10 LA VANGUARDIA I N T E R N A C I O N A L LUNES, 7 MARZO 2005 En recuerdo de la matanza de Manila de los cerca de 600.000 que tenía la ciudad. Hubo “matanzas al por mayor”, como apuntó en su diario el director del colegio de San Juan de Letrán, Juan Labrador, con partidas de soldados aprovechando los descansos en los bombardeos para causar el mayor número de estragos entre la población indefensa. Así ocurrió en el club Price o en el club Alemán de Manila, dos edificios con protección de hormigón que el 10 de febrero se convirtieron en trampas fatales para quien se había refugiado allí contra los bombardeos. En el primer caso, una partida de de Tabacos de Filipinas, cuya sede central estaba en la Rambla. Eran las casas del empreENTRE FEBRERO Y ue en los compases finales de sario Carlos Pérez Rubio y del doctor Emilio la Segunda Guerra Mundial, M.ª de Moreta, las dos repletas de gente en marzo de 1945, las tropas cuando sólo faltaba por saber busca de lugares seguros. En la primera, el día 12 de febrero, muriecuándo y cómo desaparecería niponas, antes de retirarse de ron 26 del total de 40 incautos refugiados, apael Eje. Mientras los aliados inirentemente después de desposeerlos de sus ciaban la carrera hacia Berlín, la capital filipina, asesinaron bienes, y en la segunda, el día 17, murieron 35 Japón era bombardeado sin descanso desde personas (13 hombres, 13 mujeres y 9 niños; las islas de Guam y Saipán, apenas a cuatro a 50.000 civiles desarmados sobrevivieron otras 26 personas, 11, 10 y 5, horas de vuelo de los B-52, las temibles “forrespectivamente), tras separar los soldados a talezas voladoras”. Pero para dar el paso de hombres y mujeres, y arrojarles granadas de la invasión era preciso tomar antes un terrimano a los unos y bayonetear torio cercano y que pudiera y disparar a las otras. servir de base operativa, desLa masacre más rememode luego más grande que rada fue la del consulado de esas pequeñas islas arrebataEspaña, el 12 de febrero, en das a sangre y fuego. la calle Colorado, otro edifiFilipinas, así, se convirtió cio que atrajo a los japoneses en el cauce principal del por la concentración de peravance aliado hacia Tokio. sonas, muchas de las cuales Volvió a ser escenario de bahabían acudido allí pensantallas cruciales, esta vez pado que la bandera española ra expulsar a los japoneses. les protegería. Se sabe que el Fue un tarea relativamente primero en morir fue un jofácil, en buena parte gracias ven guarda que les recibió a la superioridad tecnológicon una bandera para decirca y material que ya entonles que era territorio espaces ostentaba Estados Uniñol. Pero no está claro qué dos. La marina de guerra niocurrió después, puesto que pona, de hecho, fue aniquilala única superviviente fue da en la batalla de Leyte, en una niña de 7 años, Ana Mauna lucha desigual donde ría Aguilella, a la que se le los norteamericanos disparaquedó la mente en blanco soron casi como a los patitos bre esa experiencia. Muriede las casetas de feria, y el ron entre 60 y 70 personas, avance por el territorio filipientre ellos 16 españoles, la no no tuvo complicaciones mayoría a bayoneta, el arma especiales, puesto que los predilecta de los soldados jasoldados nipones se replegaponeses. ron en general en dirección El último cobijo ante el a las montañas. avance norteamericano, InSe sabía que Manila, la catramuros, la antigua capital pital, situada en la isla de amurallada, sumó devastaLuzón, la más cercana a Jación a las muertes, que inclupón, sería un hueso más duyeron a misioneros, puesto ro de roer, con aproximadaque allí estaban los convenmente 600.000 habitantes y tos madre de las órdenes relicon cerca de 5.000 súbditos giosas. El día 18, al poco de de países aliados encerrados comenzar el acoso contra el en la Universidad de Santo recinto amurallado, un cenTomás. Pero no tenía por tenar de españoles y mestiqué salirse de la pauta; la ciuAP zos refugiados en la Univerdad no había sido fortificaPROCESO A YAMASHITA. Una joven, testigo en el juicio contra el general jefe de las tropas sidad de Santo Tomás (que da y las tropas del ejército niponas en Filipinas, enseña las quemaduras que le causaron los soldados al incendiar su casa habían salvado la vida días de tierra nipón también evaantes, tras ser devueltos vicuaron la ciudad, junto con vos de una estancia en la prisu gobierno títere, dirigido unos 30 soldados ordenó a los refugiados sión de Fuerte Santiago) recibieron nuevas de ellos murieron abrasados. Los españoles por Jose P. Laurel. concentrarse en el patio para después ameórdenes para salir. El centenar aproximado sufrieron como el resto de los habitantes, y La violencia que tuvo lugar a partir del 3 trallarlos a mansalva mientras arrojaban grade hombres mayores de 14 años, incluidos en algunas de esas masacres constituyeron la de febrero de 1945 dejó a todos con el paso nadas. Causaron alrededor de 200 muertos, los religiosos, fue conminado a abandonar el mayoría de las víctimas. Las hermanas vascambiado. La liberación sin apenas violenaunque se llegaron a cifrar en 278 al poco de recinto en dos filas y después los que cabían cas Rosario y Josefina Gárriz, por ejemplo, cia de los occidentales concentrados en el acabar la batalla. El club Alemán sufrió la fueron obligados a entrar en dos refugios junperdieron a maridos e hijos en el club Price, campus del barrio España de esa universimayor masacre de toda la batalla, porque en to al antiguo palacio del Gobernador, uno caa cuatro primos y la cuñada en el club Aledad, la más antigua de Asia, fue un éxito los aproximadamente 4.000 metros cuadrasi exclusivo para los misioneros, mientras mán, y a un primo más, Laurentino, sin sacompleto. Pero desencadenó unas expectatidos, con un edificio de dos plantas, se calcuque el resto siguió andando. Todos sufrieron berse bien si la culpabilidad recaía en la mevas excesivas y el general MacArthur proclala que estaban concentradas unas 800 persoel mismo destino tras ser encerrados e impetralla de una bomba norteamericana o en el mó inmediatamente, el 6 de febrero, que la nas, de las que sólo sobrevivieron cinco. La didos sus movimientos; en el caso de los entiro de un soldado japonés: en el listado consciudad había caído a las 6 y media de esa partida de soldados asesinos fue menor, apeclaustrados en el refugio, los ametrallaron y ta “procedencia dudosa”. misma mañana. nas una decena, pero utilizaron materiales les arrojaron granadas de mano por los tuLas víctimas más numerosas, sin embarNo era cierto. La vanagloria desbordante inflamables para prender las partes combusbos de la ventilación y los demás, tras ser atago, se produjeron en las residencias de dos de ese general le llevó a dedicar más tiempo tibles del edificio con la gente dentro, tirodos de manos, fueron ametrallados. Los hupersonajes de la comunidad española, ama pensar cómo ufanarse (en un desfile plateando a los que intentaban salir: la mayoría bo con suerte y salieron ilesos, pero sólo sabos relacionados con la Compañía General neado para esa misma tarde) que en sopesar lió un misionero vivo de todo el grupo, el palos desafíos pendientes. Porque, desde Tolentino Bernardino de Celis. kio, el Ministerio de la Marina nipón le ordeEl destino de las joyas arquitectónicas esnó al comandante Iwabuchi Sanji (el apellipañolas fue parejo al de las personas, aun do antes del nombre) evitar, con los cerca de cuando la conciencia de preservarlas ya ha15.000 efectivos a su cargo, que la ciudad y bía llevado al gobierno filipino a promulgar su excelente puerto natural pudieran ser utiCon el fin de la lucha, Manila empezó de utilizar la lengua española por la calle, medidas para su protección. Las paredes de lizados en el ataque final a Japón. Esta oruna nueva etapa, habiendo de reinven- tal como había ocurrido hasta entonces en sus edificios recibieron la mayor proporción den, uno de los muchos ejemplos de la rivalitarse, literalmente, desde sus mismos ci- Ermita y Malate, meca de los hispanistas de impactos de la guerra del Pacífico, en pardad interna entre marina y ejército de esos mientos. Su parte de identidad hispana frente a los llamados sajonistas, donde los te porque los soldados japoneses también utiaños, fue mucho más que un contratiempo. fue una de las más perjudicadas. Los resi- censos de 1939 indican que un tercio de lizaron por primera vez cohetes para defenEl avance de los soldados de MacArthur dentes españoles disminuyeron drástica- sus moradores eran hispanohablantes, alderse. Además, hubo varias fases, porque si pasó a ser fieramente resistido por unos solmente su número. De los cerca de 2.000 go excepcional cuando la media del país las primeras dos semanas fueron relativadados que, sin escapatoria, no sólo empleaespañoles (con cédula de nacionalidad) era el 2,7%. En la posguerra, los hispanohamente tranquilas, a partir del día 18 los ataron la arquitectura centenaria del periodo esprevios a la guerra, 238 de ellos murieron blantes ya no tuvieron barrios donde se ques se intensificaron para preparar la incurpañol como su mejor escudo, sino que, en (cerca de cincuenta religiosos, otras tantas concentraban y el idioma quedó reducido sión, culminando en el bombardeo masivo demasiados casos, utilizaron a los residentes mujeres y alrededor de 250 heridos) y po- al ámbito de lo familiar y de los círculos de del día 23, el día del ataque. civiles como su moneda de cambio final; mocos meses después, otros 300 regresaron amigos más íntimos. Filipinas, así, perdió Dentro del recinto amurallado, además, rirían matando. El final de los combates, así, tardó en llegar definitivamente a España, algunos con esa hispanidad que en la primera parte del los bazokas, cuyos proyectiles tienen un efecun mes y en ese lapso de tiempo Manila se una mano delante y otra detrás. siglo XX le había valido para compensar to máximo sobre las paredes de ladrillos y convirtió en la versión urbana de la estrategia Además, también desaparecieron mu- la influencia estadounidense, en un curiohormigón, fueron una de las armas preferide tierra quemada utilizada años antes por chos otros miles de mestizos de origen his- so ejemplo de identidad colonial devenida das. Aun así, las paredes del último reducto Stalin, incluso en el coste humano, porque la panizado que sentían una doble lealtad, en uso anticolonial, y abrazó con pasión al nipón, el edificio de Hacienda, se resistieron cifra de muertes civiles se calcula en 50.000, tanto hacia su país de origen como al lugar país que le había librado del yugo japonés. a caer, a pesar de que los norteamericanos donde vivían. Pero la fisonomía de Mani- Ahora, las tornas han cambiado, pero lo concentraron en ese baluarte la experiencia FLORENTINO RODAO, profesor de la facultad la también cambió radicalmente, y no só- español ya no es sino parte de la historia de los días anteriores. Acabó todo el 3 de de Ciencias de la Información de la Universidad lo por los restos centenarios desaparecidos en Filipinas. Ocurrió a partir de esta batamarzo de 1945; entre la primera incursión Complutense y autor de Franco y el imperio de forma definitiva. Se dejó para siempre lla, y no desde 1898. en Santo Tomás y la limpieza del último bajaponés (Plaza & Janes, 2002) luarte había pasado un mes entero.c FLORENTINO RODAO F El fin de la huella hispana