Originally Published – Quality Texas Foundation / Fundación de Calidad de Texas Mismos Emperadores, Aún sin vestimenta. La Crisis Económica Actual Desviste Las Prácticas Imperfectas del Liderazgo. DR. DENIS LEONARD, Y DR. WILLIAM MURPHY. Usted conoce la fábula, el Emperador que se glorificaba a sí mismo y consideraba que nadie fuera superior a él. Habiéndosele dicho que la vestimenta que él usara solamente podría ser vista por alguien sabio, procedió a vestir únicamente la vestimenta nueva. Ni uno de sus consejeros de confianza se atrevió a decirle que aparentaba estar completamente desnudo (por miedo a la ira del Emperador y por querer creer desesperadamente en lo que el emperador les había dicho que únicamente personas sabias podrían ver su vestimenta). El Emperador salía al público y se mostraba, hasta que el grito de un niño hizo ver la verdad. Imagine cuán seguido esto sucede en el mundo de los negocios, con emperadores engrandecidos por su propio sentido de perfección, con subordinados acobardados dentro de un estado de admiración permanente independientemente de los pensamientos subyacentes y contrarios de cada uno. Sí, emperadores, esos son, líderes en negocios, pueden conscientemente a sabiendas o sin saberlo encontrarse sin vestimenta alguna. Desde luego, llegará el día cuando una voz grite la verdad, y la fachada real será revelada. Tristemente, hoy no tenemos que buscar lejos para ver no solamente el agrietamiento de la fachada, pero el derrumbe completo de los reinos. No tan lejos de esto, se encuentra la realidad del sector financiero, con Emperadores y su grupo de seguidores ahora demostrados como villanos y países a punto del fracaso. Sí, es muy obvio exactamente como las cosas pueden salir mal cuando los líderes se convierten en el Emperador sin vestimenta. ¿No es ya obvio? Todos los líderes; deténganse en estos momentos y pregúntense: ¿Cómo me protejo para no convertirme en El Emperador? Mientras considera esto, piense en solamente dos de las formas más comunes en donde los líderes se convierten como el Emperador en la fábula. La primera; es mediante la creación de una situación tóxica en donde los consejeros y asesores del líder (Alta Gerencia) son recompensados por ser hombres y mujeres de “Si”. Los líderes creen que ellos están haciendo lo mejor para la compañía y dirigiéndola de buena forma. Inclusive ellos creen que las personas están 100 por ciento detrás de ellos, siguiéndolos con gran admiración. Los líderes se posicionan en este camino destructivo mediante una actitud pasiva o totalmente agresiva. El líder pasivo-agresivo otorga recompensa a únicamente aquellos que demuestran abundante admiración y acuerdo, atrayendo así a estos favoritos a un círculo cercano. Ya que muy pocos quieren ser alienados, todos tarde o temprano aprenden que es necesario ganarse el apoyo del líder. El líder agresivo no tiene necesidad de un sistema tan dadivoso. Este líder utiliza un puño de hierro, con el entendimiento tácito que el incumplimiento al aceptar y demostrar aprobación para cualquier deseo del líder terminará en una severa reprimenda y quizás inclusive expulsado de la compañía. Otra vez aquí, todos aprenden el sistema y cubren al líder con admiración (aunque algunos preparan currículums vitae y trabajan en se estrategia de salida). Líderes son empujados a creer que están trabajando bien y quizás pueden preguntar si todos están en acuerdo con la decisión. La respuesta vendrá sin sorpresa alguna. ASQ Quality Management Division, November 2012 Page 1 of 2 Originally Published – Quality Texas Foundation / Fundación de Calidad de Texas La segunda forma en la cual los líderes se convierten en Emperadores es aún más tóxica. En primer lugar, muy probablemente estaban inconscientes de sus efectos destructivos y perjudiciales. Pero los líderes en el segundo escenario reprimen cualquier idea original, innovación, o inclusive una sugestión de desafío. El preguntar “Y si…” será encontrado con total enfado por parte de éstos líderes. Otras voces no son dignas y no tienen nada que ofrecer aquí. Como resultado, éstos líderes imponen la autoridad de su propia voz y sus decisiones; los otros no importan. En efecto, los trabajadores son acobardados en este ambiente, con los mejores trabajadores buscando la puerta de salida, y con los otros que no tienen a donde salir simplemente quedándose y manteniendo un perfil bajo. Cuando la compañía vaya en caída libre y los líderes sean incapaces de culpar a sus empleados, una voz externa frecuentemente puede ser escuchada gritando: “pero no tiene ropa”, exponiendo así el liderazgo fracasado. El Dr. Denis Leonard es un miembro “senior” de la ASQ y Gerente de Calidad certificado, Auditor y Cinta Negra en Seis Sigma. Él ha sido un evaluador de los premios de Calidad de Wisconsin y de Malcolm Baldridge. Recientemente Denis coescribió el libro “Una Guía Ejecutiva para el Entendimiento y la Implementación de los Criterios del Baldrige”. Él es presidente de la consultora “Business Excellence Consulting” y puede ser contactado en [email protected] o +1.406.451.9124. El Dr. William Murphy es profesor adjunto de Mercadotecnia en la Escuela de Negocios Edwards en la Universidad de Saskatchewan. El ha desarrollado cursos de educación a distancia de Estrategia de Mercados para ejecutivos, ha enseñado a través de muchos temas de Mercadotecnia, ha sido consultor para numerosas empresas en “Business 2 Business” y mercados de consumo. También ha proveído dirección a proyectos emprendedores en mercados tradicionales y de internet. William puede ser contactado en [email protected] o +1.306.966.2769. ASQ Quality Management Division, November 2012 Page 2 of 2