La hermana Juliana Bonoha: «Miguel Pajares era un gran padre, un misionero auténtico que amaba sin distinción» La religiosa, que ha pasado 21 días en aislamiento en el Carlos III, ha mostrado su gratitud por la repatriación EFE La hermana Juliana Bonoha durante la rueda de prensa La hermana Juliana Bonoha , repatriada junto al padre Miguel el pasado 7 de agosto, se enfrentó a la punzante e intrigante mirada de las cámaras y de los periodistas con una gran sonrisa. Pese a ser la primera vez que daba declaraciones, todos la conocían muy bien. Juliana aterrizó en España el pasado 7 de agosto junto al padre Pajares y ese mismo día fueron trasladados al Hospital Carlos III de Madrid. Miguel no pudo ganarle la batalla al ébola y falleció. La hermana no contrajo el virus pero aún así se le realizaron dos tests que finalmente dieron negativo. Después de pasar 21 días en cuarentena fue dada el alta el pasado jueves. «Es una buena ocasión para manifestar la alegría que siento y la gratitud que debo a tantas personas. Agradezco al gobierno y a los españoles la ayuda que me han brindado al ser repatriada con Miguel, sobre todo a la dirección del hospital Carlos III, a todo el personal, médicos, enfermeras», dijo Juliana con un fluido español apenas entorpecido por unas gafas que no eran de su graduación y me dieron en el hospital, contó sonriente. Pero la sonrisa de Juliana empezó a desdibujarse al recordar a las personas que luchan contra el virus. «Hoy mi pensamiento y mi corazón sigue en Monrovia, recordando a tantas personas víctimas del ébola que luchan sin tener recursos», dijo Juliana con la voz entrecortada por su llanto, que apenas le permitía leer su escrito. La hermana conseguía reponerse por instantes, sobre todo gracias a las caricias que le hacía la hermana y portavoz de la Congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción (MIC), Ángela María Granada, que estaba a su lado junto a Carmen del Pozo, provincial de las MIC y el hermano Julián Sánchez Bravo, director de la Fundación Juan Ciudad. Juliana no confirmó si volverá a Liberia. «Estoy dispuesta a hacer lo que las hermanas me digan». También aseguró haber vivido «con mucha alegría» la recuperación de la hermana Paciencia con la que aún no ha podido hablar. La hermana también recordó emocionada a todos los que se quedaron. «Es duro pensar que yo estoy aquí y ellas allá; confiaba en que Dios ayudara a la hermana Paciencia y he rezado por todas ellas todos los días». «Nos mandaron un santo» Pero el momento más difícil fue al recordar a Miguel Pajares. «Para mí era un gran padre, un misionero auténtico que amaba a todos sin distinción, yo quiero dar las gracias a los hermanos de San Juan de Dios que nos mandaron un santo: el padre Miguel Pajares». Desde que comenzaron a contraer ébola los trabajadores del Hospital San José de Monrovia, de la Orden San Juan de Dios, la hermana Bonoha lo pasó «bastante mal». Recordó entre lágrimas que ella pudo llegar a España pero «los que quedaron allí no sabían cómo acabaría aquello». La sociedad española Respecto a la labor de la comunidad internacional en la lucha contra el ébola, Juliana aseguró que la sociedad española «ha trabajado muchísimo y sigue trabajando no solo en Liberia sino en el mundo entero y doy las gracias por eso». «Donde hay situaciones difíciles, allí están los españoles», señaló. La Orden San Juan de Dios recordó que el Ministerio de Sanidad en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha aprobado la donación para el hospital San José de Monrovia un cargamento con 11 toneladas de medicación y material sanitario de protección, valorado en 155.756 euros. Publicado en ABC