MAESTRÍA EN SALUD OCUPACIONAL Y AMBIENTAL PAOLA

MAESTRÍA EN SALUD OCUPACIONAL Y AMBIENTAL
PAOLA ANDREA LIÑAN SALAZAR
“Dadme un laboratorio y levantaré el Mundo”, “El laboratorio y sus redes” "Las relaciones de
poder en la investigación y la construcción de una comunidad científica"
RESEÑA
Retomando una metáfora del mundo del teatro, el texto de Law del año (1989),
se convierte en ese trabajador invisible que jala los hilos para levantar el telón de
la representación de una obra en el escenario; Law en su etnografía de la vida
cotidiana “dentro” de un laboratorio del siglo XX, descubre todas las redes
continuas y complejas, pero que un científico (en su estudio de caso, una mujer),
logra simplificar nuevamente mediante habilidades parecidas al del clásico
personaje del “enterprenuer” (empresario, generalmente del género masculino);
históricamente (siglo XIX especialmente) el “enterprenuer”, ha jugado un rol
importante en la impulso de los inventos que sucedían en esos lugares casi
mistificados, aislados denominados “laboratorios”. Los nuevos roles de los
científicos(as), implican la incorporación de estas habilidades fragmentadas.
El objetivo de este innovador, actor híbrido entre científico-empresario, capaz de
tejer redes continuas para aglomerar elementos y fuerzas heterogéneas muchas
veces localizados “afuera” de las paredes de un laboratorio,
es a modo de
condensar el argumento de Law- la persuasión.
Pero también según Latour, (1983) otra característica, importante se puede añadir
al desempeño de un científico para lograr ese objetivo de la persuasión: el ser
político. Esa característica no es a priori. En su caso de estudio histórico sobre
Pasteur (1881), quien tuvo una pésima carrera política en sus intentos electorales;
sin embargo logra convencer a la Francia del siglo XIX, y especialmente a los
ganaderos, veterinarios y al movimiento higienista muy en boga en su momento
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que todos “necesariamente” deberían tener a su laboratorio como fuente de
referencia para la solución de un problema causado por un “agente invisible”, -el
ántrax-. Crea un “nuevo agente social”: el microbio, que pasa de ser un ente
biológico vivo, en convivencia con diferentes entes biológicos, y en condiciones
geofisicoquímicas en la naturaleza muy distintas a las condiciones aisladas dentro
de un
laboratorio. Para ello, tuvo que realizar una serie de movimientos, lo que
Latour llama “desplazamientos”; sale del laboratorio para recoger muestras en el
ganado, luego vuelve y entra al laboratorio y sale nuevamente con una vacuna.
Estos desplazamientos según el autor, rompen las fronteras de “afuera y adentro”,
y demuestra lo irrelevante de los debates en la sociología de la ciencia sobre que
componente micro o macro, o si la sociedad influye la ciencia o viceversa.
Al igual que “Rose” (la mujer científica que Law realiza una etnografía), Pasteour
realiza una serie sucesivas de traducciones; en el caso de Rose, el proceso
delicado de fijar químicamente un yodo radioactivo a un polímero, y luego pasarlo
a la sangre y órganos de ratones, para ver el comportamiento de esta molécula
dentro de un ente biológico, resulta en la recolección de unos datos, cifras que
finalmente son “traducidas, a tablas y porcentajes, para primero, persuadir una
“red de científicos, revistas especializadas y lo más relevante, los financistas o
empresas farmacéuticas: que este laboratorio es un espacio imprescindible si se
quiere descubrir por ejemplo, una cura para el cáncer. Detrás de cada paso desde
la, hay procesos complejos, que se tornan invisibles al final, al quedar
configurados en “un texto”. Pero hay una innovación del laboratorio que aglomera
los elementos y materiales de trabajo, los acerca a las paredes del laboratorio:
Pasteour tuvo que movilizarse por fuera del laboratorio con un equipo para tomar
muestras de microbios. Mientras el laboratorio del siglo XX, tiene a su disposición
un zooterio, tiene los polímeros (aunque enviados desde distancias), ya lo de
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afuera” minimiza el traslado de la científica por fuera de su laboratorio, por lo
menos en la fase de la experimentación.
Las capas “dérmicas”-por así llamarlos- de un laboratorio, comienzan por unos
elementos bases” unos ensamblajes” (proveedores de energía, agua, gas.), que
no se encuentran literalmente adentro, pero sin los cuales no es posible la
existencia del laboratorio; solo se visibilizan cuando surge un problema de acceso
a ese servicio que pueda torpedear “un experimento. Es decir se ha multiplicado e
intensificado la dependencia sobre el afuera desde la época de Pasteur, pero que
es a la vez más frágil.
La siguiente capa “dérmica que construye la noción de laboratorio, es el proceso
de que realiza el científico para la “fabricación” de materiales (en este caso el
polímero con isótopo de yodo), previas al experimento o resultado en sí. Igual
Pasteur, tuvo que segregar unos microbios en una caja de Petri (fabricando un
ambiente ideal), inocular animales, y luego demostrar que la vacuna funciona con
ayuda de estadísticos que median las incidencias en el campo francés. A
diferencia de Rose, él tuvo que desplazarse fuera y dentro físicamente del
laboratorio. Pero ambos, tuvieron que realizar ejercicios de volver dóciles y
organizar elementos heterogéneos. Se construye un espacio ordenado, para
adecuarlos.
El laboratorio (en este caso, Rose) toma forma de “texto”, como
puente y vinculo constante con el “adentro y afuera de las paredes del laboratorio.
Pero ese texto debe ser legible, y ofrecerse fácil al juicio de los de “afuera del
laboratorio; de otro modo se pierde la continuidad entre el adentro y el afuera del
muro. Se crea un hecho científico mediante la inscripción de letras y números
desde instrumentos, que además de poseer la característica de vez que leíble,
debe sostenerse a los posibles contrargumentos que surjan desde afuera.
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Latour, de hecho extiende su argumento hasta decir que estos “científicos”
representan de hecho “la política”, en el sentido que logran catapultar a agente
invisible (microbios) como moldeador de procesos económicos y sociales. Aun
usar
“moldea” sería una palabra
débil según el autor, para designar las
interacciones porosas entre el contexto social y el laboratorio: lo que ocurre es una
“metamorfoseado”. Por ello justifica el lugar del laboratorio como elemento pilar
desde donde se plantea la comprensión sociología de las ciencias; lugar además
como epicentro del nacimiento de “nuevas fuentes de poder”.
En síntesis, la
disolución de las fronteras, la inversión de escalas y el proceso de inscripción, son
tres momentos en los cuales se naturaliza el poder de unos pocos científicos con
posibilidad de dominio y de modificar la vida colectiva humana.
Las similaridades entre un político y un científico, son demasiadas que permiten
incluso que Latour califique de “vulgar” el lugar del laboratorio y desmitificarlo
como centro especial, considerado por otros sociólogos de la ciencia o por la
sociedad en general; la única diferencia que la practica científica escapa la rutina
y la definición “poder establecido”.
Lo que realmente podría mitificarlo es la capacidad de realizar “predicciones”; aun
así, esta capacidad radica, en el ejercicio de mantener “constantes” que puedan
ser reproducidas en otro contexto. Así, una supuesta universalidad de la ciencia
no es dada, fue una construcción social histórica.
Hay un concepto clave que subyacen en los argumentos de ambos autores: el de
la creación de redes. Sin este, la práctica científica permanecería neutralizada
dentro de unas paredes mitificadas; lo fundamental de este concepto se expresa
tanto, que las diferencias de género o de ubicación en el tiempo histórico no limita
la creación del laboratorio-tentáculo. Mientras que Latour explicita, las probables
implicaciones sociales, políticas y económicas de esos tentáculos, Law, se
concentra en el microcosmo de la práctica científica.
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PAOLA ANDREA LIÑAN SALAZAR
RESEÑA
“Dadme un laboratorio y levantaré el Mundo”, “El laboratorio y sus redes” "Las
relaciones de poder en la investigación y la construcción de una comunidad
científica"
DOCENTE EMILIO QUEVEDO
BOGOTA, NOVIEMBRE DE 2013