MUSEO MARTÍ-CODOLAR INAUGURACIÓN - 4 de julio de 2015 En el bicentenario del nacimiento de san Juan Bosco (16 de agosto) y en el centenario de la defunción de don Luís Martí-Codolar (4 de noviembre) San Juan Bosco en Barcelona y en la Granja Vella de don Luís Martí-Codolar i Gelabert1 Los Salesianos llegaron a Utrera, Sevilla, en 1881, de la mano del arzobispo de Sevilla, cardenal Joaquín Lluch y Garriga, nacido en Manresa. Desde entonces, los católicos más sensibles de la ciudad de Barcelona comenzaron a pedir e insistir para que Don Bosco viniera a fundar una obra también en Barcelona y conocer la ciudad. Lo primero lo consiguieron en 1884 con la fundación de los Talleres Salesianos en Sarriá, entonces municipio independiente pero bien relacionado con la capital por medio del ferrocarril. La segunda, tardará a´ñun dos años en conseguirse. San Juan Bosco llega a Barcelona el lunes 5 de abril de 1886, a mediodía, acompañado del P. Miguel Rua, y del joven salesiano Carlos Viglietti, que le hace de asistente.2 En la estación de Francia se habían reunido para recibirlo don Valentín Basart, Provisor eclesiástico de la diócesis de Barcelona, acompañado de rectores de parroquias y representantes de las asociaciones católicas del momento, así como personalidades de la burguesía catalana. Seguidamente la comitiva se dirige a casa de doña Dorotea de Chopitea, insigne benefactora de múltiples obras sociales y cristianas de la Barcelona de entonces, entre otras los Talleres Salesianos de Sarriá. Allí comen y, tras reposar, siguen viaje en coche de caballos hasta Sarriá, donde Don Bosco es recibido festivamente por los salesianos y alumnos de los Talleres, y otras insignes personas reunidas para la ocasión. Al cabo, se dirigen a la capilla de los Talleres, donde Don Bosco bendice los presentes y donde se hace la adoración del Santísimo, solemnemente expuesto por el P. Miguel Rua. Don Bosco viene a Barcelona para consolidar su obra en España y para satisfacer el ardiente deseo que tenían los amigos y admiradores barceloneses de la obra salesiana de conocerlo y de tratar con él. La que más había presionado para hacerlo posible fue la doña Dorotea.3 1 Cf. Carlo Viglietti, Cronaca. Edizione manoscritta 1888. Ramón Alberdi, Una ciudad para un santo. Los orígenes de la Obra Salesiana en Barcelona. En el 150 aniversario del nacimiento de san Juan Bosco y el 80 de su visita a la Ciudad Condal. Ediciones Tibidabo, Barcelona 1966. 2 Había llegado en Portbou el día anterior de madrugada. Allí lo recibieron el P. Juan Branda, Director de los Talleres Salesianos de Sarriá y don Leandro Suñer, administrador de la Marquesa de Moragas, que le acompañaron hasta Girona donde dormir y descansar. En Mataró se les habían añadido don Narciso Pascual de Bofarull, padre de doña Consuelo Pascual, esposa de Luís Martí-Codolar y Gelabert. 3 Dorotea de Chopitea y de Villota fue una dama barcelonesa nacida en Chile de familia vasca, que vino a vivir a Barcelona cuando ella contaba tres años de edad. Casada con el industrial y banquero Josep María Serra y Muñoz, nacido también en Chile, de familia catalana. Ella fue una gran protectora y benefactora de diversas órdenes católicas y promotora de obras sociales. Fue proclamada venerable por la Iglesia el 1 Don Bosco no oculta que viene, además, para recaudar recursos para la obra que el Papa León XIII le ha encargado en Roma: la construcción de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, junto a la estación de Termini. A lo largo de los días, y durante su estancia en nuestra ciudad, Don Bosco mantiene contactos con muchas personas e instituciones ciudadanas. Lo visitan tanto personas particulares — que quieren conocerlo, o bien pedirle oraciones para ellos o para familiares enfermos, o consejo espiritual, o incluso para confesarse —, así como autoridades, instituciones, y corporaciones religiosas de beneficencia. Vale la pena señalar el encuentro tenido el jueves 15 de abril en la sede de la Asociación de Católicos,4 formada por personas de la nobleza y de la burguesía catalana y que tenía por finalidad la difusión de la cultura católica entre las clases populares y la fundación de escuelas para la clase obrera. Allí Don Bosco es homenajeado, y se le pide la fundación de un establecimiento para la juventud obrera de Barcelona. Por otra parte, Don Bosco les pide a ellos el auxilio de sus oraciones y de sus recursos económicos para la obra de la formación de la juventud “que corre el riesgo — con palabras de la época — de caer en el extremismo social y anticatólico”. El martes santo, día 20 de abril, acuden a visitarlo a Sarriá el Dr. Jaume Catalá y Albosa, obispo de Barcelona (1883-1899), y el Dr. Josep Morgades y Gili, obispo de Vic (1882 a 1899). Y al día siguiente, miércoles 21 de abril, es él quien baja a Barcelona, invitado por doña Luisa Moreno y de Lassus, viuda de Antonio López y López, primer Marqués de Comillas, a su casa, en el palacio Moja de la Rambla, donde celebra la eucaristía y donde desayuna. El viernes de pascua, día 30 de abril, es el día culminante de toda su estancia en Barcelona, con un acto, a las cuatro de la tarde, en la iglesia de la Virgen del Belén, en la Rambla.5 Los periódicos han anunciado el evento desde días antes, así como también la indulgencia que, en nombre del Santo Padre, los fieles pueden conseguir de la bendición de Don Bosco. La iglesia había sido la sede de la Compañía de Jesús, y, más tarde, del Seminario de la diócesis, hasta que éste pasó a la calle de la Diputación. El Reverendo don José Julián, profesor del Seminario, tiene la primera conferencia — en nombre del beato Marcelo Spínola, obispo entonces de Coria,6 que tenía prevista la intervención pero que finalmente no pudo asistir — en el que glosa la tarea educativa los Talleres Salesianos, “en contra de las doctrinas materialistas que hacen crecer una año 1983 y su proceso de beatificación está en estudio. Fue ella quien se encargó de atender a Don Bosco y sus acompañantes durante los días de su estancia en Sarriá y de presentarlo a las diversas personas e instituciones, especialmente cívicas y de beneficencia, de la Ciudad. 4 En la calle del Lledó, frenta a la iglesia de los santos Justo y Pastor, a muy pocos pasos del Ayuntamiento de la ciudad. 5 Es una iglesia barroca situada en la Rambla de Barcelona, en aquel tiempo muy frecuentada por la burguesía de la Ciudad. Fue la iglesia de la Compañía de Jesús, hasta su expulsión en 1767, y había formado parte de un conjunto de edificios de esta Orden en la zona. Fue construida sobre el emplazamiento de una iglesia anterior del 1553, incendiada en 1671. La iglesia de l Belén acogió el Seminario Conciliar de Barcelona, conocido entonces como Seminario de Belén, entre los años 1772 y 1878. Hasta 1936, en que fue incendiada, tenía el interior más suntuoso de todas las iglesias de Barcelona. En aquel incendio se perdieron, entre otras, las pinturas de Antoni Viladomat y una gran talla de san Ignacio, obra de Miquel Sala (1688). 6 Marcelo Spínola y Maestre (1835-1906), abogado y sacerdote andaluz, con gran sentido social, fundador de las Esclavas del Corazón Divino. Fue obispo de Coria (1884-1886), de Málaga (18861898), y arzobispo de Sevilla (1896-1906). Fue un gran propagandista de la obra de Don Bosco en Turín y promotor de la llegada de los Salesianos a España. Gracias a él se pudo conocer en Barcelona a la persona y a la obra de Don Bosco. Fue beatificado en 1987 por san Juan Pablo II. 2 política atea en el ámbito obrero”. En el mismo sentido se expresa después el obispo de Barcelona, Mons. Catalá. Finalmente, Don Bosco agradece a toda la asamblea la estimación mostrada por su persona y por la Obra Salesiana de Turín y de Sarriá. Al terminar imparte, con el Santísimo Sacramento, la bendición apostólica que el Santo Padre le había delegado unos días antes, por correo telégrafo.7 El lunes 3 de mayo, Don Bosco, invitado por don Luis Martí-Codolar y Gelabert, y por su esposa, Consuelo Pascual de Bofarull, y acompañado de los salesianos y una buena parte de los alumnos internos de los Talleres de Sarrià, viene a pasar una jornada festiva a la propiedad llamada Granja Vella que la familia tiene en el municipio de Horta de San Genís, en la zona denominada Valle Hebrón por los monjes Jerónimos de la Arrabassada. Ese día se encuentra en la casa toda la familia Martí-Codolar en pleno con sus amigos más íntimos, entre los que destaca doña Dorotea de Chopitea. A mediodía Don Bosco llega en carroza. Ha venido desde Sarriá, siguiendo la carretera de Sarriá a Fogars — actualmente las calles de la Bonanova, de Sant Gervasi y del Valle de Hebrón —, los alumnos, en cambio, han venido a pie unas horas antes. De este modo a la llegada de Don Bosco por el camino de los Olivos, le espera la banda de música de los Talleres en la entrada a la Granja, adornada toda ella con banderas y flores. Mientras los adultos comen en el salón del primer piso, los pequeños de la familia, con todos los chicos venidos de Sarriá lo hacen en los jardines de la Granja. Después de comer, la orquesta, nuevamente, deleitó a los presentes tocando piezas de concierto, “con mucha afinación”, según la crónica de la jornada. A continuación, ante y ante el palacete se hace la famosa foto que ha dado la vuelta al mundo, y que sirvió de conmemoración de la visita y de recuerdo de las personas presentes. Dejemos que el joven asistente de Don Bosco, el salesiano Carlos Viglietti nos explique el momento: “A las cuatro de la tarde bajamos al jardín, donde don Joaquín Pascual, sobrino de Don Luis, dispuso un buen grupo de todos juntos para una fotografía, recuerdo de aquel feliz día. Una vez tomada la fotografía, un abad mitrado del trapenses, que entonces era huésped de la familia Pascual, y que se encontraba a la derecha de Don Bosco, se levantó, tomó la palabra y habló con un entusiasmo tal que hacer brotar lágrimas de los presentes. Después, todo sacándose del dedo el anillo y del cuello la cruz pastoral, dijo: Aquí, ante este hombre de Dios, no hay autoridad que valga. Y arrodillándose a los pies de Don Bosco, imploró para él y para los presentes su bendición”.8 7 Estaba también presente el abad de la Trapa de Santa María del Desierto, en Bellegarde Sainte Marie (Levignac – Toulouse) y restaurador de la Trapa en España, el P. Cándido Albalat Puigcerver (18541915), natural de Játiva (Valencia), que después acompañará a san Juan Bosco en la fotografía de la Granja Vella, el 3 de mayo. 8 Cf. Carlo Viglietti, Cronaca, 1888. En la foto se ve a Don Bosco acompañado de los salesianos Miguel Rua, Carlos Viglietti y Juan Branda, y con ellos algunos de los muchachos de los Talleres, venidos aquel día. Junto a Don Bosco está el abad Cándido Albalat con su secretario y posterior sucesor suyo, el P. André Malet (1862-1936, abad desde 1911). Juntamente con don Luis Martí-Codolar están sus hijos Sebastián, Luis, Soledad y Consuelo, acompañados de otros primos y parientes. No aparecen en la foto doña Consuelo, esposa de don Luis, y sus dos hijos pequeños, Javier y Angeles, entretenidos en aquel momento dentro de la casa. Se entrevé, detrás del abad, a doña Dorotea de Chopitea, promotora de la visita de Don Bosco a Barcelona y su introductora en el círculo de la familia Martí-Codolar. 3 Al acabar, el señor Martí-Codolar, tomándolo del brazo, guía a Don Bosco y a sus acompañantes a visitar los jardines de la casa y su famosa colección de animales que, más tarde, serán el origen del Zoo de la ciudad de Barcelona. Mientras tanto, los chicos disfrutaban de una bien merecida merienda, servida por las señoras presentes en la fiesta. Sobre las seis de la tarde, al declinar el día, Don Bosco, abandona la casa, aclamado por todos. Y unos en carroza y otros a pie, se regresan todos a Sarriá. ¡Había sido un día extraordinario para Don Bosco! “Puede parecer extraño, pero en ninguna parte hemos encontrado tanto afecto y tanta veneración por Don Bosco como en esta familia. El mismo Don Bosco me lo ha hecho notar”, escribe Carlos Vigletti a su Crónica, al final de ese día. Don Luis y doña Consuelo habían querido encontrarse privadamente con Don Bosco en su visita a la Granja Vella del Valle de Hebrón; y fruto de aquella conversación se estrecha entre ellos una cariñosa amistad que llevará al matrimonio a visitar al santo en Turín, en octubre del año siguiente, 1887. Allí se reencontrarán los amigos, y Don Bosco querrá expresar su agradecimiento y su estimación regalando a don Luis la imagen de la Virgen Auxiliadora que durante años ha presidiendo la mesa de su despacho. Imagen que conservará con celo la familia y que ahora se conserva en un lugar destacado del Museo. Dos días más tarde, el miércoles 5 de mayo, por la tarde, ya en las postrimerías de su estancia en la Ciudad Condal, Don Bosco se desplaza a la basílica de la Virgen de la Merced, donde es recibido por la escolanía del templo, un gran número de feligreses, y la Comisión de Propietarios del Tibidabo que le hacen donación de la cima de la montaña para construir un Templo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, como el que, en esta época, se está construyendo en Roma y en París.9 En medio de un ambiente emotivo, Don Bosco reza a la Virgen, se despide de la ciudad y de su Patrona y bendice una vez más todos los asistentes. Finalmente, el jueves 6 de mayo, a la una y media de la tarde, sale de la estación de Francia el tren que lleva a Don Bosco de regreso hacia Turín, emocionado por los intensos y agotadores días vividos en Barcelona. Y desde allí escribirá agradeciendo a todos sus atenciones. Desde entonces, los Salesianos de Martí-Codolar mantenemos vivo el recuerdo de aquella visita a la ciudad de Barcelona, y de aquella jornada entrañable que nuestro Padre y Fundador pasó en esta Casa; uno de los días más entrañables de su vida. Tenemos la suerte de mantener vivo no solo su recuerdo, sino su presencia con las actividades educativas que hoy en día se desarrollan en estos espacios. Jordi Latorre 9 Doña Dorotea de Chopitea hizo construir inmediatamente una pequeña ermita en la cumbre del monte — conservada todavía, adosada al actual Templo del Tibidabo — que fue inaugurada el 3 de julio de 1886. La romería del Ramo del año siguiente ya tuvo como destino la ermita del Tibidabo. Los Salesianos estamos presentes en el Tibidabo des de 1919. 4