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Roj: STSJ CL 5199/2010
Id Cendoj: 47186340012010101633
Órgano: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Social
Sede: Valladolid
Sección: 1
Nº de Recurso: 1272/2010
Nº de Resolución: 1272/2010
Procedimiento: RECURSO SUPLICACION
Ponente: JUAN JOSE CASAS NOMBELA
Tipo de Resolución: Sentencia
T.S.J.CASTILLA-LEON SOCIAL
VALLADOLID
SENTENCIA: 01272/2010
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CASTILLA-LEON
SALA DE LO SOCIAL 001
(C/ANGUSTIAS S/N)
N.I.G: 47186 44 4 2008 0301243, MODELO: 46050
TIPO Y Nº DE RECURSO: RECURSO SUPLICACION 0001272 /2010
Materia: SANCION
Recurrente/s: Carina
Recurrido/s:
JUZGADO DE ORIGEN/AUTOS: JDO. DE LO SOCIAL N. 3 de VALLADOLID DEMANDA
0001178 /2008
Rec. núm. 1272/10
Ilmos. Sres.
D. Manuel Mª Benito López
Presidente de la Sala
D. Juan José Casas Nombela
D.ª Susana Mª Molina Gutiérrez/ En Valladolid a veintinueve de septiembre de dos mil diez.
La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, sede de Valladolid, compuesta
por los Ilmos. Sres. anteriormente citados ha dictado la siguiente
SENTENCIA
En el Recurso de Suplicación núm. 1272 de 2010 interpuesto por Dª. Carina contra sentencia del
Juzgado de lo Social núm. Tres de Valladolid (autos 1178/08) de fecha 18 de marzo de 2010, dictada en virtud
de demanda promovida por dicha actora contra JESUS HERRERO, S.L. y otros sobre SANCION, ha actuado
como Ponente el Ilmo. Sr. D. Juan José Casas Nombela.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Con fecha 22 de diciembre de 2008 se presentó en el Juzgado de lo Social número Tres
de Valladolid demanda formulada por la actora, en la que solicitaba se dictase sentencia en los términos que
figuran en el Suplico de la misma. Admitida la demanda y celebrado el juicio, se dictó sentencia en los términos
señalados en su parte dispositiva.
SEGUNDO.- En referida sentencia y como Hechos Probados constan los siguientes:
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"Primero.- La actora, Carina , ha venido prestando sus servicios para la entidad JESUS HERRERO,
S.L., con la categoría profesional de Peón desde el 22/5/06. Segundo.- El día 24/11/08 la demandante se
negó tras ser requerida para ello a cumplir la orden del encargado consistente en que enseñara el manejo de
la máquina cajeadota que venía utilizando, a la persona que se incorporó en el puesto de su compañero en
dicho cometido, pese a ser informada de la obligación que tenía de hacerlo, por su superiora Sra. Marí Luz
, manteniéndose aquélla en su actitud alegando que no tenía por qué enseñar a nadie el manejo de la citada
máquina. El día 26/11/08, Carina , volvió a negarse a enseñar el manejo de la referida máquina a su nuevo
compañero, pese a ser requerida otra vez para que lo hiciera por el Sr. Mato, manteniendo dicha conducta
en presencia de un representante de los trabajadores. Tercero.- Por los hechos anteriormente expuestos
en el punto anterior, la entidad demandada comunicó el 28/11/08 a la demandante, mediante escrito con el
contenido que aquí se da por reproducido en aras a la brevedad, y que figura a los folios 6, 7 y 8, la sanción de
suspensión de empleo y sueldo durante 21 días naturales con efectos del día 1/12/08 por la comisión de una
falta muy grave tipificada en el art. 84.1º del vigente Convenio Colectivo estatal de la madera publicado en el
BOE de 7/12/07. Cuarto .- La sanción ha sido cumplida, abonándose a la actora en la nómina de diciembre
de 2008, 9 días, ascendiendo el importe de los 21 días de sanción a 952,40 euros. Quinto.- Se ha agotado
la vía previa administrativa"
TERCERO.- Interpuesto Recurso de Suplicación contra dicha sentencia por la actora, no fue impugnado
por las demandadas. Elevados los Autos a esta Sala, se designó Ponente, acordándose la participación a las
partes de tal designación.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- La sentencia del Juzgado de lo Social número Tres de los de Valladolid, de 18 de marzo
de 2010 , desestimó la demanda de impugnación de sanción disciplinaria deducida por Dª. Carina frente a
la empresa Jesús Herrero, S.L., frente a la Administración Concursal de esa mercantil y frente al Fondo de
Garantía Salarial, y declaró la adecuación a derecho de la sanción de 21 días de suspensión de empleo y
sueldo impuesta a la trabajadora demandante por su empleadora.
Se recurre en suplicación el referido pronunciamiento por la propia parte en la instancia demandante,
quien interesa en primer término, al amparo de lo previsto en el artículo 191 b) del Texto Refundido de la Ley
de Procedimiento Laboral , la revisión de los hechos probados de la sentencia de origen.
En concreto, insta el escrito de recurso la atribución al ordinal fáctico segundo de la redacción que se
propone y que obra en aquel escrito, texto ese al esencial servicio de precisar alternativamente lo siguiente:
que el 24 de noviembre de 2008, tras recibir Dª. Carina orden para que enseñara el funcionamiento de
determinada máquina a un oficial de primera, "la actora contestó que no se negaba pero que consideraba
que no era lógico ni entraba dentro de sus cometidos el dar formación y menos a un oficial de primera de
categoría superior"; y que el 26 de noviembre siguiente, tras recibir la trabajadora idéntica orden en relación
con otro oficial de primera, "la actora manifestó que no era competente y no se encontraba capacitada para
dar la formación".
A juicio de la Sala, sin embargo, no es posible aceptar esa pretensión de rectificación probatoria. De un
lado, porque las manifestaciones de testigos no son instrumento probatorio hábil en el extraordinario recurso
de suplicación para la modificación de los hechos probados de la sentencia de instancia, de acuerdo con lo
establecido en los artículos 191 b) y 194.3 de la Ley de Procedimiento Laboral . De otra parte, porque el
alegato de la inexistencia de base probatoria para elevar a la categoría de verdad procesal una determinada
realidad o circunstancia, tampoco es alegato válido a los fines referidos, siempre y cuando en el plenario cual aquí sucede- haya tenido lugar alguna suerte de actividad probatoria. En fin, cual sobre lo mismo se
insistirá más adelante, porque la narración fáctica de instancia no impide, por hipótesis, la alteración del fallo
allí pronunciado.
SEGUNDO.- Ya en el territorio del debate jurídico sustantivo, esto es, con la habilitación que proporciona
lo previsto en el artículo 191 c) de la Ley procesal, atribuye la parte recurrente a la sentencia de Valladolid la
infracción por no aplicación de lo establecido en los artículos 115.1 d) y 2 de la propia Ley de Procedimiento
Laboral, 85 del Convenio Estatal de la Madera publicado en el BOE de 7 de diciembre de 2007 y 36 A). d).4
del Convenio Colectivo Provincial del citado sector de la Provincia de Valladolid.
Y la citada crítica jurídica, construida en el primero de los apartados del motivo de recurso que se
está ahora comentando y dirigida a obtener de esta Sala un pronunciamiento revocatorio del de instancia y
declaratorio de la nulidad de la corrección disciplinaria objeto de discusión, se instala en el siguiente esencial
contexto circunstancial, tal y como el mismo surge del inalterado relato fáctico de la sentencia de origen y de
lo que se consigna en su fundamentación jurídica con indudable relieve fáctico. Dª. Carina viene prestando
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servicios para la patronal de la madera Jesús Herrero, S.L., desde mayo de 2006 y con categoría de peón.
Los días 24 y 26 de noviembre de 2008, la citada trabajadora se negó a cumplir la orden cursada por sus
superiores jerárquicos, orden consistente en que enseñara a compañeros de trabajo, y oficiales de primera de
categoría, el manejo de la máquina cajeadota que Dª. Carina venía utilizando. Mediante comunicación de la
dirección empresarial de 28 de noviembre de 2008, se sancionó a la Sra. Carina por los citados hechos con 21
días de suspensión de empleo y sueldo, sanción que se hizo efectiva a partir del 1 de diciembre siguiente, con
detracción en la nómina de ese mes de la suma de 952,40 euros. Dª. Carina se encuentra afiliada al sindicato
Unión Sindical Obrera, circunstancia esa desconocida por su empleador. Impugnada judicialmente la sanción
acabada de referir, se actuó el pronunciamiento desestimatorio de ello que ahora se trae a la consideración
de este segundo grado jurisdiccional.
Pues bien, a partir del citado estado de cosas, estima la parte recurrente en el apartado del recurso que
se está abordando que la corrección disciplinaria objeto de debate ha de calificarse nula, puesto que la misma
afectó a trabajadora sindicalmente afiliada y se adoptó sin audiencia previa de los delegados sindicales.
La Sala no puede compartir ese parecer. Ciertamente, el artículo 115.2 de la Ley de Procedimiento
Laboral sanciona con nulidad las correcciones disciplinarias impuestas a los trabajadores afiliados a sindicatos
"sin dar audiencia a los delegados sindicales". Ahora bien, el cumplimiento por el empresario de esa obligación,
establecida como complementaria garantía defensiva de los trabajadores sindicalmente comprometidos,
requiere indefectiblemente el conocimiento por el empleador de esa condición del sancionado, puesto que
en otro caso, sencillamente, tal cumplimiento es inexigible. Pues bien, en la fundamentación jurídica de la
sentencia objeto de recurso se significaba con indiscutible valor probatorio que no consta que la dirección
de Jesús Herrero, S.L., conociera la condición de trabajadora sindicada de la Sra. Carina , no habiéndose
intentado en esta fase procesal del recurso introducir nada contradictorio de ello en hechos probados de la
sentencia. Como tampoco hizo constar la sancionada ese dato de su afiliación con ocasión de la recepción
y firma de la carta de corrección. En consecuencia, no incurrió la sentencia de origen en las infracciones
normativas a la misma atribuidas en el apartado del recurso comentado.
TERCERO.- En segundo lugar, ubicado ello en el mismo y único motivo de suplicación que se erige
conforme al artículo 191 c) de la Ley ritual, atribuye el escrito de recurso a la sentencia de instancia la
vulneración de lo establecido en el artículo 40 del Convenio Estatal de la Madera, en relación con lo dispuesto
en los artículos 84.1 y 85 de ese mismo Convenio y en los artículos 5 a) y 54. 2 b) del Estatuto de los
Trabajadores .
Esquemáticamente expuesto ello, patrocina la parte recurrente en el citado apartado lo que sigue:
que, habida cuenta el contenido funcional de la categoría de peón que ostenta Dª. Carina , contenido
caracterizado por el desempeño de tareas sencillas y sujetas a alto grado de dependencia, en modo alguno
resulta exigible el cumplimiento de una orden consistente en la enseñanza del manejo de una máquina a otros
trabajadores, titulares además de la categoría de oficiales de primera; que, en atención a ello, la trabajadora
no infringió el deber básico contemplado en el artículo 5 a) del Estatuto de los Trabajadores , esto es, el
cumplimiento de las obligaciones del puesto de trabajo conforme a las pautas de la buena fe y la diligencia; y
que, también en razón de lo anterior, la desobediencia en la que pudo haber incurrido la trabajadora ni estaba
injustificada, ni fue grave, al no haberse derivado de la misma perjuicio material alguno para la empresa, y no
fue tampoco culpable, al no haber radicado su finalidad en la simple y desnuda negativa a cumplir las órdenes
del empleador. Por ello, concluye el escrito de recurso, no cabe la tipificación como infracción muy grave de
la conducta llevada a cabo por la Sra. Carina en las jornadas del 24 y 26 de noviembre de 2008.
La Sala tiene que aceptar ese parecer. Ciertamente, se encuentra consolidada la doctrina jurisdiccional
que sostiene que el trabajador, sin perjuicio de su derecho a ejercitar las acciones que pudieren
corresponderle, tiene que cumplir las órdenes del empresario relacionadas con la prestación laboral, puesto
que la negativa injustificada a ese cumplimiento, amén de lesionar la regla básica de la buena fe y de la
diligencia que ha de presidir el cumplimiento todo del contrato de trabajo, supone desconocer la condición
legal del empresario de titular del poder organizativo y directivo del vínculo laboral, y entraña también el riesgo
de convertir la organización empresarial en un espacio de desgobierno y sometido al albur de lo que en
cada momento se decida hacer o no hacer por cada uno de los integrantes de esa organización. Ahora bien,
justamente en defensa también del correcto gobierno de la organización empresarial, el legislador laboral ha
exigido que las órdenes cuyo incumplimiento son disciplinariamente corregibles son aquellas que se cursan
en el regular ejercicio de las facultades directivas (artículos 5 c) y 20.2 del Estatuto), de suerte tal que el
exceso en ese ejercicio, si bien no excluye en todo caso la posible detección de un incumplimiento laboral
sancionable, sí condiciona la calificación de la entidad del mismo, al incidir el referido exceso empresarial en
las notas de injustificación, gravedad y culpabilidad que sirven para graduar esa entidad.
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Pues bien, ello es lo que tiene lugar en el presente caso, ya que la orden que se cursara a Dª. Carina
para que enseñara el manejo de una máquina a compañeros con la categoría de oficial de primera, fue
orden cursada con indudable exceso en el ejercicio de las facultades directivas que ostenta el empresario,
puesto que aquella decisión no se relacionaba con obligaciones dimanantes del puesto de trabajo de la
productora sancionada (artículo 5 a) del Estatuto). En efecto, de conformidad con lo establecido en el artículo
40 del Convenio Colectivo Estatal de la Madera, precepto ese que describe las características de los grupos
profesionales, la categoría de peón pertenece al grupo 7, el cual incluye a los trabajadores "que realicen tareas
que se efectúan según instrucciones concretas, claramente establecidas con un alto grado de dependencia,
que requieran preferentemente esfuerzo físico y/o atención y que no necesitan de formación específica ni
período de adaptación". En consecuencia, pertenece al territorio de lo evidente que la orden que se cursara
a la Sra. Carina , orden que situaba a la trabajadora en una indudable posición funcional de índole formativa
y de transmisión de conocimientos y prácticas, fue directiva situada extra muros de las obligaciones exigibles
en razón del puesto de trabajo y, por ende, orden dada con exceso del ejercicio regular del poder de dirección
del empresario. Como precipitado de ello, no cabe construir un ilícito contractual muy grave, puesto que el
citado exceso en el ejercicio del poder directivo precipita una desobediencia que no se encuentra connotada
por la injustificación, gravedad y culpabilidad de entidad tal, que permita aquella construcción. Y a esa misma
conclusión se accede a partir del régimen disciplinario contenido en el derecho contractual colectivo estatal del
sector de la madera. De un lado, el artículo 81 de ese derecho prevé que "las faltas se graduarán atendiendo
a su importancia, trascendencia, voluntariedad y malicia en su comisión", características esas que, en razón
de lo antedicho, no son predicables en relación con una conducta que viene exigida a partir de un claro
exceso en el ejercicio del poder directivo del empresario. De otra parte, en estrecha relación con lo anterior,
tanto menos puede atribuirse a aquellas notas la entidad exigible para edificar a su través una desobediencia
muy grave, cuando se observa que el mismo régimen disciplinario sectorial considera infracción grave "la
injustificada delegación de funciones o trabajos en personal de inferior rango laboral o no cualificado para su
realización" (artículo 83.16º del Convenio Estatal de la Madera), esto es, cuando se observa que la orden
desobedecida presentaba perfiles constitutivos de un ilícito contractual. En fin, y la tipicidad infractora atribuida
a la trabajadora sancionada, es decir, "la desobediencia... en el trabajo" contemplada en el artículo 84.1º
del Convenio , no es sino el injustificado rechazo a cumplir las órdenes relacionadas con las obligaciones
del puesto de trabajo, puesto que así ha de ser ello sostenido al relacionar aquel ilícito muy grave con las
disposiciones de los artículos 5 a) y 20.1 y 2 del Estatuto de los Trabajadores : "cumplir con las obligaciones
concretas de su puesto de trabajo", "realizar el trabajo convenido" y cumplir "la obligación de trabajar asumida
en el contrato".
Por todo ello, se impone la estimación del apartado del recurso acabado de examinar y la consiguiente
revocación de la sentencia de instancia, puesto que los hechos imputados a la trabajadora recurrente no son
constitutivos de la infracción a la misma atribuida.
Por lo expuesto y
EN NOMBRE DEL REY
FALLAMOS
Estimamos el recurso de suplicación deducido por Dª. Carina contra sentencia del Juzgado de lo Social
núm. Tres de Valladolid de fecha 18 de marzo de 2010 , dictada en virtud de demanda promovida por dicha
actora contra JESUS HERRERO, S.L., la ADMINISTRACION CONCURSAL DE ESA MERCANTIL y contra el
FONDO DE GARANTIA SALARIAL, sobre SANCION. En consecuencia, revocamos la sentencia, estimamos
lo pedido con carácter subsidiario en la demanda rectora de autos y revocamos totalmente la sanción de 21
días de suspensión de empleo y sueldo impuesta a la Sra. Carina , declaración esa a arrostrar por la totalidad
de las partes del litigio. Y condenamos a la empresa Jesús Herrero, S.L., a reintegrar a la trabajadora los
salarios a la misma detraídos como consecuencia de la ejecución de la sanción que ha sido revocada por
esta Sala.
Notifíquese la presente a las partes y a la Fiscalía de este Tribunal Superior de Justicia en su sede de
esta capital. Para su unión al rollo de su razón, líbrese la oportuna certificación, incorporándose su original
al libro correspondiente.
Se advierte que contra la presente sentencia, cabe recurso de Casación para la Unificación de Doctrina,
que podrá prepararse dentro de los diez días siguientes al de su notificación, mediante escrito firmado por
Abogado y dirigido a esta Sala, con expresión sucinta de la concurrencia de requisitos exigidos, previstos en
el artículo 219 de la Ley de Procedimiento Laboral .
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Todo el que intente interponer dicho recurso sin tener la condición de trabajador o causahabiente suyo,
o beneficiario del régimen público de la Seguridad Social consignará como depósito la cantidad de 300,00
euros en la cuenta núm. 4636 0000 66 Rec.1272-10 abierta a nombre de la Sección 1 de las Sala de lo Social
de este Tribunal, en la oficina principal de Valladolid del Banco Español de Crédito (BANESTO), acreditando
el ingreso.
Asimismo deberá consignar separadamente en la referida cuenta la cantidad objeto de condena,
debiendo acreditar dicha consignación en el mismo plazo concedido para preparar el Recurso de Casación
para Unificación de Doctrina.
Si el recurrente fuera la entidad gestora, y ésta haya sido condenada al pago de prestaciones, deberá
acreditar al tiempo de preparar el citado Recurso que ha dado cumplimiento a lo previsto en el art. 219.3 en
relación con el 192.4 de la Ley de Procedimiento Laboral .
Firme que sea esta Sentencia, devuélvanse los autos, junto con la certificación de aquélla al Juzgado
de procedencia para su ejecución.
Así lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACION.- En la misma fecha fue leída y publicada la anterior sentencia, por el Ilmo. Sr.
Magistrado Ponente, celebrando Audiencia Pública en esta Sala de lo Social. Doy fe.
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