65 TEMA TERCERO LA ESPAÑA DE LA RESTAURACIÓN: 1. El régimen de la Restauración y el sistema canovista. Oligarquía y caciquismo en Andalucía. 2. El republicanismo y el movimiento obrero. 3. Regionalismo y nacionalismo. 4. La caída del imperio colonial y la crisis del 98. 5. La guerra de Marruecos. 1. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN Y EL SISTEMA CANOVISTA. OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO EN ANDALUCÍA. 1. INTRODUCCIÓN Con el regreso de los Borbones al trono español, en la persona de Alfonso XII, se cierra el período democrático abierto por la revolución de 1868, y se inicia una larga etapa, caracterizada por una relativa estabilidad política, sacudida por crisis intermitentes y en el orden económico por la expansión de los tejidos catalanes y la siderurgia vasca. Es la época de la burguesía conservadora, más tendente a defender sus intereses que a realizar experimentos de renovación política. Frente a los cambios constitucionales de época anterior y a la pluralidad de partidos, la Restauración posibilitará el mantenimiento de la misma Constitución por más de cuarenta años y el uso alterno del poder -turno político- de los dos grandes partidos, conservador y liberal, rodeados de dos débiles oposiciones: carlistas y republicanos. Pero esta estabilidad que montan los políticos de la Restauración no estará al servicio de todos los españoles, especialmente de los más pobres, y por tanto más necesitados de tutela estatal, sino de los más privilegiados desde el punto de vista económico. Debemos tener en cuenta que esta deseada estabilidad es un fenómeno europeo y ha sido conseguida mediante el fortalecimiento de los instrumentos de poder del Estado: armamento y burocracia perfeccionados, nuevos y rápidos sistemas de comunicación (telégrafo y ferrocarril). Al mismo tiempo se observa que en España, como en el resto de Europa, se produce un fuerte avance de la democracia, plasmado en la progresiva adopción del sufragio universal, lo cual significó que, de golpe, miles de personas pudieron participar en el juego político, para el que la mayoría de las veces no habían sido preparadas. En España al iniciarse la Restauración más del 70% de los españoles son analfabetos. Se produce por tanto un desajuste entre la tendencia a la estabilidad y la puesta en marcha del libre juego democrático. Antes de terminar el siglo ese desajuste ha producido ya el inicio de la crisis de la Restauración, crisis que se hará patente en las dos primeras décadas del siglo XX. Cánovas del Castillo será el artífice del régimen y su primer logro fue la aceptación del príncipe Alfonso como candidato idóneo a ocupar el trono, veía la necesidad de un titular nuevo, no desprestigiado por errores anteriores. El 25 de junio de 1870, Isabel II había abdicado sus derechos en su hijo de trece años. Cánovas había preparado un estado de opinión, favorable a la vuelta del príncipe, fuera y dentro del país, quería evitar el pronunciamiento, debido a la poca estabilidad de los regímenes instituidos de esa manera. No pudo ser. 66 Al servicio de crear el estado de opinión, Cánovas había redactado y el príncipe Alfonso firmado, el manifiesto de Sandhurst, en el que se dirige al pueblo español hablando de sus ideales religiosos, de la orfandad del país, de sus propósitos de conciliación, se define como “buen español...,buen católico..., y como hombre del siglo verdaderamente liberal”. Pero los militares piensan en procedimientos más rápidos y Martínez Campos se pronuncia en Sagunto el 29 de Diciembre de 1874 a favor de los Borbones. Se reconoce a Alfonso XII como rey de España. Se crea un gabinete de regencia presidido por Cánovas y el 14 de enero de 1875 entraba en Madrid el nuevo rey. ALFONSO XII Y SU PRIMERA ESPOSA MARIA DE LAS MERCEDES Las amenazas iniciales.... Graves problemas ha de resolver desde el primer momento la dinastía restaurada. Comienza un intento de atracción de fuerzas políticas, en el que están ausentes por la derecha los carlistas, y por la izquierda los republicanos. El carlismo (3ª Guerra Carlista: 1872-1876) de los años 70 ha ampliado su base social incorporando profesiones liberales urbanas, además ha aglutinado los descontentos del régimen anterior. El nuevo régimen se ve obligado a hacer un esfuerzo militar para liquidar esta amenaza. Se atacan los tres sectores geográficos del carlismo: Navarra, Cataluña y Vascongadas. Alfonso XII entra en San Sebastián el 1 de febrero de 1876 y en Estella el 3 de marzo. El republicanismo constituía otro enemigo. Una de las primeras resoluciones del gobierno provisional fue la supresión de algunos periódicos ( “el Imparcial” ,”La Igualdad” ), que se habían significado por su apoyo a los regímenes del período democrático. 2. FUNDAMENTOS DOCTRINALES: CANOVAS Y SU PENSAMIENTO POLÍTICO. Malagueño e hijo de un maestro de escuela, estudió Derecho en Madrid, a la vez que se abría paso en el periodismo. Fue el protagonista político del último cuarto de siglo de la vida española del XIX , escribió una Historia de España, notable para su tiempo, y de la historia deduce algunos de sus postulados teóricos. Su carrera política se inicia al lado de O’Donnell y la Unión Liberal e interviene en la redacción del Manifiesto de Manzanares. En su ideario se refleja un pragmatismo, una aceptación de lo posible frente a lo ideal. La política como arte de lo posible. Huye de los dogmatismos doctrinarios y sobre todo le interesa el funcionamiento del sistema político, a este utilitarismo se le une una actitud de transigencia para atraerse los extremos. En 1897 fue asesinado por un anarquista italiano, Michele Angiolillo. 67 CANOVAS DEL CASTILLO Atentado contra Canovas en el balneario de Santa Águeda. 1897. (Guipúzcoa) en 1897. Cánovas llega a la conclusión de la existencia de una Constitución interna, que pervive cuando las Constituciones escritas no están vigentes. La clave de su pensamiento es su idea de nación como realidad histórica, entendiendo nación como entidad forjada históricamente mediante combinaciones topográficas, étnicas, económicas y políticas. La soberanía nacional reside en la voluntad permanente y objetiva de la nación recogida en las páginas del pasado. Esta matización de la soberanía nacional con el peso de la historia, es uno de los fundamentos del liberalismo doctrinario, opuesto al liberalismo radical, en el que se ensalzan los derechos del individuo y la omnipotencia de la voluntad general. La teoría política de Cánovas se concreta en cuatro pilares: Rey. Es una institución siempre vigente, según la historia uno de los elementos de la Constitución interna. La monarquía no se puede discutir. ¿Cómo conciliar soberanía real y soberanía nacional?. Para Cánovas son lo mismo; la expresión de la soberanía nacional, históricamente, es la monarquía hereditaria. 2. Cortes. Otro elemento de la Constitución interna. Cuando desaparece la Constitución escrita, perviven el Rey y las Cortes como columna vertebral de la nación. 3. Constitución escrita. Junto a los elementos permanentes, conviene que exista un código escrito que articule los diferentes ámbitos de la vida de una nación, como establecía el liberalismo del XIX: la justicia, la enseñanza, la hacienda... Este texto ha de ofrecer permanencia, por lo cual conviene una redacción flexible que permita diferentes interpretaciones al producirse un relevo en el ejercicio del poder, sin necesidad de cambiarlo, lo que ha constituido un factor de inestabilidad del liberalismo español. 4. Turno de partidos. Siguiendo las lecciones del parlamentarismo inglés, del que era ferviente admirador, lo ideal es la existencia de dos partidos, uno en el poder y otro en la oposición, que se turnarán de forma pacífica en el ejecutivo. De Inglaterra toma hasta el nombre de los partidos, conservador y liberal, al aplicar a España el sistema. Aunque es cierto que la multiplicidad de partidos fue un obstáculo para el gobierno de la nación, Cánovas comete varios errores al aplicar el sistema a España: uno psicológico, el carácter español es menos propenso que el inglés a aceptar la espera en la oposición. Otro sociológico, la sociedad inglesa es vertebrada, cada partido representa a un sector social, y la de España es invertebrada. Otras dificultades en la aplicación del sistema inglés fueron: el distinto papel que juega la Corona en el caso español y las irregularidades de los procesos electorales. 1. 68 3. EL SISTEMA DE PARTIDOS Para ceñirse al modelo británico, Cánovas constituye un partido y da opción a la formación de otro de ideas diferentes. Su partido se llamará conservador y recoge la herencia de moderados y unionistas, apoyándose en las clases altas (aristocracia, terratenientes, alta burguesía), en cuanto a mentalidades los había desde partidarios de la tolerancia religiosa hasta abominadores del progreso. Sus principios eran libertad, propiedad, monarquía, dinastía, soberanía y gobierno conjunto entre el rey y las Cortes Por otra parte, la burguesía industrial y gran parte de la población urbana se aglutina en torno a Práxedes Mateo Sagasta, antiguo progresista, que funda el partido liberal, cuyas diferencias ideológicas con el conservador no son muy definidas. Su programa era aceptar la Constitución de 1876, pero tratando de meter en ella conquistas de la de 1869: sufragio universal, el jurado, leyes de prensa liberales, leyes de asociación, libertad de cultos... Siendo un partido burgués abarca desde los conservadores disidentes hasta antiguos demócratas y republicanos de siempre. Práxedes Mateo Sagasta Ambos líderes y ambos partidos son representantes de un eclecticismo político que permitirá establecer un turno pacífico. Se eliminaba el dogmatismo de un partido único, lo que quería decir que no se verían obligados a recurrir a la fuerza, a la rebelión militar ó al pronunciamiento. Otro pacto del “turno” exigía que ninguno monopolizara el favor de la Corona, así se instruyó a Alfonso XII a diferencia de su madre, para que dejara obrar a los políticos, simpatizara con todos y usara su prerrogativa regia de nombramiento y destitución de los jefes de gobierno para que se “amañaran” unas elecciones, con vistas a fabricar las Cortes del nuevo gobierno, con el acuerdo del Ministerio de la Gobernación. ALTERNANCIA EN EL PODER DE LOS DOS PARTIDOS: CONSERVADOR Y LIBERAL: 1875-1881 1881-1883 1883-1885 1885-1890 1890-1892 1892-1895 1895-1897 1897-1899 1899-1901 CONSERVADOR: CANOVAS LIBERAL: SAGASTA CONSERVADOR: CANOVAS LIBERAL: SAGASTA (GOBIERNO LARGO) CONSERVADOR: CANOVAS LIBERAL: SAGASTA CONSERVADOR: CANOVAS (ASESINADO EN 1897) LIBERAL: SAGASTA CONSERVADOR: SILVELA 4. EL CACIQUISMO. Conviene explicar el funcionamiento del sistema que Macías Picavea llama caciquismo. Se basa en tres aspectos claves del sistema político de la Restauración y que responden al pensamiento de Cánovas del Castillo: 1º- El enorme papel del Rey que designa al Jefe de Gobierno, al que puede sostener con su confianza incluso con el voto de censura de las Cortes, puede suspender las 69 sesiones de Cortes y disolver las Cámaras. Por tanto interesaba conformar unas Cámaras de acuerdo con el nombramiento real. 2º- El falseamiento de las elecciones, por tanto, y era aquí cuando entraba en funcionamiento la maquinaria caciquil. 3º- El turno de partidos, conservador y liberal, que se turnaban de forma pacífica en el ejecutivo, eliminándose el dogmatismo de un partido único. Además otro pacto del turno exigía que ninguno monopolizara el favor de la Corona. De modo que primero el rey nombraba al nuevo jefe de gobierno y, luego éste convocaba y componía las elecciones para corroborar el cambio. Para ello se contaba con una red de funcionarios, gobernadores y notables de cada distrito. Esta es la época que Joaquín Costa definió con el lema de “oligarquía y caciquismo”. Siempre se falseó la práctica electoral, incluso después de que en 1890, Sagasta estableciera el sufragio universal. Los electores, siguiendo las instrucciones del cacique del distrito, (el rico del pueblo, el que daba trabajo y resolvía papeleos), votaban al diputado “cunero” (en muchos casos ni conocía el distrito por el que saldría elegido), según el “encasillado” ó reparto geográfico que había hecho en el Ministerio de Gobernación el “electorero” de turno. Para esto, Cánovas utilizó a Romero Robledo, Sagasta a Venancio González, y Maura a La Cierva. Este sistema recibió el nombre del “pucherazo”, tanto daba recoger las papeletas de voto en una urna ó en un puchero que presentaba el cacique a la hora del recuento: Se falseaba el número de votos emitidos Se robaban o destruían las urnas y las actas que no interesaban Se adelantaban las horas de apertura y cierre de las votaciones, sin previo aviso. Votaban hasta los muertos. Se llegaron a publicar resultados de las elecciones, antes de la fecha de celebración de las votaciones ( Era el resultado de las negociaciones entre los dos partidos). Se concedía un número razonable de escaños a la oposición, para mantenerla dentro del juego y para simular unas elecciones reñidas y limpias... Los dos grandes partidos, formados por unas minorías de notables, monopolizarían la vida política. Esta oligarquía ó minoría política dirigente, constituida por hombres de los dos partidos (ministros, senadores, diputados, gobernadores civiles, propietarios de los periódicos...) está conectada, tanto por su extracción social como por sus relaciones familiares y sociales con los grupos sociales rectores (terratenientes, nobleza de sangre, burguesía de negocios...). A esta especie de “supervivencia señorial” que controla de manera directa extensos núcleos humanos, sobre todo en el medio rural, se le llamó caciquismo. El caciquismo (cacique: “señor de vasallos en alguna provincia ó pueblo de indios”, luego se convertirá en “persona que por motivos políticos ejerce una gran influencia en los asuntos de un pueblo ó comarca”) y la manipulación de las elecciones no eran una novedad en la historia de España, aunque los “cínicos” políticos de la Restauración se encargaran de institucionalizarlos. Era un proceso en el que iban manchándose las manos desde el ministro de la Gobernación hasta los pequeños terratenientes ó los secretarios de las aldeas más pequeñas. Además diría Cánovas: el caciquismo despierta políticamente a las aldeas e impide la intromisión del ejército. De un remedio pasó a ser un perpetuo escándalo, implicando a la totalidad del país y convirtiendo en una farsa toda la política de la Restauración. En realidad la política pasaba sin detenerse por las villas y aldeas españolas salvo en época de elecciones. Para Raymond Carr: “no se trataba de un régimen parlamentario con abusos: el abuso era el sistema mismo”. El caciquismo fue criticado por 70 gran número de historiadores y políticos de todas las tendencias (Maura, Silvela, Macías Picavea, Joaquín Costa...). CARICATURAS PUBLICADAS EN LOS PERIÓDICOS DE LA ÉPOCA. 5. HECHOS FUNDAMENTALES DE LA ÉPOCA DE LA RESTAURACIÓN. En 1885 murió Alfonso XII de tuberculosis. Cundió el desasosiego. Su esposa Mª Cristina de Habsburgo-Lorena, que ya tenía dos hijas, estaba embarazada. Fue nombrada regente y poco después daba a luz un hijo varón. La necesidad de alejar las viejas querellas llevó a los líderes de los dos partidos a convenir el turno pacífico en el poder. A este acuerdo se le llama impropiamente el “Pacto del Pardo”. Hasta el final del siglo, (Cánovas fue asesinado en 1897), los dos líderes se alternaron en el gobierno con cierta regularidad. Sagasta, que contaba con la amistad de la regente, amplió ligeramente el campo de actuación de otros grupos políticos que, a partir de 1891 empezaron a tener cierta fuerza en el Parlamento. El sufragio universal, a partir de 1890 y la dificultad del sistema caciquil en los medios urbanos permitió la presencia de 33 diputados republicanos en las Cortes en 1893. El problema carlista se saldó con la campaña de 1876: .Alfonso XII entra en San Sebastián y Carlos VII salió del país. La última guerra carlista se dio por terminada. La pacificación de Cuba fue sólo temporal. Por el Convenio de Zanjón (1878) se otorgaba a los cubanos una amplia amnistía y los derechos políticos que ya poseía Puerto Rico; posteriormente fue abolida la esclavitud (1880), pero las concesiones parecieron escasas a los que habían luchado por la autonomía y excesivas a los peninsulares establecidos en la isla. Centralización. El carácter uniformista y centralizador del liberalismo español de procedencia francesa, evidente en las Cortes de Cádiz, queda patente en este período en la labor de uniformidad jurídica y administrativa siguiendo el patrón del pueblo castellano, el más numeroso. Se consolida el uniformismo administrativo de la división de 1833 y se 71 suprimen la escasa autonomía que tenían las provincias. Tras la guerra carlista se suprimen los fueros del país vasco aunque se mantienen particularidades del derecho civil, como en Cataluña, y se establecieron unos conciertos económicos para el cobro de impuestos como en Navarra. Codificación. Ligado al punto anterior se elaboran Código de Leyes que no ofrezcan dudas sobre su aplicación: el Código de Comercio, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y el Código Civil. Política Social. Muy limitada, en 1883 se creó la Comisión de Reformas Sociales, como centro de información de la vida de los trabajadores. Hasta 1900 no se promulgan las primeras leyes sobre accidentes de trabajo y sobre el trabajo de mujeres y niños. Política económica. La grave crisis económica de 1886 hizo formar un frente antilibrecambista de gran fuerza entre algodoneros catalanes, siderúrgicos vascos y cerealistas castellanos, quienes en 1891 consiguen un cambio de actitud del Gobierno hacia una política proteccionista, al ser aprobados nuevos aranceles que suprimían las antiguas franquicias comerciales. El desarrollo que en años posteriores lograron la siderurgia vasca y la industria textil catalana, junto con la pérdida de las colonias en 1898, llevaran posteriormente a reforzar el sistema proteccionista. 6. ANÁLISIS Y VALORACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1876. Mediante unas elecciones generales, con sufragio universal masculino, pero tan manipuladas que no llegó a votar ni el 50% del censo y a las que no concurrieron ni republicanos ni carlistas, se formaron unas Cortes Constituyentes a la medida, que elaboraron rápidamente una nueva Constitución. De los 391 diputados que formaban el Congreso,333 eran del partido conservador. Para buscar su permanencia en el tiempo es muy ambigua, Sánchez Agesta dice que esta “Constitución es un cheque en blanco que los partidos pueden llenar a su antojo”. Veamos algunos rasgos: La soberanía es compartida por el Rey y la Nación. No es la Constitución un texto que se otorgue a sí misma la nación, representada en las Cortes, como las de 1812 y 1869, sino que es el mismo rey quien la decreta y sanciona “en unión y de acuerdo con las Cortes del Reino”. Cortes bicamerales. Senado y Congreso de los Diputados. Responde al deseo conservador de mantener el papel de las aristocracias. El Senado estaba formado por miembros natos, otros nombrados por el rey con carácter vitalicio y otros elegidos por corporaciones (una cámara de notables). Funciones del Rey. Papel preeminente y activo del monarca: jefe de las fuerzas armadas, designa el jefe de gobierno, al que puede sostener con su confianza, incluso con el voto de censura de las Cortes, tiene facultad para suspender las sesiones de Cortes y para disolver las Cámaras, tiene iniciativa legislativa, es inviolable. Elecciones. El método se establece con tal vaguedad en el artículo 28, “por el método que determine la ley”, que es posible para un gobierno instaurar el sufragio universal ó suprimirlo. Se elegía para el Congreso un diputado por cada 50.000 habitantes. El sufragio universal masculino se instaurará en 1890. Tema religioso. Se determina la confesionalidad católica del Estado español. Se ha de mantener el culto y no permite manifestaciones públicas de otra religión, pero al mismo tiempo se defiende la libertad y la no discriminación por motivos confesionales. 72 Libertades. Se afirman los derechos de asociación, expresión, reunión....pero los derechos individuales dejan de ser inalienables e imprescriptibles. Los derechos de los españoles se mantienen sin menoscabo “de los atributos esenciales del poder público”. Esta Constitución se parece a la de 1845, está dentro de los presupuestos más conservadores del liberalismo y es expresión de la burguesía opulenta de fin de siglo. Las atribuciones de la Corona son únicas en el parlamentarismo europeo, con lo cual el Rey, al participar activamente en el juego político, se somete a un proceso de desgaste. Por otra parte el sistema habitual de occidente considera insustituible la confianza de las Cortes, confianza que aquí se podía obviar por la posibilidad de fabricar un parlamento adecuado en unas elecciones, siempre dirigidas desde el Ministerio de Gobernación. En este falseamiento del proceso electoral y en la acumulación de funciones en el soberano radican las dos contradicciones básicas del pretendido intento de Cánovas de aplicar en España el modelo británico. 2. EL REPUBLICANISMO Y EL MOVIMIENTO OBRERO. 1. EL REPUBLICANISMO Y SUS FORMULACIONES. Desde el primer momento la monarquía restaurada ha de enfrentarse a graves problemas y comienza un intento de atracción de fuerzas políticas en el que están ausentes por la derecha los carlistas y por la izquierda los republicanos (federales y zorrillistas), socialistas y anarquistas. Tras el golpe de Estado del 3 de Enero de 1874, las figuras republicanas actuaron desde el exilio y el confinamiento político. Los republicanos se dividieron en varios subgrupos: El primero capitaneado por Ruiz Zorrilla confiaba en el pronunciamiento de militares y civiles republicanos, siguiendo los modelos del pasado. La República llegaría con un golpe de estado. El segundo prefería las escasas posibilidades que le ofrecía el nuevo marco político; este grupo era dirigido por Emilio Castelar y pedía al gobierno la implantación del sufragio universal que se restableció en 1890. La República llegaría ganando las elecciones. Un tercer grupo estaba dirigido por Pi y Margall, eran los republicanos federales, con fuerte implantación popular en Cataluña y el litoral mediterráneo y con las ideas más avanzadas del republicanismo eran partidarios de la acción pacífica. Los republicanos fueron el enemigo político básico del régimen canovista. Desde 1890, sobre todo, constituyeron de modo permanente la minoría parlamentaria más numerosa y crítica dentro y fuera de las Cortes y aglutinaba la oposición política e intelectual, e incluso la de algún sector obrero. No es de extrañar por ello que la perspectiva republicana gozase de un crédito permanente, en cuanto ofrecía una solución menos radical a los problemas sociales y políticos que las posiciones anarquistas y socialistas. También en estas fechas el grupo de Ruiz Zorrilla, tras diversos intentos de golpe de estado -Badajoz, Seo de Urgel, Santa Coloma- y su muerte en 1895, parece desechar esta vía republicana de la violencia. En las elecciones de 1893 los republicanos fueron unidos a las urnas. Aunque la aplicación del sufragio universal no cambió esencialmente el panorama político español (turnismo y caciquismo) si parece comprobado que las artes caciquiles se aplicaban con mucha dificultad en grandes ciudades con organizaciones de oposición. Sólo así fue posible que los republicanos obtuviesen la mayoría por Madrid y cada vez fue más difícil “fabricar” diputados en ciudades como Barcelona, Valencia, Zaragoza. 73 Entre el final del siglo XIX y el inicio del XX el republicanismo se verá fortalecido por las tendencias regionalistas y nacionalistas. El republicanismo aumentaba su influencia entre la pequeña burguesía de las ciudades, intelectuales, empleados y sectores de la burguesía industrial y comercial que estimaban que el Estado monárquico protegía tan sólo los intereses de los grandes propietarios y funcionarios. 2. LAS ORGANIZACIONES ANARQUISTAS. OBRERAS Y CAMPESINAS: MARXISTAS Y 1. SOCIALISMO: El grupo madrileño simpatizante de las ideas de Marx, venía reuniéndose en tertulias que celebraban en cafés, como el de Lisboa, el Brillante o la taberna Casa Labra cerca de la Puerta del Sol.. El 2 de Mayo de 1879 asistieron a la reunión 25 personas. De ellas 4 eran estudiantes de medicina (Uno de ellos era Jaime Vera, se licenció en medicina al mes siguiente y durante muchos años fue el único intelectual en el partido) y la mayoría provenían del Arte de Imprimir. (16) El principal acuerdo fue constituir una comisión, en la que estaban Iglesias, Vera, Calderón..., encargada de redactar “un proyecto de programa y base para la organización de los obreros”. El 20 de Julio se presentó y aprobó el proyecto de programa, creándose el grupo socialista madrileño que en seguida entraron en contacto con los simpatizantes de Barcelona y de Zaragoza. Fruto de estos contactos será la modificación del primitivo programa por otro que, aprobado el 18 de Abril de 1880, se imprimió y difundió clandestinamente. (Parece ser que el partido se fundó con el nombre de Partido Socialista Obrero; Tuñón de Lara habla de Partido Democrático Obrero Español, J.J. Morato habla de P.S.O., según él Jaime Vera pedía que se llamase Partido Socialista y la O de obrero la propone Pablo Iglesias). Los principios básicos del socialismo son: lucha de clases, necesidad de la conquista del poder político por la clase obrera para conseguir la abolición de clases y su reconversión en una sola de trabajadores, con la transformación de la propiedad privada en propiedad común de la sociedad entera. Para Marx la constitución del proletariado en un partido político es indispensable para asegurar el triunfo de la revolución social y hacerla llegar al fin supremo: la abolición de las clases. La clase obrera no debe llevar a cabo solo una lucha económica sino también una lucha política contra el poder de los explotadores. Es decir, los marxistas son partidarios de participar en la vida política, a través del partido, mientras que los anarquistas son partidarios de la abstención absoluta. En 1881, con la llegada al poder de Sagasta se abrió paso a la legalidad de todos los partidos, permitiéndose también el funcionamiento de las organizaciones obreras. Los derechos de reunión y de expresión entonces promulgados, permiten la fundación del semanario “El Socialista” (1886). Al aprobar las bases a que debe ajustarse la redacción de El Socialista, los madrileños afirmaban de forma categórica la lucha de clases y la imposibilidad de alianzas con ningún partido burgués (incluido el partido Republicano), planteamiento totalmente opuesto a los de los sindicalistas reformistas catalanes y a algunos miembros del grupo madrileño como Vera y Mora que abandonaron el partido por algunos años. Con la Ley de Asociaciones de 1887 se da paso a la creación de sindicatos obreros dentro de la legalidad aunque con muchas restricciones y trabas. Así en 1888 se funda el sindicato UGT (Unión General de Trabajadores), con un programa en el que postulan la 74 conquista del poder político por los obreros, la conversión de la propiedad individual en colectiva y la creación de la seguridad social para ancianos e impedidos. El número de sus afiliados en este periodo fue muy irregular: en 1899 la UGT tenía poco más de 15.000 afiliados y en 1915 había subido hasta 112.000. Desde muy temprano la UGT se pronunciaría por la vía reformista en su actuación sindical: consideró siempre la huelga como un instrumento reivindicativo y nunca, salvo el viraje de 1916, como revolucionaria. En Agosto de 1888 se celebra en Barcelona el Congreso Constituyente del PSOE. Las 22 agrupaciones existentes quedan unidas en una organización única, aceptando un programa y unos estatutos uniformes. Aunque la mayoría de las agrupaciones eran catalanas, el programa adoptado seguirá siendo el elaborado y defendido por la agrupación madrileña, que también se encargó de la redacción de los estatutos. Al año siguiente (1889) entran en la Internacional. Los socialistas se extendieron principalmente por Madrid, Bilbao y Asturias con puntos relativamente aislados por el resto de España ( Linares, Málaga, El Ferrol...). Seguían las conclusiones de la II Internacional: fortalecer el partido obrero para alcanzar el poder y establecer el socialismo. Su organización se concentraba en las agrupaciones locales, cuyos representantes, reunidos en los congresos establecían la línea política. De unos 3.000 afiliados aproximadamente en 1899 pasará a casi 15.000 en 1915. Pablo Iglesias, tipógrafo nacido en El Ferrol en 1850 fue desde 1879 hasta su muerte en 1925, jefe y presidente del partido socialista y de la UGT en numerosas ocasiones. Al principio, Iglesias defendió e impuso la individualización del P.S.O.E. respecto a otras organizaciones, pero tras los acontecimientos de la Semana Trágica se unieron socialistas y republicanos de cara a las elecciones de 1910, que llevó a Pablo Iglesias por primera vez al Congreso de los Diputados. Tanto anarquistas como socialistas utilizaban el mitin, el panfleto o el folleto como medio de propaganda, y a través de los Ateneos obreros y la difusión de la literatura 75 progresista, crearon escuelas propias que se configuraron como alternativa a la educación oficial y religiosa. De esta manera muchos aprendieron a leer y a escribir. 2. ANARQUISMO: Ya vimos en el tema anterior como las primeras células anarquistas se habían organizado en 1869. Los anarquistas se presentan en el campo, predicando la entrega de tierras a los campesinos. Como señala una de sus figuras Anselmo Lorenzo, en El proletariado militante, la propaganda oral era insustituible entre las masas analfabetas. Bajo los gabinetes conservadores los anarquistas se mueven en la clandestinidad. El gobierno Sagasta permite la celebración legal en Barcelona, en septiembre de 1881, de un congreso obrero que reconstituye la organización con el nombre de Federación de Trabajadores de la Región Española. Importante es el congreso de Sevilla de 1882, en el cual se señala una división: el anarco-comunismo que en la línea de Kropotkin predica la colectivización incluso de los frutos, es seguido por los jornaleros andaluces; el anarco-colectivismo, que siguiendo a Bakunin, predica únicamente la colectivización de los instrumentos de trabajo atrae a los anarquistas del resto de las regiones. Se señalan por lo tanto dos ámbitos, el anarquismo rural, de implantación en Andalucía, y el anarquismo urbano, que tiene su centro más importante en Barcelona. Las actividades violentas de los jornaleros andaluces y sobre todo el temor de los latifundistas, inducen al gobierno a una fuerte represión, que en definitiva produce la disolución de la Federación. Desde la fundación de Solidaritad Obrera en 1907, la mayor parte de los libertarios estimularon el sindicalismo como fórmula adecuada de lucha y abandonaron la acción directa y la propaganda por la acción, que habían propugnado desde finales del siglo pasado atentando contra los políticos más representativos.( La propaganda por la acción no era otra cosa que la práctica de atentados y el terrorismo individual: atentado contra Martínez Campos en 1893, las bombas en el Liceo de Barcelona, el asesinato de Cánovas...). El anarquismo estuvo presente en las sublevaciones campesinas de finales del S. XIX, apoyando y difundiendo el ideal de una tierra sin propietarios, pero no consiguió una influencia permanente hasta la creación de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) en 1911. El anarcosindicalismo consiguió aglutinar a muchos obreros de las ciudades. Su meta era la huelga general revolucionaria para establecer definitivamente la sociedad del comunismo libertario en la que el estado desaparecería y las comunidades regidas por los trabajadores serían las protagonistas. Cada uno produciría según su capacidad y recibiría según sus necesidades. Su fuerza se concentraba principalmente en Barcelona, Valencia, Sevilla, Córdoba y La Coruña y se perfilaba ya el liderazgo de los hombres clave de la CNT : Ángel Pestaña y Salvador Seguí. En 1919 la CNT sobrepasaba los 700.000 afiliados. 3. LA SITUACIÓN DE LAS CLASES TRABAJADORAS Y LA AGITACIÓN SOCIAL. Con la Restauración se produce el verdadero despegue de la industrialización española, con dos regiones protagonistas, Cataluña y el País Vasco. Con el desarrollo aparecen en la sociedad española los problemas característicos de los países industriales europeos: Salarios bajos e inseguros, Jornada laboral excesiva de diez, once y hasta doce horas : La jornada de trabajo es de lo más diferente, no solamente según las zonas, sino los oficios y hasta las empresas e irá variando a lo largo de los años. Entre los obreros agrícolas las jornadas de “sol a sol” eran muy corrientes, por ejemplo los vinicultores de Jerez tenían jornada de trece horas. 76 Condiciones higiénicas casi siempre deplorables ( emanaciones de cloro y pinturas en los estampados, explosión de calderas dando lugar a numerosos accidentes) Falta de seguridad en caso de accidente, enfermedad y vejez... y paro. Los distintos gobiernos burgueses van a demostrar poca preocupación por los problemas sociales y económicos de las clases trabajadoras. La labor del Estado dentro del ámbito social fue muy limitada: En 1883 Sagasta crea la Comisión de Reformas Sociales para indagar en los problemas y las condiciones de vida de las clases obreras. A los problemas clásicos del proletariado urbano, horarios, trabajo infantil y de la mujer... se añaden, de manera reveladora los problemas que afectan a los campesinos, hasta entonces la España olvidada. En 1887 se promulga la Ley de Asociaciones que permite la creación de sindicatos obreros dentro de la legalidad y la Ley del Sufragio Universal masculino ( 1890). En 1900 se promulgan las primeras leyes sobre accidentes de trabajo Desde 1904 se regula el descanso dominical En 1907 se decretó la protección a la mujer obrera antes y después del alumbramiento En 1908 se crea el Instituto Nacional de Previsión. En 1912 se dicta la famosa “ley de la silla” que obligaba a las empresas a disponer de asiento para las obreras y dependientas y En 1913 se limitaba a diez horas el trabajo diario en la industria textil. La práctica del movimiento obrero: Los primeros pasos del movimiento obrero van ligados a la celebración de la jornada del 1 de Mayo en todo el mundo y, naturalmente, en España. El origen estaba en el auge que iba tomando la opción reivindicativa por la jornada de ocho horas de trabajo, sobre todo tras la ejecución de cinco anarquista en Chicago en 1887. La Segunda Internacional, reunida en París en 1889, decide celebrar cada primero de mayo una jornada de conmemoración y lucha para conquistar la jornada de ocho horas. Pablo Iglesias y José Mesa presentes en el Congreso de París, aceptaron el compromisos, decisión que luego fue ratificada por todas las agrupaciones del PSOE. Por su parte las organizaciones anarquistas también decidieron celebrar los 1 de Mayo y siempre con huelgas. En muchos sitios, principalmente en Madrid y Bilbao, la jornada se trasladó al domingo 4 de Mayo, para no afrontar la prueba de forzar la huelga, cuyo éxito no era seguro. El pánico se apoderó de los medios conservadores y burgueses, alentados por la mayoría de la prensa. En Bilbao el pánico fue tal que hasta se suspendió la corrida de toros. En Madrid, Bilbao, Barcelona y en otras muchas ciudades se celebran con todo orden los actos públicos y manifestaciones. A partir de esta fecha (1890) nunca, de una u otra manera dejó de celebrarse el 1 de Mayo. Son sin duda las huelgas las que mejor muestran el desarrollo del movimiento obrero y el grado de conflictividad a que llega con la patronal. La mayoría de las huelgas tienen por objeto el aumento de salarios o la reducción de la jornada laboral; en 1905 la mayoría de las huelgas son para protestar por los despidos. Para la U.G.T. la huelga, salvo raras excepciones, tiene un carácter reivindicativo: mejorar las condiciones de vida y de trabajo para los obreros; mientras que para los anarquistas la huelga tiene un carácter revolucionario ( Huelga general) que acabaría con el sistema burgués. En 1902 destaca la huelga de Barcelona, acompañada por la desencadenada en Morón de la Frontera y otros sitios de Andalucía. A partir de entonces, la agitación en el 77 campo andaluz sería permanente, extendiéndose en algún momento, como en 1904, a Castilla. Desde esta fecha empezaría también a adquirir importancia en la minería y en la metalurgia, casos ambos donde fue importante en 1906. En España, la carestía de la vida tuvo enorme influencia sobre los movimientos huelguísticos, que fueron frecuentes a partir de 1915, y estallaron con violencia en 1916. Las dos huelgas más trascendentales en este periodo de la Restauración fueron: 1. La semana trágica de 1909: El choque violento de julio de 1909 no va a producirse por causas laborales, sino por una coyuntura política muy particular en función de lo que ya era una verdadera guerra en el Rif. El antimilitarismo y el anticlericalismo fueron los componentes esenciales del movimiento insurreccional que estalló en Cataluña. 1. La Huelga general de 1917, cuya coordinación llevó a cabo un comité de huelga formado por cuatro dirigentes de la UGT ( Largo Caballero, Julián Besteiro, Anguiano y Saborit) y secundada por la CNT. LA huelga fue reprimida sin contemplaciones por el ejército. ( 80 muertos, 150 heridos y más de 2.000 detenidos en toda España). 3. REGIONALISMO Y NACIONALISMO. El liberalismo español tuvo un carácter uniformista y centralizador que en el periodo de la Restauración queda patente en la labor de la uniformidad jurídica y administrativa, siguiendo el patrón castellano. Este afán centralizador chocó con el despertar de los regionalismos y nacionalismos. 1. EL CATALANISMO: Antes de 1880 no se manifiesta como fenómeno político. Sus reacciones anticastellanas se sitúan en la contestación carlista o democrática. Al no ser una fuerza política defendida por un partido político con intenciones claras y precisas, desde un principio el regionalismo catalán se presenta bajo apariencias diversas e incluso contradictorias. En Barcelona y en las ciudades obreras se desarrolló un catalanismo progresista influenciado por las teorías federalistas y socializantes de Pi y Margall. El fundador del movimiento Valentí Almirall plantea la necesidad de un verdadero partido catalán y la defensa de los valores espirituales y materiales de Cataluña y en 1879 funda un periódico, El Diari Catalán, para difundir las ideas de su grupo; a partir de 1882 este adopta el nombre de “Centre Catalá”. Aun le faltaban objetivos precisos y determinar un programa. El catalanismo conservador no presenta más unidad que el anterior, ni está más definido. Existe una relación entre el catalanismo conservador y el carlismo a través de la idea de una diversidad en la unidad española. Aunque los catalanistas moderados provengan de horizontes políticos diferentes, siempre representan a las dos mismas fuerzas: la burguesía industrial y la Iglesia catalana. La derecha catalana se identifica sobre todo por su “conservadurismo social”, condena en bloque todos los liberalismos (religioso, político y económico-librecambismo-). 1ª ETAPA: La estabilidad política y social “impuesta “ por la Restauración coincidió con la etapa de gran prosperidad para los negocios de la gran burguesía que abarca de 1875 a 1885. Es el periodo conocido en Cataluña como < febre d’or > (alza en el mercado del vino por la filoxera en Francia, y en la extracción de hierro, cobre, y plomo, aumento de la industria textil, etc.). La burguesía catalana hacía préstamos al Gobierno y en esta década se produjo el gran desarrollo de la Banca catalana. 78 2ª. ETAPA:(1885-1898) En 1885 finaliza este periodo y se inicia el principio de la crisis económica que demostró a la burguesía catalana la fragilidad del compromiso con el Estado. Pasó la fiebre de oro y, la cuestión arancelaria, los intentos de unificación jurídica, el escaso desarrollo del mercado interior, el desprestigio del Estado español en el exterior, las dificultades en las colonias y el cierre para las fuerzas burguesas del camino hacia el poder con la consolidación del caciquismo, llevó a la clase dirigente catalana a un replanteamiento de la situación. El catalanismo adquirió a partir de entonces gran amplitud y expresó sus reivindicaciones en Las Bases de Manresa: el primer unificador de las fuerzas catalanas es un conservador, Prat de la Riba, que crea un partido organizado, la Lliga, partido moderado que habla ya claramente de “nacionalismo” y puso las bases para una nueva teoría de la “Nación Catalana”. No solo reclama el restablecimiento de los privilegios financieros y judiciales tradicionales sino también la existencia de un verdadero legislativo, un parlamento con competencias. Si bien las Bases de Manresa no tuvieron eficacia legal alguna si fueron un eslabón importante en la evolución del catalanismo. Entre sus reivindicaciones estaban: Cortes catalanas Catalán como lengua oficial. Privilegios financieros y judiciales. Cargos públicos ocupados por catalanes... 3ª. ETAPA (1898-1923) A raíz de la catástrofe colonial de 1898 los hechos se precipitaron, e hizo evidente la necesidad de romper con aquel Estado oligárquico e impotente. La burguesía catalana se separó del marco político de la Restauración y emprendió una vía propia. Se alió con el movimiento nacionalista y creó un partido político de estructura y métodos modernos (La Lliga Regionalista) y comenzó la “movilización política del pueblo catalán”. Este partido tuvo la hegemonía en el movimiento catalanista hasta 1923 a la vez que se iniciaba un catalanismo republicano de izquierdas menos partidario de pactar con los gobernantes de Madrid y que no correspondía ya a los intereses de los burgueses industriales. 2. EUSKADI: La supresión de los fueros dentro de esta línea centralizadora se consideró un ataque a los vascos y no una medida contra los carlistas. Durante los años 80 el carlismo tuvo fuerza en las zonas rurales mientras que las élites de la burguesía se abrían hacia el dominio del mercado peninsular. Con el despegue industrial, el desarrollo urbano, la importante inmigración... se produjo una ruptura socioeconómica y de mentalidades. La publicación en 1892 de “Bizkaya por su independencia” de Sabino Arana sirvió de detonante para los planteamientos y grupos nacionalistas. El P.N.V. se funda en 1897 y lo integran en un principio la pequeña burguesía y profesionales. La gran burguesía se integrará económica y políticamente en el bloque oligárquico central. Al contrario del pactismo catalán, apoyaría la separación del Estado español; era necesario reconstruir en torno a la raza y la lengua las esencias vascas, aislándolas de influencias foráneas. De un fuerismo radical, agrarista y excluyente de la primera época, Arana llegó a flexibilizar su postura articulando un nacionalismo integrador de todos los elementos de la sociedad. Afirmación de la raza vasca. Los inmigrantes no vascos (Maketos) son pobres, inferiores racionalmente y causantes de los males del País vasco. 79 Acuña el término Euskadi: Patria común de los vascos y defiende la independencia de Alava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra. Defensa del catolicismo y sus costumbres. 3. ANDALUCÍA: En Andalucía, aparece el regionalismo a lo largo de casi todo el siglo XIX, en diferentes manifestaciones, aunque es en 1883 cuando en Antequera, los republicanos federales escribían la primera Constitución para los Cantones Andaluces: Primer proyecto político del andalucismo que definía Andalucía como “... soberano y autónomo, organizado en democracia republicana representativa, que no recibía su poder de ninguna autoridad exterior al de las autonomías cantonales que se instituían por pacto...” Los posteriores planteamientos de Blas Infante en El Ideal Andaluz, publicado en 1915, apuntan ya hacia una conciencia nacionalista. Surgen los Centros Andaluces y publicaciones como Bética y Andalucía que propagan el andalucismo. Ya en 1918 los Centros Andaluces convocan el I Congreso Andaluz, que tuvo lugar en Ronda, donde se insiste en la autonomía, se adoptan la bandera blanca y verde, el escudo y el himno de Andalucía. Será durante la Segunda República cuando se luche por conseguir un Estatuto de Autonomía. También hay movimientos regionalistas en Galicia y en Valencia. 4. LA CAIDA DEL IMPERIO COLONIAL Y LA CRISIS DEL 98. LA GUERRA DE MARRUECOS. Introducción A finales del siglo XIX, las grandes potencias se repartieron el planeta sin que surgieran entre ellas grandes conflictos: Conferencia de Berlín (1884-5) y Conferencia de Algeciras (1906). Habían puesto en marcha una gran empresa de expansión a la búsqueda de nuevos mercados o de materias primas sin encontrar una resistencia indígena capaz de paralizar su avance arrollador. Cuando surgían fricciones entre las metrópolis, los diplomáticos se encargaban de crear las normas de actuación en los repartos de territorios. En los últimos años del siglo, comenzaron a proliferar los conflictos entre potencias coloniales, planteando una competencia entre las grandes y las pequeñas y produciéndose una nueva situación internacional. Surgen conflictos entre las potencias coloniales latinas: España, Portugal, Italia y Francia, con las potencias anglosajonas: Gran Bretaña y los Estados Unidos. Esto se resolvería con una redistribución colonial en la que las segundas obtuvieron avances considerables y las primeras sufrieron una importante frustración colonial. 1. EL DESASTRE COLONIAL Y LA CRISIS DE 1.898 Cuba, Puerto Rico, Filipinas y unos cuantos archipiélagos del Pacífico eran los restos del vasto imperio español de antaño. Ya en los años 30 tuvieron un trato especial como zonas de segunda categoría. Incluso los progresistas, en la Constitución de 1.837, les negaban presencia de diputados en las Cortes y les asignaban "leyes especiales". No podía ser de otro modo: la explotación de esos territorios seguía respondiendo al viejo modelo colonial de saqueo y economía de plantación con mano de obra esclava. Allí amasaron inmensas fortunas destacados personajes del liberalismo, empezando por la propia María Cristina. Los convenios internacionales de 1.817 y 1.835, que prohibían el comercio de esclavos, no fueron respetados por España; de manera que a mediados del siglo casi la mitad de la población cubana era esclava. 80 El negocio antillano enriquecía no solo a los hacendados azucareros de la isla, sino también a los harineros de Castilla, los industriales catalanes y los funcionarios y militares que hacían carrera en la isla. Las Filipinas, tan alejadas, estaban controladas en gran manera por la Iglesia; el comercio era escaso y se intentó encontrar comprador para el archipiélago. “Las islas filipinas constituían un residuo colonial poco integrado en la cultura y la economía española. Sin embargo, tenían un gran valor como escalón para una intervención en el Asia continental. De ahí el interés que mostrarían los Estados Unidos por su ocupación".- Inicios del conflicto.- 1ª Guerra Hispano cubana (1868-78): En 1.868 las cosas habían cambiado mucho en Cuba. Las relaciones comerciales con los Estados Unidos iban en aumento y, entre los criollos, se abría paso la idea de la independencia. De modo que un mes después de la Gloriosa, estalló un movimiento declaradamente independentista, dirigido por Carlos Manuel Céspedes. (“grito de Yara” ) "Nadie ignora que España gobierna a la isla de Cuba con una brazo de hierro(...) sino que la tiene privada de toda libertad política, civil y religiosa..." (Manifiesto de Céspedes).En España, no se quería ni oír hablar de cambiar la situación de ultramar. A pesar de los intentos de Prim y los republicanos, después de abolir la esclavitud y establecer un sistema de autonomía y reconocimiento de derechos a las colonias, los hacendados y su grupo de presión, con Serrano a la cabeza, sólo confiaban en la fuerza militar para resolver la rebelión. Diez años duró la primera guerra (algunos historiadores la denominan “Guerra larga”), hasta el Convenio de Zanjón de 1.878, que sólo aplazó los problemas. Sagasta, a partir de 1.883, pretendió realizar algunas reformas, pero era demasiado tarde De 1879 a 1880 tuvo lugar la segunda Guerra, denominada “la guerra chiquita”. 2ª. Guerra (1895-1898). La guerra con Estados Unidos. En 1.895 el grito de "Baire" relanzó la lucha. En febrero, José Martí, a la cabeza del Partido Revolucionario Cubano, con los jefes militares Máximo Gómez y Antonio Maceo, comenzaba la acción insurreccional en la zona de Oriente de Cuba para conseguir la Independencia y sorprendían a los destacamentos españoles. Los acontecimientos desbordaron las previsiones del Gobierno español y cuando Martínez Campos fue enviado a Cuba, la ofensiva cubana se había generalizado. En Filipinas, José Rizal fundó la Liga Filipina con un programa simple, basado en la expulsión de los españoles, de las órdenes religiosas y en la confiscación de sus latifundios para así lograr la independencia. El general español Polavieja capturó y ejecutó a Rizal, pero un nuevo líder, Emiliano Aguinaldo, mantuvo la insurrección obligando al gobierno español a mandar más soldados. En Madrid, un periódico -El Resumen- publica un editorial criticando a los tenientes que no se presentaban voluntarios para ir a la guerra. Los jóvenes oficiales reaccionaron asaltando y destrozando la redacción del periódico. Como otro periódico - El Globo- diese cuenta del suceso, la agresión vandálica se repitió contra ese periódico. Por primera vez, el militarismo como grupo de presión hacía su aparición en España. Mientras tanto, en Cuba, muerto José Martí en acción militar, la guerra continua y en la primavera de 1896 había ya unos 140.000 soldados españoles. Pero el ejército español veía disminuir su número más que por las acciones militares, por la mortandad sembrada por la fiebre amarilla y otras enfermedades. ( En 1897 se producen 25.100 bajas por enfermedad). 81 Cánovas pidió a Martínez Campos que reconcentrase a las poblaciones en campos de alambradas, que fusilase, que emplease el terror. Martínez Campos no quiso y fue sustituido por el general Weyler, que reconcentró en campos a la población cubana en condiciones espantosas, donde morían sin cesar. La opinión pública española, manipulada por los medios de comunicación no comprendió el alcance del problema. Sólo algunos intelectuales (como Unamuno, Pi y Margall y Joaquín Costa) , el Partido Socialista ( su consigna era “o todos o ninguno “) y algunos grupos anarquistas se oponen a la guerra. Los medios de comunicación de España reaccionaron de manera ligera e irresponsable, así como las clases medias que se manifestaban por las ciudades gritando “A New York”. La posición de la población española puede resumirse en dos convicciones: 1. La creencia de que Cuba es un trozo de tierra española. Sagasta decía: “España está dispuesta a sacrificar hasta la última peseta de su Tesoro y hasta la última gota de sangre del último español antes que consentir que nadie le arrebate un pedazo de su territorio”. 2. La creencia en la victoria en caso de guerra. Creencia que provocó un nacionalismo vociferante, que explica tras la derrota las reacciones de amargura. El año 1898 se presentó cargado de tristes presagios: El informe del presidente americano Mc Kinley ante el Congreso (11 de abril) fue amenazador. En Febrero de 1898 se realiza la última propuesta de venta de Cuba a Estados Unidos por 300 millones de dólares, más 1 millón para los mediadores españoles, a los que se intentaba sobornar. Al rechazar España estas propuestas los Estados Unidos van a la guerra. Para algunos historiadores en la decisión bélica confluyen tres tipos de motivaciones para USA: 1. Psicológicas: influencia decisiva que ejerció la prensa sensacionalista, creando un estado de opinión antiespañol. La campaña en Estados Unidos, animada por el secretario de Estado de Marina, Teodoro Roosevelt y por gran parte de la prensa, controlada por Hearst, encaminaba a la población a intervenir militarmente en Cuba. La prolongada presencia del Crucero norteamericano Maine en el puerto de La Habana acabó con su extraña explosión y hundimiento (15-Febrero-1898) que costó la vida a su tripulación (curiosamente casi todos los oficiales estaban en una fiesta en la ciudad). Todo parece indicar que hubo una sola explosión en el interior del barco, es decir, el hundimiento fue un accidente. En cualquier caso fue el pretexto para intervenir en la guerra cubana. Tras dos ultimátums, el 25 de Abril el Congreso de Estados Unidos declara formalmente la guerra a España. 82 2. Humanitarias: en Norteamérica se argumentó la ayuda humanitaria a los cubanos. En Europa se acogió con ironía esta argumentación. Para muchos el apoyo a la libertad cubana era sólo un pretexto. Los Estados Unidos, a pesar de su pretendido humanitarismo, vieron en las posesiones españolas la posibilidad de su expansionismo y su avance agresivo en el dominio del Caribe y en el control del comercio con el lejano Oriente. 3. Económicas: en un periódico de Nueva York se escribía: “la guerra en que hemos intervenido ha sido, eminentemente, una guerra económica, provocada por fuerzas comerciales, financieras e industriales.” Ya hacia 1880, los Estados Unidos eran receptores del 90% de las exportaciones cubanas, y esta circunstancia produjo roces con la administración española. En la década de los años 90. España impuso una elevación de los aranceles a la entrada de los productos norteamericanos en la isla, y el gobierno McKinley respondió con el aumento de los derechos de entrada al tabaco y el azúcar cubanos. La oligarquía cubana exigió, entonces, negociar un tratado comercial favorable a sus intereses con la potencia del Norte y éste se materializó, al fin, en el acuerdo Foster-Cánovas. De tal modo, la guerra de independencia, iniciada por los cubanos, vino a coincidir con el creciente interés de Estados Unidos por controlar la economía de una isla donde había volcado ya cuantiosas inversiones. El control de una isla estratégica, cuyos puertos se consideraban vitales para la flota de USA. La guerra hispano-norteamericana demostró la superioridad militar del ejército americano, mejor equipado, con armamento muy superior: cascos de madera de los barcos españoles frente el blindaje de acero de los buques americanos, alcance de tiro muy superior en los cañones americanos. Los combates por tanto se reducían a un ejercicio de tiro al blanco por parte de la flota americana. La guerra tuvo dos escenarios: el archipiélago filipino (Cavite y Manila) donde es destruida la flota española del Pacífico (1 mayo), y en el Caribe (Santiago de Cuba) donde el almirante español Cervera recibe la orden insensata de salir a combatir (“ con la conciencia tranquila voy al sacrificio”). El 5 de Julio los buques españoles son hundidos por los cañones norteamericanos. El balance fue 350 muertos y 1600 prisioneros españoles frente a un muerto y dos heridos por parte americana. Ante los desembarcos en Filipinas, Cuba y Puerto Rico, el gobierno español, carente de barcos y de medios bélicos, solicita el armisticio. Las negociaciones de paz llevadas a cabo en París, con la exclusión de los cubanos, acaban con el Tratado de París (12 diciembre de 1898) : España tiene que ceder a Estados Unidos Puerto Rico, Guam y otras 83 Islas de las Indias occidentales, transferir las Filipinas mediante una compensación de 20 millones de dólares y renuncia a todo derecho en Cuba. España vendió a Alemania en 1899 los archipiélagos de Las Marianas, de Las Carolinas y de Las Palaos y a USA algunas islas del archipiélago Joló. CONSECUENCIAS DEL "DESASTRE DEL 98".1. Consecuencias para EE.UU La muerte de José Martí afianzó, con Estrada Palma como Presidente de Cuba, una tendencia pronorteamericana en la oligarquía azucarera de la isla... Con la retirada española por el Tratado de París, Cuba y Puerto Rico quedaron a la hegemonía de la nación vencedora en el Caribe. La imposición de la enmienda Platt le aseguró también la posibilidad de intervenir directamente en los asuntos internos y en la política exterior de Cuba. Bajo la presidencia de Estrada Palma, también el comercio y la economía de la isla quedaron en manos norteamericanas. La ocupación militar durante cuatro años (1898-1902) fue rubricada por ocupaciones posteriores. Para Teodoro Roosevelt, los Estados Unidos, por propia seguridad, no podían permitir que los europeos adquiriesen nuevas posesiones en América Latina, y mucho menos en el área del Caribe. Por tanto, antes de dar ocasión para ello, los Estados Unidos, intervendrían militarmente para someter al país en cuestión a un proceso de saneamiento económico y de organización política. De ese modo el “corolario” se convirtió en aporte fundamental de la política general norteamericana en el Caribe. El caso de Cuba es el primero y precursor de esta política. 2. Consecuencias del "desastre del 98" para España. Las consecuencias rebasaron la liquidación colonial y aún la de un fuerte impacto en la economía española que perdió su mercado reservado. Una derrota tan profunda como inesperada puso al descubierto de modo brutal el atraso social y económico que sufría la España de la Restauración. 1. Los Regeneracionistas: Las mejores mentalidades del país se plantearon de modo crítico la problemática general de la Nación como paso previo para emprender una "regeneración" salvadora. La máxima figura del regeneracionismo fue Joaquín Costa, que defendió la concentración de todos los esfuerzos en una gran obra económica y educativa para sacar a España de su atraso. 2. El Revisionismo del sistema canovista: Las ideas regeneracionistas afloraron también en el terreno político. El nuevo jefe del partido conservador, Francisco Silvela, formó gobierno en 1.899. Presentó un programa de intensa acción económica, tributaria, militar y de descentralización. Pero estos propósitos no pudieron cumplirse, y en 1.902 Sagasta volvió al poder, utilizando los viejos métodos electorales. 3. La Generación literaria del 98: Escritores como Unamuno, Azorín, Baroja, Antonio Machado etc. critican a los políticos a los que hacen responsables de la derrota e intentan sacudir la conciencia colectiva de los españoles. Critican el atraso de España con Europa. Critican el alejamiento entre la política oficial y la vida real e intenta buscar las señas de identidad nacional. 4. Los Reformadores de la Educación: En coincidencia con los regeneracionistas los hombres de la Institución libre de Enseñanza consideran que sólo una reforma profunda de la educación puede salvar al país. 84 5. Por su parte el ejército quiere rehacer su prestigio, disminuido por el desastre del 98, en la campaña de Marruecos. Pero este "ejército colonial" se siente cada vez más alejado de los problemas importantes de la Nación, aproximándose a la Corona y a las clases elevadas. Entre los oficiales y jefes se extiende la opinión de que el obrerismo y el regionalismo son la causa de "los males de la patria". En resumen 1898 supone la pérdida definitiva del imperio colonial español y el inicio, como gota de aceite, del imperialismo americano. 5. LA GUERRA DE MARRUECOS. Antecedentes del problema marroquí.España, además de perder sus antiguas colonias a manos de Estados Unidos, poco había obtenido en el reparto colonial de la Conferencia de Berlín. Sus posesiones se limitaron a Río de Oro (antiguo Sahara español), Guinea Ecuatorial y la isla de Fernando Poo. Tras la Conferencia de Algeciras (1.906), obtuvo el Protectorado del Norte de Marruecos. "La concepción de Protectorado corresponde a la de un país que conserva sus instituciones, se gobierna y administra a sí mismo con sus órganos propios, bajo el simple control de una potencia europea, que le sustituye en la representación exterior, se hace cargo de la administración del ejército y de las finanzas y le dirige en el desarrollo de su economía. Lo que domina y caracteriza a esta opción es la fórmula control, opuesta a la fórmula administrativa directa". Los intereses de España en la zona eran varios: Estratégicos: Se trata de estar en la otra orilla del Mediterráneo con el fin de salvaguardar las espaldas. España había sido desde la segunda mitad del siglo XVIII uno de los países de Europa más ligados a Marruecos por tratados y convenios. La política española había tenido tres objetivos principales en el Norte de África: consolidar la paz y la amistad entre pueblos ribereños, fomentar el intercambio comercial marítimo y mantener acuerdos con el sultán a fin de garantizar la seguridad de los presidios de Ceuta y Melilla. 2. Económicos: Explotar los recursos mineros e invertir en la construcción de ferrocarriles, puertos, obras públicas. Se formó, en 1908,1a Sociedad Española de Minas del Rif (hierro y plomo) y la Compañía Norteafricana; núcleos de españoles se fueron asentando en Ceuta y Melilla y posteriormente en Tetuán, Tánger, Larache. Formaron un grupo de presión, que unidos a los intereses de algunos grupos de políticos hicieron todo lo posible porque España siguiera con su política intervencionista en Marruecos. 3. Política de prestigio: Recuperar el prestigio perdido en 1898. Surgen dentro del ejército los llamados "Africanistas": jefes y oficiales que van acentuando su distanciamiento de la sociedad civil y que son partidarios de la intervención del ejército en la vida pública del país. Son acérrimos defensores de mantener y ampliar los territorios españoles en el Norte de África. La iglesia también vio la posibilidad de evangelización. 1. Los acuerdos internacionales entre Francia, Inglaterra y Alemania habían llevado a lo siguiente: Alemania logró la declaración de Tánger como ciudad internacional. Inglaterra veía con buenos ojos que el norte de Marruecos perteneciera a España. Francia y sobretodo Alemania no dominarían al otro lado del Peñón de Gibraltar. 85 Francia dominaba todo el oeste del norte de África, quedando el este de África para Inglaterra. Todo esto quedó reflejado en la Conferencia de Algeciras de 1.906. Por acuerdo hispanofrancés quedaron marcadas las zonas de influencia o protectorados de cada uno de los dos países, reservándose Francia el derecho a la representación exterior, en calidad de potencia superior. Muchos consideraron el protectorado español como un subarriendo hecho por Francia a una potencia menor (España) y que evitaba conflictos con otras grandes potencias europeas. La guerra de Marruecos. La zona del Protectorado Español era una estrecha franja de unos 20.000 km. que se extendía desde el océano Atlántico hasta el río Mululuya al este, en la frontera argelina; y desde el Mediterráneo al norte hasta el río Werga al sur. Secularmente indómito a la autoridad del Sultán, era un erial montañoso y abrupto en el centro y sur, con áridas llanuras en el este y algunas zonas de labor en la costa atlántica. Tan sólo Larache y Tetuán eran ciudades importantes. Tánger estaba sometida a una jurisdicción internacional. No había comunicaciones terrestres en el territorio, y el movimiento entre ambos extremos del Protectorado había de hacerse por mar. La mayor parte de la población, cuyo total podía estimarse en unos 700.000 habitantes, eran cábilas rurales que vivían en míseros poblados y pobres asentamientos. Hay que tener en cuenta que el imperio marroquí era un estado musulmán con una serie de poblaciones insumisas y con un gran espíritu independentista y tribal: rífenos al norte, beréberes en la zona del Atlas, tribus del desierto. Frente a los africanistas una gran parte del país pedía el abandono de los territorios del Norte de África. La crisis de 1898 había sensibilizado a la población de manera muy negativa: Los trabajadores habían sido auténtica carne de cañón y en consecuencia los principales víctimas de la guerra. El antimilitarismo había arraigado en la clase obrera y en las dos fuerzas sindicales: los anarquistas y los socialistas. Estaban en contra de la guerra: Los Regeneracionistas que estaban en contra de cualquier campaña exterior. El movimiento obrero: "Protestamos contra el envío a la guerra de ciudadanos útiles a la producción y, en general, indiferentes al triunfo de la cruz sobre la media luna, cuando se podían formar regimientos de curas y de frailes que, además de estar interesados en el éxito de la religión católica, no tienen familia, ni son de utilidad alguna para el país". "... obligar al Gobierno a respetar los derechos que tienen los marroquíes a conservar intacta la independencia de su patria". La semana trágica de 1.909 El desastre de Cuba y Filipinas había significado el fin del Imperio colonial. El ejército y su prestigio salieron bastante malparados de aquella coyuntura. Ya se ha comentado la desproporción existente entre el número de oficiales y el de soldados: en 1900 había 471 generales y cerca de 25.000 oficiales para un número total teórico de 80.000 soldados. Los bajos sueldos y la carencia de perspectivas daban lugar a que un buen número de oficiales viesen positivamente la alternativa de una guerra en el norte de África. A partir de la Conferencia de Algeciras, la intervención española en Marruecos, de acuerdo con Francia, dio lugar a la movilización de reservistas y a continuos combates. La pacificación de Marruecos se había convertido en una guerra larvada, que gravó los presupuestos españoles y que provocaba continuas bajas al ejército. La guerra de guerrillas, realizada por los rífenos, hizo que España nunca tuviera todo el territorio bajo su control. 86 El día 9 de julio de 1909 se produjo un ataque de los rífenos a un grupo de obreros españoles que construían un puente para el ferrocarril minero a unos tres kilómetros de los límites de Melilla. El resultado fue de 4 ó 6 obreros muertos (en esto difieren las distintas fuentes consultadas) y un número importante de heridos. Los militares españoles emprendieron una acción de represalia persiguiendo a los agresores. El gobierno español fue inmediatamente presionado por los intereses económicos mineros españoles, representados por el conde de Romanones y por Juan Antonio Güel, así como por los franceses, que amenazaban con intervenir en la zona si España no era capaz proteger los intereses nacionales franceses, representados por la mayoría de capital francés de la Compañía del Norte de África. La reanudación de los trabajos creó una situación de conflicto que dio pie a España a intervenir militarmente en la zona, dando lugar a lo que se ha dado en llamar la Campaña de Melilla. Las escaramuzas se sucedieron ininterrumpidamente entre las tropas españolas y rifeñas durante la segunda quincena de julio con resultados alternativos. Pero el día 27 de julio de 1909 se produjo la derrota española en el Barranco del Lobo. Los rifeños se refugiaron en la cima del monte Gurugú, cercano a Melilla. Los españoles recibieron la orden de desalojarlos de esa posición con gran desconocimiento de lo abrupto y escarpado del terreno. Allí se vieron expuestos al fuego de los rífenos y sin apenas opciones de escapar. Se produjo un desconcierto total y como resultado de la confusión murieron entre 1000 y 1500 soldados, entre ellos el general Pinto, que estaba al mando de la expedición y un tercio de la oficialidad. A pesar de la contestación popular, alimentada tras conocer el desastre del Barranco del Lobo, el gobierno continuó la movilización de tropas y acumuló en Melilla un ejército de 40.000 soldados. En el mes de septiembre las tropas españolas tomaron el Monte Gurugú, liberando a Melilla de la presión de los rífenos. Tras este fracaso de 1909, se entró en lo que en círculos diplomáticos europeos se denominaba el "avispero marroquí" y en España se llamaba "guerra de Melilla". En la península, el 11 de julio comenzó el envío de tropas de refuerzo. El gobierno presidido por Maura decidió alistar a los reservistas de 1903 y 1904, muchos de ellos casados y con hijos, convocándoles en el puerto de Barcelona. La movilización de los reservistas provocó una insurrección social en Barcelona y en otras localidades catalanas dando origen, junto a la conjunción de otros factores, a la llamada Semana trágica. La movilización de los reservistas provocó la intensificación de la campaña antibelicista con mítines de protesta en distintas ciudades. Los soldados pertenecían en su mayor parte, a los sectores más deprimidos del proletariado urbano. Las clases populares estaban obligadas a defender militarmente los intereses de la oligarquía, porque no disponían de las mil quinientas pesetas necesarias para eximir a sus hijos del servicio militar. (" Hijo de quinto sorteado, hijo muerto y no enterrado"). El domingo, 18 de julio, cuando los soldados estaban a punto de embarcar en el puerto de Barcelona, varias señoras de la aristocracia intentaron entregarles escapularios, 87 medallas y tabaco. Aquella acción provocó los primeros tumultos populares. El ambiente estaba cargadísimo y junto a la propaganda de las organizaciones obreras se destaca la de los catalanistas republicanos y mucho más la de los radicales. Se forma un Comité de Huelga con representantes de los grupos anarquistas, de la Federación socialista y de las sociedades obreras y se fija la huelga general para el día 26. El lunes, 26 de julio, la huelga fue total: comenzó en Barcelona y en otras localidades catalanas una huelga general de protesta contra la guerra y contra la actuación del Gobierno. Pero la protesta fue tomando un carácter insurreccional no previsto inicialmente. En distintos lugares, los huelguistas tomaron prácticamente las ciudades, se levantan barricadas en las calles y se producen enfrentamientos con la Guardia civil y el Ejército ("Estado de Guerra"). Lo que comienza siendo una huelga de protesta contra la política marroquí se convierte en la ocupación de una gran ciudad por las masas. De la protesta antibelicista se pasó a la protesta anticlerical, al incendio generalizado de iglesias, conventos y escuelas religiosas (Fueron incendiados ciento doce edificios, de los que ochenta eran religiosos). Con la llegada de tropas de refuerzo, carentes de dirección y de objetivos y separada del resto del país, la revuelta inicia su declive, siendo sofocada el 31 de julio. Durante los sucesos hubo tres muertos entre la tropa y 82 entre los paisanos. La represión de Maura fue durísima y totalmente arbitraria: cinco personas fueron ejecutadas, 59 condenadas a cadena perpetua, 175 sufrieron destierro, se clausuraron los sindicatos y las escuelas laicas... El 13 de octubre fue fusilado Ferrer Guardia, acusado sin pruebas de ser el principal responsable de la rebelión. Las protestas de la izquierda española y las manifestaciones en diversas capitales europeas acabaron precipitando la caída del Gobierno Maura. A continuación formará gobierno Canalejas, hasta que en 1.912 muere asesinado por un anarquista. EN EL BARRANCO DEL LOBO En el Barranco del Lobo hay una fuente que mana sangre de los españoles que murieron por la patria. ¡Pobrecitas madres, cuánto llorarán, al ver que sus hijos en la guerra están!. Ni me lavo ni me peino ni me pongo la mantilla hasta que venga mi novio de la guerra de Melilla. Melilla ya no es Melilla, Melilla es un matadero Donde se matan los hombres Como si fueran corderos. El desastre de Annual de 1.921.A partir de 1.920 las cábilas rifeñas encontrarán en Abd-el-Krim el líder que supo unirlas y utilizar la guerrilla como desgaste del ejército español. Existían dos comandancias, la occidental en Ceuta y la oriental en Melilla, separadas por la Bahía de Alhucemas. Dámaso Berenguer, alto comisario, conquistó en el oeste la ciudad de Xauen. En Melilla estaba el general 88 Silvestre, que sin contar con el estado mayor y con Berenguer decidió dominar Alhucemas, pero sufrió una gran derrota en Annual en 1.921. Las tribus de Abd-el-Krim causaron más de 12.000 bajas y se apoderaron de 14.000 fusiles, 1.000 ametralladoras y 115 piezas de artillería. En pocos días se perdieron 5.000 kilómetros cuadrados y la propia Melilla estuvo en peligro. A Silvestre lo mataron o se suicidó. El general Berenguer comenzó a reconquistar el territorio pero fue sustituido por Burguete, quién puso en marcha una política de soborno a las cábilas. Jóvenes oficiales que habían hecho su carrera militar durante esos años, como Millán Astray (fundador de la Legión), Franco o Sanjurjo, se opusieron a estas actitudes. Eran la representación de los “guerreros” y planteaban la guerra hasta la victoria final. Después de Annual se exigieron responsabilidades e, incluso, se insinuó la del propio Rey (mensajes de aliento que habría enviado Alfonso XIII a Silvestre incitándole a actuar en contra de lo convenido con Berenguer). Se encargó al general Picasso abrir un expediente gubernativo que clarificara los hechos y determinar responsabilidades. Se generalizaron las protestas de los partidos políticos. En estas circunstancias, el Rey dio el beneplácito al golpe de estado del general Primo de Rivera, capitán General de Cataluña, en Septiembre de 1.923.