COMIENDO BARCA

Anuncio
3
B L A N C A P O N S - S O RO L L A
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
COMIENDO
EN LA
BARCA
COMIENDO EN LA BARCA
JOAQUÍN SOROLLA
COMIENDO
EN LA
BARCA
B lanca P on s - Sorolla
CONSEJO GENERAL
DEL CONSORCIO DE MUSEOS
DE LA COMUNIDAD VALENCIANA
Presidente de honor
M. Hble. Sr. Alberto Fabra Part
INSTITUCIÓN JOAQUÍN SOROLLA
DE INVESTIGACIÓN Y ESTUDIOS
Presidente de la Comisión Científica
Ilmo. Sr. Rafael Ripoll Navarro
SECRETARIO AUTONÓMICO DE CULTURA
PRESIDENTE DE LA GENERALITAT
Y DEPORTE
Presidenta
Hble. Sra. Lola Johnson Sastre
Vocales
Felipe V. Garín Llombart
M. Isabel Justo Fernández
Francisco Javier Pérez Rojas
Blanca Pons-Sorolla
Facundo Tomás Ferré
CONSELLERA DE TURISMO,
CULTURA Y DEPORTE
Vicepresidentes
Excma. Sra. Rita Barberá Nolla
ALCALDESA DE VALENCIA
Excma. Sra. Luisa Pastor Lillo
PRESIDENTA DE LA DIPUTACIÓN
PROVINCIAL DE ALICANTE
Excmo. Sr. Juan Alfonso Bataller Vicent
ALCALDE DE CASTELLÓN DE LA PLANA
Presidente de la Comisión Cientifico/artística
Ilm. Sr. Rafael Ripoll Navarro
SECRETARIO AUTONÓMICO DE CULTURA
Y DEPORTE
Vocales
Excma. Sra. Sonia Castedo Ramos
ALCALDESA DE ALICANTE
Excmo. Sr. Javier Moliner Gargallo
PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN
PROVINCIAL DE CASTELLÓN
Excmo. Sr. Alfonso Rus Terol
PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN
Secretario
Nicolás S. Bugeda
ESTE LIBRO SE PUBLICA CON
MOTIVO DE LA INAUGURACIÓN
DE LA EXPOSICIÓN HOMÓNIMA.
Organización, Coordinación técnica y
Comisariado
Institución Joaquín Sorolla
de Investigación y Estudios
Transporte y montaje
Art i Clar
Sit
Diseño gráfico
Tassen Estudio
PUBLICACIÓN
Coordinación
Gema Ibáñez Barberán
Textos
Blanca Pons-Sorolla
Revisión
Isabel Justo
Facundo Tomás
Traducción valenciana
SERVICIO DE ASESORAMIENTO
LINGÜÍSTICO Y TRADUCCIÓN
Iluminación
Jesús María Martínez Manuel
Traducción inglesa
Amanda Nolen
Rotulación
Magentia Projectes Gràfics
Diseño y maquetación
Tassen Estudio
CENTRO DEL CARMEN
Carpintería y pintura
Sebastián López Valero
Directora General de Patrimonio
Cultural
Ilma. Sra. Marta Alonso Rodríguez
Seguros
Correduría de Seguros Olmos
Axa
Impresión
LaImprenta CG
.....................................
Miembros de Honor
Mitchell A. Codding
Victoriano Lorente Sorolla
Jefa de Área de Patrimonio
Cultural Valenciano
Sra. D.ª Carmen Iborra Juan
Jefa de Servicio de Bellas Artes
y Bienes Museísticos
Sra. D.ª Susana Vilaplana Sanchis
Agradecimientos
Bancaja
Museo de la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando
Galleria D’Arte Moderna di Udine
Gavin Graham
María Marsans
Musée d’Orsay
Museo de Bellas Artes de Asturias
Museo Sorolla
.....................................
PROVINCIAL DE VALENCIA
Ilm. Sr. Vicente Ferrero Molina
REPRESENTANTE DEL CONSELL
VALENCIÀ DE CULTURA
Secretaria
Ilm. Sr. Alida Mas Taberner
SUBSECRETARIA DE LA CONSELLERIA
DE TURISMO, CULTURA Y DEPORTE
ISBN: 978-84-482-5674-6
Depósito Legal: V-3391-2011
© De los textos: los autores
© De las imágenes: los propietarios y/o
depositarios
Brooklyn Museum of Art
Cincinnati Art Museum
Colección Bancaja
Colección Pedro Masaveu
Galleria D’Arte Moderna di Udine
Galería Lorenart
Musée d’Orsay
Museo de Bellas Artes de Asturias
Museo Sorolla
© De la presente edición:
Institución Joaquín Sorolla de
Investigación y Estudios, 2011
Comiendo en la barca (det.), 1898
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
ÍNDICE
19
COMIENDO EN LA BARCA. JOAQUÍN SOROLLA
71
CATÁLOGO
79
ESTUDIOS PREPARATORIOS
86
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Y EXPOSICIONES CITADAS.
89
139
Comiendo en la barca, 1898
Madrid, Museo Sorolla, nº inv. 10187.
VERSIÓN VALENCIANA
VERSIÓN INGLESA
P
ocos nombres como el del genial artista
Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 1863-
Cercedilla, 1923) despiertan en el panorama
internacional del arte una admiración tan unánime
y tan prolongada en el tiempo.
La repercusión y alcance universal de su
temática, junto a la expresión y dominio de una
técnica a todas luces única y siempre dispuesta
a sorprendernos, son, sin duda, algunas de las
razones que mejor explican esa admiración. En
su tierra, Valencia, la identificación con la obra
de Sorolla es aún más intensa, por razones obvias
que tienen mucho que ver con la pertenencia a
una sociedad orgullosa de sus raíces culturales,
identitarias y vivenciales.
La Generalitat ha hecho suyo el compromiso de
dar la máxima difusión y proyección social a los
valores, tanto artísticos como representativos, del
pintor que mejor supo llevar al lienzo la luz y el
ambiente mediterráneos. En ese sentido, la recientemente creada Institución Joaquín Sorolla
de Investigación y Estudios, cuya breve trayecto-
consiguen que uno de los cometidos esenciales de
ria no está exenta de importantes logros, pone a
la Institución, esto es, mostrar obras de Sorolla de
disposición de valencianos y visitantes una obra
difícil exhibición en Valencia, se lleve a cabo de
ciertamente magistral: Comiendo en la barca, un
manera satisfactoria.
óleo pintado en Valencia en 1898, en el contexto
de una etapa prolífica en la producción del artista
y muy centrada específicamente en la plasmación
de nuestro litoral.
Animo por todo ello a participar y disfrutar de
esta nueva muestra de la actividad de la Institución
Joaquín Sorolla de Investigación y Estudios,
una entidad que como los restantes organismos
La escena tratada, que parte de un hecho tan co-
culturales dependientes de la Generalitat trabaja
tidiano como el descanso que unos pescadores se
para difundir la riqueza patrimonial de nuestra
toman para comer en su humilde barca, refleja,
Comunitat y la obra de nuestros artistas más
con serenidad pero a la vez con una grandeza que
destacados, proyectando así con fuerza hacia todo
va más allá de la crítica social, la sobriedad y las
el mundo el nombre de Valencia y el de nuestra
duras condiciones de vida de los valencianos de
Comunitat.
la mar. Todo en esta obra, temática, composición
y colorido “deslumbran” por igual –y no es una
metáfora-, haciéndonos más patente y sobre todo
ALBERTO FABRA PART
más comprensible la soltura de recursos, el domi-
President de la Generalitat
nio técnico y el modo de concebir la pintura que
hicieron célebre en su momento, y siguen haciéndolo aún a día de hoy, al maestro.
Acompañando a esta excepcional obra, cuya rápida adquisición supuso en su tiempo todo un
récord por cuanto a la suma más elevada pagada
hasta la fecha a un autor vivo, otras dos pinturas,
procedentes de colecciones privadas y relacionadas cronológica y temáticamente con la expuesta,
en la barca: El santo del patrón. Este conjunto de
obras destaca no sólo como ejemplo de la maestría
y oficio de Sorolla sino también como momento
cumbre de su madurez creativa. Comiendo en la barca
es el último de un conjunto de cuadros cuya escena
se desarrolla en la cubierta de una embarcación de
pesca. Es una obra cumbre dentro de su género, que
D
espués de las exposiciones “Elena Sorolla en
la playa” y “Familia de Estanislao Granzow”,
participó en la Exposición General de Bellas Artes
de Madrid de 1899.
la Institución Joaquín Sorolla de Investigación y
Con esta tercera exposición, la Institución Joaquín
Estudios presenta en su sala del Centro del Carmen
Sorolla de Investigación y Estudios continúa inves-
una muestra dedicada a la obra Comiendo en la barca
tigando sobre obras poco conocidas, inéditas o de
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando,
especial interés pintadas por Joaquín Sorolla o los
acompañada de dos estudios particulares del mismo
artistas de su entorno para exponerlas y darlas a co-
tema: el óleo Mondando patatas y el gouache El
nocer al público valenciano en la sala destinada a sus
santo del patrón.
exposiciones en el Centro del Carmen.
Cuando Joaquín Sorolla pintó Comiendo en la barca
Con el apoyo del Consorcio de museos de la Comu-
en 1898 llevaba ocho años trabajando a la orilla del
nitat Valenciana, la Institución Joaquín Sorolla de
Mediterráneo. Su mayor preocupación de entonces
Investigación y Estudios está contribuyendo a difun-
era conseguir trasladar al lienzo la actividad de los
dir la vida y la obra de uno de nuestros más desta-
pescadores, junto con el reflejo de la luz del día en
cados pintores, pero su labor investigadora también
el mar. Dentro de este conjunto de obras pintadas
supone una importante aportación a la difusión y el
directamente en la playa y que reflejan la actividad
conocimiento de la historia del arte valenciano.
marinera y pesquera de la Valencia del siglo XIX,
también destaca el óleo Mondando patatas, firmado
en 1891. Junto a estos dos lienzos se expone uno de los
LOLA JOHNSON
trece estudios y cuadros relacionados con Comiendo
Consellera de Turismo, Cultura y Deporte
COMIENDO
EN LA
BARCA
B lanca P on s -Sorolla
Para Sorolla, desde sus comienzos como pintor, la
obsesión por reproducir en sus lienzos el mar de la
forma más veraz y sutil posible fue una constante
hasta el final de sus días. Cuando decidió pintar
Comiendo en la barca [cat. I] llevaba ya ocho años
trabajando al aire libre, a la orilla del mar Mediterráneo, bajo el duro sol y con la luz sin igual de
su tierra, llevando a sus lienzos aquello que desde
niño le había fascinado, la vida del trabajo de los
pescadores, con sus alegrías y sinsabores, pero tan
estético, tan bello, con tanto carácter y con tantos
contrastes. Y decide hacerlo de un modo muy personal, como hasta entonces nadie lo había hecho:
19
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
iba a trasladar a sus lienzos aquella hermosa reali-
altas del lienzo a las que no alcanzaba con los
dad y el goce que le producía contemplarla.
largos pinceles que en estos casos utilizaba. A ese
Para ello Sorolla trasladaría a la playa su caballete
y sus lienzos y allí pasaría gran parte de la jornada
plasmando en ellos las escenas que tanto le gustaban y que iluminaría con la luz de las diferentes
horas, desdoblada en incesantes coloraciones. Y
del mismo modo que los pescadores solían comer
en sus barcas en alta mar o cuando estaban varadas
en la arena, a nuestro pintor le llevarían la comida
a la playa para que no perdiera el tiempo, ni des-
modo de trabajar sin parar quieto un momento se
refería Pérez de Ayala en años muy posteriores a la
ejecución de esta obra:
No paraba jamás. Estaba transido por una fiebre
ligera, casi enajenado, como si le poseyese una
divinidad activa y favorable. Se echaba de ver la
alta tensión de su sistema vascular y nervioso.
Era como una cuerda sonora estirada hasta el
límite agudo de su elasticidad. Delineaba unos
perdiciara la ocasión de contemplar un nuevo efec-
trozos de dibujo; poníase en pie; paseábase con
to de luz que igual nunca se volvería a repetir. Ese
agitación; tornaba al trabajo; mascaba sin cesar
modo de “pintar con los ojos” aquello que nunca
un largo cigarro; hablaba con nerviosidad, con-
podría reproducir, por lo efímero, era de las cosas
tinuamente, en una versátil mudanza de uno a
que más le hacían disfrutar, tal y como refiere en
otro asunto, los más inesperados, formulando
sus cartas1.
acerca de todo opiniones sucintas, en frases que
Sorolla en la playa pintaba siempre de pie,
mejante, en el orden de la expresión oral, a sus
acercándose a tocar el lienzo con sus pinceles
menudas impresiones pictóricas, que yo había
cargados de pintura y alejándose para ver el efecto
anteriormente comparado con los “hai-kais”
conseguido, y en las obras de grandes formatos
(Pérez de Ayala 1923).
eran una imagen sobre manera plástica y leve, se-
como Comiendo en la barca, añadía a ese continuo
vaivén un subir y bajar los peldaños de la pequeña
También Sorolla en las cartas a su mujer le comen-
escalera de madera, desde la que pintaba las zonas
taba lo cansado de esta forma de trabajar:
…ayer tarde que empecé oficialmente mi cuadro,
1
En dos cartas de Joaquín a Clotilde, escritas probablemente el 26 y
27 de marzo de 1918, desde Sevilla (cfr. Lorente; Pons-Sorolla; Moya
2008, cartas nº 440 y 441).
20
hija mía, lo que sudé, subir y bajar la escalera
21
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
Escribía Sorolla a su mujer en noviembre de 1907:
cada vez que debo dar una pincelada me dejó
desecho, así que rabio si no trabajo, y trabajo reventándome, ¿es la vejez? Pero doy por bien em-
Querida Clotilde. Estoy ya en esta desde las 4 de la
pleado el cansancio al tedio forzoso de hoy (7 de
tarde, y he gozado mucho con el espléndido espec-
noviembre de 1914; cfr. Lorente; Pons-Sorolla;
táculo de tanta luz y color. El día tibio y agradable
Moya, carta nº 226).
contribuye; no he desperdiciado un momento
viendo cosas bonitas: ¡el agua era de un azul tan
Para pintar en la playa obras de gran tamaño,
fino! y la vibración de luz era una locura. He pre-
Sorolla debía pedir las autorizaciones pertinentes
senciado el regreso de la pesca: las hermosas velas,
que le permitían delimitar su lugar de trabajo
los grupos de pescadores, las luces de mil colores
instalando ligeros biombos de tela que alejaban
reflejándose en el mar, la picante conversación de
muchos de mis viejos modelos, me proporciona-
algo a curiosos y chiquillos, evitando de ese modo
ron un rato difícil de olvidar.2
que le salpicasen de arena lo que estaba pintando.
También le permitían levantar casetas de madera
Es verdad que la labor de la pesca era muy dura, y
donde guardaba sus utensilios de trabajo para no
tenerlos que trasladar diariamente.
desagradecida la mayor parte de las veces, que ese
Ese mar, esa luz, ese sol, ese ambiente salobre les
había modo de desengancharse de la atracción que
rudo trabajo nunca les sacaría de pobres, pero no
mantenía hechizados a ambos, a nuestro pintor y
les producía su mar.
a los pescadores. Lo mismo les ocurría a los niños y
Algo parecido le ocurría a nuestro pintor, había es-
a los viejos que no iban en la barca a las labores de
cogido una profesión y sobre todo un modo de rea-
la pesca, pero que esperaban en la playa, los prime-
lizar su trabajo que era difícil de compaginar con
ros jugando y zambulléndose en ese bendito mar
una familia, con una vida cómoda y confortable;
que les hacía menos larga la espera y los últimos,
pintar al aire libre era estar condicionado a lo que
conversando, solazándose, curtiéndose aún más
él no podía controlar, estaba a expensas de los cam-
con ese sol y ayudando en lo que podían a los más
bios de tiempo, era una lucha continua, igual que
jóvenes, mientras les adiestraban con sus consejos
y experiencias o les distraían con viejas y picantes
historias de sus años mozos.
22
2
Esos viejos modelos a los que Sorolla se refiere no eran otros que los
pescadores que había llevado a sus cuadros; cfr. Pons-Sorolla; Lorente
2009, carta nº 205.
23
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
les ocurría a los pescadores en la mar. Pero sobre to-
Ya terminó el día, todo lo envuelve un tono roji-
dos los inconvenientes que pudiera tener, pintar así
zo, señal evidente que continuará el tiempo apo-
le hacía el hombre más feliz del mundo, le permitía
nentat, que sufrimos desde mi llegada y que no
disfrutar de la naturaleza hasta unos límites insos-
arreciando mucho se hace uno a él, por más que
pechados. Decía en otra de sus cartas:
no sea agradable…
No he podido trabajar en lo empezado ayer (por
He tenido mala mañana, solo he podido pintar 2
no tener el sol limpio) pero he empezado otro
horas, el viento horrible que hacía, y frío por ser
cuadro, y van 21, de una barca en el mar que será
poniente, me tiró el cuadro, que he podido pi-
bonito así que estoy contento, pues son sesiones
llar en el aire sin que afortunadamente se borrase
bien aprovechadas; tengo un hambre por pintar
nada. De todos modos no he perdido el tiempo
como nunca he sentido, me lo trago, me desbor-
por haber casi terminado el mar que era muy
do, es ya una locura.
hermoso, no hay pues motivo de queja, nunca
peor; ahora sólo falta que la tarde no sea igual en
cuyo caso nada podría hacer en la orilla del mar
(3 al 4 de diciembre de 1907; cfr. Pons-Sorolla;
Lorente 2009, carta nº 215).
Y de nuevo unos días después, en una carta “por entregas”, le explicaba de nuevo a su mujer:
Es natural, hace muchos años que no he tenido
un estado tan perfecto de salud, ni un equilibrio
tan completo, además no me ocupo de nada más
que de esto; hago una vida higiénica y tengo el
rato delicioso este en que leo vuestras cartas y
que las escribo para vosotros, soy pues muy feliz,
y lo seré más el día que lleguéis.
Claro está que si hoy hubiera sufrido tanto como
Querida Clotilde, el día termina muchísimo peor
el domingo no diría esto, pero un día mediano,
que empezó, esta tarde ha sido insoportable, 2
una hora feliz compensa muchos malos ratos (8
hombres me tenían el cuadro a la orilla del mar,
al 9 de diciembre de 1907; cfr. Pons-Sorolla; Lo-
he tenido que suspender el trabajo, rabioso y do-
rente 2009, carta nº 220).
lorido; es un viento sucio, frío y polvoriento que
pone los nervios de punta, todo está envuelto en
una atmósfera gris sucia, mascar tierra, o arena;
de continuar esto yo no se qué voy a hacer…
24
25
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
Los temas de mar y playa antes de Comiendo en
la barca.
Antes de 1891 las incursiones de Sorolla en temas de
mar se habían limitado a unos ligeros apuntes o notas de color tomados en sus interminables paseos por
la playa o por el puerto. También de sus inicios hay
una serie de referencias a través de un conjunto de
“marinas”3 muy al gusto del momento y claramente
inspiradas, si no copiadas, de artistas especializados
en el género, entre los que destacaba en ese momento, Rafael Monleón y Torres, valenciano como él
(cfr. Díez 2009, 21). Éstas y algunas tablitas con ligeros apuntes, fueron sus inicios como pintor de mar,
1. El día feliz, 1892. Galleria D’Arte Moderna di Udine (Italia).
nada que ver con su personalísima e inconfundible
forma de tratarlo diez años después.
Las primeras obras personales de Sorolla
relacionadas directa o indirectamente con el
3
4
Sorolla presentó tres marinas en la exposición Nacional de Madrid de
1881, que pasaron totalmente desapercibidas y que diferentes autores
sostienen infundadamente que fueron destruidas por el pintor. Existen tres marinas de medidas similares, una en el Museo Sorolla (nº inv.
01342) y dos en colecciones particulares; una de estas últimas conserva
una etiqueta de la Exposición Nacional de 1881 que acredita su participación en la muestra. Se conservan cinco obras más de las mismas
características y momento, como la que se guarda el Museo de Bellas
Artes de Valencia (Marina. Puerto de Valencia, ha. 1882, nº de inv. 895)
de menor formato.
Para Rafael Doménech El día feliz fue el primer cuadro de Sorolla que
le produjo “una sensación de cosa clásica”. Para él, “el artista griego no se
preocupó más que de expresar aquello que él amaba y era el encanto de
sus ojos” y Sorolla a partir de este momento no tendría otro ideal que
“llevar a sus lienzos las formas típicas de la gente de mar, de los pescadores y de los niños criados en las playas levantinas; las barcas, los toros,
el ambiente salobre y la luz intensa descompuesta en mil tonalidades
distintas cambiando a cada momento”... Y concluye que ese ideal no irá
“más allá de la forma, la luz y el ambiente” (Doménech 1910, pp. XIXXX).
mar y pintadas delante de él, en la playa, fueron
26
27
creadas a partir de 1892. De esa fecha es El día
feliz4, [il. 1] un cuadro de género, de antiguas
costumbres, en el que una niñita vestida de
primera comunión recibe la bendición de su
abuelo en uno de los barracones de la playa del
Cabañal de Valencia. La escena se ilumina por
los rayos que se filtran a través de los resquicios
de las tablas de madera de las paredes y por la luz
que penetra a través de la puerta abierta sobre la
playa en un día resplandeciente, adivinándose al
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
La vuelta de la pesca, y por otro lado era más fácil
percatarse de una proximidad mayor a la fecha del
cuadro de la vuelta de la pesca que al de la comida
de los pescadores, lo que ayudaba a mantener la
fecha de ejecución de Mondando patatas cercana
a la datación puesta por el artista. Estos primeros
estudios de mar estuvieron siempre relacionados
con el mundo del trabajo de los pescadores.
Es a partir de este momento cuando Sorolla se
entrega con entusiasmo a pintar en la playa obras
que en unos casos resultan ser la disculpa para lle-
2. La vuelta de la pesca, 1894. París, Musée d´Orsay.
var a cabo esplendorosos y complicados estudios
de mar como La vuelta de la pesca, y en otros,
asuntos relacionados con el mar como ¡Aún dicen
fondo el mar. También debió ser de estas fechas
que el pescado es caro!6, pero en los que el mar en sí
un delicioso cuadro de pequeño tamaño, pero de
no está representado. Esto ocurre también en otro
gran calidad, firmado en 1891, que por el avance
lienzo excepcional de 1896, Cosiendo la vela, en
que supone en su obra ha hecho pensar en más de
el que el artista interpreta una alegre y luminosa
una ocasión que era de datación muy posterior a
escena de trabajo en el patio de una de las casi-
la que aparece junto a la firma, algo que por otro
tas de pescadores de la playa del Cabañal. De este
lado no sería muy extraño conociendo al pintor.
momento y pintado en el mismo escenario es la
El cuadro al que me refiero, Mondando patatas, se
deliciosa obra Las redes [il. 3], que de algún modo
pudo contemplar y comparar con La vuelta de la
es un avance del cuadro Cosiendo la vela, un caso
pesca [il. 2] y Comiendo en la barca en una misma
exposición5 y a poca distancia el uno de los otros.
Al estudiarlos se podía entender perfectamente
grande una escena tan complicada de mar como
Figuraron en la exposición Joaquín Sorolla. 1863-1923, Madrid, 2009,
en el Museo del Prado. Mondando patatas, cat. nº 13, La vuelta de la
pesca, cat. nº 16 y Comiendo en la barca, cat. nº 21.
Esta obra de denuncia, de asunto social, es también la disculpa para realizar un magistral estudio de luz y ambiente del sollado de una barca de
pesca.
28
29
5
cómo había sido necesario pintar esa obra antes de
llegar a afrontar la osadía de llevar a un lienzo tan
6
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
como “del costumbrismo a la vida cotidiana”;
en efecto, los cuadros iniciales que se enmarcaban en el género costumbrista fueron cambiando por otros en los que el motivo dejaba
de ser “la costumbre típica” para convertirse en
un estudio de la cotidianidad del pueblo, a veces en la casa o el descanso y la mayoría de las
ocasiones en el trabajo. Paralelamente el color
iría cobrando cada vez mayor autonomía o, si se
prefiere expresar así, dejaría de ser un servidor
del asunto para devenir la sustancia en la que
el tema se encarnaba; puede observarse la evolución en las escenas campesinas, pero las que
3. Las redes, 1893. Colección particular.
adquirían un protagonismo de primer plano serían las de la vida y el trabajo de los pescadores
del Cabañal. (…) finalmente estaba pintando al
similar de Mondando patatas respecto a La vuelta
pueblo en su vida cotidiana, ello unido a la ex-
de la pesca y Comiendo en la barca.
plosión de un cromatismo que ya entonces era
Este cambio en el modo de presentar los asuntos
que hasta entonces se habían tratado con la distancia y “lo falso” de lo típico, lo expresan de forma
breve y acertada Garín y Tomás, cambiando el término de “escena costumbrista” por el de la representación de “la vida cotidiana”, con el importante
y novedoso avance que ello supone respecto de lo
que hasta entonces se había venido haciendo:
En los años noventa es observable una rápida
evolución que parece oportuno caracterizar
30
desconocido y novedoso, de un brillo de los colores que le mereció el apelativo de “luminista”
(Tomás; Garín 2007, 25).
Además de estos importantes cuadros que presenta en los salones y exposiciones de primer orden,
trabaja en otros de formato más contenido cuyos
asuntos siguen estando relacionados con los pescadores y el trabajo en el mar, obras que suele presentar en exposiciones más o menos importantes
y que tienen muy buena acogida entre el público.
En unos casos el mar es el absoluto protagonista,
31
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
como ocurre con Pescadores valencianos7 [il. 4] de
1895, o en menor medida, en Niño durmiendo en
una barca8 de 1896. En otros es la arena dorada de
la playa la que centra la escena, como en Cordeleros.
Playa de Valencia9 [il. 5] de 1893, Constructores de
barcos10 de 1895 o Recogiendo las redes11 de 1896.
A partir de estas fechas las playas de Sorolla se
irán poblando de pescadoras con sus cestos, niños
jugando a la orilla del mar o bañándose mientras
sus padres trabajaban, de barcas que regresan del
mar o parten con sus velas desplegadas, bueyes que
arrastran las embarcaciones que arriban o parten,
en esa visión arcádica de la playa de Valencia. Aun-
4. Pescadores valencianos, 1895. Colección particular.
que hasta entonces, el mundo de la playa de Sorolla
seguía girando, fundamentalmente, en torno a la
pesca.
El éxito de estas obras tanto en los certámenes
como entre el público, fue indiscutible y respon-
Pescadores valencianos sí fue presentado en una exposición de primer
orden, en la Internacional de Berlín de 1896 recibió una medalla de
oro.
8 Este cuadro figuró en el Salón Artal de Buenos Aires de 1899.
9 Sorolla presentó esta obra en la Exposición Bienal del Círculo de
Bellas Artes de Madrid de 1894.
10 Constructores de barcos participó en la I Bienal Internacional de
Venecia de 1895.
11 Pescadores recogiendo las redes fue presentado al Salón de la Société
des artistes français, París 1899, a continuación en sus exposiciones
individuales de París, 1906, Berlín 1907 y Londres 1908, y por último en la Exposición Internacional de Roma de 1911, donde fue
adquirido en 1.000 liras para la Galleria Nazionale d’Arte Moderna
de Roma.
7
32
5. Cordeleros. Playa de Valencia, 1893. Galería Lorenart.
33
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
dió en parte al estudio concienzudo que el artista
realizó investigando lo que se estaba presentando
en los salones más avanzados a los que acude continuamente no sólo para presentar sus obras sino
también para tomar el pulso de lo que estaba ocurriendo. Sorolla pintó La vuelta de la pesca el verano de 1894, después de su visita al Salón de París
de ese año, al mismo tiempo que ¡Aún dicen que
el pescado es caro! y La bendición de la barca12 [il.
6]. El primero lo presentó en el Salón de París de
1895, donde obtuvo una primera medalla, siendo
adquirido por el estado francés para el Museo del
Luxemburgo13; el segundo y el tercero los expuso
en la Nacional de Madrid de ese mismo año, con-
6. La bendición de la barca, 1895. Principado de Asturias.
Colección Pedro Masaveu.
Depositado en el Museo de Bellas Artes de Asturias.
siguiendo una primera medalla con ¡Aún dicen que
el pescado es caro! que fue adquirido por el estado
español para el Museo del Prado. La bendición de
por el marqués de Casa Riera, una cifra en aquel
barca, lo volvió a presentar Sorolla en su primera
momento excepcional.
exposición individual, que tuvo lugar en París en
En 1895 Vicente Blasco Ibáñez publicaba su nove-
1906, donde fue adquirido en veinte mil francos
la Flor de mayo que terminaba con la frase, “¡Aún
dicen que el pescado es caro!”, que daba título al
12 Este cuadro figuró con su aspecto original en la Exposición General de
Bellas Artes de Madrid de 1895, en el Salón de la Société des Artistes
Françaises de París de 1896 y en la II Bienal Internacional de Venecia de
1897. Antes de exponerse de nuevo en la primera exposición individual
de Sorolla de París, en 1906, el artista suprimió la cabeza de un pescador
que aparecía en el segundo plano a la izquierda, para dejar recortada
sobre el mar la cabeza del pescador del primer término, ganando la
composición, momento en el que fue adquirido por el Marqués de Casa
Riera.
13 Adquirido en dicha exposición por el gobierno francés en 6.000 francos, para el Museo del Luxemburgo, hoy se encuentra en el Museo de
Orsay.
34
cuadro del pescador herido en la barca de Sorolla.
El paralelismo en el trabajo de ambos artistas y el
inmenso afecto que se profesaban está presente en
el artículo que Blasco escribe en 1923 al hilo de
la muerte de Sorolla. En él recuerda con especial
emotividad la creación de su novela Flor de Mayo
al tiempo que el pintor realizaba el cuadro ¡Aún
35
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
dicen que el pescado es caro! Decía así:
B lanca P on s -Sorolla
como dice su amigo Blasco Ibáñez… el primero lo había conseguido también con un cuadro de asunto so-
Muchas veces, al vagar por la playa preparando
cial, Otra Margarita, que le había aportado una me-
mentalmente mi novela, encontré a un pintor
dalla de oro en la Exposición Nacional de Madrid de
joven –sólo tenía cinco años más que yo− que la-
1892 y que al no ser adquirido por el estado español,
boraba a pleno sol, reproduciendo mágicamente
en contra de lo que era habitual con los primeros pre-
sobre sus lienzos el oro de la luz, el color invisible
del aire, el azul palpitante del Mediterráneo, la
blancura transparente y sólida al mismo tiempo
de las velas, la mole rubia y carnal de los grandes
bueyes cortando la ola majestuosamente al tirar
de las barcas.
Ese pintor y yo nos habíamos conocido de niños, perdiéndonos luego de vista. Venía de Italia
mios en este tipo de certámenes, lo volvió a presentar
en la Exposición Internacional de Chicago de 1893,
donde fue premiado con una medalla de honor y adquirido a continuación por la Washington University Gallery of Art, de San Luis, donde se conserva.
Y los reconocimientos continuaron con obras relacionadas con el trabajo de los pescadores: en la Expo-
y acababa de obtener sus primeros triunfos.
sición Internacional de Berlín de 1896 le concedie-
Convertido al realismo en el arte y abominando
adquirido por la Galería Nacional de Berlín. En 1897
la pintura aprendida en las escuelas, tenía por
único maestro al mar valenciano admirando fervorosamente su luminoso esplendor.
ron la medalla de oro a Pescadores valencianos que es
Cosiendo la vela es expuesto en la Exposición Internacional de Munich, obteniendo una medalla de oro y
en la primavera de 1898, en la Exposición Internacio-
Trabajamos juntos, él en sus lienzos, yo en mi
nal de Viena, le premiaron con la Gran medalla del
novela, teniendo enfrente el mismo modelo. Así
estado austríaco por este mismo cuadro.
se reanudó nuestra amistad, y fuimos hermanos,
hasta que hace poco nos separó la muerte.
Era Joaquín Sorolla.”
14
En el año 1895 ya hacía cinco que Sorolla había regresado de Italia, y si bien es verdad que acababa de
conseguir importantes triunfos, no eran los primeros
36
14 La edición de Flor de Mayo publicada por Vicent García Editores en
1981 incluye el artículo de 1923 del diario El Pueblo en el que Vicente
Blasco Ibáñez explica cómo se gestó su segunda novela, Flor de Mayo,
siendo director del diario El Pueblo de Valencia. La vida de Blasco, tan
opuesta a la de Sorolla, coincidía con la del pintor, en las horas en que
ambos estudiaban en la playa, lo que Sorolla pintaba y lo que Blasco iba
a escribir. Sorolla madrugaba para recoger la información que trasladaba
a sus cuadros, Blasco en los primeros albores del día, después de cerrar el
periódico, se convertía en novelista y escribía o vagaba por los escenarios
de sus novelas hasta que bien entrada la mañana le rendía el sueño.
37
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
Comiendo en la barca
El verano de 1898, antes de pintar en la playa de
Valencia este cuadro, Sorolla había pasado casi un
mes en Jávea trabajando al aire libre. Las estancias
del pintor en esa hermosa zona de la costa alicantina suponen para su pintura importantes avances en
el dominio del color y de la luz; esto es evidente en
las obras que lleva a cabo a continuación en la playa
de Valencia y especialmente en el cuadro Comiendo
en la barca. De lo provechosa que fue esa estancia
en Jávea para el artista, respecto a lo que a continuación pintaría en la playa del Cabañal, tenemos
numerosas referencias en las cartas que escribió a
su mujer:
Ayer trabajé bastante y los estudios no van mal,
pero sí con lentitud por lo difíciles que son; si es-
7. El niño de las uvas, 1898. Colección particular.
tos estudios los hubiera hecho al final de la temporada estarían mejor y hubiera sido más fácil,
pues estaría más acostumbrado a pintar al aire
la cubierta de una embarcación de pesca, al cobijo
libre, pero ahora recién salido del estudio cuesta
de la vela. Una de las obras cumbre dentro de su
mucho acostumbrar la retina, pero eso no impor-
género, que la presentó en la Exposición General
ta, mejor aún para mi regreso, en que lo que pinte
de Bellas Artes de Madrid de 1899 junto con Co-
lo haré mejor (Valencia, 13 ó 14 de junio de 1898;
siendo la vela, El niño de las uvas [il. 7], La Caleta.
cfr. Pons-Sorolla; Lorente 2009, carta nº 120).
Jávea [il. 8], El algarrobo. Jávea15 y dos retratos. En
Comiendo en la barca, es el último de un conjunto
de cuadros de Sorolla cuya escena se desarrolla en
38
15 A pesar de la datación puesta por el artista, este cuadro y el anterior, La Caleta. Jávea, los había pintado el verano anterior, en
1898.
39
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
pesca que había hecho Vicente Blasco Ibáñez
en su novela Flor de mayo (1895. VI. 434);
por lo demás, el cuadro significó un jalón en
el desarrollo pictórico de Sorolla: asumía la
experiencia del brillo del blanco de Cosiendo la
vela y el brillo del sol sobre el extremo de la barca
tenía ya la potencia de los blancos deslumbrantes
cuajados de matices del mejor Sorolla; ensayaba
además el que sería su acorde más característico,
8. La Caleta. Jávea, 1898. Colección particular.
blanco-azul-amarillo, suministrando la vela un
tono amarillento al conjunto de la composición.
No es de extrañar que, al verlo expuesto en París,
recompensa a la calidad de las obras presentadas le
concedieron la Gran Cruz de Isabel La Católica. El
cuadro fue adquirido por la marquesa de Villamejor, madre del conde de Romanones, pagando por
él treinta mil pesetas, la suma más alta pagada por
una obra española en esa época16.
Sobre las coincidencias de las obras de Blasco Ibáñez
y Sorolla, y respecto a la calidad de Comiendo en
la barca, los editores del Epistolario I de Joaquín
Sorolla, anotan:
dijese a su mujer en una carta que era el que más
le gustaba de cuantos había enviado (Tomás;
Garín; Justo; Barrón 2007, 132, nota 169).
Esta obra y Cosiendo la vela, pintada dos años antes
que la anterior, son dentro del conjunto de obras
relacionadas con el trabajo del mar las más avanzadas y modernas.
El asunto es muy sencillo: tres pescadores mayores y tres chavales, uno de corta edad, se disponen
a comer en la cubierta de una barca de pesca que
Se trata de uno de los mejores lienzos de Sorolla,
cuyo tema tiene muchos puntos de contacto
con la descripción de la comida en una barca de
16 Años después el cuadro fue donado a la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando por el conde de Romanones, donde actualmente figura con el número de inventario 804.
40
se encuentra varada en la arena, a la orilla del mar.
Se protegen del sol con la vela que descansa sobre
la botavara de la embarcación a modo de toldo.
La escena de los pescadores comiendo, en el primer término del cuadro, discurre en la penumbra
creada por la vela, no ocurriendo lo mismo con el
41
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
segundo término de la barca, en la proa, justo de-
de los pescadores de mayor edad en la actividad
trás del mástil, que reverbera al sol de un día res-
que están llevando a cabo, la avidez con la que
plandeciente. La brisa del mar sopla suavemente
toman sus alimentos, que el más pequeño parece
de babor a estribor, creando en la zona derecha de
advertir, contrasta con el relajamiento de los dos
la vela una depresión redondeada sólo cortada por
jóvenes de primer término que parecen poner más
la presión del sombrero de paja del pescador más
atención a su conversación que al acto de alimen-
anciano, sentado con el niño de menor edad en la
tarse, conocedores de que su turno llegará una vez
borda de babor. Pasada la botavara la vela se hincha
terminado el de los mayores. Veamos cómo coin-
levemente, iluminada por el sol.
cide la descripción de Sorolla de ese almuerzo con
El pintor se ha introducido en el espacio de representación, enmarcado en este caso por el casco de
la barca y por el toldillo de la vela, para hacernos
partícipes de la intimidad del momento de ese almuerzo y de los detalles que nos llevan a conocer
y sentir todo lo que está ocurriendo en ese sencillo
habitáculo creado de forma tan natural: en primer
lugar el día tibio y reluciente en el que se desarrolla la escena gracias a la deliciosa brisa del mar, así
como el modo en que están disfrutando pescadores y niños de ese almuerzo en su barca. Por sus
la de su amigo Blasco en Flor de mayo, aunque en
este último caso, el almuerzo al que se refería tenía
lugar en alta mar, después del trabajo habitual de
Pascualet, el joven grumete o “gato” de la barca del
tío Borrasca:
No se equivocaba el muchacho al decir que
había nacido para el mar… Trabajaba mucho, y
además de su pitanza recibía algunos puntapiés
del viejo patrón, cariñoso en tierra, pero incapaz de respeto, una vez sobre su barca, ni para
su mismo padre. Trepaba por el mástil a poner
actitudes, no exentas de ternura, se trata de una
el farol o arreglar una cuerda con la ligereza de
habitual reunión de diferentes miembros de una
un gato; ayudaba a tirar de las redes cuando
misma familia, que pertenecen a generaciones dis-
llegaba el momento de chorrar; baldeaba la cu-
tintas. El modo de sujetar y atender el personaje de
bierta, alineaba en la cala los grandes cestos del
mayor edad a su nieto, sentado en una de sus pier-
pescado y soplaba el fogón, cuidando de que el
nas y la manera en que el niño apoya su manita en
guiso del caldero estuviese siempre en su punto
la de su abuelo, dice mucho del disfrute de ambos
mientras comparten la comida. La concentración
42
para que no se quejase la gente de a bordo. Pero
como compensación a estos trabajos, ¡cuántas
43
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
satisfacciones! Al terminar el patrón y los suyos
temprano que es este cuadro, el acierto de Sorolla
la comida –que él y el otro “gato” de la barca pre-
a la hora de reproducir las diferentes luces y el
senciaban inmóviles y respetuosos- dejaban las
“ambiente”, cálido, húmedo, salobre, denso, creado
sobras a los chicos, y los dos se instalaban en la
bajo la vela, nos está anunciando los avances que en
proa con el negro caldero entre las piernas y un
pan debajo del brazo. Ellos sacaban la mejor parte, y cuando las cucharas tropezaban con el fon-
muy poco tiempo caracterizarán definitivamente
sus obras.
do, entonces empezaba la rebañadura mendrugo
Antes de pintar este gran cuadro, Sorolla ya ha-
en mano, hasta que el metal quedaba limpio y
bía estudiado con detenimiento los distintos ele-
brillante como si acabasen de fregarlo (Blasco
mentos que se encontraban normalmente en una
Ibáñez 1895, 47-48).17
embarcación de pesca. De ello nos encontramos
numerosos apuntes al óleo y dibujos en los que re-
De ese interés de Sorolla por penetrar físicamente
produce cubiertas de embarcaciones, la vela cayen-
en el espacio de la representación para plasmar los
do sobre la botavara, y el sinfín de utensilios que se
elementos con mayor veracidad nos habla también
encuentran en las barcas de los pescadores para, a
Javier Barón cuando describe el cuadro Mondando
continuación, volverlos a estudiar a la luz en la que
patatas, obra que a su juicio es más cercana en fecha a
los va a pintar.
Comiendo en la barca (VV.AA. 2009, nº 16, p. 248).
La iluminación de la obra es soberbia. Ha sido
En uno de los dibujos para Comiendo en la barca,
[il. 9] aparece la siguiente anotación autógrafa de
necesario que el artista se introduzca en el espacio
Sorolla: “hasta hora (sic) / todos los cuadros gran-
de representación para advertir en su justo valor el
des / fueron de totalidad / ahora estudiar almas
alcance de los contrastes entre la proa al sol y la popa
de las /gentes / como bendición / de la barca”, lo
en penumbra, así como la delicadeza de los reflejos
que nos indica que no sólo estaba interesado en
que ayudan a perfilar las figuras, sus facciones, y a
reproducir con precisión y veracidad absolutas los
situarlas en los diferentes planos de representación
distintos elementos de ese reducido habitáculo
en que se encuentran. A pesar de lo relativamente
con sus complejos estudios de luz, sino que también deseaba representar “el alma de las gentes”
17 En la citada edición de Flor de Mayo de Vicent García Editores esta escena se acompaña de un dibujo de Sorolla para Comiendo en la barca, de
colección particular (fig. 15).
44
que lo habitaban o intervenían en la composición.
45
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
y a “los gatos”, es tan estudiada y al tiempo tan natural, que difícilmente lo conseguiría reflejar alguien
que no diera la importancia a la familia y a las relaciones familiares que Sorolla les concedía.
El cuadro, infinitamente más ambicioso que los estudios que llevaba planteando desde años atrás, le
permitía al pintor hacer un análisis veraz de composición, de luz, de color y de ambiente. Respecto a
todo ello comenta Javier Barón:
9. Comiendo en la barca. Estudio de totalidad, ha. 1898.
Colección particular.
En todo caso, sin embargo, en esta pintura los marineros se presentan acomodados a su gusto y solo
Es también en parte por esto por lo que el pintor
ocupados en el disfrute de su almuerzo, y el pin-
penetra en ese espacio de representación en som-
tor parece exento de cualquier otra intención di-
bra, pues si no la potente y vibrante luz del sol que
ferente a la estrictamente naturalista, que se hace
circunda la barca le impediría conocer y estudiar las
aquí más patente que en otras obras. Se acerca en
gentes que quería representar.
ello a las creaciones de novelistas como su ami-
También hay que tener presente a la hora de anali-
describió tres años antes una comida en la barca
go Vicente Blasco Ibáñez, que en Flor de Mayo
zar esta obra, lo importante que era para el artista
en términos parecidos, lo que indica un punto de
que aquello que iba a representar reuniera valores
partida en una realidad objetiva común.
estéticos y afectivos. Las obras que aúnan estas dos
condiciones en el momento de su ejecución tienen
un aura especial, que en este caso se refleja en la ternura que contiene la escena, a pesar de la rudeza de
los tipos, ternura que, como comentábamos, hace
pensar que las personas representadas son miembros de una misma familia. La composición, el
En el cuadro, a pesar de sus trabajos preparatorios, el pintor realizó modificaciones de distintos
aspectos de la composición. Se perciben en la
pintura arrepentimientos en los pliegues de la
vela, en la posición del caldero del muchacho a
la izquierda y, sobre todo, en la disposición de la
borda a la izquierda, que varió hasta en dos ocasio-
modo de relacionar de forma sutil a esos pescadores
46
47
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
nes, desde posiciones más retiradas, hasta la que
que tiñen y moldean las figuras, la vela y la borda, si
ocupa, cortada enseguida por el borde inferior
no se han visto directamente.
del lienzo. Con esa última modificación el pintor conseguía introducir el asunto de modo más
Existen al menos trece estudios y cuadros relacio-
inmediato. A ese propósito responde, también el
nados con Comiendo en la barca; de ellos uno es un
acercamiento de las figuras al primer plano y la
gouache, el resto son óleos. Además hay numerosos
supresión de las que se encontraban en la parte
dibujos,18 al menos cuarenta y seis, de los cuales diez
posterior en apuntes y bocetos. Ello, y su reunión
y nueve se encuentran reproducidos en el libro Di-
según una composición oval en otro espacio ao-
bujos de Joaquín Sorolla de Luz Buelga (2000, 103-
vado, el de la barca varada en la arena, extrema el
106 y 212-220, nº 53 al nº 70). Algunos se reconocen
sentido de concentración de la escena.
como estudios para los cuadros El santo del patrón y
Ésta se desarrolla en un verdadero habitáculo resguardado del sol por la gran vela tendida, como si
fuera un toldo, sobre la botavara que se proyecta
hacia el fondo, a plena luz, entre el mar y el cielo. Esa marcada luminosidad del último término
contrasta con la suave penumbra del resto de la
barca, que permite apreciar una diversidad de tonos conseguidos por hábiles mezclas en la paleta.
(VV.AA 2009, nº 21, p. 262-263).
La acertada restauración y limpieza del cuadro en
los talleres del Museo del Prado el año 2009, ha
sido definitiva para recuperar los colores origina-
10. En la barca, ha. 1896. Colección particular.
les y sus delicadas modulaciones, que no se podían
apreciar a causa de los barnices oxidados que los
recubrían. Ello, en parte, ha permitido constatar la
veracidad de este estudio del natural. Es imposible
pintar ciertos detalles, como los reflejos coloreados
48
18 El Museo Sorolla conserva 14 dibujos relacionados con Comiendo en la
barca (se puede acceder a su ficha y reproducción en el catálogo del Museo Sorolla http://museosorolla.mcu.es/catalogo.html); existen otros
32 en colecciones particulares, aquí reproducimos siete inéditos (los de
las ilustraciones 10 a la 15 y 18). Esta publicación incluye ilustraciones
de las pinturas estrechamente relacionadas con Comiendo en la barca y
los estudios citados.
49
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
11. Comiendo en la barca, ha. 1898. Colección particular.
13. Pescadores en la barca, ha. 1898. Colección particular.
12. En la barca, ha. 1898. Colección particular.
14. Mondando patatas, ha. 1893. Colección particular.
Mondando patatas, que son obras que precedieron
nos da idea del tiempo que llevaba estudiando esta
a Comiendo en la barca. La anotación autógrafa en
obra. El dibujo Comiendo en la barca [il. 16] que
uno de ellos, que ya hemos comentado, con la refe-
se conserva en el Museo Sorolla es una de las obras
rencia al cuadro La bendición de la barca, de 1894,
más cercanas a la definitiva: el grupo de pescadores
50
51
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
Analicemos a continuación este conjunto de obras,
comenzando por Mondando patatas [cat. II], fechada por el artista en Valencia en 1891 y a la que,
de nuevo Javier Barón, se refiere así:
En ésta se advierte cómo el artista se adelantó a
la resolución de problemas que trató con mayor
amplitud y monumentalidad en cuadros posteriores, tales como Comiendo en la barca. El en15. Comiendo en la barca, ha. 1896. Colección particular.
cuadre cortado, que se había abordado en la pintura francesa por artistas como Édouard Manet,
otorga un carácter inmediato a la composición
(VV.AA. 2009, nº 16, pp. 248-250).
Es probable que la fecha y firma que aparecen en
el cuadro las realizara con posterioridad a su ejecución, equivocando y adelantando algo la datación
real, que podría a mi juicio encontrarse entre 1892
y 1893. Esta falta de rigor en las dataciones es hasta
cierto punto habitual en la obra del artista, cuando
no las firma y data al terminarlas de pintar. La fecha
sugerida por Pantorba, 1896, que corresponde a la
16. Comiendo en la barca, 1898. Museo Sorolla, nº inv. 10214.
fecha en que fue publicada en la revista Apuntes, se
debe a que no estudió la obra directamente y por
ello, como se recoge en su catálogo, desconocía la
se encuentra en el primer plano de representación,
delante del mástil, y se puede ver la figura del abuelo con su nieto sentado en sus piernas en una pose
similar a la del lienzo homónimo.
52
fecha puesta por su autor.
La obra recoge el momento de uno de los trabajos
previos a la preparación del almuerzo, que tiene
53
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
lugar a la sombra de la vela, visto desde una toma
de 1897 en La Ilustración Española y Americana
cenital para mostrar con detalle todos lo elementos
(año XLI, nº III, 22 de enero, pp. 52-53). A ello
de la cubierta del barco así como el balde, cuenco y
se debe su datación en 1896, aunque bien podría
puchero que sitúa próximos al joven pescador. Para
haberlo pintado en 1895 cuando escribe a su amigo
esta obra existen dos dibujos indagatorios, uno to-
Pedro Gil Moreno de Mora comentándole que
mado desde un punto de vista un poco más bajo,
está proyectando pintar un cuadro “grandecito de
en el que el pintor prescinde de la vela y añade una
comida de pescadores con el mar por fondo” (9 de
figura al fondo en la proa, que se recorta, lo mismo
agosto de 1895; cfr. Tomás; Garín; Justo; Barrón
que el muchacho que pela patatas, contra el cielo, y
2007, carta nº 56).
el segundo en el que aparece el exterior de la borda en primer término, tomado desde un punto de
vista mucho más bajo, en el que la única figura, el
muchacho que monda patatas, está situada tras el
mástil y se recorta contra la vela (cfr. Buelga 2000,
nº 24 y 23).
El santo del patrón es una de las obras más cercanas a la pintada en 1898 aunque, a diferencia de
aquella, está ambientada de noche y se ilumina por
los faroles situados en lo alto del mástil, cerca de la
vela, a la que proyectan luz que se refleja sobre la
escena. En esta obra, las figuras de los comensales se
De este mismo momento es un pequeño apunte ti-
disponen en dos grupos, en la proa y en la popa del
tulado En la barca [lám. 1], en el que aparece un
barco. En el primer término, delante del mástil, un
puchero muy similar al de Mondando patatas. Es
par de muchachos se encuentran reunidos en torno
quizás el primer apunte en el que Sorolla se plantea
a un caldero. Al fondo de la composición un nutri-
una comida de pescadores en la barca. A diferencia
do grupo de pescadores de mayor edad, en círculo,
de los estudios que se planteará a continuación, en
aparentan estar muy entretenidos mientras beben y
este caso el sol baña el primer término de la barca
fuman, después de la cena. Uno de ellos se inclina
dejando en sombra las figuras más alejadas.
hacia los muchachos del primer término probable-
Otro cuadro relacionado con esta obra es El santo
del patrón [cat. III], vendido a finales de 1896
en 350 pesetas (según se anota en el cuaderno
familiar) y reproducido a doble página en enero
54
mente ofreciéndoles tabaco del que fuma. De ese
modo se abre el círculo del fondo fortaleciendo
la diagonal creada por el muchacho tumbado y el
mástil, reforzándose con ello la idea de una celebración en la que todos participan. La figura de uno
55
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
de los “gatos”, tumbado sobre la cubierta, tiene una
a Rodrigo Figueroa, En la barca [lám. 3], que como
disposición similar a la del muchacho del primer
en los dos casos anteriores hay que fechar entre los
término a la derecha en Comiendo en la barca, no
años 1895 y 1896 pues sus medidas similares, la
apareciendo con esa pose en el resto de los apuntes
dicción y la gama cromática, así lo justifican. Es el
y dibujos relacionados.
único estudio que aborda en detalle el mástil y la
La obra titulada Estudio para “Comiendo en la barca” fue el primer apunte que realizó Sorolla para el
cuadro objeto de este estudio, según indica en su
dedicatoria19 a Rodrigo de Figueroa y Torres, duque de Tovar. Por su similitud con El santo del patrón, tenemos que fecharlo, como éste, alrededor de
botavara con las jarcias, tal y como aparece en el
cuadro definitivo. Las escotillas de la cubierta están abiertas y solo hay una figura que aparece de
espaldas sujetando un caldero en el que puede estar
comenzando a preparar la comida. No hay fondo
de mar.
1896 e incluso en 1895. En la composición de esta
A continuación tenemos que incluir un estudio
obra aparecen de nuevo dos grupos de pescadores
muy completo de la cubierta de una barca, que se
separados por el mástil, con tres muchachos en el
conserva en el Museo Sorolla, titulado Barcas en la
primer término en vez de los dos que figuran en el
playa [lám. 4] pintado muy probablemente en las
anterior y sin que exista conexión entre ambas agru-
mismas fechas que los anteriores y en el que estudia
paciones. Se pueden relacionar con esta obra y con
detenidamente el habitáculo en el que los pescado-
El santo del patrón dos dibujos titulados Comiendo
res comían. También es de estas fechas Bajo el toldo
en la barca (cfr. Buelga 2000, figs. 016 y 022), el pri-
de la barca [lám. 5] otro apunte relacionado con la
mero con una sola figura en el primer término y el
elaboración de la comida y no con los pescadores
segundo con tres, tal y como aparece en este Estudio
comiendo, que es muy parecido a uno de los dibu-
para “Comiendo en la barca” [lám. 2], aunque to-
jos para Mondando patatas [il. 17], pero de ejecu-
mado desde un punto de vista mucho mas alto.
ción claramente posterior.
Otro de los estudios relacionados con Comiendo en
Menos elaborado y con más figuras es un peque-
la barca, es de nuevo una obra dedicada por Sorolla
ño apunte, Comiendo en la barca [lám. 6] con una
composición y punto de vista muy parecido a En la
19 “Primer apunte para el cuadro / Comiendo en la barca / Al amigo Rodrigo
Figueroa / su afmo / J Sorolla” (zona inf. izda.)
56
barca, y en el que aparecen varios de los elementos
57
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
Vale la pena citar aquí un pequeño apunte que figuró
en la exposición de Nueva York de 1909 y que se
conserva en el Brooklyn Museum of Art; según los
técnicos de dicho museo habría sido realizado hacia
1908. Sin conocerlo directamente y por lo tanto
quedando pendiente de fecharlo definitivamente,
parece más bien que estuviera relacionado con el
cuadro Comiendo en la barca, por lo que su datación
17. Mondando patatas, ha. 1893. Colección particular.
se adelantaría en una década. Titulado Playa de
Valencia [lám. 8] representa una vista de conjunto
de una barca de pesca anclada en la playa, con la vela
incluidos en éste: los baldes del primer término a
la izquierda y el pescador con el caldero. Regalado
por Joaquín Sorolla García, el hijo del pintor, a su
amigo José Campúa, podría estar fechada hacia
1898, cuando afronta definitivamente el cuadro
Comiendo en la barca. Sigue estudiando el efecto
del grupo de pescadores reunidos detrás del mástil
y en este caso, con el mar de fondo.
También debería adjudicarse a fechas próximas a
1898 otro pequeño apunte, de nuevo titulado Comiendo en la barca [lám. 7] que se conserva en el
Museo Sorolla, en el que el pintor sigue ensayando
nuevas opciones de composición, con el mástil muy
a modo de toldo, distinguiéndose en la proa, al sol,
una serie de figuras sentadas en corro que podrían
estar comiendo. Esta composición de conjunto, es
sin embargo lo que Sorolla no quería llevar a cabo en
su cuadro definitivo, pues como hemos comentado,
su interés era estudiar “el alma de las gentes”, para lo
que era imprescindible acercarse a ellas.
A continuación nos encontramos con otra de las
obras tardías de este conjunto, pintada hacia 1898,
de pescadores comiendo en una barca que en este
caso está anclada en el puerto y en la que cada personaje come de su puchero, Pescadores en la barca
[lám. 9].
desplazado a la izquierda. Esta composición es muy
En último lugar citaremos un par de obras pintadas
parecida al dibujo En la barca. Dibujo de composición,
entre 1896 y 1897 en las que el tema que aborda
luz y movimiento (cfr. Buelga 2000, dibujo nº 66).
sigue siendo la comida de pescadores en una barca
58
59
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
nor” (Cándido 1899). Con estas otras palabras el
periódico El día hace referencia de nuevo a la injusticia cometida:
¡Sorolla sin premio de honor y por un voto!. Se
han lucido los que tienen mayor obligación de
velar por el prestigio del arte nacional!. Puede
estar tranquilo el eminente pintor valenciano,
porque la opinión del jurado y las influencias
oficiales se encuentran tan distanciadas de la
18. Puerto de Valencia, 1897. Cincinnati Art Museum.
opinión pública, como lo están el néctar de
los dioses de los productos de buñolería (MissTeriosa 1901).20
anclada en el puerto; Sorolla las utilizó como bocetos parciales para el cuadro Puerto de Valencia [il.
18], que se conserva en el Museo de Cincinnati.
El primero, Barca [lám. 10], está dedicado a Luis
Moscardó, casado con Enriqueta García del Castillo, hermana de la mujer de Sorolla; hoy se conserva en la Colección Bancaja, Caja de Ahorros de
Castellón, Valencia y Alicante. El segundo se titula,
Pescadores comiendo en la barca [lám. 11] y pertenece a una colección particular.
Para todos los cronistas del momento las obras de
mayor calidad de la muestra nacional de 1899 fueron Cosiendo la vela y Comiendo en la barca; en un
Bernardino de Pantorba en su estudio biográfico y
crítico sobre Sorolla trata con detalle la presencia
de Sorolla en la Exposición Nacional de 1899, criticando la actitud del jurado:
Llevó Sorolla a la Exposición de 1899 dos de
sus mayores creaciones: la escena de los pescadores comiendo en la barca y la de las mujeres
cosiendo la vela. Esta segunda, pintada en el
verano de 1896, había alcanzado ya elevadas
recompensas en Munich y Viena. La otra, fechada en 1898, salía por primera vez al juicio
público.
alegato contra los “manejos” del Jurado se dice que
“Sorolla, injustamente, no recibe la medalla de ho60
20 En esta nota, el autor hace una mención a la exposición de 1899.
61
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
Volvió a quedar desierta la Medalla de Honor,
za y energía de dibujo y pintadas con pincelada
para la que Sorolla obtuvo, pese a la grandeza de
larga, briosa, expresiva (Pantorba 1953, 46).
estas obras, sólo dos votos más que en el Certamen precedente. Los ocho miembros del Jurado
que, entre los veintitrés que lo formaban, le dieron su voto probaron tener visión clara de la justicia. Citemos sus nombres: Alejandro Ferrant,
Agustín Querol, Miguel Blay, Manuel Villegas
Brieva, Marceliano Santa María, Eduardo Pelayo, Manuel Ramírez y Lorenzo Álvarez Capra.
Si la vez anterior, la postergación de Sorolla no
había levantado sino tímidas protestas, en 1899
fueron numerosísimos quienes en la prensa y en
los círculos artísticos de toda España protestaron enérgicamente contra la actitud de aquellos
quince jurados de arte que, no votando a Sorolla,
tan por debajo de su misión se mostraban.
En el artículo firmado por Miss-Teriosa, se hace la
siguiente referencia a las principales obras de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1899:
Comiendo en la barca es una genialidad maravillosa, que atrae y asombra, y Cosiendo la vela es
un atrevimiento colosal, que seduce y fascina.
Aquello −Comiendo en la barca− es un trozo
de la vida real visto a través de la niebla, de la
melancolía que envuelve algunas veces al pensamiento; esto −Cosiendo la vela− viene a ser
un torrente de luz cayendo sobre una de las
páginas más vulgares de la existencia (MissTeriosa 1899).
Comiendo en la barca y Cosiendo la vela son, en
la producción del maestro anterior a 1899, los
Para Augusto Comas, Sorolla es uno de los máxi-
dos cuadros más importantes y los más caracte-
mos responsables de la renovación pictórica de ese
rísticos de su personalidad, ya a partir de ellos
momento. Según él, el cambio radical que sufre el
robustamente, inconfundiblemente afirmada.
Otros cuadros playeros habían venido a servir de
“precursores” de estos dos. Estos dos aciertan a
ligar de manera entrañable todos los valores de la
pintura de Sorolla, y en las postrimerías de nuestro arte ochocentista asumen categoría capital.
Son dos obras originalísimas de composición,
honradamente vistas al natural, llenas de carácter, de luz, de ambiente, trazadas con gran juste62
panorama artístico de finales de siglo, en el que el
arte académico, frío y teatral, pierde toda su validez, se debe a que la verdad se impone frente a la
pintura académica:
...esa verdad hay que buscarla en la playa, en la
fábrica, en el hogar, en el campo, en la plaza pública, allí donde aparece a nuestros ojos la verdad
63
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
hermosa que refleja nuestras alegrías y nuestros
tenía cuando escribió en 1910 su monografía
dolores, y que impresiona hondamente nuestro
sobre Sorolla, distinguía en los cuadros Cosiendo
espíritu, por lo mismo que los dolores y alegrías
la vela y Comiendo en la barca una “modernidad”
retratados son los nuestros propios, es decir, los
que constituyen la trama de nuestra vida toda
(Comas 1899).
que no estaba presente en obras anteriores, y que
era consecuencia de la ruptura de Sorolla con el
costumbrismo valenciano, con la pintura de lo
Para el crítico, Sorolla, junto a Casas y Rusiñol,
siente la necesidad de hacer una pintura moderna,
y así encuentra en la playa de Valencia, en pleno
típico, regional y anecdótico, para seguir un nuevo
camino, personal, en el que integraba las escenas
de trabajo en la naturaleza:21
mes de agosto, el lugar perfecto para plasmar aquel
Hasta 1894 (…) la vida de la playa de Valencia no
sol ardiente que trae al arte español la influencia
había sido tratada por ningún pintor, y Sorolla,
del pleinairismo francés. Para él es evidente que
juvenil y necesitado de toda liberación artística,
las criticas suscitadas a sus obras Cosiendo la vela
pudo ponerse frente a la naturaleza aquella y
y Comiendo en la barca, proceden del sector más
frente a sus hombres y la vida de éstos, sin que
tradicional del arte, y se deben a que dichas obras
recuerdo de cuadro alguno le asaltara (…)
no representan un asunto trascendental que conmueva el espíritu. Y termina el artículo diciendo:
“¡Es triste, muy triste que lo que en Europa ya no
se discute hace muchos años, empiece a discutirse
en España!” (ibídem.).
Sorolla en la playa valenciana, con ojos de pintor
y de artista, vio espectáculos nuevos. No tenía
más puntos de apoyo, de referencia, que su temperamento, el natural y la lucha por descubrir y
anotar cuanto veía (Doménech 1919; cfr. Pérez
Rafael Doménech, el primer gran biógrafo
Rojas 1999, 116).
de Sorolla, escribía en 1910 que en el cuadro
Comiendo en la barca es donde queda claramente
A continuación de la Exposición Nacional de Be-
manifiesto el progreso de esa tendencia de Sorolla
llas Artes de 1899, Sorolla seleccionó con cuidado
en la que la luz desempeña en la obra pictórica el
seis obras con destino a la Exposición Universal de
papel principal (Doménech 1910, XXII). Y en
1919, con una perspectiva más amplia de la que
64
21 A esto hacen referencia también Garín y Tomas en su monografía de
2007, como hemos visto, en el inicio de este ensayo.
65
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
París de 1900: ¡Triste herencia!22, Cosiendo la vela,
(...) Nuestra sección es pésima por el decorado
Comiendo en la barca, El baño o Viento de mar,
y por su contenido; hay gran leyenda sobre la
El algarrobo. Jávea y La caleta. Jávea, alcanzando
bondad de la pintura, lo hacemos en total, de
el Grand Prix, como hemos comentado. A pesar
de que el éxito lo obtuvo con ¡Triste herencia!, el
cuadro que más le gustó al pintor fue Comiendo
en la barca, como vemos en una carta que escribe a
su mujer el 16 de julio de 1900 desde París:
lo peor y más atrasado; yo voy más dentro de la
corriente que lo general de nuestra tierra, pero
puedo y debo hacer algo más que yo procuraré y
que ya me requema la sangre no haber empezado
(Pons-Sorolla; Lorente 2009, carta nº 128).
Sobre la vigencia de estas obras hoy día, ya apunta-
Mi querida Clota:
ba en 1909 Leonard Williams:
Ya estamos, como habrás visto, en París, y ya hoy
por la tarde me di un buen atracón de pintura,
Sinceridad, precisión y sensibilidad. He aquí tres
visité a la ligera todas las naciones excepto
cualidades que hacen que las interpretaciones
Francia que la dejo para mañana, vi mis cuadros,
que Sorolla realiza de la vida española sean tan
después de vistos una porción no hacen mal.
bellas y contundentes y nos aseguran que su im-
Aquí el que produce más entusiasmo es Triste
portancia no sólo resulta vital hoy en día, sino
Herencia, es el amo según me cuentan, pero a mí
que seguirá palpitando en el futuro. Para que un
el que más me gusta es Comiendo en la barca, es
cuadro pueda considerarse obra maestra, resulta
otro cuadro, muy bien iluminado; (...) necesito
absolutamente necesario que actúen dos fuerzas
hacer alguna modificación en la forma de
en el artista. La primera es la fuerza moral, inte-
producir, es lo único que me quita el amor, pues
lectual y emocional consecuencia de la sinceri-
yo podría haber llegado a esa cosa que deseo con
dad, la precisión y la sensibilidad. La segunda es
esos mismos cuadros: espero que al final de mi
la fuerza del corazón, que se crea con la fuerza de
examen de todo lo que hay de pintura, hacerme
la mano. Y el corazón y la mano se combinaron
el mío y algo útil saldrá.
para formar y dar vida al arte de Joaquín Sorolla
(Williams 1909, 97).
22 Por este cuadro le concedieron el Grand Prix en la Exposición Universal
de París de 1900 y la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de
Madrid de 1901.
66
En el ensayo de Lily Litvak “Sorolla y la recuperación de Arcadia”, contenido en el texto fundamen67
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
tal del catálogo de la exposición A la playa. El mar
nes y embellece todos los elementos de la escena.
como tema de la modernidad en la pintura española,
En Comiendo en la barca (1898) los atezados
1870-1936,23 hablando de los primeros pintores
pescadores están sometidos a la omnipotencia
que afrontan los temas de playa, dice así:
del aire que moldea y cambia la luz cuando se introduce bajo la bóveda de las velas desplegadas.
En España, Sorolla fue el creador de esa temática
A partir de 1900 Sorolla buscó expresamente la
que abordó de manera genial y personalísima,
playa (…)
convirtiendo a los habitantes de la costa de
Levante en algo más que simples pescadores.
Celebra el maestro a esa humanidad privilegiada
y, junto a ellos, aprecia el encanto y variedad
del litoral, la caricia de las velas, el vértigo del
arrecife, la cristalina limpidez del agua, glauco
refugio de una pureza original.
Los lienzos de la pesca señalan la primera página del incomparable capítulo sorollesco sobre el
mar. Inicia el tema despegando del costumbrismo marinero que refleja la vida diaria de pescadores y marineros. La vuelta de la pesca abre ese
capítulo, y ya aquí irrumpe la luz mediterránea
que fascinaría al pintor. La pareja de bueyes en la
sombra destaca de las olas iluminadas y la enorme vela corta el cielo con una línea pintoresca
En los lienzos de la playa de Jávea y de Valencia
cristaliza una nueva visión arcádica del
Mediterráneo. Vienen a representar, en primer
lugar, un verdadero manifiesto sobre la alegría
de la convivencia en la naturaleza y la acción
vivificante y fecunda del mar (Litvak 2000, 37).
Comiendo en la barca despertó gran interés entre
los coleccionistas y artistas de su tiempo. Enrique
Martínez Cubells realizó una copia de gran calidad
y buen tamaño que puede ponerse como ejemplo
de la admiración que suscitó este lienzo de Joaquín
Sorolla, una obra que contribuyó a aumentar las
escenas luministas de playa en la pintura contemporánea.
y movida. A partir de entonces, los cuadros tomaron tonos menos naturalistas. En Cosiendo la
vela (1896) utilizó la gran tela blanca como una
pantalla que dispersa la luz en todas las direccio23 Tuvo lugar en Madrid en el año 2000 en las salas de la Fundación
MAPFRE Vida.
68
69
FAMILIA DE ESTANISLAO GRANZOW· JOAQUÍN SOROLLA
CATÁLOGO
70
Comiendo en la barca. Joaquín Sorolla
C ATÁ L O G O
I.- Comiendo en la barca, 1898.
Bibliografía:
Óleo sobre lienzo
180,5 x 250,5 cm.
Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, nº inv. 804.
Fdo. “J. Sorolla B / 1898” (áng. inf. izdo.)
Pantorba 1953, nº 1045; BPS 783.
VV.AA. 1911, p. 44. Beruete 1921, nº 21. Escrivá de Romaní 1949, pp. 30-31
(La barca; 1ª lám.). VV.AA. 2009, pp. 262-265.
72
Exposiciones:
1899, Madrid, nº 809; 1900, París, nº 92; 1911, Roma, nº 245; 1956, Madrid,
nº 423; 1963, Madrid, nº 22; 1992, Sevilla, p. 57; 1997-1998, Bilbao, nº 11;
1998, Madrid, nº 8; 2009, Madrid, nº 21.
73
Comiendo en la barca. Joaquín Sorolla
C ATÁ L O G O
II.- Mondando patatas, 1891-1894.
Óleo sobre lienzo
40 x 48 cm.
Gavin Graham, London.
Fdo. “J Sorolla / Valencia 1891”
(zona inf. izda.)
Pantorba 1953, nº 1314; BPS 898.
Bibliografía:
VV.AA. 1896. VV.AA. 2009, pp. 248-250.
Exposiciones:
Madrid 2009, nº 16.
74
75
Comiendo en la barca. Joaquín Sorolla
C ATÁ L O G O
III.- El santo del patrón, 1898.
Gouache sobre papel
36 x 51,5 cm.
Colección particular.
Fdo. “J. Sorolla” (áng. inf. dcho.)
En el reverso:
dibujo a pluma de escenas
de café de París y cabecita de Joaquín
Sorolla García en gouache.
Pantorba 1953, nº 1328; BPS 4757.
Bibliografía:
VV.AA. 1897, pp. 52-53.
VV.AA. 2009, p. 264, fig. 176.
76
77
ESTUDIOS PREPARATORIOS
Comiendo en la barca. Joaquín Sorolla
E S T U D I O S P R E PA R ATO R I O S
Lámina 1
En la barca, ha. 1892-93.
Óleo sobre cartón. 8’6 x 12 cm.
Colección particular. BPS 3109.
Lámina 3
En la barca, ha. 1895-96.
Óleo sobre lienzo. 41,8 x 56 cm.
Colección particular. Pantorba nº 1361, BPS 929.
Lámina 2
Estudio para “Comiendo en la barca”, ha. 1895-96.
Óleo sobre lienzo. 40’8 x 53’5 cm.
Colección particular. Pantorba nº 1359 y BPS 926.
80
Lámina 4
Barcas en la playa, ha. 1896-98.
Óleo sobre lienzo. 19’8 x 27’4 cm.
Museo Sorolla, nº inv. 523. BPS 1327.
81
Comiendo en la barca. Joaquín Sorolla
E S T U D I O S P R E PA R ATO R I O S
Lámina 5
Bajo el toldo de la barca, ha. 1896.
Óleo sobre lienzo. 16 x 26 cm.
Colección particular. BPS 3579.
Lámina 7
Comiendo en la barca, ha. 1898.
Óleo sobre cartón. 8’5 x 12 cm.
Museo Sorolla, nº inv. 424. BPS nº 1230.
Lámina 8
Playa de Valencia, ha. 1898.
Óleo sobre tabla. 8’5 x 16 cm.
Nueva York, Brooklyn Museum of Art, nº inv. 1992. BPS 3580.
Lámina 6
Comiendo en la barca, ha. 1898.
Óleo sobre tabla. 19’5 x 31’5 cm.
Colección particular. BPS 782.
82
83
Comiendo en la barca. Joaquín Sorolla
E S T U D I O S P R E PA R ATO R I O S
Lámina 9
Pescadores en la barca, ha. 1898.
Óleo sobre lienzo. 17’7 x 29’6 cm.
Colección particular. BPS 2648.
Lámina 11
Pescadores comiendo en la barca, ha. 1897.
Óleo sobre lienzo. 34 x 45,5 cm.
Colección particular. BPS 4082.
Lámina 10
Barca, ha. 1897.
Óleo sobre lienzo. 36 x 47 cm.
Valencia, Colección Bancaja. BPS 917.
84
85
Comiendo en la barca. Joaquín Sorolla
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y E XPOSICIONES CITADAS
Referencias bibliográficas
Exposiciones citadas
Beruete y Moret, Aureliano de, [1921?], Joaquín Sorolla, Madrid, Estrella.
Blasco Ibáñez, Vicente, 1895, Flor de mayo, Valencia, F. Sempere; Valencia, Vicent
García Editores, 1981.
Buelga, Luz , 2000, Dibujos de Joaquín Sorolla, Madrid, Fundación de Apoyo a la
Historia del Arte Hispánico.
Cándido, 1899, «Nota del día. Se consumó», La Nación, Buenos Aires.
Comas y Blanco, Augusto, 1899, La Exposición Nacional de Bellas Artes en 1899.
Catálogo numerado, Madrid, Antigua Imprenta Universal.
Díez, José Luis; Barón, Javier, 2009, «Joaquín Sorolla. Pintor», Joaquín Sorolla (cat.
exp.), Madrid, Museo Nacional del Prado, pp. 19-142.
Doménech, Rafael, 1910, Sorolla. Su vida y su arte, Madrid, Leoncio Miguel.
ESCRIVÁ DE ROMANÍ, Manuel (conde de Casal), 1949, Evocación del arte español en
la primera mitad del siglo XX: homenaje a los artistas y académicos fallecidos durante
ella: oración inaugural del curso 1949-50, leída ante el Instituto de España, en la sesión
pública celebrada el día 29 de octubre de 1949, en la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando, Madrid, Instituto de España.
Litvak, Lily, 2000, «Sorolla y la recuperación de Arcadia», A la playa. El mar
como tema de la modernidad en la pintura española, 1870-1936 (cat. exp.), Madrid,
Fundación MAPFRE Vida, pp. 35-41.
Lorente Sorolla, Víctor; Pons-Sorolla, Blanca; Moya, Marina (eds.),
2008, Epistolarios de Joaquín Sorolla. II. Correspondencia con Clotilde García del
Castillo, Barcelona, Anthropos.
MISS-TERIOSA (Vicente Sanchís), 1899, «Exposición de Bellas Artes». El Día,
Madrid, 18 de mayo.
−1901, «Sorolla», El Día, Madrid, 7 de mayo.
Pantorba, Bernardino de ( José López Jiménez), 1953, La vida y la obra de Joaquín
Sorolla: estudio biográfico y crítico; 2ª ed. ampl.: Madrid, Gráficas Monterde, 1970.
Pérez de Ayala, Ramón, 1923, «Sorolla», La Prensa, Buenos Aires, 30 de
septiembre y 7 de octubre.
Pérez Rojas, Francisco Javier, 1999, “Tipos Valencianos. Naturalismo, simbolismo y
regionalismo”, Tipos y paisajes 1890-1930, Valencia, Generalitat Valenciana, pp. 105-226.
Pons-Sorolla, Blanca; Lorente Sorolla, Víctor (eds.), 2009, Epistolarios
de Joaquín Sorolla III. Correspondencia con Clotilde García del Castillo (1891-1911),
Barcelona, Anthropos; Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana.
Tomás, Facundo; Garín, Felipe, 2007, Joaquín Sorolla, Madrid, T.f.; Generalitat
Valenciana.
Tomás, Facundo; Garín, Felipe; Justo, Isabel; Barrón, Sofía (eds.), 2007.
Epistolarios de Joaquín Sorolla. I. Correspondencia con Pedro Gil Moreno de Mora.
Barcelona, Anthropos; Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana.
VV.AA. 1896, Apuntes, Madrid, 27 de diciembre.
−1897, La Ilustración Española y Americana, año XLI, nº III, 22 de enero.
−1911, Esposizione internazionale di Roma 1911. Catalogo del padiglione spagnuolo
(cat. exp.). Bérgamo, Istituto Italiano d’Arti Grafiche.
−2009, «Catálogo», Joaquín Sorolla (cat. exp.), Madrid, Museo Nacional del Prado,
pp. 203-470.
WilLiams, Leonard , 1909, «The art of Joaquín Sorolla», Eight Essays on Joaquín
Sorolla Bastida, 1909, pp. 197-324; trad. esp. Sergio Mori Sierra, «El arte de Joaquín
Sorolla», Ocho ensayos sobre Joaquín Sorolla Bastida, Asturias, Fundación María
Cristina Masaveu Peterson, 2009, t. III, pp. 81-109.
1899, Exposición General de Bellas Artes, Madrid, Palacio de las Artes e
Industrias.
86
87
1900, Exposition Internationale Universelle, París, Pabellón español.
1911, Esposizione internazionale di Roma, Sala de honor del Pabellón
español.
1956, Un siglo de arte español (1856-1956), Madrid, Palacio de exposiciones
del Retiro.
1963, I Centenario del Nacimiento de Sorolla, Madrid, Casón del Buen
Retiro.
1992, Paisaje mediterráneo, Sevilla, Cartuja de Santa María de las Cuevas.
1997-1998, Sorolla/Zuloaga. Dos visiones para un cambio de siglo, Bilbao,
Museo de Bellas Artes.
1998, Sorolla/Zuloaga. Dos visiones para un cambio de siglo, Madrid,
Fundación Cultural Mapfre Vida
2009, Joaquín Sorolla, Madrid, Museo Nacional del Prado.
VALENCIÀ
P
ocs noms com el del genial artista Joaquín
Sorolla i Bastida (València, 1863-Cercedilla,
1923) desperten en el panorama internacional de
l’art una admiració tan unànime i tan prolongada
en el temps.
La repercussió i abast universal de la seua temàtica, junt amb l’expressió i domini d’una tècnica
única i sempre disposada a sorprendre’ns, són,
sens dubte, algunes de les raons que millor expliquen eixa admiració. En la seua terra, València, la
identificació amb l’obra de Sorolla és encara més
intensa, per raons òbvies que tenen molt a veure
amb la pertinença a una societat orgullosa de les
seues arrels culturals, identitàries i vivencials.
La Generalitat ha fet seu el compromís de donar
la màxima difusió i projecció social als valors,
tant artístics com representatius, del pintor que
millor va saber portar al llenç la llum i l’ambient
mediterranis. En eixe sentit, la recentment creada
Institució Joaquín Sorolla d’Investigació i Estu-
dis, la breu trajectòria de la qual no està exempta
d’importants èxits, posa a disposició de valencians
Sorolla de difícil exhibició a València, es duga a
i visitants una obra certament magistral: Menjant
terme de manera satisfactòria.
a la barca, un oli pintat a València en 1898, en el
context d’una etapa prolífica en la producció de
l’artista i molt centrada específicament en la plasmació del nostre litoral.
Anime per tot això a participar i disfrutar d’esta
nova mostra de l’activitat de la Institució Joaquín
Sorolla d’Investigació i Estudis, una entitat que
com la resta d’organismes culturals dependents
L’escena tractada, que partix d’un fet tan quotidià
de la Generalitat treballa per a difondre la riquesa
com el descans que uns pescadors es prenen per
patrimonial de la nostra Comunitat i l’obra dels
a menjar en la seua humil barca, reflectix, amb
nostres artistes més destacats, projectant així amb
serenitat però al mateix temps amb una grandesa
força cap a tot el món el nom de València i el de la
que va més enllà de la crítica social, la sobrietat i
nostra Comunitat.
les dures condicions de vida dels valencians de la
mar. Tot en esta obra, temàtica, composició i colorit “enlluernen” per igual –i no és una metàfora-,
ALBERTO FABRA PART
fent-nos més patent i sobretot més comprensible
President de la Generalitat
la soltesa de recursos, el domini tècnic i la manera
de concebre la pintura que van fer cèlebre en el seu
moment, i seguixen fent-ho encara a hores d’ara,
al mestre.
Acompanyant a esta excepcional obra, la ràpida
adquisició del qual va suposar en el seu temps tot
un rècord pel que respecta a la suma més elevada pagada fins a la data a un autor viu, altres dos
pintures, procedents de col·leccions privades i
relacionades cronològica i temàticament amb
l’exposada, aconseguixen que una de les comeses
essencials de la Institució, açò és, mostrar obres de
a la barca: El sant del patró. Este conjunt d’obres
destaca no sols com a exemple de la mestria i ofici
de Sorolla, sinó també com a moment culminant
de la seua maduresa creativa. Menjant a la barca és
l’últim d’un conjunt de quadros l’escena dels quals
es desenrotlla en la coberta d’una embarcació de
pesca. És una obra destacada dins del seu gènere,
D
esprés de les exposicions “Elena Sorolla
en la platja” i “Família d’Estanislao Gran-
que va participar en l’Exposició General de Belles
Arts de Madrid de 1899.
zow”, la Institució Joaquim Sorolla d’Investigació
Amb esta tercera exposició, la Institució Joaquim
i Estudis presenta en la seua sala del Centre del
Sorolla d’Investig ació i Estudis continua
Carme una mostra dedicada a l’obra Menjant a la
investigant sobre obres poc conegudes, inèdites o
barca, de la Reial Acadèmia de Belles Arts de San
d’especial interés, pintades per Joaquim Sorolla o
Fernando, acompanyada de dos estudis particu-
els artistes del seu entorn per a exposar-les i donar-
lars del mateix tema: l’oli Pelant creïlles i l’aiguada
les a conéixer al públic valencià en la sala destinada
El sant del patró.
a les seues exposicions en el Centre del Carme.
Quan Joaquim Sorolla va pintar Menjant a la
Amb el suport del Consorci de Museus de la
barca, en 1898, portava huit anys treballant a la
Comunitat Valenciana, la Institució Joaquim
vora del Mediterrani. La seua major preocupació
Sorolla d’Investigació i Estudis està contribuint a
de llavors era aconseguir traslladar a la tela
difondre la vida i l’obra d’un dels nostres pintors
l’activitat dels pescadors, junt amb el reflex de la
més destacats, però la seua labor investigadora
llum del dia en el mar. Dins d’este conjunt d’obres
també suposa una important aportació a la difusió
pintades directament en la platja i que reflectixen
i el coneixement de la història de l’art valencià.
l’activitat marinera i pesquera de la València del
segle XIX, també destaca l’oli Pelant creïlles, firmat
en 1891. Junt amb estes dos teles, s’exposa un dels
LOLA JOHNSON
tretze estudis i quadros relacionats amb Menjant
Consellera de Turisme, Cultura i Esport
MENJANT
A LA
BARCA
B lanca P on s -Sorolla
Per a Sorolla, des del començament com a pintor, l’obsessió
per reproduir en les seues teles la mar de la manera més
veraç i subtil possible va ser una constant fins al final dels
seus dies. Quan va decidir pintar Menjant a la barca [cat.
I] ja feia huit anys que treballava a l’aire lliure, a la vora de
la mar Mediterrània, sota el dur sol i amb la llum incomparable de la seua terra, portant a les seues teles allò que
des de xiquet l’havia fascinat, la vida del treball dels pescadors, amb les seues alegries i penes, però tan estètic, tan
bell, amb tant de caràcter i amb tants contrastos. I decidix
fer-ho d’una manera molt personal, com fins llavors ningú
ho havia fet: traslladant a les seues teles aquella bella realitat i el gaudi que li produïa contemplar-la.
A este efecte, Sorolla traslladà a la platja el seu cavallet i
les seues teles i allí passava gran part de la jornada plas97
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
mant les escenes que tant li agradaven i que il·luminava
amb la llum de les diferents hores, reflectida en incessants
coloracions. I de la mateixa manera que els pescadors solien menjar en les seues barques en alta mar o quan les
deixaven a l’arena, al nostre pintor li portaven el menjar
a la platja perquè no perdera el temps, ni desaprofitara
l’ocasió de contemplar un nou efecte de llum que potser
mai més es tornaria a repetir. Eixa manera de “pintar amb
els ulls” allò que mai podria reproduir, per efímer, era de
les coses que més el feien gaudir, tal com referix en les
seues cartes.1
Sorolla a la platja pintava sempre dret, acostant-se
a tocar la tela amb els pinzells carregats de pintura i
allunyant-se’n per a veure l’efecte aconseguit, i en les
obres grans com Menjant a la barca, afegia a eixe continu vaivé un moviment de pujar i baixar els escalons
d’una escaleta de fusta, des de la qual pintava les zones
altes de la tela on no arribava amb els llargs pinzells
que feia servir en estos casos. A eixa manera de treballar sense parar quet ni un instant es referia Pérez de
Ayala en anys molt posteriors a l’execució d’esta obra:
No paraba jamás. Estaba transido por una fiebre ligera,
casi enajenado, como si le poseyese una divinidad activa
y favorable. Se echaba de ver la alta tensión de su sistema
vascular y nervioso. Era como una cuerda sonora estirada
1
En dues cartes de Joaquim a Clotilde, escrites probablement el 26 i el 27 de
març de 1918, des de Sevilla (cfr. Lorente; Pons-Sorolla; Moya 2008, cartes
núm. 440 i 441).
98
B lanca P on s -Sorolla
hasta el límite agudo de su elasticidad. Delineaba unos
trozos de dibujo; poníase en pie; paseábase con agitación; tornaba al trabajo; mascaba sin cesar un largo cigarro; hablaba con nerviosidad, continuamente, en una
versátil mudanza de uno a otro asunto, los más inesperados, formulando acerca de todo opiniones sucintas, en
frases que eran una imagen sobre manera plástica y leve,
semejante, en el orden de la expresión oral, a sus menudas impresiones pictóricas, que yo había anteriormente
comparado con los “hai-kais” (Pérez de Ayala 1923).
També Sorolla en les cartes a la seua dona li comentava el
cansament d’esta manera de treballar:
… ayer tarde que empecé oficialmente mi cuadro, hija
mía, lo que sudé, subir y bajar la escalera cada vez que
debo dar una pincelada me dejó desecho, así que rabio
si no trabajo, y trabajo reventándome, ¿es la vejez? Pero
doy por bien empleado el cansancio al tedio forzoso de
hoy (7 de novembre de 1914; cfr. Lorente; Pons-Sorolla;
Moya, carta núm. 226).
Per a pintar a la platja obres grans, Sorolla havia de demanar les autoritzacions pertinents que li permetien delimitar el seu lloc de treball instal·lant lleugeres mampares de
tela que allunyaven un poc curiosos i xiquets, i evitar d’esta
manera que l’arena que alçaven anara a parar al que estava
pintant. També li permetien alçar casetes de fusta on guardava els utensilis de treball per a no haver-los de traslladar
diàriament.
99
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
Eixa mar, eixa llum, eixe sol, eixe ambient salobre els mantenia enxisats a ambdós, al nostre pintor i als pescadors. El
mateix els passava als xiquets i als vells que no se n’anaven
en la barca a les labors de la pesca, però que esperaven a la
platja, els primers jugant i cabussant-se en eixa benaventurada mar que els feia menys llarga l’espera, i els últims,
conversant, solaçant-se, colrant-se encara més amb eixe sol
i ajudant en el que podien els més jóvens, mentre els ensinistraven amb els seus consells i experiències o els distreien
amb velles i picants històries dels seus anys mossos.
Una cosa pareguda li passava al nostre pintor, havia triat
una professió i sobretot una manera de fer el seu treball
que era difícil de compaginar amb una família, amb una
vida còmoda i confortable; pintar a l’aire lliure era estar
condicionat pel que ell no podia controlar, estava a mercé dels canvis de temps, era una lluita contínua, igual que
els ocorria als pescadors en la mar. Però, sobre tots els
inconvenients que podia tindre, pintar així el feia l’home
més feliç del món, li permetia fruir de la naturalesa fins
a uns límits insospitats. Deia en una altra de les seues
cartes:
Escrivia Sorolla a la seua dona el novembre de 1907:
Querida Clotilde. Estoy ya en esta desde las 4 de la tarde, y
he gozado mucho con el espléndido espectáculo de tanta
luz y color. El día tibio y agradable contribuye; no he desperdiciado un momento viendo cosas bonitas: ¡el agua era
de un azul tan fino! y la vibración de luz era una locura. He
presenciado el regreso de la pesca: las hermosas velas, los
grupos de pescadores, las luces de mil colores reflejándose
en el mar, la picante conversación de muchos de mis viejos
modelos, me proporcionaron un rato difícil de olvidar.2
És veritat que la labor de la pesca era molt dura, i desagraïda la major part de les vegades, que eixe rude treball mai no
els trauria de pobres, però no hi havia manera d’allunyar-se
de l’atracció que els produïa la seua mar.
He tenido mala mañana, solo he podido pintar 2 horas,
el viento horrible que hacía, y frío por ser poniente, me
tiró el cuadro, que he podido pillar en el aire sin que
afortunadamente se borrase nada. De todos modos no
he perdido el tiempo por haber casi terminado el mar
que era muy hermoso, no hay pues motivo de queja, nunca peor; ahora sólo falta que la tarde no sea igual en cuyo
caso nada podría hacer en la orilla del mar (del 3 al 4
de desembre de 1907; cfr. Pons-Sorolla; Lorente 2009,
carta núm. 215).
I uns dies després, en una carta “per entregues”, explicava
de nou a la seua dona:
Querida Clotilde, el día termina muchísimo peor que
empezó, esta tarde ha sido insoportable, 2 hombres me
2
Eixos vells models a què Sorolla es referix no eren altres que els pescadors que
havia portat als seus quadros; cfr. Pons-Sorolla; Lorente 2009, carta núm.
205.
100
tenían el cuadro a la orilla del mar, he tenido que suspender el trabajo, rabioso y dolorido; es un viento sucio,
101
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
frío y polvoriento que pone los nervios de punta, todo
está envuelto en una atmósfera gris sucia, mascar tierra, o
arena; de continuar esto yo no se qué voy a hacer…
Ya terminó el día, todo lo envuelve un tono rojizo, señal
evidente que continuará el tiempo aponentat, que sufrimos desde mi llegada y que no arreciando mucho se hace
uno a él, por más que no sea agradable…
No he podido trabajar en lo empezado ayer (por no tener el sol limpio) pero he empezado otro cuadro, y van
21, de una barca en el mar que será bonito así que estoy
contento, pues son sesiones bien aprovechadas; tengo un
hambre por pintar como nunca he sentido, me lo trago,
me desbordo, es ya una locura.
Es natural, hace muchos años que no he tenido un estado tan perfecto de salud, ni un equilibrio tan completo,
además no me ocupo de nada más que de esto; hago una
vida higiénica y tengo el rato delicioso este en que leo
B lanca P on s -Sorolla
Els temes de mar i platja abans de Menjant a la barca.
Abans de 1891 les incursions de Sorolla en temes de mar
s’havien limitat a uns lleugers apunts o notes de color presos en les seues interminables passejades per la platja o pel
port. També dels seus inicis hi ha una sèrie de referències
a través d’un conjunt de “marines”3 molt del gust del moment i clarament inspirades, si no copiades, d’artistes especialitzats en el gènere, entre els quals destacava en eixe moment Rafael Monleon i Torres, valencià com ell (cfr. Díez
2009, 21). Estes i algunes tauletes amb lleugers apunts van
ser el seu inici com a pintor de mar, res a veure amb la seua
personalíssima i inconfusible forma de tractar-lo deu anys
després.
Les primeres obres personals de Sorolla relacionades directament o indirectament amb el mar i pintades davant
seu, a la platja, van ser creades a partir de 1892. D’eixa
data és El dia feliç4 [il·l. 1], un quadro de gènere, d’antics
vuestras cartas y que las escribo para vosotros, soy pues
muy feliz, y lo seré más el día que lleguéis.
Claro está que si hoy hubiera sufrido tanto como el domingo no diría esto, pero un día mediano, una hora feliz
compensa muchos malos ratos (del 8 al 9 de desembre de
1907; cfr. Pons-Sorolla; Lorente 2009, carta núm. 220).
102
3Sorolla va presentar tres marines en l’exposició Nacional de Madrid de 1881,
que van passar totalment desapercebudes i que diferents autors sostenen infundadament que van ser destruïdes pel pintor. Hi ha tres marines de mides
semblants, una al Museu Sorolla (núm. inv. 01342) i dues en col·leccions particulars; una d’estes últimes conserva una etiqueta de l’Exposició Nacional de
1881 que acredita la participació en la mostra. Es conserven cinc obres més
de les mateixes característiques i moment, com la que es guarda al Museu de
Belles Arts de València (Marina. Port de València, ca. 1882, núm. d’inv. 895),
de menor format.
4 Per a Rafael Doménech El dia feliç va ser el primer quadro de Sorolla que
li va produir “una sensació de cosa clàssica”. Per a ell, “el artista griego no se
preocupó más que de expresar aquello que él amaba y era el encanto de sus
ojos” i Sorolla a partir d’este moment no tindria un altre ideal que “llevar a sus
lienzos las formas típicas de la gente de mar, de los pescadores y de los niños
criados en las playas levantinas; las barcas, los toros, el ambiente salobre y
la luz intensa descompuesta en mil tonalidades distintas cambiando a cada
momento...” I conclou que eixe ideal no anirà “más allá de la forma, la luz y el
ambiente” (Doménech 1910, pp. XIX-XX).
103
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
costums, en què una xiqueta vestida de primera comunió
rep la benedicció de l’avi en una de les barraques de la
platja del Cabanyal de València. L’escena s’il·lumina amb
els rajos que es filtren a través dels badalls de les taules
de fusta de les parets i amb la llum que penetra a través
de la porta oberta sobre la platja en un dia resplendent,
on al fons s’endevina la mar. També deu ser d’estes dates
un deliciós quadro de dimensions reduïdes, però de gran
qualitat, firmat en 1891, que per l’avanç que suposa en
la seua obra ha fet pensar en més d’una ocasió que era de
datació molt posterior a la que figura al costat de la firma,
fet que, d’altra banda, no seria molt estrany coneixent el
pintor. El quadro a què em referisc, Pelant creïlles, es va
poder contemplar i comparar amb La tornada de la pesca
[il·l. 2] i Menjant a la barca en una mateixa exposició5
i a poca distància l’un dels altres. Quan s’estudiaven es
podia entendre perfectament que havia sigut necessari pintar eixa obra abans d’arribar a afrontar el repte de
portar a una tela tan gran una escena tan complicada de
mar com La tornada de la pesca, i per un altre costat era
més fàcil adonar-se d’una proximitat major respecte a
la data del quadro de la tornada de la pesca que al de la
menjada dels pescadors, la qual cosa ajudava a mantindre
la data d’execució de Pelant creïlles pròxima a la datació
assenyalada per l’artista. Estos primers estudis de mar van
estar sempre relacionats amb el món del treball dels pescadors.
És a partir d’este moment que Sorolla s’entrega amb entusiasme a pintar a la platja obres que en uns casos resulten
ser la disculpa per a dur a terme esplendorosos i complicats
estudis de mar com La tornada de la pesca, i en d’altres,
assumptes relacionats amb la mar com I encara diuen que el
peix és car!,6 però en què la mar en si no està representada.
Això ocorre també en una altra tela excepcional de 1896,
Cosint la vela, en la qual l’artista interpreta una alegre i lluminosa escena de treball al pati d’una de les casetes de pescadors de la platja del Cabanyal. D’este moment i pintada
en el mateix escenari és la deliciosa obra Les xarxes [il·l. 3],
que d’alguna manera és un avanç del quadro Cosint la vela,
un cas semblant al de Pelant creïlles respecte a La tornada
de la pesca i Menjant a la barca.
5
Van figurar en l’exposició “Joaquín Sorolla. 1863-1923”, Madrid, 2009, al
Museu del Prado. Pelant creïlles, cat. núm. 13, La tornada de la pesca, cat.
núm. 16 i Menjant a la barca, cat. Núm. 21.
104
Este canvi en la manera de presentar els assumptes que
fins aleshores s’havien tractat amb la distància i “la falsedat” del típic, l’expressen de forma breu i encertada Garín
i Tomás, canviant el terme d’“escena costumista” pel de
la representació de “la vida quotidiana”, amb l’important
i nou avanç que això suposa respecte del que s’havia fet
fins aquell moment:
En els anys noranta és observable una ràpida evolució que sembla oportú caracteritzar com “del costumisme a la vida quotidiana”; en efecte, els quadros
inicials que s’emmarcaven en el gènere costumista
anaren canviant per d’altres en què el motiu deixa-
6
Esta obra de denúncia, d’assumpte social, és també la disculpa per a fer un
magistral estudi de llum i ambient de la coberta baixa d’una barca de pesca.
105
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
va de ser “el costum típic” per a convertir-se en un
estudi de la quotidianitat del poble, a vegades en
la casa o el descans i majoritàriament en el treball.
Paral·lelament el color anà cobrant cada vegada més
autonomia o, si es preferix expressar així, deixà de ser
un servidor de l’assumpte per a esdevindre la substància en què el tema s’encarnava; pot observar-se
l’evolució en les escenes de camp, però les que adquiriren un protagonisme de primer pla van ser les de
la vida i el treball dels pescadors del Cabanyal. (…)
finalment estava pintant el poble en la seua vida quotidiana, això unit a l’explosió d’un cromatisme que ja
aleshores era desconegut i nou, d’una brillantor de
colors que li va meréixer l’apel·latiu de “luminista”
(Tomás; Garín 2007, 25).
A més d’estos importants quadros que presenta en els salons
i les exposicions de primer orde, treballa en d’altres de format
més contingut amb assumptes que continuen relacionats
amb els pescadors i el treball en la mar, obres que sol presentar en exposicions més o menys importants i que tenen molt
bona acollida entre el públic. En uns casos la mar és l’absoluta
protagonista, com ocorre amb Pescadors valencians7 [il·l. 4]
de 1895, o en menor grau en Xiquet dormint en una barca8 de
1896. En d’altres és l’arena daurada de la platja la que centra
l’escena, com en Corders. Platja de València9 [il·l. 5] de 1893,
B lanca P on s -Sorolla
Constructors de vaixells10 de 1895 o Recollint les xarxes11 de
1896.
A partir d’estes dates les platges de Sorolla s’aniran poblant de
pescadores amb les seues cistelles, de xiquets jugant a la vora
de la mar o banyant-se mentre els pares treballen, de barques
que tornen de la mar o se’n van amb les veles desplegades,
de bous que arrosseguen les embarcacions que arriben o se’n
van, en eixa visió arcàdica de la platja de València. Encara
que fins aleshores el món de la platja de Sorolla continua
girant, fonamentalment, entorn de la pesca.
L’èxit d’estes obres tant en els certàmens com entre el públic va ser indiscutible i va respondre en part a l’estudi
conscienciós que l’artista va fer investigant el que s’estava
presentant en els salons més avançats, a què acudix contínuament no sols per a presentar les seues obres, sinó també
per a prendre el pols del que hi ocorria. Sorolla va pintar
La tornada de la pesca l’estiu de 1894, després de visitar el
Saló de París d’eixe any, al mateix temps que I encara diuen
que el peix és car! i La benedicció de la barca12 [il·l. 6]. El
Pescadors valencians sí que va ser presentat en una exposició de primer
orde, en la Internacional de Berlín de 1896 va rebre una medalla d’or.
8 Este quadro va figurar en el Saló Artal de Buenos Aires de 1899.
9Sorolla va presentar esta obra en l’Exposició Biennal del Cercle de Belles
Arts de Madrid de 1894.
10 Constructors de vaixells va participar en la I Biennal Internacional de
Venècia de 1895.
11 Pescadors arreplegant les xarxes va ser presentat al Saló de la Société des
Artistes Français, París 1899, a continuació en les seues exposicions
individuals de París 1906, Berlín 1907 i Londres 1908, i finalment en
l’Exposició Internacional de Roma de 1911, on va ser adquirit per mil
lires per a la Gallera Nazionale d’Arte Moderna de Roma.
12 Este quadro va figurar amb el seu aspecte original en l’Exposició General de
Belles Arts de Madrid de 1895, en el Saló de la Société des Artistes Français
de París de 1896 i en la II Biennal Internacional de Venècia de 1897. Abans
d’exposar-se de nou en la primera exposició individual de Sorolla a París, en
1906, l’artista va suprimir el cap d’un pescador que hi havia en el segon pla
a l’esquerra, per a deixar retallat sobre el mar el cap del pescador del primer
terme, amb la qual cosa la composició va guanyar, moment en què va ser adquirit pel marqués de Casa Riera.
106
107
7
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
primer el va presentar en el Saló de París de 1895, on va
obtindre una primera medalla, i va ser adquirit per l’estat
francés per al Museu del Luxemburg;13 el segon i el tercer
els va exposar en la Nacional de Madrid d’eixe mateix any,
on va aconseguir una primera medalla amb I encara diuen
que el peix és car!, que va ser adquirit per l’estat espanyol per
al Museu del Prado. La benedicció de la barca, el va tornar
a presentar Sorolla en la seua primera exposició individual,
que va tindre lloc a París en 1906, on va ser adquirit pel
marqués de Casa Riera per vint mil francs, una xifra en
aquell moment excepcional.
rráneo, la blancura transparente y sólida al mismo tiempo
En 1895 Vicent Blasco Ibáñez publicava la novel·la Flor
de mayo, que acabava amb la frase “¡Aún dicen que el pescado es caro!”, que donava títol al quadro del pescador
ferit en la barca de Sorolla. El paral·lelisme en el treball
d’ambdós artistes i l’immens afecte que es professaven
estan presents en l’article que Blasco escriu en 1923 amb
motiu de la mort de Sorolla. Hi recorda amb especial
emotivitat la creació de la seua novel·la Flor de mayo al
mateix temps que el pintor feia el quadro I encara diuen
que el peix és car! Deia així:
Trabajamos juntos, él en sus lienzos, yo en mi novela, te-
Muchas veces, al vagar por la playa preparando mental-
de las velas, la mole rubia y carnal de los grandes bueyes
cortando la ola majestuosamente al tirar de las barcas.
Ese pintor y yo nos habíamos conocido de niños, perdiéndonos luego de vista. Venía de Italia y acababa de
obtener sus primeros triunfos.
Convertido al realismo en el arte y abominando la pintura aprendida en las escuelas, tenía por único maestro al
mar valenciano admirando fervorosamente su luminoso
esplendor.
niendo enfrente el mismo modelo. Así se reanudó nuestra amistad, y fuimos hermanos, hasta que hace poco nos
separó la muerte.
Era Joaquín Sorolla.”14
L’any 1895 ja en feia cinc que Sorolla havia tornat d’Itàlia, i
si bé és veritat que acabava d’aconseguir importants triomfs,
no eren els primers com diu el seu amic Blasco Ibáñez…, el
primer l’havia aconseguit també amb un quadro d’assumpte
social, Una altra Margarida, que li havia aportat una medalla
mente mi novela, encontré a un pintor joven –sólo tenía
cinco años más que yo− que laboraba a pleno sol, repro-
13 Adquirit en la dita exposició per sis mil francs pel govern francés per al Museu del Luxemburg, hui es troba al Museu d’Orsay.
14 L’edició de Flor de mayo publicada per Vicent Garcia Editors en 1981 inclou
l’article de 1923 del diari El Pueblo en què Vicent Blasco Ibáñez explica com es
va gestar la seua segona novel·la, Flor de mayo, sent director del diari El Pueblo
de València. La vida de Blasco, tan oposada a la de Sorolla, coincidia amb la
del pintor en les hores en què ambdós estudiaven a la platja, Sorolla allò que
pintava i Blasco allò que escriuria. Sorolla matinava per a arreplegar la informació que traslladava als seus quadros, Blasco en les primeres albors del dia,
després de tancar el periòdic, es convertia en novel·lista i escrivia o vagava pels
escenaris de les seues novel·les fins que, ben entrat el matí, el rendia la son.
108
109
duciendo mágicamente sobre sus lienzos el oro de la luz,
el color invisible del aire, el azul palpitante del Medite-
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
d’or en l’Exposició Nacional de Madrid de 1892 i que, com
que no va ser adquirit per l’estat espanyol, en contra del que era
habitual amb els primers premis en este tipus de certàmens,
va tornar a presentar en l’Exposició Internacional de Chicago
de 1893, on va ser premiat amb una medalla d’honor i adquirit a continuació per la Washington University Gallery of
Art, de Saint Louis, on es conserva.
I els reconeixements van continuar amb obres relacionades
amb el treball dels pescadors: en l’Exposició Internacional de
Berlín de 1896 van concedir la medalla d’or a Pescadors valencians, que fou adquirit per la Galeria Nacional de Berlín.
En 1897 Cosint la vela és exposat en l’Exposició Internacional
de Munic, on va obtindre una medalla d’or, i la primavera de
1898, en l’Exposició Internacional de Viena, el van premiar
amb la gran medalla de l’estat austríac per este mateix quadro.
Menjant a la barca
L’estiu de 1898, abans de pintar a la platja de València este
quadro, Sorolla havia passat quasi un mes a Xàbia treballant a l’aire lliure. Les estades del pintor en eixa bella zona
de la costa alacantina suposen per a la seua pintura importants avanços en el domini del color i de la llum; això és
evident en les obres que duu a terme a continuació a la platja de València i especialment en el quadro Menjant a la
barca. De com va ser de profitosa eixa estada a Xàbia per
a l’artista respecte del que a continuació pintarà a la platja
del Cabanyal, tenim nombroses referències en les cartes
que va escriure a la seua dona:
110
B lanca P on s -Sorolla
Ayer trabajé bastante y los estudios no van mal, pero sí
con lentitud por lo difíciles que son; si estos estudios los
hubiera hecho al final de la temporada estarían mejor y
hubiera sido más fácil, pues estaría más acostumbrado a
pintar al aire libre, pero ahora recién salido del estudio
cuesta mucho acostumbrar la retina, pero eso no importa,
mejor aún para mi regreso, en que lo que pinte lo haré
mejor(València, 13 o 14 de juny de 1898; cfr. PonsSorolla; Lorente 2009, carta núm. 120).
Menjant a la barca és l’últim d’un conjunt de quadros de
Sorolla en què l’escena té lloc en la coberta d’una embarcació de pesca, a recer de la vela. Una de les obres culminants
dins del seu gènere, que va presentar en l’Exposició General de Belles Arts de Madrid de 1899 al costat de Cosint
la vela, El xiquet del raïm [il·l. 7], La Caleta. Xàbia [il·l.
8], El garrofer. Xàbia15 i dos retrats. En recompensa de la
qualitat de les obres presentades li van concedir la Gran
Creu d’Isabel la Catòlica. El quadro va ser adquirit per la
marquesa de Villamejor, mare del comte de Romanones,
per trenta mil pessetes, la suma més alta pagada per una
obra espanyola en eixa època.16
Sobre les coincidències de les obres de Blasco Ibáñez i
Sorolla, i respecte a la qualitat de Menjant a la barca, els
editors de l’Epistolario I de Joaquim Sorolla anoten:
15 A pesar de la datació posada per l’artista, este quadro i l’anterior, La Caleta.
Xàbia, els havia pintat l’estiu anterior, en 1898.
16 Anys després el quadro va ser donat a la Reial Acadèmia de Belles Arts de San
Fernando pel comte de Romanones, on actualment figura amb el número
d’inventari 804.
111
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
Es tracta d’una de les millors teles de Sorolla, el tema de
la qual té molts punts de contacte amb la descripció de
la menjada en una barca de pesca que havia fet Vicent
Blasco Ibáñez en la seua novel·la Flor de mayo (1895.
VI. 434); d’altra banda, el quadro va significar una fita
en l’evolució pictòrica de Sorolla: assumia l’experiència
B lanca P on s -Sorolla
estribord, i crea en la zona dreta de la vela una depressió
arredonida només tallada per la pressió del barret de palla
del pescador més ancià, assegut amb el xiquet de menor
edat en la borda de babord. Passada la botavara, la vela
s’unfla lleument, il·luminada pel sol.
L’assumpte és molt senzill: tres pescadors majors i tres xavals, un de poca edat, es disposen a menjar en la coberta
d’una barca de pesca que es troba en l’arena, a la vora del
mar. Es protegixen del sol amb la vela que descansa sobre
la botavara de l’embarcació a manera de tendal. L’escena
dels pescadors menjant, en el primer terme del quadro,
discorre en la penombra creada per la vela, però no ocorre
el mateix en el segon terme de la barca, en la proa, justament darrere del pal, que reverbera al sol d’un dia resplendent. La brisa del mar bufa suaument de babord a
El pintor s’ha introduït en l’espai de representació, emmarcat en este cas pel buc de la barca i pel tenderol de
la vela, per a fer-nos partícips de la intimitat del moment
d’eixe esmorzar i dels detalls que ens porten a saber i sentir tot el que està ocorrent en eixe senzill habitacle creat
de forma tan natural: en primer lloc el dia tebi i lluent
en què es desplega l’escena gràcies a la deliciosa brisa del
mar, així com la manera en què pescadors i xiquets fruïxen
d’eixe esmorzar en la seua barca. Per les seues actituds, no
exemptes de tendresa, es tracta d’una reunió habitual de
diferents membres d’una mateixa família, que pertanyen
a generacions distintes. La manera en què el personatge
de més edat subjecta i atén el seu nét, assegut en una de
les seues cames, i la forma en què el xiquet recolza la maneta en la del seu avi, diu molt del gaudi d’ambdós mentre
compartixen el menjar. La concentració dels pescadors de
més edat en l’activitat que duen a terme, l’avidesa amb què
es mengen els aliments, que el més menut sembla advertir,
contrasta amb el relaxament dels dos jóvens del primer
terme, que pareixen posar més atenció a la seua conversació que a l’acte d’alimentar-se, coneixedors que el seu torn
arribarà una vegada acabat el dels majors. Vegem com
coincidix la descripció de Sorolla d’eixe esmorzar amb la
del seu amic Blasco en Flor de mayo, encara que en este
últim cas l’esmorzar a què es referia tenia lloc en alta mar,
112
113
de la brillantor del blanc de Cosint la vela i la brillantor
del sol sobre l’extrem de la barca tenia ja la potència dels
blancs enlluernadors plens de matisos del millor Sorolla;
assajava a més la que seria la seua combinació més característica, blanc-blau-groc, en què la vela subministrava
un to groguenc al conjunt de la composició. No és gens
estrany que, quan el va veure exposat a París, diguera a
la seua dona en una carta que era el que més li agradava
de tots el que havia enviat (Tomás; Garín; Justo; Barrón
2007, 132, nota 169).
Esta obra i Cosint la vela, pintada dos anys abans que
l’anterior, són dins del conjunt d’obres relacionades amb
el treball del mar les més avançades i modernes.
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
després del treball habitual de Pascualet, el jove grumet o
“gat” de la barca del tio Borrasca:
veracitat ens parla també Javier Barón quan descriu el quadro Pelant creïlles, obra que segons el seu parer està més
pròxima en data a Menjant a la barca (Diversos autors
2009, núm. 16, p. 248).
No se equivocaba el muchacho al decir que había nacido
para el mar… Trabajaba mucho, y además de su pitanza
recibía algunos puntapiés del viejo patrón, cariñoso en
tierra, pero incapaz de respeto, una vez sobre su barca,
ni para su mismo padre. Trepaba por el mástil a poner
el farol o arreglar una cuerda con la ligereza de un gato;
ayudaba a tirar de las redes cuando llegaba el momento
de chorrar; baldeaba la cubierta, alineaba en la cala los
grandes cestos del pescado y soplaba el fogón, cuidando
de que el guiso del caldero estuviese siempre en su punto
para que no se quejase la gente de a bordo. Pero como
compensación a estos trabajos, ¡cuántas satisfacciones!
Al terminar el patrón y los suyos la comida –que él y el
otro “gato” de la barca presenciaban inmóviles y respetuosos- dejaban las sobras a los chicos, y los dos se instalaban en la proa con el negro caldero entre las piernas y
un pan debajo del brazo. Ellos sacaban la mejor parte, y
cuando las cucharas tropezaban con el fondo, entonces
empezaba la rebañadura mendrugo en mano, hasta que
el metal quedaba limpio y brillante como si acabasen de
fregarlo (Blasco Ibáñez 1895, 47-48).17
La il·luminació de l’obra és superba. Ha sigut necessari
que l’artista s’introduïsca en l’espai de representació per
a advertir en el seu just valor els contrastos entre la proa
al sol i la popa en penombra, així com la delicadesa dels
reflexos que ajuden a perfilar les figures, les seues faccions,
i a situar-les en els diferents plans de representació en què
es troben. A pesar que és un quadro relativament primerenc, l’encert de Sorolla a l’hora de reproduir les diferents
llums i l’“ambient”, càlid, humit, salobre, dens, creat sota
la vela, ens està anunciant els avanços que en molt poc de
temps caracteritzaran definitivament les seues obres.
Abans de pintar este gran quadro, Sorolla ja havia estudiat amb deteniment els distints elements que hi havia
normalment en una embarcació de pesca, i trobem nombrosos apunts a l’oli i dibuixos en què reproduïx cobertes
d’embarcacions, la vela caient sobre la botavara, i la infinitat d’utensilis que es troben a les barques dels pescadors,
per a, a continuació, tornar-los a estudiar a la llum en què
els pintarà.
17 En l’esmentada edició de Flor de mayo de Vicent Garcia Editors esta escena
s’acompanya d’un dibuix de Sorolla per a Menjant a la barca, de col·lecció
particular (fig. 15).
En un dels dibuixos per a Menjant a la barca, [il·l. 9] figura la següent anotació autògrafa de Sorolla: “hasta hora
(sic) / todos los cuadros grandes / fueron de totalidad
/ ahora estudiar almas de las /gentes / como bendición
/ de la barca”, la qual cosa ens indica que no sols estava
interessat a reproduir amb precisió i veracitat absolutes
114
115
D’eixe interés de Sorolla de penetrar físicament en l’espai
de la representació per a plasmar els elements amb més
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
els distints elements d’eixe reduït habitacle amb els seus
complexos estudis de llum, sinó que també desitjava representar “l’ànima de la gent” que l’habitava o intervenia
en la composició. És també en part per això que el pintor
penetra en eixe espai de representació en ombra, perquè
altrament la potent i vibrant llum del sol que circumda
la barca li impediria conéixer i estudiar la gent que volia
representar.
També cal tindre present a l’hora d’analitzar esta obra la
importància que tenia per a l’artista que allò que havia de
representar aplegara valors estètics i afectius. Les obres que
unixen estes dues condicions en el moment de l’execució
tenen una aura especial, que en este cas es reflectix en la
tendresa que conté l’escena, a pesar de la rudesa dels tipus,
tendresa que, com comentàvem, fa pensar que les persones representades són membres d’una mateixa família. La
composició, la manera de relacionar de forma subtil eixos
pescadors i “els gats”, és tan estudiada i alhora tan natural,
que difícilment ho aconseguiria reflectir algú que no donara la importància a la família i a les relacions familiars que
Sorolla els concedia.
El quadro, infinitament més ambiciós que els estudis que
plantejava des de feia anys, permetia al pintor fer una anàlisi
veraç de composició, de llum, de color i d’ambient. Respecte
de tot això comenta Javier Barón:
B lanca P on s -Sorolla
altra intenció diferent de l’estrictament naturalista, que
es fa ací més patent que en altres obres. S’acosta en això a
les creacions de novel·listes com el seu amic Vicent Blasco
Ibáñez, que en Flor de mayo va descriure tres anys abans una
menjada en la barca en termes semblants, la qual cosa indica
un punt de partida en una realitat objectiva comuna.
En el quadro, a pesar dels treballs preparatoris, el pintor va
fer modificacions de distints aspectes de la composició. Es
perceben en la pintura correccions en els plecs de la vela,
en la posició del calder del xic de l’esquerra i, sobretot, en
la disposició de la borda a l’esquerra, que va variar fins en
dues ocasions, des de posicions més retirades fins a la que
ocupa, tallada de seguida per la vora inferior de la tela.
Amb eixa última modificació el pintor aconseguia introduir l’assumpte de forma més immediata. A eixe propòsit
respon també l’acostament de les figures al primer pla i
la supressió de les que es trobaven en la part posterior en
apunts i esbossos. Això, i la seua reunió segons una composició oval en un altre espai oval, el de la barca en l’arena,
extrema el sentit de concentració de l’escena.
Esta es desplega en un verdader habitacle resguardat del sol
per la gran vela estesa, com si fóra un tendal, sobre la botavara que es projecta cap al fons, a plena llum, entre el mar i
el cel. Eixa marcada lluminositat de l’últim terme contrasta
amb la suau penombra de la resta de la barca, que permet
En tot cas, no obstant això, en esta pintura els mariners
observar una diversitat de tons aconseguits amb hàbils
es presenten acomodats com volen i només ocupats en el
mescles en la paleta. (Diversos autors, 2009, núm. 21, pp.
gaudi de l’esmorzar, i el pintor sembla exempt de qualsevol
262-263).
116
117
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
L’encertada restauració i neteja del quadro als tallers del
Museu del Prado l’any 2009, ha sigut definitiva per a recuperar els colors originals i les delicades modulacions, que
no es podien veure a causa dels vernissos oxidats que els
recobrien. Això, en part, ha permés constatar la veracitat
d’este estudi del natural. És impossible pintar certs detalls,
com els reflexos pintats que tinyen i modelen les figures, la
vela i la borda, si no s’han vist directament.
Analitzem a continuació este conjunt d’obres, començant
per Pelant creïlles [cat. II], datada per l’artista a València en
1891, i a la qual de nou Javier Barón es referix així:
Hi ha almenys tretze estudis i quadros relacionats amb
Menjant a la barca, dels quals només un és un guaix i la
resta, olis. A més hi ha nombrosos dibuixos,18 almenys
quaranta-sis, dels quals dènou es troben reproduïts en el
llibre Dibujos de Joaquín Sorolla de Luz Buelga (2000,
103-106 i 212-220, del núm. 53 al núm. 70). Alguns es
reconeixen com a estudis per als quadros El sant del patró
i Pelant creïlles, que són obres que van precedir Menjant a
la barca. L’anotació autògrafa en un, que ja hem comentat,
amb la referència al quadro La benedicció de la barca, de
1894, ens dóna idea del temps que feia que estudiava esta
obra. El dibuix Menjant a la barca [il·l. 16] que es conserva al Museu Sorolla és una de les obres més pròximes a la
definitiva: el grup de pescadors es troba en el primer pla de
representació, davant del pal, i es pot veure la figura de l’avi
amb el nét assegut a les cames en una posa semblant a la de
la tela homònima.
18 El Museu Sorolla conserva catorze dibuixos relacionats amb Menjant a la
barca (es pot accedir a la seua fitxa i reproducció en el catàleg del Museu
Sorolla http://museosorolla.mcu.es/catalogo.html); n’hi ha 32 més en
col·leccions particulars, ací en reproduïm set inèdits (els de les il·lustracions
10 a la 15 i 18). Esta publicació inclou il·lustracions de les pintures estretament relacionades amb Menjant a la barca i els estudis esmentats.
118
En esta s’advertix com l’artista es va avançar en la resolució de problemes que tractà amb més amplitud i monumentalitat en quadros posteriors, com ara Menjant a
la barca. L’enquadrament tallat, que havien abordat en
la pintura francesa artistes com Édouard Manet, atorga
un caràcter immediat a la composició (Diversos autors
2009, núm. 16, pp. 248-250).
És probable que la data i la firma que figuren en el quadro les fera després de l’execució, equivocant i avançant un
poc la datació real, que podria trobar-se al meu entendre
entre 1892 i 1893. Esta falta de rigor en les datacions és
fins a cert punt habitual en l’obra de l’artista, quan no les
firma i les data en acabar de pintar-les. La data suggerida
per Pantorba, 1896, que correspon a la data en què va ser
publicada en la revista Apuntes, és deguda al fet que no va
estudiar l’obra directament i per això, com assenyala en el
seu catàleg, desconeixia la data posada per l’autor.
L’obra reflectix el moment d’un dels treballs previs a la
preparació de l’esmorzar, que té lloc a l’ombra de la vela,
vist des d’una presa zenital per a mostrar amb detall tots els
elements de la coberta del vaixell així com el poal, el bol i
l’olla que situa pròxims al jove pescador. Per a esta obra hi
ha dos dibuixos indagatoris, l’un pres des d’un punt de vista
un poc més baix, en què el pintor prescindix de la vela i afig
119
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
una figura al fons en la proa, que es retalla, de la mateixa
manera que el xic que pela creïlles, contra el cel, i l’altre en
què es representa l’exterior de la borda en primer terme,
pres des d’un punt de vista molt més baix, en què l’única
figura, el xic que pela creïlles, està situada darrere del pal i
es retalla contra la vela (cfr. Buelga 2000, núm. 24 i 23).
mensals es disposen en dos grups, a la proa i a la popa del
vaixell. En el primer terme, davant del pal, un parell de xic
s’apleguen entorn d’un calder. Al fons de la composició un
nombrós grup de pescadors de més edat, en cercle, semblen
estar molt entretinguts mentre beuen i fumen, després del
sopar. Un d’ells s’inclina cap als xics del primer terme, probablement per a oferir-los tabac del que fuma. D’esta manera s’obri el cercle del fons i s’enfortix la diagonal creada
pel xic tombat i el pal, amb la qual cosa es reforça la idea
d’una celebració en què tots participen. La figura d’un dels
“gats”, tombat sobre la coberta, té una disposició similar a
la del xic del primer terme a la dreta de Menjant a la barca,
que no és representat en eixa posa en la resta dels apunts i
dibuixos relacionats.
D’este mateix moment és un apunt xicotet titulat En la
barca [làm. 1], en el qual hi ha una olla molt pareguda a la
de Pelant creïlles. És potser el primer apunt en què Sorolla
es planteja una menjada de pescadors a la barca. A diferència dels estudis que es plantejarà a continuació, en este cas
el sol banya el primer terme de la barca i deixa en ombra les
figures més allunyades.
Un altre quadro relacionat amb esta obra és El sant del
patró [cat. III], venut al final de 1896 per 350 pessetes
(segons s’anota en el quadern familiar) i reproduït a doble
pàgina el gener de 1897 en La Ilustración Española y
Americana (any XLI, núm. III, 22 de gener, pp. 52-53). A
això és deguda la datació en 1896, encara que ben bé podria
haver-lo pintat en 1895 quan escriu al seu amic Pedro Gil
Moreno de Mora i li comenta que està projectant pintar
un quadro “grandecito de comida de pescadores con el mar
por fondo” (9 d’agost de 1895; cfr. Tomás; Garín; Justo;
Barrón 2007, carta núm. 56).
El sant del patró és una de les obres més pròximes a la pintada en 1898, encara que, a diferència d’aquella, està ambientada de nit i s’il·lumina amb els fanals situats en la part
alta del pal, prop de la vela, a la qual projecten llum que
es reflectix sobre l’escena. En esta obra, les figures dels co120
L’obra titulada Estudi per a “Menjant a la barca” va ser el
primer apunt que va fer Sorolla per al quadro objecte d’este
estudi, segons indica en la seua dedicatòria19 a Rodrigo de
Figueroa y Torres, duc de Tovar. Per la seua similitud amb
El sant del patró, hem de datar-lo, com este, al voltant de
1896 i inclús en 1895. En la composició d’esta obra hi ha
de nou dos grups de pescadors separats pel pal, amb tres
xics en el primer terme en compte dels dos que figuren en
l’anterior i sense connexió entre ambdues agrupacions. Es
poden relacionar amb esta obra i amb El sant del patró dos
dibuixos titulats Menjant a la barca (cfr. Buelga 2000, figs.
016 i 022), el primer amb una sola figura en el primer terme i el segon amb tres, tal com ocorre en este Estudi per
19 “Primer apunte para el cuadro / Comiendo en la barca / al amigo Rodrigo
Figueroa / su afmo / J Sorolla” (zona inferior esquerra).
121
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
a “Menjant a la barca” [làm. 2], encara que pres des d’un
punt de vista molt més alt.
del grup de pescadors reunits darrere del pal i, en este cas,
amb el mar de fons.
Un altre dels estudis relacionats amb Menjant a la barca és
de nou una obra dedicada per Sorolla a Rodrigo Figueroa,
En la barca [làm. 3], que com en els dos casos anteriors cal
datar entre els anys 1895 i 1896, perquè les mides semblants,
la dicció i la gamma cromàtica així ho justifiquen. És l’únic
estudi que aborda en detall el pal i la botavara amb les eixàrcies, tal com es troben en el quadro definitiu. Les escotilles
de la coberta estan obertes i només hi ha una figura representada d’esquena i subjectant un calder en què pot estar començant a preparar el menjar. No hi ha fons de mar.
També hauria d’adjudicar-se a dates pròximes a 1898 un
altre apunt xicotet, de nou titulat Menjant a la barca [làm.
7], que es conserva al Museu Sorolla, en què el pintor continua assajant noves opcions de composició, amb el pal molt
desplaçat a l’esquerra. Esta composició és molt pareguda al
dibuix En la barca. Dibuix de composició, llum i moviment
(cfr. Buelga 2000, dibuix núm. 66).
A continuació hem d’incloure un estudi molt complet de la
coberta d’una barca, que es conserva al Museu Sorolla, titulat
Barques a la platja [làm. 4], pintat molt probablement en les
mateixes dates que els anteriors i en què estudia detingudament l’habitacle on els pescadors mengen. També és d’estes
dates Davall el tendal de la barca [làm. 5], un altre apunt relacionat amb l’elaboració del menjar i no amb els pescadors
menjant, que és molt paregut a un dels dibuixos per a Pelant
creïlles [il·l. 17], però d’execució clarament posterior.
Val la pena esmentar ací un apunt xicotet que va figurar
en l’exposició de Nova York de 1909 i que es conserva al
Brooklyn Museum of Art; segons els tècnics del dit museu
devia fer-se cap a 1908. Sense conéixer-lo directament i, per
tant, sense datar-lo definitivament, sembla que més aïna estava
relacionat amb el quadro Menjant a la barca, per la qual cosa
la datació s’avançaria una dècada. Titulat Platja de València
[làm. 8], representa una vista de conjunt d’una barca de pesca
ancorada en la platja, amb la vela a manera de tendal, en què es
distingixen en la proa, al sol, una sèrie de figures assegudes en
rogle que podrien estar menjant. Esta composició de conjunt,
és, tanmateix, el que Sorolla no volia representar en el seu
quadro definitiu, perquè, com hem comentat, el seu interés era
estudiar “l’ànima de la gent”, i per a fer-ho era imprescindible
acostar-se a les persones.
Menys elaborat i amb més figures és un apunt xicotet,
Menjant a la barca [làm. 6], amb una composició i un punt
de vista molt similars als d’En la barca, i en què hi ha alguns
dels elements inclosos en este: els poals del primer terme a
l’esquerra i el pescador amb el calder. Regalat per Joaquín
Sorolla García, el fill del pintor, al seu amic José Campúa,
podria estar datat cap a 1898, quan afronta definitivament
el quadro Menjant a la barca. Continua estudiant l’efecte
A continuació trobem una altra de les obres tardanes d’este
conjunt, pintada cap a 1898, de pescadors menjant en una
barca que en este cas està ancorada en el port i en què cada
personatge menja de la seua escudella, Pescadors en la barca
[làm. 9].
122
123
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
En últim lloc esmentarem un parell d’obres pintades entre
1896 i 1897 en què el tema que aborda continua sent la
menjada de pescadors en una barca ancorada en el port;
Sorolla les va utilitzar com a esbossos parcials per al quadro Port de València [il·l. 18], que es conserva al Museu de
Cincinnati. El primer, Barca [làm. 10], està dedicat a Luis
Moscardó, casat amb Enriqueta Garcia del Castillo, germana de la dona de Sorolla; hui es conserva en la Col·lecció
Bancaixa, Caixa d’Estalvis de Castelló, València i Alacant.
El segon es titula Pescadors menjant a la barca [làm. 11] i
pertany a una col·lecció particular.
Bernardino de Pantorba en el seu estudi biogràfic i crític
sobre Sorolla tracta amb detall la presència de Sorolla en
l’Exposició Nacional de 1899, criticant l’actitud del Jurat:
Per a tots els cronistes del moment les obres de més qualitat de la mostra nacional de 1899 van ser Cosint la vela
i Menjant a la barca; en un al·legat contra els “manejos”
del Jurat es diu que “Sorolla, injustament, no rep la medalla d’honor” (Cándido 1899). Amb estes altres paraules el periòdic El Día fa referència de nou a la injustícia
comesa:
que Sorolla obtuvo, pese a la grandeza de estas obras,
Llevó Sorolla a la Exposición de 1899 dos de sus mayores creaciones: la escena de los pescadores comiendo en
la barca y la de las mujeres cosiendo la vela. Esta segunda, pintada en el verano de 1896, había alcanzado ya
elevadas recompensas en Munich y Viena. La otra, fechada en 1898, salía por primera vez al juicio público.
Volvió a quedar desierta la Medalla de Honor, para la
sólo dos votos más que en el Certamen precedente. Los
ocho miembros del Jurado que, entre los veintitrés que lo
formaban, le dieron su voto probaron tener visión clara
de la justicia. Citemos sus nombres: Alejandro Ferrant,
Agustín Querol, Miguel Blay, Manuel Villegas Brieva,
Marceliano Santa María, Eduardo Pelayo, Manuel
Ramírez y Lorenzo Álvarez Capra. Si la vez anterior, la
¡Sorolla sin premio de honor y por un voto!. Se han
postergación de Sorolla no había levantado sino tímidas
lucido los que tienen mayor obligación de velar por el
protestas, en 1899 fueron numerosísimos quienes en
prestigio del arte nacional!. Puede estar tranquilo el
la prensa y en los círculos artísticos de toda España
eminente pintor valenciano, porque la opinión del ju-
protestaron enérgicamente contra la actitud de aquellos
rado y las influencias oficiales se encuentran tan distan-
quince jurados de arte que, no votando a Sorolla, tan por
ciadas de la opinión pública, como lo están el néctar de
debajo de su misión se mostraban.
los dioses de los productos de buñolería (Miss-Teriosa
1901).20
Comiendo en la barca y Cosiendo la vela son, en la producción del maestro anterior a 1899, los dos cuadros más
importantes y los más característicos de su personalidad,
20 En esta nota, l’autor fa una menció de l’exposició de 1899.
124
ya a partir de ellos robustamente, inconfundiblemente
125
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
afirmada. Otros cuadros playeros habían venido a servir
...esa verdad hay que buscarla en la playa, en la fábrica, en
de “precursores” de estos dos. Estos dos aciertan a ligar
el hogar, en el campo, en la plaza pública, allí donde apa-
de manera entrañable todos los valores de la pintura de
rece a nuestros ojos la verdad hermosa que refleja nuestras
Sorolla, y en las postrimerías de nuestro arte ochocentis-
alegrías y nuestros dolores, y que impresiona hondamente
ta asumen categoría capital. Son dos obras originalísimas
nuestro espíritu, por lo mismo que los dolores y alegrías
de composición, honradamente vistas al natural, llenas
retratados son los nuestros propios, es decir, los que cons-
de carácter, de luz, de ambiente, trazadas con gran jus-
tituyen la trama de nuestra vida toda (Comas 1899).
teza y energía de dibujo y pintadas con pincelada larga,
briosa, expresiva (Pantorba 1953, 46).
En l’article firmat per Miss-Teriosa, es fa la referència
següent a les obres principals de l’Exposició Nacional de
Belles Arts de 1899:
Comiendo en la barca es una genialidad maravillosa, que
atrae y asombra, y Cosiendo la vela es un atrevimiento
colosal, que seduce y fascina. Aquello −Comiendo en
la barca− es un trozo de la vida real visto a través de
la niebla, de la melancolía que envuelve algunas veces
al pensamiento; esto −Cosiendo la vela− viene a ser un
torrente de luz cayendo sobre una de las páginas más
vulgares de la existencia (Miss-Teriosa 1899).
Per a Augusto Comas, Sorolla és un dels màxims responsables de la renovació pictòrica d’eixe moment. Segons ell, el
canvi radical que experimenta el panorama artístic de final
de segle, en què l’art acadèmic, fred i teatral, perd tota validesa, és degut al fet que la veritat s’imposa enfront de la
pintura acadèmica:
126
Per al crític, Sorolla, juntament amb Casas i Rusiñol, sent
la necessitat de fer una pintura moderna, i així troba en la
platja de València, en ple mes d’agost, el lloc perfecte per
a plasmar aquell sol ardent que porta a l’art espanyol la
influència del “pleinairisme” francés. Per a ell és evident
que les critiques suscitades per les seues obres Cosint la
vela i Menjant a la barca procedixen del sector més tradicional de l’art, i són degudes al fet que les dites obres no
representen un assumpte transcendental que commoga
l’esperit. I acaba l’article dient: “¡Es triste, muy triste que
lo que en Europa ya no se discute hace muchos años, empiece a discutirse en España!” (ibídem).
Rafael Doménech, el primer gran biògraf de Sorolla, escrivia en 1910 que en el quadro Menjant a la barca és on
queda clarament manifest el progrés d’eixa tendència de
Sorolla en què la llum exercix en l’obra pictòrica el paper
principal (Doménech 1910, XXII). I en 1919, amb una
perspectiva més àmplia de la que tenia quan va escriure en
1910 la monografia sobre Sorolla, distingia en els quadros
Cosint la vela i Menjant a la barca una “modernitat” que
no estava present en obres anteriors, i que era conseqüència de la ruptura de Sorolla amb el costumisme valencià,
127
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
amb la pintura de temes típics, regionals i anecdòtics, per
a seguir un nou camí, personal, en què integrava les escenes de treball en la naturalesa:21
Hasta 1894 (…) la vida de la playa de Valencia no había
sido tratada por ningún pintor, y Sorolla, juvenil y necesitado de toda liberación artística, pudo ponerse frente
a la naturaleza aquella y frente a sus hombres y la vida de
éstos, sin que recuerdo de cuadro alguno le asaltara (…)
Sorolla en la playa valenciana, con ojos de pintor y de
artista, vio espectáculos nuevos. No tenía más puntos de
apoyo, de referencia, que su temperamento, el natural y
la lucha por descubrir y anotar cuanto veía (Doménech
1919; cfr. Pérez Rojas 1999, 116).
B lanca P on s -Sorolla
Mi querida Clota:
Ya estamos, como habrás visto, en París, y ya hoy por la tarde me di un buen atracón de pintura, visité a la ligera todas
las naciones excepto Francia que la dejo para mañana, vi
mis cuadros, después de vistos una porción no hacen mal.
Aquí el que produce más entusiasmo es Triste Herencia, es
el amo según me cuentan, pero a mí el que más me gusta es
Comiendo en la barca, es otro cuadro, muy bien iluminado; (...) necesito hacer alguna modificación en la forma de
producir, es lo único que me quita el amor, pues yo podría
haber llegado a esa cosa que deseo con esos mismos cuadros: espero que al final de mi examen de todo lo que hay
de pintura, hacerme el mío y algo útil saldrá.
(...) Nuestra sección es pésima por el decorado y por su
contenido; hay gran leyenda sobre la bondad de la pin-
A continuació de l’Exposició Nacional de Belles Arts de
1899, Sorolla va seleccionar amb atenció sis obres destinades a l’Exposició Universal de París de 1900: Trista
herència!,22 Cosint la vela, Menjant a la barca, El bany o
Vent de mar, El garrofer. Xàbia i La Caleta. Xàbia, i van
aconseguir-hi el Grand Prix, com hem comentat. A pesar
que l’èxit el va obtindre amb Trista herència!, el quadro
que més li va agradar al pintor va ser Menjant a la barca,
com veiem en una carta que escriu a la seua dona el 16 de
juliol de 1900 des de París:
tura, lo hacemos en total, de lo peor y más atrasado; yo
voy más dentro de la corriente que lo general de nuestra
tierra, pero puedo y debo hacer algo más que yo procuraré y que ya me requema la sangre no haber empezado
(Pons-Sorolla; Lorente 2009, carta núm. 128).
Sobre la vigència d’estes obres hui en dia, ja apuntava en
1909 Leonard Williams:
Sinceritat, precisió i sensibilitat. Vet ací tres qualitats que
fan que les interpretacions que Sorolla fa de la vida es-
21 A això fan referència també Garín i Tomás en la seua monografia de 2007,
com hem vist en l’inici d’este assaig.
22 Per este quadro li van concedir el Grand Prix en l’Exposició Universal de París
de 1900 i la medalla d’honor en l’Exposició Nacional de Madrid de 1901.
128
panyola siguen tan belles i contundents i ens asseguren
que la seua importància no sols resulta vital hui en dia,
sinó que continuarà palpitant en el futur. Perquè un qua-
129
MENJANT A LA BARCA · JOAQUIM SOROLLA
B lanca P on s -Sorolla
dro puga considerar-se obra mestra, resulta absolutament
havia de fascinar el pintor. La parella de bous en l’ombra
necessari que actuen dues forces en l’artista. La primera
destaca de les onades il·luminades i l’enorme vela talla el
és la força moral, intel·lectual i emocional conseqüència
cel amb una línia pintoresca i moguda. A partir de llavors,
de la sinceritat, la precisió i la sensibilitat. La segona és la
els quadros van prendre tons menys naturalistes. En
força del cor, que es crea amb la força de la mà. I el cor i
Cosint la vela (1896) va utilitzar la gran tela blanca com
la mà es van combinar per a formar i donar vida a l’art de
una pantalla que dispersa la llum en totes les direccions
Joaquim Sorolla (Williams 1909, 97).
i embellix tots els elements de l’escena. En Menjant a
la barca (1898) els colrats pescadors estan sotmesos a
En l’assaig de Lily Litvak “Sorolla i la recuperació
d’Arcàdia”, contingut en el text fonamental del catàleg de
l’exposició “A la platja. El mar com a tema de la modernitat
en la pintura espanyola, 1870-1936”,23 parlant dels primers
pintors que afronten els temes de platja, diu així:
l’omnipotència de l’aire que modela i canvia la llum quan
A Espanya, Sorolla va ser el creador d’eixa temàtica que
En les teles de la platja de Xàbia i de València cristal·litza
va abordar de manera genial i personalíssima, convertint
una nova visió arcàdica del Mediterrani. Vénen a re-
els habitants de la costa de llevant en alguna cosa més
presentar, en primer lloc, un verdader manifest sobre
que simples pescadors. Celebra el mestre eixa humani-
l’alegria de la convivència en la naturalesa i l’acció vivifi-
tat privilegiada i, juntament amb ells, aprecia l’encant i
cant i fecunda del mar (Litvak 2000, 37).
s’introduïx sota la volta de les veles desplegades.
A partir de 1900 Sorolla va buscar expressament la platja
(…)
la varietat del litoral, la carícia de les veles, el vertigen de
l’escull, la cristal·lina limpidesa de l’aigua, glauc refugi
d’una puresa original.
Les teles de la pesca assenyalen la primera pàgina de
l’incomparable capítol sorollesc sobre el mar. Inicia el
tema allunyant-se del costumisme mariner que reflectix la
vida diària de pescadors i mariners. La tornada de la pesca
Menjant a la barca va despertar un gran interés entre els
col·leccionistes i artistes del seu temps. Enric Martínez
Cubells en va fer una còpia de gran qualitat i mides que
pot posar-se com a exemple de l’admiració que va suscitar
esta tela de Joaquim Sorolla, una obra que va contribuir
a augmentar les escenes luministes de platja en la pintura
contemporània.
obri eixe capítol, i ja ací irromp la llum mediterrània que
23 Va tindre lloc a Madrid l’any 2000 a les sales de la Fundació MAPFRE Vida.
130
131
Catàleg
Estudis preparatoris
I.- Menjant a la barca, 1898.
Lám. 1. En la barca, ca. 1892-93.
Oli sobre cartó. 8,6 x 12 cm. Col·lecció particular. BPS 3109.
Oli sobre tela, 180,5 x 250,5 cm
Museu de la Reial Acadèmia de Belles Arts de San Fernando, núm. inv. 804.
Firmat “J. Sorolla B / 1898” (angle inf. esq.)
Pantorba 1953, núm. 1045; BPS 783.
Bibliografia:
Diversos autors 1911, p. 44. Beruete 1921, núm. 21; Escrivá de Romaní
1949, pp. 30-31 (La barca; 1ª lám.); Diversos autors 2009, pp. 262-265.
Exposicions:
1899, Madrid, núm. 809; 1900, París, núm. 92; 1911, Roma, núm. 245; 1956,
Madrid, núm. 423; 1963, Madrid, núm. 22; 1992, Sevilla, p. 57; 1997-1998,
Bilbao, núm. 11; 1998, Madrid, núm. 8; 2009, Madrid, núm. 21.
II.- Pelant creïlles, 1891-1894.
Oli sobre tela, 40 x 48 cm
Gavin Graham, London
Firmat “J Sorolla / Valencia 1891” (zona inf. esq.)
Pantorba 1953, núm. 1314; BPS 898.
Bibliografia:
Diversos autors 1896. Diversos autors 2009, pp. 248-250.
Lám. 2. Estudi per a “Menjant a la barca”, ca. 1895-96.
Oli sobre tela. 40,8 x 53,5 cm. Col·lecció particular. Pantorba núm. 1359 i BPS
926.
Lám. 3. En la barca, ca. 1895-96.
Oli sobre tela. 41,8 x 56 cm. Col·lecció particular. Pantorba núm. 1361, BPS
929.
Lám. 4. Barques a la platja, ca. 1896-98.
Oli sobre tela. 19,8 x 27,4 cm. Museu Sorolla, núm. inv. 523. BPS 1327.
Lám. 5. Davall el tendal de la barca, ca. 1896.
Oli sobre tela. 16 x 26 cm. Col·lecció particular. BPS 3579.
Lám. 6. Menjant a la barca, ca. 1898.
Oli sobre taula. 19,5 x 31,5 cm. Col·lecció particular. BPS 782.
Lám. 7. Menjant a la barca, ca. 1898.
Oli sobre cartó. 8,5 x 12 cm. Museu Sorolla, núm. inv. 424. BPS núm. 1230.
Lám. 8. Platja de València, ca. 1898.
Oli sobre taula. 8,5 x 16 cm. Nova York, Brooklyn Museum of Art, núm. inv.
1992. BPS 3580.
Exposicions:
Madrid 2009, núm. 16.
III.- El sant del patró, 1898.
Guaix sobre paper, 36 x 51,5 cm
Col·lecció particular
Firmat “J. Sorolla” (angle inf. dret).
En el revers: dibuix a ploma d’escenes de café de París i cabet de Joaquín
Sorolla García en guaix.
Pantorba 1953, núm. 1328; BPS 4757.
Bibliografia:
Lám. 9. Pescadors en la barca, ca. 1898.
Oli sobre tela. 17,7 x 29,6 cm. Col·lecció particular. BPS 2648.
Lám. 10. Barca, ca. 1897.
Oli sobre tela. 36 x 47 cm. València, Col·lecció Bancaixa. BPS 917.
Lám. 11. Pescadors menjant a la barca, ca. 1897.
Oli sobre tela. 34 x 45,5 cm. Col·lecció particular. BPS 4082.
Diversos autors 1897, pp. 52-53. Diversos autors 2009, p. 264, fig. 176.
132
133
Índex d’il.lustracions
Referències bibliogràfiques
1. El dia feliç, 1892. Galleria d’Arte Moderna di Udine (Itàlia).
2. La tornada de la pesca, 1894. París, Musée d’Orsay.
3. Les xarxes, 1893. Col·lecció particular.
4. Pescadors valencians, 1895. Col·lecció particular.
5. Corders. Platja de València, 1893. Galería Lorenart.
6. La benedicció de la barca, 1895. Principat d’Astúries. Col·lecció Pedro Masaveu.
Depositat al Museu de Belles Arts d’Astúries.
7. El xiquet del raïm, 1898. Col·lecció particular.
8. La Caleta. Xàbia, 1898. Col·lecció particular.
9. Menjant a la barca. Estudi de totalitat, ca. 1898. Col·lecció particular.
10. En la barca, ca. 1896. Col·lecció particular.
11. Menjant a la barca, ca. 1898. Col·lecció particular.
12. En la barca, ca. 1898. Col·lecció particular.
13. Pescadors en la barca, ca. 1898. Col·lecció particular.
14. Pelant creïlles, ca. 1893. Col·lecció particular.
15. Menjant a la barca, ca. 1896. Col·lecció particular.
16. Menjant a la barca, 1898. Museu Sorolla, núm. inv. 10214.
17. Pelant creïlles, ca. 1893. Col·lecció particular.
18. Port de València, 1897. Cincinnati Art Museum.
134
Beruete y Moret, Aureliano de, [1921?], Joaquín Sorolla, Madrid, Estrella.
Blasco Ibáñez, Vicente, 1895, Flor de mayo, València, F. Sempere; València, Vicent
García Editores, 1981.
Buelga, Luz , 2000, Dibujos de Joaquín Sorolla, Madrid, Fundació de Suport a la
Història de l’Art Hispànic.
Cándido, 1899, «Nota del día. Se consumó», La Nación, Buenos Aires.
Comas y Blanco, Augusto, 1899, La Exposición Nacional de Bellas Artes en 1899.
Catálogo numerado, Madrid, Antigua Imprenta Universal.
Díez, José Luis; Barón, Javier, 2009, «Joaquín Sorolla. Pintor», Joaquín Sorolla (cat.
exp.), Madrid, Museu Nacional del Prado, pp. 19-142.
Doménech, Rafael, 1910, Sorolla. Su vida y su arte, Madrid, Leoncio Miguel.
ESCRIVÁ DE ROMENÍ, Manuel (Comte de Casal), 1949, Evocación del arte español
en la primera mitad del siglo XX: homenaje a los artistas y académicos fallecidos durante
ella: inaugural speech for the 1949-50 school year, given to the Instituto de España in a
public session held on October 29, 1949, at the Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando, Madrid, Instituto de España.
Litvak, Lily, 2000, «Sorolla y la recuperación de Arcadia», A la playa. El mar como
tema de la modernidad en la pintura española, 1870-1936 (cat. exp.), Madrid, Fundació
MAPFRE Vida, pp. 35-41.
Lorente Sorolla, Víctor; Pons-Sorolla, Blanca; Moya, Marina (eds.),
2008, Epistolarios de Joaquín Sorolla. II. Correspondencia con Clotilde García del
Castillo, Barcelona, Anthropos.
MISS-TERIOSA (Vicente Sanchís), 1899, «Exposición de Bellas Artes». El Día,
Madrid, 18 de maig.
−1901, «Sorolla», El Día, Madrid, 7 de maig.
Pantorba, Bernardino de ( José López Jiménez), 1953, La vida y la obra de Joaquín
Sorolla: estudio biográfico y crítico; 2ª ed. ampl.: Madrid, Gráficas Monterde, 1970.
Pérez de Ayala, Ramón, 1923, «Sorolla», La Prensa, Buenos Aires, 30 de setembre
i 7 d’octubre.
Pérez Rojas, Francisco Javier, 1999, “Tipos Valencianos. Naturalismo, simbolismo y
regionalismo”, Tipos y paisajes 1890-1930, València, Generalitat Valenciana, pp. 105-226.
Pons-Sorolla, Blanca; Lorente Sorolla, Víctor (eds.), 2009, Epistolarios
de Joaquín Sorolla III. Correspondencia con Clotilde García del Castillo (1891-1911),
Barcelona, Anthropos; Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana.
Tomás, Facundo; Garín, Felipe, 2007, Joaquín Sorolla, Madrid, T.f.; Generalitat Valenciana.
Tomás, Facundo; Garín, Felipe; Justo, Isabel; Barrón, Sofía (eds.), 2007.
Epistolarios de Joaquín Sorolla. I. Correspondencia con Pedro Gil Moreno de Mora.
Barcelona, Anthropos; Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana.
DIVERSOS AUTORS. 1896, Apuntes, Madrid, 27 de desembre.
−1897, La Ilustración Española y Americana, any XLI, núm. III, 22 de gener.
−1911, Esposizione internazionale di Roma 1911. Catalogo del padiglione spagnuolo
(cat. exp.). Bérgamo, Istituto Italiano d’Arti Grafiche.
−2009, «Catálogo», Joaquín Sorolla (cat. exp.), Madrid, Museu Nacional del Prado,
pp. 203-470.
WilLiams, Leonard , 1909, «The art of Joaquín Sorolla», Eight Essays on Joaquín
Sorolla Bastida, 1909, pp. 197-324; trad. esp. Sergio Mori Sierra, «El arte de Joaquín
Sorolla», Ocho ensayos sobre Joaquín Sorolla Bastida, Astúries, Fundació María
Cristina Masaveu Peterson, 2009, t. III, pp. 81-109.
135
Exposicions esmentades
1899, Exposición General de Bellas Artes, Madrid, Palau de les Arts i
Indústries.
1900, Exposition Internationale Universelle, París, pavelló espanyol.
1911, Esposizione internazionale di Roma, sala d’honor del pavelló espanyol.
1956, Un siglo de arte español (1856-1956), Madrid, Palau d’Exposicions
d’El Retiro.
1963, I Centenario del Nacimiento de Sorolla, Madrid, Casón del Buen
Retiro.
1992, Paisaje mediterráneo, Sevilla, Cartoixa de Santa María de las Cuevas.
1997-1998, Sorolla/Zuloaga. Dos visiones para un cambio de siglo, Bilbao,
Museu de Belles Arts.
1998, Sorolla/Zuloaga. Dos visiones para un cambio de siglo, Madrid, Fundació
Cultural Mapfre Vida
2009, Joaquín Sorolla, Madrid, Museu Nacional del Prado.
136
ENGLISH
F
ew names like that of the great artist Joaquín
Sorolla y Bastida (Valencia, 1863 - Cercedilla,
1923) inspire such unanimous, long-lasting
admiration on the international art scene.
The impact and universal appeal resonance of his
subject matter, along with his expressivity and
command of technique (by any reckoning unique
and always ready to surprise us) are surely some
of the best explanations for this admiration. In
his native Valencia, people identify with Sorolla’s
work even more, for obvious reasons that have a
lot to do with belonging to a society proud of its
cultural, identitary and existential roots.
The Regional Government of Valencia is
committed to spreading, as much as possible, the
artistic and representative values of the painter
who captured the light and atmosphere of the
Mediterranean better than anyone. To this end,
the recently-created Joaquín Sorolla Institute for
Research and Study – whose brief existence has
not been without important achievements – is
now giving Valencians and visitors the chance
For all these reasons, I encourage you to enjoy and
to see an indisputably brilliant work: Eating
partake in this new initiative by the Joaquín Sorolla
on the Boat, an oil painting done in Valencia in
Institute for Research and Study, an institution
1898 during a prolific period in the artist’s career,
which, like the other cultural entities under the
focused specifically on portraying our coast.
authority of the regional government – works to
The scene depicted, a group of fishermen engaged
in the daily routine of taking a break to eat on
their modest boat, reflects – with serenity yet at
the same time with a greatness that goes beyond
spread the rich cultural heritage of our region and
the work of our most outstanding artists, making
the name of Valencia and our region echo far and
wide, all over the world.
social criticism – the moderation and harsh living conditions of Valencians whose livelihoods
depend on the sea. Everything about this picture,
its theme, composition and coloring, are equally
“dazzling” (and this is no metaphor) – making
clear to us and above all, more comprehensible,
the ease with artistic devices, the command of
technique and a way of looking at painting that
made Sorolla famous in his time and continue to
do so today.
Along with this exceptional painting, which was
swiftly acquired for the highest sum ever paid to
a living artist, the exhibition also includes two
paintings from private collections, chronologically
and thematically related to the former, fulfilling
one of the essential goals of the Institute: to show
works by Sorolla which are rarely exhibited in
Valencia.
ALBERTO FABRA PART
President, Regional Government of Valencia
Skipper’s Saint Day is also on display. This group
of works is not only a fine example of Sorolla’s skill
and craftsmanship; it also reflects the creative maturity of an artist at his prime. Eating on the Boat is
the last in a series of paintings set on the deck of a
fishing boat. It is a masterpiece in its genre, which
participated in the Fine Arts Exhibition held in
F
ollowing the exhibitions “Elena Sorolla on
Madrid in 1899.
the Beach” and “The Estanislao Granzow
With this third exhibition, the Joaquín Sorolla
Family”, the Joaquín Sorolla Institute for Research
Institute for Research and Study continues to ex-
and Study presents, in its hall at the Centro del
plore obscure, hitherto unknown and particularly
Carmen, a show dedicated to the work Eating on
interesting works by Joaquín Sorolla and other ar-
the Boat from the Royal Academy of Fine Arts of
tists from his milieu, in order to give the people of
San Fernando, along with two sketches of the same
Valencia the chance to see and discover them in its
subject: the oil Peeling Potatoes and the gouache
exhibition hall at the Centro del Carmen.
entitled The Skipper’s Saint’s Day.
When Joaquín Sorolla painted Eating on the Boat
With the support of the Consortium of Museums
of the Region of Valencia, the Joaquín Sorolla Ins-
in 1898, he had already been working on the shore
titute for Research and Study helps disseminate the
of the Mediterranean for eight years. His greatest
life and work of one of our most outstanding pain-
concern at the time was to capture on the canvas
ters. Yet its investigative activity also represents an
the fishermen at work, as well as the reflection of
important contribution to the dissemination and
the sunlight on the sea. Of all the paintings Sorolla
knowledge of the history of Valencian art.
did right on the beach that depict nautical scenes
from 19th-century Valencia, another standout is
the oil Peeling Potatoes, signed in 1891. In addi-
LOLA JOHNSON
tion these two paintings, one of the 13 sketches
Minister of Department of Tourism, Culture and
and paintings related to Eating on the Boat: The
Sports for the Region of Valencia
E AT I N G
ON THE
B O AT
B lanca P on s -Sorolla
For Sorolla, reproducing the sea on the canvas with as much
veracity and subtlety as possible was a constant obsession,
from his beginnings as a painter until the end of his days.
When he decided to paint Eating on the Boat [cat. I] he had
already been working en plein air for eight years, on the shore
of the Mediterranean, under the harsh sun with the incomparable light of his homeland, painting everything that had
fascinated him since childhood: the life of the fishermen at
work with all its joys and difficulties, but also so aesthetically
pleasing, so beautiful, so full of character and contrasts. And
he decides to do so in a very personal way, as no one had ever
done before: he would capture on his canvases that beautiful
reality and the pleasure he got out of contemplating it.
To that end, Sorolla took his easel and canvases to the
beach, where he spent long hours capturing the scenes
147
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
that were so dear to him, illuminating them with the
light of various times of day, constantly broken down
into a rainbow of colors. And just as the fishermen usually ate on their boats, either out at sea or beached on the
sand, our painter had his food brought out to him so as
not to waste a single minute, or miss the chance to contemplate a new effect of light that he may never see again.
This way of “painting with the eyes” something that he
could never reproduce, due to its ephemeral nature, was
one of the things he enjoyed most, as he mentions in his
letters.1
On the beach, Sorolla always painted from a standing position,
going up to touch the canvas with brushes loaded with paint
and stepping back to look at the effect he had achieved. In his
large-format paintings such Eating on the Boat, that constant
movement was increased by having to go up and down the
rungs of the little wooden stepladder he used to paint the
upper parts of the canvas that couldn’t be reached the long
brushes that he used in such cases. This way of working
without standing still for moment was something Pérez de
Ayala noted many years after Sorolla did this painting:
He never stopped. He was suffering from a slight fever,
almost out of his mind, as if he were possessed by an active, favorable divinity. The tension of his vascular and
nervous system was evident. He was like a resonating
1
In two letters from Joaquín to Clotilde, probably written March 26 and 27,
1918 in Seville (cf. Lorente; Pons-Sorolla; Moya 2008, letters nº 440 and
441).
148
B lanca P on s -Sorolla
string stretched to the sharpest limits of its elasticity. He
outlined parts of his drawing, he stood up, he walked
restlessly about; he went back to his work; he chewed
unceasingly on his long cigar; he spoke nervously, constantly, switching from one subject to another, some of
them totally unexpected, formulating succinct opinions
about everything with phrases that were both supple and
light, similar in the field of oral expression to his brief
pictorial impressions, which I had compared earlier to
“haikus” (Pérez de Ayala 1923).
In his letters to his wife, Sorolla also remarked how tiring
it was to work this way:
… yesterday afternoon I officially started my painting, and
oh my did I sweat, going up and down the stepladder every
time I had to paint a stroke left me exhausted. So it kills me
if I don’t work, and when I do, I work myself to death – Is it
old age? But I consider the exhaustion put to good use considering the boredom forced upon me today (November 7,
1914; cf. Lorente; Pons-Sorolla; Moya, letter nº 226).
In order to do large paintings on the beach, Sorolla had
to apply for the proper permits that would allow him
to section off his work space, where he would set up
lightweight cloth screens to give him a bit of privacy from
onlookers and children, and keeping them from getting
sand on what he was painting. He was also permitted to
put up wooden sheds to keep his working materials, so he
wouldn’t have to bring them there every day.
149
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
B lanca P on s -Sorolla
That sea, that light, that sun, that briny atmosphere captivated them both: our painter and the fishermen. The same
was true of the children and old men who didn’t go out
on the boats to fish, but who would wait on the beach, the
former playing and bathing in that blessed sea that made
the wait seem shorter; the latter chatting, relaxing and
tanning themselves even more in the sun, doing their best
to help the younger ones while training them with their
advice and experience or distracting them with risqué old
stories from their youth.
Something similar occurred with our painter. He had
chosen a profession, and above all a way of working, that
was hard to combine with having a family and an easy,
comfortable life; painting en plein air was conditioned
by factors beyond his control. He was at the mercy of
changes in weather; it was a constant struggle, just as
it was for the fishermen at sea. But in spite of all the
drawbacks it may have had, painting like that made him
the happiest man in the world; it allowed him enjoy nature more than he ever expected. As he wrote in another
one of his letters:
In November 1907, Sorolla wrote his wife the following:
Dear Clotilde, I’ve already been at it since 4 o’clock, and I
have much enjoyed the splendid spectacle of so much light
and color. The warm, pleasant day helps; I’ve taken advantage
of every single minute to contemplate beautiful things: the
water was of the finest blue! And the vibration of the light
was sheer madness. I saw the fishing boats come in: the handsome sails, the groups of fishermen, lights of a thousand colors reflected on the sea, the risqué banter of many of my aged
models – it was an experience that will be difficult to forget.2
It is true that fishing was very hard, usually thankless
work that would never save those men from poverty.
Nevertheless, they couldn’t resist the attraction they felt
to their sea.
I’ve had a bad morning; I’ve only been able to paint 2
hours. The terrible wind, cold because it came from the
west, blew over my painting, which I managed to catch
in the air, fortunately without anything getting erased.
Anyhow, I haven’t wasted any time as I have almost
finished the sea, which was very beautiful, so there’s
nothing to complain about, never worse; now I just hope
that the afternoon doesn’t continue like this, or I won’t
be able to do anything on the seashore (December 3 to 4,
1907; cf. Pons-Sorolla; Lorente 2009, letter nº 215).
A few days later, in a letter “in installments”, he wrote his
wife once again:
Dear Clotilde, The day ended far worse than it started
off; this afternoon has been unbearable, 2 men had to
2
These aged models to which Sorolla refers were none other than the fishermen who he had put in his paintings; cf. Pons-Sorolla; Lorente 2009, letter
nº 205.
150
hold my painting on the seashore. To my anger and dismay, I had to quit working; it’s a dirty, cold, dusty wind
151
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
that puts one’s nerves on edge, everything is shrouded
in a gray, dirty atmosphere; you chew dirt, or sand; if it
continues like this I don’t know what I shall do…
The day is over, everything is shrouded in a reddish
hue, a clear sign that we’re going to get more of this
awful westerly wind we’ve been having since my arrival,
although if it doesn’t get too much worse one gets used
to it, however unpleasant it may be…
I haven’t been able to work on what I started yesterday
(as there wasn’t any clear sunlight) but I’ve begun another painting, my 21st so far, of a boat on the sea that is
going to be very nice. So I’m content, since they’ve been
sessions put to good use; I’m hungrier to paint than I’ve
ever been, I gorge myself on it, I’m bursting at the seams;
it’s madness.
It’s quite natural; I haven’t been in such good health, in
such total equilibrium, in years. What’s more, this is all I
B lanca P on s -Sorolla
The sea and the beach as themes prior to Eating on the Boat.
Before 1891, Sorolla had only tackled marine themes in a
few quick studies or colored sketches done on his endless
strolls along the beach or the harbor. From his early years,
there is a series of “seascapes”3 very much in keeping with
the taste of the period and clearly inspired by – if not
copied from – artists specialized in the genre, including
one of the most outstanding of his day, Rafael Monleón
y Torres, a Valencian like Sorolla (cf. Díez 2009, 21).
These and a few little panels with quick sketches marked
his beginnings as a painter of the sea, but had nothing to
do with the extremely personal, inimitable way he would
paint it a decade later.
Sorolla’s did not paint his first personal works directly or
indirectly related to the sea and executed right in front
of it, on the beach, until 1892. From that year we have
The Happy Day4 [ill. 1] a genre painting in which a little
have to worry about; I lead a healthy life and I have this
delightful moment when I read your letters and I write
them for you; then I’m very happy, and I shall be even
happier the day you arrive.
Of course, if I had suffered today as much as I did on
Sunday I wouldn’t say that, but an average day, a happy
hour, makes up for many bad moments (December 8 –
9, 1907; cf. Pons-Sorolla; Lorente 2009, letter nº 220).
152
3Sorolla presented three seascapes at the 1881 National Exhibition in Madrid, which went totally unnoticed. Several different authors argue, unfoundedly, that the painter destroyed them. There are three seascapes with similar
dimensions, one at the Museo Sorolla (inv. nº. 01342) and two in private collections; one of these last two paintings has a label from the 1881 National
Exhibition which proves that he participated in the show. Five more works
from the same period of the same characteristics still survive, such as the one
kept at the Museo de Bellas Artes de Valencia (Marina. Port of Valencia, ca.
1882, inv. nº 895), which is smaller in size.
4 For Rafael Doménech, The Happy Day was the first Sorolla painting that
gave him “the sensation of something classical”. For him, “The Greek artist
was only concerned about expressing that which he loved and delighted his
eyes” and from that point on, Sorolla’s only ideal would be to “capture on
his canvases the typical forms of the people of the sea, of the fishermen and
children raised on the beaches of the Levante; the boats, the bulls, the briny
atmosphere and intense light broken down into a thousand different shades
of color, changing constantly”... And he concludes that this ideal would not
go “beyond form, light and atmosphere” (Doménech 1910, pp. XIX-XX).
153
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
B lanca P on s -Sorolla
girl wearing her first communion dress is being blessed
by her grandfather in one of the modest wooden shacks
on the beach of El Cabanyal in Valencia. The scene is
illuminated by rays of light filtering in through the gaps
between the wall boards, and by light coming in through
a door that is open to the beach on a sunny day, where we
can glimpse the sea in the background. Around the same
time, he must have also done a delightful painting, a
small yet very good picture signed in 1891. It represents
a big step forward with respect to Sorolla’s other work
from that period, leading many people to assume that
it was painted much later than the date that appears
next to his signature. Knowing Sorolla, this wouldn’t
be strange at all. But after studying the painting in
question, Peeling Potatoes, in close proximity to Return
from Fishing [ill. 2] and Eating on the Boat in the same
exhibition5 it became perfectly clear that he had needed
to paint that work before daring to put a seascape as
complicated as Return from Fishing, on such a large
canvas. It was also clear that it was closer in date to the
painting of the return from fishing than the one of the
fishermen eating, supporting the argument that Peeling
Potatoes had been painted close to the date supplied by
the artist. These initial studies of the sea were always
related to fishermen at work.
become an excuse to carry out splendid, difficult studies
of the sea such as Return from Fishing. In others, like And
They Still Say Fish is Expensive!,6 he tackles themes related
to the sea but the actual sea is not depicted. Nor does it
appear in another exceptional painting from 1896, Sewing
the Sail, in which Sorolla interprets a cheerful, luminous
work scene in the courtyard of one of the little fishermen’s
cabins on the beach of El Cabanyal. From that same time,
and painted in the same place, is Fishing Nets [ill. 3], a delightful work which is somehow a foretaste of the painting
Sewing the Sail, much as Peeling Potatoes is a foretaste of
Return from Fishing and Eating on the Boat.
From here on out, Sorolla enthusiastically gives himself
over to painting, right on the beach, works that sometimes
others in which the theme was no longer a “typical
5
They appeared in the exhibition Joaquín Sorolla. 1863-1923, Madrid, 2009,
at the Museo del Prado. Peeling Potatoes, cat. nº 13, Return from Fishing, cat.
nº 16 and Eating on the Boat, cat. nº 21.
154
This change in the way of presenting themes which had
been previously handled with distance and “falseness”
of the typical is deftly summed up by Garín and Tomás.
They trade the term “costumbrismo” – the depiction of the
manners and customs of a particular social milieu – for
the representation of “everyday life”, which represented a
big, novel step forward with regard to Sorolla’s previous
work:
In the 1890s, a rapid evolution can be observed that
seems fitting to describe as “from costumbrismo to
everyday life”; in effect, the initial paintings that fell
into the category of costumbrismo were replaced by
custom”, but rather a study of the everyday lives of
6
This work with a social theme also serves as the excuse to make a masterful
study of light and atmosphere of the mess-deck of a fishing boat.
155
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
the people, sometimes at home or at rest, but more
often than not at work. At the same time, color took
on greater and greater autonomy. In other words,
it ceased to serve the theme and became the actual
subject matter; this evolution can be seen in his rural scenes, but the ones that really took on a central role were the scenes depicting the life and work
of the fishermen of El Cabanyal. (…) he was finally
painting them going about their everyday business,
joined by the explosion of a palette that was new
and unknown at that time, of colors so bright that
they deserved to be called “luminist” (Tomás; Garín
2007, 25).
In addition to these major paintings that he presents at the
most important salons and exhibitions, he also works on
other smaller ones whose subjects continue to be tied to
the fishermen and work at sea, paintings which he usually
presents in more or less important exhibitions and which
are enthusiastically received by the public. In some cases the
sea is clearly the main subject, as in Valencian Fishermen7
[ill. 4] from 1895, or to a lesser extent, in Boy Sleeping on
a Boat8 from 1896. In others, the scene revolves around
the golden sand of the beach, as in Ropemakers: Beach at
Valencia9 [ill. 5] from 1893, Boat Builders10 from 1895 and
Taking in the Nets11 from 1896.
Valencian Fishermen was in fact presented at a first-rate exhibition, the
Internationale Kunstausstellung held in Berlin in 1896, where it received
a gold medal.
8 This picture was shown at the Salón Artal of Buenos Aires in 1899.
9Sorolla presented this work at the biennial exhibition at the Círculo de
Bellas Artes of Madrid in 1894.
7
156
B lanca P on s -Sorolla
From that point on, Sorolla’s beaches started filling up
with fishermen with their baskets, children playing on the
seashore or swimming while their parents worked; boats
returning from sea or departing with their sails unfurled,
with oxen pulling the boats into and out of the water, in
this Arcadian vision of the beach of Valencia. Before then,
however, the world of Sorolla’s beach continued to revolve,
essentially, around fishing.
The success of these works, both in competitions and
among the public, was unquestionable. This is partly due
to the fact that Sorolla had conducted a thorough study of
what was being presented at the most sophisticated salons,
which he attends constantly, not only to present his own
works but also to find out what is going on in the world of
painting. Sorolla painted Return from Fishing in summer
of 1894, after his visit to the Paris Salon of that year, at
the same time as And They Still Say Fish is Expensive! and
Blessing the Boat12 [ill. 6]. He presented the first of these
paintings at the 1895 Paris Salon, where it won first prize
10 Boat Builders participated in the I Biennale Internazionale di Venezia of
1895.
11 Fishermen Taking in the Nets was presented at the Salón de la Société des
Artistes Français held in Paris in 1899, and later in his individual exhibitions in Paris (1906), Berlin (1907) and London (1908), and finally at
the 1911 Esposizione Internazionale di Roma, where it was purchased
for 1,000 lira for the Galleria Nazionale d’Arte Moderna of Rome.
12 This painting was exhibited, with its original appearance, at the Exposición
General de Bellas Artes de Madrid de 1895, at the Salón de la Société des
Artistes Françaises of Paris in 1896 and at the II Biennale di Venezia in 1897.
Before it was shown again in Sorolla’s individual exhibition in Paris, in 1906,
the artist removed the head of a fisherman that appeared in the background
on the left-hand side of the canvas, to leave the head of the fisherman in the
foreground silhouetted against the sea, improving the composition. This is
when it was acquired by the Marquis of Casa Riera.
157
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
B lanca P on s -Sorolla
and was purchased by the French state for the Museum of
Luxemburg13. That same year, he presented the other two
paintings at the National Exhibition in Madrid, winning
first prize for And They Still Say Fish is Expensive!, which
was acquired by the Spanish government for the Prado
Museum. Sorolla showed Blessing the Boat again in his first
individual exhibition, held in Paris in 1906, where it was
purchased for twenty thousand francs by the Marquis of
Casa Riera, an exceptionally high sum at the time.
great oxen as they cut majestically through the waves,
In 1895, Vicente Blasco Ibáñez published his novel The
Mayflower. Its ended with the sentence, “And they still
say fish is expensive!”, which inspired the title of Sorolla’s
painting of the wounded fisherman on the boat. The
parallels between the work of these two artists and the
great affection they professed for each other are evident in
the article that Blasco writes in 1923 upon Sorolla’s death.
In this emotional piece, he recalls writing his novel The
Mayflower while Sorolla was painting And They Still Say
Fish is Expensive!:
We worked together: he on his canvases, I on my novel,
Many times, as I wandered around the beach preparing
my novel in my mind, I would encounter a young painter –he was only five years older than me− working in
pulling in the boats.
That painter and I had met as children and then lost contact. He had just come from Italy, where he had achieved
his first successes.
Converted to realism in art and abhorring the painting
taught in schools, his only teacher was the Valencian sea,
whose luminous splendor he fervently admired.
with the same model before us both. Thus, we rekindled
our friendship and became brothers until death separated us a short while ago.
The painter was Joaquín Sorolla.”14
In 1895, it had already been five years since Sorolla had
returned from Italy. Although it may be true that he had
just won several awards abroad, they weren’t his first, as his
friend Blasco Ibáñez points out. He had obtained his first
major success in 1892, when he won the gold medal at the
National Exhibition in Madrid for another painting with a
social theme, Another Marguerite. Since it wasn’t acquired
the blazing sunlight, magically reproducing on his canvases the gold of the light, the invisible color of the air,
the pulsating blue of the Mediterranean, the transparent
yet solid white of the sails, the solid blond mass of the
13 Acquired at this exhibition by the French government for the price of 6,000
francs for the Musée du Luxembourg, it is now kept at the Musée d’Orsay.
158
14 The 1981 edition of The Mayflower published by Vicent García Editores includes the 1923 article from the newspaper El Pueblo in which Vicente Blasco
Ibáñez explains how his second novel, The Mayflower,was conceived, while he
was the editor of the Valencian newspaper El Pueblo. Blasco’s life, the opposite of Sorolla’s, coincided with that of the painter for a few hours on the beach,
when Sorolla was studying what he would paint and Blasco, what he was going
to write. Sorolla would get up early to gather the information he would later put
in his paintings; in the early hours of the day, Blasco, after sending the newspaper
to print, would become a novelist, writing or walking around the scenes of his
novels until well into the morning, when he was overcome by exhaustion.
159
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
by the Spanish government, as usually occurred with the
first-prize paintings at such competitions, Sorolla presented it again at the 1893 World’s Fair in Chicago. There it
received a medal of honor and was subsequently acquired
by the Washington University Gallery of Art in St. Louis,
where it still is today.
And the awards kept on coming, for paintings related
to fisherman and their work: at the Internationale
Kunstausstellung in Berlin de 1896 they gave him the gold
medal for Valencian Fishermen, which is acquired by the
Nationalgalerie of Berlin. In 1897, Sewing the Sail is shown at
the Internationale Kunstausstellung in Munich, where it wins
a gold medal, and in the spring of 1898, at the international
exhibition in Vienna, the Austrian government gives him the
gold medal for the same painting.
Eating on the Boat
In the summer of 1898, before he painted this picture on
the beach of Valencia, Sorolla had spent almost a month
in Jávea working en plein air. During his stay on this lovely part of the Alicante coast, the painter makes major
progress in his command of color and light; this is evident
in the paintings he does later on the beach of Valencia,
especially in Eating on the Boat. In his letters to his wife,
Sorolla mentions on several occasions how beneficial that
time in Jávea was to him, in terms of what he would paint
next on the beach of El Cabanyal:
160
B lanca P on s -Sorolla
Yesterday I worked a great deal and the studies are coming
along quite well, but it’s slow-going because they are so
difficult; if I had done them at the end of the season they
would be better and it would have been easier, as I would
be more accustomed to painting en plein air, but now,
fresh out of the study, it is hard to get the eye to adjust.
But it doesn’t matter, even better for my return, since I’ll
do it better in whatever I paint (Valencia, June 13 or 14,
1898; cf. Pons-Sorolla; Lorente 2009, letter nº 120).
Eating on the Boat is the last in a group of paintings set on
a fishing boat, under the shelter of the sail. A masterpiece
in its genre, Sorolla presented it at the General Exhibition
of Fine Arts held in Madrid in 1899 along with Sewing the
Sail, Boy with Grapes [ill. 7], The Little Cove: Jávea [ill. 8],
The Carob Tree: Jávea15 and two portraits. In recognition
of the excellence of these works, he received the Cross of
the Order of Isabella the Catholic. The painting was acquired by the Marchess of Villamejor, mother of the Count of
Romanones, for the price of thirty thousand pesetas, the
highest sum paid for a Spanish work in that period.16
Regarding the coincidences between the work of Blasco
Ibáñez and Sorolla, and the quality of Eating on the Boat,
the editors of the Epistolario I (“Collected Letters vol. 1”)
of Joaquín Sorolla note:
15 Despite the date provided by the artist for this painting and the one
before it, The Little Cove: Jávea, had been painted the previous summer, in
1898.
16 Years later, the painting was donated to the Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando by the Count of Romanones, where it appears now under
inventory number 804.
161
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
It is one of Sorolla’s best paintings, whose theme has
many things in common with the description of a meal
on a fishing boat Vicente Blasco Ibáñez had made in his
novel The Mayflower (1895. VI. 434). What’s more, the
painting marked a milestone in Sorolla’s evolution as a
painter: he drew from the experience of the brightness
B lanca P on s -Sorolla
softly from port to starboard, creating a concave curve on
the right-hand side of the sail broken only by the straw hat
of the oldest fisherman, who is sitting with the youngest
child on the edge of the port side of the boat. Above the
boom the sail swells a bit, illuminated by the sun.
The subject is very simple: three older fishermen and
three children, one of them very young, are getting ready
to eat on the deck of a fishing boat which is beached on
the sand, on the seashore. They seek shelter from the sun
under the sail which is draped over the boat’s boom like a
kind of awning. The scene of the fishermen eating, in the
foreground of the painting, takes place in the shade of the
sail. In contrast, the part of the boat in the background
of the picture, on the bow just behind the mast, reflects
the light of a bright, sunny day. The sea breeze is blowing
The painter has entered the space of representation,
framed in this case by the hull of the boat and the little
awning of the sail. He does this to make us privy to the
intimacy of that mealtime moment and the details that
allow us to know and feel everything that is going on in
that simple living space created in such a natural way:
the warm, bright sunny day of the scene, thanks to the
delightful sea breeze, as well as the way in which the
fishermen and children are enjoying that lunch on their
boat. Judging from their attitudes, not free of tenderness,
it is a usual gathering of several members of the same
family, from different generations. The way the oldest
man holds and attends to his grandson, who is sitting on
one of his legs, and the way that the child rests his hand
on his grandfather’s, tells us a lot about how much they
are both enjoying the meal together. The older fishermen’s
concentration on what they are doing, the way in which
they wolf down their food, which the youngest boy seems
to notice, contrasts with the laid-back attitude of the two
lads in the foreground who seem to be more concentrated
on their conversation than on their food, knowing that
they will get their turn once the adults have finished
eating. Sorolla’s portrayal of that meal coincides with the
description made by his friend Blasco in The Mayflower,
although in the latter case, the meal took place on the
162
163
of the white in Sewing the Sail and the brightness of
the sun on the edge of the boat now had the power of
the dazzling whites full of subtle shades of color of the
best Sorolla. He was also practicing what would become
his most characteristic triad: white-blue-yellow, the sail
giving the entire composition a yellowish color. It is no
surprise that, when he saw it in the Paris exhibition, he
would remark to his wife in a letter that it was the painting he liked most out of all the ones he had sent (Tomás;
Garín; Justo; Barrón 2007, 132, note 169).
This work and Sewing the Sail, painted two years earlier,
are the most advanced and modern of all his pieces related to work at sea.
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
B lanca P on s -Sorolla
high seas, after Pascualet, the young ship boy or “gato” on
Uncle Borrasca’s boat had finished his chores:
ciously is something Javier Barón notes when he describes
Peeling Potatoes, a painting which in his opinion is closer in
date to Eating on the Boat (VV.AA. 2009, nº 16, p. 248).
The lad was not wrong in saying he was born for the
sea… he worked hard, and apart from his daily ration
he also got an occasional kick from the old captain,
who was affectionate on land but incapable of showing
respect on his boat, not even to his own father. He scaled
the mast to hang the lantern or to fix a rope with the
light-footedness of a cat; he helped pull in the nets; he
washed the deck, lined up the big baskets of fish on the
beach and fanned the flame, making sure that the stew
was always cooked to perfection so the men on board
wouldn’t complain. But in compensation for all these
tasks, there were so many satisfactions! Once the captain
and his men had finished eating – while he and the other
ship boy looked on, immobile and respectful – they
would give the boys their leftovers, and the two of them
would sit on the bow with the black pot between their
legs and bread under their arms. They would scoop out
most of it, and when their spoons hit the bottom, they
would mop up the rest, chunk of bread in hand, until
the metal was clean and shiny as if they had just finished
The lighting of the work is splendid. The artist had to enter the space of representation in order to show the true
value of the contrasts between the bow in the sun and the
starboard in the shade, as well as the delicate reflections
that help outline the figures and their features, and situate them in the different planes of representation where
they are located. Although he painted it quite early on,
Sorolla’s successful rendering of the different lights and
the “atmosphere” under the sail – warm, humid, briny,
dense– heralds advances that would soon become definitive characteristics of his work.
Before doing this painting, Sorolla had already studied,
in great detail, all the different elements usually found on
a fishing boat. Of these we find several oil sketches and
drawings in which he reproduces the decks of boats, the
sail draped over the boom and the endless number of
utensils found on fishing boats, going back to study them
once again in the light he is going to paint them in.
17 In the cited edition of The Mayflower published by Vicent García Editores,
this scene is accompanied by a drawing Sorolla did for Eating on the Boat,
which belongs to a private collection (fig. 15).
In one of the drawings for Eating on the Boat, [ill. 9], the
following autograph note by Sorolla appears: “so far / all
the big paintings / were of the whole / now study souls
of the /people / like blessing / of the boat”. This indicates that he wasn’t just interested in reproducing, precisely
and accurately, the different elements in that little room
with his complex studies of light; he also wanted to represent “the soul of the people” that inhabited it or appeared
164
165
scrubbing it (Blasco Ibáñez 1895, 47-48).17
Sorolla’s interest in physically penetrating the space of
representation in order to depict the elements more vera-
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
in the composition. This is also partly the reason why the
painter enters that space of representation in the shade;
otherwise, the powerful, vibrating sunlight that surrounds
the boat would keep him from knowing and studying the
people he wished to depict.
When we analyze this work, we must also remember that
for Sorolla, it was extremely important for the subject he
was going to portray to have a series of aesthetic and emotional values. The works that meet these two conditions at
the time of their execution have a special aura about them.
In this case it is reflected in the tenderness of the scene,
despite the coarseness of the figures. It is a tenderness
which, as we mentioned earlier, suggests that the people
in the picture are from the same family. The composition,
the way of subtly relating to these fishermen and to the
ship boys, is so carefully studied yet at the same time so
natural that it would be difficult to capture for someone
who didn’t attach as much importance to family and family relationships as Sorolla did.
The painting, infinitely more ambitious than the studies he
had been doing for years, allows the painter to make a veracious analysis of composition, light, color and atmosphere.
Regarding all of this, Javier Barón makes the following observation:
B lanca P on s -Sorolla
works. In this regard, Sorolla’s painterly output is similar to
the literary creations of novelists such as his friend Vicente
Blasco Ibáñez, whose The Mayflower described a lunch on
the boat in similar terms three years before. This indicates
that he started from the same objective reality.
Despite his preparatory studies, Sorolla modified various
aspects of the composition in the final painting. There are
visible pentimenti in the folds of the sail, in the position
of the pot held by the boy on the left and above all, in the
placement of the gunwale on the left, which he changed
twice. The artist moved it from a very distant position –as
in the drawings– to its final placement, immediately cut
off by the bottom edge of the canvas. With this last modification, he managed to introduce the subject in a more
immediate way. This is also why he brought the figures into
the foreground and eliminated the ones that appeared in
the background in drawings and sketches. This, and his decision to bring them together into an oval composition, in
another egg-shaped space – the space of the beached boat
– makes the scene feel even more concentrated.
The setting is a true living space, sheltered from the sun
by the large sail which is draped, like an awning, over the
boom that extends into the sun-drenched background
between the sea and the sky. The marked luminosity of the
All the same, in this painting the sailors appear comfor-
background contrasts with the soft shadows of the rest of
tably settled in and concerned only with enjoying their
the boat, allowing us to appreciate a diverse range of hues
lunch, and the painter’s only intention seems to be a strictly
achieved by skillful mixtures of paint on the palette. (VV.
naturalist one, which is more evident here than in other
AA. 2009, nº 21, pp. 262-263).
166
167
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
B lanca P on s -Sorolla
The 2009 restoration and cleaning of the painting at the
workshops of the Museo del Prado has finally managed to
recover its original colors and their delicate modulations,
which had been covered up oxidized varnishes. That, in
part, has allowed us to confirm the veracity of this natural study. It would have been impossible to paint certain
details, such as the colored reflections that tint and shape
the figures, the sail and the gunwale, if they had not been
seen directly.
Now let us analyze this group of works, starting with
Peeling Potatoes [cat. II], dated by the artist in Valencia in
1891, which Javier Barón refers to once again as follows:
There are at least three studies and paintings related to Eating
on the Boat, one is a gouache, the other two are oils. There
are also numerous drawings,18 at least forty-six altogether,
nineteen of which are reproduced in the book Dibujos de
Joaquín Sorolla by Luz Buelga (2000, 103-106 and 212220, nº 53 to nº 70). Some of them are acknowledged to
be studies for the paintings The Skipper’s Saint’s Day and
Peeling Potatoes, both produced prior to Eating on the Boat.
The abovementioned autographical note on one of them,
which contains a reference to the 1894 painting Blessing the
Boat, gives us an idea of how long he had been preparing for
this work. The drawing Eating on the Boat [ill. 16] at the
Sorolla Museum is one most similar to the final work: the
group of fishermen is in the foreground, in front of the mast,
and the pose of the grandfather with his grandson sitting on
his legs is similar to that of the eponymous painting.
18 The Museo Sorolla has 14 drawings related to Eating on the Boat (the details
of these drawings and reproductions of them can be found in the Museo Sorolla catalog, http://museosorolla.mcu.es/catalogo.html); there are another
32 drawings in private collections. In this catalog we have reproduced seven
which have never been published before (illustrations 10 to 15 and 18). This
catalog includes illustrations of the paintings closely tied to Eating on the
Boat and the cited studies.
168
In this one, you can see how the artist worked out problems that he would tackle later on in larger, more monumental paintings such as Eating on the Boat. The fact
that the picture is cut off by the frame, something which
French painters such as Édouard Manet had done, lends
immediacy to the composition (VV.AA. 2009, nº 16,
pp. 248-250).
The date and signature that appear on the painting were
probably put there after it was executed, erroneously dating
it before it was actually painted, which in my opinion might
have been somewhere between 1892 and 1893. This lack
of rigor when it came to dating his paintings is somewhat
common in the work of Sorolla, when he doesn’t sign and
date them right after he finishes them. The date suggested by
Pantorba, 1896, the same year that it appeared in the magazine Apuntes, is due to the fact that he wasn’t able to study
the work firsthand. For that reason, as it says in his catalog,
he was not aware of the date supplied by the artist.
The work captures one of the tasks prior to preparing the
meal, which takes place in the shade of the sail, portrayed
from above to show every last detail of the objects on the
deck of the ship such as the bucket, bowl and pot that he
places next to the young fisherman. Sorolla did two preparatory drawings for this painting, one from a slightly lower
169
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
B lanca P on s -Sorolla
vantage point, in which he removes the sail and adds a figure in the background on the bow, who is outlined, as is the
young man peeling potatoes, against the sky; and another in
which the exterior of the gunwale appears in the foreground,
from a much lower vantage point, where the only figure, the
lad peeling potatoes, is behind the mast, silhouetted against
the sail (cf. Buelga 2000, nº 24 and 23).
onto which they cast light which reflects on the scene. In
this work, the figures of the fishermen eating are divided
up into two groups, the ones on the bow and the ones
on the stern. In the foreground, in front of the mast, two
young men are gathered around a pot. In the background,
a large group of older fishermen, arranged in a circle, seem
to be enjoying a drink and a smoke after dinner. One of
them is leaning towards the young men in the foreground,
probably offering them his cigarette. Thus, the circle in
the background is opened up, accentuating the diagonal
formed by the young man lying down and the mast. This
reinforces the idea of a celebration which they are all taking part in. The position of one of the ship boys, lying
on the deck, is very similar to that of the young man in
the foreground on the right side of Eating on the Boat, He
does not have this same pose in any other of the related
sketches and drawings.
He also did a small sketch of this same moment titled On
the Boat [plate 1], which contains a pot much like the one
that appears in Peeling Potatoes. It is perhaps the first study
in which Sorolla attempts to portray fishermen eating on
the boat. Unlike the studies he would tackle later, in this
case the foreground of the boat is bathed in sunlight, leaving the figures farther in the background in the shade.
Another painting related to this work is The Skipper’s
Saint’s Day [cat. III], sold in late 1896 for 350 pesetas
(according to a family record) and reproduced in a doublepage spread in January 1897 in La Ilustración Española y
Americana (year XLI, nº III, January 22, pp. 52-53). This
is the reason why it was dated 1896, although it could have
been painted in 1895, the year in which he writes to his
friend Pedro Gil Moreno de Mora, telling him that he is
planning on doing a “rather large” painting “of fishermen
eating, with the sea as a backdrop” (August 9, 1895; cf.
Tomás; Garín; Justo; Barrón 2007, letter nº 56).
The Skipper’s Saint’s Day is one of the works that bears the
closest resemblance to the one painted in 1898. Unlike
that picture, however, it is set at night and is illuminated
by lanterns situated at the top of the mast, near the sail,
170
The work titled Study for “Eating on the Boat” was the first
sketch that Sorolla did for the painting we are analyzing
here, as he indicates in its dedication19 to Rodrigo de
Figueroa y Torres, the Duke of Tovar. Due to its similarity to The Skipper’s Saint’s Day, it must be dated, like that
painting, around 1896, or even in 1895. In the composition of this work, once again there are two groups of fishermen, separated by the mast, with three young men in
the foreground rather than the two that appear in the previous work, with no connection between the two groups.
19 “First sketch for the painting / Eating on the Boat / To my friend Rodrigo
Figueroa / yours truly / J Sorolla” (lower left part.)
171
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
B lanca P on s -Sorolla
This work and The Skipper’s Saint’s Day can be related to
two drawings titled Eating on the Boat (cf. Buelga 2000,
figs. 016 and 022), the former with a single figure in the
foreground and the latter with three, just like in this Study
for “Eating on the Boat” [plate 2], although from a much
higher vantage point.
picture: the buckets from the foreground on the left and
the fisherman with the pot. A gift from Joaquín Sorolla
García, the painter’s son, to his friend José Campúa, it may
have been done around 1898, the year Sorolla finally tackles
the painting Eating on the Boat. He continues to study the
effect of the group of fishermen gathered behind the mast,
in this case with the sea as a backdrop.
Another one of the studies related to Eating on the Boat is,
once again, a work Sorolla dedicated to Rodrigo Figueroa,
On the Boat [plate 3]. As in the two previous cases, it must be
dated between 1895 and 1896, since its similar dimensions,
language and chromatic range call for it. It is the only study
that depicts in detail the mast and boom with the riggings,
as in the final painting. The hatches of the deck are open,
and there is only one figure facing away from us, holding a
pot where he may be starting to make the meal. There is no
sea background.
Now we must mention a very complete study of the deck
of a ship, which is at the Sorolla Museum, entitled Boats on
the Beach [plate 4], most likely painted around the same
time as the previous ones, in which he makes a detailed
study of the room where there fishermen were eating. Also
from this time is Under the Awning of the Boat [plate 5]
another sketch related to preparing the meal and not to the
fishermen eating. It is very similar to one of the drawings for
Peeling Potatoes [ill. 17], but was clearly done later.
Less elaborate and with more figures is a small sketch,
Eating on the Boat [plate 6]. It has a composition and
vantage point very similar to those of On the Boat, and
also contains several of the elements that appear in this
172
Another small sketch, once again entitled Eating on the Boat
[plate 7] should also be dated somewhere around 1898. In
this sketch, which is at the Sorolla Museum, the painter keeps
on trying out new compositions, with the mast on the far
left-hand side of the canvas. This composition is very similar
to that of the drawing On the Boat. Drawing of Composition,
Light and Movement (cf. Buelga 2000, drawing nº 66).
It is worth mentioning, at this point, a small sketch that
appeared in the New York exhibition of 1909 which is now at
the Brooklyn Museum of Art. According to the experts from
that museum, it was done around 1908. Without having seen
it directly, which means that its definitive dating will have to
wait, it seems to be related to the painting Eating on the Boat,
which means that it would have actually been done a decade
earlier. Titled Playa de Valencia [plate 8] it depicts a group
view of a fishing boat anchored on the beach, with a sail as an
awning. On the bow, in the sun, a series of figures sitting in a
circle, who may be eating, stand out. This group composition
is, however, the one that Sorolla opted not to use in his final
painting, since as we have already noted, studying “the souls
of the people” is what interested him. And to do that, it was
essential to get close to them.
173
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
Next we have another one of the late works from this group,
painted around 1898, of fishermen eating on a boat, in this
case anchored in the harbor, in which each person is eating
from his own pot: Fishermen on the Boat [plate 9].
Finally, we shall mention a couple of works painted
between 1896 and 1897, in which the theme continues
to be fishermen eating on a boat anchored in the harbor;
Sorolla used them as partial sketches for the painting
Port of Valencia [ill. 18], which is at the Cincinnati
Museum. The first of these, Boat [plate 10], is dedicated
to Luis Moscardó, who was married to Enriqueta
García del Castillo, the sister of Sorolla’s wife; today
it belongs to the Bancaja Collection (Caja de Ahorros
de Castellón, Valencia y Alicante). The second is called
Fishermen Eating on the Boat [plate 11] and belongs to
a private collection.
For all the chroniclers of the period, the best works in
the national exhibition of 1899 were Sewing the Sail and
Eating on the Boat; Accusing the jury of “manipulation”,
one of them says that “Unfairly, Sorolla does not receive
the medal of honor” (Cándido 1899). The newspaper
El Día also mentions the injustice committed against
him:
Sorolla without a prize of honor, and by one vote!
Those who have the greatest obligation of defending the
prestige of national art have really outdone themselves!
B lanca P on s -Sorolla
to do with public opinion as the nectar of the gods has to
do with bakery products (Miss-Teriosa 1901).20
In his biographical, critical work on Sorolla, Bernardino
de Pantorba devotes a considerable amount of ink to
Sorolla’s participation in the National Exhibition of 1899,
criticizing the jury’s attitude:
Sorolla took two of his best works to the 1899 Exhibition: the scene of the fishermen eating on the boat and
the one of the women sewing the sail. The latter, painted in the summer of 1896, had already received major awards in Munich and Vienna. The other, dated in
1898, was being shown to the public for the first time.
Once again, the Medal of Honor was not given out. Despite the greatness of these works, Sorolla only received two
votes just two more than at the last competition. The eight
members of the 23-person jury who voted for him proved
to have a clear vision of justice. We shall cite their names:
Alejandro Ferrant, Agustín Querol, Miguel Blay, Manuel
Villegas Brieva, Marceliano Santa María, Eduardo Pelayo,
Manuel Ramírez and Lorenzo Álvarez Capra. If the time
before that, the fact that Sorolla was denied the medal had
only generated timid protests, in 1899 there were a lot of
people in the press and in artistic circles all over Spain who
fervently objected to the attitude of those 15 jurors who,
by not voting for Sorolla, failed to live up to their mission.
The eminent Valencian painter can rest assured, because
the opinion of the jury and official influences has as little
174
20 In this note, the author mentions the 1899 exhibition.
175
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
Eating on the Boat and Sewing the Sail are, of all of the
master’s works prior to 1899, the two most important
paintings and the ones most characteristic of his perso-
B lanca P on s -Sorolla
the end of the century, when cold, theatrical art loses all its
validity, is due to the fact that truth prevails over academic
painting:
nality, which is strongly, unmistakably asserted after that.
Other beach paintings had come to serve as “precursors”
...that truth must be sought in the beach, in the factory,
to these two. These two successfully bring together, in a
in the home, in the field, in the town square; wherever we
charming way, all the values of Sorolla’s painting, and in
see the beautiful truth that reflects our joys and hardships,
the final years of our 19 -century art, they take on capi-
and which makes a deep impression on our soul, since the
tal importance. They are two works with an extremely
joys and sufferings portrayed are our own; that is, the ones
original composition, truthfully shown as they appear
that make up the story of our entire existence (Comas
in nature, full of character, light and atmosphere, drawn
1899).
th
with great impartiality and energy and painted with
long, energetic, expressive strokes (Pantorba 1953, 46).
In the Miss-Teriosa article, the following reference is made
to the main works in the National Exhibition of Fine Arts
of 1899:
Eating on the Boat is of a marvelous brilliance that is
attractive and astounding, and Sewing the Sail is of a
colossal audaciousness that is seductive and fascinating. One of them −Eating on the Boat− is a slice of
life itself seen through the fog, through the melancholy
that sometimes enshrouds thought; the other −Sewing
the Sail− is a beam of light falling upon one of the most
ordinary pages of existence (Miss-Teriosa 1899).
For Augusto Comas, Sorolla is one of the main artists responsible for renovating painting of the period. According
to him, the radical change that the art scene undergoes at
176
In the opinion of this critic, artists like Sorolla, along with
Casas and Rusiñol, feel the need to do more modern paintings. And he finds in the beach of Valencia, in the middle
of the month of August, the perfect place to capture that
blazing sun that brings the influence of French plein air
painting to Spain. For him, it is evident that the criticism
generated by his works Sewing the Sail and Eating on the
Boat comes from the most conventional art circles, and is
due to the fact that these works do not depict a transcendental subject that stirs the soul. Comas ends his article
by saying: “It is sad, so sad, that what in Europe has not
been questioned for years is starting to be questioned in
Spain!” (ibídem).
Rafael Doménech, the first great Sorolla biographer,
argued in 1910 that the painting Eating on the Boat is the
one that clearly shows Sorolla’s growing tendency to make
light the central subject of his work (Doménech 1910,
177
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
B lanca P on s -Sorolla
XXII). And in 1919, with much more hindsight than he
had when he wrote his monograph on Sorolla in 1910, he
detected in the paintings Sewing the Sail and Eating on the
Boat a “modernity” that could not be found in his previous
works. This modernity was a result of Sorolla’s decision to
break away from Valencian costumbrismo, trading typical,
regional, anecdotal themes for a pursue a new, personal
path that included scenes of working outdoors:21
Bath or Sea Wind, The Carob Tree. Jávea and The Little
Cove: Jávea, obtaining the Grand Prix, as we have already
mentioned. Despite the success of Sad Inheritance!, the
artist’s favorite painting was Eating on the Boat, as he says in
a letter he writes to his wife on July 16, 1900 from Paris:
Before 1894 (…) no one had painted life on the beach of
Valencia, and Sorolla, young and in need of total artistic
freedom, was able to get in front of that nature and its
men and their lives, without being seized by any painting that I recall (…)
Dear Clota,
As you can see we are already in Paris, and this afternoon
I gorged myself on painting. I made a brief visit to all the
countries except France, which I’ve left for tomorrow.
I saw my paintings and after looking at them they don’t
seem so bad. The one that generates the most enthusiasm
is Sad Inheritance; they tell me it’s the leader, but the one
I like most is Eating on the Boat, which is another well-lit
Sorolla on the beach of Valencia, with the eyes of a painter and an artist, saw new spectacles. He had nothing
else to go on, no points of reference, other than his temperament, the natural and the struggle to discover and
sketch everything he saw (Doménech 1919; cf. Pérez
Rojas 1999, 116).
painting; (...) I need to make some changes in the way I
work; it’s the only thing I do not like, because with these
same pictures I could have achieved what I’m after. I hope
that after my examination of all the paintings here I can do
my own work and that something useful will come of it.
(...) Our section is dreadful due to its decoration and
content; there is a big legend about the goodness of the
Later on, at the 1899 National Exhibition of Fine Arts,
Sorolla carefully selected six works to send to the Exposition Internationale Universelle held in 1900 in Paris: Sad
Inheritance!,22 ! , Sewing the Sail, Eating on the Boat, The
21 Garín and Tomás also refer to this in their 2007 monograph, as we have noted at the beginning of this essay.
22 For this painting he received the Grand Prix at the Exposition Universelle held
in Paris in 1900 and the Medal of Honor at the Exposición Nacional held in
Madrid in 1901.
178
painting in our country, all in all the worst and the most
backward; I’m more in tune with the trends than most
Spanish painters, but I can and must do more, which I
will try to do, and my blood boils for not having begun
to do so yet (Pons-Sorolla; Lorente 2009, letter nº 128).
Regarding the continued relevance of these works, Leonard
Williams noted back in 1909:
179
E AT I N G O N T H E B O AT · J O A Q U Í N S O R O L L A
B lanca P on s -Sorolla
Sincerity, precision and sensitivity: these are three
The fishing paintings mark the beginning of Sorolla’s in-
qualities that make Sorolla’s interpretations of Spanish
comparable chapter dedicated to the sea. He introduces
life so beautiful and powerful, and ensure that not only is
the theme by breaking away from the costumbrismo of
he of vital importance today, but that he will continue to
seascapes that show the everyday life of fishermen and
be in the future. In order for a painting to be considered
sailors. The chapter begins with Return from Fishing,
a masterpiece, it is absolutely necessary for two forces to
and in it we can already see the Mediterranean light that
be at work in an artist. The first is the moral, intellectual
would fascinate the painter. The pair of oxen in the shade
and emotional strength that comes from sincerity,
stands out against the sunlit waves and the huge sail cuts
precision and sensitivity. The second is the strength of
through the sky in a picturesque, blurry line. From then
the heart, which is created with the strength of the hand.
on, his paintings took on less naturalistic hues. In Sewing
And the heart and hand unite to form and give life to the
the Sail (1896) he uses the big white sheet of the sail as a
art of Joaquín Sorolla (Williams 1909, 97).
screen that scatters the light in all directions and makes
all the elements of the scene more beautiful. In Eating on
In Lily Litvak’s essay “Sorolla y la recuperación de Arcadia”, which appears in the exhibition catalog for A la playa.
El mar como tema de la modernidad en la pintura española,
1870-1936,23 she talks about the first painters who tackle
beach themes:
the Boat (1898) the bronzed fishermen are subject to the
omnipotence of the air that shapes and changes the light
as it passes under the arch of the unfurled sails.From
1900 onward, Sorolla expressly sought the beach (…)In
the paintings of the beach of Jávea and Valencia, a new,
Arcadian vision of the Mediterranean crystallizes. They
In Spain, Sorolla was the creator of that subject matter
that he tackled in a brilliant, highly personal way,
making the inhabitants of the Levante coast more than
just fishermen. The master celebrates their exceptional
humanity, and with them he appreciates the charm and
diversity of the coast, the caress of the sails, the vertigo
of the reef, the crystal-clearness of the water, glassy
sanctuary of an original purity.
come to represent, first and foremost, a true manifesto
about living together in nature and the invigorating, fertile action of the sea (Litvak 2000, 37).
Eating on the Boat generated a great deal of interest among
collectors and artists of Sorolla’s day. Enrique Martínez
Cubells made a very high-quality, good-sized copy of it,
which can be cited as an indication of how much people
admired this picture, a work that helped increase the popularity of luminist beach scenes in painting of the period.
23 It took place in Madrid in the year 2000 at the Fundación MAPFRE Vida
exhibition center.
180
181
Catalog
Preparatory studies
I.- Eating on the Boat, 1898.
Plate. 1. On the Boat, ca. 1892-93.
Oil on cardboard. 8.6 x 12 cm. Private collection. BPS 3109.
Oil on canvas, 180,5 x 250,5 cm
Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, inv. nº. 804.
Signed “J. Sorolla B / 1898” (lower left corner)
Pantorba 1953, nº 1045; BPS 783.
Literature:
Plate. 2. Study for “Eating on the Boat”, ca. 1895-96.
Oil on canvas. 40.8 x 53.5 cm. Private collection. Pantorba nº 1359 and BPS
926.
VV.AA. 1911, p. 44. Beruete 1921, nº 21. Escrivá de Romaní 1949, pp.
30-31 (La barca; 1st plate). VV.AA. 2009, pp. 262-265.
Plate. 3. On the Boat, ca. 1895-96.
Oil on canvas. 41.8 x 56 cm. Private collection. Pantorba nº 1361, BPS 929.
Exhibitions:
Plate. 4. Boats on the Beach, ca. 1896-98.
Oil on canvas. 19.8 x 27.4 cm. Museo Sorolla, inv. nº 523. BPS 1327.
1899, Madrid, nº 809; 1900, Paris, nº 92; 1911, Rome, nº 245; 1956, Madrid,
nº 423; 1963, Madrid, nº 22; 1992, Seville, p. 57; 1997-1998, Bilbao, nº 11;
1998, Madrid, nº 8; 2009, Madrid, nº 21.
II.- Peeling Potatoes, 1891-1894.
Oil on canvas, 40 x 48 cm
Gavin Graham, London
Fdo. “J Sorolla / Valencia 1891” (lower left part.)
Pantorba 1953, nº 1314; BPS 898.
Literature:
VV.AA. 1896. VV.AA. 2009, pp. 248-250.
Exhibitions:
Madrid 2009, nº 16.
III.- The Skipper’s Saint’s Day, 1898.
Gouache on paper, 36 x 51,5 cm
Private collection
Fdo. “J. Sorolla” (lower right corner).
On the back side: pen and ink drawings of café scenes in Paris and a little
head of Joaquín Sorolla García in gouache.
Pantorba 1953, nº 1328; BPS 4757.
Plate. 5. Under the Awning of the Boat, ca. 1896.
Oil on canvas. 16 x 26 cm. Private collection. BPS 3579.
Plate. 6. Eating on the Boat, ca. 1898.
Oil on panel. 19.5 x 31.5 cm. Private collection. BPS 782.
Plate. 7. Eating on the Boat, ca. 1898.
Oil on cardboard. 8.5 x 12 cm. Museo Sorolla, inv. nº 424. BPS nº 1230.
Plate. 8. Beach at Valencia, ca. 1898.
Oil on panel. 8.5 x 16 cm. New York, Brooklyn Museum of Art, inv. nº 1992.
BPS 3580.
Plate. 9. Fishermen on the Boat, ca. 1898.
Oil on canvas. 17.7 x 29.6 cm. Private collection. BPS 2648.
Plate. 10. Boat, ca. 1897.
Oil on canvas. 36 x 47 cm. Valencia, Bancaja Collection. BPS 917.
Plate. 11. Fishermen Eating on the Boat, ca. 1897.
Oil on canvas. 34 x 45.5 cm. Private collection. BPS 4082.
Literature:
VV.AA. 1897, pp. 52-53. VV.AA. 2009, p. 264, fig. 176.
182
183
List of Illustrations
Works cited
1. The Happy Day, 1892. Galleria D’Arte Moderna di Udine (Italy)..
2. Return from Fishing, 1894. Paris, Musée d´Orsay.
3. Fishing Nets, 1893. Private collection.
4. Valencian Fishermen, 1895. Private collection.
5. Ropemakers: Valencia Beach, 1893. Lorenart Gallery
6. Blessing the Boat, 1895. Principality of Asturias. Pedro Masaveu Collection. At
the Museo de Bellas Artes de Asturias.
7. Boy with Grapes, 1898. Private collection.
8. The Little Cove: Jávea, 1898. Private collection.
9. Eating on the Boat. Full Study, ca. 1898. Private collection.
10. On the Boat, ca. 1896. Private collection.
11. Eating on the Boat, ca. 1898. Private collection.
12. On the Boat, ca. 1898. Private collection.
13. Fishermen on the Boat, ca. 1898. Private collection.
14. Peeling Potatoes, ca. 1893. Private collection.
15. Eating on the Boat, ca. 1896. Private collection.
16. Eating on the Boat, 1898. Museo Sorolla, inv. nº. 10214.
17. Peeling Potatoes, ca. 1893. Private collection.
18. Port of Valencia, 1897. Cincinnati Art Museum.
184
Beruete y Moret, Aureliano de, [1921?], Joaquín Sorolla, Madrid, Estrella.
Blasco Ibáñez, Vicente, 1895, Flor de mayo, Valencia, F. Sempere; Valencia, Vicent
García Editores, 1981.
Buelga, Luz , 2000, Dibujos de Joaquín Sorolla, Madrid, Fundación de Apoyo a la
Historia del Arte Hispánico.
Cándido, 1899, «Nota del día. Se consumó», La Nación, Buenos Aires.
Comas y Blanco, Augusto, 1899, La Exposición Nacional de Bellas Artes en 1899.
Catálogo numerado, Madrid, Antigua Imprenta Universal.
Díez, José Luis; Barón, Javier, 2009, «Joaquín Sorolla. Pintor», Joaquín Sorolla
(exhib. cat.), Madrid, Museo Nacional del Prado, pp. 19-142.
Doménech, Rafael, 1910, Sorolla. Su vida y su arte, Madrid, Leoncio Miguel.
ESCRIVÁ DE ROMENÍ, Manuel (Count of Casal), 1949, Evocación del arte español en
la primera mitad del siglo XX: homenaje a los artistas y académicos fallecidos durante
ella: inaugural speech for the 1949-50 school year, given to the Instituto de España in
a public session held on October 29, 1949, at the Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando, Madrid, Instituto de España.
Litvak, Lily, 2000, «Sorolla y la recuperación de Arcadia», A la playa. El mar como
tema de la modernidad en la pintura española, 1870-1936 (exhib. cat.), Madrid,
Fundación MAPFRE Vida, pp. 35-41.
Lorente Sorolla, Víctor; Pons-Sorolla, Blanca; Moya, Marina (eds.),
2008, Epistolarios de Joaquín Sorolla. II. Correspondencia con Clotilde García del
Castillo, Barcelona, Anthropos.
MISS-TERIOSA (Vicente Sanchís), 1899, «Exposición de Bellas Artes». El Día, Madrid, May 18.
−1901, «Sorolla», El Día, Madrid, May 7.
Pantorba, Bernardino de ( José López Jiménez), 1953, La vida y la obra de Joaquín
Sorolla: estudio biográfico y crítico; 2nd ed.: Madrid, Gráficas Monterde, 1970.
Pérez de Ayala, Ramón, 1923, «Sorolla», La Prensa, Buenos Aires, September 30 and October 7.
Pérez Rojas, Francisco Javier, 1999, “Tipos Valencianos. Naturalismo, simbolismo y
regionalismo”, Tipos y paisajes 1890-1930, Valencia, Generalitat Valenciana (Regional
Government of Valencia), pp. 105-226.
Pons-Sorolla, Blanca; Lorente Sorolla, Víctor (eds.), 2009, Epistolarios
de Joaquín Sorolla III. Correspondencia con Clotilde García del Castillo (18911911), Barcelona, Anthropos; Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana
(Consortium of Museums of the Regional Government of Valencia).
Tomás, Facundo; Garín, Felipe, 2007, Joaquín Sorolla, Madrid, T.f.; Generalitat Valenciana.
Tomás, Facundo; Garín, Felipe; Justo, Isabel; Barrón, Sofía (eds.),
2007. Epistolarios de Joaquín Sorolla. I. Correspondencia con Pedro Gil Moreno de
Mora. Barcelona, Anthropos; Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana
(Consortium of Museums of the Regional Government of Valencia).
VV.AA. 1896, Apuntes, Madrid, December 27.
−1897, La Ilustración Española y Americana, year XLI, nº III, January 22.
−1911, Esposizione internazionale di Roma 1911. Catalogo del padiglione spagnuolo
(exhib. cat.). Bérgamo, Istituto Italiano d’Arti Grafiche.
−2009, «Catálogo», Joaquín Sorolla (exhib. cat.), Madrid, Museo Nacional del Prado, pp. 203-470.
WilLiams, Leonard , 1909, «The art of Joaquín Sorolla», Eight Essays on Joaquín
Sorolla Bastida, 1909, pp. 197-324; Spanish trans. Sergio Mori Sierra, «El arte de
Joaquín Sorolla», Ocho ensayos sobre Joaquín Sorolla Bastida, Asturias, Fundación
María Cristina Masaveu Peterson, 2009, vol. III, pp. 81-109.
185
Exhibitions cited
1899, Exposición General de Bellas Artes, Madrid, Palacio de las Artes e
Industrias.
1900, Exposition Internationale Universelle, Paris, Spanish pavilion.
1911, Esposizione internazionale di Roma, room of honor in the Spanish
pavillion.
1956, Un siglo de arte español (1856-1956), Madrid, exhibition palace at the
Retiro.
1963, I Centenario del Nacimiento de Sorolla, Madrid, Casón del Buen
Retiro.
1992, Paisaje mediterráneo, Seville, Santa María de las Cuevas Monastery.
1997-1998, Sorolla/Zuloaga. Dos visiones para un cambio de siglo, Bilbao,
Museo de Bellas Artes.
1998, Sorolla/Zuloaga. Dos visiones para un cambio de siglo, Madrid,
Fundación Cultural Mapfre Vida
2009, Joaquín Sorolla, Madrid, Museo Nacional del Prado.
Abbreviations used
BPS: Catalog number for Joaquín Sorolla’s paintings established by Blanca
Pons Sorolla.
186
Se acabo de imprimir este libro en Valencia
en los talleres de La Imprenta CG
el dia 29 de septiembre de 2011
festividad dedicada a los Arcángeles
Miguel, Gabriel y Rafael
3
B L A N C A P O N S - S O RO L L A
COMIENDO EN LA BARCA · JOAQUÍN SOROLLA
COMIENDO
EN LA
BARCA
Descargar