Salvación 1 - La necesidad de salvacion

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Salvación – Parte 1
¿Por qué necesita el ser humano salvación?
Pastor Erich Engler
Nos dirigimos al capítulo tres de Romanos, y comenzamos a referirnos a la obra redentora de
Jesucristo.
Allí leeremos el v. 23. Y el Espíritu Santo nos va a ayudar a comprender estas cosas. Al
comprender más la obra redentora de Jesucristo. Para ello necesitamos su ayuda. ¿Sabías tú que
una de las metas del Espíritu Santo es revelarnos en nuestros corazones la obra redentora?
Una de sus misiones es revelarnos esta gran obra redentora.
En Romanos en el capítulo tres, v. 23 está escrito lo siguiente:
“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”
Aquí yo quisiera leer ahora una traducción más literal, en alemán es la traducción de Lutero.
Existen biblias en las que encontramos connotaciones al margen, por ejemplo en mi Biblia
Thomson, versión alemana, encuentro una connotación a la margen referida a este pasaje. Allí
este v. literalmente afirma:
“todos han pecado y han perdido la gloria que Dios les había asignado”.
Esta es la traducción más exacta: “Todos han pecado y han perdido la gloria que Dios les había
asignado”.
La pregunta que hoy nos hacemos es ¿por qué necesita el ser humano salvación?
¿Por qué razón cada ser humano necesita salvación por medio de Jesucristo? La mayoría
respondería: porque somos pecadores.
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Ello no es incorrecto pero la Santa Escritura nos dice: “todos han pecado y han sido destituidos de
la gloria de Dios”, o bien perdieron la gloria. Esta es la razón por la cual necesitamos salvación. El
ser humano perdió la gloria que él poseía delante de Dios.
¿Sabías tú que el ser humano fue creado en gloria? ¿Que el ser humano fue creado en perfección
y plenitud? Es realmente así que el ser humano fue creado en la categoría divina. ¡Aleluya!
Y yo le pido al Espíritu Santo que los ayude en este día a comprender estas cosas claramente.
Sabes que la obra redentora de Jesucristo es mucho más profunda que llegar solamente hasta la
cruz. El deseo de Dios es que nosotros conozcamos esa profundidad, porque si tú tienes
revelación respecto a la profundidad de la obra redentora de Jesucristo, entonces se activa en ti
un amor mucho más amplio hacia tu salvador. Porque comienzas a comprender a entender el gran
precio que el pago por ti. ¡Aleluya!
El ser humano poseía gloria, la perdió y esta es la razón por la cual el ser humano no puede
permanecer delante de Dios sin un salvador. El ser humano fue creado en la categoría divina y
perdió la gloria.
Vayamos al Evangelio de San Juan y haremos así un descubrimiento asombroso, y esto sucede
prestando atención a las palabras de Jesús.
Evangelio de San Juan en el capítulo 10, v. 34. ¡Aleluya! ¿Estás preparado para para ser
sorprendido por algunas cosas? ¡Gloria al Señor! Algunas cosas no son fáciles de comprender
pero nos revelan la obra redentora. Contempla lo que Jesús dice aquí. San Juan capítulo 10,
comenzamos leyendo desde el v. 34.
“Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley:( refiriéndose al Salmo 82) Yo dije, dioses
sois?
'Yo he dicho que ustedes son dioses”.
¿A quién le dirigió estas palabras? A las personas a quienes él se estaba dirigiendo, a quienes él
estaba hablando. A los fariseos, a los escribas, a los judíos.
Les dice: ¿No está escrito en vuestra ley:( refiriéndose al Salmo 82) Yo dije, dioses sois?”
En el v. 35 leemos:
“Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser
quebrantada)”,
v. 36: “¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo
de Dios soy?”
¿Quiénes son denominados aquí dioses?, seres humanos. Esta es una expresión muy
interesante. Y tú te preguntas ¿qué significa esto? El ser humano fue creado en la categoría
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divina. Fue creado tan intensamente en la categoría divina que era sólo un poco menor que Dios.
Sólo un poco menor que Dios. En el Salmo 8 la escritura nos refiere lo siguiente:
V. 4 “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?”
V. 5: “Le has hecho poco menor que los ángeles, (en la traducción original dice: ELOHIM DIOS)
Y lo coronaste de gloria y de honra”.
V. 6: “Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:”, ¿a quién se está refiriendo aquí? evidentemente al ser
humano, se refiere al ser humano y lógicamente también se refiere a Jesucristo, porque está
escrito en el v. 5: “¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para
que lo visites?”
Este es Jesucristo. Pero al comienzo se refiere a la creación del ser humano. En el original hebreo
dice claramente que el ser humano fue creado un poco menor que Dios, se trata de la creación del
ser humano. Lamentablemente muchas veces tenemos en nosotros tal conciencia de pecado que
nos sentimos como los gusanos más pequeños e insignificantes. Dices: "soy el gusano más
insignificante en todo el universo".
Jesús dice: "vosotros sois dioses". ¡Hola! Esto no significa que tú eres Dios, pero tu como ser
humano fuiste creado en la categoría divina. Dios no puede concebir otra cosa que dioses. De la
misma manera como el ser humano sólo puede concebir seres humanos. El ser humano no puede
concebir un animal o una planta, sino solamente seres humanos. Lo mismo es con Dios. Vosotros
sois dioses. Estoy muy contento que esto lo dijo Jesús y no cualquier otro. El maestro mismo dijo
estas palabras.
El ser humano fue creado en la categoría de Dios. Por un lado comprendes aquí que se está
refiriendo al ser humano y por otro lado también se está refiriendo al Hijo del Hombre. También él
fue creado como ser humano en la categoría divina. Nosotros sabemos lo que está escrito en
Génesis cuando el ser humano fue creado, que Dios dijo "hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza". Y sabemos que esto quiere decir, que sean semejantes a nuestra
imagen.
La palabra hebrea significa: que los reflejen como dioses. Porque cuando el ser humano fue
creado las tres personas de la divinidad estuvieron presentes. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
En otras palabras dijeron: que aquello que ahora creamos nos esté reflejando a nosotros. Que sea
en sí una copia de la divinidad. El ser humano no es un gusano, el ser humano no es una lombriz,
el ser humano no es una pequeña partícula de arena en medio de este gran universo que no tiene
significancia alguna. El ser humano significaba algo muy especial, él es la razón por la que la tierra
y el universo existen. Si, así es. Lamentablemente no tenemos tiempo para considerar este
aspecto más detalladamente. El Señor hizo son las estrellas por ti y por mí.
¡Aleluya! ¡Gloria a Dios! La obra redentora está relacionada a ello.
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“Le has hecho poco menor que Dios”, (en la traducción original dice: ELOHIM = DIOS)
“Y lo coronaste de gloria y de honra”.
Con honra y con gloria. Adán poseía gloria. Adán tenía el brillo de la gloria en él, alrededor de él.
Existían tiempos en que Dios se paseaba por el huerto al fresco del día y tenía comunión con
Adán. Así de fuerte era esta presencia y esta gloria que Dios le había concedido al ser humano.
Pero luego llegó el momento de la caída, el ser humano pecó, él se equivocó, el cometió traición.
Y lo que se manifestó fue la muerte espiritual. En Génesis capítulo 2 v. 17 leemos lo siguiente:
“más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás”.
En hebreo significa: "tendrás que morir en la muerte". “Ciertamente morirás, en aquel día en que
transgredas este mandamiento, si morirás.”
¿Qué es lo que sucedió? Se manifestó la muerte espiritual. El ser humano pecó, él comió del fruto
y en el momento en que el ser humano pecó, el murió tal cual como Dios lo había dicho. Puede
ser que tú digas, yo no puedo ver que Adán se cayó muerto, no, no, a ese tipo de muerte no se
está refiriendo aquí. El ser humano murió en primer lugar espiritualmente. Morir espiritualmente
significa, que en ese momento el ser humano fue separado de Dios. Él fue separado de Dios. Y
esto es lo que sucedió, en aquel momento el ser humano fue separado de Dios por causa de la
muerte espiritual, en aquel instante perdió la gloria.
¿Comprendes? Mientras el ser humano vivía y tenía comunión con Dios, poseía la gloria. Pero en
este instante lamentable perdió la gloria. Esta muerte espiritual se transmitió a toda la humanidad.
Desde Adán hacia todos los demás, y todos perdieron la gloria. Imagínate, imagínate que sería si
de todos los millardos de personas que existen sobre la tierra ninguno hubiese perdido la gloria.
¿Sabes cómo sería ello? Sería como lo es en el cielo. Ese es el cielo. ¡Aleluya! Inexistencia de
pecado, inexistencia de sufrimiento, inexistencia de lágrimas, inexistencia de dolor, sólo pura
gloria. ¡Aleluya!
Lo que nosotros a veces experimentamos durante la alabanza, cuando alabamos y adoramos es
sólo una ínfima parte de la gloria de Dios. Sí, pero la gloria se habrá de manifestar aún más
intensamente. El ser humano perdió su gloria, y esto lo separó de Dios, el ser humano no pudo
permanecer en el paraíso, Dios lo echó de allí. Ya no podían estar más juntos en un lugar
teniendo comunión Dios y el ser humano. No podían permanecer estando juntos en un lugar la
santidad y el pecado. El ser humano fue expulsado y desterrado.
Job comprendió esto, lo encontramos en el capítulo 9 y en el v. 33:
“No hay entre nosotros árbitro Que ponga su mano sobre nosotros dos”.
Job reconoció este problema, que él estaba perdido y que su autojustificación no le era de ayuda.
Y él estaba consciente que en su situación perdida que no tenía ninguna posibilidad de acercarse
a Dios. Por ello existían todos los ritos de la ley. Por eso existe el sumo sacerdocio en el antiguo
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pacto. Nadie podía ni se le permitía acercarse a Dios. Solamente algunas personas escogidas,
solamente los sumos sacerdotes podían de tiempo en tiempo entrar en el lugar santísimo. A nadie
se le permitía acercarse a Dios. Job reconoció que no había nadie que mediara.
¿Comprendes este dilema?, el ser humano perdió su gloria y no tiene ningún camino para poder
regresar a Dios. Y Job expresa: "pero si existiera entre nosotros un mediador, un árbitro". Que por
un lado transmita a Dios y por otro lado a mí como ser humano caído. ¡Oh, si existiera un
mediador! ¡Aleluya! ¡Su oración fue respondida!
Vino alguien que tomó la posición de árbitro, de mediador. En la primera carta a Timoteo está
escrito en el capítulo 2 y en el v. 5:
“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo”
¡Aleluya! Tenía Que existir alguien que viniera, que fuera concebido en este mundo, que tomara la
posición de mediador, como punta de lanza. Que se colocara en el hoyo existente desde el
pecado original y que estuviera en condiciones de mediar entre Dios y el ser humano. Que pudiera
reconciliarlos y volver a unirlos. Que pudiera trazar el puente. “Porque hay un solo Dios y un solo
mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo”.
Es en el plan de Dios, este es el plan redentor divino. Lo que he dicho hasta ahora era sólo la
introducción, hemos llegado al punto en que Jesús llega a este mundo, y se hace hombre. Y esto
sucedió porque el ser humano necesitaba un mediador. Por qué no se podría acercar a Dios por
medio de sus propios esfuerzos, él necesita un mediador, a alguien que interceda por él.
Jesucristo es una persona que existió siempre. Y no existe desde su nacimiento en Belén.
Jesucristo ya existió siempre anteriormente por todos los tiempos. Muchas personas piensan en la
noche en que Jesús nació (que tampoco coincide en realidad con la fecha navideña) en el
momento de nacer humanamente en Belén, pero esto no es cierto Jesús siempre había existido.
Pero de lo que se trata es que se hizo carne, y vino en carne haciéndose ser humano. Porque la
necesidad existente reclamaba la humanización a fin de que pudiera trazar el puente y abrir el
camino hacia Dios. Por ello tuvo que hacerse hombre.
Y aquí nos encontramos con un concepto teológico elevado. Por qué el milagro de la
humanización de Cristo radica en el hecho, y no te asustes por lo que voy a decir, que Jesús es
una así denominada encarnación. No se trata de nada esotérico, no se trata de nada oculto, se
trata de un concepto divino. ¿Estáis atentos?
El milagro de la humanización de Cristo es la encarnación, ese es el milagro. Y tú te preguntas
¿qué significa esto? ¿Qué significa encarnación? Significa que Dios y el ser humano son
fusionados en una persona. Ese es el milagro. La divinidad y la humanidad fusionan en una
persona. No dijo Job: "No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre nosotros dos".
Sobre la parte divina y sobre la parte humana. Todo esto tenía que suceder, debía suceder, era
necesario que suceda. Sabes, justamente por ello ni Moisés, ni Abraham, ni ningún otro podría
constituirse en el salvador. Éste mediador tenía que poder representar ambas partes. Y esto
solamente es posible por medio de la encarnación, que la divinidad y la humanidad fueran
fusionadas en uno. Por ello está escrito aquí en 1 Timoteo capítulo 2 v. 5:
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“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”.
“Jesucristo hombre”. El hombre y Dios. ¡Aleluya! Dios y el ser humano se fusionan en una
persona. Ser uno con Dios por un lado y ser uno por el otro lado es solamente posible por medio
de la encarnación.
Esta es la historia de la salvación. Nosotros sabemos que Jesucristo ha venido, sabemos que
Jesucristo fue a la Cruz y allí pagó el precio para que nosotros podamos ser salvos. Jesucristo
consumo la redención, pero no necesariamente la consumo en la la Cruz, sino que esto sucedió
después que él estuviera tres días y tres noches en las profundidades de la tierra, pero no quedó
allí sino que resucitó.
El aspecto principal radica en el hecho de que la Biblia nos dice lo siguiente en la primera carta a
Timoteo en el capítulo tres, y allí vamos a leer el v. 16, primera Timoteo capítulo tres v. 16: “E
indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad (de la fe): Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.”
Recibido en gloria. Todo aquello que contemplas aquí incluye y consuma la obra de la redención.
Manifestado en carne, resucitado, justificado en el espíritu, visto de los ángeles, predicado a los
gentiles fue la palabra de Dios, creído en el mundo y por último recibido arriba en gloria, en el
trono de Dios.
Y Pablo dice aquí, e indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad o correctamente
traducido de la fe. ¿Cuál es el misterio de la fe? Existe con misterio por dilucidar. ¡Aleluya!
Existe un misterio de la fe. Lo que Jesús experimentó lo experimentamos también nosotros.
Acompáñame a la carta a los Colosenses al capítulo 1 v. 26, contempla con atención lo que está
escrito aquí:
“el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido
manifestado a sus santos”,
v. 27 “a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los
gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”,
¿Cuál es el misterio de la fe? Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. ¿Sabes lo que esto
realmente significa? Cristo en nosotros, Dios en nosotros. ¿Sabes lo que esto significa?
Jesús era Dios y se hizo hombre, reencarnación, fusión. Nosotros somos seres humanos, Dios en
nosotros igual a encarnación, fusión. ¡Aleluya! No se trata de una palabra esotérica. Amén.
Simplemente tiene que ser entendida correctamente. ¿Qué significa encarnación? Divinidad y
humanidad fusionan en una persona. ¿No mora en ti el Espíritu Santo? ¿No ha hecho morada de
Dios en ti? Dios en ti. ¿Comprendes? ahora que nosotros experimentamos lo mismo que
experimentó nuestro maestro. La Biblia afirma que estamos identificados, equiparados con nuestro
maestro. Contempla lo siguiente en Romanos en el capítulo 8, y en el v. 29:
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“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la
imagen de su Hijo”, (equiparación, identificación)… “para que fuesen hechos conformes a la
imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”.
Jesús fue nacido y renacido. Tú eres un nuevo nacimiento. ¡Aleluya! Jesús llevó ambas partes en
sí mismo, nosotros llevamos las dos partes en nosotros mismos. Esta es la razón por la que Pedro
afirma que somos participantes de la naturaleza divina. ¡Aleluya!
En cuanto salvación, esto es lo que realmente es el nuevo nacimiento. El nuevo nacimiento es una
encarnación hasta podríamos decir reencarnación, pero claro está para algunos esta expresión es
muy peligrosa. Pero es así, amén.
Eso es lo que es el nuevo nacimiento, tu espíritu es renovado Dios hace morada en ti. No tenemos
que dejarnos cegar a causa de lo que el mundo ha distorsionado, pero que en si son realmente
divinas.
¡Aleluya! Se trata del renacimiento del espíritu humano. ¿Comprendes?, la salvación restablece la
medida estándar. La salvación restablece el estándar, la gloria vuelve a estar presente. ¡Gloria al
Señor!
Aunque yo sea el único que esté tan entusiasmado en este día, en este momento, todo sigue
estando en orden de esta manera.
Contempla lo siguiente en la segunda carta a los Corintios. Segunda de Corintios capítulo 3 partir
del v. 18, la redención restablece el estándar, la gloria es restablecida por medio de nuevo
nacimiento.
La salvación, la redención restablece la gloria que se había perdido. Segunda de Corintios capítulo
2 v. 18, mejor leamos desde el v. 17:
“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay (¿qué? ¿Atadura,
derrota? ¡No, no, no! Sino libertad".
V. 18: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, (y nosotros somos, repite conmigo nosotros) o somos transformados de gloria en gloria en
la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (En otras traducciones: “por medio del señor que
es el Espíritu”). ¡Aleluya!
Transformación o transfiguración se equipara con el restablecimiento de la gloria. La
transformación o transfiguración realmente se manifiesta recién cuando la gloria es restablecida
en ti.
La cuestión es así, que cuando Adán pecó, su gloria y brillo interior se oscureció, desapareció.
Podemos afirmar que de esta manera que Adán fue como nacido en el reino de la muerte, y que
cuando Jesús creó la salvación y nosotros aceptamos esa salvación, la gloria se restablece, y este
nuevo brillo se manifiesta en tu corazón.
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La Biblia afirma que ha hecho resplandecer la luz en nuestros corazones. Esta iluminación,
¿dónde se encuentra?, no es visible exteriormente pero está presente interiormente. Se trata del
nuevo nacimiento del espíritu humano. Es la gloria que vuelve a iluminar y a resplandecer. La
redención, la salvación restablece la gloria que se había perdido. Somos transformados y
transfigurados por medio del nuevo nacimiento del espíritu humano de gloria en gloria. Lo que
brilla y resplandece es algo interior, y esto sucede cuando Jesucristo es tu salvador. ¡Aleluya! Lo
que resplandece en ti es algo interior, tu interior. Tu espíritu, tu aliento se manifiestan en su nuevo
brillo delante de Dios por medio de la salvación.
Contempla lo siguiente en el capítulo 17 del Evangelio de San Juan, Jesucristo vino para
restablecer el estándar existente antes del pecado original, por medio de la salvación. La gloria
que se había perdido está presente otra vez. San Juan capítulo 17 contempla lo que Jesús oraba,
en el v. 22:
“La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno”.
Jesucristo vino para restablecer la gloria. El ser humano perdió esta gloria, pero Jesús vino para
restablecerla. ¡Aleluya!
El nuevo estándar nos provee la vida, el nuevo estándar hace de nosotros una nueva creación, en
nuevo estándar permite a Dios vivir en nosotros, el nuevo estándar nos hace divinos. Jesús dijo:
"vosotros sois dioses". Este nuevo estándar restablece la gloria, la gloria divina. El nuevo estándar
es una encarnación de lo divino. ¡Aleluya!
La parte divina y la parte humana se fusionan en una persona. El estándar ha sido restablecido.
¡Aleluya!
Esa es la razón por la cual tú te puedes denominar cristiano. Llevas su nombre, él ha restablecido
el estándar. Por esto se hizo ser humano y el ser humano llegó a ser cristiano. ¡Aleluya!
Jesús se hizo hombre en su posición caída, el ser humano llegó a ser cristiano en su posición
redimida. ¿No dijo Jesús: Vosotros sois dioses?
Cuando tú recibes el nombre cristiano, entonces esto significa realmente, en relación con lo que
Jesús dijo que somos los seres redimidos, esto significa que cuando te puedes denominar
cristiano, que a causa de ello te puedes ver en la posición sobre la tierra que Jesús tuvo estando
sobre la tierra. Jesús no se encuentra más sobre la tierra y el cuerpo de Cristo, la Iglesia tomó esa
posición. Si la Iglesia, la Iglesia es su cuerpo, óyeme con atención por favor, la Iglesia es su
cuerpo, la Iglesia es Cristo sobre la tierra, en un sentido nosotros somos Cristo sobre la tierra
¿sabías todo esto?
En la segunda carta a los Corintios en el capítulo 6 (hoy estamos oyendo algunas cosas muy
interesantes, ¿verdad?).En segundo de Corintios en el capítulo 6 a partir del v. 14, Pablo traza una
comparación entre el presente y el mundo. Y él dice así:
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con
la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”
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V.15: “¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? “
Pablo no compara aquí un enredo salvaje de lo que se le ocurre, Pablo le dice aquí a los Corintios
y hace una comparación entre el creyente y el incrédulo. Por eso el al final expresa: “¿O qué parte
el creyente con el incrédulo?” Les preguntó algo, ¿son los creyentes denominados justicia? Si,
amén.
Por eso está escrito: “¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la
luz con las tinieblas?” ¿Son los creyentes denominados luz? Si, amén.
Entonces a continuación dice: “¿Y qué concordia Cristo con Belial?” Aquí no se está refiriendo a
Cristo mismo sino al creyente, Pablo titula a los creyentes como Cristo. ¿Comprenden? El hace
una comparación entre el creyente y el incrédulo en esta comparación que él hace, afirma que
creyente es en cierto sentido es Cristo. No en su persona, sino en cuanto a su posición sobre la
tierra.
¿No afirma la Biblia de que somos el cuerpo de Cristo? Si tú eres parte del cuerpo, entonces tú
eres, ¿verdad?
Tú no puedes separar la cabeza del cuerpo, tampoco ningún otro miembro, cabeza y cuerpo están
unidos. Así también es en la fe, Cristo es la cabeza nosotros somos su cuerpo por lo tanto la
cabeza y el cuerpo están unidos, eso es Cristo. Ese es el punto, bajo el antiguo pacto el creyente
es titulado como divino, “Vosotros sois dioses”. En el nuevo pacto el creyente es titulado o como
Pablo lo expresa aquí, es denominado Cristo. Ese es nuestro nombre, ¿somos cristianos?,
Nosotros somos cristianos.
Ciertamente poseemos la posición de Cristo y esto debido que somos su cuerpo. Porque la
cabeza no puede hacer nada sin el cuerpo, ¿cierto? La cabeza no puede hacer nada sin el
cuerpo. La cabeza puede pensar, puede planear, pero si el cuerpo está paralítico no puede hacer
nada. Lo máximo que podría llegar a hacer es pensar, planear y hablar. Pero la cabeza necesita al
cuerpo para poder llevar a cabo algo. ¡Aleluya!
Adán perdió la gloria y Jesucristo vino a fin de que sea restaurada esa gloria para nosotros. A fin
de que la gloria estuviera otra vez presente. ¿Sabes una cosa? La gloria está otra vez presente.
Quizás no la percibes cuando te levantas a las siete de la mañana, pero ella está presente.
¡Aleluya!
La gloria es un resplandor interior. Un brillo de resplandor interior. Tenemos que considerar a las
personas mucho más de su aspecto interior y no solamente por su aspecto exterior. Dirigir la
mirada hacia el interior de ellos. Muchas veces Dios no tienen cuenta nuestro aspecto exterior,
sino considera nuestro interior. . ¡Aleluya!
El estándar ha sido restablecido, Cristo ha restablecido la gloria que se había perdido, a fin de que
la separación de Dios, la muerte espiritual fuera abrogada. ¡Gloria al señor! ¡Amén!
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