Siglo nuevo “A “A quí yace Rafael, mientras vivió la Naturaleza se vio a sí misma vencida, ahora que está muerto ella también teme morir”. Estas son palabras talladas sobre la tumba de Rafael Sanzio, el gran pintor renacentista muerto prematuramente. Artista precoz, como Rafael, Egon Schiele rindió pleitesía a la Naturaleza, pero no de una forma convencional: hijo de su tiempo, Schiele entró en los corredores poco explorados de la sexualidad y el desdoblamiento de la personalidad. La expresividad de Egon rompe con el culto a la belleza como ideal y entra de lleno en La secesión vienesa fue el movimiento artístico que en un principio acogió a Schiele. Más allá de la estética del art noveau, la secesión busca integrar todas las artes: arquitectura, diseño, escultura y pintura. Este movimiento conlo humano. Schiele es uno de Fenómenos como él no se sigue el diálogo entre dichas esos casos atípicos de genio dan por casualidad. Los nom- disciplinas, basado en el rescaprecoz. Como Mozart o Rim- bres que daban forma al am- te de expresiones clásicas, sobaud resulta sorprendente ob- biente intelectual en la Viena brias y con profundo sentido servar cuán temprano logró de ese momento son ya im- humanístico, que llega inclula solidez en su lenguaje artís- prescindibles: Sigmund Freud, so al expresionismo. tico, llegando al punto que to- Karl Popper, Luwdig WittgensTal es el caldo de cultivo do creador anhela: la tensión tein. Como el siglo de Pericles para el genio de Schiele. Sus oarmónica entre una técnica en la antigua Grecia, Viena, en- bras toman nuevos argumenbrillante y un mensaje podero- tre los siglos XIX y XX, es la tos compositivos de la arquiso. La habilidad al servicio de cuna de un cambio radical en tectura y el diseño editorial. Se una vida interior que puja por el pensamiento humano en to- complementa con la visión essalir. dos los campos. tilizada de Klimt y si bien cre- Mujer tumbada con pantalón rojo, 1912. No es un pornógrafo, es un analista de un aspecto esencial del ser humano: el sexo. En el cuerpo encuentra el origen de todo placer Madre e hijo, 1910. Sn • 57