Villa Dorita, 19/01/2011 Querida abuela: Hoy me he decidido a escribirte una carta, una carta de amor. Hoy estoy inspirada. Tengo que darte las gracias por ser mi abuela, por quererme y aguantarme. Gracias por ser más que una simple abuela, una amiga en la que se puede confiar. Ya sé que ahora es demasiado tarde para decirte “te quiero”, pero esto me sirve a mí. Muchísimas gracias, de verdad. Recuerdo cuando me untabas pan con mantequilla y luego le ponías “polvo mágico” con un sabor muy dulce. Cuando juntas íbamos al parque a merendar o cuando simplemente me quedaba en tu casa pintando, dibujando y sonriendo. Te extraño mucho, abuela, pero sobre todo te amo. Una simple sonrisa tuya me llenaba de alegría el alma. Una carcajada me contagiaba la risa, y así con todo. Ahora todo lo que veo me recuerda a ti: un cuadro, un paisaje… todo. Me siento como una tonta al pensar cómo pude desperdiciar esos años y no estar disfrutándolos a tu lado. Ahora me arrepiento de todo eso. Abuelita, ¿cómo es eso allí arriba?, ¿está mamá contigo? Mándale saludos de mi parte. Tengo que irme porque mi “cuidadora” está esperándome. Un abrazo, abuela. Te quiero muchísimo. Candelaria Alasino