y de la promoción humana integral: educan a sus hijos en la fe, viven una
constante solidaridad entre parientes y vecinos, buscan constantemente a Dios y dan vida al peregrinar de la Iglesia. A la luz
del Evangelio reconocemos su inmensa dignidad y su valor sagrado a los ojos de Cristo, pobre como ellos y excluido entre
ellos. Desde esta experiencia creyente, compartiremos con ellos la defensa de sus derechos. Aparecida 398
No hacen falta muchas teorías para ser buen samaritano: Sólo hacer falta tener ojos para mirar, y corazón para amar.
5) Acción (= testimonio). Se trata de formular un propósito a realizar. Que sea sencillo, observable, evaluable.
En México, los cristianos estamos llamados a ser los nuevos samaritanos, que superan la tentación del “pasar de largo”; que
van más allá de elaborar bellas teorías sobre el pobre; que saben superar las distancias que los separan de otros cuando se
trata de servir; que reconocen que antes que la norma está la persona humana y, que celebran en el culto la vida defendida y
promovida cotidianamente. Estamos llamados a hacer presente el amor activo que viene de la experiencia de la misericordia
y la generosidad, que nos implica una acción comprometida y una actitud dispuesta siempre a dar de más 198DPSM
Hoy te dice Jesús:
Vete y haz tú lo mismo.
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