trastorno por estrés postraumático.concepto, evidencias y

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TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO.CONCEPTO, EVIDENCIAS
Y PSEUDOEVIDENCIAS DE EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO EN EL
SIGLO XXI.
Juan Chacón Fernández.
DEA Neuropsiquiatría. Psicólogo. Criminólogo.
PALABRAS CLAVE: Trastorno por estrés postraumático, Criterios diagnósticos, Modalidades
tratamiento.
KEYWORDS: Posttraumatic Stress Disorder, Diagnostic criteria, Treatment modalities.
RESUMEN:
El presente trabajo pretende ofrecer una visión global e integradora de la concepción actual del
trauma psicológico entendido como trastorno por estrés postraumático, así como de los criterios
diagnósticos y de las líneas de intervención más ampliamente utilizadas.
El artículo se divide en cuatro partes:
Primeramente, se define el concepto de trastorno por estrés postraumático. Acto seguido y en
segundo lugar, se presentan los criterios diagnósticos más ampliamente utilizados en la actualidad
de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y la
Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) En tercer lugar se describen los elementos
básicos de las modalidades terapéuticas más frecuentes, incluyendo la aproximación
cognitivo-conductual, la terapia de grupo, el tratamiento psicofarmacológico, la hipnosis clínica, los
enfoques psicoeducativos, la terapia psicodinámica, la terapia familiar y las terapias alternativas. Al
final, se ofrece una selección de bibliografía relevante, tanto en castellano como en inglés, donde
se podrá ampliar la información ofrecida en el presente trabajo.
Abstract
The aim of this work is to provide an overview on posttraumatic stress disorder,its diagnostic criteria
and treatment modalities. The text is divided in four parts: First, as an introduction, Posttraumatic
Stress Disorder (PTSD) is defined. Second,the text focuses on diagnostic criteria for PTSD
according to the Diagnostic and Statitistical Manual of Mental Disorders (DSM-IV) and the
International Classification of Disorders (ICD- 10). Third,elements common to many treatment
modalities for PTSD are described including cognitive-behavioral therapy,group
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therapy,pharmacological treatment,clinical hypnosis,psychoeducative approaches,psychodynamic
therapy,family therapy and holistic/alternative therapies. At the end, a relevant bibliography provides
additional information and resources on Posttraumatic Stress Disorder.
Introducción
Cuando ocurre una tragedia, personal o colectiva es posible que surja un abanico de síntomas en
las personas para referirnos a este abanico hacemos referencia a un síndrome clínico
caracterizado por la gran variabilidad de sus síntomas a lo largo del tiempo y que puede incluir
manifestaciones afectivas, cognitivas y conductuales características, hasta provocar intenso
malestar personal y deterioro social, con diferentes complicaciones médicas y psiquiátricas.
Para muchas víctimas, estos efectos se mitigan e incluso desaparecen con el tiempo.
Sin embargo, para otros muchos, las secuelas son a largo plazo y alcanzan en ocasiones la
condición de crónicas si no reciben el tratamiento adecuado.
No existe, hasta el momento, una receta eficaz susceptible de ser aplicada universalmente para
responder desde el punto de vista psicosocial a los desastres.
Probablemente parte del problema resida en la gran variabilidad que se produce en el origen de
estos acontecimientos traumáticos.
Algunos, como los huracanes o los terremotos tienen un origen natural. Otros, como las guerras, la
violencia o el terrorismo son producto de los seres humanos. Unos, como los actos delictivos con
violencia afectan a un reducido grupo de personas. Otros como las catástrofes naturales afectan a
comunidades, e incluso países enteros.
Estas circunstancias no hacen sino añadir complejijad a la hora de abordar una intervención
efectiva sobre el TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO, término en sí mismo
multidimensional y complejo, y que en los últimos años está gozando de un mayor interés y
reconocimiento, estando de especial actualidad en estos momentos por los acontecimientos del 11S, 11- M y 7- J en Nueva York, Madrid y Londres respectivamente.
El presente trabajo pretende ofrecer una visión global del concepto, desde una doble perspectiva,
tanto teórica (conceptualización) como práctica (evaluación y tratamiento).
Historia del estrés postraumático
La exposición a eventos traumáticos y las consecuencias que de ello se derivan no es un
fenómeno nuevo
Las primeras descripciones del estado traumático pueden encontrarse ya en la Odisea de Homero,
en la que éste describe las reacciones de los soldados griegos de intenso terror, agitación o
parálisis conductual, desorientación y otras alteraciones durante las batallas. (Holmes,1985).
Los trastornos traumáticos han recibido varias denominaciones a lo largo del tiempo tales como:
"neurosis de compensación" (propuesta por Rigler en Prusia en 1879), hacia fines del siglo XIX
cobraron gran importancia los aportes de J.M. Charcot, P. Janet y S. Freud. Se le llamó "choque
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del obús" (Mott, 1919) durante la Primera Guerra Mundial, y el desarrollo del concepto de "neurosis
traumática" en la Segunda (Kardiner, 1941) entre otras, según revisamos en 1999 Mingote, Torres
Imaz y Ruiz. Hay un notable estudio epidemiológico a destacar publicado en 1974 por Burgess y
Holstrom basado en entrevistas con 146 mujeres violadas que describieron en detalle "el síndrome
del trauma de la violación", otro precursor del TEPT.
Como vemos los seres humanos han estado experimentando tragedias y desastres a lo largo de
toda la historia.
A pesar de las medidas preventivas en salud mental desarrolladas por el ejército norteamericano,
se estima que la Guerra de Vietnam (1964-1973) dejó unos 700000 veteranos que han requerido
de algún tipo de ayuda psicológica. El denominado síndrome post Vietnam se diagnosticó con una
alta frecuencia en la década de 1970 y este hecho constituyó uno de los factores importantes para
que la Asociación Psiquiátrica Americana incluyera al TEPT como una de las patologías en el
DSM-III de 1980.
Fue categorizado como un trastorno de ansiedad por la característica presencia de ansiedad
persistente, hipervigilancia y conductas de evitación fóbica.
En 1994, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) fue publicado y
en él se recogen, respecto a los criterios diagnósticos del trastorno, los últimos avances e
investigaciones realizadas en el campo.
En la última edición del año 2000 los criterios no han sufrido modificación alguna.
Tipos de eventos traumáticos
Los eventos traumáticos son, en la mayoría de las ocasiones, inesperados y por ende se vuelven
incontrolables y golpean de manera intensa la sensación de seguridad y auto-confianza del
individuo provocando intensas reacciones de vulnerabilidad y temor hacia el entorno.
Ejemplos de este tipo de situaciones son los siguientes:
-Accidentes
-Desastres naturales -huracanes, terremotos, inundaciones, avalanchas, erupciones volcánicas-Inesperadas muertes de familiares
-Asaltos/delitos/violaciones
-Abusos físicos/sexuales infancia
-Torturas
-Secuestros
-Experiencias combate
Existen otras situaciones de estrés severo (pero no límites) que pueden afectar seriamente a las
personas, pero que usualmente no son los disparadores típicos de un trastorno por estrés
postraumático, como por ejemplo el desempleo repentino, fracasos matrimoniales, escolares...etc.
Hay que destacar, tal como nos indica la investigación más reciente, que a pesar de la
heterogeneidad de los eventos traumáticos, los individuos que directa o indirectamente han
experimentado este tipo de situaciones muestran un perfil psicopatológico común etiquetado en la
actualidad bajo el rótulo de TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO y en algunas
ocasiones se presentan otros trastornos asociados como depresión, trastorno de ansiedad
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generalizada, ataques de pánico o abuso de sustancias (Solomon, Gerrity, & Muff, 1992).
Características psicobiológicas del TEPT
El TEPT es un trastorno muy complejo, con numerosos sistemas neurobiológicos afectados tras la
exposición a adversidades o estresores catastróficos. Actualmente hay un gran cuerpo de datos
experimentales que permiten desarrollar varios modelos animales del TEPT, como el del estrés
incontrolable, el del miedo condicionado, el de la respuesta de sobresalto potenciada por el miedo,
el del "kindling", y el de sensibilización conductual. A continuación presentamos de forma
esquemática las principales alteraciones neurobiológicas del TEPT Yehuda R. (2000)
· Bajos niveles relativos de cortisol libre en orina y altos niveles de adrenalina y noradrenalina en
orina (Mason et al, 1986).
· Aumentada actividad noradernérgica central, y elevada actividad dopaminérgica en tronco
cerebral (Charney et al, 1993).
· Elevación del número de receptores glucocorticoides (GRs) en los linfocitos, que correlaciona de
forma positiva con la gravedad del TEPT (Yehuda et al, 1991).
· Exagerada supresión del cortisol con dexametasona (1 mg y 0,5 mg).
· Incremento del "feedback" negativo en el eje Hipotalámico-Hipofisario-Adrenal con aumento del
número de GRS y disminución del cortisol plasmático.
· Disbalance en la secreción de noradernalina y de opioides en el núcleo cerúleo (Burges Watson et
al, 1988).
· Todo este perfil sugiere un patrón psicobiológico de evitación activa ineficaz, persistente y global
parecido al de los sujetos fóbicos y obsesivos graves (Toates, 1990), una estrategia de control
activo que se ha descontrolado por exceso de activación.
Evaluación. Trastorno por estrés postraumático
Para comenzar expondremos algunos principios generales del proceso de evaluación clínica de
este tipo de trastornos, destacando el papel de la entrevista dentro del mismo y enumerando
algunos de los instrumentos más utilizados.
En segundo lugar, se enumeran los síntomas más usuales, relacionados con el TRASTORNO POR
ESTRÉS POSTRAUMÁTICO y se describen brevemente algunas de las patologías asociadas en
este trastorno y que requieren en la mayoría de las ocasiones de una evaluación y/o tratamientos
específicos.
Para terminar se presentan los criterios diagnósticos mas ampliamente utilizados en la actualidad
en la práctica clínica, tomando como referencia el Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales (DSM-IV TR) y la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10).
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Evaluación del trastorno por estrés postraumático: Aspectos generales
El profesional que trabaja con este tipo de pacientes debe considerar el carácter multidimensional y
necesariamente complejo de este tipo de trastornos.
Una entrevista clínica global y multidimensional es una estrategia de evaluación de primer orden
para el adecuado diagnóstico del estrés traumático.
Un adecuado proceso de entrevista permite al paciente relatar su experiencia y sus impresiones del
evento, teniendo la oportunidad de expresarse con libertad en un entorno seguro, empático y no
crítico.
Los pacientes (y a menudo sus familiares más cercanos) necesitan sentirse comprendidos y
apoyados mientras tratan de encontrar un significado a la experiencia recientemente vivida.
La entrevista también facilita una "alianza de trabajo" efectiva, necesaria para el normal desarrollo
del proceso terapéutico en etapas posteriores, así como una ocasión única para el establecimiento
de una adecuada relación terapéutica (rapport), imprescindible para el éxito terapéutico.
Además, la entrevista permite extraer los detalles de la experiencia vivida por el sujeto, evaluar los
niveles pasados y presentes de funcionamiento del sujeto y determinar la modalidad de tratamiento
así como los objetivos terapéuticos más adecuados en cada caso concreto.
Entre las entrevistas estructuradas mas utilizadas se encuentran:
-Clinician Administered PTSD scale (CAPS; Blake et al., 1990)
-Anxiety Disorders Interview Schedule-IV (ADIS-IV; DiNardo, Brown, & Barlow, 1994).
Otros instrumentos de evaluación específicos utilizados son:
-Subscala del Minnesota Multiphasic Personality Inventory (MMPI; Keane, Malloy, & Fairbank,
1984; Schlenger & Kulka, 1987 ),
-The Penn Inventory for PTSD (Hammarberg, 1992).
Es frecuente encontrar en este tipo de pacientes otros trastornos asociados,como trastornos de
pánico, depresión o ansiedad generalizada, por lo que la evaluación de este tipo de trastornos
debería ser parte del proceso evaluativo (Meichenbaum, 1994)
Un aproximación global que implique la recogida de información de diferentes fuentes,utilizando
diversos métodos y a lo largo de diversos momentos es especialmente recomendable y necesario
en el proceso de diagnóstico de este tipo de trastornos (Meichenbaum, 1994).
Síntomas del trastorno por estrés postraumático
Podríamos agrupar la sintomatología asociada más común en tres grandes bloques:
A.- RE-EXPERIMENTACIÓN DEL EVENTO TRAUMÁTICO
-Flashbacks. Sentimientos y sensaciones asociadas por el sujeto a la situación traumática
-Pesadillas .El evento u otras imágenes asociadas al mismo recurren frecuentemente en sueños.
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-Reacciones físicas y emocionales desproporcionadas ante acontecimientos asociados a la
situación traumática
B.-INCREMENTO ACTIVACIÓN
-Dificultades conciliar el sueño
-Hipervigilancia
-Problemas de concentración
-Irratibilidad / impulsividad / agresividad
C.- CONDUCTAS DE EVITACIÓN Y BLOQUEO EMOCIONAL
-Intensa evitación/huida/rechazo del sujeto a situaciones, lugares, pensamientos, sensaciones o
conversaciones relacionadas con el evento traumático.
-Pérdida de interés
-Bloqueo emocional
-Aislamiento social
Los tres grupos de síntomas mencionados son los que en mayor medida se presentan en la
población afectada por el trastorno por estrés postraumático, sin embargo es común observar en la
práctica clínica otros problemas asociados al mismo.
Entre los TRASTORNOS más usualmente asociados destacan:
-ATAQUES DE PÁNICO
Las personas que han sufrido un trauma tienen posibilidades de experimentar ataques de pánico
cuando son expuestos a situaciones relacionadas con el evento traumático.
Estos ataques incluyen sensaciones intensas de miedo y angustia acompañadas de síntomas
físicos como taquicardias, sudoración, nauseas, temblores...etc...
-DEPRESIÓN
Es frecuente encontrar episodios depresivos posteriores, pérdida de interés, descenso de la
autoestima e incluso en los casos de mayor gravedad ideas suicidas recurrentes.
Estudios recientes muestran, por ejemplo, que aproximadamente el 50% de las víctimas de
violación muestran ideas recurrentes de suicidio.
-IRA Y AGRESIVIDAD
Son reacciones usuales y, hasta cierto punto lógicas, entre las víctimas de un trauma. Sin embargo
cuando alcanzan límites desproporcionados interfiere de forma significativa con la posibilidad de
éxito terapéutico así como en el funcionamiento diario del sujeto.
-ABUSO DE DROGAS
Es frecuente el uso de sustancias psicoactivas como el alcohol para tratar de huir/esconder el dolor
asociado. Esta estrategia de huida aleja al sujeto de recibir la ayuda adecuada y no hace más que
prolongar la situación de sufrimiento.
-CONDUCTAS EXTREMAS DE MIEDO / EVITACIÓN
La huida/evitación de todo aquello relacionado con la situación traumática es un signo común en la
mayoría de los casos, no obstante, en ocasiones se produce la generalización del miedo o la huida
a otras situaciones, en principio no directamente asociadas con la situación traumática lo que
interfiere de forma muy significativa con el funcionamiento diario de la persona.
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En la inmensa mayoría de los casos este grupo de síntomas, disminuyen de manera significativa
durante el tratamiento, sin embargo en ocasiones, y dada su gravedad, pueden requerir
intervenciones adicionales específicas.
Criterios diagnósticos del trastorno por estrés postraumático
En la práctica clínica los criterios diagnósticos más ampliamente utilizados como referencia para la
evaluación del trastorno por estrés postraumático son los recogidos en el Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y en la Clasificación Internacional de las
Enfermedades (CIE-10).
Criterios diagnósticos Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV
TR
Criterios para el diagnóstico de F43.1 Trastorno por estrés postraumático (309.81)
A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido 1 y 2:
1. la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos
caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás
2. la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En los
niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o agitados
B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de
las siguientes formas:
1. recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se
incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto puede
expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma
2. sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En los
niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible
3. el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se
incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios
disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños
pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico
4. malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o
recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
5. respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan
un aspecto del acontecimiento traumático
C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general
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del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes
síntomas:
1. esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático
2. esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma
3. incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma
4. reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas
5. sensación de desapego o enajenación frente a los demás
6. restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor)
7. sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar una
familia o, en definitiva, llevar una vida normal)
D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal y
como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
1. dificultades para conciliar o mantener el sueño 2. irritabilidad o ataques de ira 3. dificultades para
concentrarse 4. hipervigilancia 5. respuestas exageradas de sobresalto E. Estas alteraciones
(síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.
F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del individuo.
Especificar si:
Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses Crónico: si los síntomas duran 3 meses o más.
Especificar si: De inicio demorado: entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas
han pasado como mínimo 6 meses.
Criterios diagnósticos Clasificación Internacional de las Enfermedades CIE-10
Trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o a una
situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica, que
causarían por sí mismos malestar generalizado en casi todo el mundo (por ejemplo, catástrofes
naturales o producidas por el hombre, combates, accidentes graves, el ser testigo de la muerte
violenta de alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo, de una violación o de otro crimen).
Ciertos rasgos de personalidad (por ejemplo, compulsivos o asténicos) o antecedentes de
enfermedad neurótica, si están presentes, pueden ser factores predisponentes y hacer que
descienda el umbral para la aparición del síndrome o para agravar su curso, pero estos factores no
son necesarios ni suficientes para explicar la aparición del mismo.
Las características típicas del trastorno de estrés post-traumático son: episodios reiterados de
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volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños que tienen lugar sobre un fondo
persistente de una sensación de "entumecimiento" y embotamiento emocional, de despego de los
demás, de falta de capacidad de respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de actividades y
situaciones evocadoras del trauma. Suelen temerse, e incluso evitarse, las situaciones que
recuerdan o sugieren el trauma. En raras ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y
agudos de miedo, pánico o agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino
recuerdo, una actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a la vez.
Generalmente, encontramos en las personas un estado de hiperactividad vegetativa con
hipervigilancia, un incremento de la reacción de sobresalto e insomnio. Los síntomas suelen
acompañarse de ansiedad y de depresión y no son infrecuentes las ideaciones suicidas. El
consumo excesivo de sustancias psicotropas o alcohol puede ser un factor agravante.
El comienzo sigue al trauma con un período de latencia cuya duración varía desde unas pocas
semanas hasta meses (pero rara vez supera los seis meses).
El curso es fluctuante, pero se puede esperar la recuperación en la mayoría de los casos. En una
pequeña proporción de los enfermos, el trastorno puede tener durante muchos años un curso
crónico y evolución hacia una transformación persistente de la personalidad.
Pautas para el diagnóstico
Este trastorno no debe ser diagnosticado a menos que no esté totalmente claro que ha aparecido
dentro de los seis meses posteriores a un hecho traumático de excepcional intensidad.
Un diagnostico "probable" podría aún ser posible si el lapso entre el hecho y el comienzo de los
síntomas es mayor de seis meses, con tal de que las manifestaciones clínicas sean típicas y no
sea verosímil ningún otro diagnóstico alternativo (por ejemplo, trastorno de ansiedad, trastorno
obsesivo-compulsivo o episodio depresivo).
Además del trauma, deben estar presentes evocaciones o representaciones del acontecimiento en
forma de recuerdos o imágenes durante la vigilia o de ensueños reiterados.
También suelen estar presentes, pero no son esenciales para el diagnóstico, desapego emocional
claro, con embotamiento afectivo y la evitación de estímulos que podrían reavivar el recuerdo del
trauma. Los síntomas vegetativos, los trastornos del estado de ánimo y el comportamiento anormal
contribuyen también al diagnóstico, pero no son de importancia capital para el mismo.
Tratamiento. Trastorno por estrés postraumático
Muchas técnicas y estrategias, a menudo de enfoques teóricos contrapuestos, se han utilizado y
siguen siendo utilizadas en el abordaje terapéutico del TRASTORNO POR ESTRÉS
POSTRAUMÁTICO.
Ninguna estrategia, considerada de forma aislada puede ser etiquetada como superior al resto en
cuanto a su efectividad para todo tipo de pacientes o bajo todo tipo de circunstancias.
Parece evidente que la elección de una técnica sobre otra dependerá en buena medida de la
propia formación teórica y práctica del profesional de la salud mental.
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Reconociendo la multidimensionalidad y complejidad del trastorno, debería de ser aconsejable en
la mayoría de las ocasiones optar por un enfoque multidimensional o ecléctico, adaptable a las
circunstancias del paciente en la medida de lo posible.
A continuación se presenta una breve revisión de algunas de las modalidades terapéuticas más
comúnmente utilizadas en la actualidad.
1. ENFOQUE PEDAGOGICO
El enfoque Pedagógico implica proporcionar al paciente/familia información básica sobre su
enfermedad, síntomas característicos y diversas estrategias de afrontamiento.
Esta primera categoría de tratamientos incluye compartir información básica con el sujeto, a través
de libros, artículos y otros documentos de interés que permita adquirir al paciente nociones
esenciales de conceptos relacionados con el trastorno como conocimientos de Psicofisiología,
introducción al concepto de respuesta de estrés, conocimientos jurídicos básicos relacionados con
el problema (como por ejemplo en casos de violación/delincuencia )....etc...
A nivel familiar incluye la enseñanza de estrategias de afrontamiento y habilidades de solución de
problemas para facilitar la relación con la persona afectada por el trastorno.
En la esfera familiar, este enfoque parece reducir considerablemente las sensaciones de estrés,
confusión y ansiedad que suelen producirse dentro de la estructura familiar y que pueden llegar a
desestructurarla, ayudando de manera significativa en la recuperación del paciente. Me parece
importante destacar la necesidad de un enfoque colaborativo incluyendo a la familia, donde tanto
paciente como terapeuta compartan información relevante, en una y otra dirección, facilitando de
esta manera el proceso terapéutico. 2. TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL
Surgida a partir de la segunda guerra mundial, originariamente bajo el concepto de
MODIFICACION DE CONDUCTA O TERAPIA DE CONDUCTA, se fundamentaba en sus primeros
orígenes en técnicas de naturaleza básicamente conductista, basados en los trabajos de Paulov y
Skinner.
La modificación de conducta tiene como objetivo promover el cambio a través de técnicas de
intervención psicológicas para mejorar el comportamiento de las personas, de forma que
desarrollen sus potencialidades y las oportunidades disponibles en su medio, optimicen su
ambiente, y adopten actitudes valoraciones y conductas útiles para adaptarse a lo que no puede
cambiarse. El área de la modificación de conducta es el diseño y aplicación de métodos de
intervención psicológicas que permitan el control de la conducta para producir el bienestar, la
satisfacción y la competencia personal.
Posteriormente con la incorporación de los trabajos de autores como Bandura y más recientemente
Ellis, Beck, Meichenbaum o Cautela, la MODIFICACION DE CONDUCTA ha ido asociando a su
repertorio de técnicas de intervención las estrategias y procedimientos de la psicología cognitiva,
basada en la modificación de patrones de pensamiento distorsionados y el entrenamiento en
habilidades de solución de problemas, manejo de ansiedad o inoculación de estrés.
Tanto por el número de estrategias eficaces de intervención disponibles como por la propia
naturaleza multi-dimensional del trastorno, el enfoque cognitivo-conductual parece especialmente
adecuado en el abordaje psicoterapéutico de este tipo de trastornos. Presentamos, de forma
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esquemática, las técnicas de intervención potencialmente útiles, desde esta perspectiva según
Astin, M y Resick, P. (1997):
-TECNICAS DE RELAJACION / CONTROL ACTIVACIÓN EMOCIONAL
-La relajación progresiva de Jacobson -El entrenamiento autógeno -La meditación -Técnicas de
respiración -Técnicas de biofeedback -Técnicas Imaginación / visualización -Técnicas de
auto-hipnosis -Sofrología
-DESENSIBILIZACIÓN SISTEMÁTICA
-TECNICAS DE EXPOSICIÓN E INUNDACION
-TECNICAS OPERANTES
-Procedimientos operantes básicos
-Reforzamiento positivo
-Reforzamiento negativo
-Castigo Positivo
-Castigo Negativo
-Extinción
-Tecnicas operantes para desarrollar y mantener conductas
-Moldeamiento
-Desvanecimiento
-Encadenamiento
-Tecnicas para reducir y eliminar conductas
-Reforzamiento diferencial
-Coste de respuesta
-Tiempo fuera
-Saciación
-Sobrecorrección
-Sistemas de Organización de Contingencias
-Economía de fichas
-Contratos de contingencias
-TECNICAS DE CONDICIONAMIENTO ENCUBIERTO
-TECNICAS DE AUTOCONTROL
-Técnicas de Planificación ambiental
-Control de estímulos
-Contratos de contingencias
-Entrenamiento empleo respuestas alternativas
-Técnicas de programación conductual
-Autorrefuerzo
-Autocastigo
-Técnicas facilitar cambio de conducta
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-Autoobservación
-Autorregistro
-Tareas terapeuticas entre sesiones
-TECNICAS AVERSIVAS
-TECNICAS DE MODELADO
-TECNICAS DE REESTRUCTURACION COGNITIVA
-Terapia Racional Emotiva de Ellis
-Terapia Cognitiva de Beck
-Entrenamiento en Autoinstrucciones de Meichenbaum
-Reestructuración racional sistemática de Goldfried y Goldfried
-TECNICAS DE HABILIDADES DE ENFRENTAMIENTO
-Inoculación de Estress de Meichenbaum
-Entrenamiento manejo de ansiedad de Suinn y Richardson
-Desensibilización de autocontrol de Goldfried
-Modelado encubierto de Cautela
-TECNICAS DE RESOLUCION DE PROBLEMAS
-Terapia de Resolución de problemas de D'Zurilla y Goldfried
-Tec. resolución de problemas interpersonales de Spivack y Shure
3. HIPNOSIS CLINICA
El tratamiento circense que hacen de la hipnosis los medios de comunicación, de la mano de
magos, pseudomísticos y supuestos taumaturgos sin escrúpulos, mostrando una imagen de la
hipnosis engañosa y oscurantista, entorpecen el desarrollo de lo que puede ser el procedimiento
terapéutico que está llamado a ocupar un lugar prominente entre las técnicas utilizables para
mejorar la salud mental de los individuos. La hipnosis como procedimiento terapéutico, puede ser
considerada como una de las técnicas más antiguas que se conocen para provocar cambios en los
procesos cognitivos, psicofisiológicos, perceptuales y conductuales. (Yapko, M.D. (1995)).
Dejando aparte posibles recelos, lo cierto es que las estrategias hipnóticas, aplicadas por un
profesional con la debida cualificación y en conjunción con otras técnicas de intervención, han
mostrado un potencial terapéutico relevante en el tratamiento del trastorno por estrés
postraumático.
En la fase inicial de la intervención, la hipnosis puede ser especialmente eficaz para estabilizar al
paciente, proporcionándole estrategias de autocontrol emocional y manejo del estrés / control de
activación, ayudándole a través del aprendizaje de sencillas técnicas de auto-hipnosis a generalizar
las habilidades adquiridas en la consulta a su vida cotidiana. (Yapko, M. D. (1995)).
En el estado hipnótico es un momento especialmente adecuado para proporcionar sugestiones
hipnóticas y posthipnóticas que incrementen su autoestima y su sensación de seguridad/control,
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facilite el afrontamiento de los recuerdos mas dolorosos y permita combatir síntomas comunes
asociados con el PTSD como el insomnio, agresividad/ira, la excesiva activación emocional o la
ansiedad generalizada.
Este incremento del autocontrol emocional del paciente a través de la hipnosis como estrategia de
control del estrés permitirá al paciente beneficiarse de otras estrategias de intervención posteriores.
(Capafons, A. (2001)).
En una segunda fase, varias técnicas pueden ser utilizadas para la integración y resolución de los
recuerdos traumáticos. En este contexto el paciente puede aprender a modular la distancia
cognitiva y emocional hacia el evento traumático y los recuerdos asociados.
Por otro lado, la hipnosis puede servir como estrategia para poder acceder a recuerdos dolorosos y
traumáticos que pueden estar influyendo en el estado presente del sujeto y de los que, en
ocasiones, no es consciente o han sido reprimidos. (Capafons, A. (2001)).
Técnicas imaginativas, proyectivas y de reestructuración cognitiva pueden ser especialmente útiles
en este proceso.
Finalmente, los objetivos terapéuticos se dirigirían a la consecución de una integración funcional y
adaptativa de las experiencias traumáticas en la vida del paciente y la adquisición de nuevas
técnicas de afrontamiento.
Estrategias como los ensayos encubiertos o la potenciación del propio autoconcepto irían
encaminados en esta dirección.
La hipnosis clínica, en mi opinión, constituye una estrategia terapéutica potencialmente eficaz,
fácilmente compatible con otras técnicas de intervención y que no debería ser excluida a priori por
desconocimiento, prejuicios o falta de formación especializada.
4. TERAPIAS PSICODINAMICAS
Desde esta perspectiva, se intentan explicar motivaciones inconscientes en las conductas del
paciente, así como fijaciones y traumas que acontecieron en el desarrollo de su personalidad.
Asimismo intentan promover mecanismos de defensa de talante menos autodestructivos como por
ejemplo el consumo de sustancias como el alcohol para el individuo. Se trabaja también en
aspectos psicodinámicos relacionados con la pérdida de control (estados afectivos negativos,
eventos traumáticos, rasgos de personalidad, negación persistente, problemas de codependencia y
aspectos psicodinámicos de la recaída). Son técnicas de escasa efectividad cuando el paciente
presenta un deterioro cognitivo.
Desde Freud varios autores han contraindicado el psicoanálisis para los pacientes con TEPT (como
Valker y Nash, 1981), pero no así las psicoterapias dinámicas derivadas del psicoanálisis.
En todas ellas es esencial el trabajo de construir una buena alianza terapéutica a través del
cuidado del encuadre y de la interpretación de las resistencias derivadas de una predominante
transferencia negativa. La defensa hostil-paranoide se configura como baluarte protector de una
intensa fragilidad personal. En general, el sufrimiento del paciente es el principal factor motivador
del cambio interno, una verdadera rehabilitación emocional, en la que lo fundamental es el
aprendizaje. (Foa E.B. y Meadows E.A. (1997)).
A nivel contratransferencial es fundamental no funcionar como "hadas buenas que son la fuente de
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todo bien" para unos pacientes tan dañados, estimulando fantasías regresivas y una excesiva
idealización de los terapeutas como figuras mesiánicas, lo que en definitiva inhibe el desarrollo
emocional de los pacientes.
Para el terapeuta otro riesgo técnico es mantenerse también secuestrado por el pasado traumático
en vez de afrontar la realidad actual.
Hay varios trabajos publicados en la decada de los 90 (Lindy, Green, Grace, Titchemer, 1983),
Ochberg, 1988, Rose, 1991, Armstrong, O'Collaham y Marmar,1991, Marmar, Weiss y Pynoss,
1995) que concluyen que la psicoterapia psicodinámica puede ser una técnica efectiva de
tratamiento de los pacientes con TEPT. En todos estos estudios se resaltan algunos aspectos
esenciales Las terapias psicodinámicas se centran en los conflictos emocionales causados por el
evento traumático, particularmente los relacionados con experiencias tempranas.
El objetivo es incrementar la conciencia ("insight") de los conflictos intrapersonales y su resolución.
El paciente es guiado hacia el desarrollo de una autoestima reforzada, mayor autocontrol y una
nueva visión de su integridad personal y autoconfianza.
El psicoanálisis más tradicional implica diversas sesiones semanales, de entre 45 y 50 minutos
durante periodos de entre 2 y 7 años
Es precisamente esta larga duración lo que ha provocado que, a la luz de la formulación original, se
hayan originado diversas variaciones del método original, de duración más limitada.
La psicoterapia psicodinámica breve, por ejemplo, comprende entre una y dos sesiones semanales
durante un promedio de entre 12 y 20 sesiones.
En definitiva, el terapeuta psicodinámico pretende un cambio de largo alcance. Busca reestructurar
la personalidad básica cambiando la forma en que una persona contempla la vida y reacciona ante
ella, ayudando a las personas a desarrollar una visión adecuada de sí mismas y a tomar conciencia
de las poderosas fuerzas psicológicas enterradas profundamente en su inconsciente. (Hembree
E.A. y Foa E.B. (2000)).
5. TERAPIAS GRUPO / GRUPOS AUTOAYUDA-APOYO SOCIAL
Contrariamente a la terapia individual, la terapia grupal consiste en compartir la sesión terapéutica
con otras personas. La influencia del grupo es en muchas ocasiones más beneficiosa para los
miembros que lo componen que el tratamiento individual. La dinámica grupal favorece el cambio y
hace que éste se produzca de forma más rápida y eficaz. La psicoterapia de grupo proporciona a
los pacientes que sufren estrés postraumático el método más idóneo para optimizar los resultados
terapéuticos.
En la fase inicial los pacientes se muestran curiosos e inundados de temores paranoides. Ponen de
manifiesto una marcada tendencia al rechazo de las personas y a la soledad, aun sabiendo que
este aislamiento y el sentimiento de venganza que sienten por todos aquellos que les han hecho
daño, les impide querer y ser queridos.
A medida que se van sucediendo las sesiones, los miembros del grupo van narrando su historia
personal. Encuentran con sorpresa muchas semejanzas entre ellos, aunque con algunas
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diferencias que les ayudan a individualizarse.
El terapeuta les presenta las sesiones como un punto de encuentro con otras personas que
también sufren, lugar donde pueden compartir sentimientos y actitudes, además de aprender unos
de otros y todos juntos de sus experiencias, con la ayuda de los terapeutas.
La terapia de grupo permite al paciente compartir sus recuerdos traumáticos en un contexto de
seguridad, cohesión y empatía proporcionada por los otros miembros del grupo y el propio
terapeuta.
Compartir la propia experiencia y afrontar directamente la ira, ansiedad y culpa a menudo
asociados a los recuerdos traumáticos permite a muchos pacientes afrontar de forma eficaz sus
recuerdos, sus emociones e integrarlos de forma adaptativa en su vida cotidiana.
A pesar de que existen una gran variedad de aproximaciones grupales al tratamiento del trauma en
general la terapia de grupo pretende alcanzar los siguiente objetivos terapéuticos:
-Lograr la homeostasis, tanto a nivel físico como psíquico, frente a la experiencia traumática.
-Explorar, compartir y afrontar emociones y percepciones.
-Adquirir estrategias efectivas de afrontamiento y manejo ante el estrés.
En cuanto a los grupos de autoayuda/apoyo para los pacientes y las familias con enfermedades
mentales, afortunadamente van haciéndose progresivamente más comunes.
Aún en el caso de que no se encuentren dirigidos por profesionales de la salud mental, su valor
terapéutico es indudable en la medida que proporciona a los miembros del mismo un apoyo
emocional considerable.
Compartir experiencias, éxitos, fracasos, información y recursos son algunas de las posibilidades
que ofrecen estos grupos.
El hecho de unirse permite, además, una mayor efectividad en la lucha por erradicar los estigmas
que aún permanecen en la sociedad hacia las personas con problemas psicológicos.
6. TRATAMIENTO FARMACOLOGICO
El tratamiento con medicamentos puede ser efectivo en el TEPT, actuando al reducir los síntomas
centrales, y debería ser considerado como parte del tratamiento de este trastorno.
El uso de fármacos para el tratamiento debe de ser:
Agudo con el objetivo de:
- Desaparición de la sintomatología
- Vuelta al funcionamiento previo
De mantenimiento, con el objetivo de:
- Mantener la respuesta conseguida con el tratamiento agudo
- Prevenir la aparición de recaídas
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Primera línea (independientemente del tipo de síntoma y de acontecimiento traumático):
- ISRS
- Nefazodona
- Venlafaxina
Segunda línea:
- Tricíclicos
- IMAOs
Los fármacos de 1ª línea han demostrado ser eficaces sobre los 3 grupos de síntomas del TEPT:
- Intrusión
- Evitación - embotamiento
- Hiperactivación
Sin embargo, algunos autores recomiendan para los trastornos del sueño utilizar trazodona,
hipnóticos no benzodiacepínicos, o tricíclicos
Para el Tratamiento de mantenimiento en el TEPT
Hay que usar el mismo fármaco y a misma dosis que en el tratamiento agudo
Duración:
- TEPT agudo: 6-12 meses
- TEPT crónico con respuesta excelente: 12-24 meses
- TEPT crónico con síntomas residuales: al menos 24 meses, posiblemente más tiempo
La duración deberá prolongarse si existe:
- Estresores presentes
- Soporte social pobre
- Persistencia de algunos síntomas
- Elevado riesgo de suicidio en el pasado
- Historia de violencia
- Comorbilidad con otro trastorno del eje I
- Síntomas de larga evolución
- Funcionamiento pobre en la fase aguda
- Historia de síntomas de TEPT graves
La evidencia disponible no proporciona datos suficientes que sugieran factores predictivos
particulares de respuesta al tratamiento, o que demuestre que una clase particular de
medicamentos es más efectiva o mejor tolerada que otra. Sin embargo, los estudios más grandes
hasta la fecha que muestran eficacia han utilizado inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina (SSRI) y en contraste, existen estudios negativos con algunos agentes.
Dada la alta prevalencia y los enormes costos personales y sociales del TEPT, se requieren
estudios controlados adicionales en esta importante área.
Las preguntas para utilizar en futuras investigaciones deberán incluir los efectos del medicamento
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sobre la calidad de vida en el TEPT, las dosis apropiadas y la duración del medicamento, su uso en
diferentes grupos de trauma, en pacientes pediátricos y ancianos, y el valor del tratamiento con
medicamentos para uso temprano (profiláctico), combinado (con psicoterapia) y prolongado
(mantenimiento) (Stein DJ, Zungu-Dirwayi N, et al. (2005))
Es importante destacar que la farmacoterapia como única estrategia de intervención es muy
raramente suficiente para provocar una remisión completa de los problemas asociados al trastorno
del estrés postraumático. (Vargas & Davidson, 1993).
Como se dice anteriormente la medicación, por sí sola, no parece probable que se constituya como
herramienta única, si aparece como claramente útil para el alivio sintomático del trastorno, de forma
que posibilite al paciente beneficiarse de otras estrategias de intervención posteriores, como la
psicoterapia. (Báguena, M. J. (2001)).
7. TERAPIA FAMILIAR
El tratamiento del trauma se centra fundamentalmente en enfoques individuales, existiendo un gran
déficit respecto a la clínica y a la terapéutica relacional. El ser humano es un ser social, y como tal
entabla relaciones en forma de díada, como en las parejas, o en grupos mayores como en algunas
familias. Los individuos, las parejas y las familias se relacionan a su vez con los profesionales de la
salud, formando la relación médico-paciente o terapeuta-familia como un todo, que constituye la
base de nuestros tratamientos. La terapia familiar es similar a la terapia de grupo en la medida que
su foco de interés fundamental es la interacción y su función entre las personas, sin embargo
difiere en algunos aspectos importantes. (Foa E.B. y Meadows E.A. (1997))
En primer lugar, un grupo no tiene un pasado, una historia o un futuro común. En cambio, la familia
si los tiene y es en buena medida el factor determinante del éxito en la terapia.
En segundo lugar, el rol del terapeuta familiar, en la mayoría de los casos, es más directivo.
El terapeuta de grupo suele actuar más como un facilitador de procesos y dinamizador del grupo.
Pero quizás la diferencia más importante sea que el objetivo final del terapeuta familiar sea la de
fortalecer a la familia, a la vez que a sus miembros individuales, mientras que la meta de la terapia
de grupo es que el propio grupo se autodisuelva cuando sus miembros individuales hayan resuelto
sus conflictos.
Generalmente este tipo de terapia es utilizada como complemento necesario a otras estrategias
terapéuticas más directamente asociados con la sintomatología del trastorno por estrés
postraumático, no siendo considerada como una estrategia suficiente, por sí misma, para un
tratamiento eficaz del trastorno.
Las estrategias terapéuticas abarcan una variedad de objetivos, desde los más ambiciosos que
tratan de intervenir sobre la familia en su conjunto, desde una perspectiva sistémica y global, hasta
los más centrados en ofrecer estrategias, información y pautas de actuación concretas a los
miembros de la familia del paciente para que lo apoyen durante el proceso terapéutico,
potenciando la comunicación entre las familias y reduciendo posibles focos de tensión.
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8. TERAPIAS ALTERNATIVAS
En este apartado que despierta bastantes recelos entre algunos sectores, se encuentran todo un
conjunto de métodos, técnicas, procedimientos y filosofias de intervención con mayor o menor
apoyo científico y que pueden ser utilizados, en solitario o en conjunción con otras estrategias, para
el tratamiento de los problemas asociados al trastorno por estrés postraumático.
A continuación se presenta una breve definición de algunas de las más comunes:
-Acupuntura. La acupuntura es una técnica médica que se utiliza para calmar el dolor por medio de
agujas en puntos estratégicos del cuerpo. Es un componente de la medicina tradicional china.
-Aromaterapia. Sistema amplio de masajes a través de la utilización de aceites esenciales
(extractos o esencias) de flores, hierbas y árboles para promover la salud y el bienestar. Los
aceites esenciales utilizados son destilados aromáticos extraídos que concentran las principales
virtudes de las plantas medicinales.
-Ejercicio físico. El uso de la actividad física para mantenerse en forma, liberar tensión y mejorar el
estado de ánimo.
-EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing). Método psicoterapéutico innovador,
que acelera el tratamiento de un amplio rango de patologías, en el trastorno por estrés
postraumático, entre otros. Descubierto y desarrollado, desde 1987, por la Dra. Francine Shapiro,
consiste en usar estimulación bilateral en un protocolo especial relacionado con las situaciones
traumáticas que desencadena la desensibilización, y el consecuente reproceso de las mismas,
acompañado de la desaparición de la sintomatología.
-Herboterapia. También conocida como fitoterapia, es la forma más antigua de medicina, el hombre
utiliza partes de plantas o plantas enteras para curar sus afecciones y es el único método medicinal
muchos lugares del mundo, donde no se conoce o es infrecuente la medicina convencional.
-Homeopatía. Del griego homoios («similar») y pathos («sufrimiento»), es un controvertido sistema
de medicina alternativa. La teoría de la homeopatía fue desarrollada por el médico sajón Samuel
Hahnemann (1755-1843), y se publicó en 1796. Usa remedios preparados a partir de sustancias
que se presentan en la naturaleza para tratar a toda la persona, estimulando la tendencia del
cuerpo a curarse por sí mismo.
-Masaje. Técnica manual dirigida fundamentalmente a liberar la tensión en los músculos.
-Medicina holística. El objetivo es el tratamiento del enfermo en su "globalidad". Se parte de la
premisa de que mente, cuerpo y espíritu están íntimamente unidos y deben ser tratados
"conjuntamente". Se utilizan diversas estrategias de tratamiento alternativas/naturales como la
meditación, yoga, plegarias, ciertas combinaciones dietéticas, vitaminas, minerales hierbas y otros
suplementos dieteticos/naturales evitando aproximaciones tradicionales basadas en el uso de
fármacos.
-Naturopatía. Enfatiza la "curación natural" y emplea tratamientos naturales tales como dietas
específicas, masajes, hidroterapia, ejercicios y asesoramiento.
-Programación Neurolinguistica. Modelo psicoterapéutico, desarrollado en la década de los 70 a
partir de los trabajos de RICHARD BANDLER Y JOHN GRINDER y fundamentado en el estudio de
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cómo el lenguaje, tanto el verbal como el no verbal, afecta el sistema nervioso, es decir, que a
través del proceso de la comunicación se puede dirigir el cerebro para lograr resultados óptimos.
Ha desarrollado numerosos procedimientos específicos para el trabajo con los traumas basados en
técnicas de carácter imaginativo/encubierto.
-Reflexología. O terapia zonal es una práctica que consiste en estimular puntos sobre los pies,
manos, u orejas (llamados zonas de reflejo), con la esperanza de que tendrá un efecto benéfico
sobre otras partes del cuerpo, o mejorará la salud general. La forma más común es la reflexología
del pie que aplica algunas presiones sobre el pie de una persona, el cuál presuntamente está
dividido en un cierto número de zonas reflejas correspondiendo a todas las partes del cuerpo.
-Remedios florales de Bach. Variante de terapia médica alternativa que se basa en la preparación
de una infusión fría de capullos florales de una o más de entre 38 especies alternativas. El
resultado es diluido según reglas próximas a las de la homeopatía, en el sentido de Hahnemann, y
envasado en frascos aerosoles o comunes, con la habitual adición como conservante de algún
derivado alcohólico del vino. El nombre se refiere a un doctor Edward Bach *, galés, que inventó
esta técnica.
-Shiatsu. El Shiatsu de Shi (dedo) y atsu (presión) es un método de masaje por presión que
combate el desequilibrio del cuerpo y el espíritu. Es una técnica de aplicación de la medicina
tradicional china y sigue los mismos principios de energía y de meridianos que la acupresión
-Tai chi. Antiguo arte defensivo que también es usado como ejercicio físico y de meditación, que
expresa los principios taoistas de ceder, ser flexible y la circulación de la energía a través del
cuerpo.
-Tratamiento dietéticos o nutricionales. Se centra en mejorar el estado de ánimo a través de unos
buenos hábitos dietéticos y una suplementación especifica de determinados nutrientes (vitaminas,
minerales, sustancias naturales.....etc....)
-Yoga. Antiguo conjunto de disciplinas físico-mentales, originarias del hinduismo, destinadas a
conseguir la perfección espiritual y la unión con Dios a través de posturas corporales, control de
respiración y prácticas de meditación que fomentan el equilibrio interior.
Conclusión
Se ha afirmado que el estrés postraumático puede representar "una de mas severas e
incapacitantes formas de estrés humano conocido" (Everly, 1995, p. 7)
Afortunadamente, el estrés traumático y sus consecuencias continúan ganando reconocimiento y la
investigaciones recientes son abundantes en este campo, si bien más trabajo de investigación
debe ser realizado para alcanzar los resultados de efectividad deseados.
La detección y reconocimiento del estrés asociado a situaciones traumáticas es el primer paso para
el individuo en su camino para su total recuperación e integración social.
El tratamiento a través de profesionales con la debida cualificación y experiencia se constituye
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como el factor crucial, junto a la propia actitud y predisposición del paciente, para ayudar a las
víctimas a afrontar la tragedia y continuar con su vida de forma satisfactoria.
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