Innovación ¿Cómo gestionar procesos de innovación exitosos? Crear valor, extraerlo para materializar el potencial de beneficios y marcar la diferencia son tres aspectos necesarios para alcanzar los objetivos propuestos en la organización. Por Adriana Suárez Una estrategia innovadora es la clave principal para que una empresa permanezca vigente y obtenga resultados positivos que agreguen valor al negocio. “Un problema de gestión casi nunca tiene una única solución. Somos artistas por naturaleza y, por ende, proponemos alternativas, innovamos y tramitamos procesos”, afirma José Pons, PHD del IESE de España. ¿Pero qué es innovación?, la respuesta a esta inquietud conlleva al camino que podrá establecer la solución a un proceso de gestión que no esté brindando los resultados esperados, pese a que se ejecuten buenas prácticas de negocio, como escuchar a los clientes y enfocarse en los productos más rentables. El término, según Pons, es demasiado amplio, pero afirma que la definición más certera apunta a que es cualquier idea fresca que aporte valor y que lógicamente sea ejecutada. “Es una definición en la que se acepta como innovación la modificación de procesos, incluso graduales, que contribuyen a que la empresa vaya día a día realizando mejor su cometido”. El experto también da otra definición, de un corte más tradicional, y que es aceptada por la mayor parte de personas: “Innovar es modificar elementos de acción comercial con el objetivo de mejorar la salud del negocio. Es transformar elementos de producto o servicio y mejorar elementos de posicionamiento, políticas de precio, el modo de llegar al mercado e incluso transfigurar una combinación de todas esas cosas que contribuyan al diseño de un sistema de negocio que sea mejor desde un punto de vista comercial”. Igualmente, sostiene que es el proceso de tender puentes hacia el cliente en el que la organización asume un mayor protagonismo cada vez en la relación con su cliente final. Las empresas necesitan ejercitarla frecuentemente en el trabajo para lograr los beneficios que necesitan. No es necesario hacer cosas extraordinarias, sino que aporten el valor que se requiere. No se puede ser innovador si no existe un cambio de mentalidad que empiece desde las altas directivas y que tenga en cuenta el equilibrio de la actividad comercial con la situación del mercado, de la empresa y de la armonía interna entre sus empleados. Es primordial efectuar cambios de paradigmas. Para las empresas efectuar un cambio cultural es un reto, pero es necesario si se quiere mantener vigencia en el mercado. La innovación y los objetivos operativos de un negocio Un estudio revelado por Clayton Christensen, profesor de Administración de Empresas en Harvard Business School, y publicado en su libro “El dilema del innovador: cuando las nuevas tecnologías hacen fallar a las grandes empresas”, presenta las razones por las cuales las empresas que tenían buen posicionamiento en el mercado perdían su lugar, pese a llevar a cabo buenas prácticas de negocio. Principalmente, se enfocó en que estas organizaciones no respondían a los nuevos productos y a las tecnologías que presentaba el mercado. Christensen es uno de los expertos más reconocidos en innovación empresarial y es considerado como uno de los pensadores de Managment más influyentes e innovadores. El autor clasifica las innovaciones de la siguiente manera: Incrementales: se ubican los mejores productos a precios más altos para los clientes más exigentes. Subversivas: se encuentran aquellas empresas que tienen la oferta más sencilla y conveniente para clientes que no antes no podían disfrutar de ellas. Generan una nueva demanda y crean una novedosa cadena de valor. Según José Pons, para poder innovar es oportuno tomar dos puntos de vista, el de observador y el de actor. Observador-Analista En este espacio se mira más al mercado que a la empresa concreta y se entienden los elementos que facilitan o dificultan su juego. Actor-Protagonista La situación específica se observa como responsable de su alumbramiento. Se entienden las implicaciones en los estilos y sistemas de gestión. Así mismo, en el tipo de liderazgo organizativo. En cuanto a los objetivos operativos de un negocio hay que tener en cuenta, en primer lugar, la importancia de crear valor que genere un potencial de beneficios. En segunda instancia, diferenciarse, porque protege el potencial de otras empresas y, finalmente, extraer valor para materializar el potencial de beneficios. Un negocio tiene derecho a existir si tiene valor. La generación de valor no se produce como resultado de un número ilimitado de acciones. Se crea cuando se está en el momento y sitio adecuado. De igual manera, cuando hay funcionalidad, es decir, con lo que otros productos no hacen. Lo que añade valor depende de la ocasión de compra. La importancia relativa de cada factor depende del sector y de la empresa. No existen sectores maduros, por el contrario, sobresalen los que se caracterizan porque sus directivos han dejado de pensar en términos más frescos. La calidad directiva de una empresa se puede apreciar en situaciones de mercados maduros. El hecho que una empresa lleve muchos años en el mercado no implica que sea madura. Hay variables que modifican el ritmo de maduración. Algunas de estas son: 1. Grado de novedad del producto. 2. Inversión necesaria para entrar en el sector. 3. Legislación sobre propiedad industrial. 4. Legislación sobre competencia. 5. Diversificación del mercado de proveedores 6. Programas comerciales de los competidores. Para entender cómo funcionan los mercados maduros hay que tener en cuenta los siguientes puntos: Necesidades satisfechas que suelen implicar un estancado volumen de ventas. Consumidores mayores y experimentados. Aumento en la conciencia del precio y sensibilidad al mismo. Evolución negativa de las ventas en valor. La innovación dentro del recurso humano McKinsey es una consultora española que ha realizado varios estudios sobre la innovación y el éxito al que conlleva cuando se gestiona efectivamente. Según una investigación elaborada por esta firma, el 94% de los ejecutivos coinciden en que el éxito de la innovación depende del adecuado funcionamiento de la cultura y la estrategia, de las personas y de los procesos y metodologías. El recurso humano puede ser innovador si tiene en cuenta estos aspectos: Cuando los líderes de los equipos tienen un buen manejo de las relaciones interpersonales promueven la motivación, la proactividad y la creatividad. Si el poder de decisión es otorgado por las altas gerencias a los miembros de la organización, excepto cuando una situación definida lo amerite. Halagar el éxito de quienes aportaron con sus ideas e interés en los planes de la empresa. Esto potencia el interés de otros trabajadores para proyectos venideros. Capacitar a las personas en la negociación creativa para animar la colaboración entre los equipos de la empresa. El proceso de innovar Para innovar en las empresas es imprescindible tener una organización. Al respecto, es importante tener en cuenta varios aspectos para que el proceso se realice satisfactoriamente: 1. Investigar la clave para el desarrollo de innovaciones rentables. 2. Desarrollar los pasos necesarios para convertir una idea en un producto. 3. Redefinir los procesos productivos y de comercialización. 4. Tomar decisiones con inteligencia y seguir la intuición. Asumir el riesgo es parte del plan para lograr los objetivos propuestos. 5. Gestionar el conocimiento y la tecnología. Es necesario valerse de los nuevos medios para llegar a potenciales clientes y dar a conocer el producto en otros ambientes. 6. Determinar cómo será la inversión. Fijar el monto de la misma es útil para poder ejecutar los aspectos que el proyecto contemple y no dejar ninguno fuera del plan. 7. Implementar adecuadamente las ideas. Sea o no original el producto o servicio es primordial saber efectuar el proyecto. 8. Identificar problemas y oportunidades dentro de la empresa, en el mercado o con los consumidores. Es importante que las organizaciones enlacen su estrategia con las nuevas tecnologías de manera productiva. Muchas de ellas han caído por no saber alinearla. Aspectos fundamentales de un proceso innovador Cuando una persona se convence de que la innovación en el mercado es imposible o difícil no se podrán descubrir caminos innovadores reales. Para José Pons no existen los mercados maduros. “Lo único que está maduro son las neuronas de los directivos que se niegan a pensar las cosas de modo novedoso desde una perspectiva distinta. Nunca hay que convencerse de que el mercado no permite la innovación”. No existen dos procesos innovadores iguales, hay un entorno de negocio, de empresa, de mercado nacional, incluso un entorno de cultura personal que contribuye a que ese proceso sea único e irrepetible. “No hay que buscar ayuda en demasía en procesos innovadores de otras empresas para intentar imitarlos de modo excesivo. De esa manera no se conseguirá lo propuesto”, concluye el especialista.