FAMILIA: ¿CÓMO MEJORAR LAS RELACIONES FRATERNAS? Las relaciones que mantienen los hermanos entre sí, no sólo es distinta de la que mantienen con sus padres u otros familiares; también es diferente a la que mantienen con los amigos. Vamos a enumerar alguna de las ventajas que supone una relación positiva entre hermanos: 1. Favorece la socialización porque aprenden a resolver conflictos y a negociar. 2. Facilita que sean favorablemente aceptados por otros grupos sociales porque han aprendido a compartir y son personas comprometidas. 3. Les enseña a defender adecuadamente sus derechos. 4. Facilita aprendizajes, ya que, si no hay mucha diferencia de edad, las explicaciones del hermano mayor suelen resultar más fáciles de entender que las de un adulto. 5. Los hermanos mayores proporcionan modelos de comportamiento más cercanos a los pequeños, que además sienten gran admiración por él. 6. La autoestima y seguridad se ven beneficiados porque se sienten valorados y respaldados. Aunque en ocasiones los hermanos se apoyan entre sí adoptando posturas enfrentadas a otros grupos de hermanos e incluso a los padres. 7. Se crean fuertes lazos afectivos entre hermanos, sobre todo cuando son del mismo sexo y la diferencia de edad es corta, ya que suele favorecer la intimidad y confianza entre ellos. Las relaciones entre hermanos no son siempre iguales, pero son más duraderas que las amistosas, porque, ante un conflicto, los amigos pueden separarse, pero la estructura familiar garantiza las relaciones fraternas. Las relaciones entre hermanos pueden dan lugar a no pocos enfrentamientos que suelen ser más frecuentes cuando la diferencia de edad es poca. Mientras que entre amigos las conductas negativas y agresivas se dan cuando son del mismo sexo, en el caso de hermanos también se dan cuando son de distinto sexo. Los celos, por ejemplo, pueden ser la causa de numerosas peleas. ¿QUÉ PODEMOS HACER LOS PADRES PARA FAVORECER LAS RELACIONES FRATERNAS? 1. Respetar y potenciar la individualidad de cada hijo. No hay que cortar a todos por el mismo patrón. Aunque las normas, las oportunidades o los valores a transmitir sean los mismos para todos, no debemos exigir a un hijo en función de las cualidades o aptitudes de otro. Tampoco hay que tratar a todos igual si son diferentes en edad, carácter, actitud de cooperación,… Por ejemplo, para dos hermanos la hora límite de llegar a casa puede ser distinta si la edad también lo es, o hay hijos que no paran en casa y se les debe pedir más colaboración en las tareas del hogar, y otros a los que hay que animar a salir y relacionarse. 2. Evitar comparaciones, porque uno de los hermanos puede salir perjudicado, y además de dañar su autoestima, podemos enfrentar a ambos en una competición. 3. No mostrar preferencias. No guardar toda la aprobación o privilegios para el primogénito, ni la atención o mimos sólo para el más pequeño, la única niña entre varios varones (o viceversa). Sólo generaríamos sentimientos de rivalidad y celos. 4. Aunque valoremos el instinto protector o de tutela del mayor sobre los pequeños, no debemos cargarle de responsabilidades que nos corresponden a los padres y que para él serían excesivas. Tampoco debemos dejar que se sobrepase y abuse del poder o autoridad que puede tener sobre sus hermanos. 5. Dar a cada hijo un lugar y papel que cumplir en la familia. Con mucha frecuencia el hijo mediano se ve desposeído de las ventajas de ser el mayor (privilegio, prestigio), o de ser el pequeño (más atención y menos obligaciones), y se vuelve rebelde para manifestar su rencor o simplemente para distanciarse de los otros hermanos y diferenciarse de ellos: “crea su propio lugar”. Por eso es muy importante mostrarle que tenemos también “un tiempo sólo para él”, reforzarle y alabarle por sus éxitos. 6. La intervención de los padres en los conflictos puede ser necesaria, pero no siempre es obligada ni suficiente. Además de hacerles indicaciones para que se controlen y dialoguen para llegar a solucionar el problema entre ellos, los padres deberían buscar cual es la causa del enfrentamiento y ponerle remedio. Si tienes cualquier duda puedes ponerte en contacto con el Departamento de Orientación del Colegio [email protected] Fuente: Instituto Madrileño de Formación y Estudios Familiares (IMFEF) Mª Dolores Moriche del Águila. Dpto. Orientación. Colegio Seminario Inmaculada y San Dámaso