Siglo nuevo sexualidad Buen amante = ¿buen sexo? ¿El buen amante es quien mejor se desempeña en la cama o influyen otros factores? Aunque muchas personas hablan sin tapujos del sexo y del amor, son pocas las que verdaderamente tienen una idea real del vínculo entre estas cuestiones. Por: Psicólogo Sexólogo Silvestre Faya Foto: Archivo Siglo Nuevo 16 • Sn Siglo nuevo M uchas parejas están fuertemente unidas porque además de disfrutar de su mutua compañía gozan en la cama. Otras en cambio se sienten apoyadas y amadas, pero no deseadas. Cada hombre o mujer llega a un punto en el que se pregunta si está o no cumpliendo totalmente con su otra mitad. ¿Está usted dispuesto a evaluar su capacidad como amante? ¿QUIERES SER MI AMANTE? Tradicionalmente solemos usar la palabra amante para referirnos a quienes sostienen encuentros sexuales, aunque ese vocablo significa que se ama; se dice de las cosas en que se manifiesta el amor o que se refieren a él; hombre y mujer que se aman. Desde luego el sexo es la manifestación más íntima del amor que comparten dos individuos, pero un buen amante no se define únicamente por cómo se desempeña en el lecho, sino en cada aspecto de la relación. De ahí se concluye que si ésta marcha en los términos adecuados, y hay diálogo y acuerdo, la vida sexual se verá reflejada con excelentes momentos. Pero si va de un disgusto a otro, lo erótico se aprovechará de manera mínima y ambas personas experimentarán una sensación de quiebre interno. No es posible sostener una relación en plenitud si no existe el goce amoroso, y para que éste pueda darse es imprescindible estar disponible en cuerpo y alma a lo que el vínculo de pareja ofrezca, cuidando mutuamente no ofenderse o lastimarse. A veces un comentario suspicaz o hirienSn • 17 Siglo nuevo te puede quebrantar la confianza mutua. No existe en el ser humano una capacidad más poderosa que la de su mente. Dentro del cerebro se acumulan, unos junto a otros, los pensamientos que el individuo ha sostenido a lo largo de su vida. En esa pequeña bóveda craneana se cobija la seguridad, la autoaceptación, la percepción del propio valor. Esas y otras circunstancias de la existencia se ponen a prueba de manera altamente efectiva durante el encuentro amoroso. “Amor, dinero y cuidado no pueden ser disimulados”, dice el refrán. Es por ello que la pareja precisa llevar su vida EDUCACIÓN AMATORIA amándose y prodigándose to- Generalmente, para el comiendos los cuidados, para tener zo de cada historia de pareja una real consciencia de su mu- la primera impresión fue vitua necesidad. sual; el intercambio de miraConcederse tiempo para das dio pie a que un hombre platicar -aunque sea a las tres y una mujer supieran que se de la madrugada- es imperio- gustaban, y a partir de ahí viso para cubrir los huecos que no la conversación, el cortejo, el diario vivir impone. Los a- y finalmente los besos y carimantes deben crear espacios cias dieron cauce a la pasión. Y para contemplarse, sentirse, si el eslabón inicial de la cadeescucharse. Si estos periodos na es la atracción, la continuase van haciendo cada vez más ción de la unión está influida lejanos, entonces la relación por el entusiasmo físico que irá perdiendo claridad y caerá compartan. en una satisfacción meramenLa sexualidad abarca mute física, donde falta el indis- chos factores. La queja más copensable contacto íntimo de es- mún de las mujeres señala la píritu a espíritu. falta de caricias, de palabras previas al coito que les exciten y les hagan anhelar la penetración. Desde luego, cada pareja necesita encontrar su propio ritmo de excitación y orgasmo, no existe un patrón único. Hace falta entonces que los amantes tengan una comunicación fluida, para que a la hora del sexo ambos estén en el mismo canal y sepan lo que el otro quiere sentir y escuchar. Por otro lado, somos el fruto de una educación que nos ha moldeado en todo ámbito, incluyendo la capacidad que tengamos para aceptar o rechazar nuestros impulsos eróticos. En algunas culturas la mujer más valiosa es aquella que ya ha tenido hijos y se sabe que es fértil; en otras, se le exige ser ignorante de cualquier cuestión sexual. Estos requisitos sociales condicionan la conducta de los esposos. En México se pondera y valora en exceso que el varón vaya sexualmente aleccionado al matrimonio, mientras que la mujer debe llegar inexperta. Tales factores dificultan la espontaneidad del erotismo en la pareja, y traen como consecuencia la frustración. Es mediante la solidez de la relación -que se establece con el diálogo y la confianza- que podrán superar con éxito sus encuentros; esa fortaleza es la que facilitará la satisfacción sexual, sin la cual el matrimonio terminará fracasando. EN ESCALA DEL UNO AL 10 Las calificaciones de desempeño amatorio suelen ser incómodas, pero aunque a veces no se quiera admitir sí existe un 10 para evaluar a quien sobresale cuando de sexo se trata. 18 • Sn Siglo nuevo QUÉ HACER Y CÓMO HACERLO Además de una excelente comunicación, hombres y mujeres que buscan ser extraordinarios amantes requieren mantener una actitud siempre inquieta por descubrir nuevas emociones con su ‘media naranja’. Al principio de la relación la frecuencia era la mayor fortaleza del placer; después, cuando llevan más tiempo juntos, la cantidad es sustituida por la calidad de los encuentros. Es vital que usted y su pareja no permitan que su intimidad caiga en el hastío y el aburrimiento, y sobre todo que no olviden que ambos necesitan sentirse admirados y deseados, si no la relación co- menzará a languidecer. Existen múltiples maneras de deleitarse ya sea vestidos o desnudos, a oscuras o a plena luz del día. Cada instante es irrepetible y la sensación de vacío cuando no se está con el amante muestra la sed insaciable del amor. Mantenga abiertos los canales del gozo, que sus cinco sentidos sean ventanas al erotismo y al cariño. No hay momento más adecuado que el presente para tomar la antorcha de la pasión y explorar cada pliegue de piel, cada rincón del tálamo sexual, cada rendija de la casa, a fin de descubrirse como ¡el mejor de los amantes! § www.sexologosilvestrefaya. com PARA SER MEJOR AMANTE Observe, Para llegar a un orgasmo pleno, gozoso, la mujer requiere que se reúnan varias condiciones: saberse amada, sentirse deseada, estar relajada y dispuesta a experimentar placer. Por su parte al varón comúnmente le basta con que su pareja le apetezca para alcanzar el clímax. Dichas dife- rencias en la forma de vivir la sexualidad se complementan, así que en definitiva el regodeo físico requiere de la mancuerna entre apetito y amor. Los momentos excitantes, las caricias que insinúan e invitan a lo privado, son necesarias para que hombre y mujer se complazcan mutuamente. pregunte y escuche a su pareja, a fin de que conozca dónde y cómo estimular sus fuentes de placer. Exploren juntos cada zona de gozo de su cuerpo. Toda caricia es permitida, siempre y cuando no humille, duela o avergüence. Disfrute sin restricción cada sensación placentera. En cada experiencia sexual se aprende algo nuevo, ¡no deje de descubrir nuevas sensaciones! Haga realidad sus fantasías sexuales y las de su compañero. ¡Concédale sus gustos! Sn • 19