ACTUALIZACIÓN DE JURISPRUDENCIA UNIDADES 23 y 25 Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia. Año 2004 The Prosecutor v. Radislav Krstiã Case Nº IT- 98- 33- A, Judgement, 19- IV- 2004. Por Romina E. Pezzot.- Contexto histórico. Los hechos del presente caso tuvieron lugar en Bosnia-Herzegovina, durante el conflicto armado que se desencadenó luego de que ésta proclamara su independencia de la República Federal Socialista de Yugoslavia, en abril de1992. A partir de entonces, los serbios (que representaban el 36% de la población) ante la posibilidad de ser gobernados por una io n mayoría conjunta de musulmanes (44%) y croatas (17%) reaccionaron con la finalidad de constituir la República Serbia de Bosnia. Guiados por este objetivo, los serbios se enfrentaron er s con los musulmanes y croatas para lograr ocupar los territorios en los que aquéllos eran predominantes empleando la limpieza étnica. lv Dicho método fue utilizado en la región de Srebrenica por el ejército Serbio-Bosnio tri a contra los miles de musulmanes bosnios refugiados en ese enclave. Ésta región era fundamental para la formación del Estado serbio ya que sin ella quedaría dividido en dos partes desconectadas; asimismo, había sido declarada por el Consejo de Seguridad como un área ac hi ne segura, libre de ataques armados y de cualquier otro acto hostil. Sumario del caso. Por la masacre de musulmanes bosnios en la región de Srebrenica en julio de 1995, el fM 2 de agosto de 2001 la Sala de Primera Instancia del Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia –creado por el Consejo de Seguridad en virtud del Capítulo VII de la Carta de la pd ONU- juzgó que Radislav Krstiã –un General de División de las Fuerzas Serbio Bosnias, Comandante del Cuerpo Drina en la región de Srebrenica- era culpable de cometer genocidio; persecución mediante homicidio, tratos crueles e inhumanos, aterrorizar a la población civil, traslado forzado de población y destrucción de propiedad privada, como crímenes de lesa humanidad; y homicidio como violación de las leyes y usos de la guerra por los hechos aberrantes ocurridos. Esta resolución fue apelada por la defensa y por la Fiscalía. Con relación al cargo de genocidio, la defensa cuestionó la interpretación de esta figura legal realizada por la Primera Instancia tanto lo que hace al concepto de “parte” de un grupo a destruir como en lo que se refiere a la determinación de la existencia en el acusado de la intención de destruirlo; elementos -ambos- de la tipificación de este crimen. Con respecto al primer argumento, la Cámara de Apelaciones señaló que no había sido motivo de apelación la conclusión a la que había llegado la anterior Instancia en el sentido que el grupo protegido -y, por ende, aquél que si se destruía se cometía genocidio- eran los bosnios musulmanes de Srebrenica. A la luz de ello, reiterando criterios anteriormente sentados por el Tribunal, recordó que para que se configurase el crimen de genocidio por la destrucción de parte del grupo, debía tratarse de una parte sustancial. Ahora bien, para determinar si se trata de una parte sustancial no cabe considerar exclusivamente el número de personas objeto de destrucción, sino que también han de tomarse en cuenta otras circunstancias tales como el hecho de que se trate de una parte emblemática del grupo o de una parte esencial para su supervivencia; y, por último, es dable tener en cuenta los ejemplos de genocidio ocurridos a lo largo de la historia ya que ellos sugieren que la intención de destruir estará siempre limitada a la oportunidad que se le presente a los perpetradores dentro del área que controlan y en la que desarrollan su actividad así como hasta dónde pueden extenderla. Estos factores pueden servir io n de guía pero la importancia de cada una dependerá de las circunstancias de cada caso en particular. En este caso, si bien el número de bosnios musulmanes en la región de Srebrenica er s no era elevado, la región misma revestía una particular importancia estratégica puesto que su toma por las Fuerzas Serbio Bosnias y la limpieza étnica comprometía los esfuerzos militares lv de los musulmanes de Bosnia para asegurar la viabilidad de su Estado. Por otra parte, la suerte que corriesen los musulmanes de la región era representativa de la suerte que podía tri a correr el grupo todo, exhibiendo su vulnerabilidad e indefensión ante el Ejército Serbio –atento a que se trataba de un área segura-. Por último, el ámbito de control de Radislav Krstiã y su tropa se limitaba a Srebrenica; así, los musulmanes de esa región eran la única parte de ese ac hi ne grupo que estaban dentro de su área. En consecuencia, no obstante representar un porcentaje pequeño de la totalidad de la población musulmana de Bosnia-Herzegovina, la importancia de la comunidad musulmana de Srebrenica no se debía a su tamaño sino a su relevancia para el grupo. Por ende, la matanza de los hombres musulmanes que se había llevado a cabo fM constituía un intento de destruir una parte sustancial de los bosnios musulmanes de esa región. pd Por otra parte, esta masacre no pudo tener como objetivo eliminarlos en razón de constituir una amenaza militar debido a que, al hacerlo, no se diferenció entre militares, civiles, niños o ancianos. Asimismo, para arribar a esta conclusión se tuvo en cuenta el impacto de la eliminación de miles de hombres musulmanes en la supervivencia del grupo ya que en razón del carácter patriarcal de esta comunidad, la destrucción de entre siete y ocho mil hombres inevitablemente tendría como resultado la desaparición física de la comunidad bosniomusulmana de Srebrenica atento a las serias dificultades de su reproducción, configurándose así- la destrucción física que la Convención para la Prevención y la Sanción del delito de Genocidio intenta evitar. En consecuencia, la crítica de la defensa a la decisión de la Primera Instancia referida al concepto de “parte” de un grupo a destruir, como elemento del crimen de genocidio, fue desestimada por la Alzada. En lo que hace al segundo argumento -esto es, determinar si en el acusado existió la intención de destruirlo, cometiendo genocidio- la Cámara recordó que este crimen debe ser especialmente castigado y condenado ya que sus autores intentan la extinción de un grupo de personas, privando de este modo a la humanidad de la riqueza que implican la diversidad de nacionalidades, razas, etnias y religiones. Se trata, entonces, de un crimen contra el genero humano que concierne no sólo al grupo que se intenta destruir sino a toda la humanidad, encontrándose reflejada su gravedad en los requisitos estrictos que deben probarse para que se declare la culpabilidad y se imponga la sanción; esto es, el objetivo de destruir en todo o en parte al grupo y -a más- la intención especial de lograr tal objetivo. En ese sentido, la Cámara de Apelaciones recordó tanto la condición de General de las Fuerzas Serbio Bosnias de Krstiã como la de Comandante del Cuerpo Drina, bajo cuya io n responsabilidad se encontraba la zona de Srebrenica, considerando acreditada la intención de esas Fuerzas de destruir a todos los musulmanes de Srebrenica. La amplitud de las er s ejecuciones, la conciencia que tenían miembros del Estado Mayor de sus consecuencias perjudiciales sobre la comunidad musulmana de la región, y las demás medidas que habían lv tomado con el objeto de garantizar la destrucción física de esta comunidad, fueron consideradas suficientes por la Alzada para concluir que en las Fuerzas Serbio Bosnias existía tri a la intención especial de cometer genocidio. Ahora bien, a su juicio, el hecho de que esta intención no se atribuya a un Oficial en particular no puede modificar la conclusión a la que se ac hi ne arribaba. En lo que hace a Krstiã, éste sabía la situación a la que tenían que hacer frente los civiles musulmanes de Bosnia luego de la toma de Srebrenica así también que medios y soldados del Cuerpo Drina bajo su mando y control contribuyeron a facilitar las ejecuciones, las que sin esa asistencia no hubieran sido posibles. Sin embargo, aún sabiéndolo, no hizo nada para impedir que se empleasen esos recursos lo que comportó una contribución sustancial al fM genocidio. Si bien no apoyaba el plan de destrucción del grupo, como Comandante permitió pd que miembros del Estado Mayor convocasen estos recursos y los empleasen. Por ende, a pesar de que no pueda considerárselo culpable del crimen de genocidio como autor principal, al no participar de la intención especial de esos miembros del Estado Mayor, su responsabilidad es la de quien ha ayudado a cometer genocidio. Este tipo de responsabilidad penal individual está expresamente contemplado en la norma general del Estatuto del Tribunal que regula la materia al establecerse como uno de los tipos posibles de responsabilidad la de toda persona que haya ayudado en cualquier forma a ejecutar un crimen de su competencia; en el caso, el crimen de genocidio. Así, todo aquel que ayuda a cometer un crimen que requiere una intención especial, puede considerarse responsable si lo hace conociendo la intención que lo inspira. En consecuencia, puede ser declarado culpable de complicidad en el genocidio por haber ayudado a ejecutarlo al conocer la intención genocida que animaba al autor principal, no modificándose esta conclusión por el hecho de que en la especie no se hayan identificado o juzgado a los miembros del Estado Mayor de las Fuerzas Serbio Bosnias que fueron los principales responsables como autores del genocidio. A la luz de todo ello, la Alzada revocó la condena de Krstiã en la Primera Instancia como partícipe en una empresa criminal para cometer genocidio, considerándolo -en cambio- individualmente responsable por haber ayudado a su comisión. La Cámara señala que su razonamiento incide en la responsabilidad atribuida a Krstiã por la muerte de civiles musulmanes de Bosnia como violación a las leyes y usos de la guerra y por el exterminio y persecución como crímenes de lesa humanidad, ya que estos crímenes se originan en la ejecución de musulmanes de Bosnia en Srebrenica. En ese sentido considera que no se probó que los hubiese ordenado o que hubiese participado directamente en su comisión, sino que se acreditó que tenía conocimiento de que se cometían y de que los había facilitado al permitir que miembros del Estado Mayor empleasen para ello los hombres y los medios bajo su mando. Por ende, se lo juzgó responsable como cómplice y no como co-autor io n principal de estos crímenes. Por último, la Cámara estableció que la acumulación de declaraciones de culpabilidad er s sobre la base de la misma conducta sólo corresponde cuando las figuras penales tipificadas en el Estatuto contienen elementos que distinguen claramente unas de otras. Tal el caso cuando lv en un tipo penal se exige la prueba de un elemento que no se exige en otro. En la especie, el homicidio de hombres musulmanes de Bosnia en Srebrenica sobre la base del crimen de tri a genocidio contiene elementos distintos del crimen de lesa humanidad ya que en el primer caso se requiere la intención especial de destruir en todo o en parte al grupo en tanto que en el ac hi ne segundo es requisito que la conducta que comporte persecución o exterminio sea parte de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil. En lo que hace a la pena que correspondería a Krstiã, la Cámara tuvo en cuenta que la figura de ayudar y facilitar en la comisión de un crimen es una forma de responsabilidad que fM generalmente implica una sentencia mas leve que aquélla que se impone al autor. Si bien las conductas de Krstiã eran indudablemente graves, la falta de una intención especial de cometer pd genocidio se entendió que significativamente disminuía su responsabilidad. Del mismo modo se juzgó en lo que concernía a su responsabilidad por los homicidios como violación de las leyes y usos de la guerra. Por ende, en base al principio de proporcionalidad de la pena se modificó la condena, sentenciándose a Radislav Krstiã a 35 años de prisión.-