La Ciudadela, el Puerto y las Murallas FORTIFICACIÓN Y PROCESO URBANO EN EL PUERTO DEL CALLAO. 1641-1824 1 Arq. Isaac D. Sáenz Universidad de Sevilla Durante el virreinato el proceso urbano del Callao estuvo impregnado esencialmente por funciones y actividades, además de comerciales, también militares, que en términos físicos y espaciales condicionaron fuertemente el desarrollo del puerto y sus relaciones con el entorno. El ensayo que sigue examina el proceso urbano del Callao y el entorno litoral, a partir de las políticas de la administración colonial y su relación con las funciones urbanas en su vertiente defensiva. 1 De ataques y defensas Las amenazas y ataques sobre las costas y puertos del virreinato peruano fueron frecuentes, entre ellos el Callao, en tanto puerta de la Capital. A principios del siglo XVII, el Virrey Príncipe de Esquilache inició las obras de fortificación del puerto, que fueron continuadas por el Marques de Guadalcázar, mandando fundir cañones y culebrinas, construyéndose siete baterías y sus parapetos, obras que se extendían desde la desembocadura del Rímac al Norte hasta la Punta, cubriendo una distancia de legua y media.2 El acoso y los ataques no cesaron en el territorio colonial hispano. En 1624 Jacobo Hermite al mando de una escuadra holandesa compuesta de 11 navíos, armados con 294 cañones y mas de 1600 hombres de desembarque arribaron a las costas del Callao, con el fin de tomar el puerto y la ciudad de Lima3 (Ver Lámina Nº 1) Lámina Nº 1.- Armada holandesa frente al Puerto del Callao. 1624 1 Arquitecto Universidad Ricardo Palma. Lima, Perú. Maestría en Historia, UNMSM Doctorando en Arquitectura por la Universidad de Sevilla, España. 2 AGI, Diversos 1.A, 1807, R. 3, D. 8, Cosme Bueno al Virrey, 20 de enero de 1783 3 AGI, Ibídem El virrey Marques de Mancera ante estos hechos y luego del infructuoso ataque de Enrique Clerck a Valdivia, decidió amurallar este puerto y el del Callao. Construidas según dibujo de Juan de Espinosa en 1641, las murallas del Callao consideraron un conjunto de baluartes poligonales y muros escarpados. En consonancia con los tratados militares, el frente litoral recibió un tratamiento defensivo distinto, en tanto constituía una defensa natural, incorporándose más bien muros quebrados, tres baluartes de dimensiones menores que en el frente terrestre, además de plataformas y baterías4. A diferencia de Lima, las murallas del Callao excluyeron los barrios de indios, Piti-Piti el Viejo y el Nuevo, donde se desarrollaba la actividad pesquera, central en la economía de la población indígena de lo largo de la costa limeña. Lámina Nº 2.- Proyecto de fortificación de la Plaza del Callao. Juan de Espinosa, 1641 En la segunda década del siglo XVIII, Amadée Frezier, en su expedición por el Mar del Sur, recorrió las costas del virreinato peruano, dejándonos sus impresiones sobre las defensas del Callao después de setenta años de construidas. La mirada atenta del ingeniero francés resaltaba algunas deficiencias como el reducido ancho de sus cortinas y el calibre inadecuado de las piezas de artillería montadas para su defensa5. Otros expedicionarios, esta vez Jorge Juan Santacilia y Antonio de Ulloa, marinos y funcionarios al servicio de la corona española, en su recorrido por el Virreinato peruano hacia 1740, realizaron asimismo observaciones sobre las murallas del Callao, destacando la falta de regularidad de sus baluartes, así como la ausencia de foso, al igual que en Lima, aunque este hecho se encontraba plenamente justificado. Ulloa y Santacilia indicaban al respecto, que: “la calidad del terreno no lo permitía a causa de que, componiéndose todo él de guijarrería suelta y algún poco de tierra y arena por encima, luego que se cava cosa de tres o cuatro pies de profundidad, y en parajes mucho menos, se da en agua, y el suelo es de ninguna subsistencia” 6 Este hecho más bien se convertía en una ventaja, en tanto impedía el uso de minas en un eventual asalta a la Plaza. Respecto a su terraplén, Frezier observaba que su ancho presentaba dos secciones distintas: Mientras los muros con 8 pies de ancho en su parte superior, los baluartes tenían cinco toesas de ancho de tierra maciza recubierta de piedras, que servía de plataforma para las piezas de artillería. Los dibujos que nos dejó sobre el recinto del Callao diferían notoriamente respecto al proyecto de Juan de Espinosa de 1641; presentando diez baluartes en el frente de tierra, algunos redientes y bastiones chatos a la orilla del mar. 4 AL respecto ver: LUCUZE, Pedro de. Principios de Fortificación. Capítulo I. Para una comparación con el tratamiento del frente ribereño de las murallas de Lima, ver: SAENZ, Isaac. Urbe y Fortificación. Las murallas ribereñas de la ciudad de Lima. 1687-1824, Lima: Municipalidad de Lima Metropolitana, 2004 5 6 FREZIER, Amadée, Relación del viaje por el Mar del Sur, p. 174 SANTACILIA Jorge Juan y ULLOA, Antonio de. Noticias secretas de América, Madrid: Dustin, 2002 (1748), p. 120 Lámina Nº 3.- Plaza del Callao en 1713 Por otra parte, aunque se destinaba un dinero específico, consistente en 30 mil pesos provenientes del ramo de la sisa para el mantenimiento de las murallas, asignándose un ingeniero militar para tal fin, su estado no fue el mejor. Frezier, decía hacia 1713, respecto a la fortificación portuaria: “Había cinco brechas y el mar derribaba de día en día la muralla desde que se construyo un muelle de piedra, que por su ubicación detiene la marejada del SO y produce un retorno de marea por el norte que socava las murallas de la ciudad”7 En general, tanto la infraestructura, como el armamento y la guarnición misma, en apreciación de Ulloa y Santacilia, presentaban graves problemas. Su funcionamiento no era el ideal, en tanto la corrupción campeaba por el litoral limeño, a tal punto que si se presentaba algún ataque repentino, los marinos consideraban que “no tendría con que defenderse aquella Plaza, no habiendo en ella ningún cañón en estado de hacer fuego”8 2 Núcleo urbano y Puerto Construidas en torno a un centro urbano en buena medida consolidado, la Plaza del Callao acogía diversas funciones: portuarias, militares, residenciales, administrativas. El centro del recinto amurallado se abría al mar, donde se encontraba la casa del Virrey, del Gobernador y la Parroquia, formando una plaza con frente al litoral, donde se localizaba un bastión. Incluía además cinco conventos de religiosos: dominicos, franciscanos, agustinos, mercedarios, jesuitas y los betlehemitas que atendían el Hospital San Juan de Dios. El cuerpo de guardia y la sala de armas se localizaban en torno a la residencia virreinal. Incluía además los almacenes de comerciantes franceses que tenían autorización, así como los establecimientos de comerciantes españoles que negociaban con mercancías llevadas de México, Chile y el interior del virreinato peruano9. La actividad esencial, el comercio, propiciaba un paisaje urbano esencialmente mercantil, donde destacaban las grande bodegas que almacenaban los productos que abastecían la ciudad de Los Reyes: trigo, sebos, caldos de vinos y aguardientes; jarcias, maderas, fierro, estaño, cobre, ente otros10. Así pues, durante el siglo XVII, con la construcción de las murallas y la primera mitad del siglo XVIII, las funciones del Callao presentaron diferentes vertientes: 1.- Por un lado, como puerto y centro del tráfico comercial de escala regional y transcontinental, construyéndose un muelle, almacenes para el comercio y obras afines. El Callao funcionaba asimismo como rada y fondeadero, donde las embarcaciones podían anclar aprovechando la quietud de las aguas. Y además, como un astillero, donde se armaban embarcaciones pequeñas, en tanto Guayaquil funcionaba como el gran astillero de alcance virreinal. 7 FREZIER, Amadée, Op. Cit, p. 174 Jorge Santacilia Y Antonio de Ulloa, Op. Cit, p. 122 9 FREZIER, Amadée, Op, Cit, pp. 178-179 10 Individual y verdadera relación…, f. 5r. 8 2.- Por otro como núcleo militar, constituyendo la primera defensa marítima del Virreinato y la primera defensa de la Capital, de manera similar a otras regiones del Virreinato (p.e. Guayaquil respecto de Quito). En este sentido, se habían fortificado la ciudad e instalado defensas en torno al puerto, construyéndose atarazanas y almacenes, además de un arsenal. 3.- No obstante, haber surgido exclusivamente como puerto, el Callao fue incorporando paulatinamente funciones residenciales, habiéndose consolidado plenamente en el siglo XVII. 4.- Asimismo el Callao incorporaba áreas de pesca, actividad que los indios desarrollaban desde tiempo prehispánicos y tuvo continuidad a lo largo del periodo virreinal. Estas caletas conocidas como Piti-Piti el viejo y el nuevo, se encontraban localizadas fuera de las murallas en los extremos norte y sur respectivamente. Su producción se comerciaba en el puerto, como en Lima. Este conjunto de actividades propiciaba una ciudad multifuncional y heterogénea, donde en un mismo espacio se producían distintas actividades, característica afín a las ciudades preindustriales y que en el caso del Callao estuvieron potenciadas por tratarse de una ciudad amurallada. Por otro lado, con su fortificación, el puerto quedo absolutamente cerrado, limitándose la interacción con el litoral, en tanto se privilegiaban los objetivos defensivos, considerándose solamente algunas puertas específicas que permitían la comunicación con el mar. (Ver Lámina Nº 4) Lámina Nº 4.- Plaza del Callao. Murallas y Muelle Real. Fines del Siglo XVII Primera Mitad del Siglo XVII El Muelle Real se pudo construir sólo cincuenta años después de terminadas las murallas, a fines del siglo XVII, durante el gobierno del Virrey Conde de la Monclava, interesado en que el arribo de las autoridades por mar presente “mayor decoro y decencia”. Pero la razón principal tenia que ver con las continuas arremetidas de las piedras que se encontraban próximas, en torno a la desembocadura del río, siendo arrastradas hacia los cimientos del frente de la muralla, causando su deterioro continuo. El Conde de la Monclava pensaba que con esta construcción se controlaría el problema. Sin embargo, como afirmaba el Ingeniero Amich, el daño fue peor, produciéndose la inundación de la plaza y la destrucción del mismo muelle11. 3 Diluvio y sismo en el litoral. El Nuevo Callao La fortificación del Puerto tuvo poco más de un siglo de duración. En Octubre de 1746, un sismo seguido de un maremoto asoló el Callao, el núcleo portuario más importante del Pacifico Sur. Con este desastre, el Callao perdió virtualmente la totalidad de su población, sobreviviendo solamente 200 de los 5000 habitantes que se 11 AGI, MP-Perú-Chile, 184, f. 2 estimaba tenía el Puerto, en su mayor parte pescadores y marineros12. Respecto a la ciudad, los testigos de la época afirman que sólo quedaron en pie algunos fragmentos de sus murallas, las puertas principales y parte de algunas torres de sus Iglesias. No hizo falta la temida incursión de piratas y corsarios para el colapso del puerto. En términos de testigos, el Callao luego del desastre, se reducia a “farallones de cascajal y arena, es un playon amplificado de aquella ribera”13 Mucho décadas después, se seguían utilizando los materiales para la construcción de las obras en el Puerto. El proyecto de reconstrucción tanto de Lima como del Callao fue encomendado a Luis Godin, astrónomo y matemático que vino a América con la Expedición de La Condamine al Ecuador14 y a la sazón, Catedrático de Matemáticas de la Universidad de Lima y Cosmógrafo Mayor del Reino. A diferencia de Lima, donde no se llegó a ejecutar el plan de Godin, que proponía la destrucción de sus murallas y la construcción de una ciudadela en un nuevo paraje, en el Callao el contexto era favorable para una reformulación del espacio litoral y al ejecución de proyectos de nueva planta, en tanto su destrucción fue total, pudiéndose implementar fácilmente las propuesta de las autoridades. El proyecto del Virrey buscaba la redefinición territorial del Callao y su entorno litoral, asignando una función exclusivamente militar y portuaria al Callao, mientras se desplazaba tierra adentro las funciones residenciales y religiosas, donde se fundaría la Nueva Población de Bellavista. El diseño reconstructivo del Puerto y su entorno se insertaba en un claro interés por parte de la administración colonial por diseñar un sistema de defensa litoral, en el que el Callao se definía como núcleo militar y la primera línea de defensa de la Capital. Teniendo como marco estos objetivos, se edificaron la Ciudadela del Real Felipe, bajo diseño de Godin y Amich, y los fuertes o castillos de San Miguel y San Rafael a ambos extremos y situados a 352 y 222 toesas de distancia de la Ciudadela respectivamente15. El proyecto emplazaba la nueva ciudadela sobre los restos del antiguo Puerto, evidenciándose la nueva escala, notoriamente más reducida en comparación con la antigua ciudad, en tanto funcionaba como núcleo exclusivamente militar. (Ver Gráfico Nº 3.1). A poca distancia, a un tercio de legua de distancia, en la orilla derecha del camino de Lima al Callao, se emplazó el Pueblo y Bodegas de San Fernando de Bellavista, cuyas funciones presentaban dos vertientes: 1) Como residencia para la marinería, tropa y población del Callao y 2) Como centro de almacenaje del gremio mercantil de Lima, donde encontrarían mayor seguridad frente a nuevos desastres y cuyas mercaderías debían transportarse posteriormente a Lima. Gráfico Nº 1.- Emplazamiento del Real Felipe sobre las ruinas del Puerto del Callao. Así, el Callao y su entorno devino en el escenario privilegiado donde se ejecutaron los proyectos de mayor envergadura en la etapa reconstructiva de Lima y su hinterland. El plan territorial del Callao propició la extensión del área propiamente portuaria, incorporando los espacios adyacentes bajo objetivos militares, residenciales, comerciales, carcelarios, entre otros. El nuevo ámbito incluía además del puerto, las 12 INDIVIDUAL y verdadera relacion…, f. 16 v. Ibídem, f. 4r 14 AGI, Quito, 134, Dionisio de Alcedo y Herrera al Rey, 18 de Noviembre de 1740 15 AGI, Diversos 1.A, 1807, R.3, D. 3 13 playas adyacentes, la Nueva Población de San Fernando de Bellavista y la Isla de San Lorenzo, frente al Puerto, que tradicionalmente había funcionado como presidio. En tanto ámbito militar, el Callao constituía espacio de milicias, oficiales, presidiarios, desterrados, marineros y agentes de la administración colonial. Bajo este nuevo ordenamiento territorial del Callao, se asignaron espacios específicos para las distintas actividades del Puerto, siguiendo un proceso similar al que se producía en la ciudad y en general en el valle de Lima. (Ver Cuadro Nº 1) Cuadro Nº 1 Ordenamiento del Callao por funciones y actividades Núcleo/ ámbito Puerto del Callao Ciudadela del Real Felipe Bellavista Isla de San Lorenzo Playas Funciones/actividades Rada, puerto y almacenes reales Plaza militar Núcleo residencial y Almacenes del Gremio de Comerciantes Presidio Área de entrenamiento militar Entre las distintas obras formuladas como parte del proceso reconstructivo se encontraba un proyecto del Virrey Conde de Superunda, quien pensó en la posibilidad de habilitar una ría o canal, que partiría de la playa de Pitipiti, aprovechando que el río desembocaba al mar en este punto. Un conjunto de canoas y barcos facilitaría la conducción de las mercancías, acercándolas a las bodegas de Bellavista.16 Este planteamiento fue retomado mas tarde por el Virrey Amat, planificando la ejecución de un canal entre el muelle del Callao y el pueblo, por donde se conducirían las mercancías hasta una dársena, prohibiéndose el tráfico en el puerto, a fin de incentivar la construcción de almacenes y viviendas en la Nueva Población de Bellavista17 Al igual que en Bellavista, las autoridades consideraban que la presencia de las ordenes mendicantes en el nuevo Callao perjudicaba los objetivos defensivos trazados. El Virrey alegaba razones tanto militares como económicas, argumentando que éstas además de exigir “una extensiva fabrica, que consumian el Real Erario, y dilataban la obra, eran tambien para la ocasión unos estorvos de la defensa”18 Un punto de vista que era compartido también por la población. El autor de la descripción del sismo de 1746 advertía: “S.M. hara mejor Presidio del Callao, porque solo sera de soldados y defensas, sin permitir el ingreso de religiones, y cuerpos demasiadamente piadosos, que embarazan en los Puertos, y Plazas para los casos de la Guerra; y pidiendo extensión estas erecciones, piden por consecuencia los mas distinguidos por sus personas, y estados”19 La construcción de una nuevo Callao bajo fines militares evidenciaba el interés de las autoridades por un nuevo orden físico, donde el fuero militar adquiría importancia en detrimento del religioso, como parte de cambios que estaban ocurriendo en términos político-administrativos y económicos y que se reflejaban muy bien en términos urbanos. 4 Procesos de fortificación en el Callao Distinguimos cuatro fases en el proceso de fortificación del Puerto, en función de las políticas defensivas y proyectos que la administración colonial implementó y que estuvieron en buena medida condicionadas por la incursión efectiva de corsarios en el Mar del Sur. La cronología de las obras de fortificación nos muestra un proceso constructivo sostenido que evidenciaba el interés cada vez mayor por la defensa del puerto, que significaba en gran parte la defensa del reino mismo. (Ver cuadro Nº 2) 16 INDIVIDUAL y verdadera relación.., f. 21v. MENDIBURU, Manuel de. Diccionario histórico-biográfico del Perú, Tomo I, p. 63 18 NOTICIA ANALITICA Y ESTADO…., f. B 19 DESOLACIÓN de la Ciudad de Lima…, p. 11 17 Cuadro Nº 2 Cronología de las fortificaciones del Callao Fase Construcción de baterías y defensas primarias Construcción de las murallas de la Plaza Construcción del Muelle Real Rehabilitación del frente litoral Año Principios del siglo XVII 1641 1689 1713 Sismo, inundación y destrucción del Callao Construcción de la ciudadela del Callao y Fuertes de San Rafael y San Miguel Obras complementarias: glacis, escarpas, etc. Destrucción de los fuertes colaterales de San Miguel y San Rafael Desocupación de Rodil del Real Felipe 1746 Gobierno Virreyes Príncipe de Esquilache y Guadalcazar Virrey Marqués de Mancera Virrey Conde de la Monclova Virrey Marques de Castelfuerte -- 1747-1748 Virrey Manso de Velasco 1761-1772 Virrey Amat y Junient 1820 -- 1826 Fin del régimen virreinal Fuentes: AGI, Diversos 1.A, R.3, D.8, 1783; AGI, Lima, 299; MENDIBURU, 1874: T I, 253 1.- Construcción de baterías portuarias.- las primeras baterías de defensa del puerto datan de fines del siglo XVI, que se planificaron para la defensa tanto del Callao como las playas adyacentes, donde era factible el desembarco. Estas primeras formas de defensa seguían un patrón aislado, construyéndose plataformas, instalándose baterías, así como una casa fuerte en diferentes sectores de la playa20 2.- Edificación de las murallas y concentración del sistema defensivo.- en 1641 se construye una fortificación de tipo amurallado en torno a la ciudad portuaria, con lo cual el Callao devenía en Plaza fuerte, concentrándose la defensa en el puerto, donde se emplazará el armamento, la pólvora y las piezas de artillería, y se asigna una guarnición fija. En esta fase de fortificación se buscó nuclearizar las actividades defensivas, que a su vez produjo una convivencia de actividades militares, portuarias y residenciales. 3.- Redefinición del espacio litoral.- tras el sismo de 1746, el Virrey Manso de Velasco propicia una redefinición del valle de Lima, el puerto y el litoral, desde objetivos militares, concibiéndose la defensa del puerto y el litoral como un sistema, que a su vez se articulaba a un plan de escala regional y continental. Así, el Callao se consideraba como una plaza militar de primer orden y primera defensa de la ciudad de Lima. Para ello y disponiendo de una infraestructura afín, se asignaron los efectivos que deberían constituir la guarnición del Callao. (Ver cuadro Nº 3) Cuadro Nº 3 Guarnición del Callao, según núcleos y plazas Núcleo Plaza de San Fernando Fuerte de San Miguel Fuerte de San Rafael Oficiales 11 6 6 Plazas 1496 129 112 Fuente: AGI, Diversos 1. A, R.3, D. 2, 1807 El plan de defensa de Lima, se complementaba con un sistema de vigías emplazados en el valle y el litoral limeño, utilizándose antiguas pirámides indígenas (huacas), elementos geográficos diversos (islas, peñones, morros). En torno al Callao se situaron las vigías de San Lorenzo y el Frontón. Esta política de organización militar del territorio es continuada por los virreyes sucesivos, elaborándose un conjunto de planes de defensa de la ciudad y Puerto del Callao durante el siglo XVIII y principios del XIX. Diversas obras de fortificación se pensaron ejecutar en puertos y caletas de la costa limeña. La Capitanía General 20 LOHOMANN VILLENA, Guillermo. Las defensas militares de Lima y Callao, Capítulos I, II, III y IV. recibía numerosos proyectos de fortificación para los puertos de La Chira, Ancón y otros, a principios del siglo XIX. A fin de evitar erogaciones al estado el Virrey Abascal prefirió dotarlos de mejores defensas y tropas21. En síntesis, en esta fase se va a entender la defensa del puerto como un sistema articulado a plan defensivo de mayor escala; las obras y disposiciones se avocaron a conseguir este fin. 4.- Epílogo del sistema defensivo portuario.- con los conflictos bélicos en torno a las guerras de independencia, el Callao y su entorno deviene en escenario privilegiado de las acciones militares, reformulándose el sistema defensivo que venia de 1746, con la construcción de la ciudadela del Callao. En este nuevo marco y en un contexto de decisiones precipitadas, el mando realista ordena la destrucción de los fuertes de San Miguel y San Rafael, a fin de protegerse del fuego enemigo, mientras ellos ocupaban la ciudadela del Real Felipe. El grueso de las fuerzas hispanas dejaba Lima y se retiraba a la sierra. 5 Defensa y vivienda en el litoral. El Callao durante el siglo XVI estaba constituido por un conjunto de infraestructuras de carácter esencialmente portuario, en torno a las cuales se fue estableciendo una población, que pronto se hizo numerosa, de carácter espontáneo, que por otra parte, se sumaba a las caletas de pescadores que se asentaban en las playas del Callao desde tiempos pre-hispánicos. Mas tarde el Cabildo limeño regularizó este proceso e incentivo la ocupación del puerto con fines residenciales, con la venta de solares y casas. Su población fue creciendo paulatinamente. Antes del sismo de 1746, en la primera mitad del siglo XVIII se calculaba su población en 5000 habitantes. Con los desastres ocurridos, el Callao empezó un proceso lento y nuevamente espontáneo de ocupación con fines residenciales del puerto y su entorno, en tanto oficialmente las funciones asignadas abarcaban aspectos militares y comerciales, aunque ésta ultima con restricciones, debido a que fueron pasadas a Bellavista. Frezier por su parte, calculaba que en 1713 el Callao no sobrepasaba las 400 familias, aunque los cálculos contemporáneos afirmaban ascender a 600. A fines del siglo XVIII, la doctrina del Callao, cuyo centro estaba ahora en Bellavista, alcanzaba los 1113 habitantes. Así pues, la evolución demográfica del Callao fue ciertamente irregular, condicionada por el desastre demográfico de 1746 y las políticas de la administración central que buscaron el retiro de la población a Bellavista. El proceso urbano del Callao siguió un proceso similar al demográfico. Además de las políticas que favorecieron el carácter militar del puerto, donde las murallas condicionaron en buena medida el desarrollo del núcleo urbano, también el aspecto comercial jugo un papel importante, en tanto propiciaron el crecimiento demográfico y la urbanización del espacio litoral. Tras el sismo de 1746 y la pérdida de las murallas, las funciones del puerto se inscriben en un plan territorial. Las intervenciones de la administración colonial, en un contexto de reformas, buscaron propiciar la actividad comercial, construyéndose paulatinamente un conjunto de obras que iban más allá de lo defensivo. Durante el gobierno de Gil de Taboada y Lemus en 1792 se construye un nuevo muelle, que ya en el siglo XVII el Virrey Duque de la Palata había construido sin mayor éxito. Esta vez se trataba de un proyecto de mayor envergadura y que será mejorado continuamente. Se establecieron depósitos de mercancías de particulares, almacenes reales y atarazanas, así como oficinas administrativas como la Aduana, además de las instalaciones para la provisión de agua a las embarcaciones22. Carlos Venegas ha señalado la capacidad que tenia las ciudades portuarias como La Habana para generar una dinámica propia, abriendo nuevas perspectivas de 21 IDEA COMPENDIOSA de algunas disposiciones tomadas por el Exmo. Sr. Joseph Fernando de Abascal. AGI, Diversos 1A, 1807, R.3, D. 5 22 Plano en que se manifiesta el Muelle construido en el Puerto del Callao, 1791 modernización, en consonancia con los ritmos del comercio23. El desarrollo del Callao se inscribe en un proceso similar, proyectándose y ejecutándose un conjunto de obras que propiciaban el desarrollo de la actividad mercantil, independientemente de los objetivos militares que la administración se había propuesto. Muchas de estas obras fueron proyectadas y financiadas por el Tribunal del Consulado, el poderoso gremio de comerciantes de Lima, que tuvo participación directa con el desarrollo urbano de la ciudad y su puerto. El proceso del puerto que engloba esta última fase de su desarrollo se vincula a una articulación mayor con la ciudad, produciéndose una interacción más efectiva de bienes y personas, con la construcción de diversas obras. La obra simbólica de este proceso, que sintetiza en buena medida el ordenamiento y desarrollo urbano tardo colonial tiene que ver con la construcción del Nuevo Camino Real del Callao. Trazado por el Virrey Ambrosio O-Higgins en 1799, partía de la Portada del mismo nombre y se extendía por más de 11 kilómetros hasta la Fortaleza del Real Felipe, articulando tres núcleos urbanos: Lima, Bellavista y El Callao; además de La Legua, exactamente en el punto medio entre Lima y el puerto. Incluía asimismo cinco óvalos, tres anfiteatros; en su trayecto cruzaba más de 50 haciendas, chácaras y huertas; describiendo una línea recta perfecta que iba desde la Muralla de Lima, hasta el Puerto, extendiéndose visualmente hacia el horizonte hasta el Océano Pacífico. Su trazado evidenciaba una absoluta racionalidad, un dominio sobre el medio natural, al subordinar el entorno rural a la infraestructura vial, así como la idea de extender la escala urbana, articulando la ciudad, el valle y el litoral. (Ver Gráfico Nº 2) Gráfico Nº 2.- Nuevo Camino Real del Callao. 1801 Por otra parte, el carácter defensivo que impregnó el desarrollo del Callao y que estuvo acompañado, como hemos visto, de un conjunto de obras de infraestructura militar, definió en buena medida el paisaje y la imagen urbana del puerto, junto a la actividad comercial. El perfil urbano del Callao se encontraba 23 VENEGAS FORNIAS, Carlos. La Habana, Puerto colonial. Reflexiones sobre su historia urbana. En: GUIMERA, Agustín y MONGE, Carlos (Editores). La Habana, Puerto colonial, p. 58 marcado por la presencia de fortificaciones, atarazanas y los almacenes reales de carácter comercial y militar. (Ver Lámina Nº 6) Lámina Nº 6.- Almacenes y Fortificaciones del Callao. Principios del siglo XIX. Con el tiempo, el plan exclusivamente militar y comercial asignado al Callao fue desbordado y nuevamente se empezó a poblar el puerto en torno a la bahía del Callao, ocupando el área comprendida entre el Real Felipe y el Fuerte de San Miguel, siguiendo un trazado irregular, muy lejos de la estructura cuadriculada de Lima, que evidenciaba su carácter espontáneo por una lado y por otro la importancia de factores militares y geográficos en la estructuración del trazado urbano del Callao. (Ver Lámina Nº 6) Lámina Nº 7.- Puerto del Callao a principios del siglo XIX. Las guerras de independencia no alteraron significativamente el proceso urbano y en buena medida se produjo una continuidad en la estructura urbana construida tras el sismo de 1746, en términos de trazado y morfología. La infraestructura militar siguió constituyendo un referente en la construcción visual y perceptual del puerto; en términos funcionales las actividades portuarias y militares se extendieron asimismo mas allá del periodo colonial. EPILOGO El Callao, en las primeras décadas del siglo XIX devino en escenario bélico y campo de batalla; buena parte del desenlace de las guerras de independencia estuvo vinculado a sus fortificaciones. A lo largo del período virreinal, las obras de infraestructura y los planes de defensa fueron de importancia creciente para la administración colonial. Las políticas defensivas fueron evolucionando desde una fortificación aislada e inconexa hacia una fortificación sistémica, donde el Callao formaba parte esencial de cara a la defensa de Lima. Así, el Callao se encontraba hacia fines del siglo XVIII articulado a un sistema defensivo de escala continental, que la administración colonial había diseñado en el Pacifico Sur. Los usos residenciales del espacio litoral, por otra parte, se supeditaron recurrentemente a las funciones portuarias y defensivas del Callao. Antes y después del maremoto y sismo de 1746, la ocupación residencial siguió un patrón espontáneo, encontrándose una continuidad a lo largo del virreinato y que repercutió en su tejido, morfología y crecimiento. Abreviaturas A.H.N. A.G.I. Archivo Histórico Nacional. Madrid Archivo General de Indias. Sevilla Bibliografía FREZIER, Amadeo. Relación del viaje por el Mar del Sur, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1982 GUIMERA, Antonio y MONGE, Carlos. (Editores). La Habana, Puerto colonial. Siglos XVIIIXIX. Madrid: Fundación Portuaria, 2000 INDIVIDUAL, y verdadera relación…”. Lima: Imprenta de los Niños Expósitos, 1747 MONTERO, Victorino. Desolación de la ciudad de Lima, y Diluvio del Puerto del Callao, Lima: Imprenta Nueva de la Calle de Mercaderes, 1746 LOHMANN VILLENA, Guillermo. Las defensas militares de Lima y Callao. Sevilla: CSIC, 1964 LUCUZE, Pedro de. Principios de fortificación que contienen las definiciones de los términos principales de las obras de Plaza y de campaña. Barcelona: Thomas Piferrer, 1772 MENDIBURU, Manuel de. Diccionario histórico-biográfico del Perú, Tomo Primero, Lima: Imprenta de Francisco Solís, 1874 NOTICIA ANALITICA y estado del Puerto del Callao, Lima: Imprenta de los Niños Expósitos, 1747 PLANOS DE CIUDADES IBEROAMERICANAS Y FILIPINAS existentes en el Archivo General de Indias. Madrid: Instituto de Estudios de Administración local, 1981. Introducción de Chueca Goitia, Fernando y Torres Balbas, Leopoldo SAENZ MORI, Isaac. Urbe y Fortificación. Las murallas ribereñas de la ciudad de Lima. 16871824, Lima: Municipalidad de Lima Metropolitana, 2004 SANTACILIA Jorge Juan y ULLOA, Antonio de. Noticias secretas de América, Madrid: Dustin, 2002