Sabiduría ancestral del tiempo: Huehuetiliztli. El ciclo de 52 años en los constitucionalistas de la ELD. Por Francisco Javier Villalón Ezquerro Manuel Herrera y Lasso, Francisco Javier Gaxiola Ochoa y Elisur Arteaga Nava y los 52 años en el sino de Marzo, como inicio del calendario mesoamericano. En marzo tenemos la oportunidad de traer a la mente con afecto personajes de la historia de la Escuela y del presente en acontecimientos ligados. Este 25 de Marzo la muerte de don Manuel Herrera y Lasso a los 52 años de haber iniciado su primer curso como titular de la materia, ciclo del tiempo que como huella de discípulo emulan también este mismo marzo de 2015 y en un espaciamiento de un novenario de Díaz, con el cumplimiento respectivo de periodos de 52 años por un lado, el que fuera Presidente del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados y de la Academia mexicana de jurisprudencia y legislación don Francisco Javier Gaxiola Ochoa, muerto a los 52 años de que inició a dar la cátedra de Derecho Constitucional en la ELD en 1963 diez días antes del 27 de marzo, que hubiera sido su noventa cumpleaños, pues nació en 1925. Y este mes de marzo nuestro gran maestro, afortunadamente vivo y en pleno dinamismo de su actividad académica y su generosidad con la Escuela, don Elisur Arteaga cumplió también 52 años de recibido, pues su examen profesional fue el 18 de marzo de 1963. Un ejemplo práctico de lo que es la Sabiduría ancestral del tiempo en México. El ciclo de 52 años, el llamado siglo mesoamericano no sólo es una medida del largo tiempo sino una medida de vida humana, la confluencia entre 13 atados de años con su respectivo bisiesto final, los trece días añadidos. Resulta curioso constatarlo como medida de vida, de logro, de realización hacia la huehuetiliztli, la plenitud. El sucesor del Maestro don Emilio Rabasa en su cátedra fue Manuel Herrera y Lasso, muerto un día como hoy, 25 de marzo de 1967. Su primer curso completo que dio fue en 1915, aunque había dado parte del curso de 1914 sustituyendo a Ezequiel Chávez, Rector de la Universidad Nacional de México que daba clase en la Escuela Libre de Derecho ese año, el primero de los dos períodos en que fue Rector de la Universidad. Chávez sustituyó a su vez otro gran profesor, que como él fue dos veces Rector de la Universidad Nacional de México, al Maestro Fundador de la Escuela Libre de Derecho – así lo pongo por su dimensión- Antonio Caso, que dio el primer curso de Sociología en la ELD. De esa dimensión de sustitución y reconocimiento inusitado fue el nombramiento de Manuel Herrera y Lasso como profesor de Sociología aún siendo alumno de quinto año de la Escuela. Rabasa, otro gran Sociólogo, además de extraordinario jurista daba clase de Derecho Constitucional y al morir en 1930 su sucesor de Cátedra fue don Manuel Herrera y Lasso. En los años sesenta se daría finalmente su sucesión en su cátedra y la creación de un segundo grupo de Derecho Constitucional. Afortunadamente el continuador de la tradición constitucional en cuanto sucesor tanto de la cátedra del Maestro Herrera y Lasso, del pensamiento de Don Emilio Rabasa y de la escritura de Tena Ramírez, el triunvirato constitucional de la Escuela Libre de Derecho don Elizur Arteaga Nava, sigue con nosotros renovando no sólo dicho estudio constitucional sino también la pedagogía de la Enseñanza del mismo. Al mencionar a tan grandes maestros en esta materia no puedo evitar citar a otro que fue de sus últimos de Herrera y Lasso y discípulo también muy querido de don Manuel, Fernando Vázquez Pando, muerto hace 20 años. ¿Coincidencia de los dos discípulos nuestros maestros, con su maestro don Manuel Herrera y Lasso? Más allá de ello, la de los tres discípulos, Y la de generación de generaciones por 52 años. Don Manuel, el maestro de ellos fue discípulo de don Emilio Rabasa, fundador de la Escuela Libre de Derecho, muerto siendo su Rector en 1930, a los 52 años de vida. Tal como el acmé griego -tiempo de plenitud- la medida de 52 años señala no la muerte, sino el logro y la realización, el modelo del tiempo de vida. Tal como era el Acmé griego (άκμή) que significa la punta de un objeto, el filo del mismo, culmen de vida, momento de plenitud y máximo esplendor, el tiempo del florecimiento que los latinos señalan con otro término equivalente "floriut" tiempo de florecimiento y los mesoamericanos la Huehuetiliztli, la sabiduría ancestral del Senex. Tengámoslos presentes. Y de Felipe Tena Ramírez larga vida -95 años- cumple también, en su propia obra de texto de Derecho Constitucional y en su libro "La Constitución de 1857 y el Pensamiento Liberal Mexicano" le atañe, pues el objeto amado de sus estudios, la Constitución de 1857, cumplió su centenario el mismo año que Felipe Tena Ramírez, nacido en 1905. cumplia los 52 años. Feliz coincidencia o mnemotécnia, en el fondo nos hace meditar sobre el legado que constituye México en uno de sus puntos centrales, la consideración del tiempo. y de los maestros. Hemos perdido la consideración del tiempo y de sus ciclos en el Derecho Constitucional y otros estudios puesto que nos proyectamos a una secuencia sin consideración del ciclo y de su evolución sabia. Recuperemos esa dimensión constitucional de nuestra historia.