Santa Fe 2015 FESTIVALES por Maria Nockin Salome Después del estreno de esta ópera de Richard Strauss, el Kaiser Wilhelm dijo que el compositor se haría un tremendo daño con esta pieza. Más tarde, Strauss comentó que, como resultado de ese tremendo daño, ¡pudo construir su lujosa villa en Garmisch! La producción de la Ópera de Santa Fe, basada en la obra dramática de Oscar Wilde, vista por esta corresponsal el pasado 31 de julio, hizo uso de la orquestación completa de Strauss, a la que pudo sobrevolar el elenco de poderosas voces que se reunió para la ocasión. La producción de Daniel Slater ubicó la acción en la época del estreno de la ópera, a comienzos del siglo XX en Europa. Utilizó bien los recursos de la compañía e incluyó algunos aspectos freudianos ad hoc para el periodo en el que tanto el compositor como el psicoanalista vivieron. William Burden (Podestà) y Laura Tatulescu (Serpetta) en Santa Fe Fotos: Ken Howard La finta giardiniera Mozart compuso esta obra en 1775, cuando apenas tenía 18 años de edad, por lo que es una de sus óperas tempranas. Aunque la Ópera de Santa Fe ha producido una gran cantidad de sus obras, éste es el primer año en que programa La finta giardiniera, dado que reunió un elenco técnicamente capaz de abordarla. En la función del 29 de julio, el director Tim Albery hizo que se comprendiera fácilmente la comedia de enredos al tiempo de mostrar las acciones de los amantes disparejos y los personajes disfrazados en una escenografía evocativa de Hildegard Bechtler. El vestuario de época diseñado por Jon Morrell contribuyó mucho al interés visual de lo que ocurría sobre el escenario. Al iniciar la ópera, la elegante corte del Tetrarca Herodes está cenando esplendorosamente dentro de una caja movible diseñada por Leslie Travers, que más adelante se convertirá en la prisión de Jochanaan. Aquí, el barítono Ryan McKinny es un profeta decimonónico que escribe sus pronunciamientos en hojas de papel. El Narraboth del tenor lírico Brian Jagde contrastó con la voz grave del profeta, en tanto que Megan Marino cantó algunas buenas notas graves como el Paje. Michaela Martins fue una Herodias muy humana, en tanto que Robert Brubaker fue un carismático Herodes de voz enorme. Los miembros del estudio de ópera de Santa Fe interpretaron los roles pequeños de los judíos y nazarenos. Dado que la voz de Alex Penda ha crecido considerablemente en volumen, esta soprano conocida por su coloratura en roles belcantistas ha comenzado a mudarse a un repertorio más dramático. Salome requiere la resistencia de una soprano wagneriana, y la poderosa voz de Penda cortó la enorme orquesta de David Robertson como si fuera mantequilla. Heidi Stober encantó al público como el falso jardinero que en realidad es una mujer de la nobleza. Eventualmente hizo pareja con el tenor Joel Prieto, en el rol del Conte Belfiore, quien igualó la pirotecnia vocal de la soprano. Como el Podestà, William Burden proyectó su voz con claridad tonal. La talentosa Susanna Philips fue una elegante Arminda que supo acometer la difícil música de su parte. Eventualmente, ella encontró el amor en los brazos del caballero Ramiro, interpretado por la opulenta mezzosoprano Cecelia Hall. La caracterización más interesante fue la que hizo la soprano Laura Tatulescu de Serpetta, la ama de llaves. Eventualmente, también, ella se dio cuenta de los méritos de aliarse con Nardo, interpretado por Joshua Hopkins. Nada en la música de la lectura que de La finta giardiniera hizo Harry Bicket alcanzó el nivel de sofisticación del Mozart posterior, pero esta versión recortada de la obra temprana del salzburgués tiene su encanto. noviembre-diciembre 2015 Alex Penda como Salome pro ópera Esta princesa de Judea fue caracterizada como una adolescente con problemas en vez de como un adulto hambriento de sexo. Tampoco se desnudó mientras bailaba la danza de los siete velos, coreografiada por Seàn Curran. Pero vemos, en cambio, el asesinato de su padre y, por implicación, el abuso sexual al que la ha sometido su padrastro. Sin duda la mejor Salome que he visto en la última década. Tonio lo cantó Alek Shrader, con todo y los nueve Do de pecho de ‘Ah! Mes amis’, que se escucharon por encima de una orquesta particularmente estridente. La mezzo Phyllis Pancella fue una arrogante Marquesa que oculta el origen de Marie, y el bajo Kevin Burdette mostró su considerable poder vocal como Sulpice. Calvin Griffin, de voz oscura, fue un presumido Hortensius, y la inimitable Judith Christin una encantadora Duquesa. La directora coral Susanne Sheston reunió a un grupo de miembros del estudio de ópera para su ensamble, que tuvo buen sonido, y la concertadora italiana Speranza Scappucci dirigió con gestos muy precisos y fáciles de seguir. Rigoletto Anna Christie como Marie en La fille du régiment La fille du régiment La Ópera de Santa Fe estrenó su primera producción de esta deliciosa comedia de Gaetano Donizetti el pasado 2 de agosto, que se presentó con diálogos traducidos del francés al inglés. La propuesta de Ned Canty mantiene a sus personajes en constante movimiento, aun cuando otros personajes están cantando. Dado que la acción ocurre en la Suiza Tirolesa durante las guerras napoleónicas de comienzos del siglo XIX, la escenografía de Allen Moyer para el primer acto fue una enorme pila de muebles viejos colocados como barricada para impedir el acceso del ejército invasor. Para el segundo acto construyó una hermosa mansión, y sus vestuarios incluyeron uniformes gastados y vestidos de estilo imperial en colores pastel. Anna Christie fue una Marie vivaz, mientras que su pretendiente El 4 de agosto, la Ópera de Santa Fe presentó la versión actualizada del monumental Rigoletto del director Lee Blakeley. Ubicado a mediados del siglo XIX, los angustiantes diseños escenográficos de Adrian Linford nunca se mostraron en la perspectiva correcta. Sus vestuarios estaban bien pensados, pero, sobre todo en el caso del protagonista, no tienen contraste. Ni Georgia Jarman como Gilda ni Bruce Sledge como el Duca tuvieron vestuario espectacular. Esta función, pues, puso el énfasis en el canto. Como Rigoletto, Quinn Kelsey mostró su voz grande y exquisita con un timbre inconfundible de barítono verdiano. Su sonido es distintivo y tiene una amplia gama de colores que muestra conforme sube y baja la escala. La voz de Jarman también es grande y flexible. Sledge, un tenor belcantista con agudos poderosos, programado para cantar sólo unas cuantas funciones, conservó su voz prístina durante toda la corrida. Como Monterone, el bajo Robert Pomakov cantó con un dejo de maldad. Peixin Chen fue amenazante como Sparafucile, pero sus notas graves sonaron algo distantes. Como su hermana, Maddalena, Nicole Piccolomini cantó con oscuros tonos aterciopelados, pero no siempre afinados. El coro de Susanne Sheston, como siempre, hizo un buen trabajo. Aunque sus tempi eran ocasionalmente lentos, especialmente durante el ‘Caro nome’, el concertador italiano Jader Bignamini extrajo un sonido soberbio de la orquesta de la Ópera de Santa Fe. o Escena de Rigoletto en Santa Fe pro ópera noviembre-diciembre 2015