Bajtín frente al espejo deformante

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LIBROS DE VERSIÓN UAM-X MEXICO 1997 PP 355-365
Bajtín frente al espejo
deformante
Tatiuna Bubnova
Universidad Nacional Autónoma de México, México
En un momento crftico, el navegante lanza a las aguas
del océano una botella sellada con su nombre y la descripción de su destino. Muchos años después, al vagar
por las dunas la encuentro en la arena, leo la carta, me
entero de la fecha del suceso. de la última voluntad del
muerto. Tuve derecho a hacerlo. No he abierto una carta
ajena. La carta sellada dentro de la botella está destinada a quien la encuentre. La encontré yo. Quiere decir que yo soy el destinatario secreto.
O S ~MANDELSTAM
P
En la comprensión e interpretación de la obra, así como en la aplicación
de los conceptos bajtinianos, hemos llegado a un momento de controversias, contradicciones y confrontaciones, a una necesidad de revalorar
la productividad, la dirección y el sentido de la absorción voraz a que
han sido sometidas las ideas del filósofo ruso durante los últimos veinticinco años. Hoy en día tenemos muchas interpretaciones, algunas de
ellas militantes,' de lo que entendemos por el Corpus de ideas asociadas
a l nombre de Bajtín. Las razones han sido múltiples y han sido señaladas más de una vez, y con toda razón, por los diferentes analistas: el
acceso limitado y dosificado a los textos, las traducciones poco fidedig-
' Sobre este
aspecto del bajtinismo internacional combativo y agresivo, mejor que
nadie se ha expresado S. S. Averintsev, que considera que los militantes entienden
a Bajtín "con la exactitud de hasta al revés".
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nas, a menudo hechas a partir de otra traducción, la terminología sin
unificación, el manejo deficiente de los conceptos rusos,? la intervención de teóricos mediadores con personalidad demasiado fuerte como
para transmitir las ideas originales con un mínimo de alteración. Los
problemas de cómo, cuándo y quiénes transmiten, reproducen y
reinterpretan los textos nos conduce directamente hacia uno de los temas centrales de la obra de Bajtíri, que además se vincula a prácticamente
todos los demás tópicos de su obra (el otro, el diálogo, la responsabilidad, el excedente, la extraposición, el género, la poCtica histórica y hasta
el carnaval). Este problema es el de la transmisión de la palabra ajena.
Todos los problemas de comprensión, difusión y exégesis que he mencionado de entrada, y aun aquellos que quedason en el tintero (electrónico), pueden analizarse mediante la óptica de la reproducción del discurso
del otro, para lo cual uno puede valerse de una metodologia sugerida por
el mismo filósofo.
En los textos "La palabra en la novela" y sobre todo en "El problema
de los géneros discursivos" Bajtín propone una serie de criterios para la
descripción y el aislamiento del enunciado, elemento de discurso que es
para él unidad mínima de sentido que asegura la comprensión activa y la
efectividad de la interacción discursiva, necesarias para que la comunicación funcione. El enunciado es una unidad de discurso, forma pragmática de la manifestación del lenguaje, en oposición a las unidades de
la lengua, las que dan cuenta tan sólo del funcionamiento del sistema
abstracto, que es concepto útil y aun necesario para los fines teóricos y
prácticos de la descripción y enseñanza de las lenguas, pero que no agota
ni abarca todos los mecanismos semánticos del lenguaje. En la totalidad
* En cuanto a los problemas
de la comprensión del original, son significativos los
pequeños pero reveladores errores en la lista de conceptos de The Dialogic
Imagination. libro de ensayos bajtinianos editados por Michael Holquist. Asirnismo sorprende en el último libro de éste último, Dialogism, la afirmación acerca de
la no existencia del propio concepto "dialogismo" en la obra bajtiniana. Aparte de
que en los ensayos tardíos Bajtín sé usa el término, hay que recordarle a Holquist
que él mismo tradujo dialoguichnost' ('dialogicidad'), vocablo que usa Bajtín en
La palabra en la novela y otros ensayos para designar el concepto, como 'dialogism'
y 'dialogization'. Hay otros fenómenos curiosos de acuñación de conceptos nuevos, atribuidos a Bajtín a partir de las traducciones. Entre ellos cabe señalar la
propia "imaginación dialógica", o bien la "palabra cercada" (bounded word) que
usa 1. Zavala para explicar la interacción del enunciado con el contexto de otros
enunciados.
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de las características que comportan a una expresión discursiva el carácter de enunciado conviene destacar aquellos que remiten a la situación
pragmática de la emisión y la recepción, que son los siguientes: 1) el
enunciado está delimitado por el cambio de sujeto discursivo; 2) el enunciado tiene un carácter específicamente concluso, porque puede ser contestado y es una totalidad, puesto que es capaz de agotar el sentido de su
objeto en una situación dada, al poner de manifiesto la concepción que
el hablante tiene del objeto del discurso, o la instancia volitiva, y porque
se constituye en formas génerico-composicionales típicas que lo señalan como perteneciente a un género discursivo específico; 3) el enunciado
se caracteriza por la capacidad de establecer relaciones específicas con
los enunciados de otros, gracias al aspecto estilístico, al expresivo y a
la evaluación personal. El enunciado es tan sólo un eslabón en la cadena
discursiva, y está orientado tanto a los enunciados anteriores, como
prefigura el sentido de la futura respuesta encerrada en un enunciado
posterior, y por lo mismo ajusta las carácterísticas formales (género,
entonación, estrategias de pertinencia, selección del material, etc.) de
acuerdo con la idea que el emisor posee de la posible respuesta.
Al situar nuestro enunciado global (la obra de Bajtín) en la situación
comunicativa que le ha correspondido en la historia, obtenemos en vez
de un sentido único (la Verdad) que supuestamente le correspondería
intrínsecamente, toda una serie de sentidos que se generan en el proceso
de recepción, comprensión e interpretación de este "discurso del otro"
por todo un ejercito de receptores, que no se han limitado a ser permanentemente "virtuales", sino que entraron en el diálogo incluso a partir
de la desinformación, el error o el exceso de temperamento propio. No
podía ser de otro modo:
Un enunciado vivo, que surge conscientemente en un momento histórico
determinado y en un medio socialmente determinado, no puede dejar de
tocar miles de hilos dialógicos vivientes, tejidos por la conciencia
socioideológica en torno al objeto que el enunciado aborda, no puede
dejar de ser un participante activo del diálogo social. Es más, el enunciado surge a partir de este diálogo siendo su continuación, su replica, y de
ninguna manera se acerca hacia su objeto desde una supuesta neutralidad" (PLE, 90).
Al tratar de evaluar los efectos de la recepción del legado bajtiniano
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tanto en la ex-URSS como en Occidente, no sería de más tomar en cuenta los criterios mencionados, para poder tener la perspectiva de la evolución de los conceptos bajtinianos, si admitimos que su obra puede ser
comprendida como la totalidad de un enunciado. Aquel enunciado fue
emitido en cierta forma unilateralmente, en ausencia de un interlocutor
social concreto, y tuvo que orientarse hacia un interlocutor implícito,
futuro o virtual, en presencia del tercero: histórico, epistemológico u
ontológico. Pero su sentido sólo es aprehensible por el efecto que haya
tenido en cuanto enunciado ya efectivamente recibido por los sujetos
receptores en el contexto concreto de intercambio social y discursivo.
Sin disponer de un espacio suficiente para puntualizar todos los detalles
de cada etapa consecutiva de la recepción de este discurso, señalaré los
más importantes. Kristeva, que si bien en los años sesenta pudo influir
sobre el desarrollo del estructuralismo francés (a su vez no tan lejanamente
influido por el formalismo ruso y por el estructuralismo eslavo de la
escuela de Praga y de Propp), al introducir una especie de mezcla teóricometodológica del materialismo histórico con la teoría generativista de
Chomsky, no habría tenido tanto efecto en otro momento histórico, de no
haber coincidido con los movimientos intelectuales y sociales de la época en que se intentó revisar el marxismo y ponerlo en práctica durante
1968. S610 apoyada por las voces sociales del momento se ha hecho oír
más allá de un círculo académico re~tringido.~
El carnaval como uno de los temas bajtinianos magistrales ha tenido
asimismo una evolución propia. Hay que tomar en cuenta que las características de la recepción de Bajtín en Occidente han sido tales que sus
efectos se han separado considerablemente de las probables intenciones
iniciales, aquellas que pudo haberle contribuido a su obra el autor mismo. Este efecto se ha visto suficientemente tanto en la crítica bajtiniana
desde la primera obra bajtiniana de Todorov, como en la propia estructuración de las ponencias en este Encuentro.
Predomina, como se puede ver, el concepto de carnaval.
Significativamente, en libro sobre Francois Rabelais, escrito hacia
Interpreto, demo de la mejor tradición del materialismo histórico, el papel del individuo en la historia.
Cf. los nuevos datos (cartas de M. Bajtín a V. Kozhinov) de los cuales se ve cuán
condicionada por el contexto (presiones institucionales ideológicas) fue la preparación para las prensas editoriales del Rabelais, publicado en la URSS en 1965 y que
hasta ahora no se ha vuelto a editar en lengua rusa.
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1940, preparado para la edición4antes de 1965, fue traducido al inglés
en 1967. Como sabemos, este libro, presentado en 1946 como disertación
para optar al grado de candidato a doctor, fue concebido y redactado durante una época muy peculiar de la vida de Bajtín: el exilio en Kazajstán,
que tenía que ser asumido como salvación de una pena mayor y de una
muerte inminente, el hambre en el país a consecuencia de la política de
colectivización del campo impuesta por Stalin, el inicio de la rnarginación
política e intelectual las que también en cierta forma habían contribuido,
al fin de cuentas, a la supervivencia física del filósofo (por ejemplo, no
habría sobrevivido el sitio de Leningrado en 1941-43), lo cual redundó
después en la posibilidad de seguir con la obra, aunque sin entrever a un
posible interlocutor, lector o discípulo durante largos decenios.
En cambio, en Occidente este libro fue recibido en medio de la
efervescencia intelectual estructuralista (inicialmente sobre todo en Europa) y en el contexto social de los movimientos juveniles que ahora se
prestan a ser descritos mediante los conceptos del carnaval. Lo mismo
pasó en Francia que en Estados Unidos.
En Rusia la aparición del libro tiene características totalmente distintas. En primer lugar, era ya el segundo libro de Bajtin que veía la luz
después de una pausa de más de treinta años, mismos que distan entre la
primera versión del Dostoievski (1929) y su segunda edición, corregida
y aumentada (1963), que contiene los adelantos de la teoría del carnaval,
articulada, evidentemente, con posterioridad al primer Dostoievski. El
Rabelais recibe las críticas oficiosas de rigor y una especie de reserva
por parte de varios amigos y cómplices, testigos, durante la década de
los veinte, de un desarrollo en apariencia muy distinto en la trayectoria
intelectual bajtir~iana.~
El carnaval fue rápidamente retomado y reinterpretado por los inteM. V. Iudina, la famosa pianista amiga de Bajtín desde la época de Nevel, decía que
un buen cristiano no debía tener este libro en su casa. S. S. Averintsev, uno de los
comentadores más brillantes de la herencia intelectual bajtiniana, resume esta actitud al relacionar el carnaval con el pecado (fuente: tradición oral). S. S. Bocharov,
por su lado, considera este libro como uno de los más misteriosos y los menos
comprendidos por los interesados. Quizás no amerita mención la referencia a uno
de los autores oficialistas de la serie monográfica Contexto (uno de los raros espacios en la URSS que existían para los trabajos de índole teórica), quien extemó
que el carnaval no era sino una porquería. Estos hechos permiten en cierta forma
tomar el pulso del ambiente de la recepción predominante en la patria de Bajtín.
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lectuales de vanguardia. Criticado el concepto por ciertos antropólogos
(D. Hayman), fue desarrollado y ampliado a partir de la complementaciún
con los textos bajtinianos de otra época y procedencia6 por otros
antropólogos. La varia fortuna del carnaval bajtiniano pasó, como se
sabe, por la devaluación de T o d ~ r o vpor
, ~ el rechazo de G. S. Morson y
C. Emerson,*sobrevive como tema central. Dos reinterpretaciones opuestas cabe destacar hoy en día. La primera viene de la ex-u~ss,del trabajo
intitulado Tela terrora (Cuerpos del terror), ya mencionado aquí por los
compañeros nisos, y representa una exégesis de los conceptos del carnaval a partir de la estetica del metro de Moscú, obra de la época estaliniana,
en términos de una apoteosis de la represión plasmada en el arte del
"realismo socialista". La segunda viene de la fracción hispanohablante
del mal llamado tercer mundo, y su manifestación la hemos presenciado
aquí en la plenaria de Iris Zavala. El "carnaval político de los oprimidos", el cuerpo desmembrado como enunciado y otros conceptos acuñados
por Iris Zavala encuentran una fuerte oposición tanto por parte de los
rusos, indignados por la politización de las ideas bajtinianas que les parece inapropiada, como por los norteamericanos, que desideologizan a
Bajtin desde una posición demasiado bien situada en su propio contexto
no solamente social, sino incluso institucional (Morson y Erner~on).~
En
este momento la posición de Majlin me parece como la más interesante,
aunque demasiado sumida en su propio contexto de contingencias
sociopolíticas y sociodiscursivas. Al mismo tiempo, no puedo dejar de
mencionar la importante aportación que ha realizado la escuela sociocrítica,
mediante una crítica constructiva del carnaval bajtiniano, en la aproximación acadkmica y erudita seria hacia la historia literaria hispánica (E.
Cros, A. Gómez Moriana, Pierrette Malcuzynski). Si bien al margen de
la sociocrítica, pero no menos fecundamente A. Redondo, F. Márquez
Villanueva entre los más importantes han introducido las ideas del carnaval en su interpretación de las obras máximas de la literatura española: estamos hablando del ámbito de la filología espaiíola, que ha integrado
'
Los provenientes de la compilación Estética de la creacidn verbal (en niso, 1975).
sobre todo "Autor y héroe en la actividad artística", h. 1924).
En su conocido libro Mikhaii Bakhtine le principe dialogique (Paris, Seuil, 1981).
Condensado en Mikhail Bakhtin. Creation of a Prosaics (Stanford U . P., 1990).
Me baso en la correspondencia entre Majlin por una parte y Morson y Emerson por
otra, publicada por Majlin en el BSII.
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el tan discutido concepto.
La apropiación de los conceptos bajtinianos provenientes no sólo de
la teoría del carnaval, sino de otras líneas de su pensamiento, efectuada
por los representantes de la corriente deconstruccionista, fenómeno justamente comentado por Iris Zavala,lonos mete en otro terreno espinoso,
en el cual hemos de tomar en consideración otros elementos en el pensamiento bajtiniano hasta ahora muy escasamente manisfestados. Es una
discusión aparte, de la cual quisiera destacar el hecho de la "reivindicación" de Bajtín en el h b i t o de las jerarquías académicas reinantes sobre
todo en las instituciones educativas prestigiosas de los Estados Unidos.
Como antes, en la época de la presentación de las ideas bajtinianas por
Kristeva, cuando el carnaval, el diálogo y el enunciado parecían ser justificados en el contexto del estructuralismo francés, codeándose con
Lacan y Chomsky, así ahora, los paralelos con Nietzsche, o con los filósofos de la vida en general que son encontrados en la obra de Bajtín, se
presentan auspiciados por el beneplácito de Jacques Derrida o de Paul
de Man. La desocialización del pensamiento bajtiniano, reforzado por el
rechazo convencional y acritico del marxismo (el contexto social concreto en que este proceso tiene lugar lo estamos presenciando en este
momento), que se desarrolla en la perspectiva del "fin de la historia" y el
fin de las ideologías inaugurados por los posmodernos, representa otra
muestra del oportunismo acrítico consagrado ilícitamente por el nombre
del filósofo ruso.
La desocialización acompaña los conceptos bajtinianos que han legado mucho más tarde, aunque cronológicarnente habían sido acuñados
mucho antes y pertenecen de hecho a las 6pocas iniciales de la actividad
filosófica de Bajtín. Los conceptos de arquitectónica de la responsabilidad, de excedente de visión, de exotopía, y otros relacionados con la
alteridad y con el postulado de "ser es comunicarse dialógicamente",
pero también con el de que "en el ser no hay coartada", que posteriormente derivan en la profundización de las implicaciones sociológicas
del diálogo y de la alteridad, incluso a nivel sintáctico (cf. MFL), han
sido recibidos por los occidentales como una comprobación del no marxismo bajtiniano, así como en otra época la carga marxiana de su obra
no parecía producir duda alguna a partir de un Corpus conocido hacia
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1970, por ejemplo. Y aquí entramos en otro problema de la "bajtinología".
S. Bocharov, uno de los editores de la obra bajtiniana en ruso y alba-
cea de su herencia intelectual, propone que los textos autógrafos de Bajtín
se consideren como como obras canónicas, y en cambio aquellas que
tradicionalmente se ha dado en llamar textos del círculo de Bajtín, es
decir, las firmadas por Voloshinov, Medevedev o Kanaev, que se tomen
por obras de~terocanónicas.'~
Aquí no tanto me interesa enfrascarme
en una discusión en tomo a la cuestión de la autoría de las obras del
círculo de Bajtín, con sus diversas implicaciones, como el mismo giro
interpretativo que le da Bocharov al tema: es decir, la metáfora biblica.
Se podría agregar a esta expresión figurada del investigador ruso la posibilidad de explicar la existencia de una tradición apócrifa en el legado
bajtiniano, pero esto según el punto de mira. La historia de los textos
bíblicos, de su inclusión o rechazo en las diversas tradiciones cristianas,
los criterios y avatares de la propia fijación del canon evangélico, por
ejemplo, nos podrían dar una idea de cómo se venía determinando la
verdad tealógica, supuestamente única y una para todos, de acuerdo con
las condiciones históricas, las contingencias sociales y elecciones conscientemente concretas, configurando los cánones tan distintos que más
de una vez han servido para fundamentar, como una falsa conciencia, las
guerras por la redistribución geopolítica del mundo. En la novela El
maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgakov, otro M. B. e ilustre coetáneo
del nuestro, la palabra de Jesucristo, Jeshua Ha-Noui, es interpretada
por el ignorante, rencoroso, terco, fanático pero leal e incondicional Levi
"
Sin incurrir aquí en la discusión, no tanto ociosa como ideologizada, según se
articula en las tomas de partido de los diversos bandos hermeneuticos respecto de
la atribución de las obras del círculo de Bajtín, el cual, como se sabe, funcionó
durante la década de los 20 en Nevel. Vitebsk y Leningrado, señalaré sin embargo
varios hechos significativos relacionados con el asunto. Primero, la recién aparecida tendencia de referirse a las actividades del mencionado círculo como a la "escuela filosófica de Nevel", tendencia aparentemente no del todo privada de fundamento. Segundo, la polivalencia de la misma postura de Bocharov, quien por su
lado manifiesta la seguridad, incluso según él apoyada en documentos, de la autoría
bajtiniana de MFL y MFEL y de otros textos disputados, de lo cual sin embargo no
se deduce una aceptación a pie juntillas de todos los postulados, especialmente los
marxistas, de estos dos libros por lo menos. Tercero. hay que puntualizar sobre la
polarización de los puntos de vista en torno a la autoría de los "deuterocanónicos"
que se ha dado desde los años ochenta en la bajtinología internacional. en la que se
manifiestan desde la aceptación acrítica del marxismo hasta su explícita y rotunda
negación, pero asimismo desde psiciones más diversas.
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Mateo. Y así estA destinada a llegar como la palabra de Cristo a las futuras
generaciones, sin ser legitimada y autorizada la interpretación del supuesto primer evangelista por el propio interesado.
A través de la historia s610 nos llegan los ecos de la palabra ajena, sólo
en forma de interpretaciones concretas la palabra del otro existe. El excesivo purismo de la tradición rusa ortodoxa, que a veces critica sin
comprobación previalos conceptos bajtinianos,12el pudoroso antimamismo
de los corifeos de la bajtinología estadunidense (Morson y Emerson), el
rechazo de la sociología en la obra de Bajtín como una especie de degeneraciún de la ontología del individuo primigenia13no nos convienen si
queremos abordar nuestro problema con un mínimo de seriedad. Los
contextos socioideológicos en que se genera el enunciado del emisor, y
que no han sido los mismos en el transcurso de su vida, se sobreponen
sobre las condiciones de recepción del sujeto que recibe el mensaje: el
resultado es el enunciado, tal es su condiciísn existencia1 y el sentido del
diálogo ontológico, así como del diálogo en el "gran tiempo".
'
Me refiero, por ejemplo, la irritada crítica del concepto de polifonía como erróneamente aplicado, que encontré en BSI. Remito al respecto a Malcuzynski 1992:
179-183, para disipar las posibles dudas. Malcuzynski no sólo comprueba la
genuidad del uso de la analogía musical. sino que ubica la concepción polifónica
en su contexto histórico. desde el siglo XVII hasta Mahler.
" A estas conclusiones llega N. K. Bonetskaia. intesificando incluso su postura en
los trabajos más recientes. De acuerdo con éstos, la responsabilidad personal por
los actos que es el centro de las preocupaciones bajtinianas en sus tratados filosóficos de los años veinte, se transmuta en una despersonalización colectiva del sociurn,
en que se transforma el tercero en el diálogo. Cf. la interpretación afín de Isupov:
según este investigador, en Rabelais, "el yo ha abandonado al individuo y se fue
hacia el coro, mientxas que la 'fe en el hombre' se ha transformado en la doctrina
acerca de la inocencia de la conciencia comunitaria. El humanismo, al asomarse
más allá de la personalidad, sólo encontró allí una despersonalización demoníaca y
la verdad relativista de la multitud" (BSII, 135).
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