PALABRAS DE VIDA La Salle 14 Junio 2015 11 TIEMPO ORDINARIO (B) Marcos 4, 26-34 Lectura del santo evangelio según san Marcos También decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega.» Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra.» Y les anunciaba la palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado. PEQUEÑAS SEMILLAS Vivimos ahogados por las malas noticias. Emisoras de radio y televisión, noticiarios y reportajes descargan sobre nosotros una avalancha de noticias de odios, guerras, hambres y violencias, escándalos grandes y pequeños. Los «vendedores de sensacionalismo» no parecen encontrar otra cosa más notable en nuestro planeta. La increíble velocidad con que se difunden las noticias nos deja aturdidos y desconcertados. ¿Qué puede hacer uno ante tanto sufrimiento? Cada vez estamos mejor informados del mal que asola a la humanidad entera, y cada vez nos sentimos más impotentes para afrontarlo. La ciencia nos ha querido convencer de que los problemas se pueden resolver con más poder tecnológico, y nos ha lanzado a todos a una gigantesca organización y racionalización de la vida. Pero este poder organizado no está ya en manos de las personas sino en las estructuras. Se ha convertido en «un poder invisible» que se sitúa más allá del alcance de cada individuo. Entonces, la tentación de inhibirnos es grande. ¿Qué puedo hacer yo para mejorar esta sociedad? ¿No son los dirigentes políticos y religiosos quienes han de (J.A. Pagola) promover los cambios que se necesitan para avanzar hacia una convivencia más digna, más humana y dichosa? No es así. Hay en el evangelio una llamada dirigida a todos, y que consiste en sembrar pequeñas semillas de una nueva humanidad. Jesús no habla de cosas grandes. El reino de Dios es algo muy humilde y modesto en sus orígenes. Algo que puede pasar tan desapercibido como la semilla más pequeña, pero que está llamado a crecer y fructificar de manera insospechada. Quizás necesitamos aprender de nuevo a valorar las cosas pequeñas y los pequeños gestos. No nos sentimos llamados a ser héroes ni mártires cada día, pero a todos se nos invita a vivir poniendo un poco de dignidad en cada rincón de nuestro pequeño mundo. Un gesto amistoso al que vive desconcertado, una sonrisa acogedora a quien está solo, una señal de cercanía a quien comienza a desesperar, un rayo de pequeña alegría en un corazón agobiado… no son cosas grandes. Son pequeñas semillas del reino de Dios que todos podemos sembrar en una sociedad complicada y triste, que ha olvidado el encanto de las cosas sencillas y buenas. DISCERNIMIENTO, DIÁLOGO Y ORACION (Koinonia) Para la revisión de vida ¿Da mi vida frutos por la semilla de la Palabra de Dios plantada en mi vida? ¿Es un árbol frondoso o un árbol raquítico? ¿Soy, como Jesús, un/una fanático/a de la Causa del Reino? Para la reunión de grupo Un primer tema digno de afrontar y estudiar es el del Reino de Dios como causa, motivo, obsesión, manía... de Jesús... Puede ser útil acercarse a la figura histórica de Jesús por medio de alguna adecuada lectura. Por ejemplo, el «Jesús, aproximación histórica» de José Antonio Pagola. (Está replicado ampliamente por internet). Escoger un capítulo, leerlo previamente, y debatirlo en grupo). Una cuestión: la Lumen Gentium, la declaración del Vaticano II sobre la Iglesia, dice que la Iglesia es «germen del Reino»... No dice que la Iglesia es «el germen del Reino». El artículo identificaría a la Iglesia como «el germen» del Reino; sin artículo, la Iglesia es solamente «uno de los gérmenes del Reino», es decir, que no es su dueña, ni tiene su exclusiva, ni puede sentirse orgullosa de ser la única... Comentar las consecuencias que esto tiene para las relaciones de la Iglesia con el mundo, las relaciones de la Iglesia con el ecumenismo, y sus relaciones también con otras religiones... Para la oración de los fieles Por la Iglesia, para que siempre sea consciente de que su vida no está en sus normas e instituciones sino en dejarse llegar por el Espíritu, y no se anuncie a sí misma sino el Reino de Dios. Roguemos al Señor. Por todos los creyentes, para que sintamos siempre el gozo y la alegría de haber recibido la Buena Noticia y sintamos también el impulso de anunciarla a los demás. Roguemos al Señor. Por todos los que ya no esperan nada ni de Dios ni de los seres humanos, para que nuestro testimonio les abra una puerta a la esperanza. Roguemos al Señor. Por los jóvenes, esperanza del mundo del mañana, para que se preparen a construir un mundo mejor, más solidario, más justo y más fraterno. Roguemos al Señor. Por todos los pobres del mundo, para que con nuestra fraternidad solidaria, seamos causa real de su esperanza en verse libres de sus limitaciones. Roguemos al Señor. Por todos nosotros, para que formemos una verdadera comunidad en la que se alimente nuestra fe y nuestra esperanza, de modo que podamos transmitir nuestro amor a los demás. Roguemos al Señor. Oración comunitaria Dios, Padre nuestro, que en Jesús de Nazaret, nuestro hermano, has hecho renacer nuestra esperanza de un cielo nuevo y una tierra nueva; te pedimos que nos hagas apasionados seguidores de su Causa, ¡el Reino de Dios!, de modo que sepamos transmitir a nuestros hermanos, con la palabra y con las obras, las razones de la esperanza que nos sostiene. Por Jesucristo.