Un recorrido por la violencia fascista en el País

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Un recorrido por la violencia fascista en el
País Valenciano
Valencia se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los centros neurálgicos de
la extrema derecha del Estado. Mientras perdura y goza de total impunidad el
entramado fascista tradicional y los grupos neonazis, los grupos sececionistas –
conocidos como blaveros- siguen en su particular guerra contra el supuesto
“imperialismo catalán” sin llegar a ser considerados por algunos medios de
comunicación como extrema derecha.
I. Perelló / Valencia
Durante la transición, el País Valenciano, y la ciudad de Valencia especialmente, sufrieron
los azotes de la reacción tardofranquista contra el fuerte movimiento izquierdista y
nacionalista que afloraba. Las demandas de autonomía y de apertura política de la
izquierda, que incluía desde el independentismo catalanista hasta la socialdemocracia más
moderada, hacían estragos en los principales grupos de la derecha. Como expresión de esta
tensión, y en especial como contrapeso a la creciente fuerza nacionalista, nació el
movimiento blavero, cuyo objetivo principal era limpiar el País Valenciano de todo quello
que pudiera sonar a catalanismo, rompiendo así las pretensiones nacionalistas mayoritarias
en la izquierda, desatando la confusión y creando un temor a una inminente “invasión
catalana” del País Valenciano. Impulsado por importantes figuras del régimen como
Manuel Broseta, Emilio Attard o Abril Martorell, y con el fundamental apoyo del periódico
Las Provincias, auténtica plataforma mediática del movimiento, el blaversimo encontró en
el secesionismo lingüístico su tesis principal, empezando a romper así con cualquier tesis
científica que vinculara la lengua y la cultura valenciana con la catalana. Treinta años
después, esas tesis siguen calando en algunos sectores de la sociedad valenciana,
mayoritariamente en la capital y en determinados ambientes como el fútbol y las fallas,
donde se proclama una guerra abierta contra Cataluña y todo lo que de allí venga. Este
discurso catalanófobo, fomentado también por algunos medios de comunicación y partidos
políticos españoles, parece tener su ariete en la ciudad de Valencia, que cuenta con un
índice alarmante de atentados y agresiones a entidades, organizaciones y empresas
simplemente por ser catalanas o por establecer algún vínculo con Cataluña.
La batalla de Valencia
Mientras que en el seno de la extrema derecha tradicional su fuerza descendía notablemente
debido en gran parte a las luchas de poder intestinas y al fracaso del 23-F, el movimiento
blavero aumentaba imparablemente hasta llegar a la denominada ‘Batalla de Valencia’.
Dicha batalla tenía como objetivo la eliminación de los símbolos históricos del País
Valenciano, la bandera cuatribarrada, por ejemplo. Es en este momento cuando,
paralelamente a la creación del "partido fascista de masas valenciano" -en palabras del
sociólogo Vicent Bello-, Unión Valenciana, comienzan a conformarse los grupos más
beligerantes del blaversimo, como el Grup d’Acció Valencianista (GAV), cuyas actividades
incluían las agresiones (el alcalde de la Ciudad, Ricard Pérez Casado fue brutalmente
agredido -un ultra intentó acuchillarle- durante una procesión cívica el 9 de Octubre de
1979) y atentados contra destacados intelectuales, como Joan Fuster (uno de los más
importantes ensayistas valencianos que sufrió varios ataques con bomba en su casa de
Sueca, uno en 1979 y dos en 1981) y Manuel Sanchis Guarner (en el año 1978). En
Octubre de 1979, aparecen dos bombas caseras en los domicilios del alcalde de Valencia,
Martínez Castellano y en el del presidente del Consell Pre-Autonòmic del País Valencià,
Josep Lluís Albinyana. El GAV, que entonces no reconoció su participación en dichos
actos, publicó hace un tiempo un artículo en su revista interna en el cual asumía la
responsabilidad de varios de los atentados y de otras agresiones de la época, lo cual le valió
una denuncia de un partido nacionalista valenciano. Sin embargo, este descubrimiento
público, no impedía que el grupo fuera conocido por sus actividades paramilitares contra
todo tipo de organizaciones sindicales, políticas, cívicas, culturales, así como hacia los
movimientos sociales del País Valenciano.
La impunidad del GAV
En los últimos años, el GAV ha ido quedando como un ente residual en la vida política y
social valenciana, sin embargo su fuerza de choque juvenil, compuesta principalmente por
jóvenes, ha protagonizado una larga lista de agresiones y acciones terroristas. Entre sus
actividades destacan el goteo de agresiones contra militantes nacionalistas, los ataques a la
librería Tres i Quatre (una de las librerías con el índice de agresiones más alto de Europa), a
la librería de la Universitat de València, las pintadas en los campus universitarios, así como
agresiones físicas a estudiantes y la destrucción de material bibliográfico, y diversos
ataques a locales y sedes del amplio espectro del nacionalismo izquierdista valenciano,
incluidos incendios y asaltos. El periódico L’Avanç reveló en una investigación periodística
la vinculación directa entre las juventudes del GAV, en especial los hermanos Álex y Toni
Rochina, dirigentes de éstas, con la gran mayoría de episodios violentos de la ciudad. Sin ir
más lejos, el pasado 27 de Septiembre, la sección cuarta de la Audiencia Provincial de
Valencia ratificaba la condena a un año y tres meses de prisión a los ultras José Luís
Conejero y Alejandro Esteve por el asalto y robo del Casal Jaume I del barrio de Russafa
(perteneciente a la entidad cívica Acció Cultural del PV), la noche del 29 de Enero de 2003,
cuando aún eran dirigentes de las juventudes del GAV. Acababa así un largo periplo de
impunidad policial que había acompañado al grupo desde los años de la transición. La
sentencia, considerada histórica por la izquierda valenciana, ponía de manifiesto la
pasividad de las anteriores delegaciones del Gobierno en manos del PP en relación a la
violencia ultra. Además, el blaversimo está vinculado también a los sectores más oscuros
de la ultraderecha, en especial con el partido España 2000 y la empresa Levantina de
Seguridad, la cual ha sido contratada para labores de servicio de orden en manifestaciones
blaveras.
Conexiones con entes públicos
Sin embargo, los ataques de los sectores más extremistas del blaversimo continuan.
Además, las conexiones con entes públicos se multiplican. El colectivo Acció Antifeixista
de València (www.antifeixistes.org) denunciaba en un comunicado que la Feria de la
Juventud y de la Infancia, Expojove (organizada por el Ayuntamiento del PP), daba cobijo
a las juventudes del GAV. En las cortes valencianas, el último episodio de transfugismo
tuvo como protagonista al diputado del PP, Francisco Javier Tomás, que del día a la
mañana se pasó a Coalición Valenciana, partido político de reciente creación que pretende
heredar la fuerza del movimiento y liderado por el abogado ex falangista Juan García
Sentandreu, conocido por los incesantes incidentes de los cuales ha sido protagonista desde
su época de estudiante universitario -y militante ultra- hasta la actualidad. Sin ir más lejos,
el pasado 24 de Mayo, un grupo de algunas decenas de blaveros asaltaron el vestíbulo de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, con Sentandreu a la cabeza. En el
transcurso del asalto se produjeron graves amenazas contra el decano de la Facultad, Carlos
Alfonso que había acudido a calmar los ánimos.
José Luís Roberto Navarro, el fascismo hecho millonario
Hablar de extrema derecha en Valencia es hablar del empresario José Luís Roberto
Navarro, alias El Cojo. Detenido preventivamente en 1976 en relación al atentado con
bomba cometido en el estadio del Levante UD poco antes de la Trobada dels Pobles e
involucrado en un tiroteo (el 5 de Enero de 1980) y palizas (como la recibida por un
delincuente común el 28 de Agosto de 1987), Roberto fundó junto con destacados ultras de
la ciudad la empresa Levantina de Seguridad en Valencia en Julio de 1980 (con un capital
social de 1.200.000 de las antiguas pesetas), para dar trabajo a los militantes de la extrema
derecha en el sector de la seguridad privada. A pesar de las innumerables denuncias por
agresiones (los vigilantes están autorizados además a portar armas), la empresa ha recibido
contratos millonarios por parte del Gobierno autonómico del PP valenciano para la
vigilancia de edificios públicos, así como institutos de educación secundaria. Según
desvelaba el periódico digital elplural.com, la Generalitat Valenciana (tanto en el gobierno
del ahora portavoz en el Congreso de los Diputados por el PP, Eduardo Zaplana como en el
actual de Francesc Camps) habría concedido 18 contratos diferentes a la empresa de
Roberto entre Enero de 1999 y Junio de 2004. En total, el volumen de negocio para dicha
empresa se situaría en casi seis millones de euros (mil millones de pesetas).
La empresa de Navarro también era solicitada para prestar sus servicios en desalojos de
casas okupadas. Y es que Roberto siempre ha sido muy cercano a los servicios policales y
de información. Condecorado por el Ministerio de Defensa y por Interior con dos medallas
de honor (una de ellas la Cruz del Mérito Militar), Roberto también fue director del colegio
público Jaume I (centro de EGB, al cual accedió por concurso de méritos y no por
oposición que depende directamente del Ministerio de Defensa y de Educación) de la
localidad de Paterna, donde asistían hijos de militares, guardias civiles y policías.
Un historial repleto
Su historial se remonta a finales de los años ochenta cuando Roberto inauguró un bar
neonazi llamado Lili Marleen en la calle Salamanca de Valencia en Septiembre del 89 (que
posteriormente pasaría a llamarse Country Saloon). Un año antes, el 20 de Abril de 1988
(coincidiendo con el aniversario de Hitler) se funda en Valencia el grupo ultraviolento
Acción Radical (cuya sede se encontraba en la Calle Sueca, 8 hasta el momento de su
desarticulación) que comienza a hacer sus apariciones públicas en la ciudad, a base de
palizas, ataques indiscriminados y asaltos. En Noviembre del 93, el entonces delegado del
Gobierno, Francisco Granados afirmaba que "el grupo neonazi Acción Radical es realmente
violento, no hay más que ver sus armas", en referencia al decomiso de armas en una
operación policial. En Agosto de 1995 apareció una 'lista negra' con los nombres, edades,
direcciones, teléfonos y matrículas de coche de cien personas, desde militantes anarquistas,
pasando por homosexuales hasta una conocida abogada abertzale y un periodista del diario
vasco Egin. La entonces delegada del Gobierno, Carmen Moya atribuyó la autoría a Acción
Radical (la revista en la cual apareció dicha lista se editaba en Valencia). En un minucioso
reportaje de investigación del semanario El Temps publicado en Mayo de 1993, se
demostraban las conexiones entre Roberto y el grupo neonazi, aunque unos años más tarde
el grupo se distanciaría del empresario. Sin ir más lejos, en Barcelona, el fanzine neonazi
Zyklon B (en referencia al gas utilizado por los nazis para exterminar a los judíos en los
campos de concentración) daba en uno de sus primero números una dirección de contacto
en Valencia, la céntrica Avenida Gran Vía Fernando el Católico 28, 7, sede del sindicato
ultra CONS (Central Obrera Nacional Sindicalista), dirigido por Roberto, y de la Levantina
de Seguridad, también propiedad de Roberto (dicho piso perteneció a un alto dirigente de la
Universidad CEU-San Pablo). En 1992, se organizó en Valencia el 'Concierto por la raza',
el cual reunió a skinheads neonazis de todo el Estado y de diversos países europeos. Un año
más tarde en Abril del 93 era asesinado a manos de cuatro jóvenes neonazis el joven
independentista Guillem Agulló en la localidad castellonense de Montanejos. El caso, que
conmocionó a la sociedad valenciana, sacó a la luz las principales conexiones de la extrema
derecha y la impunidad de la que gozaban (asímismo el anteriormente citado periódico Las
Provincias con la periodista ex falangista María Consuelo Reyna a la cabeza como
directora del mismo, realizó un auténtico linchamiento mediático contra el joven asesinado
y su familia). Uno de los acompañantes de Pedro Cuevas, el autor material del
apuñalamiento, era José Manuel Chuliá Ferrer, alias El Chuli, militante de Acción Radical,
tiempo atrás guardia de seguridad de Levantina de Seguridad y miembro de la peña
futbolística ultra Yomuss. Cuevas fue uno de la docena de detenidos en la operación policial
'Pánzer' que el mes de Septiembre del pasado año se desarrolló contra una peligrosa banda
neonazi, el Frente Anti-Sistema. A pesar de haber sido condenado a 16 años de prisión, el
joven neonazi salió a los cuatro años. Por otra parte, uno de los detenidos en dicha
operación policial, en la cual se decomisaron armas de guerra, fue defendido por el abogado
Manuel Salazar Aguado, socio del despacho de Roberto situado en la calle Conde Altea de
Valencia. Durante los años 90 la violencia fascista se salda en Valencia con varias muertes,
entre ellas las de vagabundos quemados vivos, y decenas de denuncias por agresiones.
España 2000
En los últimos años, Roberto ha pretendido unificar la extrema derecha bajo el paraguas del
partido España 2000, a la imagen y semejanza del Frente Nacional francés, pero sin
demasiados éxitos. Entre sus actividades más destacables figuran la celebración de
manifestaciones minoritarias en barrios caracterizados por la convivencia entre diferentes
etnias (varias de estas manifestaciones fueron denunciadas por apología del racismo y
simbología preconstitucional), la celebración del 12 de Octubre y el seguimiento
parapolicial de los más diversos movimientos sociales de la ciudad. En este sentido, la
Dirección de Protección y Seguridad (DPS), calcada al pie de la letra del FN francés,
realiza labores de vigilancia e intimidación así como de seguimiento e información.
Además otra de las especialidades del grupo es reventar charlas y actos como los acaecidos
en la Universidad de Valencia, donde Roberto se presentó acompañado de un grupo de
matones para intentar reventar un acto organizado por un sindicato de estudiantes
independentista, el cual finalmente siguió adelante.
Roberto es además representante estatal de la Asociación Nacional de Empresarios de
Locales de Alterne, algo que le ha costado duras críticas en el seno de la extrema derecha
española. Los suculentos contratos ofrecidos por el gobierno valenciano le han permitido
aumentar sus inversiones en nuevos campos, como en el de la hostelería.
Conexiones internacionales
En el citado reportaje de investigación del semanario El Temps, publicado en el año 1993 y
que acabó con diversos periodistas amenazados (además Roberto unas semanas después
interpuso una demanda civil contra la revista que la sala de primera instancia del juzgado
núm. 20 de Valencia finalmente desestimó), se ponía de manifiesto las conexiones
internacionales de la extrema derecha en Valencia. La trama consistía en enviar jóvenes
ultras con preparación militar o skinheads dispuestos a alistarse en las tropas croatas
durante la guerra de la ex Yugoslavia. Dicha brigada internacional, organizada por el
periodista Eduardo Flores (el cual se alistó en la Guardia Nacional croata en Agosto del
91), tenía como lugar de enlace una tienda de material militar y deportivo, M&M Aventura
y Supervivencia, situada en la Calle Salamanca de Valencia, donde los jóvenes reclutados
pasaban a dejar sus datos que se reenviaban directamente al Consejo de Guerra Croata de
Zagreb. Los miembros de Acción Radical participaron en frecuentes viajes a Croacia para
instruirse junto con un grupo de ustachis (antiguos nazis anteriores al régimen del mariscal
Tito) que combatían en Bosnia Central.
Sin embargo, los tiempos han cambiado. Las conexiones internacionales a base de
mercenarios con zonas calientes del planeta parecen haber sido sustituidas por contactos de
carácter legal. El gurú de la ultraderecha española es actualmente el líder del Frente
Nacional francés, Jean Marie Lepen. En el caso de España 2000, ha recibido su apoyo a
través del representante del FN en el Estado español, Alain Lavarde y de la Marine Lepen,
hija del dirigente francés. Por su parte Lavarde ha llevado una frenética actividad entre los
residentes franceses en la costa valenciana. En las últimas elecciones a la Asamblea
Francesa del Extranjero del pasado 18 de Junio, el FN se llevó el 15% de los votos frente al
7% de las anteriores elecciones del 2000. No obstante, a pesar de la admiración por la
trayectoria de la extrema derecha francesa, Roberto y su partido no parecen cosechar más
que algunos cientos de votos...
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