LOS FORMATOS TELEVISIVOS: UN VACÍO LEGAL Deborah Chacón Agüera, estudiante de Comunicación Audiovisual. Abstract Nos encontramos ante el máximo esplendor de los numerosos formatos de televisión, diferentes, pero a veces, “copias” de otros ya existentes. Ante la no protección y reconocimiento de dichos formatos como una obra artística, por una norma legal que así lo establezca, hoy día, los autores de este tipo de programas televisivos carecen de reconocimiento de autoría y del beneficio comercial que estos programas generan. We are in the maximum splendor of the many television formats, different, but sometimes, “copies” of other existing ones. To the no protection and no recognition of such formats as an artistic work by a law that establishes this fact, nowadays, the authors of this type of television programs lack of recognition of authorship and of the commercial benefit that these programs generate. Palabras clave: Formatos, televisión, propiedad intelectual, derechos de autor, obra artística. Key words: Formats, television, copyright, intellectual property, artistic works. 1. FORMATOS: VACÍO LEGAL EN LOS DERECHOS DE AUTOR Hoy día, los distintos formatos de televisión abundan en nuestras pantallas. Además predomina la práctica habitual de “importar” formatos de otros países al nuestro, bien manteniendo la estructura exacta del país de donde procede, bien adaptando dicho formato a los gustos nacionales del país, pero manteniendo su esencia. Podemos citar numerosos ejemplos como “Gran hermano”, “Operación Triunfo”, “Supervivientes”, “Cámara Café”, “Factor X”, etc. A pesar de que esta práctica es cada vez más habitual, nos encontramos con la paradoja de un absoluto vacío legal en la protección y reconocimiento de los formatos televisivos, no sólo porque no se regula la manera en la que dichos formatos son exportados de un país a otro, sino porque el autor de un formato no es reconocido como tal, desde el punto de vista de los derechos de autor. Muchos piensan que los formatos televisivos no son más que un conjunto de ideas, y que por lo tanto, no pueden generar derechos de autor, pues según la Ley de Propiedad Intelectual española de 1996, se protegen las creaciones originales incorporadas a un soporte concreto, material o inmaterial, pero no las ideas. La invención de un nuevo formato forma parte de la creación artística e intelectual del autor, por lo que dicho se deberían reconocer tanto los derechos 1 morales -reconocimiento de autoría de la obra-, como los de explotación del autor. Con respecto a estos últimos, la Ley de la Propiedad Intelectual, en su artículo 17, establece que: “Corresponde al autor el ejercicio exclusivo de los derechos de explotación de su obra en cualquier forma y, en especial, los derechos de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación, que no podrán ser realizadas sin su autorización, salvo en los casos previstos en la presente Ley”. Si no se reconoce la propiedad intelectual de los formatos, y la Ley es incierta, y el valor comercial de los formatos es también incierto. Al no reconocerse a los formatos la cualidad de obra original, los creadores de dichos formatos no pueden reclamar ni su autoría, ni ser beneficiados por los derechos de explotación de su obra. Este problema surge tanto en España, como a nivel internacional, pues ninguna legislación comparada reconoce a los formatos como una creación original. Esto ayuda a alimentar el eterno debate entre los que piensan que las ideas, y por tanto los formatos, deben ser protegidos legalmente, y entre los que piensan que la cultura debe difundirse libremente. La cultura debe estar al alcance de todos, pero en este caso no nos encontramos ante un problema de poco acceso a la cultura, sino ante un vacío legal, ya que los formatos televisivos deben ser protegidos legalmente al igual que se protege un libro. 2. ALTERNATIVAS A LA PROTECCIÓN DE LOS FORMATOS AL MARGEN DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL Cuando nos encontramos ante litigios donde el autor del formato quiere que se reconozca su autoría, sus argumentos podrían ir por vías como alegar actos de competencia desleal, violación de secreto profesional, o incumplimiento de un contrato privado. Otra forma de protección, es registrar el formato con todos los detalles posibles como una obra literaria. Desde luego, esto no es lo más eficaz, pero quizás ayude a demostrar la autoría del creador. Algo parecido, es lo que propone FRAPA, the Format Recognition and Protection Association (Asociación para el Reconocimiento y Protección de los Formatos). Se trata de una asociación que defiende que los derechos de autor de una persona son adquiridos en el momento en el que dicha persona crea o escribe su obra. El problema está en demostrar que el trabajo existe desde un momento determinado. A través de su web, permiten que la persona que haya creado un formato, pueda mandarlo a FRAPA; ellos guardaran la copia sin poder nunca acceder a su contenido, pero demostrando el día y la hora a la que ha sido creada, sobretodo, para los casos de litigios. Realmente esta posibilidad no protege el formato televisivo totalmente, ya que no existe una Ley que lo establezca y lo regule, 2 pero es un paso más o un posible reconocimiento de la obra dentro del vacío legal existente. Parece prácticamente increíble que, en la era de las comunicaciones, donde el surgimiento de diferentes formatos en televisión parece estar en su máximo esplendor, no existan normativas legales que regulen estas obras y su comercio, al igual que un escritor que escribe un libro, o una banda de música que crea un disco. A pesar de encontrarnos en pleno siglo XXI, en ocasiones, la Ley no parece estar a la altura de las circunstancias, y es que como todo, dicha Ley también es susceptible del paso del tiempo y de la adaptación a la época en la que vivimos. Es de esperar que la normativa legal vigente no tarde mucho más en evolucionar, en cuanto al ámbito televisivo se refiere, y opte por reconocer y proteger los formatos de televisión como lo que son, una obra artística más. 3