Los caballeros de la Tabla Redonda

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Los caballeros de la Tabla Redonda Mary Anderson En la Europa medieval, el caballero era un guerrero, un soldado, un kshattriya. Un verdadero caballero tenía un código de conducta: apoyar a la justicia, defender a los débiles, derrotar a los opresores, a los injustos y a los malvados. Pero todo eso puede tener un significado más profundo, que nos recuerda la historia de Arjuna en el Bhagavad Gita. Arjuna también tuvo que luchar para derrotar al opresor y restaurar la justicia. Lo más significativo en la saga de Arjuna no fue el combatir a los enemigos que estaban del lado del mal, sino vencer sus propias debilidades, sus enemigos internos. Del mismo modo, la Yihad del Islam no significa luchar contra aquellos que siguen otras creencias, sino combatir las flaquezas en uno mismo, el propio egoísmo y crueldad. Existe un ejemplo de esto en la historia de uno de los caballeros del Rey Arturo. Se dice que Galahad en cierta ocasión, luchó contra dos terribles caballeros, uno rojo, y otro negro, y que eso significa que luchó contra la crueldad (caballero rojo) y contra el odio (caballero negro), siendo esos males, tendencias que él mismo poseía. La Tabla Redonda era la mesa en torno de la cual se sentaban los caballeros del Rey Arturo. La mesa era redonda porque los caballeros eran considerados todos iguales; ninguno era más importante que los demás. Normalmente, la persona más importante se sentaba a la cabecera de la mesa y la menos importante al fondo. Más una mesa redonda no tiene lugares más elevados o inferiores a los otros; así que todos los caballeros se sentaban a la misma distancia del centro de la mesa. 1 Sabemos que no somos todos iguales, todos igualmente buenos, justos, gentiles y sabios; como nos conocemos los unos a los otros, sabemos que aún tenemos mucho que aprender de la vida. Mas en el fondo, dentro de cada uno somos igualmente buenos, justos, gentiles y sabios, aunque no consigamos expresarlo en nuestros pensamientos y en nuestras vidas. Aún estamos en la búsqueda, tal vez buscando el Santo Grial, nuestra verdadera naturaleza divina. Algunas personas pueden ser más sabias y más gentiles que otras, pero nadie es, a fin de cuentas, más importante que cualquier otro. Compartimos la misma humanidad. Una mesa redonda es circular. Si un círculo fuese reducido de tamaño, terminaría como un simple punto, que es un símbolo de unidad. Y si el punto o el círculo fuesen ampliados, resultaría un círculo mayor o una esfera, donde todos los puntos sobre la superficie están igualmente próximos al centro, o el uno. Si el círculo fuese extendido infinitamente, puede abarcar la infinitud, todo lo que existe. Así y todo – una esfera infinita – refleja la unidad: un simple punto. Siendo así, la Tabla Redonda es también un símbolo de la unidad, de la igualdad, de la fraternidad y del afecto fraternal que debe de existir en la sociedad. La leyenda del Rey Arturo El rey Arturo vivió en el siglo V y poco se sabe a su respecto. Fue rey de una parte de Inglaterra y unió a su pueblo en contra de los invasores sajones, galeses e irlandeses, Durante su gobierno reinó la paz y la prosperidad. Aunque se conozca poco históricamente, muchas leyendas surgieron en torno a su nombre y al de sus caballeros. Su padre fue Utha Pendragón, un buen rey, justo y amado por su pueblo, pues su reinado fue de paz y de prosperidad. Pendragón tenía como consejero a Merlín, un mago misterioso. La reina murió joven y él con edad avanzada, se casó de nuevo. Su esposa Igraine le dio un hijo que se tornó en el rey Arturo. Merlín profetizó que Utha Pendragón moriría pronto y que su pequeño hijo, la esperanza del reino, estaría en peligro. Príncipes y caballeros poderosos intentarían asesinarlo y conquistar el país. Merlín se ofreció a llevar al bebé Arturo a un lugar donde estuviese a salvo. El rey aceptó y el mago llevó al bebé a unos padres adoptivos a un lugar secreto. Los padres adoptivos fueron nobles y buenos, aunque según algunas leyendas, su hermano de crianza, tuviese celos de él. Aquello que Merlín profetizó sucedió; Utha Pendragón murió y hubo caos. Nobles rivales lucharon por el poder, aldeas enteras fueron quemadas, muchas personas murieron. Después de diez y ocho años de disturbios, el arzobispo de Canterbury, jefe de la Iglesia, le pidió a Merlín que eligiese un rey con quien el pueblo pudiese vivir en paz. El mago explicó que pronto el país tendría un rey mayor de lo que fue Utha Pendragón: el hijo de Utha. Todos pensaban que el niño había muerto, y el arzobispo preguntó cómo podía ser reconocido. Frente a la catedral, Merlín colocó un bloque de mármol donde introdujo una espada con una inscripción: “Quien quiera que arranque la espada de esta piedra será el legítimo rey de Bretaña.” Todos los nobles fueron llamados a un torneo; montaron sus tiendas, algunas espléndidas, otras más modestas. Entre ellas estaba Ector de Bonmaison, o sir Egbert, que tenía dos hijos. El mayor 2 era Kay, que ya era caballero; el hijo más joven era Arturo, escudero de Kay. En los tres días antes de Navidad los caballeros lucharon en batallas simuladas para probar quien era el más bravo, fuerte y hábil. Sir Kay también fue exitoso en derribar a varios caballeros, más su espada quebró y le pidió otra al escudero. Arturo vio la espada clavada en la piedra frente a la catedral y fácilmente la arrancó sin comprender lo que había hecho y que eso significaba que él era el legítimo rey. Entregó la espada a su hermano, que mintió y afirmó que él mismo la había arrancado. No obstante, el padre de Kay, sospechó y le pidió que recolocase la espada en la piedra y la retirase de nuevo. Kay pensó que podría hacerlo con facilidad, mas le fue imposible. Arturo pidió que le dejasen intentarlo. Su padre le preguntó que con qué derecho contaba para hacerlo; el joven respondió que ya la había arrancado antes y con facilidad la retiró. Para horror de Arturo, su padrastro se arrodilló y explicó que él era el hijo de Utha Pendragón, y por lo tanto el legítimo rey. Arturo lloró, dijo que había perdido un padre, ya que sir Egbert no era su padre verdadero y añadió: “Preferiría tener al señor como padre a ser rey”. Merlín confirmó que Arturo era el rey legítimo. CAMELOT El arzobispo convocó a todos los caballeros en la catedral en la mañana de Navidad y les dijo que aquel que arrancase la espada de la piedra sería coronado rey. Muchos lo intentaron, incluso doce reyes, y todos fracasaron. Entonces, en presencia de todos, Arturo sacó la espada de la piedra y fue reconocido como soberano máximo. La mayoría de los nobles le rindió homenaje, mas algunos le recusaron, incluso sus dos hermanos de crianza, hijos de Utha Pendragón con su primera esposa. La coronación se realizó en la Pascua y la primera tarea de Arturo fue conquistar a los nobles rebeldes que amenazaban el reino. 3 Arturo fue un verdadero rey en valor e intrepidez, dedicación, modestia y misericordia. Después de su muerte, decía que él estaría tan solo durmiendo y que algún día se levantaría de nuevo para servir a su pueblo. Existen leyendas semejantes al respecto de otros grandes gobernantes, como, por ejemplo, el emperador alemán Barbarosa. Esto debe de referirse a alguna futura encarnación de grandes gobernantes. Puede servir para hacernos recordar a los avatares como Sri Krishna, que dice que, siempre que la iniquidad prevaleciese, el reencarnaría para auxiliar al mundo. Excalibur En busca del Santo Grial Había una profecía según la cual, “cuando el Santo Grial fuese encontrado, entonces el fin de la Tabla Redonda estaría próximo, mas su fama jamás sería olvidada hasta el fin del mundo” Decíase que los caballeros de la Tabla Redonda tenían, entre otras tareas, la de procurar el Santo Grial, y que el Grial era un cáliz que se suponía pudiera contener la sangre de Cristo cuando fue crucificado; poseería un poder curativo y espiritual. En un sentido más profundo, el Grial puede significar un recipiente que contiene lo divino, la vida una. Solamente tres de los caballeros fueron elegidos para encontrar el Santo Grial, aquellos que se mostraron dignos ejerciendo la primera de las virtudes de un caballero: defender a los débiles y luchar contra la injusticia y la crueldad. Tan solo ellos estaban aptos para la búsqueda. Los caballeros elegidos fueron Galahad, destinado a encontrar el cáliz y pasar a una vida más elevada; 4 Percival (conocido en alemán como Parsifal), destinado a tornarse el rey del Grial, protector del cáliz; y Bors, que debería retornar al mundo para difundir el mensaje del Santo Grial. Estos tres, sin ningún deseo de fama o de honra personal, se dedicaron, a veces juntos, a veces separados, a procurar el Grial, sin saber dónde buscarlo o si la búsqueda tendría fin algún día. Aunque muchas veces se desviasen del camino debido a sus debilidades – aquellas tentaciones difíciles de resistir ‐, finalmente fueron exitosos. La actitud de los tres caballeros es clara, según las siguientes citas: “Ellos no sabían si fueron escogidos para encontrar el Grial y eso no les preocupaba (…) Les bastaba saber que recibieron una misión. No se preocupaban sobre como acabaría la búsqueda” (King Arthur and the Knights of the Round Table). Galahad al rey Arturo: “Mi señor, vuestra corte es maravillosa, mas no puedo permanecer aquí, hay un caballo esperándome ahí fuera. No se adonde me llevará y tampoco me preocupo en saberlo. El deber me espera y debo cumplir con mi deber. No pienso en mis propios deseos.” “Galahad ayudaba a los oprimidos y perseguidos, siguiendo su camino antes de que se lo pudiesen agradecer.” La historia de Percival es muy interesante y merece ser tratada en un artículo aparte. Cuando su padre murió, su madre, la reina Herzeloide, cansada del baño de sangre, se retiró a un lugar solitario en la floresta para criar al hijo, aún bebé; él ignoraba el mundo externo y mayormente la lucha y la clase de los caballeros. Mas Percival tenía sangre kshattriya en sus venas y finalmente encontró el camino hasta la corte del rey Arturo. Habiendo probado su valor, fue nombrado caballero. No obstante, ignoraba muchos hechos y cometió muchos errores, perdiendo la primera oportunidad que se le dio de cumplir su dharma y obtener el derecho de tornarse el protector del Santo Grial – una oportunidad que solo volvió a tener mucho tiempo después, tras de innumerables aventuras. Muchas lecciones pueden ser aprendidas con las historias del rey Arturo y de sus caballeros. Ninguno de nosotros es perfecto. Arturo cometía errores. Percival cometió errores y perdió oportunidades, así como todos nosotros. Mas, es por medio de los errores que aprendemos. Vemos también, a partir de la saga de la Tabla Redonda, como periodos de sufrimiento a veces se alternan con periodos de relativa paz y prosperidad. Los deberes de un caballero contienen lecciones: combatir la injusticia y la falta de compasión, inclusive en nuestros corazones, y defender aquellos que se encuentran oprimidos. Solo cuando aprendemos esas lecciones y vivimos para beneficiar a todos, podemos salir en búsqueda de nuestro Grial y encontrarlo en nuestros corazones. 5 La Mesa Redonda del Rey Arturo La Coronación del Rey Arturo Mary Anderson. – Fue secretaria internacional de la S. T. y autora de artículos sobre Teosofía y religión comparada. Revista Sophia. Brasil. (Ene. – Mar. 2.012) 6 
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