EL IMPACTO DE LOS CONFLICTOS SOCIALES Por: Juan José Córdova, Socio de Audit y Líder del Sector Energía, KPMG en Perú Junio 2014 Perú continúa siendo un país muy atractivo para las inversiones mineras, por sus costos de producción competitivos y porque es muy rico en recursos naturales. Sin embargo, existen 99 conflictos mineros en todo el territorio nacional, según lo informado por la Defensoría del Pueblo, lo que ha ocasionado la falta de interés en nuevas inversiones, así como la reducción en 35% de la actividad extractiva en el último año. El monto que invierten las principales empresas extractivas es alto -USD 1,200 millones aproximadamente entre las 5 Top, de acuerdo con el Centro para la Responsabilidad Social en Minería (CSRM); sin embargo, los conflictos sociales afectan la continuidad de los proyectos extractivos. Según un estudio de las universidades de Queensland, Harvard y Clark, los retrasos causados por conflictos comunitarios pueden aumentar los costos en 20 millones de dólares semanales para grandes proyectos de clase mundial valorizados entre 3 y 5 mil millones de dólares. Es evidente el impacto que tienen los conflictos sociales en los costos de la minería, pero ¿qué debemos hacer para lograr la aceptación de las comunidades? Normalmente el mercado se polariza, por un lado las empresas, los inversionistas y los financistas, y por otro las comunidades y la organizaciones sin fines de lucro. Los gobiernos no siempre toman la posición central, a veces velan por la conservación de las comunidades, pero al mismo tiempo exigen el respeto a la inversión privada. Es ahí donde la contienda se agudiza, ninguna de las partes quiere ceder, ambas conocen sus derechos y desafían a su contraparte. Por eso, la negociación es la garantía de avanzar con pasos más seguros para poder tomar la decisión de continuar o no un proyecto, y dependerá de un trabajo conjunto entre las empresas y el Estado. Es importante que los inversionistas se sienten a dialogar con las comunidades y analicen y comprendan sus necesidades, desarrollen un plan de trabajo conjunto y recién a partir de allí inviertan en el plan diseñado. Otro punto a tener en cuenta, es la necesidad de negociar con los representantes empoderados, ya que si hay algún cambio, las contrapartes deben asegurarse que exista continuidad en los planes y representatividad de los intereses de los mismos. Además, los gobiernos deben garantizar el cumplimiento de los acuerdos y apoyar en el desarrollo de las comunidades. Si los gobiernos permiten que las empresas hagan todo el trabajo, están transfiriendo intrínsecamente autoridad, y esto sólo atizará en su momento la confrontación. Las comunidades siempre lucharán por obtener beneficios o para resarcirse de los daños potenciales y los inversionistas siempre buscarán oportunidades, a pesar de ello, debemos hacer el esfuerzo para que no surjan nuevos enfrentamientos. Así es el mundo de los negocios.