Un escultor desconocido: Esteban Pérez, de Aniés

Anuncio
34
San Lorenzo
Diario del AltoAragón - Lunes, 10 de agosto de 2009
Por Chesús A. GIMÉNEZ ARBUÉS
DEL CONSELLO D’A FABLA ARAGONESA
M
UY EXIGUA es la información
que de este escultor y sus circunstancias personales y profesionales tenemos en la actualidad, dadas
las lagunas existentes en las fuentes
documentales consultadas hasta el
momento.
Suponemos que vino al mundo en
Aniés, localidad situada a los pies de la
imponente Sierra de Loarre/Lobarre,
célebre por el enclave donde se asienta su famosa ermita de Ntra. Sra. de la
Peña, desde el que se divisan panorámicas inigualables. (Esta advocación
mariana asimismo es conocidísima
por un legendario episodio protagonizado por una gitana, un collar de oro y
la propia imagen de la Virgen, el cual
pasamos de largo por no ser objeto de
esta colaboración).
Los libros parroquiales de Aniés impiden saber la fecha exacta de su nacimiento, toda vez que los llegados a
nuestros días, conservados en el Archivo Diocesano de Huesca, dan comienzo en 1652 y nuestro escultor ya
vivía en 1641.
Sabemos que estuvo casado con
Gracia de Hena o de Ena, con quien
residió en Aniés; de esta unión nacieron una hija y dos hijos; María Pérez de Ena, bautizada el 11 de julio de
1660; Martín Juan Pérez de Ena, cuyo bautismo se verificó el 22 de julio
de 1663 y por último, Miguel Pérez de
Ena, que fue bautizado el 3 de octubre
de 1666.
Esteban Pérez falleció el 26 de junio
de 1676, tras recibir los sacramentos
prescritos por la Iglesia, excepto el del
viático, por un impedimento, como
señala su partida de defunción. Acogiéndose a la posibilidad contemplada en los Fueros de Aragón, dictó sus
últimas voluntades ante capellán, del
que solamente ha transcendido una
de sus cláusulas, disponiendo ocho libras jaquesas (o lo que es lo mismo
160 sueldos jaqueses) para los gastos
de su entierro y posteriores misas por
el eterno descanso de su alma.
Su esposa y viuda le sobrevivió 22
años; falleció el 4 de noviembre de
1698. Fue sepultada en el cementerio de Aniés. Pudo hacer testamento
y al igual que su difunto esposo dejó
ocho libras jaquesas para su entierro y
misas de requiem posteriores. El prior
(párroco) de Aniés hizo constar que
murió confesada y comulgada pero
sin serle administrada la extremaunción.
Como ya se ha expuesto al principio, las lagunas existentes en el protocolo notarial (por haberse perdido los
protocolos) así como la negligencia de
algunos presbíteros del siglo XVII a la
hora de llevar puntualmente y como
mandaban los cánones los libros-registro parroquiales, nos han impedido
saber cuándo y dónde contrajo matrimonio, las consabidas capitulaciones
matrimoniales (si las hicieron) y qué
otras disposiciones contenían los testamentos de ambos esposos, aparte de
las ya expuestas.
A la hora de redactar el presente trabajo, tampoco se ha podido dar con
ningún documento que aporte información sobre su formación como escultor.
OBRAS ESCULTÓRICAS
Hasta la fecha, solamente tenemos
Un escultor
desconocido: Esteban
Pérez, de Aniés
Virgen del Pilar de Ayerbe. Año 1642. (FOTO A. AYLAGAS)
constancia de dos; ambos casos son
una libre interpretación de la imagen
original de Nuestra Señora del Pilar
existente en su catedral-basílica zaragozana. Están fechadas y firmadas;
una se encuentra en la parroquia de
Ayerbe, habiendo sido restaurada recientemente en la Escuela Superior de
Restauración de Bienes Culturales del
Gobierno de Aragón de Huesca, y la
otra, en la parroquia de San Esteban,
de Aniés. Ésta fue tallada antes que el
ejemplar ayerbense.
Ambas son tallas de bulto y presentan algunas características comunes
pero también diferencias. Veámoslas.
IMAGEN DE ANIÉS
Es de madera policromada en oro.
Sobre un pedestal cuadrado moldura-
do, en cuyo frente se puede leer la inscripción AÑO:ESTEBAN:PEREZ:1641,
se asienta una columna de fuste cilíndrico liso, que ostenta una cruz latina
en su frente; su “capitel” está compuesto por una nube con ángeles sobre
la que se alza, majestuosa, la Virgen
María de pie, con el Niño Jesús en su
mano izquierda. María se nos presenta coronada y con cabello rubio, que
le cae sobre los hombros. Viste túnica,
que le llega hasta los pies, sobre la que
lleva un manto dorado que le cubre la
espalda y todo el cuerpo por detrás recogiéndolo por el lado izquierdo con
su mano izquierda mientras que con
la otra lo recoge por el costado derecho, dejando visible toda la túnica. El
forro del manto es azul. El Niño va semidesnudo; tiene los cabellos rubios y
rizados; se agarra al manto de su madre con su manita derecha mientras
en la izquierda sujeta una paloma.
Los pliegues del manto y de la túnica
son los típicos del siglo XVII. Mide 70
centímetros de altura.
TALLA DE AYERBE
Como la anterior, ésta también es
de madera policromada en oro. La diferencian de aquélla las siguientes singularidades: En el frente del pedestal
cuadrado moldurado se puede leer
la inscripción ESTEBAN:PEREZ:DE
ANIES. En la base de la columna ostenta la fecha AÑO 1642. La zona de la columna cercana al capitel está anillada.
La corona de puntas que ciñe María en
sus sienes tiene la misión de sujetar el
dorado manto que le cubre la cabeza a
ambos lados (dejando ver un poco de
sus cabellos rubios ondulados) y todo
el cuerpo por detrás recogiéndolo por
delante con su mano izquierda. Tiene
libre la mano derecha, que deja caer
por delante mientras cierra los dedos
en actitud de intentar sujetar la vuelta del manto. El Niño Jesús aparece
en igual actitud que en la imagen de
Aniés, salvo que su mano izquierda
está libre, no teniendo en ella ningún
ave o libro. María viste túnica de color
rosáceo, sujetada a la altura de su alto vientre con un cinturón dorado. La
túnica le llega hasta los pies, los cuales deja ver calzados. Como en el caso
anterior, los pliegues del manto
y de la túnica son los clásicos del siglo XVII. Mide 81 centímetros
de altura.
Esta imagen
recibió veneración en la
desaparecida colegiata
de San Pedro de Ayerbe; en el
siglo XVIII
le ponían
m a n t o s
adornando
su cabeza con
una corona de
plata. Tras la demolición de la colegiata a principios del
siglo XIX fue trasladada
a la ermita de San Miguel
Detalle de la
donde estuvo muchísiimagen.
(FOTO A. AYLAGAS)
mos años pero con gran
acierto fue llevada a la
parroquia ayerbense por
motivos de seguridad.
Se desconoce si nuestro escultor labró más imágenes, es posible que sí, y
si participó en obras de más envergadura, como por ejemplo en la realización
de retablos pero todo esto se irá descubriendo con el paso del tiempo y la aparición de documentación que permita
asegurar con rotundidad lo que ahora
simplemente no pasa del campo de la
mera intuición o sospecha.
La elaboración de este artículo está basada en las fuentes documentales existentes en el fondo del Archivo
Diocesano de Huesca relativas a Aniés
y localidades vecinas (Bolea/Boleya y
Loarre/Lobarre). Desde estas líneas
queremos manifestar nuestro más
sincero agradecimiento al director del
Archivo, don Luis García Torrecilla, y
a su equipo de colaboradores por su
inestimable ayuda durante la recopilación de la correspondiente información.
Descargar