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II ENCUENTRO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN DE COOPERADORES PAULINOS DE MÉXICO (ACP)
«San Pablo comunicador y Jesucristo perfecto comunicador»
Por P. Víctor Ortega Covarrubias, ssp
Los días 11 y 12 de junio de 2011, se llevó a cabo el II Encuentro Nacional de la ACP en la
ciudad de Celaya, Gto. Dicho evento tuvo lugar en el Templo de la Cruz. Participaron 50
Cooperadores y 10 invitados de la Familia Paulina (Anunciatinas, Gabrielinos, Santa Familia,
Pías Discípulas y Pastorcitas). Los Cooperadores de Celaya dieron la bienvenida con una
sabrosa comida; enseguida se realizó una dinámica de presentación y después el P. Víctor
Ortega Covarrubias, Delegado de la ACP, leyó una carta que el P. Faustino Hernández
Estévez, Superior Provincial, dirigió a todos los Cooperadores allí reunidos.
El primer día el P. Juan Manuel Galaviz Herrera expuso al tema de «San Pablo
comunicador». Nos habló de Las 7C de san Pablo: 1) como Comunicador Vital, por ser alguien
quien vive lo que transmite; 2) llega al Corazón de sus destinatarios; 3) va a los grandes
Centro urbanos; 4) llega a las Culturas: se incultura y se hace todo a todos; 5) tuvo
Colaboradores (Cooperadores); 6) la Continuidad ya que de nada sirve un discurso aislado si
no hay constancia; y 7) comunica a Cristo.
San Pablo es un comunicador del Evangelio, logra hacer vivo el medio; es decir, más
vale escribir un libro nacido de la vida y de la experiencia que sólo comercializar libros. Es
una persona que logró identificarse con la gente: son mi gente, soy yo en ellos. El apóstol
Pablo a donde iba se entregaba plenamente sirviendo a los demás. Por tanto podemos decir
que, es un gran comunicador por ser una persona que logra hablar desde el corazón,
predicando con valentía, coherencia y amor.
El segundo día se inició con la oración que la Hna. Isabel Coss, pddm, dirigió.
Posteriormente se tuvo la segunda ponencia con el tema «Jesucristo, Perfecto
Comunicador» a cargo del P. Víctor Ortega Covarrubias, quien enfatizó que el mismo Cristo
con su vida se presentó como el perfecto “Comunicador”. Su más íntima naturaleza es
una entrega de sí mismo por amor; una comunicación de espíritu y vida. El vínculo entre
Dios y el hombre y el hombre y Dios se llama Jesucristo, que une y ensambla
maravillosamente las dos naturalezas a través de la carne. Con Él culmina la comunicación de
Dios con el hombre. Es decir, Jesucristo es la plenitud de la comunicación, desplazando de una
vez para siempre, el estigma de la incomunicación por el pecado.
No es sólo comunicador en persona, sino que mediante ella, trae consigo un
maravilloso Mensaje. No hay mensajero sin mensaje ni mensaje sin mensajero, las líneas
vertebrales y reveladoras del mensaje de Jesús son las siguientes: a) Que somos hijos de
Dios, b) Que somos libres, c) Que estamos destinados a la felicidad y d) Que la Buena
Noticia es sobre todo, para los pequeños, los marginados y los pobres.
La comunicación a la manera de Cristo ha de ser dialogante, valiente e inculturada con
gestos y palabras, pero sobre todo, con la vida. No descartando el riesgo de que el mensaje, a
primera vista, fracase. El modelo más concreto y perfecto de toda auténtica comunicación
humana nos lo dio Jesús al facilitarnos vías de restauración comunicacional con el Padre, con
el mundo y con los hermanos.
El encuentro finalizó con la evaluación, la Eucaristía, la comida, la bendición y
despedida.
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