Narracion POR QUE

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Narración: ¿Por qué hacerlo?
Por Tom Steffen, antes misionero en las Filipinas,
ahora profesor en la Universidad de Biola en California.
Mis habilidades en desarrollo en el idioma y cultura Ifugao finalmente hicieron posible
la enseñanza pública. Entusiastamente desarrollé un número de historias Bíblicas que
siguieron al esquema del tema que recibimos en el entrenamiento previo al campo: la
Biblia, Dios, Satanás, humanidad, pecado, juicio, y Jesucristo. Una vez que los oyentes
fueron introducidos a la base de autoridad (la Biblia), rápidamente pasé a la segunda
parte del esquema (Dios), y así sucesivamente. Presenté las lecciones en un formato
sistemático por tema. Mi meta no era solo comunicar el Evangelio, sino comunicarlo de
tal manera que los oyentes pudieran efectivamente articularlo a otros.
Pero mientras enseñaba, pronto comprendí que para el Ifugao era difícil seguir las
presentaciones temáticas, e incluso más difícil explicar el contenido a otros. Yo estaba
atónito y perplejo.
Algunos cambios fueron necesarios, así que añadí un número de historias del
Antiguo Testamento para ilustrar los conceptos abstractos (teóricos) en las lecciones
por medio de caracteres pictóricos (concretos) y objetos (por ejemplo: la creación, la
caída, Caín y Abel, el diluvio, el escape de Egipto, la entrega de los Diez
Mandamientos, el Tabernáculo, Elías y Baal). La respuesta fue fenomenal. No solo las
sesiones evangelísticas cobraron vida, los receptores llegaron a ser evangelistas
instantáneos, contando las historias a los amigos entusiastamente. De ahí en adelante
integré historias en todos mis esfuerzos evangelísticos.
La narración se ha vuelto un arte perdido para muchos cristianos. Un número de
mitos huecos provocan preguntas acerca del propósito o utilidad de las historias. Por
ejemplo, las historias deberían dirigirse a los niños porque ellas proveen
entretenimiento excelente. Los adultos eventualmente sobrepasan la necesidad de
historias, reemplazándolas con el más sofisticado pensamiento proposicional objetivo.
Como resultados de estos y otros mitos relacionados, los obreros cristianos
frecuentemente sin quererlo han abandonado la narración. Para ayudar a reconectar
las historias de Dios al discipulado-evangelismo, enfatizaré siete razones por las cuales
la narración debería volverse una habilidad practicada por todos los obreros cristianos.
1. La narración es una forma universal de comunicación. Sin importar adonde uno
viaje en este mundo, a la gente le encanta contar y escuchar historias. La edad no
disuade este deseo. Ya sean niños, adolescentes, jóvenes o ciudadanos de la tercera
edad, todos disfrutan conocer las experiencias de vida de otros por medio der historias.
Sin importar el tema que se discuta, las historias frecuentemente se vuelven una parte
integral del diálogo. Ya sean usadas para defender un punto, interponer humor, ilustrar
una percepción clave, consolar a un amigo abatido, retar al campeón, o simplemente
pasar el tiempo del día, una historia tiene una forma única de encontrar su camino en la
conversación.
Las historias pueden ser oídas en cualquier parte. Uno puede oír historias en la
iglesia, el Palacio de Justicia, el cine, el hogar, el ómnibus, el carro, el vestuario, la
prisión, o en un paseo por el bosque. La localización geográfica hace poco para
disuadir el flujo de historias.
2. Más de la mitad de la población del mundo prefiere el modo concreto de aprender.
De acuerdo a David Barret, los analfabetos y los semi-alfabetizados en el mundo
probablemente son más que los alfabetizados. Las personas con tales trasfondos
tienden a expresarse más por medio de formas concretas (historias y símbolos) que por
medio de conceptos abstractos (pensamiento proposicional y filosofía).
Un creciente número de occidentales prefieren el modo concreto de la comunicación.
Esto se debe, al menos en parte, a un cambio importante en las preferencias de
comunicación. Una de las razones detrás de este cambio (y la decreciente tasa de
alfabetización) es la televisión. Con el promedio de bytes de sonido de TV ahora en
alrededor de 13 segundos, y con la duración promedio de imagen inferior a 3 segundos
(frecuentemente sin lógica lineal), no sorprende que los que están bajo su diaria
influencia tengan poco tiempo o deseos de leer lo cual ayuda a desarrollar y reforzar el
pensamiento lineal. Consecuentemente los negocios de diarios continúan
disminuyendo mientras que las compañías de producción de videos proliferan. Si los
obreros cristianos confían demasiado en un evangelismo basado fundamentos literarios
abstractos, afirma Herbert Klem, dos tercios del mundo podrían ser dejados de lado.
3. Las historias se conectan con nuestra imaginación y emociones. La comunicación
efectiva toca no solo la mente, sino también el corazón y las emociones. Uno de las
mejores formas de comunicación para lograr esto es la historia.
Mientras las historias proveen fechas, tiempos, lugares, nombres, y cronologías,
simultáneamente producen lágrimas, alegría, cólera, confianza, actitud defensiva,
convicción, sarcasmo, fantasía, desesperación y esperanza. Las historias atraen a los
oyentes a las vidas de los caracteres (personas, animales, u objetos, reales o ficticios).
Los oyentes (participantes) no solo oyen lo que les sucedió a tales caracteres, por
medio de la imaginación ellos vicariamente ingresan a la experiencia. Herbert
Schneidau elocuentemente captura este punto cuando declara: “Las historias tienen
una forma de aprovechar esos sentimientos que habitualmente anestesiamos ".
La gente aprecia las historias porque reflejan sus vidas completas en hecho y
sentimiento. Las historias de manera única entrelazan la razón, el misterio y las
reacciones. Causando que los oyentes reflexionen sobre las creencias
personales/grupales y las acciones. Las historias desatan la imaginación, convirtiendo
el aprendizaje en una experiencia que cambia la vida.
4. Toda religión importante usa historias para socializar a sus jóvenes seguidores
con el potencial de convertirse y para adoctrinar a los miembros. El budismo, el
hinduismo, el judaísmo, el cristianismo—todos usan historias para aumentar (y limitar)
la membrecía, asegurar la conversión generacional continua, y llevar a los discípulos a
la madurez. Ya sea que Pablo estuviera evangelizando a judíos o a gentiles, la
audiencia oía historias relevantes. Los judíos no creyentes oían acerca de héroes
culturales, tales como Abraham, Moisés, y David (Hechos 13:13-43). Los gentiles no
creyentes oían acerca del Dios poderoso detrás de la historia de la creación (Hechos
14:8-18; 17:16-34). Los creyentes maduros oían las mismas historias con un énfasis
diferente.
Todas las religiones principales usan historias para diferenciar a los miembros
verdaderos de los falsos, el comportamiento aceptable del inaceptable. Las historias
crean comunidad. ¿Podría ser una de las razones para esto que las historias proveen
una inofensiva forma no amenazadora de retar a las creencias fundamentales y al
comportamiento?
5. Aproximadamente el 75% de la Biblia es narrativa. La figura 1 representa los tres
estilos básicos de literatura que dominan el panorama de las Escrituras: narrativa,
poesía, y formato de pensamiento organizado. Las secciones de narrativas son
predominantes. Los escritores a través de los siglos han documentado las acciones de
una serie de caracteres: desde reyes hasta esclavos, desde los que siguen a Dios
hasta los que viven para la ganancia personal o colectiva, desde animales hasta
objetos. Tales historias sirven como espejos para reflejar nuestra propia perspectiva de
vida y, lo más importante, la de Dios. Charles Koller astutamente señala:
“La Biblia no fue dada para revelar las vidas de Abraham, Isaac y Jacob, sino para
revelar la mano de Dios en las vidas de Abraham, Isaac y Jacob; no como una
revelación de María, Martha y Lázaro, sino como una revelación del Salvador de María,
Martha y Lázaro”. La poesía cubre aproximadamente el 15% del texto sagrado. Los
cantos, las lamentaciones y los proverbios proveen a los lectores y a los oyentes una
variedad de avenidas para expresar, y experimentar emociones internas profundas.
Estas porciones de la Escritura muestran el lado sentimental de la gente (el dominio
afectivo), y al Dios detrás de tales emociones. El formato de pensamiento organizado
abarca al restante 10%. Los escritos de influencia griega del apóstol Pablo caen bajo
esta categoría, donde el pensamiento lineal lógico tiende a dominar. Interesantemente
muchos occidentales educados en la tradición de los griegos (incluyéndome a mí
mismo) prefiero pasar la mayoría del tiempo en el estilo literario más pequeño de la
Escritura. ¿Si Dios comunicó la mayoría de Sus mensajes al mundo por medio de
historias, qué nos sugiere esto a los obreros cristianos?
El lector notará que observo que los porcentajes anteriores son aproximados. Es
muy difícil aislar los porcentajes exactos de los distintos géneros, especialmente ya que
la mayoría (¿todos?) de los autores de la Biblia incorporan ingeniosamente varios
géneros dentro de sus escritos. Por ejemplo, note el uso de la poesía puesta en
contexto narrativo en Isaías u otros profetas (ver traducción NIV). ¿Por qué es que los
autores de la Biblia eligieron comunicar su contribución al libro de historias sagradas en
variados géneros, en su mayor parte estructurados narrativamente?
6. Las historias crean evangelistas instantáneos. La gente encuentra muy fácil repetir
una buena historia. Sea que la historia se centre alrededor de algún chisme suculento o
del Evangelio de Jesucristo, algo dentro de cada uno de nosotros quiere oír y contar
tales historias. Suprimir una buena historia es como tratar de resistirse a un frasco las
galletas favoritas de uno. Tarde o temprano, la tentación se vuelve demasiado fuerte.
La galleta es comida; la historia es dicha. Las historias dichas se vuelven a decir.
Debido a que los Ifugaos podían relacionarse bien con las experiencias de vida de
los caracteres Bíblicos, no solo aplicaron las historias a sus vidas, sino que
inmediatamente las volvieron a contar a familiares y amigos, incluso antes de que se
pasaran a la fe en Jesucristo. Las historias crean narradores.
7. Jesús enseñó teología por medio de historias. Es interesante notar que Jesús
nunca escribió un libro sobre teología sistemática. Sin embargo, el enseñaba teología
por donde pasaba. Como pensador holístico, Jesús frecuentemente usaba historias
parabólicas para hacer que la audiencia reflexione acerca de nuevas formas de pensar
acerca de la vida.
Mientras los oyentes de Jesús luchaban con una nueva teología introducida
inocentemente pero intencionalmente por medio de historias parabólicas, eran
desafiados a examinar las tradiciones, a formar nuevas imágenes de Dios, y a
transformar el comportamiento. Conformarse con las realidades pasadas llegaba a ser
incómodo; pero aceptar los desafíos de Jesús de salir del bote, probar el nuevo vino,
mostrar los candeleros dorados, apartarse de los familiares, mostrar misericordia hacia
otros, buscar objetos escondidos y donar bienes materiales y riquezas a los pobres no
era una alternativa cómoda tampoco.
Cualquier dirección que los oyentes tomaran, no encontraban punto medio. Habían
encontrado a Dios. Las historias de Jesús, llenas de teología, provocaban que la razón,
la imaginación y las emociones colisionen, demandando un cambio de lealtad. El
ejemplo de Jesús demuestra forzosamente que las historias pueden comunicar teología
efectivamente.
Conclusión
La Biblia empieza con la historia de la creación y termina con una visión de la
recreación de Dios. Salpicadas generosamente entre el alfa y el omega hay una serie
de historias. Mientras que las historias dominan el panorama de la Escritura rara vez
entran intencionalmente a las estrategias de discipulado-evangelismo del obrero
cristiano. Lelan Ryken convincentemente pregunta:
¿Por qué la Biblia contiene tantas historias? ¿Es posible que las historias revelen
algunas verdades y experiencias de una manera en la que ninguna otra forma literaria
lo hace?—y si es así, ¿Cuáles son? ¿Cuál es la diferencia en nuestra imagen de Dios,
cuando leemos historias en las que Dios actúa, cuando se comparan con las
declaraciones teológicas acerca de la naturaleza de Dios? ¿Qué comunica la Biblia por
medio de nuestra imaginación que no comunica por medio de nuestra razón? Si la
Biblia usa la imaginación como una forma de comunicar la verdad, ¿no deberíamos
mostrar una confianza idéntica en el poder de la imaginación para transmitir la verdad
religiosa? Si es así, ¿un buen punto de inicio sería respetar la calidad histórica de la
Biblia en nuestra exposición de ella?
¿No es hora de que los obreros cristianos de hoy revitalicen una de las más antiguas
artes universales—la narración? Tal revitalización no solo aumentará la comunicación
entre los obreros cristianos y las audiencias, sino que también aumentará la narración
mientras los miembros de la comunidad de la fe repitan las historias a familiares y
amigos.
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