906-2003 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce horas y cuarenta y seis minutos del día veintisiete de febrero de dos mil cuatro. A sus antecedentes el escrito presentado por el señor Armando de Jesús Ramírez Martínez, en atención a la prevención que le fue formulada a folios 6 y 7 del expediente del presente amparo. Examinado el aludido escrito y previo a emitir la decisión que corresponda, esta Sala estima necesario hacer las siguientes consideraciones: I.- En la interlocutoria de fecha diecisiete de diciembre de dos mil tres esta Sala advirtió – entre otros aspectos– que el señor Ramírez Martínez no reclamaba contra todas las autoridades que presuntamente adoptaron decisiones definitivas respecto a su destitución; ya que en su planteamiento no señalaba a la Sala de lo Contencioso Administrativo como demandada, aún y cuando había promovido anteriormente contra ésta el amparo con número de referencia 378-2003 en el que manifestó que dicha Sala conoció y resolvió sobre la legalidad de su destitución. Por tal circunstancia y, además, por dejar en indeterminación los sujetos que ubicaba en situación de pasividad, se le previno al actor que señalara a todas aquellas autoridades que conforme a su voluntad adoptaron decisiones en cuanto a su destitución. En respuesta al aspecto prevenido, en el escrito relacionado al inicio de este proveído el pretensor expuso que demandaba al Inspector General de la Policía Nacional Civil, al Tribunal Disciplinario de la Policía Nacional Civil y al Tribunal Especial de Apelaciones del Ministerio de Gobernación, este último por haber asumido las funciones del anterior Tribunal de Apelaciones de la Policía Nacional Civil. II.- Expuestos los anteriores datos y con el objeto de facilitar la comprensión del pronunciamiento a dictarse en el presente caso, es preciso establecer el fundamento jurídico del mismo, el cual está referido a la obligación de configurar plenamente el elemento subjetivo pasivo de la pretensión de amparo. La legitimación constituye un requisito subjetivo de la pretensión y alude a la especial condición o vinculación de uno o varios sujetos con un objeto litigioso determinado, que les habilita para comparecer o exige su comparecencia, individualmente o junto con otros, en un proceso concreto con el fin de obtener una sentencia de fondo. Dicha legitimación se ostenta en forma activa o pasiva, entendida esta última como el vínculo existente entre los sujetos pasivos de la pretensión y el objeto de la misma. Así, en el proceso de amparo la legitimación pasiva está determinada por la atribución que realiza el peticionario a una autoridad o particular de la responsabilidad por la emisión del acto que le produce un agravio, lo que habilita a este Tribunal para conocer sobre el fondo de la demanda. En efecto, en el amparo los legitimados pasivamente son aquellos sujetos que conforme a su voluntad han concurrido en la concreción de las decisiones u omisiones contra las cuales se reclama; ello con el afán de garantizarles su derecho de defensa, en atención a la responsabilidad y vinculatoriedad que puedan establecerse en el proceso en cuanto a la constitucionalidad del acto reclamado. Así, constituyendo la legitimación pasiva un requisito subjetivo de la pretensión de amparo y con el objeto de que las personas que la ostentan tengan oportunidad de ejercer su defensa, es necesario que el interesado demande a todas las autoridades que han configurado el acto impugnado de la manera señalada; pues de lo contrario la pretensión adolecería de un defecto que impediría a este Tribunal realizar el examen constitucional requerido. III.- Trasladando las anteriores nociones jurídicas al caso que nos ocupa, resulta que esta Sala desde la presentación de la demanda advirtió que la Sala de lo Contencioso Administrativo había conocido y resuelto sobre la destitución del peticionario, según lo indicado por éste en el proceso de amparo con número de referencia 378-2003; motivo por el cual –como ya se apuntó– se le indicó que no demandaba a todas las autoridades que presuntamente se pronunciaron de manera definitiva sobre su destitución y, por consiguiente, se le previno que señalara a todas las autoridades que adoptaron decisiones en dicho sentido. En relación a lo que antecede es de enfatizar que el actor en el citado proceso constitucional expuso que en el juicio número 135-R-2000, por sentencia definitiva dictada a las nueve horas del día uno de abril de dos mil tres, la Sala de lo Contencioso Administrativo declaró la legalidad de las actuaciones de los Tribunales que decidieron destituirlo. Sin embargo, el señor Ramírez Martínez en su escrito de cumplimiento de prevención se abstiene de demandar a la mencionada Sala. A partir de tal situación, se colige que el peticionario no dirige su reclamación contra una de las autoridades que en sede administrativa conoció y decidió sobre el acto impugnado, la cual posee legitimación en el caso en estudio. De tal forma, aquél no demanda a todas las autoridades que han concurrido con su voluntad, en distintos momentos y grados, en la concreción de la situación cuyo enjuiciamiento constitucional pretende. Así las cosas, la parte actora no ha conformado plenamente el elemento subjetivo pasivo de su pretensión, por lo que es dable afirmar que existe un defecto en la pretensión que impide a este Tribunal entrar a conocer el fondo del asunto planteado. Por tanto, con fundamento en lo manifestado y en el artículo 12 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE: a) Declárase improcedente la demanda de amparo presentada por el señor Armando de Jesús Ramírez Martínez; b) Tome nota la Secretaría de este Tribunal del medio técnico señalado por el actor para recibir las comunicaciones y de la persona autorizada para tal efecto; y c) Notifíquese. ---V. de AVILÉS---J. E. TENORIO---M. CLARÁ---E. DINORAH BONILLA DE AVELAR--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---J. R. VIDES---RUBRICADAS.