Dia 8 Oh Señor, óyeme cuando oro; presta atención a mi gemido. Escucha mi grito de auxilio, mi Rey y mi Dios, porque sólo a ti dirijo mi oración. Señor, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera. Salmos 5:1-3 (ntv) Lágrimas en lugar de oraciones En el 2007, la iglesia New Life en Colorado fue devastada cuando un hombre joven entró armado a la propiedad de la iglesia durante un servicio de fin de semana, terminando con la vida de dos muchachas jóvenes y luego con su propia vida. Mas tarde, los detalles de lo que pasó estaban siendo compartidos en un aula llena de hombres y mujeres que se habían reunido para aprender mas sobre la oración. Cuando la profesora compartía la información dijo: “ Al enterarme del acontecimiento mis ojos salpicaron oraciones”, pero lo que en realidad quiso decir fue “mis ojos salpicaron lágrimas. Hay momentos en nuestra vida cuando nos encontramos abrumados por circunstancias fuera de nuestro control; un mal informe del doctor, un hijo pródigo o una nación bajo situaciones de ataque que causan mas preguntas que respuestas. Es durante tiempos como estos, que la gente dice no tener las palabras correctas, no saben como orar, no saben la escritura correcta. Sin embargo muchas veces las lágrimas son la forma mas profunda de oración - ser tan conmovido por una situación que tu espíritu clama a gritos desde lo más profundo de tu ser y las lágrimas se hacen un incienso dulce de oración al Padre. El Espíritu Santo nos fue enviado para ayudarnos cuando no tenemos palabras para orar, cuando todo lo que podemos hacer es clamar a Dios con lágrimas. Romanos 8:26-27 dice ''Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cual es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” Cuando no tenemos palabras que decir, sino sólo lágrimas, el Espíritu Santo entiende estas lágrimas y gime y los articula al Padre de nuestra parte. Las lágrimas honestas, mueven el corazón de Dios. La Biblia nos dice que las lágrimas de Ana movieron el corazón de Dios. Durante años, ella fervorosamente oró y clamó a Dios por un hijo. 1 Samuel 1:10 “ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.” Ella siguió desahogando su corazón con lágrimas ante quién era capaz de conceder su petición. Todos hemos experimentado tiempos cuando lo que afrontamos parece imposible. Como Ana, estamos en la angustia profunda, clamando cuando oramos desesperados por una respuesta, un milagro, una resolución. Y como Dios oyó a Ana y ella recibió el deseo de su corazón, Dios también nos oye y ve nuestras lágrimas de intercesión. Las lágrimas son una poderosa arma secreta en nuestro arsenal del oración. A través del Espíritu, ellas impulsan las oraciones genuinas y desinteresadas que hacemos por otros y por nosotros. El Espíritu Santo entiende aquellas lágrimas y las comunica al Padre. El Padre, lleno de la compasión, actúa sobre aquellas oraciones en Su voluntad perfecta. El Señor me llamó un día mientras yo hablaba,"Un espíritu conectado al mío, es lo que busco”. Despierta, levántate; está alerta porque hoy algunos de mis hijos experimentarán dolor. En mi interior mi espíritu clamó: “Señor, ¿qué significa esto?” Quise gritar…Una calma me rodeó, la carga se volvió ligera; mientras me rendía al Maestro, mis ojos salpicaron oraciones. Kathy Overton Oración: Padre, te agradezco por ver mis lágrimas y oír mis oraciones. Gracias por permitirme venir ante tu trono con lágrimas, sobre todo cuando mi corazón está demasiado cargado como para pronunciar palabras. Muévete en mi corazón para interceder desde una posición fuerte y compasiva, con la certeza de que tu escuchas cada oración por justicia, honradez, integridad y el regreso de tu reino a la tierra. En el nombre de Jesús, Amén. Acción: ! Haz un estudio de palabra “lágrimas”. Busca referencias bíblicas y permite que el Padre te hable. ! Comparte el dolor de aquellos alrededor de ti y ayúdales a colocarlo en los hombros de Cristo. ! Clama a Dios cuando veas injusticias, pidiendo que Su mano se mueva en la situación. Para estudiar más: 1 Samuel 1:1-18 Juan 11:32-34 Romanos 8:25-27 Hebreos 5:7-8