Pierde la vista, pero no las ganas de vivir y trabajar

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Especial 5A
EL DIARIO DE SONORA
LUNES 15 de Febrero del 2016
Miguel Ángel Pérez
Originario de Bamoa,
Sinaloa
Perdió la vista en 1988
a raíz de una caída de
un caballo
Casado y padre de
dos hijos, estudiantes
de secundaria
Paga su casa e
impuestos
Miguel Ángel Pérez
Pierde la vista, pero no las
ganas de vivir y trabajar
›› Un bastón y su sentido de orientación lo guían por las calles de Nogales con un sólo
propósito: conseguir el sustento para su familia
CÉSAR BARRAGÁN / NOGALES
G
uiado por un bastón
recorres las calles de
la ciudad y sobre su
espalda carga escobas, trapeadores y otros artículos de limpieza para el hogar,
con un sólo propósito: conseguir el sustento para su familia.
Miguel Ángel Pérez, originario de Bamoa, Sinaloa, perdió la vista en el año de 1988 a
raíz de una caída de un caballo
y su vida cambió por completo.
“Cuando caí de mi caballo,
debido al fuerte golpe que recibí
en la cabeza perdí la vista y mi
vida cambió para siempre, lleno de miedo y con un destino
incierto, Dios me dio las fuerzas que necesitaba para salir a
delante.
“Hoy mi familia es la mejor
motivación que tengo para luchar diariamente por ellos, mis
dos hijos y mi compañera de vida, mi esposa, son mi motor para vivir”, aseguró.
Residente del fraccionamiento Conjunto Jardín, está
casado con Ramona Meraz y
tiene dos hijos: Alan y Miguel
Ángel, de 14 y 15 años de edad,
respectivamente, quienes actualmente cursan sus estudios
a nivel secundaria.
“Mientras Dios me lo permita y me dé fuerza y salud, seguiré trabajando pues no soy
de las personas que le gusta solo estirar la mano, y esperar que
todo nos caiga del cielo, hay que
trabajar y ganarnos el pan de
cada día”, dijo.
Con la frente en alto sale de
su casa a trabajar todos los días
cargando en su espalda 18 tra-
“Con el tiempo he aprendido
a organizarme en el manejo
del dinero, pero normalmente
confío en la gente, mis amigos,
mis clientes. Sin embargo no ha
faltado alguna persona que se
ha aprovechado de mi ceguera
dándome billetes falsos”
peadores y doce escobas, algunos recogedores y otros artículos de limpieza como esponjas
y estropajos, los que pueden pesar hasta 40 kilos.
“Mi ganancia es muy variada, puedo llegar a ganar 200 pesos en un día o más con la ayuda de buenas personas que me
bendicen con sus propinas,
gracias al buen corazón de esta
gente no pierdo el ánimo de seguir adelante en estos tiempos
tan difíciles.
“Con el tiempo he aprendido a organizarme en el manejo del dinero, pero normalmente confío en la gente, mis amigos, mis clientes. Sin embargo
no ha faltado alguna persona
que se ha aprovechado de mi
ceguera dándome billetes falsos”, comentó.
El entrevistado dijo que son
mucho más las personas buenas que las malas y él sigue confiando en los demás, señaló que
es el buen corazón de los noga-
lenses, lo que lo mantienen en
movimiento, por lo que a los
otros aquellos que abusan se
los deja a Dios, para que él los
perdone.
En sus andanzas ha sufrido accidentes, como resbalones, caídas, golpes y choques
con objetos fijos, pero no nunca se ha desorientado, no pierde el ánimo, si se lastima regresa como puede a su casa, reposa y se recupera para luego salir
a trabajar de nuevo.
Su meta siempre seguir adelante, pagar el estudio de sus dos
hijos y seguir al lado de su esposa, y como ciudadano cumplido, pagar sus impuestos de los
cuales va al corriente.
Miguel Ángel desde hace
años paga de forma puntual la
casa donde vive con su familia,
el pago mensual lo hace en un
banco y espera en algunos años
terminar de pagarla, para heredar a sus hijos.
“Mientras Dios me lo permita
y me dé fuerza y salud, seguiré
trabajando pues no soy de las
personas que le gusta solo estirar
la mano, y esperar que todo nos
caiga del cielo, hay que trabajar y
ganarnos el pan de cada día”
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