Cleopatras: el regreso del eslabón perdido del pop

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LATERCERA Domingo 22 de noviembre de 2015
Sociedad
Espectáculos
Cleopatras:
el regreso del
eslabón perdido
del pop chileno
R El grupo de Patricia Rivadeneira,
Jacqueline Fresard, Cecilia Aguayo y
Tahía Gómez edita su primer disco.
R Incluye temas en su mayoría
compuestos por Jorge González,
entre ellos demos de Corazones.
RR Tahía Gómez, Jacqueline Fresard, Cecilia Aguayo y Patricia Rivadeneira a fines de los 80. FOTO: JORGE ACEITUNO
Andrés del Real
Nunca lo pensaron como un
grupo musical. Lo suyo era
más bien un proyecto multimedia de expresión escénica,
derivado de sus trabajos previos junto al realizador independiente Vicente Ruiz. Eran
mediados de los años 80 y
Patricia Rivadeneira buscaba
un nuevo equipo con el que
plasmar todas sus ideas sobre
lo femenino, lo erótico y su
relación con la política y el
poder, en el under capitalino
de un Chile bajo dictadura.
“Todavía no éramos tan
amigas pero yo me había
enamorado de estas mujeres
tan bellas, especiales y poderosas”, cuenta la actriz, quien
convocó a la diseñadora
Jacqueline Fresard y a las bailarinas Tahía Gómez y Cecilia Aguayo, para dar forma a
Cleopatras, una particular
apuesta de danza y teatro,
que con el tiempo fue derivando hacia lo musical.
Salvo para quienes presenciaron aquellas performances de funciones únicas, en
galpones de Matucana y auditorios universitarios, la
rupturista propuesta del
cuarteto quedó perdida en
diversas cintas de video y
cassettes que Aguayo conserva hasta hoy. Son precisamente esos registros los
que dan forma al que será el
primer álbum oficial de
Cleopatras, un LP homónimo que el sello Hueso Records editará en enero, un
cuarto de siglo después de la
disolución formal del grupo.
Ideado por el artista visual
Iván Navarro -creador del sello- y restaurado y masterizado por el músico alemán Uwe
Schmidt (Atom Heart), quien
trabajó junto a Aguayo sobre demos y registros en vivo
de dudosa calidad, el disco no
sólo salda una deuda pendiente para el cuarteto y su
extensa red de colaboradores, que por esos años incluía, entre otros, a Martín
Schopf, Archie Frugone (Viena) y María José Levine y Pablo Ugarte de Upa.
De paso, funciona como una
nueva pieza en el cancionero
de Jorge González, el principal compositor de los temas
del grupo. “Nuestro objetivo
era transmitir esta visión de
mujeres paradas en un mundo machista, patriarcal. Queríamos exponernos, exacerbando lo femenino. Jorge se
interesó en nuestro concepto
y como que se desdobló, se
puso en el papel de una mujer al momento de componer”, cuenta Fresard, ya casada por esos años con el entonces líder de Los Prisioneros.
Hey, mujeres
En total, son cerca de una de-
cena de tracks los que incluye este primer álbum de
Cleopatras, donde se mezclan audios de textos recitados en los shows en vivo del
cuarteto, un cover de Porque te vas de la inglesa Jeanette, dos composiciones de
Levine (Histórico y Tráfico
de amor) y varios temas de
tecnopop y música disco
creados por González en la
época que siguió al lanzamiento de La cultura de la
basura (1987), como Noche y
Palabras altaneras.
Junto a ellos, dos canciones que más tarde serían parte de Corazones, el imprescindible disco de Los Prisioneros de 1990: Con suavidad
y Corazones rojos. Sólo éste
último fue rescatado para el
próximo LP, en una versión
primitiva donde el coro cambia el “Hey, mujeres” por
“Hey, Cleopatras”.
Cambia, en tanto, otra de
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5 DE DICIEMBRE
LA FICHA
Cleopatras
Cleopatras
Hueso Records
las composiciones de González, habla de la metamorfosis artística que vivía el propio músico, cada vez más alejado de los códigos del trío.
“De este niño súper estricto y
radical que después se libera
y empieza a hacer canciones
muy femeninas que nunca
había hecho”, relata Fresard,
voz principal en la mayoría
de los temas. “En ese mo-
mento Jorge regresa como
uno más de nosotros, como
familia, ya no es un outsider
que nos va a decir ‘por qué no
se van del país’”.
En 1991, con el regreso a la
democracia, las Cleopatras
comenzaron a embarcarse
en proyectos por separado.
Rivadeneira siguió alternado
su carrera actoral en cine y
televisión con propuestas de
vanguardia -como su célebre performance en el Museo
de Bellas Artes en 1992-,
mientras que Aguayo dejaba
su rol de tecladista de Los
Prisioneros para iniciar la
banda Jardín Secreto junto a
Miguel Tapia. Con todo,
cuentan que nunca han perdido el contacto, tal como se
puede ver en una reciente
imagen publicada en la página de Facebook de Jorge González, con éste rodeado por
sus cuatro musas en su momento más complicado.b
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