"Para nosotros, no ha cambiado nada" Extraído de Viento Sur http://vientosur.info/spip.php?article7551 Alto el fuego en Gaza (Palestina) "Para nosotros, no ha cambiado nada" - solo en la web - Fecha de publicación en línea: Jueves 3 de enero de 2013 Copyright © Viento Sur - Todos derechos reservados Copyright © Viento Sur Page 1/3 "Para nosotros, no ha cambiado nada" Apenas se había firmado el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás el 21 de noviembre pasado cuando, en el espacio de 4 días, la marina israelí detuvo a 30 pescadores palestinos en las aguas de Gaza, destruyó y hundió uno de sus barcos de pesca y confiscó otros 9. El Centro Palestino para los Derechos Humanos informó que 14 pescadores, de una misma familia, que se encontraban a solo tres millas náuticas de la costa de la banda de Gaza, fueron detenidos el 1 de diciembre. Algunos pescadores no estaban más que a dos millas de la costa gazaui cuando fueron agredidos por disparos de ametralladoras y detenidos por la marina israelí. Con edades comprendidas entre los 14 y 52 años, la mayor parte de ellos rondando los 20, estos pescadores pertenecen a las familias más pobres de Gaza. Según Mifleh Abu Riyala, representante del Sindicato General de Marinos de Pesca, el alto el fuego no cambia nada para los pescadores palestinos. Según el actual alto el fuego entre Hamás e Israel, los palestinos están autorizados a "pescar hasta a seis millas de la costa", dice a IPS, "pero las cañoneras israelíes continúan atacándonos, estemos a tres o a seis millas". Los Acuerdos de Oslo garantizaban a los pescadores palestinos el derecho a pescar a veinte millas náuticas de la costa, un derecho al que la marina israelí puso el veto unilateralmente, reduciendo los "límites" de pesca a partir de los años noventa a solo tres millas. Hasta este último alto el fuego de noviembre, que concede una ligera mejora: hasta seis millas náuticas. "La cuestión es que en esas seis millas no hay peces porque el fondo del mar es arenoso. Los peces sólo abundan a partir de las siete millas donde el fondo del mal se vuelve rocoso", subraya Abu Riyala. "Es nuestro mar, tenemos necesidad de acceder a él para vivir" Mohammed Baker, de 70 años, ha pescado durante medio siglo. Recuerda los días en que los pescadores palestinos podían salir a la mar sin ser agredidos, detenidos y asesinados por la marina israelí. Dos de sus hijos, Amar de 34 años y Omar de 21, están entre los 14 pescadores agredidos por las cañoneras israelíes el 1 de diciembre. La marina israelí no les ha devuelto aún su "hassaka" (bote de pesca). Como muchos pescadores de Gaza, los Baker viven en el Campo de la Playa, uno de los campos de refugiados más superpoblados de la Banda. Amar, casado y con seis hijos, aún seguía detenido por las autoridades israelíes el 5 de diciembre, fecha en la que su padre, Mohammed, cuenta a IPS lo que ocurrió ese fatídico día. "Las cañoneras israelíes y sus pequeñas zodiacs rodearon el hassaka de mi hijo, les hicieron desnudarse, saltar al agua y nadar hasta uno de sus barcos"... " Cubrieron con una bolsa la cabeza de Amar y le llevaron a Ashdod. Amar tiene asma, y estoy muy preocupado por su salud". Mohammed sigue sin poder hablar con su hijo. Cuatro días después del secuestro de Amar, Mohammed fue al Comité Internacional de la Cruz Roja, cuya misión incluye la visita y el seguimiento de los presos palestinos así como de las condiciones de vida en las prisiones y centros de detención israelíes. "En el Comité me dijeron que Amar tenía prohibidas las visitas. Está siendo sometido a interrogatorios" dice Mohammed. Amar está acusado de "formar parte de la resistencia palestina", una acusación basada en que anteriormente trabajó sirviendo café y té a los oficiales de Hamás. "Mi hijo era pinche de cocina. La gente que trabaja para el gobierno es siempre gente civil", subraya Mohammed, haciendo referencia a los principios del derecho humanitario internacional. Privados de su único barco y de un miembro de su familia, los Baker se encuentran más desesperados que nunca. " No hay ningún alto el fuego para los pescadores. Somos gente corriente, trabajamos para ganar solo 30 o 40 shekels (6 u 8 euros) por día, para alimentar a nuestras familias", deplora Mohammed. Copyright © Viento Sur Page 2/3 "Para nosotros, no ha cambiado nada" Khadr Baker, 20 años, tuvo suerte de no resultar muerto en un encontronazo con la marina israelí el 28 de noviembre, cuando su barco fue ametrallado y hundido como castigo por haber pescado poco más allá de las tres millas de la costa ante el Campo de la Playa. Su padre, Jamal Baker, 50 años, evoca a IPS el arresto de Khadr, explicando que las cañoneras israelíes surgieron sin prevenir y disparando de muy cerca contra el bote a motor de Khadr. "Los israelíes ordenaron desvestirse y saltar al agua, muy fría en esta época del año, a los cuatro pescadores del hassaka de Khadr", dice Jamal a IPS "A Khadr le retuvieron en el agua durante una media hora, mientras disparaban a su alrededor" dice Jamal. Finalmente el hassaka ardió y estalló, hundiéndose rápidamente. " Los israelíes cogieron luego a Khadr en su barco, le esposaron mientras estaba desnudo, le golpearon e interrogaron durante tres horas, acusándole de trabajar con la resistencia palestina" cuenta el padre del joven a IPS. Sin su barco, la familia de diez niños no tiene ningún recurso. "He vendido mis redes para poder comer" dice Jamal. El Centro Palestino de Derechos Humanos informa de otras agresiones contra los pescadores ese mismo día: en un caso, la marina atacó y detuvo a cinco pescadores de la familia al-Hessi, dañando -y finalmente confiscando- el barco pesquero en el que navegaban. El barco sigue sin ser devuelto. En febrero de 2009, Rafiq Abu Riyala, entonces con 23 años, recibió un disparo en la espalda realizado por un soldado israelí que estaba a menos de dos metros de él, una bala dum-dum que estalla al impactar. El hassak del pescador estaba solo a dos millas de la costa de Gaza cuando fue agredido. Rafiq Abu Riyala es uno de los dos miembros de la familia que asegura su subsistencia, pero ya no puede pescar por el tiempo que hace. "Con los esquirlas de la bala en mi espalda, el dolor es demasiado fuerte cuando hace frío", comenta a IPS. Dieciséis personas dependen de Mahar Abu Amia, 40 años, para vivir. "Mi esposa también pesca" dice a IPS. "Pero no tenemos ninguna oportunidad: llegamos a las seis millas y nos disparan. Y si nos quedamos solo a tres millas, también nos disparan. ¿En qué consiste el alto el fuego? Para nosotros, no ha cambiado nada". 21/12/2012 http://www.protection-palestine.org/spip.php?article12228 Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR Copyright © Viento Sur Page 3/3