22 LATERCERA Jueves 25 de abril de 2013 Mundo Napolitano le encarga formar gobierno a socialdemócrata R Enrico Letta, del Partido Democrático, podría convertirse en el tercer primer ministro más joven de la historia de Italia. RR Enrico Letta, de 46 años, posee una larga trayectoria política en Italia. FOTO: AP Lucía Magi Roma El Presidente de Italia, Giorgio Napolitano, entregó al socialdemócrata Enrico Letta la difícil misión de encontrar una mayoría en el Parlamento dispuesta a apoyar un Ejecutivo. De 46 años, con una larga trayectoria política, el vicesecretario del izquierdista Partido Democrático, la mayor fuerza del hemiciclo, debería centrar el objetivo de sacar el país del desgobierno, a dos meses de los últimos comicios. Hoy consultará con las formaciones del arco parlamentario y volverá a reunirse con Napolitano para darle una respuesta. “Recibí el mandato y acepté con reservas. Mi sorpresa esta mañana fue la de recibir una llamada telefónica del presidente del Consejo de Ministros”, dijo equivocándose, porque se refería al presidente de la República. Su lapsus fue fruto de la emoción del momento, pero muchos analistas no se lo dejaron escapar e ironizaron utilizándolo como metáfora de la confusión que hunde al país. El encargado –que se podría convertir en el tercer primer ministro más joven de la historia nacional– tendió las manos a las otras sensibilidades presentes en las cámaras: “Las reformas hay que hacerlas juntos. La Unión Europea está atenta, las políticas de austeridad no son suficientes”. En su mensaje recordó que hay una parte del país “que sufre por la falta de trabajo”. Letta buscará lograr lo que no pudo alcanzar su “jefe”, el renunciado secretario Pier Luigi Bersani, que también era candidato a premier por toda la coalición de centroizquierda. Bersani recibió hace un mes el mismo encargo de las manos de Napolitano. Buscó pactar con el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y se cerró a un acuerdo con la derecha. El resultado fue una negativa rotunda de los primeros, un atrincheramiento de los segundos y la crisis de su partido que explotó en el intento de elegir a un presidente. Tras semanas de parálisis, el Parlamento sigue dividido y en la presidencia sigue Napolitano, quien, sin embargo, ahora tiene en sus manos una valiosa arma de presión: recién confirmado, sí puede disolver las cámaras en caso de que no haya un acuerdo. La idea de dejar los escaños del Parlamento para volver a pedir el consenso de los ciudadanos asusta a más de una fuerza y funciona como motivación. Así, todos sienten la responsabilidad de dar un Ejecutivo al país para reformar la ley electoral, capear la crisis y dar una señal de estabilidad a los mercados. Letta parece el hombre adecuado a llegar allí donde Bersani falló. Europarlamentario, tres veces ministro y subsecretario de la presidencia durante el mandato de Romano Prodi (2006-2008), Letta sobre todo siempre supo tejer buenas relaciones con los demás partidos. Además, es sobrino de Gianni Letta, fiel consejero en la sombra de Silvio Berlusconi, siempre en la segunda plana, pero cerebro de muchas iniciativas del líder de la centroderecha. Letta concentra el apoyo de su PD, del Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi y Elección Cívica, el centro liderado por Mario Monti. En la oposición se quedan los “ciudadanos portavoces” del M5S, los socios del PD en la coalición de centroizquierda y unos pocos diputados y senadores de la derecha.b ENTREVISTA CARLO GALLI DIPUTADO DEL PD Y CATEDRATICO P ¿Por qué Letta puede conseguir un gobierno y Bersani no pudo? R Bersani insistió en dar vida a un Ejecutivo todo de izquierda, de minoría y con el apoyo externo del Movimiento de Grillo y después de Berlusconi. Letta intenta hacer un gobierno de unidad y “amplio consenso”. P ¿Italia tuvo otros gobiernos de amplios acuerdos? R En los 70 se dio esta forma de colaboración entre fuerzas rivales, con tal de contestar con unidad al terrorismo. Hoy llegamos a emprender este camino tras dos meses penosos y de maniobras inéditas. P ¿Cuánto durará el gobierno? RPuede durar seis meses, justo el tiempo de cambiar la ley electoral. En este caso significa que las fuerzas se involucran con el mínimo indispensable. Puede durar dos, tres, cinco años: en ese caso se pueden programar reformas más profundas. La única forma de justificarse frente al electorado es arrastrar al país fuera de la crisis económica.