DIARIO 2 65 Molinos del Arga Diario de Navarra Domingo, 18 de agosto de 2013 A la derecha, el molino viejo que estaba situado debajo del portal de la Rochapea, en imagen tomada en el año 1903.. El de la Rochapea JUAN JOSÉ MARTINENA RUIZ Pamplona E STE antiguo molino, también de origen medieval como casi todos los que hubo en Pamplona, existe todavía aunque hace ya mucho tiempo que dejó de desarrollar la actividad para la que fue construido. Se halla situado en la orilla izquierda del Arga, debajo del corralillo de Santo Domingo, del que parte el encierro en las mañanas de San Fermín,ydelsitioquehasta1914ocupaba el desaparecido Portal de la Rochapea. Un recóndito lugar de la ciudad que hoy pasa desapercibido para muchos pamploneses y al que se accede por un camino muy poco transitado que parte de junto a la entrada al puente de la Rochapea, al que últimamente se le viene denominandoimpropiamente puentede Curtidores.J.JoaquínArazuriincluye este camino en el tomo I de su Pamplona, calles y barrios con el nombre de Cuesta del molino viejo. El molino aparece representado con toda claridad en numerosos planos antiguos de Pamplona, sobre todo en los que en distintas fechas hicieron los ingenieros militares del recinto amurallado de la antigua plaza fuerte. Uno de los más interesantes y menos conocidos es el de Tigné, del año 1708, que lo denomina Moulin de la Rochepaye, o el de Juan Martín Zermeño, de 1756. Varios de estos planos, la mayor parte de ellos levantados en el siglo XVIII, aparecen reproducidos con sus colores originales en el libro de Víctor Echarri Las murallas y la ciudadela de Pamplona. Existía ya en el siglo XIV RUTA DE LOS MOLINOS HISTÓRICOS (5) La primera referencia documental que conocemos de este antiguo molino data de 1318. Ese año, una tal doña Amorosa, mujer de un cambiador franco, vecino al parecer del burgo de San Cernin, cedió en arriendo a dos molineros el molino que ella poseía “en el terminat de Pamplona que claman de Ius la Rocha”. El documento lo publicó el que fue nuestro profesor de paleografía en la Universidad, don Santos García Larragueta, en su Colección de documentos navarros en con frecuencia a lengua occita- Está situado debajo pleitos, cuyos autos na. Como expli- del corralillo de Santo nos proporcionan hoy noticias interecan José Mª Jisantes sobre su hismeno Jurío y Domingo, desde el toria y vicisitudes. Patxi SalabeEl primero que herri en su estu- que parte el encierro, mos visto es del año dio sobre la to1552; en esa fecha el ponimia pam- y su primera dueño era don Gasplonesa, Iuslarrocha o referencia documental par de Ezpeleta, que andaba en litiJuslarrocha gio con los dos molies la versión es del año 1318 neros que a la sazón en lengua oclo llevaban en citana -y más tarde en romance navarro- del to- arriendo. pónimo que luego fue vasconizado como Rochapea o Arrotxapea. ToPleitos de XVI al XVIII dos esas formas hacen referencia explícita a la situación del primitivo Otras veces, los pleitos eran con barrio, bajo la roca en que se asen- motivo de obras o actuaciones lletaba este ángulo dominante de la vadas a cabo por el ayuntamiento o muralla del antiguo burgo de San por distintos particulares, que los Cernin. La documentación de los dueños consideraban que habían archivos recoge algunas otras va- causado o podían causar daños o riantes: Sub la rocha dice en ver- perjuicios al molino. En 1567 don sión más culta un documento de Bernardo de Ezpeleta reclamaba 1487; de baxo la rocha se puede leer una indemnización porque no se en otros dos de los años 1492 y 1515. había puesto una red para conteNo falta incluso uno de 1610 que re- ner la leña que bajaba por el río, y funde romance y vascuence en la que por no haberla le rompió las taforma redundante Juslarrochapea. blas de la aceña. En 1576 quien andaba en pleitos era don Matías de Ezpeleta, en esta ocasión contra el Del rey a los Ezpeleta gremio de zapateros, a causa de las En 1406 Carlos III el Noble compró obras de apertura de una acequia este molino situado junto al río lla- para la casa de la adobería –la que mado Runa -antiguo nombre del luego se llamó de curtidores- que Arga-, que era hasta entonces pro- era propia de dicho gremio, porque piedad de la cofradía de Santa Ma- entendía que le perjudicaba a su ría, para dárselo a su chambelán molino. En 1601 se llevaron a cabo unas Johan de Ezpeleta. Parece que el rey, al menos durante algún tiem- obras de reparación, por causa de po, se reservó determinadas rentas las cuáles se produjo un litigio eny provechos del mismo, de los que tre don Gaspar de Ezpeleta y el mohizo merced en 1421 a la priora y linero Beltrán de San Martín. El monjas del monasterio de San Pe- año siguiente tuvieron un nuevo dro de Ribas. No obstante, como se pleito, esta vez con motivo del puede ver en la abundante docu- arriendo. Estos primeros años del mentación posterior, el molino per- siglo XVII resultaron especialmenmanecería vinculado al linaje de te conflictivos en cuanto a la prolilos Ezpeleta a lo largo de muchas feración de procesos en los tribunales por diversas causas, de suergeneraciones. La familia propietaria, al igual te que venían a salir a pleito por que hacía el ayuntamiento con los año. En 1603 la mujer del licenciade Santa Engracia y la Biurdana, do Iñiguez de Beortegui reclamó arrendaba este molino a distintas por vía judicial la ejecución del mopersonas particulares, mediante el lino para responder de una deuda pago de una cantidad estipulada de 156 ducados. Hay noticia de nuevas obras reaque debían abonar anualmente. Los retrasos en el pago daban lugar lizadas en 1637, para el pago de las ‘PAMPLONA. CALLES Y BARRIOS’ DE JJ ARAZURI cuales se echó mano a un censo nada menos que de 600 ducados, lo cual dio lugar a otro pleito promovido a instancia de Juan de Angulo. Estos capitales puestos a censo –que venían a ser como las imposiciones a plazo de nuestros días- eran entonces fuente continua de conflictos, que casi siempre terminaban en los tribunales. Así vemos que en 1651 eran la abadesa y monjas del monasterio cisterciense de Tulebras quienes exigían la ejecución del molino para responder de los débitos de otro censo. Se volvieron a hacer obras en 1683, que dieron lugar a un nuevo pleito; en él aparecen como dueños doña Teresa de Angulo y Motza de Ezpeleta y su marido José Camargo. En 1742, el fiscal de Su Majestad y Juan Bautista de Mendinueta, veedor de la Real Fábrica de la Pólvora, incoaron proceso contra doña Ana María de Salcedo, madre y tutora de de don Juan Valentín de Camargo y Motza de Ezpeleta, conde de Villarrea, en cuya demanda pedían al tribunal la inhibición de nueva obra por la que habían ejecutado en la presa del molino de la Rochapea. Un episodio siniestro Fernando Videgáin, en su libro Bandidos y salteadores de caminos, cuenta un episodio que posiblemente sea el más lúgubre que haya tenido lugar en este molino a lo largo de su historia. El día 20 de junio de 1777 una mujer llamada Bárbara de Iracheta, que había sido condenada a muerte por el tribunal de la Real Corte, sufrió la pena de garrote, que se ejecutó en la plaza de la Fruta, hoy Consistorial. Pero el drama no acabó ahí. En cumplimiento de lo que mandaba la sentencia, cuando el cadáver fue retirado del patíbulo, lo metieron en una cuba y ésta una rastra tirada por una pareja de bueyes, y por el portal de Rochapea lo bajaron hasta la orilla del río. Allí, junto al molino, lo metieron dentro del agua y una vez que el escribano dio fe de ello, lo sacaron y lo devolvieron a la hermandad de la Paz y Caridad, para que se le hiciesen los funerales y el entierro. Posteriormente, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, se le pierde un poco la pista a este molino, ya que dejan de aparecer referencias a él en la documentación, al menos en la que hemos podido manejar.