Guión de Exposición en la modalidad de Cartel Temática: procesos

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Guión de Exposición en la modalidad de Cartel
Temática: procesos socioculturales
La condición social y cultural de los y las jóvenes indígenas en la Zona Metropolitana de
Monterrey
Antrop. Olimpia Farfán Morales
Lingüista Ismael Fernández Areu
Antrop. Luis Fernando García Álvarez
Centro INAH Nuevo León
Presentación
Este trabajo forma parte de la línea de investigación Jóvenes Indígenas en la Zona
Metropolitana de Monterrey, la cual se inserta en el proyecto de Migración Indígena en el
estado de Nuevo León que se desarrolla en el Centro INAH Nuevo León (2006-2010).
Introducción
El México de hoy, es un país de jóvenes, ya que cuenta con una elevada proporción de
hombres y mujeres de entre 15 a 29 años, este sector asciende a 27.2 millones, el cual
equivale a 28.5% del total de la población. En Nuevo León, el 26.4% oscila en este mismo
rango de edad, representando poco más de la cuarta parte de la población en la entidad.
Dentro de la composición demográfica de este sector, es necesario señalar un fenómeno
social relevante sobre el cual no se tiene suficiente información y acerca del cual se deben
generar políticas institucionales debidamente orientadas. Hablamos de los y las jóvenes
indígenas en la Zona Metropolitana de Monterrey, quienes representan el 54.5 % del total
de población indígena que asciende a 59 174 personas. Por lo tanto, nuestro objetivo cartel
es presentar un panorama sobre las condiciones sociales y culturales de este sector
poblacional para conocer de qué manera se está construyendo la experiencia de “ser joven”
en la ciudad a diferencia de sus lugares de origen (INEGI, 2005).
Método
Nos basamos en la investigación etnográfica realizada entre las comunidades: nahua, otomí,
mazahua y mixteca, enfocándonos en la población juvenil a fin de conocer las condiciones
sociales y culturales de los jóvenes indígenas en la ZMM. Se realizó trabajo de campo
(observación directa y participante) en los lugares de sociabilidad de los y las jóvenes
indígenas, en el ámbito doméstico y lugares de residencia, en los espacios laborales,
espacios públicos, de consumo y/o recreación, así como en los espacios de expresión
religiosa y cultural, incluyendo sus comunidades de origen. Se llevaron a cabo entrevistas a
jóvenes indígenas y se coordinó un taller organizado por CDI y la Facultad de Psicología de
la UANL sobre las condiciones de vida de los jóvenes indígenas en la ZMM.
Resultados
En Nuevo León se registran distintas lenguas que habla la población indígena migrante.
Entre estos grupos de hablantes, existen variantes lingüísticas derivadas del origen y la
pertenencia a diferentes regiones de las cuales provienen.
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En su mayoría son originarios de entidades en donde se habla lengua indígena como
Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Hidalgo y San Luis Potosí, a las cuales se han
sumado los estados de Querétaro, Michoacán, Chihuahua y estado de México.
Es necesario señalar que existen tres grados de bilingüismo en estas poblaciones, primero
en el que se hablan y se entienden dos lenguas (español-lengua materna); segundo, en el
que se habla y entiende una lengua o sólo se entiende la lengua materna; y tercero, en el
que se sólo se entiende sin hablar la lengua materna y sólo se habla en la lengua dominante
(español). En este proceso se encuentran insertos los y las jóvenes indígenas en la ZMM.
Condiciones sociales y culturales
Residencia
Un importante porcentaje de jóvenes indígenas se ubica en el centro y algunas colonias del
municipio de Monterrey, así como en los asentamientos congregados distribuidos en la
zona metropolitana (Escobedo, Guadalupe, Juárez, Santa Catarina, entre otros). En San
Pedro Garza García, se ubica una población mayoritaria de mujeres indígenas distribuida en
grupos quinquenales de 15 a 24 años de edad (INEGI, 2005). Esto se relaciona
principalmente con la demanda de empleadas para el servicio doméstico y otros empleos.
Redes sociales
Para la mayoría de los jóvenes indígenas, el centro de Monterrey se mantiene como uno de
los principales espacios para residir y desarrollar una vida social. Todo ello se mantiene a
partir de la construcción de redes sociales de parentesco y paisanaje. En los asentamientos
congregados en donde residen los otomíes, mixtecos y mazahuas se mantiene un sentido
comunitario y un territorio con fuertes vínculos sociales, culturales y religiosos con sus
lugares de origen.
Indicadores socioeconómicos
Algunos indicadores que corresponden a las áreas donde se asienta la población indígena
revelan los índices de marginalidad: bajos niveles de ingresos (1-5 salarios mínimos
mensuales) y el bajo nivel de escolaridad y deserción (primaria terminada, en promedio) de
acuerdo con los indicadores registrados por el INEGI, 2005. Al mismo tiempo, encuentran
pocas oportunidades de desarrollo y se asocian a los jóvenes indígenas con otras
problemática sociales como el pandillerismo, la delincuencia y la drogadicción
Trabajo/empleo
La heterogeneidad de los jóvenes indígenas en la ZMM, presupone una serie de
ocupaciones laborales relacionadas en muchas ocasiones con su etnia, con el territorio de
origen, el género, la edad, el grupo doméstico y las posibilidades de empleo más o menos
estable en dicho contexto. Esta población se ubica en los oficios y ocupaciones donde lo
que se valora es la fuerza de trabajo, como es el caso del servicio doméstico, la
construcción (albañilería) y la jardinería. Otros empleos son: la elaboración de comida en
establecimientos, empleados de mostrador, aseo en oficinas, entre otros. Cabe mencionar
que en éstas actividades se colocan mayoritariamente hombres y mujeres jóvenes de origen
nahua y huasteco, pertenecientes a distintas localidades del estado de San Luis, Hidalgo y
Veracruz.
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Por otro lado, la presencia de comerciantes indígenas especialmente jóvenes nahuas,
otomíes y mazahuas en el centro de la ciudad y en los principales cruceros viales de la
ZMM, ha ocasionado situaciones de extorsión, chantaje y violación de los derechos
humanos por parte de diferentes actores sociales.
En el comercio ambulante se integran los miembros de la familia indígena como una
estrategia para maximizar la fuerza de trabajo doméstica, en función de obtener los
suficientes recursos para su sostenimiento; esto implica un patrón de organización social y
cultural que adaptan al contexto urbano.
Educación
Por lo tanto, abordar el tema de la educación de los jóvenes indígenas desde una
perspectiva bilingüe e intercultural, es un factor clave para enfrentar las condiciones de
pobreza, las desigualdades, las diferentes problemáticas sociales, la discriminación y el
racismo en este sector de la población. Es importante reconocer que existe un grupo de
jóvenes indígenas insertos en la educación media y superior, a los cuales se les debe dar un
seguimiento en relación a los apoyos otorgados por los diferentes niveles gubernamentales,
y consolidar la gestión con las instituciones educativas locales para la dar continuidad de su
formación profesional y ampliar la cobertura, con el fin de que se posibiliten los procesos
de desarrollo comunitario desde los propios actores indígenas.
Cultura
La identidad de los y las jóvenes indígenas se expresa a partir de su pertenencia y auto
adscripción al territorio etnocomunitario; En este aspecto, la consanguinidad incluye a los
hijos de los migrantes y aún con una residencia geográficamente distante, mantienen
estrechos vínculos con las comunidades de origen a partir de los grupos familiares, la
cultura y la religión, lo cual se manifiesta en la asistencia y participación dentro de las
celebraciones patronales, día de muertos y otras festividades importantes para cada
comunidad indígena.
En el proceso de inserción a la ZMM, los y las jóvenes indígenas adquieren nuevas
prácticas culturales que se expresan en los estilos juveniles, los gustos musicales, el baile y
el consumo cultural, las cuales se realizan en espacios de socialización y en los contextos
en donde interactúan social y culturalmente.
Conclusiones
Es necesario que se tome en cuenta las limitaciones de la población juvenil indígena para el
acceso a los diferentes programas institucionales por su condición de dispersión espacial, la
heterogeneidad al interior de la juventud indígena y falta de organización comunitaria.
Por otro lado, la escasez de estudios sobre el tema de los jóvenes indígenas no permite
identificar y describir las situaciones prioritarias en sus condiciones de vida dentro de la
ZMM, sobre todo en relación a los derechos de vivienda, salud, educación y capacitación,
trabajo/empleo, jornada laboral, salario, tiempo libre, actividades recreativas y culturales).
Para ello es necesario de la combinación de algunas perspectivas: la juvenil,
multiculturalidad, equidad, derechos humanos y género para identificar y registrar las
demandas específicas de este sector.
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Además, es necesario el análisis las fuentes bibliográficas que refieren las condiciones de
esta población en otros contextos metropolitanos, la precisión en las estadísticas y conteos,
así como la realización de estudios empíricos cualitativos, sobre todo porque los hombres y
mujeres nacidos en las ciudades, empiezan a reivindicar el “ser joven” como una etapa
intermedia entre la infancia y la edad adulta, etapa inexistente en las comunidades
indígenas tradicionales en México.
Finalmente, reconocer la falta de una Ley de Derechos y Cultura indígena en el estado de
Nuevo León, lo cual posibilitaría nuevas formas de relación entre la población indígena, los
diferentes niveles de gobierno y la sociedad civil en función del desarrollo comunitario, así
como el respeto y tolerancia de la diversidad cultural indígena en la entidad.
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